XIII:
De todo se aprende....
- Señorita, de esa forma no podrá despejar su ojo interior - dijo la profesora Trelawney muy enojada.
- Disculpe profesora -
- No le pares, no estamos haciendo nada del otro mundo, pero apenas salgamos tendrás que decirme que pasa - susurro a mi oído Nanny.
Soy consciente que llevaba mucho tiempo fuera de esa habitación (por lo menos la mente) Había dejado de frecuentar la enfermería y pasaba mucho tiempo con mis amigos.
Crow acompañaba a Ginny, ellos se entendían mejor, por lo que pude ver, habían formado una muy bonita amistad, me alegro tanto por ellos aun tienen tantos deseos de seguir, espero que lo ocurrido no permita que ellos dejen de hacer grandes cosas.
Pero Salazar se había alejado mucho. Un día recibió una carta muy sospechosa y los días siguientes continuó recibiéndolas. Dejaba que revisara sus cosas (aunque no lo hacia por pena) pero a esa carta, ni me dejaba acercar.
Le comenté que estaba muy extraño, lo negó todo "es solo creer tuyo, todo esta igual", pero sé que no es así. Los frecuentes encuentros, las sonrisas y miradas cruzadas en su clase, por los pasillos y en el comedor; los estudios en su despacho... todo eso se había acabado. Cuando lo saludaba me respondía con un seco "Hola" tan frío como al principio.
No podía explicarme lo que estaba pasando...
Acabó la hora y bajando las escaleras Nanny me detuvo.
-¿Qué es lo que pasa? Estas muy extraña, muy triste -
-¿Sabes? Salazar esta muy cambiado... - relaté todo lo ocurrido, todo lo que sentía y no puede evitar el llanto, sentía tanta melancolía...
- Todo estará bien - dijo Nanny para tranquilizarme mientras me abrazaba.
Ayer llegó una mujer rara al castillo, nadie sabe quien es, ni que hace acá.
Dumbledore no la ha presentado y no parece tener intenciones de hacerlo. En realidad no se le ve mucho, solo durante las comidas ¿dónde se estará quedando?
Hoy hablaré con Salazar. Al terminar las clases lo buscaré en su despacho...
-¿Qué le dirás? - Nanny
- Solo preguntaré que pasa - cerré el cuaderno - estaré bien, no te preocupes - agregué al ver su cara.
- Estaré acá esperándote -
Llegué al pasillo y vi que se encontraba fuera de su despacho, con la mujer que rondaba el castillo.
Hablaban animadamente, bueno ella, él la observaba. Cuando me acercaba mas pasó: ella se acercó mas a él y le besó. No hizo ni el más mínimo esfuerzo de alejarle... hasta creo que le correspondió al beso. Sentía que el mundo se desboronaba, por primera vez me había enamorado de un hombre y ahora veía como todo resultaba una mentira. Todo lo iluminado se oscureció y volví a sentir el frío de cuando le conocí. Sin querer dejé salir un hechizo de estallido de mis manos (la varita estaba en mi cintura).
Se separaron, ella sonreía, él esta entre triste y furioso. Di la media vuelta y salí lo más rápido del pasillo (sin correr, no le iba a dar el gusto).
Nanny me esperaba sentada en la butaca. No pregunto nada, solo me abrazó y llore. Paso mucho tiempo antes que pudiera tranquilizarme. Nanny confesó saber visto que la mujer había estado entrando y saliendo de la oficina de Salazar.
Las lagrimas caían de mis ojos. No podía creer que eso hubiese ocurrido.
Pasaron los días y mi animo no mejoraba, nadie me molestaba y los cuadros ponían cara de pena cada vez que me veían pasar.
Los gemelos hacían miles de bromas, fastidiaban mas de lo común y a veces lograban arrancarme una sonrisa.
Hoy tendré clases con Salazar. No quiero ir, no quiero verle.
- No seas cobarde - dijo Nanny besando mi mejilla.
La clase fue muy diferente.
Su semblante era firme, enojado, pero su mirada era triste. No podía evitarlo, a veces salían lagrimas de mis ojos, que me apresuraba a secar con la manga de la túnica.
Su tono era menos audible que antes, se enojaba con facilidad. Al finalizar la clase Ron exclamo en vos baja "pareció una clase con Snape"
- Recojan todo y salgan. Señorita Dumbledore quédese por favor -
- No me dejen sola - les dije a Hermione y a Nanny. Ellas asintieron y se sentaron de nuevo.
