Duro como roca, fuerte como Kecleon

7:00 AM marcaban todos los relojes del Centro Pokemon. La mayoría de los entrenadores dormían plácidamente sobre los sillones de la sala. Otros, como Kimi y Mark, ya estaban despiertos, disfrutando de un desayuno frugal.

-"No sé cómo agradecerte tu regalo Kimi" comenzaba Mark la primera conversación de la mañana.

-"Ya me lo agradeciste dejándome que te acompañara en tu viaje" respondió Kimi mientras peinaba sus cabellos enredados. En realidad, habían sido prácticamente obligados a viajar juntos.

Los dos se pusieron de pie, prepararon sus mochilas, y se dispusieron a salir del Centro Pokemon. A diferencia de otras mañanas, esta era mucho más calurosa y densa. Mark debió despojarse de su abrigo al observar que gotas de sudor cálido recorrían su espalda.

-"No me habías dicho nada de tu familia" dijo un poco ofendido el entrenador.

-"Es que no se había presentado la oportunidad, pero no es muy diferente que la tuya: mi padre es un reconocido científico en Hoenn y mi madre es una trabajadora ama de casa, en mi hogar en Evergrande. Mis abuelos viven en Ciudad Plateada, en Kanto, pero viajan por todo el mundo, y mi hermano mayor es ayudante en el gimnasio de Ciudad Violeta. Como verás, no somos una familia muy unida que digamos." terminó Kimi de contar su árbol familiar, con un gesto triste en sus ojos.

Siguieron caminando en silencio, cruzando las calles grises, que en ese momento parecían desérticas, pero que pronto estarían repletas de abarrotados compradores y desesperados vendedores. Finalmente arribaron a una esquina irregular, ocupada por un edificio grisáceo, de roca maciza. En una de sus paredes, una placa de bronce iluminada decía: "Laboratorio Grizembo".

-"Me había olvidado de contarte: ¿Sabes a quién vi ayer en el mercado? A Genón. Pero cuando se acercaba para saludarme, un Skarmory asustó a todos y desapareció" contó Kimi lo que había sucedido el día anterior.

-"Ese tipo empieza a darme escalofríos" fue la respuesta despectiva de Mark mientras ingresaban al laboratorio.

Adentro estaba oscuro, ya que a diferencia del laboratorio de Pueblo Estela, allí no había ventanales que le dieran la bienvenida a la luz del Sol. En el centro de esa sala, frente una máquina complicada, e iluminado solo por unos reflectores de luz artificial, un hombre de guardapolvo blanco analizaba algo.

-"Hola!!! Señor!!!" lo llamó Kimi para llamar su atención.

-"Oh! Me asustaron, ¿Quiénes son ustedes?" preguntó un poco sobresaltado el científico.

-"Él es Mark Clairel de pueblo Estela, y es un entrenador pokemon. Yo soy Kimi Ellindorf, de Ciudad Evergrande y estoy aquí en Thornel para mi proyecto final de investigación. Creí que me ayudaría mucho visitar un auténtico laboratorio" fue la respuesta completa de Kimi.

-"Lo que sucede es que en este momento, el laboratorio no está funcionando. Todas las investigaciones han sido interrumpidas, para evitar que el mal que se está gestando se apodere de nuevos datos sobre... Ah! Por cierto, mi nombre es Kaz." respondió el científico en voz baja, casi inaudible.

Mark y Kimi se miraban, evitando lanzar una carcajada ante tan patético escenario.

-"Que mala suerte! Yo solo quería aprender un poco más de esta vida científica. Mire Sr. Kaz, observe mi Castform" dijo Kimi un poco desilusionada al mismo tiempo que la pokebola de Castform se abría y dejaba ver al pequeño pokemon clima. Pero ahora su forma había cambiado: el calor había hecho que se asemejara a un pequeño sol, diminuto y anaranjado.

-"Un Castform!!! Fascinante, es la envidia de todos los investigadores. Veo que tienes agallas. ¿Dónde lo encontraste? ¿Me muestras? ¿Me regalas el tuyo? ¿Me lo das?" preguntaba con los ojos saltones Kaz, acercándose cada vez más al pokemon de Kimi.

Al ver las intenciones del profesor, Castform tomó vuelo, se colocó sobre la cabeza de Kaz (que ostentaba una rígida cabellera negra, armada con gel de tocador) y lanzó un pequeño ataque de brasas sobre él. Su cabeza comenzó a arder, el fuego alimentado por los componentes químicos del gel para cabello.

