XX:
La captura
Me sentía mareada, la visión no regresaba a mi con facilidad.
Coloqué mi mano en la frente buscando mayor estabilidad, sentía que el piso se movía, respiré hondo antes de abrir los ojos.
Me encontraba en alguna torre del castillo, todo estaba oscuro, las antorchas habían sido apagadas.
- Ya ha regresado en si amo - una voz chillona y asustadiza se encontraba tras una puerta, sentí unas ganas inconfundibles de salir corriendo de aquel lugar antes que la otra voz le respondiese.
- Tráela ante mi con quien la trajo - era una voz fría, era la voz del siseo.
Intenté levantarme y me percaté de estar atada a la pared por una cadena en mis piernas.
La puerta se abrió violentamente y un hombre bajo entró, con su varita desató la cadena y me llevó ante la otra habitación.
Estaba iluminada solo por un par de antorchas, una mesa larga se encontraba en medio de la habitación llena de papeles arrimados, una butaca alta, de un color ocre enmohecido, el olor era repugnante, me recordaba a las jaulas de las serpientes en el zoológico de mi ciudad.
Un hombre alto estaba en la orilla de la habitación vigilando por la ventana, vestía una túnica negra con capucha, se volteó lentamente y sentí un vuelco en el corazón cuando caminó hacia mi.
Estaba sujeta por las muñecas, pero el nudo era falso porque pude soltarme de él con disimulo.
Antes de llegar a mi otra puerta se abrió un nuevo personaje se unió, por la forma de su túnica era una mujer, se arrodilló frente al hombre alto:
- Amo, ¿me ha llamado? - era la voz de Maldo.
- Muéstrate ante mi - le ordenó.
Se levantó lentamente mientras tumbaba su capucha y con un movimiento delicado se quitó la mascara blanca. Le observó por un momento antes de fijarse en mi.
- Buen trabajo, le has encontrado -
- No ha sido problema amo, me han ayudado aunque no ha querido -
- De él hablaremos luego, quiero tener una pequeña platica con ella - la miró - sal de aquí -
Ella y el hombrecillo se fueron sin replicar, sentía que mi cuerpo perdía las fuerzas para mantenerme en pié, el olor de ese lugar me mareaba y su presencia me incomodaba.
- Cuanto tiempo te he buscado - me miraba fijamente - no se como se le ocurrió a tu padre que podía esconderte de mi, era lógico que Dumbledore te trajese acá después de mi resurrección a este mundo como me ves. Has de sabes que por culpa de Potter - escupió el apellido - perdí mi cuerpo y mis fuerzas hace mucho tiempo, pero gracias a mis fieles vasallos he retornado. Aunque he de admitir que mis fuerzas no son del todo completas, por eso te necesitaba a ti... tu tienes algo que podría ayudarme - guardó silencio, yo solo le veía desafiante aunque moría del miedo en mi interior - ¿no piensas hablar? - su tono era demandante - tengo muchas formas de hacerte hablar, si no cooperas las utilizaré -
- No tengo nada que pueda ayudarle - dije con desprecio.
Me miró furioso y alzó su varita, no llegué a escuchar que gritó solo sentí que mi cuerpo se congelaba y volvía a su estado normal antes de recibir otro impacto.
Me dejé caer en el suelo tratando de tomar fuerzas para levantarme, pero él lo hizo y me arrastró hasta la ventana
-¿Qué ves? -
Me sujetaba por el cuello, sentía su respiración sobre mi.
Por la ventana veía la gran masa del colegio siendo atacada y diezmada por las pelotas peludas.
A pesar de la altura se podían oír lo quejidos y golpes secos de las espadas.
Sentía mi corazón latir muy fuerte por el miedo a la perdida inminente, eran muchos mas que nosotros y con mas años de experiencia.
Sin pensarlo abrí la ventana dejando entrar el aire fresco, coloqué mi mano en el vidrio y al instante reflejó un color nacarado.
- Serás estúpida - me jaló con fuerza y me hizo cerrar la ventana - no podrás salvarlos. Hay miles de los míos dentro de los tuyos pasándome información, ayudándome a derrotarlos. Esta era será mía, así que dame lo que ha de pertenecerme y te conservaré en vida -
-¿Para que quiero la vida si seré incapaz de vivir de modo libre? - dije desafiante. Volví a sentir el choque que helaba cada una de mis células antes de llevarme bruscamente a la realidad.