- Señoritas Granger y Melian, ya sonó la campana- dijo enojado y ellas tuvieron que salir.
No dije nada esperé a que él hablara primero, pero el dolor que sentía se convino con rabia y sé que podía notarlo en mi mirada.
- Lo que paso esa noche no significo nada, no quiero que pienses cosas que no son - dijo seriamente viéndome a los ojos.
-¿Quién es ella? -
- Mi ex-novia -
-¿Fue ella quien envió esa carta? -
- Si, quería.. -
-¿Y te costaba mucho decírmelo? Sé que no debo ser la primera novia que tienes, pero... -
- No es nada, se ira pronto, solo necesita... un favor... necesita de mi ayuda -
- Y ya veo que clase de ayuda le das -
- Ya te dije que no es lo que crees, ... -
- Entonces ¿por qué me lo ocultaste? -
- Es algo entre los dos - dijo enojado.
- Si ya veo que es entre ustedes dos -
- No entenderías - estaba fuera de sí.
- No, si no lo intentas no -
Hice ademán de salir:
- No te vallas, no entiendes... -
-¿Qué vas a decir? -
Ella entró:
- Salazar, mi amor tenemos que hablar - al terminar su saludo me miró - ¡ah! Hablas con tu alumna, ¿terminaras pronto? -
- Ya terminamos - dije intentando contener las lagrimas de mis ojos.
Ella tomó su brazo, él estaba enojado y triste.
Salazar volvió a buscarme varias veces:
- Entiende...
-¿Qué soy una chiquilla ilusa? Tranquilo eso ya lo entendí -
- Por favor, no es eso, créeme -
-¿La amas? -
No pudo mirarme a los ojos. Su silencio me dio la respuesta. Tardé en reaccionar, cuando lo hice, descubrí ese tipo de dolor que dicen que no te deja llorar. Sentí en el centro del pecho un hueco por el que podía pasar el aire, ahí, donde debía de haber tenido el corazón. No pude pensar, no pude hablar, no pude hacer nada.
-¿Estás bien? - me preguntó. Entonces cayó sobre mi todo el peso de la realidad. Salazar, mi Salazar había dejado de amarme.
-¿Por qué? - pregunté
- No lo sé -
-¿No lo sabes? Pero sí sabes que prefieres su compañía a la mía ¿no? Sí sabes que tus horas con ella son más felices...
Me miró con una tristeza infinita.
-¿No te importa lastimarme así? ¿No te importan las horas y los días que pasamos juntos?, ¿Qué te hizo falta? -
- No sé. Es tan fresca, sin problemas, sin conflictos. No pregunta, no exige nada. Disfruta mi compañía sin esperar mas de mí, no me cuestiona, no espera respuestas, no piensa en el futuro, no se llena de miedos por lo que pueda pasar... -
- O sea que es una mujer sin sueños, sin cerebro, vacía... -
- Por favor... respétala. Créeme no es lo que piensas... -
¿Y acaso él me respetó?, ¿Respeto mi amor, mis sentimientos? Le grité todo eso y más. El sólo me observaba en silencio, no quiso pelear, justificarse, nada. Solo me escuchó. Cuando ya no tuve nada más que decir, salí del despacho pero alcancé a escuchar su voz diciendo - quiero que estés bien -
¿Estar bien? ¿Cómo puedo estar bien? ¿Cómo puede pensar siquiera que estaré bien? Siento que el silencio me invade, me siento perdida, vacía. Es un esfuerzo inimaginable levantarme en las mañanas para las clases. Ir al gran comedor y verlo, sabiendo que más tarde se reunirá con ella. Siento un frío mortal que lo rodea todo, y una oscuridad impenetrable que me cubre, que me ahoga.
Mi concentración en las clases es desbastadota, no consigo ni hacer un simple hechizo de levitación. Mi animo ha decaído de forma tal que los gemelos no pueden siguiera hacerme sonreír, ni siquiera olvidar. Nanny esta mucho conmigo (gracias a Dios), creo que le agarrado tirria a Salazar, si alguien lo menciona se pone muy alterada.
Mañana tengo clases con él (la semana pasada no fui porque me sentía muy mal), no sé como vaya a tomarlo, tengo que relajarme.
No podía evitar que aun salieran algunas lagrimas de mis ojos. Nos mandó a trabajar en pareja. Nanny me repetía a cada rato que no quería verme llorar. Cada vez que Salazar pasaba por nuestro lado ella le dirigía una mirada matadora y triturabas los escarabajos Con mucha presión, ya parecían polvo.
