Cuarteles calientes: a la caza del nuevo líder
Hoy el día les sonríe a Mark y a Kimi, que caminan a paso alegre por los tortuosos caminos que unen Ciudad Jacutia y Ciudad Grizembo. Con las zapatillas un poco embarradas, y los rostros frescos y luminosos de una mañana espectacular, los entrenadores continúan su rumbo.
-"Hoy estoy feliz: un día hermoso, y un pokemon nuevo al cual admirar" comenzó diciendo jovialmente Kimi, mientras observaba a Castform hacer piruetas de un lado a otro del camino. Sus diminutos ojitos buscaban algo o a alguien, como tratando de pedir ayuda.
-"Y además de eso, nos falta muy poco para llegar a Ciudad Grizembo" contestaba Mark con una aire de triunfo que llenaba sus pulmones, al mismo tiempo que acariciaba la Medalla Antena en su bolsillo derecho.
Y así siguieron avanzando, con Castform dando volteretas alrededor de ellos, sin saber que en rincones lejanos y cercanos de esa tierra, una nueva fuerza estaba por entrar en crisis antes de tomar forma.
* * * * * * *
-"Señor, la Pluma Plateada está asegurada en la bóveda junto a los otros elementos" informaba Sissy con innumerables papeles entre sus manos y un teléfono celular apretado contra su oído.
-"Muy bien Sissy. Pronto te ganarás el ascenso que te mereces. Pero primero... Bueno, tu sabes lo que debes hacer para ganártelo" dijo en un tono sombrío la figura oscura, con una copa de licor en sus manos.
El cuarto en el que se encontraban era de un color rojo, un rojo potente que se asemejaba a una llama encendida sobre leños secos. No había mucha luz, y pantallas de televisor tapizaban las paredes, brindándole al dueño de la habitación un total control visual sobre el edificio.
-"Lo sé señor, pero su hijo está en una misión muy importante al norte de Thornel, porque si no lo sabe, nos estamos desplegando por toda la región, preparándonos para el golpe final, que nos dará el poder..." Sissy cerró su boca al escuchar que su jefe se ponía de pie y la observaba con ojos malévolos. Siempre había sentido algo por el hijo del jefe, pero lo reprimía, por ser políticamente incorrecto.
-"No te atrevas a dirigirte a mi en ese tono tan soberbio jovencita, recuerda que tengo el poder para destruirte a ti y a quien se me dé la gana, entiendes?. Yo soy Kairos, cabeza de esta organización, y no voy a tolerar un solo error..." le contestó, regañándola y apuntándola con su dedo índice.
-"Lo siento señor, no volverá a ocurrir. Es que su hijo no se ha comunicado con nosotros desde que nos separamos en los Puertos Calebios, muy cerca de Pueblo Estela. Dijo que necesitaba estar solo, en una misión espiritual"
-"Encuéntrenlo y tráiganlo a mí. Por su lealtad, quiero premiarlo, le cederé mi puesto como cabeza de la organización Magma. Él es más talentoso y astuto que yo, será un digno líder." fue la respuesta de Kairos, que masajeaba su cabeza mientras se acomodaba nuevamente en su sillón negro de pluma de ganso.
-"Entendido señor" contestó resignada la joven ejecutiva saliendo a través de las puertas corredizas del "despacho". Conocía muy bien al hijo de su jefe: era un hombre siniestro, con la maldad enclaustrada en sus venas. Pero lo amaba igual.
* * * * * * *
-"Bien Kecleon, lo hiciste!!!" saltaba Mark con el camaleón en sus brazos, revoleándolo de un lado para otro. Kecleon había logrado hacer añicos una antigua roca solo con su una cuchillada.
El rostro de Kecleon no demostraba felicidad, sino mareo y descomposición luego de las volteretas. Un amarillo pálido había teñido la franja de su barriga, y sus ojos se movían en espiral.
-"Mark!!! Mira esto!!! No puedo creerlo..." gritó Kimi asustada mientras trataba de tranquilizar a su inquieto Castform.
El entrenador de Pueblo Estela se acercó lenta y sigilosamente, acunando a Kecleon en sus brazos.
