IV:

El Viaje

Descansaba en una de las mesas de Florean Fortescue, tomaba algo de bronceado con los rayos del tibio sol, tomé un pergamino:

Querido Tío:

Todo esta bien... aunque aun no me acostumbro al cambio de clima.

He escrito a casa, Dwexttrel llegara pronto a tu oficina, espero que Fawkes no se moleste por tener que compartir su lugar.

¡El Chico! Recibo el paquete y siguió tus instrucciones.

Ahora comprendo, el porque no quisiste darme su nombre. He hablado con él y me hizo recordar algo: ¿por qué mi padre no esta con nosotros?, ¿Por qué no puedo decirle mi apellido a cualquiera?

Desearía que, a diferencia de mi madre, me dieras una respuesta.

Te Amo,



Etili.

Ate el escrito a una lechuza gris y mientras se iba, me concentre en el helado que tenia enfrente.

El primero de septiembre, era un día soleado.

La estación estaba repleta de personas, el conductor me ayudo con el baúl y la jaula vacía. Anden nueve tres cuartos indicaba el boleto, pero solo veía los anden 9 y 10. Me dirigía a Información, pero a mitad de camino me detuve ¿Qué le vas a decir?, ¿Anden nueve tres cuartos, Expreso Hogwarts?, Seguro es muggle, no lo sabrá Volví al anden nueve, vi a dos pequeños que empujaban sus carros hacia la barrera que dividía los andenes 9 y 10 "¡Eso es,... una Ilusión!" y de repente los pequeños desaparecieron.

Tomé el carrito e imité a los pequeños. La barrera se veía más grande cada vez, mas cerca, cerré los ojos y continué.

Al otro lado una locomotora de vapor color escarlata, esperaba en el anden lleno de gente. Un rotulo decía "Expreso Hogwarts, 11hs". Mire hacia atrás y vi una arcada de hierro donde debía estar la taquilla, con las palabras "Anden nueve tres cuartos". Lo había logrado.

- ¿Deseas que te ayude? - me hablaban a la espalda, me volteé y un chico alto, delgado y rubio me saludaba - Me llamo Draco Malfoy.

- Etili - Respondí asintiendo con la cabeza. Sonrió o eso intento.

- ¡Crabbe!... ¡Goyle! - grito. Dos chicos corpulentos y altos aparecieron - Tomen cada uno un extremo y súbanlo al séptimo vagón -

- No te preocupes, en este vagón esta bien - lo ubicaron - Gracias. - ¿Tienes una lechuza?- Pregunto Malfoy bamboleando la jaula vacía de Haroll.

- Si, pero esta enviando unos mensajes - Coloque la jaula en uno de los asientos y baje.

Al otro extremo de la estación pude ver a Harry rodeado por una familia con cabellera rojiza y una chica de cabello castaño. "Seguro fueron ellos los que lo llamaron en el Callejón Diagon"

Observe los diferentes rostros de los magos y brujas de Inglaterra. Los jóvenes se despedían de sus familias, reclamaban algún lugar.

El silbato sonó y al entrar de nuevo el vagón estaba repleto.

¿Puedo sentarme en ese lugar? - pregunte a un chico que leía un ejemplar de "Plantas Acuáticas", asintió y me senté.

Un sonido sordo produjeron los frenos al soltarse y comenzó a andar. " Camino a Hogwarts" pensé.

La puerta se abrió y tres chicos entraron, uno de ellos era Harry.

- Hola, Etili. Vi cuando entrabas al anden, ¿Cómo has estado?

- Muy bien. Espero que no hallas tenido problemas con los Dursley después que me fui.-

- No, excelente hechizo, no recordaban nada. Ella es Hermione Granger - señalo a la muchacha con cabello castaño - y el Ron Weasley - uno de los chicos pelirrojos. La puerta volvió a abrirse y entraron a los que supuse también eran hermanos de Ron - Ellos son Fred, George y Ginny Weasley -

- Hola, Soy Etili -

- Eres nueva ¿no?, ¿De donde eres? - Pregunto Hermione.

- Nací y vivo en Venezuela, queda en América del Sur, asistía a un colegio para brujas y magos en América del norte. -

- ¿Hay colegios de magos en sur-América? - Pregunto Ron, asentí con la cabeza - ¿Por qué estudiabas en Norte América?

- Cuando cumplí los 11 años, recibí varias cartas de diferentes colegios, y solo habían tres que realmente me gustaban: "Estrellas del Sur" en sur América, a mi madre no le agradaba, "Hogwarts" pero dijo que estaba muy lejos, que hasta que volviera nuestro padre la mejor era "Academia Cackle" -

- ¿Cómo hacías para ir al curso? - Pregunto Fred.