Salazar tenia la mirada baja, sus ojos estaban apagados. Se puso a mis espaldas mientras revolvía la mezcla.
- Las lagrimas dañaran la pócima. Quiero que estés bien - dijo en forma de susurro a mi oído.
- Aléjese de ella, ¿ya no le ha lastimado lo suficiente?, ¿O eso es muy poco para usted profesor? - Nanny estaba muy enojada, apuntaba con la varita a Salazar. Todos miraban con atención.
- Cuidado con lo que haces Nanny - dijo Salazar.
- Señorita Melian para usted -
- Nanny déjale -
-¿Qué le deje?, ¿Qué le deje? - dijo Nanny fuera de sí - ¿acaso prefieres que me quede sin hacer nada? -
- Te pueden expulsar, no vale la pena -
- Pero no me puedo quedar sin hacer nada viéndote así -
- Por favor - le dirigí una mirada y ella contra su voluntad guardo la varita.
- Las pagaras todas Salazar - fue lo ultimo que dijo antes de volver a cortas las colas de renacuajos.
Salazar se quedó perplejo, no podía creerlo. Volví a concentrarme en la pócima, sin mirarle.
Tío Severus me llamó la atención hoy en su clases. Se ve que estoy muy despistada, me pidió que pasara por su despacho a las 8.
- No puedo Profesor, debo ir a la oficina del profesor Dumbledore -
- Bien en ese caso, estaremos los tres allá -
Caminaba sin rumbo mientras esperaba la hora para reunirme con mis tíos. Subiendo las escaleras del lado norte me la encontré. Tenia una sonrisa peculiar en su rostro. Aun no me cabe la idea de que le haya preferido, no es porque sea creída, pero soy mil veces más bonita que ella, y si lo que dijo Salazar es cierto, soy más inteligente aun.
- Buenas noches, ¿qué haces afuera tan tarde? -
- Voy al despacho del director - no quería hablarle, ni verle. Respondí como diría Ron "A mi estilo Snape"
- Te has metido en problemas - dijo intentando parecer afectada, aunque lo hacia muy mal.
- No - le clave la mirada en los ojos (Ron diría: "estas viendo como Snape, me gusta mas tu mirada a lo Dumbledore")
- No, nos hemos presentado me llamo Ester Maldo - tenia una sonrisa sarcástica en los labios - tu debes ser Dumbledore, Etili ¿no?
- Si - dije fríamente - ¿cómo conoce mi nombre? -
- Salazar me ha hablado de ti -
- Debería dejar de hacerlo -
- Lo mismo le digo -
-¿Conque se le hace irresistible?, No te sientas opacada - ella no supo que responder la miré divertida, definitivo ¡qué poco cerebro tiene!.
-¿Sabes que somos pareja? - dijo como buscando tema para molestarme.
-¿Sí? - contesté ("¿qué tiene que ver una cosa con la otra?"Pensé)- creo que debes ver porque prefiere estar contigo, no creo que te agrade mucho - dije de la forma más fría que pude.
-¿De que hablas? - estaba como asustada.
- Mejor que te lo diga él. Que ilusa te has vuelto -
- Ya entiendo, solo lo dices porque aun estas lastimada, pobre niña -
- Eso a usted no le interesa - estaba furiosa, no me agradaba para nada esa mujer - y no miento, no sabes lo que ha dicho de ti - como ya no quería seguir hablándole - adiós - me fui directo al despacho de tío Albus.
Se quedo furiosa, me consta. No pude evitar sentirme mejor.
- Llegas retrazada - dijo tío Albus muy dulcemente.
-¿Todo bien? - tío Severus es muy lindo. Siempre se preocupa por mí.
- Tenemos que hablar... - dijo muy serio - quiero completa honestidad -
Como era de esperarse, el tema era yo misma, mi estado de ánimo, mi depresión. Me pidió que no pierda mi amor por la vida, mi fe en las personas, que no permita que desaparezcan mis sonrisas y la luz de mis ojos. Severus me miro fijamente:
- ¿Qué paso? -
- No quiero... -
- Necesito saberlo - dijo firmemente, pero con un tono dulce, acarició mi mejilla y secó mis lagrimas -
Suspiré. Respiré lentamente y comencé a confesar mi amor por el profesor Salazar, como fui correspondida. Tío Severus estaba muy tenso, enojado, le asegure que él nunca se había propasado conmigo, todo lo contrario me trataba dulcemente, me cuidaba, ayudaba y protegía...