-"Sí Kimi, es impresionante la cantidad de excremento que puede expulsar un pokemon tan pequeño" decía Mark asqueado mientras observaba un repugnante montículo de deshechos de Spearow sobre el suelo húmedo.
-"No Mark...al lado de esos excrementos. Ves eso?" suspiró Kimi rodando sus pupilas, como un signo de cansancio.
Era un papel amarillento, un mapa casi destruido por la tormenta del día anterior. En él se detallaban cada una de las ciudades de Thornel, simbolizadas por una calavera y un número.
-"Estoy segura que esto debió haberse caído de la caravana de autos rojos que casi nos arrollan. Deben estar planeando algo malo, una guerra tal vez" dijo la investigadora a modo de detective de un cuento de Ágatha Christie.
-"Kimi, deja de fantasear; no hay lugar más seguro que Thornel. Primero imaginas a ese tal Turrón, y ahora inventas una guerra. Envidio tu capacidad inventiva" se burló Mark, ahora él dando vuelta sus pupilas. -"Que su nombre era GENÓN y NO LO INVENTÉ!!!" aulló Kimi produciendo un eco aterrador a lo largo y ancho de toda la llanura barrosa. Así es, los gritos de Kimi creaban eco hasta en los lugares donde científicamente el eco no puede existir.
Tal vez Kimi estaba en lo cierto: Thornel ardía, y la región era una bomba de tiempo; no tardaría mucho en explotar.
* * * * * * *
Sissy caminaba por los pasillos del edificio, decorados con adornos y ornamentos que conmemoraban el fuego, e iluminados con luces tenues, aunque lo suficientemente fuertes. Iba de un lugar a otro rechinando sus dientes en su pequeña boca. Finalmente dio una vuelta y entró a una habitación más fresca e iluminada que los sofocantes pasillos.
"Centro de Mandos" se leía en un cartel que cruzaba la habitación. Docenas de pantallas de computadores sobre escritorios rojos y brillantes tintineaban. Decenas de empleados del equipo Magma trabajaban sin pausa, tipeando documentos desconocidos en los teclados, a un ritmo asombroso.
-"Atención todos, por favor. Tarea de rastreo, hay que encontrar al hijo del jefe rápido. Quiero a todos los equipos trabajando en eso" ordenó Sissy arreglando sus cabellos.
Dicho esto mapas de Thornel, Kanto, Hoenn y Johto comenzaron a aparecer en todas las pantallas del cuarto, y un murmullo monótono se apoderó del silencio que había reinado hasta el momento.
-"¿Qué está ocurriendo Sissy?" preguntó intrigado el jefe del Centro de Mandos, vestido con un traje rojo con líneas negras, aprovechando que nadie estaba escuchando.
-"Lo que siempre nos temimos Ethan, Kairos quiere cederle su puesto a su hijo, y debemos encontrarlo, porque el muy inútil está perdido en algún lugar del mundo." explicó Sissy, que se divertía al ver los gestos que aparecían en el rostro de su compañero mientras hablaba.
-"Pero ¿por qué él? Tu y yo somos mucho más capaces que ese chiquillo caprichoso. Y además hemos sido fieles y leales a la organización desde sus comienzos" contestó Ethan mientras acomodaba su credencial identificatoria.
-"Lo sé Ethan, lo sé. Estoy segura que va a querer cambiar el nombre del equipo y todo. Con el trabajo que nos ha costado reunir las preciadas plumas de los colosos de oro y plata" especulaba Sissy con ojos llorosos.
Sus manos delicadas se encontraban fuertemente apuñadas, y se habían tornado de un color blanco, obstruyendo la circulación.
-"Señorita Sissy, Señor Ethan, lo hemos encontrado a través de un sistema sofisticado de rastreo satelital electrónico..." fue interrumpida una asistente personal de Ethan por los gritos desconsolados de Sissy.
-"DEJA DE HABLAR ESTUPIDECES Y DINOS DÓNDE RAYOS ESTÁ!!!"
-"Si señorita, él está en las afueras de ciudad Gizembo" contestó temblando la empleada, asustada por los alaridos de Sissy.
Sissy dio media vuelta, dejó caer su cabello (que hasta ahora había estado sujeto a una apretada rodeta), y finalmente habló.
-"Quiero mis pokebolas, y un helicóptero en la terraza en diez minutos. Ethan, tu vienes conmigo. Llegó la hora!!!"