- Bueno... me transportaba en aviones muggles hasta Canadá, al llegar tomaba un autobús (muggle, para varear) que me dejaba en la ciudad y esperaba junto a los demás alumnos la llegada del autobús del colegio, eran dos: uno blanco con dorado para los de primer año y uno escarlata para los demás cursos. El blanco y dorado deja a los de primero enfrente del pozo y esperan a que el puente del mismo baje para entrar. El escarlata nos deja al principio del bosque, teníamos que llegar sobre nuestras escobas al castillo.-

Continuamos hablando, una bruja regordeta llego con una bandeja llena de dulces, compramos varios y en especial ranas de chocolate. Por la ventanilla se podía ver el paisaje que cambiaba constantemente.

- ¿Por qué has venido a...? - Preguntaba Hermione cuando el expreso se detuvo en seco, todos los baúles se batieron y abrieron.

Se escucho el lamento de varios, era obvio que el brusco movimiento había hecho que se golpearan o cayeran. La puerta del vagón se abrió, subió un Joven con no más de 19 años, tras él su baúl flotaba mientras lo sequía.

- Lamento la sacudida, ¿puedo quedarme con ustedes el resto del camino? - todos lo veíamos atónitos - Bueno.. - suspiró - como nadie responde creo que no les importara - levanto su varita y murmuro algo entre dientes, las cosas que habían saltado de los baúles volvieron a estos, se cerraron y ordenaron, luego su baúl se coloco en uno de los extremos. - bien dejen me ver..., tú el rechonchito con la rana en la cabeza - dijo señalando al niño que leía el ejemplar de "Plantas Acuáticas"-

- Neville Longbottom, señor - dijo algo asustado.

- Bien, extiende el brazo que te lastimaste - murmuro algo y este dejo de sangra - ¿Alguien mas? - apunto a tres alumnos que se encontraban en el suelo - "Mobilicorpus" - los tres se alzaron y se dejaron caer pesadamente sobre los asientos - Bien, tú el pelirrojo, "Sanmareus Socourmus", ya esta, te va a seguir doliendo un poco pero nada más. Iré a ver los demás vagones, ya vuelvo - apunto a su baúl, este se abrió si salió una jarra y doce vasos, estos se llenaron con una sustancia viscosa y morada - Tómenla, les ayudara mucho y si tienen hemorragias internas las detendrá - dijo saliendo del vagón.

- ¿Qué cosa es esta? - pegunto Neville insertando su dedo en la sustancia.

- No lo sé - contesto Hermione - parece...

- Es "Perteristy", es... un remedio, sirve para parar hemorragias, dolores y malestares internos. También es usada como sedante, su efecto adormecedor es muy bueno... unos tres días si se usa un poco sin diluir. - todos me veían como cuando entro el joven - ¿qué? ¿No han leído "Curas para enfermedades y dolencias frecuentes"?, es un libro de medicina- negaron con la cabeza, Hermione asintió - bien, tómenlo.-

La Perteristy tenia un aspecto terrible, al igual que su sabor, pero producía una sensación de satisfacción por todo el cuerpo al beberla, por unos minutos te hacia entrar en un sopor relajante y de nuevo a la realidad. Al terminarse la poción los vasos desaparecían. Se produjo un sonido sordo y el expreso retorno su rumbo.

A muchos la poción los había atontado. La puerta se abrió de nuevo, el joven había regresado. Tomo un libro y se sentó, no dirigió palabra alguna, solo se sumergió en su lectura.

Un fuerte viento hizo salir a todos del sopor y un cuchicheo intenso se produjo en todos los vagones. Un suave calor invadió el compartimiento, muchos abrieron las ventanillas. El calor se hacia cada vez mas fuerte, alce la vista, un fénix entraba por la ventana, seguido de... ¡mi lechuza!.

Se produjo un ¡OH! Ahogado.

- ¡Haroll!, ¡Dwexttrel! - dije acariciando a ambos - que bien que han llegado - desate los pergaminos que Haroll tenia, se sacudió y poso en la ventana - ¿me has traído algo Dwexttrel? - desplegó sus alas, los gemelos retrocedieron por temor a quemarse, Neville se agacho.

- ¡Señorita!, Sabe que esta prohibido el fénix en cualquier medio de transporte después del incendio del 716 - me llamó la atención, saliendo de su lectura - Pídale que se retire.

- En un momento señor - dije en tono meloso tratando de aguantar las ganas de responder.

El ave comenzó a cantar, mientras lo acariciaba.

- Gracias, ya entendí - desplegó sus alas y justo a Haroll emprendió vuelo - ¿Mejor señor? -

- Mejor Señorita -

Tome mi varita, me levante y a punte al baúl Rapsodio , las cerraduras se soltaron y la tapa se levanto, Accio CD-Player, mi lector de CD tomó vuelo hasta mis manos, Zarzadia el baúl se cerró.

- Nada de magia hasta llegar al colegio Señorita - El joven se colocó de pie.

- Lo lamento, pero ya estamos lejos del mundo muggle. La magia ya es permitida.-

- Puede ser señorita, pero estando en mi presencia hará lo que yo diga ¿Entendido? -

- Si señor - guarde mi varita, tome los pergaminos - Tengo asuntos que atender ¿Puedo retirarme? - dije en el tono más meloso que pude.

