Nadilius Weasley
Capítulo 1: Pasado
–No doy más… ¿Podemos descansar?
–Deberíamos–dijo mi amiga.
–De acuerdo–dijo un chico–descansemos un ratito.
Me senté en el suelo, saqué de mi mochila una lapicera y un cuadernito, y comencé a escribir.
Querido diario:
Creo q' es momento de estrenarte. Esos dos chicos que siempre están conmigo se llaman Andrés (Andy) y Mariana (Mari). ¿Q'quién soy yo? Bueno, yo soy Nadia… y soy una Shaman de 12 años. Bueno, los tres somos Shamanes; y estamos buscando la aldea de los Apaches, requisito para entrar en la próxima etapa del Torneo de los Shamanes. ¿No entendés nada, no? Bueno, vamos desde el principio.
Vengo de una familia común y corriente. Cuando era chiquita descubrí que podía ver espíritus. Entonces mis viejos llamaron a mi tío (el papá de Andy) y él se encargó de enseñarme a manejar mi habilidad. Hace nada más que 5 años (cuando tenía 7) viajé a casa de Andy y allí comencé con él el entrenamiento para el famoso Torneo de los Shamanes, que se celebra cada 500 años. Hace cosa de un año los dos nos fuimos a Buenos Aires, donde vimos la estrella que anunciaba el inicio del Torneo.
Ahora voy a hablarte sobre ellos dos. Andy es mi primo y, como ya te dije, lo conocí cuando era chiquita. Él tiene 17 y nació en el sur de Argentina, cerca de la frontera con Chile, donde pasó casi toda su infancia. Es como un hermano para mí, cosa que es muy cierto (nos peleamos como dos bebés chiquitos). Su espíritu acompañante le da el poder de manejar el viento a su antojo.
Mari tiene 15 años, y es mi mejor amiga. Ella nació en la selva misionera, y su espíritu acompañante es un Gato de la Pampa. Las dos hablamos de muchas cosas (generalmente cosas de chicas) y siempre está dispuesta a escucharme. La conocimos cuando ya estábamos en Buenos Aires; ella fue mi oponente en una pelea de las preliminares (pelea que gané yo). Después de eso ella se unió con nosotros.
Simplemente me llevo bien con los dos, somos muy buenos amigos. Juntos, somos "el equipo de la Patagonia".
***
Ya llevábamos un buen rato caminando por una desierta ruta estadounidense. En ese momento sentí que la temperatura se elevaba rápidamente.
–Con que tú eres la famosa Nadia del sur, ¿no?–preguntó una voz.
– ¿Quién eres?–grité furiosa, mirando a mi alrededor.
–Permíteme presentarme: mi nombre es Hao, y tengo algo que no podrás resistir.
– ¡Hao!–murmuré entre dientes. Así que ese era el famoso Hao. La temperatura se elevó aún más y, cuando pude ver mejor, vi a un chico algo más grande que yo custodiado por un gigante enorme que emanaba fuego.
– ¡Cuidado, Nadia!–gritó Mari, Andy se preparó para luchar.
–Te he estado observando–dijo él con una sonrisa que a mí no me gustó nada–. Eres muy fuerte y no me gustaría verte perder el tiempo con estos debiluchos–dijo él, señalando a Mari y Andy. –Te doy la oportunidad de incrementar tu poder: únete a mí, Nadia del sur, y serás más fuerte de lo que jamás pudiste imaginar.
– ¡NUNCA!–Le grité yo–Prefiero morir que estar contigo.
–Yo creí que eras inteligente, pero veo que me equivoqué–me respondió. –Qué lástima, fue un gusto conocerte…pero tú misma ya elegiste tu destino.
Andy y Mari se prepararon con sus espíritus. Hao hizo ademán de irse. Intenté pararlo; pero él simplemente me miró de reojo y, con una sonrisa que no me gustó nada, se marchó.
–Diviértete con ellos–su voz se escuchó, pero a él no se lo veía por ningún lado.
En ese momento tembló la tierra…y los tres nos vimos rodeados. Entonces me di cuenta de que un hombre con aspecto de jugador de fútbol americano me tenía fuertemente agarrada. Ése grandulón, sin duda, era uno de los tantos hombres de Hao. Entonces, mientras imploraba como loca alguna ayuda, ese hombre me soltó. Caí al suelo con pesadez, me dolía todo. Me incorporé como pude e intenté ver quién me había salvado, porque era obvio que un hombre como ese no me soltaría así nomás.
Entonces lo vi. Ahí estaba, mirándome con sus ojazos verdes. Era realmente lindo: aparte de sus ojos, también su pelo era verde…y ni hablar de la manera en que me miró en ese momento…simplemente indescriptible. Sin embargo no pude apreciar su extraña figura por mucho rato.
