"Un Kecleon y un Slowking"
Las dos esferas brillaban, al igual que los dos pares de ojos refulgentes que las observaban fijamente. El rojo escarlata de la parte superior, atraía potentemente la atención de Mark y Kimi. En ningún momento sospecharon que dos esferas como esas los harían correr el mayor de los peligros. La curiosidad por saber qué contenían los carcomía, hasta que el momento llegó.
Cindy apareció de una puerta trasera, con un Eevee en sus brazos. Mark no pudo evitar largar una risita burlona al escuchar su voz rasposa y aguda.
- "La pokebola de la derecha es de Mark profesor, la otra es de Kimi"aclaró mientras acariciaba el lomo del pequeño Eevee.
Kimi se dirigió al pedestal, iluminado por un reflector gigantesco y tomó entre sus manos la pokebola de la izquierda, levemente tibia por las proyecciones lumínicas de la lámpara. A continuación Mark, que había quedado un poco confundido con la rapidez de la situación, hizo exactamente lo mismo con la de la derecha.
-"Mark, es tiempo de que descubras quién será tu compañero" dijo el profesor Fresno, interrumpiendo de esa manera el momento único e inolvidable que Mark y Kimi estaban viviendo.
Mark sujetó la pokebola con fuerza en sus nudillos (todavía deseando que no saliera un Rattata, un Pidgey o un sucio Dodrio), antes de lanzarla contra el alfombrado de la sala principal. La esfera se abrió, y de ella surgió un rayo de energía blanca, que cegó a los cuatro humanos durante unos segundos.
Ante ellos se encontraba, un poco adormecido, un pokemon camaleón, de un verde fuerte y brillante. Una línea zigzagueante color púrpura cruzaba por la mitad de su cuerpo, y de su boca picuda emitía sonidos extraños.
-"Un Kecleon!!!" gritó Mark totalmente complacido con su pokemon inicial. En ese instante se abalanzó sobre Kecleon para abrazarlo y darle la bienvenida, pero el camaleón, asustado por la forma en que actuaba su nuevo entrenador, saltó sobre la cabeza de Fresno, dándole un hermoso matiz verde a su cabellera.
-"Kecleon, este será tu entrenador. Él es Mark, y te cuidará y te..." el profesor dejó de hablar al ver que Kecleon descendía de su cabeza y se acercaba a Mark con la mano extendida.
-"Sólo estaba un poco confundido por tu rara actitud Mark, pero Kecleon te ha aceptado" aclaró Cindy
-"Fue muy fácil convencerlo" contestó el entrenador solo para recibir una cachetada de su nuevo pokemon. Mark lo regresó a su pokebola.
-"Ahora es tu turno Kimi. Este pokemon ha sido especialmente elegido para ti" continuó diciendo Cindy mientras se acomodaba las ridículas gafas de alambre corroído.
El corazón de Kimi comenzó a palpitar a una velocidad nunca antes percibida por su cuerpo. Sudor frío y seco recorría las comisuras de sus dedos. Su mente sólo podía desear que el contenido de la pokebola fuera un tierno Eevee como el que sostenía Cindy. Su brazo se movió levemente hacia arriba, y la esfera expulsó un nuevo rayo como el que habían visto unos minutos atrás.
Luego de refregar sus párpados, un poco irritados por el brillo de la energía, Kimi pudo divisar su pokemon inicial.
-"UN SLOWKING???" gritó consternada ante tan graciosa criatura.
-"Sssssslowwwwww----kinggggggg" fue la única respuesta que recibió. Slowking la observaba fijamente con su garrita izquierda extendida hacia ella.
-"Kimi, no hace falta gritar" la regañó Mark de forma burlona, consciente de lo que significaba tener un Slowking como mascota.
-"Hermosa Kimi, esta es la mejor compañía para una investigadora. Hasta la misma Cindy crió a un Slowking cuando era pequeñita" Fresno trató de suavizar la tensa situación.
