"Kimi, de Hoenn"
11:00 AM señalaban los números de cuarzo del PokeGear que Mark sostenía en su mano. Caminaba a paso acelerado por las angostas calles barrosas de Pueblo Estela, mojadas por el rocío de la noche anterior. Joviales Ladyba y jubilosos Butterfrees despertaban en una de las mañanas más bellas que el mundo hubiese visto.
Mark repasa su itinerario mentalmente: debe llegar a la colina, donde se emplaza el imponente laboratorio pokemon del pueblo para recibir su primera mascota.
-"Mejor que no sea un tonto Rattata o un débil Pidgey" pensaba preocupado Mark, sin darse cuenta que los únicos débiles o tontos eran sus pensamientos. No toleraría tener que entrenar una criatura débil y sin ambiciones.
Mientras pasaba por uno de los costados de la granja más famosa del pueblo, el viejo Nerón se asomó por una de las ventanas: -"¿Ya partes Mark? Mucha suerte!!!" gritaba el anciano mientras abotonaba el cuello de su camisa. A Mark le daba un poco de asquito el olor que salía de ese granero.
-"Gracias señor Nerón!!!"se despidió Mark, también deseando que su pokemon inicial no fuera un sucio Dodrio como el que corría por el patio del granjero.
Distraído y perdido en sus pensamientos, Mark tropieza con una joven de cabellos castaños y ojos verdes, piel blanca como la leche y tersa. Las casualidades no existían, y ese encuentro tan...espontáneo era una perfecta obra del destino.
-"Ahucks!!! Mira por donde caminas!!!" gritó acalorada la chica, que trataba de descifrar los puntos cardinales en un complicado mapa del norte de Thornel.
-"Perdón no te había visto, es que venía distraído..." se disculpó Mark masajeando su frente, donde había aparecido una marca rosa.
-"No hay problema Mark. Mi nombre es Kimi, mucho gusto" dijo la chica, extendiéndole su delicada mano. Tenía algo especial, como una aura que la rodeaba.
-"¿Cómo sabes mi nombre?¿Nos conocemos de algún otro lado?" preguntó Mark alterado, sospechando que el aura mágica se debiera a algún tipo de brujería o hechicería.
-"No tu buzo trae inscripto tu nombre en la parte izquierda" aclaró Kimi sonriendo mientras acomodaba su remera blanca, un poco arrugada.
Luego de incorporarse totalmente dijo: -"Me dices cómo llegar al laboratorio de este pueblo. No puedo entender este maldito mapa!!!". Había llegado en barco desde Hoenn, y todavía no se familiarizaba con tan extraños paisajes.
-"Yo voy para allá en este momento, puedo guiarte si lo deseas" le propuso Mark mientras observaba perplejo los ojos penetrantes de la joven y trataba de descubrir cómo una persona tan bella podía ser tan gritona.
-"FANTÁSTICO" gritó Kimi, aturdiendo los tímpanos de su guía.
Así los dos retomaron la ruta, cada vez más cerca de la colina. Kimi medía solo unos centímetros más que Mark, pero tenía su misma edad. Sin embargo ella no era entrenadora, era una estudiante de investigación pokemon, que había sido enviada desde Hoenn para preparar su proyecto final. Ella también recibiría su primer pokemon en el laboratorio de pueblo Estela. En realidad, todo esto de la investigación era una excusa para salir de su aburrida casa de Ciudad Evergrande.
-"Estuve durante todo un año dentro de un laboratorio en Hoenn, estudiando libros, apuntes, textos y todo lo que tuviera letras. Ya estaba cansada, pero la parte práctica por fin llegó, y este viaje a Thornel es mi última meta para convertirme en la investigadora que tanto soñé ser"contaba Kimi con ojos cristalinos su historia más cercana mientras ambos subían las escalinatas de la colina.
-"Siempre dije que nadie debe truncar tus sueños"dijo airoso Mark con una postura que solo tendría un superhéroe de Marvel. Era capaz de matar a quien se interpusiera en sus metas.
-"Mis padres siempre se opusieron a que yo viajara. Decían que aquí correría el más grave de los peligros..." le comentó la chica, peinando su flequillo. Una coincidencia más: supuestamente, los dos adolescentes estarían por embarcarse en una travesía peligrosa y sin retorno.
Mark y Kimi empujaron los portones de cristal del laboratorio y entraron a un gran salón alfombrado con las figuras de más de 300 pokemons diferentes. El ambiente estaba frío por el aire acondicionado, y los vidrios casi llegaban a empañarse.
-"Mis queridos querubines!!!" se escuchó de detrás de una computadora. Era la voz inconfundible del dueño del laboratorio y prestigioso científico en todas las regiones del mundo, el profesor Fresno. Vestido con el típico delantal blanco de los profesores, que hacía juego con su débil cabellera repleta de canas, se dirigió a los recién llegados. Detrás de él se divisaba una computadora, con noticias en su pantalla.