- Mis ideales se expandirán y acabaremos con esos apestosos que nos obligan a escondernos -
- Tienen tantos derechos como nosotros. Bueno como nosotras las personas "vivas" - recalqué aquella palabra.
Pude ver la furia en sus ojos, alzó de nuevo su varita pero esquivé el rayo al colocarme atrás de la butaca. No encontraba mi varita, de seguro me la habían quitado al llevarme hasta ahí, eso me dejaba sin muchas ventajas. Un nuevo choque, tuve que salir de mi escondite.
Sabia como debía hacer las cosas para recuperarla, pero desde mi llegada a Hogwarts no había vuelto a practicar, Albus me lo había prohibido a mi llegada, no podía permitir que los demás lo supiesen, el problema de tener eso es que si no se practicaba podía tardar en reactivarse.
Fue cuando caí en cuenta, la ventana había brillado, aun lo mantenía dentro "Accio" y la varita llego de la nada a mi mano, ya podía ponerme en frente a él con algo con que defenderme.
- Interesante, realmente interesante - rió fríamente mientras me evaluaba frente a él con mi varita en mano - ¿piensas a enfrentarme? No te das cuenta que...-
- Si, si ya se usted es mas viejo y sabe mas hechizos y todo eso ¿y que? - dije a modo de burla.
- Pensé que las ironías eran solo para los Slytherin - rió.
-¿Pensaste? - dije incrédula.
Un rayó azul contra mi pecho solo detenido por un pequeño escudo.
Un grito agudo de su garganta, como un rugido, mis sentidos se volvieron a disparar en mil, la respiración cada vez mas agitada, el horrible sonido de los rasguños sobre las paredes, los paso de destrucción, no entendía el ¿por qué? Pero sentía que todo se estaba viniendo debajo de nuevo, perdía mucho el control a escuchar eso.
Los rasguños mas cercamos como escalando hasta la torre, por entre las paredes, por fuera, recordé aquella noche de enero y deseé con todas mis fuerzas sentirme protegida como en ese momento, el sabor metálico de la sangre pasando en mi garganta, me dejé caer antes de darme cuenta, intenté identificar alguna figura en la habitación, solo estaba Voldemort parado con una sonrisa burlona en sus labios con la vista fija en mi, mientras perdía lentamente el conocimiento de nuevo.
No supe cuanto tiempo volví a estar inconsciente, solo tenía esa sensación de haber dormido mucho después de hacer mucho ejercicio.
Intenté colocarme de pié, resbalé un poco con la capa antes de ganar estabilidad al apoyarme de la pared, respiré un par de veces antes recorrer con la vista mi nueva prisión.
Era un celda pequeña con una cama y un pequeño cuarto de baño, todo oscuro con una tuene luz verdosa que provenía de un lugar lejano del pasillo, en la parte superior de la celda había una pequeña ventana, cerré mis ojos para concentrarme y me encontré flotando cerca de la ventana.
Estaba lejos de Hogwarts, el paisaje era distinto, bajé con cuidado molesta conmigo misma ¿Cómo rayos se me pudo ocurrir que estaríamos en el castillo todavía? Si era a mi a quien buscaba saldría lo mas rápido posible de ese lugar.
Lo podía negar mil veces pero Voldemort le temía a tío Albus y sabía que no podía hacer nada en contra suya, me senté en un rincón de la celda con la espalda pegada a la pared y las piernas flexionadas muy cerca de mi, tenía que pensar como salir de ahí. Me había vuelto a despojar de mi varita, antes de huir tenía que encontrarla era mi primera obligación.
No podía concentrarme, deseaba saber que todos en el colegio estaban bien, que no habían ganado la batalla sin ningún saldo que lamentar, pero era tan difícil pensar "Esta no es la Etili que conozco" mi subconsciente me hablaba.
- No es tan fácil - respondí mal humorada - me siento débil -
- "Es eso, solo un sentimiento, vamos sé un poco mas valiente" -
- Solo quiero saber que todos están bien -
- "Nanny estará bien, Harry nunca permitiría que algo malo le ocurriera" -
- Mi hermanita, no tiene porque estar sufriendo esto - dije dejando caer mi cabeza sobre mis brazos cruzados sobre las piernas - soy una tonta, prometí protegerla -
- "Ella sabe que la proteges, desde ese momento en que se lo prometiste" -
Cerré los ojos y la vi, con esa sonrisa que la caracterizaba siempre.
