NOCTURNO
HIJO DE LA NOCHE: CAPÍTULO 2
De repente, otra explosión... donde se encontraban ellos. Adam pudo ver un enorme resplandor rojizo a la vez que un tremendo ruido fustigaba sus oidos. Con sorpresa se dió cuenta de que se encontraba en el aire, lanzado por la explosión.
Y cayó, contra el tanque cilindrico de cristal, atravensándolo. El suero lo inundó, entro en su boca, a través de sus poros, quemandole...
"¡Papá¿Donde estas¿Que ha ocurrido? Duele... no puedo moverme... ¿Qué es este humo? Huele a quemado... ¿Papá... estas ahí?"
Entonces todo se volvió oscuridad.
Un tiempo después...
- Informamos desde las instalaciones de la empresa bioquimica y tecnológica Grexx Inc., en Manhattan, que hace apenas unos diez minutos ha sido víctima de un atentado que la policía ha atribuido al recientemente reestructurado grupo terrorista de los Neo-Ludistas, obsesionados con erradicar la tecnología del mundo y que ya han atacado en los últimos meses instalaciones de Roxxon, Brand, Cordco, Oscorp, Stark International, etc... Parece haber un alto número de heridos y unas pocas víctimas mortales, seguiremos informando.
No veo... ¿no veo? No, espera, debo estar inconsciente o algo así, o con los ojos cerrados. Oigo voces y gritos, abro los ojos y lo veo todo rojo, no se si por el fuego o por la sangre.
Estoy ardiendo. Me quemo, mi garganta se abrasa por culpa de esa cosa del tanque de cristal. Siento mi piel como si estuviera siendo rascada por mil papeles de lija, un dolor insoportable. Ese líquido debe ser una especie de ácido o algo así. No, no puede ser ácido, no puede... estaria peor de lo que estoy y no me crujirían los huesos. Mis huesos crujen, como si se astillaran y siento que algo ocurre... algo no va bien.
Y de repente todo vuelve a ser oscuro.
Hospital Bellevue
- Bien señor Crow, la recuperación del muchacho ha sido asombrosa. Aún no ha despertado, pero en estos tres días las fracturas de su espalda que le habrían imposibilitado volver a andar han... se han curado. Me atrevo a calificar este hecho de milagroso.
Jeremiah Crow escuchó y observó al doctor, un hombrecillo bajo y rechoncho, de cara sonrosada y aspecto nervioso y desagradable "¿Como puede un cochinillo así llegar a ser médico?" pensó.
- Bien señor Crow - prosiguió, repetitivamente, como si recitara un texto memorizado - Esta curación de su sobrino nos ha llevado a plantearnos si el chico puede ser mutante, ya sabe... y el centro quisiera hacerle unas pruebas y ...
- No.
- ¿Perdón?
- He dicho que no, no le harán ninguna prueba. Dejarán que se reponga y luego me lo llevaré a casa ¿Entendido?
- ¿No quiere saber si su sobrino es mutante? O sea... si lo es podría ser problemático y...
- Me importa un carajo lo que sea. Para mi es una sola cosa: mi sobrino, el hijo de mi hermano. Por mi como si se vuelve azúl y peludo o comienza a lanzar cosas raras por los ojos... seguirá siendo mi sobrino ¿Entendido?
- Bien... entendido - dijo el doctor, mientras se secaba el sudor de la frente- Puede pasar a verlo si quiere.
Jeremiah entró en la habitación del hospital. Adam llacía en la cama, con un tubo de suero en su brazo derecho. Si bien sus heridas se habían curado, otros doctores (más competentes que el 'cochinillo' de antes) ya habían informado a Jeremiah de que el muchacho había sufrido secuelas debido a unos productos químicos del laboratorio. No había sido intoxicado, pero su organismo se había visto afectado de forma traumática.
No podría volver a ver la luz del sol sin riesgo de quedarse ciego o sufrir quemaduras. Si Adam quisiera salir de día tendría que vestir abundante ropa negra, guantes y usar gafas de sol a la vez que su cara debía ser cubierta con una crema especial para su caso.
Jeremiah se acercó a su sobrino, que parecía seguir durmiendo. En ese momento, Adam abrió los ojos.
- ¿Tio... tio Jer?
- Si Adam, estoy aqui. Tenemos que hablar.
Hoy he despertado, el tío Jer estaba aqui y hemos hablado.
Papá ha muerto.
