XXI
Sueños
- NO Y MIL VECES NO - grité furiosa ante su cara, ya sin miedo a lo que fuese capaz de hacerme, sin importarme nada de lo podría llegar a hacer.
- Niña insolente - vociferó - ¿Cómo te atreves? - me apuntó - ¡Crucio! - el dolor punzante se apoderó de mi cuerpo, no podía soportarlo mas quería salir de aquel lugar de una vez, no había pasado mas de tres días pero me parecía una eternidad - pagarás tu insolencia - dijo fríamente cuando mi cuerpo volvió a relajarse al terminar el dolor punzante, ya solo quedando la sombra de los mismos - encerrada durante tres días sin comida -
- Eres incapaz de matarme - dije fríamente, con la voz aun partida por el dolor - me necesitas viva y lo sabes, pero también sabes que no me pasaré a tu lado jamás -
- Eso ya lo veremos - dijo son una sonrisa cruel en su rostro - ¡Crucio! -
Me levanté con cierto desconcierto. Coloqué la mano en mi cabeza y abrí los ojos.
Estaba en la habitación sobre la cama, me paré apresuradamente y limpié mi túnica de cualquier suciedad que hubiese podido agarrar. Me asomé en la ventana, ya había intentado ver en que trataba el sistema de seguridad, las ventanas abrían a mi gusto solo que no podía sacar nada, al intentarlo con una bola de papel, de esta ni las cenizas quedaron. La puerta solo abría de afuera y si intentaba abrirla desde dentro usando cualquier sistema muggle o mágico activaba una especie de alarma ya que unos veinte Mortífagos aparecían de la nada apuntando con la varita.
No podía ni determinar el alcance del campo de protección pues al intentar transportar otra bola de papel hasta cerca de un árbol, considerablemente alejado de la ventana, el papel igual fue carbonizado. Podía quitarme de la mente cualquier idea de mandar una lechuza, ya lo de apariciones lo había descartado pues nunca lo había intentado.
Aun así practicaba mi magia, mi gran secreto.
No con mucho éxito ya que llevaba casi un año sin hacer uso de ella de aquélla forma, podía lograrlo hacer de nuevo, solo debía practicar lo necesario, aunque aun no sabía para que me serviría todo aquello, era una bonita forma de distraerme.
Me senté de nuevo en mi rincón, el único lugar de aquella habitación que usaba además del cuarto de baño, me senté en la posición habitual a ver el mismo punto vacío de la pared, con la quijada apoyada sobre los brazos "si tan solo pudiera concentrar la magia, si tan solo encontrara una forma de dominarla por completo de una vez", golpeé la pared con mi cabeza al subirla de forma rápida, ya sabía que no iba a conseguir nada con eso pero era de cierta manera relajante.
Todavía me dolía el cuerpo, el ultimo impacto de Crucio me había dejado mal y hambrienta abrí mi mano y apareció una manzana, la comí con gusto, la orden de Voldemort de no alimentarme la estaban siguiendo al pie de la letra, pero claro el no sabía de lo que era capaz su "huésped".
§ Estábamos en una reunión en la dirección.
El profesor Snape se mantenía apoyado a un librero mientras el profesor Slartinn se encontraba en la misma poción del lado contrario. Sirus Black, el padrino de Harry, estaba sentado a mi lado, frente al profesor Dumbledore que me veía con esos ojos azules que brillaban.
La situación me parecía un poco incomoda, dado pues que era la única alumna en aquel lugar.
- Van ya tres días y aun no tenemos rastro de ella - la voz de Snape resonó lejana - debemos buscar la forma de llegar -
- Profesor, ya le he dicho muchas veces permítame actuar - Slartinn dijo caminando al escritorio.
- No, no, no, NO, nada de eso - le corté enojada - aun no se me quita la idea de que usted ha tenido algo que ver con esto - lo miré - ella sabía algo y estoy segura que usted tenía algo que ver ahí -
- Señorita Melian, no estamos acá para hablar de las estupideces que pudo haber cometido el profesor Slartinn - Snape me cortó - lo que se refiere a usted Salazar lo mejor es continuar esperando, los Aurores están trabajando tiempo completo -
- No la van a liberar - dijo con rabia antes de salir de la habitación.
-¿Cómo esta tan seguro? - aun veía el lugar por donde desapareció.
- Nanny, mejor ve con tus compañeros, sé que pronto se solucionará todo esto - el profesor Dumbledore miraba un mapa en su mesa - Severus contacta a los otros tres, debemos reforzar la búsqueda, queda poco tiempo -
- De inmediato - Snape también desapareció.
