El fuego de la muerte

El ambiente se había puesto más pesado, y la respiración se hacía dificultosa, especialmente para Kecleon. El camaleón se encontraba a los pies de su entrenador, que observaba estupefacto la forma en que Sudowoodo se movía de un lado a otro.

-"Muy bien Sudowoodo, pisotón y golpe cruzado" fue el primer comando dado por Kaz, que ahora volvía a untarse sus mechones de cabellos chamuscados con una crema, pero esta vez era la gomina para cabellos.

-"Kecleon, ¿puedes ponerte de pie?" dijo Mark un poco resignado, sacando la pokebola de Kecleon con recelo, dispuesto a retirarlo de la batalla.

En ese momento Kecleon se puso de pie y se dirigió a gran velocidad hacia Sudowoodo, con la cabeza inclinada, lanzando pequeñas chispitas transparentes. El cabezazo dio en el estómago de su contrincante, que se tambaleó sobre sí mismo, antes de estabilizarse nuevamente. Con un sonidito extraño, levantó su corta pierna derecha, golpeando a Kecleon en el rostro una y otra vez.

-"Kecleon, evádelo y luego..." Mark calló al ver la paliza que estaba recibiendo su pokemon. Nuevamente tomó la pokebola en sus manos.

Sudowoodo le había practicado un golpe cruzado tan potente que una cortada sangrante había aparecido a través del rostro de Kecleon.

-"Ojo por ojo diente por diente Mark. Es hora de que te rindas. Sudowoodo, lanza rocas!!!" ordenó Kaz con una vocecita aburridora y triunfante.

Mark alzó la pokebola, un silencio desgarrador se apoderaba de su alma. Iba a perder, había fracasado. Pero en ese instante los ojos del entrenador vieron algo diferente en los del entrenado. Kecleon no deseaba darse por vencido, quería seguir luchando, y la línea púrpura que cruzaba su cuerpo brillaba ahora con un furor nunca antes visto.

Sudowoodo pateó el suelo, y un bloque de piedra se desprendió de él. El terremoto que había sacudido la tierra minutos antes había aflojado cada centímetro del pavimento compacto. Con sus manos lo tomó con fuerza y lo lanzó directo hacia su contrincante.

El "meteorito" impulsado por Sudowoodo se dirigía hacia Kecleon, pero en el momento en que estaba por golpearlo y sacarlo de combate, la línea de su cuerpo eructó un rayo de luz violáceo y brillante, que partió la roca en mil pedazos, reduciéndola a partículas de polvo. El rayo estaba cargado con tanta energía que siguió su rumbo y golpeó a Sudowoodo justo en el centro del cuerpo. El pokemon roca cayó al suelo pesadamente, antes de volver a ponerse de pie con dolor.

-"¿Qué fue eso? No puede ser!!!" gritó enfadado Kaz al ver que su venganza no había podido ser concretada.

-"Eso fue lo que yo creo que fue... Kecleon, aprendiste el ataque de Rayo Psíquico!!!" gritaba Mark saltando de un lado a otro de la mano de su pokemon.

Sudowoodo se tambaleaba, mareado de un lado a otro. El golpe le había hecho efecto, y había causado un gran revoltijo en su cabeza. En un momento de desesperación, trató de golpear a Kecleon, pero le falló por muchos metros. Una vez repuesto del golpe se puso nuevamente en posición, a la espera de una nueva orden.

-"Kecleon, otro Rayo Psíquico con toda la fuerza que tengas!!!" ordenó Mark arreglando los mechones de su flequillo, que escurrían el sudor frío de los nervios sufridos.

-"Tranquilo Sudowoodo, solo utiliza tu mímica" comandó muy calmo Kaz.

-"¿Mímica?" fue la única palabra que se le ocurrió decir a Mark al escuchar la orden del líder.

-"Sí, ahora veremos cuál rayo psíquico es más potente, el de mi fuerte Sudowoodo, o el de tu débil Kecleon" dijo Kaz burlándose, ahora él también con sudor en su sien.

Kecleon saltó del hombro de Mark a la arena y su raya comenzó a brillar nuevamente, pero ahora el violeta se había transformado en un rojo furioso y espectacular. Sudowoodo, por su parte, había levantado su mano, en las que se observaban tres bolitas verdes, en el centro, energía de color púrpura se estaba formando lentamente.

* * * * * * *

-"Castform!!! Castform ¿dónde te has metido?" gritaba Kimi sin consuelo buscando a su pokemon.

La huída de Castform la había traído hasta la salida de la ciudad, entre los arbustos secos y las rocas filosas. Caminaba de un lado a otro llamándolo, pero no podía encontrarlo por ninguna parte.

A unos metros, Ethan lo había hallado, escondido y tembloroso entre algunas hojas secas.

-"Ven chiquitín. No tengas miedo. Ven con el tío Ethan. Ahora serás parte de mi equipo, del Equipo Magma. Ataca Houndoom!!!" ordenó Ethan con los ojos brillosos ante tan preciado descubrimiento.

-"Alto ahí!!! Ese Castform es mío y no me lo robarás!!!" apareció Kimi ante Houndoom, gritando como sólo ella podía hacerlo.