Ø (Regresión al pasado)
Un borrón a su imagen y volvía a tener diez años, justo la edad en la que nos conocimos.
-¿Qué pasa por qué lloras? - veía una niña escondida entre los libreros de la biblioteca, vestía el uniforme del colegio y reconocí que era del primer año por la banda en su cintura.
- No soy buena bruja - dijo entre sollozos - no he podido convertir este palillo en una simple aguja - más pucheros.
- No te preocupes no es fácil a la primera - dije sentándome a su lado y tomando el palillo.
-¿No? -
- No yo tampoco lo logré a la primera - dije animándola - pero si practicas mucho podrás convertirla y luego convertirás cosas grandes. Si quieres te puedo ayudar -
-¿Si? -
- Seguro, me llamo Etili Dumbledore -
- Nanny Melian ¿Cuántos años tienes? -
- Once, doce para mayo ¿y tu? -
- Diez cumplo once en septiembre -
-¿Tan joven eres? ¿y estas llorando? - dije sorprendida - mírame y mírame bien - dije levantando su cara - este colegio no te hubiese aceptado a esta edad si no fueses una bruja tan poderosa, así que quita esa carita que pronto te veré enseñándome a mi -
Rió y yo la acompañé.
Ø (Volviendo)
Desde ese día estuvimos juntas, al principio se nos hizo difícil ya que íbamos en años diferentes, pero ya finalizando el período la adelantaron a mi clase.
- "Pero luego te adelantaron de nuevo" -
- Si pero ya sabíamos como que horas teníamos libres y casi todos los recesos estábamos juntas -
- "A ti te devolvieron de año al entrar a Hogwarts y a ella no... injusto ¿no?" -
-¿Injusto? Jamás, de no ser así no estaríamos estudiando juntas ahora -
Me levanté pesadamente del piso y me estiré. Tenía que estudiar cuales eran las posibilidades de salir de ahí por mi cuenta.
-¡Levántate! - un grito seco me despertó. Había decidido que inspeccionar era lo primordial para escapar.
Me levanté lo mas lento que pude, sin dejar de mirar la mascara blanca del Mortifago a modo de reto. Me desperecé antes de salir por la reja abierta.
- Mi muy querida huésped - dijo en voz melosa y sarcástica - ¿Has dormido bien? -
- De maravilla, lastima que desperté - dije con ironía.
- Vamos a hacer un pequeño trato - esa detestable siseo de voz. No respondí solo me mantuve firme, desafiante ante su mirada y ante el conjunto de Mortífagos que nos rodeaban - tu me das lo que yo quiero y te proporciono información sobre tu padre -
- Usted no sabe absolutamente nada de mi padre - dije fríamente.
- Te equivocas criatura, se de tu padre mucho mas que tu misma - me miró amenazante.
- Eso ha de suponerse ya que gracias a su desagradable existencia no he podido crecer cerca de él - le corté con rabia.
- No ha sido la "desagradable" existencia de mi amo lo que no ha permitido que tu crezcas junto a tu padre, ha sido su gran estupidez al elegir el bando contrario - dijo un Mortifago que estaba de pie junto a la puerta.
- Nadie pidió tu opinión - vociferó enojado - ¡CRUCIO! - aprende a guardar silencio cuando tu amo habla - dijo divertido mientras el hombre se revolvía en el piso.
- Si amo, perdone amo, soy un inútil amo - dijo intentando evadir el dolor.
- Mi padre eligió lo que sus principios le decían , mi padre nunca se hubiese convertido en un sucio parásito que vive de otros para tener mas poder, mi padre nunca se rebajaría a ser uno de ustedes - dije con rabia y asqueada de la imagen del hombre en el suelo.
- Cuida tu vocabulario jovencita que no te conviene que me enoje contigo - Voldemort me apuntaba con la varita - ahora menos que estas en doble desventaja: sin varita y contra mayoría - cada vez estaba mas cerca, despendía un olor asqueroso, como de barro remojado con serpentario de zoológico descuidado - te conviene pensar mi oferta -
- Amo - un Mortifago entró a todo correr por la puerta.
-¿QUÉ DEMONIOS QUIERES? - dijo volviéndose furioso.