- Pero un día toda esa magia desapareció. Comenzó a recibir esas cartas, todo paso tan rápido -
Se me hacia muy difícil continuar. Tío Severus colocó su mano en mi hombro y continué relatando, sentía un nudo en mi garganta pero cuando comenzó a desatarse fue fácil continuar.
Tío Albus me observaba con dulzura infinita.
- Llora todo lo que quieras, y cuando te hayas desahogado, cuando ya no tengas más lágrimas que nublen tu mirada, podrás descubrir muchas otras cosas bellas y buenas a tu alrededor -
- No dudo que estén ahí - respondí - pero ahora siento que en mí no hay nada bueno ni bello. -
- Recuerda que el valor intrínseco de las cosas, y de las personas, no radica en el precio que los demás pagan por ellas; si no en lo que guardan dentro de sí. -
Así dio por concluida nuestra reunión. Albus me abrazó fuertemente y besó mi frente.
- Yo la acompañaré - Severus abrió la puerta y caminamos en silencio, hasta que él lo rompió - ¿Cómo pudo? -
-¿Quién? -
-¿Cómo pudo él hacerte esto? - estaba enojado y más que eso, desilusionado.
- El amor no tiene parámetros - respondí dulcemente.
- No tiene derecho, ya vera -
- Tío - me detuve y vi directamente sus ojos (que hermoso ojos tiene) - No quiero que le odies. No quiero problemas. No hagas nada de lo que después te arrepientas. ¿Él se equivoco? Sí... talvez. Prométeme que lo harás -
- Que no me provoque - fueron sus ultimas palabras y continuó caminando.
Intento convencerme que todo estará bien, que ya no me importa.
Ayer durante su clase me pidió que me quedara. Sacó a Nanny y Harry por la fuerza quitándole cinco puntos a cada uno (¿qué se habrá creído?) Y a la misma Maldo, le ha pedido de una forma, no muy amable, que dejase el salón.
Comenzó a recoger en silencio los utensilios y los calderos (imagino que deseaba tranquilizarse). Tomó un banquillo, sentó frente a mí y suspiró, hubo una pequeña pasusa:
-¿Cómo has estado? -
Mientras meditaba mi respuesta se produjo un gran estallido en la puerta. Se abrió de golpe. Severus apuntaba con la varita con los ojos brillando de cólera. Su expresión era mucho mas dura y seca que la que mantenía en clases:
- Sal de aquí Etili. El profesor y yo debemos hablar -
- Severus, sé que debes pensar mil cosas pero... - respondió Salazar
- Nada - le cortó secamente - ya hablaremos de eso. Sal Etili -
- Tío... -
- No romperé mi palabra -
Salí de las mazmorras rápidamente, al llegar a las escaleras Nanny y Harry esperaban (este ultimo con sonrisa de atónico)
Nanny me abrazó fuertemente y mi alma se sintió aliviada.
- Tuviste que haber visto la cara de Maldo cuando la corrió - dijo a mi oído se rió abiertamente. Volvió a ponerse seria - ¿qué quería? -
- Preguntar como estaba. -
- Como si le importara -
- Nanny. -
- No lo defiendas. -
- Harry ¿qué te sucede? -
Nanny volvió a reír:
- Es que Snape nos ha dado cinco puntos a cada uno y aun no termina de creérselo -
-¿Fueron ustedes? -
- A mí que me saque, pero no te iba a dejar sola ahí adentro -
Hoy, mientras paseaba por los jardines, recibí una nota de tío Albus:
Recuerda que lo que más deseamos primero nace en nuestro corazón.
- Solo debes buscar - tío Severus se acercó a mí - ¿Sabes cuanto sufren las ostras antes de volver el grano de arena en perla?... pero que trabajo más hermoso hacen - tomó una de las flores que estaban cerca de nosotros (no podía imaginar la cara de la profesora Sprout si se llegase a enterar de lo ocurrido) - es hermosa ¿cierto?, Pero algún día morirá, pero ¿sabes? -
- Ella le servirá de abono para que las demás puedan crecer -
Me miró dulcemente, acarició mi cabello y besando mi frente dijo:
- Lo mismo ocurrirá con todo esto si tú lo permites - subió de nuevo el pergamino hasta mi vista:
Recuerda que lo que más deseamos primero nace en nuestro corazón.
Lo veo y ya no siento ese dolor paralizante de los primeros días. Creo que podré sobrevivir...
@--`--
Sin comentarios...
Mejor me voy a subir el próximo capitulo.....
Que tengan éxito en todo lo que realicen...