* * * * * * *
En Ciudad Jacutia, Fionna descansaba en una banqueta de leños lustrados, peinando sus cabellos rojos mientras observaba su rostro en un pequeño espejito de tocador. Ledian volaba de un lado a otro, practicando su rutina artística con un tutú nuevo.
De repente, un ruido de hélices y motores comenzaron a sentirse a lo largo y ancho del pueblo. Un gran helicóptero rojo tomaba vuelo y salía de entre las copas del oscuro y aledaño Bosque Estela.
El helicóptero sobrevoló la ciudad a gran velocidad, azotándola con ráfagas de vientos expulsados por las hélices.
-"Ayyy nooo!!! Me han despeinado. Malditos!!!" trataba de gritarles Fionna con su puño izquierdo levantado, creyendo que los ocupantes del helicóptero la escuchaban.
Ledian, también un poco desarreglada por la ráfaga que la había golpeado, se posó sobre el hombro de su entrenadora.
-"¿Qué ocurre mi Ledi-Ledi? Osea, algo anda mal en ese bosque, digo, por eso es que nadie se atreve a cruzarlo. Algo anda muy, muy, muy mal en el interior de esa maraña de enredaderas" se lamentaba con miedo la líder del gimnasio mientras jugaba enrollando la goma de mascar en sus dedos.
* * * * * * *
-"Hemos llegado Kimi, Ciudad Grizembo" comunicó Mark airoso a su compañera.
Kimi había regresado a Castform a su pokebola, cansada de sus piruetas, y se dirigía contenta a la entrada de la ciudad, cuando repentinamente un helicóptero pasó a gran velocidad sobre su cabeza.
-"¿Pero qué es esto? Primero automóviles, ahora helicópteros, quiero saber qué ocurre en este mundo!!!" gritó la entrenadora un poco fatigada, además de curiosa por descubrir qué acontecía.
-"No lo sé Kimi, pero esto no es normal. Algo anda mal" coincidía Mark con Fionna al mismo tiempo que entraba a Ciudad Grizembo, en busca de su segunda medalla, y tal vez de las respuestas que tanto necesitaba.
Hoy el día les sonríe a Mark y a Kimi, que caminan a paso alegre por los tortuosos caminos que unen Ciudad Jacutia y Ciudad Grizembo. Con las zapatillas un poco embarradas, y los rostros frescos y luminosos de una mañana espectacular, los entrenadores continúan su rumbo.
-"Hoy estoy feliz: un día hermoso, y un pokemon nuevo al cual admirar" comenzó diciendo jovialmente Kimi, mientras observaba a Castform hacer piruetas de un lado a otro del camino. Sus diminutos ojitos buscaban algo o a alguien, como tratando de pedir ayuda.
-"Y además de eso, nos falta muy poco para llegar a Ciudad Grizembo" contestaba Mark con una aire de triunfo que llenaba sus pulmones, al mismo tiempo que acariciaba la Medalla Antena en su bolsillo derecho.
Y así siguieron avanzando, con Castform dando volteretas alrededor de ellos, sin saber que en rincones lejanos y cercanos de esa tierra, una nueva fuerza estaba por entrar en crisis antes de tomar forma.
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-"Señor, la Pluma Plateada está asegurada en la bóveda junto a los otros elementos" informaba Sissy con innumerables papeles entre sus manos y un teléfono celular apretado contra su oído.
-"Muy bien Sissy. Pronto te ganarás el ascenso que te mereces. Pero primero... Bueno, tu sabes lo que debes hacer para ganártelo" dijo en un tono sombrío la figura oscura, con una copa de licor en sus manos.
El cuarto en el que se encontraban era de un color rojo, un rojo potente que se asemejaba a una llama encendida sobre leños secos. No había mucha luz, y pantallas de televisor tapizaban las paredes, brindándole al dueño de la habitación un total control visual sobre el edificio.
-"Lo sé señor, pero su hijo está en una misión muy importante al norte de Thornel, porque si no lo sabe, nos estamos desplegando por toda la región, preparándonos para el golpe final, que nos dará el poder..." Sissy cerró su boca al escuchar que su jefe se ponía de pie y la observaba con ojos malévolos. Siempre había sentido algo por el hijo del jefe, pero lo reprimía, por ser políticamente incorrecto.