-"Es increíble lo de la pluma de Ho-Oh, ha conmocionado a toda ciudad Ecruteak en Johto. Pero según algunos analistas, todo esto tiene que ver con un plan más grande...dicen que están buscando a...Groudon y Kyogre" comenzó diciendo Kimi, denotando que estaba bien informada sobre los hechos que conmocionaban al mundo en esos "tiempos peligrosos".
-"Como científico pokemon estoy preocupado, y es por eso que he dejado un poco de lado mis investigaciones. Ahora es Cindy, mi aprendiz, quien se encarga de los estudios" contestó un poco molesto el profesor. Actuaba raro, como si estuviese escondiendo algo.
Mark conocía bien a Cindy. Era una joven de 20 años, que a diferencia de Kimi, nunca quiso salir a explorar el mundo. Siempre con su delantal y sus gafas de alambre dorado, iba de un lado a otro del laboratorio con estudios sobre Slowpokes, Remoraids, Castforms, o cualquier otro pokemon.
-"Pero mis pequeñas criaturas, ustedes están aquí por otro motivo. Al igual que Anna, Luna, Eric, Ema y Calvin, ustedes también necesitan de su pokemon inicial para adentrarse en este mundo hostil y desconocido"comenzó diciendo Fresno. Anna, Luna, Eric, Ema y Calvin eran, junto con Mark, los seis entrenadores de Pueblo Estela que habían decidido emprender la aventura.
-"¿En qué parte de la historia entro yo Profesor?" preguntó Kimi de forma brusca, ofuscada por el hecho de que ella no era incluida en el relato.
-"Ahora linda Kimi, calma y perseverancia. Con Cindy hemos evaluado, y creemos que no debes viajar sola por estas tierras desconocidas. Hemos decidido que acompañes a Mark en su viaje como entrenador. Ambos podrán asistirse con sus conocimientos y experiencias adquiridas, formarán una gran pareja!!! Pero para comenzar su travesía, deberán contar con la ayuda de su pokemon inicial" terminó de explicar señalando con su mano arrugada un pedestal iluminado por un reflector. En él descansaban dos hermosas pokebolas. Sin embargo, Mark no se creía ese cuentito de la "ayuda mutua"; debía haber algo más por lo que los obligaban a viajar juntos.
Kimi aceptó la propuesta con una sonrisa fresca y brillante. Mark, por su lado, estaba irritado por dos motivos diferentes: uno era la peculiar manera de hablar del Profesor Fresno; la otra era que pensaba que Kimi podría ser un obstáculo en sus anhelos por convertirse en...ni siquiera sabía qué rayos quería ser.
En realidad la chica proveniente de Hoenn sería parte de ese sueño que comenzaba.
11:00 AM señalaban los números de cuarzo del PokeGear que Mark sostenía en su mano. Caminaba a paso acelerado por las angostas calles barrosas de Pueblo Estela, mojadas por el rocío de la noche anterior. Joviales Ladyba y jubilosos Butterfrees despertaban en una de las mañanas más bellas que el mundo hubiese visto.
Mark repasa su itinerario mentalmente: debe llegar a la colina, donde se emplaza el imponente laboratorio pokemon del pueblo para recibir su primera mascota.
-"Mejor que no sea un tonto Rattata o un débil Pidgey" pensaba preocupado Mark, sin darse cuenta que los únicos débiles o tontos eran sus pensamientos. No toleraría tener que entrenar una criatura débil y sin ambiciones.
Mientras pasaba por uno de los costados de la granja más famosa del pueblo, el viejo Nerón se asomó por una de las ventanas: -"¿Ya partes Mark? Mucha suerte!!!" gritaba el anciano mientras abotonaba el cuello de su camisa. A Mark le daba un poco de asquito el olor que salía de ese granero.
-"Gracias señor Nerón!!!"se despidió Mark, también deseando que su pokemon inicial no fuera un sucio Dodrio como el que corría por el patio del granjero.
Distraído y perdido en sus pensamientos, Mark tropieza con una joven de cabellos castaños y ojos verdes, piel blanca como la leche y tersa. Las casualidades no existían, y ese encuentro tan...espontáneo era una perfecta obra del destino.
-"Ahucks!!! Mira por donde caminas!!!" gritó acalorada la chica, que trataba de descifrar los puntos cardinales en un complicado mapa del norte de Thornel.
-"Perdón no te había visto, es que venía distraído..." se disculpó Mark masajeando su frente, donde había aparecido una marca rosa.
-"No hay problema Mark. Mi nombre es Kimi, mucho gusto" dijo la chica, extendiéndole su delicada mano. Tenía algo especial, como una aura que la rodeaba.
-"¿Cómo sabes mi nombre?¿Nos conocemos de algún otro lado?" preguntó Mark alterado, sospechando que el aura mágica se debiera a algún tipo de brujería o hechicería.
-"No tu buzo trae inscripto tu nombre en la parte izquierda" aclaró Kimi sonriendo mientras acomodaba su remera blanca, un poco arrugada.
Luego de incorporarse totalmente dijo: -"Me dices cómo llegar al laboratorio de este pueblo. No puedo entender este maldito mapa!!!". Había llegado en barco desde Hoenn, y todavía no se familiarizaba con tan extraños paisajes.