- Señorita, de esa forma no podrá despejar su ojo interior - dijo la profesora Trelawney muy enojada.
- Disculpe profesora -
- No le pares, no estamos haciendo nada del otro mundo, pero apenas salgamos tendrás que decirme que pasa - susurro a mi oído Nanny.
Soy consciente que llevaba mucho tiempo fuera de esa habitación (por lo menos la mente) Había dejado de frecuentar la enfermería y pasaba mucho tiempo con mis amigos.
Crow acompañaba a Ginny, ellos se entendían mejor, por lo que pude ver, habían formado una muy bonita amistad, me alegro tanto por ellos aun tienen tantos deseos de seguir, espero que lo ocurrido no permita que ellos dejen de hacer grandes cosas.
Pero Salazar se había alejado mucho. Un día recibió una carta muy sospechosa y los días siguientes continuó recibiéndolas. Dejaba que revisara sus cosas (aunque no lo hacia por pena) pero a esa carta, ni me dejaba acercar.
Le comenté que estaba muy extraño, lo negó todo "es solo creer tuyo, todo esta igual", pero sé que no es así. Los frecuentes encuentros, las sonrisas y miradas cruzadas en su clase, por los pasillos y en el comedor; los estudios en su despacho... todo eso se había acabado. Cuando lo saludaba me respondía con un seco "Hola" tan frío como al principio.
No podía explicarme lo que estaba pasando...
Acabó la hora y bajando las escaleras Nanny me detuvo.
-¿Qué es lo que pasa? Estas muy extraña, muy triste -
-¿Sabes? Salazar esta muy cambiado... - relaté todo lo ocurrido, todo lo que sentía y no puede evitar el llanto, sentía tanta melancolía...
- Todo estará bien - dijo Nanny para tranquilizarme mientras me abrazaba.
Ayer llegó una mujer rara al castillo, nadie sabe quien es, ni que hace acá.
Dumbledore no la ha presentado y no parece tener intenciones de hacerlo. En realidad no se le ve mucho, solo durante las comidas ¿dónde se estará quedando?
Hoy hablaré con Salazar. Al terminar las clases lo buscaré en su despacho...
-¿Qué le dirás? - Nanny
- Solo preguntaré que pasa - cerré el cuaderno - estaré bien, no te preocupes - agregué al ver su cara.
- Estaré acá esperándote -
Llegué al pasillo y vi que se encontraba fuera de su despacho, con la mujer que rondaba el castillo.
Hablaban animadamente, bueno ella, él la observaba. Cuando me acercaba mas pasó: ella se acercó mas a él y le besó. No hizo ni el más mínimo esfuerzo de alejarle... hasta creo que le correspondió al beso. Sentía que el mundo se desboronaba, por primera vez me había enamorado de un hombre y ahora veía como todo resultaba una mentira. Todo lo iluminado se oscureció y volví a sentir el frío de cuando le conocí. Sin querer dejé salir un hechizo de estallido de mis manos (la varita estaba en mi cintura).
Se separaron, ella sonreía, él esta entre triste y furioso. Di la media vuelta y salí lo más rápido del pasillo (sin correr, no le iba a dar el gusto).
Nanny me esperaba sentada en la butaca. No pregunto nada, solo me abrazó y llore. Paso mucho tiempo antes que pudiera tranquilizarme. Nanny confesó saber visto que la mujer había estado entrando y saliendo de la oficina de Salazar.
Las lagrimas caían de mis ojos. No podía creer que eso hubiese ocurrido.
Pasaron los días y mi animo no mejoraba, nadie me molestaba y los cuadros ponían cara de pena cada vez que me veían pasar.
Los gemelos hacían miles de bromas, fastidiaban mas de lo común y a veces lograban arrancarme una sonrisa.
Hoy tendré clases con Salazar. No quiero ir, no quiero verle.
- No seas cobarde - dijo Nanny besando mi mejilla.
La clase fue muy diferente.
Su semblante era firme, enojado, pero su mirada era triste. No podía evitarlo, a veces salían lagrimas de mis ojos, que me apresuraba a secar con la manga de la túnica.
Su tono era menos audible que antes, se enojaba con facilidad. Al finalizar la clase Ron exclamo en vos baja "pareció una clase con Snape"
- Recojan todo y salgan. Señorita Dumbledore quédese por favor -
- No me dejen sola - les dije a Hermione y a Nanny. Ellas asintieron y se sentaron de nuevo.