Fue un atentado, un grupo llamado los Neo-Ludistas, algunos de sus miembros habían obtenido empleo como guardas de seguridad y eso les permitió preparar una serie de bombas. Y matar a mi padre... ahora que ibamos a arreglar las cosas. Creo que estuve diez minutos en total silencio, dejando caer las lágrimas, sin sollozos ni gritos de dolor...
No me malinterpreteis, sentía dolor y tristeza... pero poco a poco fue substituido por el odio y el deseo de hacerles pagar.
Y lo pagarán.
Residencia de la familia Carter.
Kate fue al hospital una hora después de Jeremiah. Había estado hablando con Adam unas dos horas hasta que tuvo que irse. Lo primero que le llamo la atención fue ver como su amigo estaba ya casi recuperado, en unos días dejaría el hospital. Lo segundo, que su voz parecía haber cambiado levemente, como si fuera más grave, y su extrema palidez.
- Será cosa de los productos químicos - le dijo - Ahora tendré que tomar muchas precauciones para salir a la luz de sol.
Ahora, Kate se encontraba en su casa, intentando estudiar, pero no podía evitar que su mente volviera una y otra vez a Adam. Aún seguía preocupada, no tanto como cuando se enteró de lo ocurrido, pero Kate aún tenía el presentimiento de que a Adam le iba a suceder algo.
De repente, alguién llamó a la puerta de su habitación.
- ¿Quien...?
Un hombre tan alto y pálido como ella abrió la puerta:
- Kate, vuelvo a la comisaria, cariño. Si viene tu madre del trabajo dile que no me prepare la cena, puede que llegue tarde.
- De acuerdo papá, yo... - Kate se llevó una mano a la cabeza - ¡Ouch!
- ¿Qué te pasa? - preguntó su padre- ¿Otra jaqueca?
- Si, creo que si... pero ya remite, tranquilo.
En algún lujoso ático de Manhattan
- Ese policía se está acercando demasiado.
- Tendremos que hablar con él ¿no cree?
- Podemos comprarlo.
- Ya lo intentamos, es de esos 'incorruptibles'... aún queda alguno por ahí.
- Entonces caballeros, está claro que tendremos que ser más expeditivos con el Sr. Carter ¿verdad?
- Como usted diga Sr. Stonehouse.
- Si jefe, como usted diga.
Días después, en una calle cualquiera...
Es bueno estar fuera del hospital, volver a caminar por la calle, aunque cuando es de día tengo que ir más cubierto de ropa que en invierno y con la cara embadurnada de esta crema para no sufrir quemaduras. Fue esa mañana, de camino al instituto, cuando empece a notar los cambios. Lo primero, que casi me quedo sordo cuando un camión pasó a mi izquierda... fue como si un avión despegara en mis timpanos. Estuve a punto de gritar cuando me lleve las manos a los oidos. Pero lo raro comenzó en ese momento, empece a oir murmullos, voces, toda clase de sonidos que parecían venir de distintos lugares... y que poco a poco fui 'enfocando'. Oi la conversación en susurros de una pareja que estaba a treinta metros de mi. El zumbido de una mosca a diez metros en medio del clamor de la calle. Supe cuanta gente tenía detras de mi oyendoles respirar...
Como es de suponer, me alarmé con todo aquello, creía que me había vuelto loco.
Luego comenzó lo de los olores.
Casi choqué con una mujer cuando me di la vuelta apresuradamente. Pude oler su perfume con toda claridad, el olor del gel de baño... y su propio olor, su olor natural. Noté como la gente dejaba rastros allí por donde pasaba y yo podía seguirlos con claridad, identificarlos, cada uno era único. Con un simple olisqueo hasta podía saber lo que comió una persona el día anterior.
Pero las cosas no acabaron ahí, ni mucho menos.
A la salida del instituto, unas horas más tarde...
- No puedo creerlo - dijo Kate - ¡He aprobado!
- Ya te dije que no sería para tanto, las ciencias se te dan mejor de lo que crees...
De repente una voz a sus espaldas que los dos, por desgracia, conocían demasiado bien:
- ¡Eh¡Monstruos de Feria!
- Mierda, ese estupido de Dolan.
- En todos los institutos hay uno.
- ¡Os hablo a vosotros par de gilis!
Kate y Adam se volvieron hacía el joven que les hablaba. Mucho más alto que Adam, robusto y atlético, de pelo rubio y con todo el aspecto de ser el clásico matón. Y es que lo era.