- Perdón amo, perdone. Pero pensé que le gustaría saber, amo, que hemos obtenido el apoyo de los Mortífagos de Alemania y se dirigen para acá amo -
- Genial, pronto mi ejercito estará completo - rió cínicamente - ¿Y sabes que es lo mas gracioso? - dijo volviendo a verme - que tu tío "el amante de los muggles" no podrá contra el - se viró a sus Mortífagos - enciérrenla. Te conviene pensar - amenazó - dale una habitación mas cómoda a nuestra invitada, para que pruebe un poco de todo lo que puede obtener si se nos une - hizo un gesto de apuro - tu, quiero que me pongas en contacto con el frente sur de inmediato - fue lo ultimo que escuché antes de salir de la sala -
Caminé entre un pasillo, tan iluminado con el calabozo. Todo el lugar esta cubierto con una fina capa de polvo que hacía que se viera mas tétrico de lo que ya era.
Abrió la puerta y me empujo dentro de ella
- No te conviene intentar escapar - dijo fríamente - si no quieres tener una muerte horrorosa pero rápida - cerró la puerta.
-¡Genial! - dejé escapar.
No estaba ni mal el lugar, era amplio y limpio. Pero como era de esperarse no me agradó para nada.
Me acurruqué en una de las esquinas de la habitación y fijé mi vista en un punto lejano.
Me había dolido la conversación con Voldemort aunque intenté ocultarlo, la mísera mención de mi padre y mi corazón había dado un vuelco de dolor.
Lo extrañaba tanto y me enfurecía el hecho de no estar con él porque no era capaz de confiar su secreto.
- Si lo que tanto querías era protegerme espero que te enteres de que no ha servido de nada el alejarte, solo para dejarme mas indefensa - grité con furia antes de romper a llorar.
No sé cuanto tiempo pasó desde ahí hasta que mi corazón se volvió a calmar.
Lloré la amargura de muchos años guardados, el dolor de haber crecido sin él, el odio que se había apoderado de mi corazón al saber que debía irse por causa de terceros.
@--`--
Esta un poco corto ya lo sé, es que mi mente no se iluminaba mucho, ahora si, ya los demás capítulos vendrán seguido, digo yo.
Voldemort usó mi palabra favorita =0S "Genial" que feo, no importa. Ya casi se descubre parte importante.
Capitulo dedicado a mi Manis chiquita (NANNY) por ser una chiquita muy especial en mi vida.
Espero les guste, dejen saber sus comentarios.
La captura
Me sentía mareada, la visión no regresaba a mi con facilidad.
Coloqué mi mano en la frente buscando mayor estabilidad, sentía que el piso se movía, respiré hondo antes de abrir los ojos.
Me encontraba en alguna torre del castillo, todo estaba oscuro, las antorchas habían sido apagadas.
- Ya ha regresado en si amo - una voz chillona y asustadiza se encontraba tras una puerta, sentí unas ganas inconfundibles de salir corriendo de aquel lugar antes que la otra voz le respondiese.
- Tráela ante mi con quien la trajo - era una voz fría, era la voz del siseo.
Intenté levantarme y me percaté de estar atada a la pared por una cadena en mis piernas.
La puerta se abrió violentamente y un hombre bajo entró, con su varita desató la cadena y me llevó ante la otra habitación.
Estaba iluminada solo por un par de antorchas, una mesa larga se encontraba en medio de la habitación llena de papeles arrimados, una butaca alta, de un color ocre enmohecido, el olor era repugnante, me recordaba a las jaulas de las serpientes en el zoológico de mi ciudad.
Un hombre alto estaba en la orilla de la habitación vigilando por la ventana, vestía una túnica negra con capucha, se volteó lentamente y sentí un vuelco en el corazón cuando caminó hacia mi.
Estaba sujeta por las muñecas, pero el nudo era falso porque pude soltarme de él con disimulo.
Antes de llegar a mi otra puerta se abrió un nuevo personaje se unió, por la forma de su túnica era una mujer, se arrodilló frente al hombre alto:
- Amo, ¿me ha llamado? - era la voz de Maldo.
- Muéstrate ante mi - le ordenó.
Se levantó lentamente mientras tumbaba su capucha y con un movimiento delicado se quitó la mascara blanca. Le observó por un momento antes de fijarse en mi.
- Buen trabajo, le has encontrado -
- No ha sido problema amo, me han ayudado aunque no ha querido -
- De él hablaremos luego, quiero tener una pequeña platica con ella - la miró - sal de aquí -
Ella y el hombrecillo se fueron sin replicar, sentía que mi cuerpo perdía las fuerzas para mantenerme en pié, el olor de ese lugar me mareaba y su presencia me incomodaba.