- Señoritas Granger y Melian, ya sonó la campana- dijo enojado y ellas tuvieron que salir.
No dije nada esperé a que él hablara primero, pero el dolor que sentía se convino con rabia y sé que podía notarlo en mi mirada.
- Lo que paso esa noche no significo nada, no quiero que pienses cosas que no son - dijo seriamente viéndome a los ojos.
-¿Quién es ella? -
- Mi ex-novia -
-¿Fue ella quien envió esa carta? -
- Si, quería.. -
-¿Y te costaba mucho decírmelo? Sé que no debo ser la primera novia que tienes, pero... -
- No es nada, se ira pronto, solo necesita... un favor... necesita de mi ayuda -
- Y ya veo que clase de ayuda le das -
- Ya te dije que no es lo que crees, ... -
- Entonces ¿por qué me lo ocultaste? -
- Es algo entre los dos - dijo enojado.
- Si ya veo que es entre ustedes dos -
- No entenderías - estaba fuera de sí.
- No, si no lo intentas no -
Hice ademán de salir:
- No te vallas, no entiendes... -
-¿Qué vas a decir? -
Ella entró:
- Salazar, mi amor tenemos que hablar - al terminar su saludo me miró - ¡ah! Hablas con tu alumna, ¿terminaras pronto? -
- Ya terminamos - dije intentando contener las lagrimas de mis ojos.
Ella tomó su brazo, él estaba enojado y triste.
Salazar volvió a buscarme varias veces:
- Entiende...
-¿Qué soy una chiquilla ilusa? Tranquilo eso ya lo entendí -
- Por favor, no es eso, créeme -
-¿La amas? -
No pudo mirarme a los ojos. Su silencio me dio la respuesta. Tardé en reaccionar, cuando lo hice, descubrí ese tipo de dolor que dicen que no te deja llorar. Sentí en el centro del pecho un hueco por el que podía pasar el aire, ahí, donde debía de haber tenido el corazón. No pude pensar, no pude hablar, no pude hacer nada.
-¿Estás bien? - me preguntó. Entonces cayó sobre mi todo el peso de la realidad. Salazar, mi Salazar había dejado de amarme.
-¿Por qué? - pregunté
- No lo sé -
-¿No lo sabes? Pero sí sabes que prefieres su compañía a la mía ¿no? Sí sabes que tus horas con ella son más felices...
Me miró con una tristeza infinita.
-¿No te importa lastimarme así? ¿No te importan las horas y los días que pasamos juntos?, ¿Qué te hizo falta? -
- No sé. Es tan fresca, sin problemas, sin conflictos. No pregunta, no exige nada. Disfruta mi compañía sin esperar mas de mí, no me cuestiona, no espera respuestas, no piensa en el futuro, no se llena de miedos por lo que pueda pasar... -
- O sea que es una mujer sin sueños, sin cerebro, vacía... -
- Por favor... respétala. Créeme no es lo que piensas... -
¿Y acaso él me respetó?, ¿Respeto mi amor, mis sentimientos? Le grité todo eso y más. El sólo me observaba en silencio, no quiso pelear, justificarse, nada. Solo me escuchó. Cuando ya no tuve nada más que decir, salí del despacho pero alcancé a escuchar su voz diciendo - quiero que estés bien -
¿Estar bien? ¿Cómo puedo estar bien? ¿Cómo puede pensar siquiera que estaré bien? Siento que el silencio me invade, me siento perdida, vacía. Es un esfuerzo inimaginable levantarme en las mañanas para las clases. Ir al gran comedor y verlo, sabiendo que más tarde se reunirá con ella. Siento un frío mortal que lo rodea todo, y una oscuridad impenetrable que me cubre, que me ahoga.
Mi concentración en las clases es desbastadota, no consigo ni hacer un simple hechizo de levitación. Mi animo ha decaído de forma tal que los gemelos no pueden siguiera hacerme sonreír, ni siquiera olvidar. Nanny esta mucho conmigo (gracias a Dios), creo que le agarrado tirria a Salazar, si alguien lo menciona se pone muy alterada.
Mañana tengo clases con él (la semana pasada no fui porque me sentía muy mal), no sé como vaya a tomarlo, tengo que relajarme.
No podía evitar que aun salieran algunas lagrimas de mis ojos. Nos mandó a trabajar en pareja. Nanny me repetía a cada rato que no quería verme llorar. Cada vez que Salazar pasaba por nuestro lado ella le dirigía una mirada matadora y triturabas los escarabajos Con mucha presión, ya parecían polvo.