- Crow, creo recordar que me debes dinero.
- ¿Eh? - musitó un sorprendido Adam.
- Como lo oyes, monstruito nocturno, ya eras raro antes pero ahora te llevas la palma... siempre te he mangoneado para pagar mis almuerzos, pero tu ausencia estas últimas semanas me ha... perjudicado. Quiero mi dinero. - dijo Dolan.
- ¡Joder Dolan¿Como puedes ser tan hijo de...?
- Callate mocosa, esto no va contigo- dijo Dolan, apartando a Kate bruscamente, casi haciendola caer. Alrededor de la escena solo había unos pocos curiosos, de los cuales unos cuantos eran los colegas de Dolan, riendose de lo bien que controlaba las cosas su jefe. Típico.
- Dolan, dejala en paz.
- Pues dame mi dinero Crow, a menos que quieras probar puño.
- No tengo dinero, no ahora. Y no quiero pelear.
- Respuesta equivocada, monstruito - dijo Dolan, y se lanzó contra Adam dispuesto a golpearle. Tras él venían algunos de sus compañeros dispuestos a unirse a la fiesta, mientras Kate miraba horrorizada la escena. Tanto ella como los colegas de Dolan se sorprendieron al ver como éste salía 'volando' y sangrando por la nariz directo al suelo.
Ni siquiera Adam supo muy bien como hizo para tumbarlo.
Pronto una atuténtica marea de curiosos se juntó alrededor del inconsciente matón, mientras Adam, alarmado, tomó a Kate del brazo, alejándose de allí.
- Será mejor que nos vayamos.
He lanzado a un tipo cinco metros de distancia de un golpe... un golpe flojito, ni siquiera golpeé con todas mis fuerzas. Comienzo a tener miedo de mi mismo. ¿Y que hago al salir del instituto? Dejar a Kate y venirme a una vieja factoría abandonada en un solar. Tengo un presentimiento.
Ahora estoy aqui, parado mirando el techo... y voy a saltar.
Y salto.
Y menudo salto... me quedo colgado en las vigas. He saltado lo menos diez metros de altura. Me dejo caer y llego al suelo sin problemas, mis piernas se flexionan como si fueran de goma, no siento vértigo. Comienzo a reirme como un idiota saltando de un lado para otro, rebotando de pared en pared. No solo eso, mi equilibrio también parece haber mejorado drasticamente... soy capaz de sostenerme cabeza abajo sobre una mano sin esfuerzo.
Luego me acuerdo de lo que le hice a Dolan... y me acerco a unos bloques de granito. Una parte de mi me dice que es una locura, que me partiré la mano. Otra, la del presentimiento, me dice que golpee, que no tenga miedo.
Y golpeo, cerrando los ojos.
Cuando los abro tardo un poco en interpretar lo que veo. Mi mano ha agujereado el granito. He agujereado un bloque de granito con un puñetazo. ¡Y el puño ni siquiera me duele!
Repasemos... sentidos aumentados, fuerza, agilidad... en ese accidente me ha tocado una pequeña loteria.
Antes de volver a su casa, al anochecer, Adam tuvo que añadir otra habilidad a la lista. Era noche cerrada pero el veía como si fuera de día. Pasó otra semana durante la cual practicó con sus nuevas habilidades, dándose incluso algún paseito por la noche, de tejado en tejado.
Las cosas comenzaron a precipitarse el Viernes, cuando llegó a su ático. Jeremiah se encontraba en el sofá, rodeado de papeles y viendo la televisión.
Adam no pudo evitar oir las noticias.
"... nuevo ataque de los Neo-Ludistas a un pequeño laboratorio afiliado a Brand International. Los responsables del atentado huyen ahora mismo a lo largo de Manhattan en una pequeña furgoneta verde, cerca de la Quinta Avenida mientras son perseguidos por varias patrullas de la policia, pasamos la señal a nuestro helicóptero que..."
- Ah, hola Adam ¿ya has vuelto? - dijo Jeremiah, volviendose hacía el muchacho... que estaba vistiéndose una gabardina negra. Su rostro parecía ceñudo. - Errr... ¿Vas a alguna parte?
- Saldré esta noche, tio Jer, no te preocupes. Quizá vuelva tarde. - dijo Adam, y cruzó la puerta cerrándola tras de si, dejando en el piso a un preocupado Jeremiah.
"Son ellos... ellos. Juré que pagarían y pagarán... tendrán que vérselas conmigo."
CONTINUARÁ