- Cuanto tiempo te he buscado - me miraba fijamente - no se como se le ocurrió a tu padre que podía esconderte de mi, era lógico que Dumbledore te trajese acá después de mi resurrección a este mundo como me ves. Has de sabes que por culpa de Potter - escupió el apellido - perdí mi cuerpo y mis fuerzas hace mucho tiempo, pero gracias a mis fieles vasallos he retornado. Aunque he de admitir que mis fuerzas no son del todo completas, por eso te necesitaba a ti... tu tienes algo que podría ayudarme - guardó silencio, yo solo le veía desafiante aunque moría del miedo en mi interior - ¿no piensas hablar? - su tono era demandante - tengo muchas formas de hacerte hablar, si no cooperas las utilizaré -
- No tengo nada que pueda ayudarle - dije con desprecio.
Me miró furioso y alzó su varita, no llegué a escuchar que gritó solo sentí que mi cuerpo se congelaba y volvía a su estado normal antes de recibir otro impacto.
Me dejé caer en el suelo tratando de tomar fuerzas para levantarme, pero él lo hizo y me arrastró hasta la ventana
-¿Qué ves? -
Me sujetaba por el cuello, sentía su respiración sobre mi.
Por la ventana veía la gran masa del colegio siendo atacada y diezmada por las pelotas peludas.
A pesar de la altura se podían oír lo quejidos y golpes secos de las espadas.
Sentía mi corazón latir muy fuerte por el miedo a la perdida inminente, eran muchos mas que nosotros y con mas años de experiencia.
Sin pensarlo abrí la ventana dejando entrar el aire fresco, coloqué mi mano en el vidrio y al instante reflejó un color nacarado.
- Serás estúpida - me jaló con fuerza y me hizo cerrar la ventana - no podrás salvarlos. Hay miles de los míos dentro de los tuyos pasándome información, ayudándome a derrotarlos. Esta era será mía, así que dame lo que ha de pertenecerme y te conservaré en vida -
-¿Para que quiero la vida si seré incapaz de vivir de modo libre? - dije desafiante. Volví a sentir el choque que helaba cada una de mis células antes de llevarme bruscamente a la realidad.
- Mis ideales se expandirán y acabaremos con esos apestosos que nos obligan a escondernos -
- Tienen tantos derechos como nosotros. Bueno como nosotras las personas "vivas" - recalqué aquella palabra.
Pude ver la furia en sus ojos, alzó de nuevo su varita pero esquivé el rayo al colocarme atrás de la butaca. No encontraba mi varita, de seguro me la habían quitado al llevarme hasta ahí, eso me dejaba sin muchas ventajas. Un nuevo choque, tuve que salir de mi escondite.
Sabia como debía hacer las cosas para recuperarla, pero desde mi llegada a Hogwarts no había vuelto a practicar, Albus me lo había prohibido a mi llegada, no podía permitir que los demás lo supiesen, el problema de tener eso es que si no se practicaba podía tardar en reactivarse.
Fue cuando caí en cuenta, la ventana había brillado, aun lo mantenía dentro "Accio" y la varita llego de la nada a mi mano, ya podía ponerme en frente a él con algo con que defenderme.
- Interesante, realmente interesante - rió fríamente mientras me evaluaba frente a él con mi varita en mano - ¿piensas a enfrentarme? No te das cuenta que...-
- Si, si ya se usted es mas viejo y sabe mas hechizos y todo eso ¿y que? - dije a modo de burla.
- Pensé que las ironías eran solo para los Slytherin - rió.
-¿Pensaste? - dije incrédula.
Un rayó azul contra mi pecho solo detenido por un pequeño escudo.
Un grito agudo de su garganta, como un rugido, mis sentidos se volvieron a disparar en mil, la respiración cada vez mas agitada, el horrible sonido de los rasguños sobre las paredes, los paso de destrucción, no entendía el ¿por qué? Pero sentía que todo se estaba viniendo debajo de nuevo, perdía mucho el control a escuchar eso.
Los rasguños mas cercamos como escalando hasta la torre, por entre las paredes, por fuera, recordé aquella noche de enero y deseé con todas mis fuerzas sentirme protegida como en ese momento, el sabor metálico de la sangre pasando en mi garganta, me dejé caer antes de darme cuenta, intenté identificar alguna figura en la habitación, solo estaba Voldemort parado con una sonrisa burlona en sus labios con la vista fija en mi, mientras perdía lentamente el conocimiento de nuevo.