Ese comentario no ayudaba para nada a endulzar la amargura que Kimi sentía por dentro. Los ojos de Slowking la seguían observando y su manita continuaba suspendida en el aire como una estatua viviente.
De repente, el pokemon psíquico dio dos pequeños pasos y la punta blanca de su garra tocó suavemente el dedo índice de la aprendiz de investigadora. En ese momento Kimi sintió algo distinto dentro de ella, tomó la pokebola e hizo que Slowking entrara en ella.
-"¿Haz cambiado de opinión?" preguntó Cindy.
-"No, sigo pensando que es estúpido, pero igual lo llevaré" contestó levantando el entrecejo y colocando la pokebola en su cinturón.
En realidad algo había cambiado en ella, pero su orgullo era muy grande como para admitirlo.
-"Bueno mis valientes palomitas, el mundo los espera. Pero no quiero dejarlos ir sin antes decirles que vivimos otros tiempos. El equipo Rocket ha caído, pero nuevas fuerzas malignas más poderosas han surgido en los rincones más oscuros de las regiones del mundo...Quiero que te cuides, que se protejan mutuamente..." el profesor Fresno fue interrumpido por una tosesita nerviosa de Mark.
-"Profesor, disculpe pero ya es tarde y no me gustaría que cayera la noche y nos encontrara en el tenebroso Bosque Estela. Adiós Profesor, adiós Cin..." saludó Mark cruzando el umbral con Kimi pisándole los talones. Pero Cindy ya no estaba en la sala principal.
-"Estos dos sí que son raros" dijo Kimi con gestos de disgusto en su cara.
Mark asentía mientras la brisa del mar del Sur golpeaba su rostro:
-"Al infinito y más allá!!! Ehhh... quiero decir EN MARCHA!!!"
Y así los dos emprendieron su viaje, sin saber que el peligro del que fueron advertidos podría estar más cerca de lo que creían. Sobre ellos se cernía un secreto centenario, y no tardarían en descubrirlo.
Las dos esferas brillaban, al igual que los dos pares de ojos refulgentes que las observaban fijamente. El rojo escarlata de la parte superior, atraía potentemente la atención de Mark y Kimi. En ningún momento sospecharon que dos esferas como esas los harían correr el mayor de los peligros. La curiosidad por saber qué contenían los carcomía, hasta que el momento llegó.
Cindy apareció de una puerta trasera, con un Eevee en sus brazos. Mark no pudo evitar largar una risita burlona al escuchar su voz rasposa y aguda.
- "La pokebola de la derecha es de Mark profesor, la otra es de Kimi"aclaró mientras acariciaba el lomo del pequeño Eevee.
Kimi se dirigió al pedestal, iluminado por un reflector gigantesco y tomó entre sus manos la pokebola de la izquierda, levemente tibia por las proyecciones lumínicas de la lámpara. A continuación Mark, que había quedado un poco confundido con la rapidez de la situación, hizo exactamente lo mismo con la de la derecha.
-"Mark, es tiempo de que descubras quién será tu compañero" dijo el profesor Fresno, interrumpiendo de esa manera el momento único e inolvidable que Mark y Kimi estaban viviendo.
Mark sujetó la pokebola con fuerza en sus nudillos (todavía deseando que no saliera un Rattata, un Pidgey o un sucio Dodrio), antes de lanzarla contra el alfombrado de la sala principal. La esfera se abrió, y de ella surgió un rayo de energía blanca, que cegó a los cuatro humanos durante unos segundos.
Ante ellos se encontraba, un poco adormecido, un pokemon camaleón, de un verde fuerte y brillante. Una línea zigzagueante color púrpura cruzaba por la mitad de su cuerpo, y de su boca picuda emitía sonidos extraños.
-"Un Kecleon!!!" gritó Mark totalmente complacido con su pokemon inicial. En ese instante se abalanzó sobre Kecleon para abrazarlo y darle la bienvenida, pero el camaleón, asustado por la forma en que actuaba su nuevo entrenador, saltó sobre la cabeza de Fresno, dándole un hermoso matiz verde a su cabellera.