Ethan se puso de pie, lentamente y con gesto adusto. Con los dedos de su mano derecha, escondida detrás de su espalda, hizo una extraña seña, a la cual Houndoom respondió de inmediato. El perro oscuro dio un salto magnánimo y tackleó a Kimi con un duro golpe en el estómago. La chica calló al suelo pesadamente, expulsando un grito de dolor.

-"¿Cómo te atreves a gritarme de ese modo?" preguntó groseramente, tomando una posición solo digna de los reyes.

Kimi ahora tenía arena en todos sus cabellos, y un dolor agudo recorría cada centímetro de su cuerpo. Trataba de ponerse de pie, pero en cuanto se movía sus huesos crujían como nunca lo habían hecho.

-"Ethan basta de jugar con esa niñita, ya tenemos lo que vinimos a buscar, ahora de regreso al cuartel!" lo regañó Sissy, mientras regresaba a Skarmory a su pokebola e ingresaba al helicóptero rojo, ahora en marcha.

-"Aguarda Sissy, esta niñita recibirá su lección por faltarle el respeto a un Magma" fue la sentencia final de Ethan, al mismo tiempo que practicaba otra seña con sus dedos.

Los ojos de Kimi se llenaron de lágrimas y toda su insipiente vida recorrió su mente.

* * * * * * *

-"Ahora Kecleon!!!" ordenó Mark finalmente.

-"Ahora Sudowoodo!!!" fue el comando final de Kaz.

Los dos rayos psíquicos, brillantes y despampanantes cruzaron el espacio a una velocidad impresionante, cortando la brisa e iluminando cada rincón oscuro del gimnasio. En el centro de la arena ambas fuentes de energía colisionaron, en una explosión de color y sonido.

-"No te rindas Kecleon!!!" eran las únicas palabras de aliento que se le ocurrían a Mark.

-"Más fuerza Sudowoodo!!!" dijo Kaz al ver que el rayo de Kecleon ganaba espacio.

Una brisa cálida comenzó a recorrer todo el lugar, y la luz de los rayos encandilaba a cualquiera que lo observara directamente. Los ojos de Kecleon comenzaron a teñirse de un púrpura claro, y una nueva explosión, esta vez más fuerte sacudió los cimientos del lugar.

-"Kecleon!!!" gritó Mark.

Su pokemon se encontraba de pie, jadeando con fuerza. Sus pulmones trabajaban dificultosamente, pero se encontraba de pie. Sudowoodo, en cambio, había sido expulsado a toda velocidad por el impacto del rayo psíquico y había golpeado a Kaz. Ahora los dos se encontraban tendidos en el suelo, el pokemon sobre su entrenador.

-"Sal de mi gimnasio, bastante daño físico me han causado" dijo entrecortadamente, con el pesado Sudowoodo sobre él.

De su mano se desprendió la Medalla Roca, que se asimilaba mucho a un pilar de piedra gris. Mark se acercó, la tomó entre sus manos y la colocó delicadamente en su cajita.

-"Gracias Kaz, fue una gran batalla" fue lo último que dijo Mark antes de salir del recinto y precipitarse nuevamente a las súper pobladas calles de la ciudad.

Caminó directo hacia el centro pokemon. Una vez que Hoothoot y Kecleon gozaban de perfecta salud nuevamente, decidió salir a buscar a Kimi. Hacía mucho que se habían separado, y eso comenzaba a preocuparlo.

* * * * * * *

Houndoom hizo un salto idéntico al que había practicado minutos antes, pero esta vez una bola de fuego se formaba en su boca. Chispas ardientes comenzaron a escapar antes de que un terrible lanzallamas fuera lanzado directamente contra Kimi. La entrenadora trató de apartarse de la llama mortal, pero era inútil, estaba totalmente paralizada.

En el momento en que el fuego la iba a tocar un nuevo lanzallamas apareció de un costado, desviándolo hacia un arbusto de ramas secas y picudas. Castform había salvado la vida de su entrenadora por segunda vez, pero ahora el fuego combinado de los lanzallamas se extendía a gran velocidad, consumiendo los matorrales.

Todo el lugar comenzó a incendiarse rápidamente, ante las miradas desesperantes de Ethan, Kimi, Houndoom y Castform.

El helicóptero ya había tomado vuelo y se acercaba para rescatar a Ethan, que pedía ayuda a los gritos, al mismo tiempo que lenguas de fuego ardiente se acercaban a él. Una soga se desprendió, sostenida por Sissy, y Ethan se aferró a ella, al mismo tiempo que regresaba a Houndoom.

-"Ahí tienes tu merecido" dijo tranquilo, desapareciendo en el espeso humo del incendio.

Las llamas se extendían a gran velocidad, avivadas por el viento seco proveniente del desierto Lamakad. La entrenadora yacía paralizada en el centro de la catástrofe, con Castform aferrado a sus manos. La humareda se hacía cada vez más densa.

Kimi, toda dolorida como estaba regresó a Castform a su pokebola, y con una mezcla de polvo y lágrimas en sus párpados cerró sus ojos esperando el final.