-"No te atrevas a dirigirte a mi en ese tono tan soberbio jovencita, recuerda que tengo el poder para destruirte a ti y a quien se me dé la gana, entiendes?. Yo soy Kairos, cabeza de esta organización, y no voy a tolerar un solo error..." le contestó, regañándola y apuntándola con su dedo índice.
-"Lo siento señor, no volverá a ocurrir. Es que su hijo no se ha comunicado con nosotros desde que nos separamos en los Puertos Calebios, muy cerca de Pueblo Estela. Dijo que necesitaba estar solo, en una misión espiritual"
-"Encuéntrenlo y tráiganlo a mí. Por su lealtad, quiero premiarlo, le cederé mi puesto como cabeza de la organización Magma. Él es más talentoso y astuto que yo, será un digno líder." fue la respuesta de Kairos, que masajeaba su cabeza mientras se acomodaba nuevamente en su sillón negro de pluma de ganso.
-"Entendido señor" contestó resignada la joven ejecutiva saliendo a través de las puertas corredizas del "despacho". Conocía muy bien al hijo de su jefe: era un hombre siniestro, con la maldad enclaustrada en sus venas. Pero lo amaba igual.
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-"Bien Kecleon, lo hiciste!!!" saltaba Mark con el camaleón en sus brazos, revoleándolo de un lado para otro. Kecleon había logrado hacer añicos una antigua roca solo con su una cuchillada.
El rostro de Kecleon no demostraba felicidad, sino mareo y descomposición luego de las volteretas. Un amarillo pálido había teñido la franja de su barriga, y sus ojos se movían en espiral.
-"Mark!!! Mira esto!!! No puedo creerlo..." gritó Kimi asustada mientras trataba de tranquilizar a su inquieto Castform.
El entrenador de Pueblo Estela se acercó lenta y sigilosamente, acunando a Kecleon en sus brazos.
-"Sí Kimi, es impresionante la cantidad de excremento que puede expulsar un pokemon tan pequeño" decía Mark asqueado mientras observaba un repugnante montículo de deshechos de Spearow sobre el suelo húmedo.
-"No Mark...al lado de esos excrementos. Ves eso?" suspiró Kimi rodando sus pupilas, como un signo de cansancio.
Era un papel amarillento, un mapa casi destruido por la tormenta del día anterior. En él se detallaban cada una de las ciudades de Thornel, simbolizadas por una calavera y un número.
-"Estoy segura que esto debió haberse caído de la caravana de autos rojos que casi nos arrollan. Deben estar planeando algo malo, una guerra tal vez" dijo la investigadora a modo de detective de un cuento de Ágatha Christie.
-"Kimi, deja de fantasear; no hay lugar más seguro que Thornel. Primero imaginas a ese tal Turrón, y ahora inventas una guerra. Envidio tu capacidad inventiva" se burló Mark, ahora él dando vuelta sus pupilas. -"Que su nombre era GENÓN y NO LO INVENTÉ!!!" aulló Kimi produciendo un eco aterrador a lo largo y ancho de toda la llanura barrosa. Así es, los gritos de Kimi creaban eco hasta en los lugares donde científicamente el eco no puede existir.
Tal vez Kimi estaba en lo cierto: Thornel ardía, y la región era una bomba de tiempo; no tardaría mucho en explotar.
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Sissy caminaba por los pasillos del edificio, decorados con adornos y ornamentos que conmemoraban el fuego, e iluminados con luces tenues, aunque lo suficientemente fuertes. Iba de un lugar a otro rechinando sus dientes en su pequeña boca. Finalmente dio una vuelta y entró a una habitación más fresca e iluminada que los sofocantes pasillos.
"Centro de Mandos" se leía en un cartel que cruzaba la habitación. Docenas de pantallas de computadores sobre escritorios rojos y brillantes tintineaban. Decenas de empleados del equipo Magma trabajaban sin pausa, tipeando documentos desconocidos en los teclados, a un ritmo asombroso.
-"Atención todos, por favor. Tarea de rastreo, hay que encontrar al hijo del jefe rápido. Quiero a todos los equipos trabajando en eso" ordenó Sissy arreglando sus cabellos.