-"Kecleon, este será tu entrenador. Él es Mark, y te cuidará y te..." el profesor dejó de hablar al ver que Kecleon descendía de su cabeza y se acercaba a Mark con la mano extendida.
-"Sólo estaba un poco confundido por tu rara actitud Mark, pero Kecleon te ha aceptado" aclaró Cindy
-"Fue muy fácil convencerlo" contestó el entrenador solo para recibir una cachetada de su nuevo pokemon. Mark lo regresó a su pokebola.
-"Ahora es tu turno Kimi. Este pokemon ha sido especialmente elegido para ti" continuó diciendo Cindy mientras se acomodaba las ridículas gafas de alambre corroído.
El corazón de Kimi comenzó a palpitar a una velocidad nunca antes percibida por su cuerpo. Sudor frío y seco recorría las comisuras de sus dedos. Su mente sólo podía desear que el contenido de la pokebola fuera un tierno Eevee como el que sostenía Cindy. Su brazo se movió levemente hacia arriba, y la esfera expulsó un nuevo rayo como el que habían visto unos minutos atrás.
Luego de refregar sus párpados, un poco irritados por el brillo de la energía, Kimi pudo divisar su pokemon inicial.
-"UN SLOWKING???" gritó consternada ante tan graciosa criatura.
-"Sssssslowwwwww----kinggggggg" fue la única respuesta que recibió. Slowking la observaba fijamente con su garrita izquierda extendida hacia ella.
-"Kimi, no hace falta gritar" la regañó Mark de forma burlona, consciente de lo que significaba tener un Slowking como mascota.
-"Hermosa Kimi, esta es la mejor compañía para una investigadora. Hasta la misma Cindy crió a un Slowking cuando era pequeñita" Fresno trató de suavizar la tensa situación.
Ese comentario no ayudaba para nada a endulzar la amargura que Kimi sentía por dentro. Los ojos de Slowking la seguían observando y su manita continuaba suspendida en el aire como una estatua viviente.
De repente, el pokemon psíquico dio dos pequeños pasos y la punta blanca de su garra tocó suavemente el dedo índice de la aprendiz de investigadora. En ese momento Kimi sintió algo distinto dentro de ella, tomó la pokebola e hizo que Slowking entrara en ella.
-"¿Haz cambiado de opinión?" preguntó Cindy.
-"No, sigo pensando que es estúpido, pero igual lo llevaré" contestó levantando el entrecejo y colocando la pokebola en su cinturón.
En realidad algo había cambiado en ella, pero su orgullo era muy grande como para admitirlo.
-"Bueno mis valientes palomitas, el mundo los espera. Pero no quiero dejarlos ir sin antes decirles que vivimos otros tiempos. El equipo Rocket ha caído, pero nuevas fuerzas malignas más poderosas han surgido en los rincones más oscuros de las regiones del mundo...Quiero que te cuides, que se protejan mutuamente..." el profesor Fresno fue interrumpido por una tosesita nerviosa de Mark.
-"Profesor, disculpe pero ya es tarde y no me gustaría que cayera la noche y nos encontrara en el tenebroso Bosque Estela. Adiós Profesor, adiós Cin..." saludó Mark cruzando el umbral con Kimi pisándole los talones. Pero Cindy ya no estaba en la sala principal.
-"Estos dos sí que son raros" dijo Kimi con gestos de disgusto en su cara.
Mark asentía mientras la brisa del mar del Sur golpeaba su rostro:
-"Al infinito y más allá!!! Ehhh... quiero decir EN MARCHA!!!"
Y así los dos emprendieron su viaje, sin saber que el peligro del que fueron advertidos podría estar más cerca de lo que creían. Sobre ellos se cernía un secreto centenario, y no tardarían en descubrirlo.