No supe cuanto tiempo volví a estar inconsciente, solo tenía esa sensación de haber dormido mucho después de hacer mucho ejercicio.
Intenté colocarme de pié, resbalé un poco con la capa antes de ganar estabilidad al apoyarme de la pared, respiré un par de veces antes recorrer con la vista mi nueva prisión.
Era un celda pequeña con una cama y un pequeño cuarto de baño, todo oscuro con una tuene luz verdosa que provenía de un lugar lejano del pasillo, en la parte superior de la celda había una pequeña ventana, cerré mis ojos para concentrarme y me encontré flotando cerca de la ventana.
Estaba lejos de Hogwarts, el paisaje era distinto, bajé con cuidado molesta conmigo misma ¿Cómo rayos se me pudo ocurrir que estaríamos en el castillo todavía? Si era a mi a quien buscaba saldría lo mas rápido posible de ese lugar.
Lo podía negar mil veces pero Voldemort le temía a tío Albus y sabía que no podía hacer nada en contra suya, me senté en un rincón de la celda con la espalda pegada a la pared y las piernas flexionadas muy cerca de mi, tenía que pensar como salir de ahí. Me había vuelto a despojar de mi varita, antes de huir tenía que encontrarla era mi primera obligación.
No podía concentrarme, deseaba saber que todos en el colegio estaban bien, que no habían ganado la batalla sin ningún saldo que lamentar, pero era tan difícil pensar "Esta no es la Etili que conozco" mi subconsciente me hablaba.
- No es tan fácil - respondí mal humorada - me siento débil -
- "Es eso, solo un sentimiento, vamos sé un poco mas valiente" -
- Solo quiero saber que todos están bien -
- "Nanny estará bien, Harry nunca permitiría que algo malo le ocurriera" -
- Mi hermanita, no tiene porque estar sufriendo esto - dije dejando caer mi cabeza sobre mis brazos cruzados sobre las piernas - soy una tonta, prometí protegerla -
- "Ella sabe que la proteges, desde ese momento en que se lo prometiste" -
Cerré los ojos y la vi, con esa sonrisa que la caracterizaba siempre.
Ø (Regresión al pasado)
Un borrón a su imagen y volvía a tener diez años, justo la edad en la que nos conocimos.
-¿Qué pasa por qué lloras? - veía una niña escondida entre los libreros de la biblioteca, vestía el uniforme del colegio y reconocí que era del primer año por la banda en su cintura.
- No soy buena bruja - dijo entre sollozos - no he podido convertir este palillo en una simple aguja - más pucheros.
- No te preocupes no es fácil a la primera - dije sentándome a su lado y tomando el palillo.
-¿No? -
- No yo tampoco lo logré a la primera - dije animándola - pero si practicas mucho podrás convertirla y luego convertirás cosas grandes. Si quieres te puedo ayudar -
-¿Si? -
- Seguro, me llamo Etili Dumbledore -
- Nanny Melian ¿Cuántos años tienes? -
- Once, doce para mayo ¿y tu? -
- Diez cumplo once en septiembre -
-¿Tan joven eres? ¿y estas llorando? - dije sorprendida - mírame y mírame bien - dije levantando su cara - este colegio no te hubiese aceptado a esta edad si no fueses una bruja tan poderosa, así que quita esa carita que pronto te veré enseñándome a mi -
Rió y yo la acompañé.
Ø (Volviendo)
Desde ese día estuvimos juntas, al principio se nos hizo difícil ya que íbamos en años diferentes, pero ya finalizando el período la adelantaron a mi clase.
- "Pero luego te adelantaron de nuevo" -
- Si pero ya sabíamos como que horas teníamos libres y casi todos los recesos estábamos juntas -
- "A ti te devolvieron de año al entrar a Hogwarts y a ella no... injusto ¿no?" -
-¿Injusto? Jamás, de no ser así no estaríamos estudiando juntas ahora -
Me levanté pesadamente del piso y me estiré. Tenía que estudiar cuales eran las posibilidades de salir de ahí por mi cuenta.
-¡Levántate! - un grito seco me despertó. Había decidido que inspeccionar era lo primordial para escapar.
Me levanté lo mas lento que pude, sin dejar de mirar la mascara blanca del Mortifago a modo de reto. Me desperecé antes de salir por la reja abierta.