Dicho esto mapas de Thornel, Kanto, Hoenn y Johto comenzaron a aparecer en todas las pantallas del cuarto, y un murmullo monótono se apoderó del silencio que había reinado hasta el momento.
-"¿Qué está ocurriendo Sissy?" preguntó intrigado el jefe del Centro de Mandos, vestido con un traje rojo con líneas negras, aprovechando que nadie estaba escuchando.
-"Lo que siempre nos temimos Ethan, Kairos quiere cederle su puesto a su hijo, y debemos encontrarlo, porque el muy inútil está perdido en algún lugar del mundo." explicó Sissy, que se divertía al ver los gestos que aparecían en el rostro de su compañero mientras hablaba.
-"Pero ¿por qué él? Tu y yo somos mucho más capaces que ese chiquillo caprichoso. Y además hemos sido fieles y leales a la organización desde sus comienzos" contestó Ethan mientras acomodaba su credencial identificatoria.
-"Lo sé Ethan, lo sé. Estoy segura que va a querer cambiar el nombre del equipo y todo. Con el trabajo que nos ha costado reunir las preciadas plumas de los colosos de oro y plata" especulaba Sissy con ojos llorosos.
Sus manos delicadas se encontraban fuertemente apuñadas, y se habían tornado de un color blanco, obstruyendo la circulación.
-"Señorita Sissy, Señor Ethan, lo hemos encontrado a través de un sistema sofisticado de rastreo satelital electrónico..." fue interrumpida una asistente personal de Ethan por los gritos desconsolados de Sissy.
-"DEJA DE HABLAR ESTUPIDECES Y DINOS DÓNDE RAYOS ESTÁ!!!"
-"Si señorita, él está en las afueras de ciudad Gizembo" contestó temblando la empleada, asustada por los alaridos de Sissy.
Sissy dio media vuelta, dejó caer su cabello (que hasta ahora había estado sujeto a una apretada rodeta), y finalmente habló.
-"Quiero mis pokebolas, y un helicóptero en la terraza en diez minutos. Ethan, tu vienes conmigo. Llegó la hora!!!"
* * * * * * *
En Ciudad Jacutia, Fionna descansaba en una banqueta de leños lustrados, peinando sus cabellos rojos mientras observaba su rostro en un pequeño espejito de tocador. Ledian volaba de un lado a otro, practicando su rutina artística con un tutú nuevo.
De repente, un ruido de hélices y motores comenzaron a sentirse a lo largo y ancho del pueblo. Un gran helicóptero rojo tomaba vuelo y salía de entre las copas del oscuro y aledaño Bosque Estela.
El helicóptero sobrevoló la ciudad a gran velocidad, azotándola con ráfagas de vientos expulsados por las hélices.
-"Ayyy nooo!!! Me han despeinado. Malditos!!!" trataba de gritarles Fionna con su puño izquierdo levantado, creyendo que los ocupantes del helicóptero la escuchaban.
Ledian, también un poco desarreglada por la ráfaga que la había golpeado, se posó sobre el hombro de su entrenadora.
-"¿Qué ocurre mi Ledi-Ledi? Osea, algo anda mal en ese bosque, digo, por eso es que nadie se atreve a cruzarlo. Algo anda muy, muy, muy mal en el interior de esa maraña de enredaderas" se lamentaba con miedo la líder del gimnasio mientras jugaba enrollando la goma de mascar en sus dedos.
* * * * * * *
-"Hemos llegado Kimi, Ciudad Grizembo" comunicó Mark airoso a su compañera.
Kimi había regresado a Castform a su pokebola, cansada de sus piruetas, y se dirigía contenta a la entrada de la ciudad, cuando repentinamente un helicóptero pasó a gran velocidad sobre su cabeza.
-"¿Pero qué es esto? Primero automóviles, ahora helicópteros, quiero saber qué ocurre en este mundo!!!" gritó la entrenadora un poco fatigada, además de curiosa por descubrir qué acontecía.
-"No lo sé Kimi, pero esto no es normal. Algo anda mal" coincidía Mark con Fionna al mismo tiempo que entraba a Ciudad Grizembo, en busca de su segunda medalla, y tal vez de las respuestas que tanto necesitaba.