Salazar tenia la mirada baja, sus ojos estaban apagados. Se puso a mis espaldas mientras revolvía la mezcla.
- Las lagrimas dañaran la pócima. Quiero que estés bien - dijo en forma de susurro a mi oído.
- Aléjese de ella, ¿ya no le ha lastimado lo suficiente?, ¿O eso es muy poco para usted profesor? - Nanny estaba muy enojada, apuntaba con la varita a Salazar. Todos miraban con atención.
- Cuidado con lo que haces Nanny - dijo Salazar.
- Señorita Melian para usted -
- Nanny déjale -
-¿Qué le deje?, ¿Qué le deje? - dijo Nanny fuera de sí - ¿acaso prefieres que me quede sin hacer nada? -
- Te pueden expulsar, no vale la pena -
- Pero no me puedo quedar sin hacer nada viéndote así -
- Por favor - le dirigí una mirada y ella contra su voluntad guardo la varita.
- Las pagaras todas Salazar - fue lo ultimo que dijo antes de volver a cortas las colas de renacuajos.
Salazar se quedó perplejo, no podía creerlo. Volví a concentrarme en la pócima, sin mirarle.
Tío Severus me llamó la atención hoy en su clases. Se ve que estoy muy despistada, me pidió que pasara por su despacho a las 8.
- No puedo Profesor, debo ir a la oficina del profesor Dumbledore -
- Bien en ese caso, estaremos los tres allá -
Caminaba sin rumbo mientras esperaba la hora para reunirme con mis tíos. Subiendo las escaleras del lado norte me la encontré. Tenia una sonrisa peculiar en su rostro. Aun no me cabe la idea de que le haya preferido, no es porque sea creída, pero soy mil veces más bonita que ella, y si lo que dijo Salazar es cierto, soy más inteligente aun.
- Buenas noches, ¿qué haces afuera tan tarde? -
- Voy al despacho del director - no quería hablarle, ni verle. Respondí como diría Ron "A mi estilo Snape"
- Te has metido en problemas - dijo intentando parecer afectada, aunque lo hacia muy mal.
- No - le clave la mirada en los ojos (Ron diría: "estas viendo como Snape, me gusta mas tu mirada a lo Dumbledore")
- No, nos hemos presentado me llamo Ester Maldo - tenia una sonrisa sarcástica en los labios - tu debes ser Dumbledore, Etili ¿no?
- Si - dije fríamente - ¿cómo conoce mi nombre? -
- Salazar me ha hablado de ti -
- Debería dejar de hacerlo -
- Lo mismo le digo -
-¿Conque se le hace irresistible?, No te sientas opacada - ella no supo que responder la miré divertida, definitivo ¡qué poco cerebro tiene!.
-¿Sabes que somos pareja? - dijo como buscando tema para molestarme.
-¿Sí? - contesté ("¿qué tiene que ver una cosa con la otra?"Pensé)- creo que debes ver porque prefiere estar contigo, no creo que te agrade mucho - dije de la forma más fría que pude.
-¿De que hablas? - estaba como asustada.
- Mejor que te lo diga él. Que ilusa te has vuelto -
- Ya entiendo, solo lo dices porque aun estas lastimada, pobre niña -
- Eso a usted no le interesa - estaba furiosa, no me agradaba para nada esa mujer - y no miento, no sabes lo que ha dicho de ti - como ya no quería seguir hablándole - adiós - me fui directo al despacho de tío Albus.
Se quedo furiosa, me consta. No pude evitar sentirme mejor.
- Llegas retrazada - dijo tío Albus muy dulcemente.
-¿Todo bien? - tío Severus es muy lindo. Siempre se preocupa por mí.
- Tenemos que hablar... - dijo muy serio - quiero completa honestidad -
Como era de esperarse, el tema era yo misma, mi estado de ánimo, mi depresión. Me pidió que no pierda mi amor por la vida, mi fe en las personas, que no permita que desaparezcan mis sonrisas y la luz de mis ojos. Severus me miro fijamente:
- ¿Qué paso? -
- No quiero... -
- Necesito saberlo - dijo firmemente, pero con un tono dulce, acarició mi mejilla y secó mis lagrimas -
Suspiré. Respiré lentamente y comencé a confesar mi amor por el profesor Salazar, como fui correspondida. Tío Severus estaba muy tenso, enojado, le asegure que él nunca se había propasado conmigo, todo lo contrario me trataba dulcemente, me cuidaba, ayudaba y protegía...