- Mi muy querida huésped - dijo en voz melosa y sarcástica - ¿Has dormido bien? -
- De maravilla, lastima que desperté - dije con ironía.
- Vamos a hacer un pequeño trato - esa detestable siseo de voz. No respondí solo me mantuve firme, desafiante ante su mirada y ante el conjunto de Mortífagos que nos rodeaban - tu me das lo que yo quiero y te proporciono información sobre tu padre -
- Usted no sabe absolutamente nada de mi padre - dije fríamente.
- Te equivocas criatura, se de tu padre mucho mas que tu misma - me miró amenazante.
- Eso ha de suponerse ya que gracias a su desagradable existencia no he podido crecer cerca de él - le corté con rabia.
- No ha sido la "desagradable" existencia de mi amo lo que no ha permitido que tu crezcas junto a tu padre, ha sido su gran estupidez al elegir el bando contrario - dijo un Mortifago que estaba de pie junto a la puerta.
- Nadie pidió tu opinión - vociferó enojado - ¡CRUCIO! - aprende a guardar silencio cuando tu amo habla - dijo divertido mientras el hombre se revolvía en el piso.
- Si amo, perdone amo, soy un inútil amo - dijo intentando evadir el dolor.
- Mi padre eligió lo que sus principios le decían , mi padre nunca se hubiese convertido en un sucio parásito que vive de otros para tener mas poder, mi padre nunca se rebajaría a ser uno de ustedes - dije con rabia y asqueada de la imagen del hombre en el suelo.
- Cuida tu vocabulario jovencita que no te conviene que me enoje contigo - Voldemort me apuntaba con la varita - ahora menos que estas en doble desventaja: sin varita y contra mayoría - cada vez estaba mas cerca, despendía un olor asqueroso, como de barro remojado con serpentario de zoológico descuidado - te conviene pensar mi oferta -
- Amo - un Mortifago entró a todo correr por la puerta.
-¿QUÉ DEMONIOS QUIERES? - dijo volviéndose furioso.
- Perdón amo, perdone. Pero pensé que le gustaría saber, amo, que hemos obtenido el apoyo de los Mortífagos de Alemania y se dirigen para acá amo -
- Genial, pronto mi ejercito estará completo - rió cínicamente - ¿Y sabes que es lo mas gracioso? - dijo volviendo a verme - que tu tío "el amante de los muggles" no podrá contra el - se viró a sus Mortífagos - enciérrenla. Te conviene pensar - amenazó - dale una habitación mas cómoda a nuestra invitada, para que pruebe un poco de todo lo que puede obtener si se nos une - hizo un gesto de apuro - tu, quiero que me pongas en contacto con el frente sur de inmediato - fue lo ultimo que escuché antes de salir de la sala -
Caminé entre un pasillo, tan iluminado con el calabozo. Todo el lugar esta cubierto con una fina capa de polvo que hacía que se viera mas tétrico de lo que ya era.
Abrió la puerta y me empujo dentro de ella
- No te conviene intentar escapar - dijo fríamente - si no quieres tener una muerte horrorosa pero rápida - cerró la puerta.
-¡Genial! - dejé escapar.
No estaba ni mal el lugar, era amplio y limpio. Pero como era de esperarse no me agradó para nada.
Me acurruqué en una de las esquinas de la habitación y fijé mi vista en un punto lejano.
Me había dolido la conversación con Voldemort aunque intenté ocultarlo, la mísera mención de mi padre y mi corazón había dado un vuelco de dolor.
Lo extrañaba tanto y me enfurecía el hecho de no estar con él porque no era capaz de confiar su secreto.
- Si lo que tanto querías era protegerme espero que te enteres de que no ha servido de nada el alejarte, solo para dejarme mas indefensa - grité con furia antes de romper a llorar.
No sé cuanto tiempo pasó desde ahí hasta que mi corazón se volvió a calmar.
Lloré la amargura de muchos años guardados, el dolor de haber crecido sin él, el odio que se había apoderado de mi corazón al saber que debía irse por causa de terceros.
@--`--
Esta un poco corto ya lo sé, es que mi mente no se iluminaba mucho, ahora si, ya los demás capítulos vendrán seguido, digo yo.
Voldemort usó mi palabra favorita =0S "Genial" que feo, no importa. Ya casi se descubre parte importante.
Capitulo dedicado a mi Manis chiquita (NANNY) por ser una chiquita muy especial en mi vida.
Espero les guste, dejen saber sus comentarios.