Bajé hecha una furia las escaleras, no deseaba dormir, no quería dormir, estaba tan enojada con ella ¿Por qué rayos no me dijiste lo que pasaba? ¿por qué rayos no solo le tiraste una bola de fuego en la cara y escapaste?, llegué al jardín de Herbología miré en dirección al pino que crecía, a sus pies se encontraba una sombra entre las tinieblas me acerqué con cuidado.
- No debería estar aquí señorita Melian - su odiosa voz me asustó.
-¿Cómo sabía que era yo? - respondí omitiendo su comentario.
- Etili me contó que usted olía a chocolate y percibí eso olor hace un momento -
- Claro con esa nariz ¿quién no? - dije en susurro.
-¿Qué dijo señorita? - preguntó viéndome.
- Nada profesor - me apresuré a contestar.
- Entonces váyase - volvió a voltear. Lo miré triste algo derrotado, tomé aire y lo expulsé antes de volver a hablar.
-¿De verdad le preocupa? -
- No sabe cuanto - dijo dándome lugar para sentarme.
- Explique, si tanto la amaba como decía ¿por qué le dejó? - me miró con infinita tristeza antes de volver a ver su punto neutro - le exijo una respuesta -
- No lo entenderías Nanny, de verdad no lo entenderías -
-¿Por qué simplemente no lo intenta? -
- Porque existen algunas cosas simples para ciertos ojos que en realidad son verdaderamente costosas para otros - dijo sin mirarme.
- Me parece tan injusto - dejé escapar - ella lo amó muchísimo -
- Yo también la amo y no tiene idea - respondió sereno.
- No me venga con eso, que ya bastante daño le hizo - respondí molesta - y pensar que ella sería capaz de dar la vida por usted -
- Y yo daré la mía por la de ella - dijo mas para el mismo que para mi, se levantó - Nanny sé que no te agrado por lo mas mínimo, pero te pido que por nada del mundo le digas a Dumbledore o a Snape que me he ido -
-¿Usted sabe donde esta cierto? - no obtuve respuesta, al volverme a verle ya había desaparecido.
-¿Nanny? - la voz de Harry llegó como una suave caricia - ¿Qué haces acá? Es peligroso -
- Vamos - dije levantándome §
Desperté bruscamente, había tenido un sueño, Nanny estaba en dirección, junto con mis tíos, un hombre familiar y Slartinn, hablaban de mi o eso creí escuchar. Me levanté del rincón para desperezarme un poco, mi capa cayó a un lado.
La noche era fría y las nubes se apoderaban del cielo, abrí la ventana y me senté en el marco, asegurándome que ni una milésima de mí quedase fuera, no deseaba ser carbonizada; estaba pensando en todo y en nada en especial, intentaba descubrir la forma de salir pero sin olvidar como entrar, el sonar de cientos de pasos me hicieron volver a la realidad, al bajar la mirada vi a los Quintapies agrupándose poco a poco en la parte baja de la mansión, un fuerte grito proveniente del piso superior. La orden de subida.
Cientos de pasos volvieron a escuchase, rasguños agudos rasgando la pared para subir, todos mis sentidos se volvieron a activar, sentía los rasguños en la fría superficie, los gruñidos de sus gargantas destrozaban mis tímpanos y sin poder contenerme me dejé caer de lleno tapándome los oídos, pero no tenía ningún efecto, mi piel estaba sentida y sentía un fuerte dolor punzante y un olor a sangre rondaba la habitación.
Alcé la mano con dificulta y con solo prensarlo cubrí las ventanas de un sellador gris, gateé con cuidado hasta el rincón y sujeté mi capa sobre mi cabeza intentando protegerme.
Los rasguños se hicieron mas fuertes y aprecian provenir de dentro de las paredes, daban escalofríos, a veces parecían que salían de ella. Pasaron muchos pasos ante la puerta, ruidos fuertes se producían como si quisiesen tumbarla... destruirla. Sentía tanto miedo, gritos repetitivos estaban en mi mente y ese sonido como el metal que desgarra el viento antes de encontrar donde encajar, los rasguños me atormentaban, sentía ganas de gritar.