-"Yo voy para allá en este momento, puedo guiarte si lo deseas" le propuso Mark mientras observaba perplejo los ojos penetrantes de la joven y trataba de descubrir cómo una persona tan bella podía ser tan gritona.
-"FANTÁSTICO" gritó Kimi, aturdiendo los tímpanos de su guía.
Así los dos retomaron la ruta, cada vez más cerca de la colina. Kimi medía solo unos centímetros más que Mark, pero tenía su misma edad. Sin embargo ella no era entrenadora, era una estudiante de investigación pokemon, que había sido enviada desde Hoenn para preparar su proyecto final. Ella también recibiría su primer pokemon en el laboratorio de pueblo Estela. En realidad, todo esto de la investigación era una excusa para salir de su aburrida casa de Ciudad Evergrande.
-"Estuve durante todo un año dentro de un laboratorio en Hoenn, estudiando libros, apuntes, textos y todo lo que tuviera letras. Ya estaba cansada, pero la parte práctica por fin llegó, y este viaje a Thornel es mi última meta para convertirme en la investigadora que tanto soñé ser"contaba Kimi con ojos cristalinos su historia más cercana mientras ambos subían las escalinatas de la colina.
-"Siempre dije que nadie debe truncar tus sueños"dijo airoso Mark con una postura que solo tendría un superhéroe de Marvel. Era capaz de matar a quien se interpusiera en sus metas.
-"Mis padres siempre se opusieron a que yo viajara. Decían que aquí correría el más grave de los peligros..." le comentó la chica, peinando su flequillo. Una coincidencia más: supuestamente, los dos adolescentes estarían por embarcarse en una travesía peligrosa y sin retorno.
Mark y Kimi empujaron los portones de cristal del laboratorio y entraron a un gran salón alfombrado con las figuras de más de 300 pokemons diferentes. El ambiente estaba frío por el aire acondicionado, y los vidrios casi llegaban a empañarse.
-"Mis queridos querubines!!!" se escuchó de detrás de una computadora. Era la voz inconfundible del dueño del laboratorio y prestigioso científico en todas las regiones del mundo, el profesor Fresno. Vestido con el típico delantal blanco de los profesores, que hacía juego con su débil cabellera repleta de canas, se dirigió a los recién llegados. Detrás de él se divisaba una computadora, con noticias en su pantalla.
-"Es increíble lo de la pluma de Ho-Oh, ha conmocionado a toda ciudad Ecruteak en Johto. Pero según algunos analistas, todo esto tiene que ver con un plan más grande...dicen que están buscando a...Groudon y Kyogre" comenzó diciendo Kimi, denotando que estaba bien informada sobre los hechos que conmocionaban al mundo en esos "tiempos peligrosos".
-"Como científico pokemon estoy preocupado, y es por eso que he dejado un poco de lado mis investigaciones. Ahora es Cindy, mi aprendiz, quien se encarga de los estudios" contestó un poco molesto el profesor. Actuaba raro, como si estuviese escondiendo algo.
Mark conocía bien a Cindy. Era una joven de 20 años, que a diferencia de Kimi, nunca quiso salir a explorar el mundo. Siempre con su delantal y sus gafas de alambre dorado, iba de un lado a otro del laboratorio con estudios sobre Slowpokes, Remoraids, Castforms, o cualquier otro pokemon.
-"Pero mis pequeñas criaturas, ustedes están aquí por otro motivo. Al igual que Anna, Luna, Eric, Ema y Calvin, ustedes también necesitan de su pokemon inicial para adentrarse en este mundo hostil y desconocido"comenzó diciendo Fresno. Anna, Luna, Eric, Ema y Calvin eran, junto con Mark, los seis entrenadores de Pueblo Estela que habían decidido emprender la aventura.
-"¿En qué parte de la historia entro yo Profesor?" preguntó Kimi de forma brusca, ofuscada por el hecho de que ella no era incluida en el relato.
-"Ahora linda Kimi, calma y perseverancia. Con Cindy hemos evaluado, y creemos que no debes viajar sola por estas tierras desconocidas. Hemos decidido que acompañes a Mark en su viaje como entrenador. Ambos podrán asistirse con sus conocimientos y experiencias adquiridas, formarán una gran pareja!!! Pero para comenzar su travesía, deberán contar con la ayuda de su pokemon inicial" terminó de explicar señalando con su mano arrugada un pedestal iluminado por un reflector. En él descansaban dos hermosas pokebolas. Sin embargo, Mark no se creía ese cuentito de la "ayuda mutua"; debía haber algo más por lo que los obligaban a viajar juntos.
Kimi aceptó la propuesta con una sonrisa fresca y brillante. Mark, por su lado, estaba irritado por dos motivos diferentes: uno era la peculiar manera de hablar del Profesor Fresno; la otra era que pensaba que Kimi podría ser un obstáculo en sus anhelos por convertirse en...ni siquiera sabía qué rayos quería ser.
En realidad la chica proveniente de Hoenn sería parte de ese sueño que comenzaba.