- Sí. ¿Qué? ¿Tienes que descifrar la canción del animal ese? - dijo en tono burlón y con una sonrisita en la cara.

- No le interesa... ¿Qué tal un par de baterías muggles? O ¿desea que vuelva hacer magia? -

- No debería darle nada... extienda la mano - murmuro algo y las baterías aparecieron.

- Gracias -

¿Por qué me quise ir? No deseaba que me interrogaran sobre ¿qué haces aquí? ¿De quien era el fénix y que dijo?

Caminé entre los vagones. Hasta encontrar uno que solo tenia a diez chiquillos de primer año. Tomé asiento, me coloqué los audífonos y comencé a leer las cartas. Tenia una de mis abuelos, un par de mi madre y mi hermano y una extremadamente larga de mis amigos de la Academia Cackle.

Comenzaba a oscurecer y mi lector de discos me avisó que las baterías estaban agotadas, resolví regresar.

- ¡Has vuelto! ¿Qué sucedió? - preguntó Fred.

- Nada importante, tenia que responder unas cartas -

- Hace rato que esta así ¿crees que esta bien? - preguntó Ron señalando al joven.

- ¡Sí!, Solo se durmió... Creo. ¿Qué hacían? -

- Hablábamos... - comenzó George

- ... de Quidditch - Concluyó Fred.

- ¿Les ha quedado alguna rana de chocolate? - pregunté

- Habría que comenzar a buscar - contesto Fred señalando una montaña de dulces y envoltorios.

- Déjame lo a mí - saque mi varita apunte - Accio ranas de chocolate - ocho paquetes salieron volando hasta mi mano.

- ¡Señorita! Ya dije que nada de magia - dijo el joven volteando la cara hacia la ventanilla.

- ¿No estaba usted dormido? - no respondió - Ignórenlo.

El expreso aminoró la marca hasta detenerse.

- ¡Llegamos! - exclamó Harry - ven los baúles los llevaran después. Deberías cambiarte. -

- Tienes razón -me apunte con la varita - "Remusvistes" -

- ¡Ya dije NO-MAGIA!- El joven se levanto - ¿Qué parte de eso no entiende?

- Ya...

- No, no, no. No me venga con la excusa de que ya llegamos - se detuvo, recorrió el vagón con la mirada - mmmm... baje antes que termine de enojarme.

Sonreí y me devolvió la sonrisa.

La noche estaba perfecta para una clase de astronomía con la profesora Momsserratt (una de mis antiguas profesoras). Marte se encontraba en un ángulo perfecto, este le daba un intenso brillo.

- Los de primero seguidme - escuche la voz grave de un hombre, volteé, era mucho más grande que cualquier otra persona, cabello negro, largo y revuelto, una barba que le cubría casi toda la cara, y unos ojos negros como cucarachas. Aunque su aspecto era feroz pude ver en sus ojos ternura. Alzó la mano - Hola Harry, Hermione, Ron - ellos respondieron al saludo - ¡Ah! Señorita Dumbledore tu también vendrás conmigo.

Asentí con la cabeza, me volví para despedirme. Los que estaban cerca parecían afectados por el hechizo Petrificus totalus y vi en el rostro de mis acompañantes desconcierto.

- Bueno ninguno pregunto mi apellido - sonreí - los veo a dentro, creo.

Caminé junto a los de primero, estaban muy nerviosos.

- Hola me llamo Etili - Me presente al robusto hombre.

- ¡OH!, Hola. Hagrid guardabosque y profesor de Hogwarts - se presentó.

- Mi tío habla mucho de ti -

Se sonrojó y vi una sonrisa.

- Bien ¿Hay mas de primer año? Seguidme...

Hagrid nos quío por un estrecho sendero con lo que parecía árboles muy tupidos.

- En unos momentos tendrán la primera vista de Hogwarts - Exclamó Hagrid por encima del hombro.

Se produjo un fuerte ¡oooooh!

Imponente sobre una alta montaña se encontraba un impresionante castillo con sus muchas torres y torrecillas, lo que nos separaba de él: un gran lago negro.

- No más de cuatro por botes - grito Hagrid señalando una flota de botes. Subí a uno junto a tres pequeños.

- ¿Todos listos? - continuo Hagrid que ocupaba todo un bote - vengan ¡adelante!. Al llegar a la cortina de hiedras hagan el favor de bajar la cabeza. -

Los botes nos condujeron a través del lago que parecía de cristal, entramos a lo que parecía una caverna subterránea, donde trepamos entre rocas y guijarros. Luego subimos por un pasadizo de roca, detrás de la lámpara de Hagrid saliendo finalmente a un césped suave y húmedo, a la sobra del castillo.

Subimos por escalones de piedra y nos reunimos ante la puerta de roble. Hagrid levanto su gigantesco puño y llamo tres veces a la puerta del castillo.

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Nota de la autora:

Ya casi termino el capitulo XIII, con paciencia llegare a publicarlos todos. (Yupiiii)

Gracias por los mensajes y recuerden: alguna pregunta, comentario o sugerencia: dejen un mensaje. =0)

Cuídense.