Odiaba esa situación, odiaba sentirme indefensa "tranquila mi amor, toda estará bien... no permitiré que nada te dañe... jamás permitiré que se te acerqué..." palabras dolorosas que una vez significaron algo vinieron a mi mente y se repetían una y otra vez "Je serai toujours ton gardien, et tu serez mon ange, mon a protege"
Mentiras, solo eran mentiras que resonaban dolorosamente en mi cabeza, imágenes de aquel momento comenzaron a llegar a mi, era tan parecido a lo que estaba viviendo, solo que en aquel momento me sentía protegida y ahora solo con el pensamiento masoquista de lo que una vez fue y lo que nunca podría volver a ser.
Lentamente el lugar se fue calmando y mi sentidos volvieron a ser tan normales como han de ser, me levanté temblorosa acercándome a las ventanas y deshaciendo el hechizo, sentí que mis piernas se doblaban sobre mi propio peso antes de perder el conocimiento.
§ Bajábamos a desayunar, yo un poco distante del mundo. Había visto a Etili acurrucada bajo una capa aunque no lograba recordar nada mas que esas lagrimas saliendo de sus ojos.
Harry pasó su brazo por mi cintura y besó dulcemente mi mejilla reclamando un poco de atención, me giré y deposité un pequeño beso en sus labios antes de entrar al comedor.
- Nanny - Hermione se sentaba a mi lado - ella esta bien, Dumbledore dice que no intentará matarla -
- Pero la torturará todo lo que pueda - dije levemente.
-¿Qué tiene Etili que quiere Voldemort? - Ron dejó escapar - ¿Tu lo sabes? -
- Si - suspiré a final de cuentas después de esto se iban a tener que enterar - todo comenzó cuando nos conocimos, yo estaba entrando a primero y ella ya estaba en segundo. A final del segundo trimestre la escuela sufrió un ataque por parte de unos troles que habitaban cerca de las montañas que nos rodeaban... -
- Señorita Melian ¿sabe usted donde esta el profesor Slartinn? - Snape se había acercado y había cortado mi relato con voz demandante de una respuesta rápida. Recordé mi promesa y negué vagamente recordando que Etili siempre me decía que Snape, cuando quería, podía llegar a leer la mente - acompáñeme ahora a la oficina del director. Potter quédese sentado y callado - le dijo firmemente.
No habló durante la caminata, en realidad iba muy rápido y casi tenía que trotar para seguir de cerca sus pasos. Al llegar a la oficina, Dumbledore parecía estar esperándonos desde hace mucho, me indicaron que me sentara:
- Repetiré la pregunta señorita Melian ¿Sabe usted donde esta el profesor Slartinn? -
- Ya he dicho que no, solo espero que donde este le den su buen merecido -
- Sé que tienes miles de razones para que no te agrade el profesor Slartinn, pero Nanny es muy importante que nos digas si esa noche cuando hablaron en el jardín el te mencionó algo que nos pueda ayudar a encontrarle - la voz del director era muy tranquila, aunque me quedé como piedra al escuchar lo del jardín y nuestra supuesta conversación - aunque lo hayas prometido - agregó viendo mi cara.
- Solo dijo que no les dijese que se había ido, no mencionó a donde fue, ni nada - respondí intentando recordar aquel momento.
-¿Fue por Etili? - Snape me veía desde el otro lado del escritorio.
- Eso creo -
- Bien, en ese caso regresa a tus actividades -
- Profesor Dumbledore, profesor Snape - dije antes de salir - en diez días es su cumpleaños, no sabe cuanto me gustaría pasarlo con ella -
- A mi también Nanny - Snape respondió antes de que terminara de cerrarse la puerta.
¿Me había llamado "Nanny"? ¿El profesor de pociones? ¿O el tío de mi amiga?§
Han pasado ya una semana desde que llegué aquí, he aprendido a controlar de mejor marea mis poderes, soy capaz de dirigirlos de manera correcta, aunque no los que requieren un gran gasto de energía. Suelo desmayarme si los hechizos son muy poderosos, pero a cada practica tomo mas control sobre ellos.
He incendiado ya un par de veces la habitación durantes las practicas, intento apagar todo y arreglarlo antes de la llegada de los Mortífagos, no deseo que se descubra nada. Lo mas difícil es lograr que salga el hechizo que estoy pensando sin pronunciarlo...
Mis sueños siguen siendo extraños, la mayoría son de Nanny en Hogwarts... a veces pienso que mas que sueños han sido como una especie de visión de lo que ella esta viviendo; los otros han sido de un hombre de negro que cruza ciudades a diestra y siniestra, buscando, preguntando. Parece a veces una sobra y otras un rostro familiar.