– ¡Nadia!–me llamó Andy.
– ¡Sí!–le respondí. Inmediatamente hice la posesión de objetos, la cual me convertía en una arquera. No esperamos mucho tiempo más: Mari atacó, Andy también, y yo hice lo mismo… acabando con nuestros enemigos casi al instante.
Me quedé mirando a la nada. Ese Hao… ¿me había ofrecido irme con él? ¿Pero qué había visto alguien como él en mí? Si yo físicamente soy horrible, una del montón: petisa con aparatos y anteojos... ¿Quién podría amar a alguien así? ¿Y cómo que yo era fuerte? Si siempre el fuerte había sido Andy… siempre, todos los elogios en el entrenamiento habían sido para él.
En ese momento escuché un ruido sordo que me sacó de mis pensamientos. Me di vuelta para mirar, y vi a Mari con una gran herida en su brazo. No lo pensé y corrí hacia ella
– ¿Estás bien?–le pregunté.
–No es nada, Nadi. –me dijo ella.
–No, mirá si no es nada–dijo Andy con sarcasmo. El chico casi le obligó a que Mari quitara la mano de su brazo. Cuando ella cedió, pegó un respingo. Su herida no era muy linda que digamos, y si no hacíamos algo pronto empeoraría. Andy pareció pensar lo mismo que yo.
–Na, traéme mi mochila. –me dijo. En otra situación me habría peleado con él por darme órdenes (¡yo no soy tu sirvienta! Solía decirle), pero esta vez me olvidé por completo de eso. Cuando le traje su mochila, él sacó de ella gasas, vendas y cinta especial. Previamente se cubrió las manos con unos guantes que tenía en su mochila, y me dijo a mí que hiciera lo mismo. Con cuidado puso la gasa sobre la herida sangrante y la sujetó con un poco de cinta. Luego puso las vendas encima, lo suficientemente apretadas para cortar pronto la hemorragia, pero sin cortar la circulación. Cuando terminamos, Andy y yo nos sacamos los guantes y miramos contentos nuestra obra (corrección: más que mi obra, la de Andy).
–Vamos a tener que llevarte a un hospital, Mari–le dijo él, mientras guardaba los sobrantes en una bolsa.
–Ojalá que haya alguno cerca–murmuré.
–No se preocupen, todo se solucionará. Hay un pueblo cerca–dijo una voz. Entonces me acordé del chico peliverdoso (N/A: © mío, si quieren usar esta palabra pongan "creación de Nadilius Weasley"). Me di vuelta y me encontré con que él no estaba solo: a su lado había unos más. El que había hablado era uno de pelo castaño y auriculares (?). Un chico muy…tranquilo.
–Tenemos que seguir nuestro camino, no podemos hacernos cargo de cuánto herido veamos–dijo un chico no muy amable. Ese chico era algo…raro: su pelo (aparte de que era azul violáceo) tenía una especie de... "aleta de tiburón". Llevaba un sobretodo negro y una bufanda amarilla. ¿Un chico con sobretodo y bufanda en medio del desierto? Sí.
–Vamos, Ren, no podemos dejar una persona herida a su suerte… ¿o no?–dijo el chico tranqui. Al final el otro cedió.
***
Querido diario:
Ya hace tres días del incidente con Hao. Los tres decidimos ir con esos chicos que conocimos después de la pelea. Ellos también están buscando la aldea de los Apaches, así que estoy contenta. Hace tanto tiempo que no veíamos otros Shamanes como nosotros… ¡Ah! Es verdad, no te dije quiénes son.
El tranqui se llama Yoh Asakura, es muy despreocupado y alegre. No entiendo como no se lastimó los pies, no se puede andar en medio de una ruta con sandalias y no lastimarse. Tengo que admitir que lo admiro, ¿cómo hace para no ponerse histérico nunca? Aunque a veces este japonés me desespera de lo tranqui y pancho que es. Su espíritu acompañante es Amidamaru, un ex-rounin (un asesino a sueldo).
El de sobretodo y bufanda se llama Ren Tao. Es de china…y tb todo lo contrario de Yoh, se vive peleando con otro chico (ya voy a hablarte de él). Salta muy rápido, y cuando le pasa eso empieza a repartir mandobles con su cuchilla gigante. :-p Su espíritu acompañante es un general chino: Basón. ¿Qué si puedo resumirlo en una palabra? Claro: alterado.