Castform dio media vuelta, y muy asustado salió del laboratorio a gran velocidad, perdiéndose entre la gente que caminaba de un sitio a otro con bolsas y cajas de distintos tipos y colores.

-"Nooo!!! Castform, regresa" gritó Kimi, persiguiendo desesperadamente a su pokemon y perdiéndose entre la muchedumbre.

-"Hizo que Castform se asustara, ¿está contento?" reclamó Mark mientras salía del laboratorio. Pero Kaz ya no lo escuchaba. Había sumergido su cabeza en un tanque de agua fría para pokemons acuáticos (ahora en desuso), y expulsaba alaridos de alivio.

Mark salió a la calle, pero Kimi había desaparecido. Luego de unos minutos de pensar duro, decidió ir al gimnasio Grizembo. No podía posponer más su batalla, así que se puso en marcha. Pero no fue mucha la distancia que recorrió, ya que al dar dos pasos, sorprendido, advirtió que el Gimnasio se encontraba junto al laboratorio.

-"A esto se le llama conveniencia" pensó Mark alegre, mientras subía las escalinatas y empujaba los pesados portones de hierro forjado.

La estructura del gimnasio era muy parecida a la del laboratorio, hecho de una piedra dura y maciza, sobre un suelo de tierra resistente y compacto. Adentro estaba oscuro, pero sobre un cartel a la entrada, se alcanzaba a divisar una inscripción: "Gimnasio Grizembo, la fuerza de la roca".

-"Hola!!! ¿Hay alguien ahí? Soy un entrenador, y quiero una batalla!!!" gritaba Mark hacia la oscuridad, deseando que alguien lo escuchara.

De repente, un reflector dispuesto sobre una de las paredes, dejó ver una figura oscura en el otro extremo de la arena. Era una persona alta, de rostro pálido y alargado, manos huesudas y exhibía atuendos blancos. Lo más extraño de todo era que de la superficie de su cabeza emanaba un humo, un vapor extraño. Esta era una persona conocida, él era...

-"Kaz!!!" gritó Mark totalmente asombrado al descubrir quién era ese sujeto. Esa persona era el científico patético que había aterrado a Castform unos minutos antes, era Kaz, el líder de Gimnasio.

-"Él mismo. Y no creas que te será fácil vencerme. Más si estoy enfadado por lo que me hizo el pokemon de tu querida amiguita" dijo Kaz desafiante, dando un paso adelante. Ahora toda su figura estaba iluminada, y llamaban la atención sus mechones de cabello chamuscados y el humo que desprendían.

Mark trataba de reprimir su risa burlona con todas sus fuerzas, mientras sacaba de la cajita ornamentada una pokebola.

-"Este combate por la medalla Roca será un 2vs2. Esas son las reglas, sin nada más que decir... Ve Graveler!!!" dijo en un tonito para nada amigable, lanzando una pokebola pesada al aire.

-"No tengo nada que funcione bien contra la roca. Pero Hoothoot luchó muy bien contra Luna. Ve Hoothoot!!!" fue la decisión final del entrenador, un poco asustado por el hecho de que esta vez no tenía ventaja de tipo.

Apenas se materializó, los ojos de Hoothoot se endulzaron, al ver a Graveler al otro lado de la arena. Se acercó tímidamente, para saludarlo. Pero en el momento en que el pequeño búho le extendía su alita tiernamente, Graveler lo tomó y lo estampó contra el suelo, ensuciándolo con un polvo asfixiante.

-"JaJaJa!!! Ese Hoothoot es débil, eso lo demuestra la flaccidez de su contextura física. Además su temperamento es también pobre, ya que piensa que su contrincante es su amigo" explicaba soberbiamente Kaz entre carcajada y carcajada.

-"No Hoothoot, Graveler es tu enemigo!!!" le advirtió su entrenador golpeando su frente con el puño cerrado.

Hoothoot trató de ponerse de pie, pero un pisotón de Graveler lo aplastó aún más contra el suelo provocando gritos de dolor por parte de la lechucita.

-"Hoothoot sal de allí y embístelo. Él NO es tu amigo" trataba explicarle Mark nerviosamente.