- Pero un día toda esa magia desapareció. Comenzó a recibir esas cartas, todo paso tan rápido -
Se me hacia muy difícil continuar. Tío Severus colocó su mano en mi hombro y continué relatando, sentía un nudo en mi garganta pero cuando comenzó a desatarse fue fácil continuar.
Tío Albus me observaba con dulzura infinita.
- Llora todo lo que quieras, y cuando te hayas desahogado, cuando ya no tengas más lágrimas que nublen tu mirada, podrás descubrir muchas otras cosas bellas y buenas a tu alrededor -
- No dudo que estén ahí - respondí - pero ahora siento que en mí no hay nada bueno ni bello. -
- Recuerda que el valor intrínseco de las cosas, y de las personas, no radica en el precio que los demás pagan por ellas; si no en lo que guardan dentro de sí. -
Así dio por concluida nuestra reunión. Albus me abrazó fuertemente y besó mi frente.
- Yo la acompañaré - Severus abrió la puerta y caminamos en silencio, hasta que él lo rompió - ¿Cómo pudo? -
-¿Quién? -
-¿Cómo pudo él hacerte esto? - estaba enojado y más que eso, desilusionado.
- El amor no tiene parámetros - respondí dulcemente.
- No tiene derecho, ya vera -
- Tío - me detuve y vi directamente sus ojos (que hermoso ojos tiene) - No quiero que le odies. No quiero problemas. No hagas nada de lo que después te arrepientas. ¿Él se equivoco? Sí... talvez. Prométeme que lo harás -
- Que no me provoque - fueron sus ultimas palabras y continuó caminando.
Intento convencerme que todo estará bien, que ya no me importa.
Ayer durante su clase me pidió que me quedara. Sacó a Nanny y Harry por la fuerza quitándole cinco puntos a cada uno (¿qué se habrá creído?) Y a la misma Maldo, le ha pedido de una forma, no muy amable, que dejase el salón.
Comenzó a recoger en silencio los utensilios y los calderos (imagino que deseaba tranquilizarse). Tomó un banquillo, sentó frente a mí y suspiró, hubo una pequeña pasusa:
-¿Cómo has estado? -
Mientras meditaba mi respuesta se produjo un gran estallido en la puerta. Se abrió de golpe. Severus apuntaba con la varita con los ojos brillando de cólera. Su expresión era mucho mas dura y seca que la que mantenía en clases:
- Sal de aquí Etili. El profesor y yo debemos hablar -
- Severus, sé que debes pensar mil cosas pero... - respondió Salazar
- Nada - le cortó secamente - ya hablaremos de eso. Sal Etili -
- Tío... -
- No romperé mi palabra -
Salí de las mazmorras rápidamente, al llegar a las escaleras Nanny y Harry esperaban (este ultimo con sonrisa de atónico)
Nanny me abrazó fuertemente y mi alma se sintió aliviada.
- Tuviste que haber visto la cara de Maldo cuando la corrió - dijo a mi oído se rió abiertamente. Volvió a ponerse seria - ¿qué quería? -
- Preguntar como estaba. -
- Como si le importara -
- Nanny. -
- No lo defiendas. -
- Harry ¿qué te sucede? -
Nanny volvió a reír:
- Es que Snape nos ha dado cinco puntos a cada uno y aun no termina de creérselo -
-¿Fueron ustedes? -
- A mí que me saque, pero no te iba a dejar sola ahí adentro -
Hoy, mientras paseaba por los jardines, recibí una nota de tío Albus:
Recuerda que lo que más deseamos primero nace en nuestro corazón.
- Solo debes buscar - tío Severus se acercó a mí - ¿Sabes cuanto sufren las ostras antes de volver el grano de arena en perla?... pero que trabajo más hermoso hacen - tomó una de las flores que estaban cerca de nosotros (no podía imaginar la cara de la profesora Sprout si se llegase a enterar de lo ocurrido) - es hermosa ¿cierto?, Pero algún día morirá, pero ¿sabes? -
- Ella le servirá de abono para que las demás puedan crecer -
Me miró dulcemente, acarició mi cabello y besando mi frente dijo:
- Lo mismo ocurrirá con todo esto si tú lo permites - subió de nuevo el pergamino hasta mi vista:
Recuerda que lo que más deseamos primero nace en nuestro corazón.
Lo veo y ya no siento ese dolor paralizante de los primeros días. Creo que podré sobrevivir...
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Sin comentarios...
Mejor me voy a subir el próximo capitulo.....
Que tengan éxito en todo lo que realicen...