Horo-horo es el chico con el que Ren se pelea las 24 hs del día. Ahahaha, no puedo parar de reírme cuando esos dos se pelean…me hacen acordar a Andy y a mí (él empieza y yo le sigo el juego…y hasta que no nos para Mari nos decimos de todo). Según lo que él nos contó, él es un ainú (un grupo aborigen del norte de Japón). Nos contó que él quiere ser el Shaman King para salvar a una especie de…hadas que viven en un bosque cerca del pueblo donde él está. Es realmente muy enérgico, y agradable. Con su espíritu Koloro el puede manejar el hielo.
Ryuu es... un poco pervertido. ¿Un poco? Quise decir mucho, perdón. No me gusta mucho como molesta a Mari, no me cae muy bien que digamos. No me pregunten porqué, pero su espíritu acompañante es un ladrón: Tokagerou. En pocas palabras, Ryuu es un Jhonny Bravo.
Dejé para el final al chico peliverdoso: Lyserg Diethel. No sé cómo describirte lo que me causa al verlo. ¿Querés saberlo? Bueno, no esperés entenderme. Cada vez que lo miro me quedo como embobada, pierdo la noción del tiempo. Cada vez que él me mira con esos ojos…¡ah! Siento un cosquilleo en mi panza, como si tuviera miles de maripositas adentro. Sus ojos verdes me hipnotizan, su gentil sonrisa me encanta… ¡no puedo evitar sentirme así! Podés decirme loka si querés, pero me gustaría saber lo que me pasa… ¡Hasta sueño con él! Su espíritu acompañante es una hadita preciosa llamada Morphin, y él practica la radiestesia (que es buscar objetos con colgantes, piedras, y ese tipo de cosas). Pero insisto, ¡QUIERO SABER LO QUE ME PASA!
–Vaya, vaya… ¿de verdad te sentís así?–me preguntó Mari. Ni la había visto llegar, de tan metida que estaba en lo mío. Pegué un respingo de aquellos.
–WAAAAAAA! Mari, ¿q-qué hacés acá?–le pregunté. Cerré mi diario de repente.
– ¿Querés que te diga lo que te pasa?–me ofreció Mari.
–Bueno… ¿podés?–dije yo. ¿Ven? A esto me refería a que "siempre está dispuesta a escucharme".
– ¿Puedo?–me preguntó. Yo asentí, y ella leyó con detenimiento la parte que hablaba de Lyserg. Cuando terminó se quedó un rato pensando y luego me miró a los ojos.
– ¿Qué?–pregunté.
–Primero: ¿desde cuándo dibujás chibis?–me preguntó.
– ¿Chibis?–repetí.
–Sip. –dijo ella, señalando un "chibi-Lyserg". Ni hablemos de cómo me sonrojé… –Dibujas muy bien.
–Gracias. Pero, ¿qué me pasa?
–Es fácil. Si veo como hablas de él, todo lo que te pasa cuando lo miras… Pues, a mí me parece que a vos…
– ¿Si?–dije.
–…Te gusta Lyserg. Eso es lo que te pasa. –Me dijo ella.
Me quedé de piedra. ¿Así que era eso? ¿Me gusta… Lyserg? No pude evitar sonrojarme de vuelta. No sé porqué me había estado engañando, si esa es la verdad…
–Nadia… ¡Nadia!–Me llamó Mari.
– ¡Ah! ¿Dijiste algo, Mari?–pregunté yo.
–Nadia, Nadita. Yo sólo te dije que te pasa. Pero tenés que descubrir vos solita si lo apreciás, lo querés… o lo amás. Y no tardes en decírselo, ¿si?
–Sí–le respondí.
– ¿Me lo prometés?–me preguntó ella.
–Sí, te lo prometo–respondí. Ella se fue con los demás, más adelante, dejándome sola.
Esa promesa no se había hecho sólo a ella…también a mí misma. Ya estaba decidida: en cuanto tuviera la oportunidad, le diría cuánto yo…lo amaba. Mientras pensaba eso, lo miraba lo más disimuladamente que podía (o sea, no le sacaba mis ojos de encima).
N/A: hola!! Este es mi primer fic en esta sección! HURRA! Sí, si se dieron cuenta, este en un fic de Lyserg… AH!!!! MI PRÍNCIPE LYSERG!!! ^///^ No es super kawaii? Mejor me voy a presentar, soy Nadilius Weasley, mejor conocida en los foros de Shamanic Life como Nadilius Diethel (quería ponerme Nadilius Weasley de Diethel, pero no entraba _). Para todos los que me conocen de ahí, este fic es una versión más… detallista de un fic que escribí en ese forito. Bueno, espero hacer muy buenos amigos (y amigas fanáticas de Lyserg), y que pronto me dejen rewiews!!!
~*Soy Nadilius Weasley, una Tamao que quiere ser como Yoh, cuyo espíritu acompañante es Morphin. Hana, Hoshi, Sora es la canción que me representa, y mi tipo de chico es uno como Lyserg!!!*~