Hoothoot se puso de pie dolorosamente y voló por debajo de las patas de Graveler, pero cuando comenzaba a tomar un vuelo triunfal, una de las múltiples manos del coloso de roca trató de impedírselo, arrancándole 4 plumas de su cola.

Al ver su dañado plumaje, sus ojos se tiñeron de rojo, dio una vuelta sobre sí mismo y embistió a Graveler en la espalda, con tal fuerza que logró tumbarlo. El pokemon roca no toleró ser atacado por un organismo más pequeño y se puso de pie rechinando sus dientes.

-"Graveler, aplástalo con un lanza rocas" ordenó Kaz tranquilo, untando una pomada de eucalipto sobre su cuero cabelludo.

-"Hoothoot, evade eso con agilidad!!!" gritó Mark muy alterado, al ver que su pokemon había alcanzado un punto máximo de fatiga.

Hoothoot voló a gran velocidad, camuflándose en la oscuridad que reinaba en el recinto cerrado. Graveler enterró sus duras manos en el suelo compacto y arrancó un bloque de piedra resistente, lo alzó por sobre su cabeza, y lo lanzó con suma rapidez hacia un punto en la oscuridad. Un chillido de dolor se sintió entre las penumbras. Hoothoot se hallaba aplastado y dolorido, imposibilitado de continuar.

-"Regresa Hoothoot. Kecleon, de ti depende, ve!!!" dijo un poco apesadumbrado el entrenador, secando con su manga el sudor que escurría por su frente.

Kecleon se materializó frente a Graveler, que reía sin cesar junto a su entrenador. En ese momento, extendió la palma de su mano y lo arañó en la cara con fuerza. El ataque no le causó mucho daño, pero hizo que Graveler se enfureciera aún más.

-"Graveler, aplánalo con una rodada" ordenó Kaz burlón.

-"Es fuerte Kecleon, debemos sorprenderlo con algo especial. Usa tu característica" fue el comando dado por Mark luego de pensar unos segundos.

Graveler colocó sus brazos sobre su pecho, formando una pelota rocosa. Luego, con un impulso rodó a través de la arena y golpeó a Kecleon, dio media vuelta y volvió a golpearlo, esta vez con más potencia. En ese momento, Kecleon levantó sus brazos, y su color verde manzana, fue cambiando paulatinamente, hasta convertirse en un marrón opaco. Ahora Kecleon se había convertido al tipo roca.

Cuando Graveler se acercaba rodando a gran velocidad, saltó impulsándose sobre sus rodillas, aterrizando luego sobre su contrincante. Graveler cayó al suelo pesadamente, y sobre él cayó Kecleon. El golpe causó un brusco movimiento en la tierra, y todo el gimnasio comenzó a temblar descontroladamente.

-"Graveler, Kecleon ha usado el ataque terremoto, sal de allí ahora!!!" le advirtió a los gritos Kaz a su pokemon. Pero ya era tarde, Graveler había absorbido todo el impacto de la caída y el posterior terremoto. No podía continuar.

-"Bien Kecleon, lo hiciste" lo felicitaba Mark mientras su silueta se tornaba nuevamente del verde característico.

-"Buena estrategia, pero ahora te enfrentarás a MI compañero de laboratorio. Como tu amiga tiene un Castform, yo tengo un pokemon envidiado entre los investigadores pokemon. Ve amigo mío!!!" dijo Kaz tranquilo, lanzando una pokebola de color marrón.

La pokebola dibujó un círculo en el aire, fija en la intrigada mirada de Kecleon y Mark. Lo que fueron segundos que tardó la extraña pokebola en golpear el suelo, parecieron horas para el entrenador y su pokemon inicial. Finalmente se abrió, y camuflado con una carcajada de Kaz, el rayo de energía blanca comenzó a tomar forma.

Frente a Kecleon, ahora se encontraba un pokemon de roca, marrón y con un rostro muy gracioso. Se asimilaba mucho a un árbol, pero tenía la apariencia de una piedra. Kecleon lo observó de arriba abajo, antes de recibir una tremenda patada que lo tumbó y lo dejó jadeando a los pies de Mark.

-"Les presento a mi invencible Sudowoodo!!!" gritó soberanamente Kaz, como si presentara a un líder político o a una estrella de televisión.

El combate no iba a ser nada fácil, y una dura pelea estaría por librarse en Ciudad Grizembo.