Los Quintapies rondan el lugar y son una tortura para mis sentidos, aun no sé por qué reaccionó así ante ellos, es como si sufriera una especie de reacción traumática. Voldemort lo sabe y los hace caminar por la mansión para torturarme, me hace ir a verlo, no quiero escuchar mas sus estúpidas promesas de poder y de un mundo al cual pueda dominar.
Había formado una bola de fuego que moldeaba con mis dos manos, tenía unos ocho centímetros de diámetro, con la mano superior apunté a la ventana para abrirla, volví a moldear la esfera y la dejé salir por la ventana. Me sorprendí al ver que había incendiado el árbol, me apresuré a cerrar la ventana, tal vez..., talvez si la el objeto tenía un movimiento continuo y rápido podía sobre pasar la barrera de guarda, era una nueva teoría por probar.
Golpes secos en la puerta, me levanté del rincón, me aseguré de que el lugar estuviese en orden antes de acercarme a la puerta para retirar la silla (por medida de seguridad)
- Camina, el amo quiere verte - el Mortifago me apuntaba con la varita.
-¿Por casualidad no dijo que luego de llevarme te tiraras por la ventana? -
- Yo siendo tú no estaría de tan buen humor - dijo con frialdad antes de abrir la puerta de la ya tan conocida y aborrecida sala.
-¿Qué? ¿A tu amito le dijeron que no los chinos y ahora no tiene Mortífagos chinos en sus envidiables filas de inútiles seguidores? -
- Si tanto te interesa saber sobre mis seguidores solo pregúntame - el siseo de voz me respondió fríamente desde el otro lado de la sala.
- Comentario sarcástico - dije con simpleza - ¿Sabes que? Hoy tengo mucha flojera de escucharte, ¿Por qué no nos saltamos la parte de tu intento de lavado de cerebro, mis repetitivos "no", "ni lo sueñes", entre tantos otros, tus amenazas, mis defensas, tus torturas y simplemente me hago la desmayada y me mandas a mi habitación? - dije a modo de reto, si dejar de mirar fijamente sus ojos.
- Estas muy sarcástica - dijo caminando amenazadoramente a mi.
- Si las cosas malas siempre se pegan - dije con ironía.
- Aun así - dijo ignorando mi comentario - te mostraré mis tropas - me obligó a caminar hasta una mesa donde estaba dibujado el mapa de la tierra - todos los puntos rojos son mis tropas, ya han llegado la mayoría a Inglaterra, nuestro primer blanco será, como has de suponer, Hogwarts, ya que este es no puede aparecer en los mapas, aun así aparecen los que se están reuniendo cerca de Hogsmade, acabaremos con todo sangre sucia, con su director y con todo aquel que se oponga a unirse a mis tropas - rió - pero no es lo único, mira como se agrupan en el resto del mundo, mira a mis miles de seguidores, ve todo lo que puedes tener a tus pies, si solo aceptas unirte a mi -
- Eso lo llamo lavado de cerebro barato - dije alejándome de su manos que intentaba posarse en mi hombro - pensé que nos íbamos a saltarnos esa parte. Por otro lado veo muy interesante ver cuanta gente idiota existe capaz de unirse a usted por promesas falsas y carente de cualquier garantía - dije disimulando mi terror en ver las tropas que tendrían que ser enfrentadas para liberar al mundo de las ideas macabras de aquel... de Voldemort.
- Me estoy cansando de tus jueguitos - hizo que regresara a mi triste realidad - no soy tan paciente - dijo apuntándome ya lejos de mi (gracias Dios)
Un susurro, sentí que la habitación daba vueltas, el tiempo y el espacio se revolvía, un dolor punzante en mi cuerpo, sentimiento de estar perdida sin regreso, solo deseaba olvidar para que el dolor parase.
La habitación volvió, aun me mantenía de pie y vi que era una sorpresa para los presentes.
- Interesante, muy interesante - dijo mal humorado - veo que te has hecho mas fuerte -
- Amo, ha llegado la mujer, quiere hablarle amo - le interrumpió un Mortifago.
Fue cuando noté que habían mas de lo normal. Se encontraba en circulo, casi lleno, como si fuese a darse un juicio o una ejecución, algo mas creíble.
-¿Asombrada? Tendremos una pequeña reunión - dijo viéndome - ¿El otro donde esta? - se volvió a su comunicador, antes de que este respondiera un Mortifago dio un paso al frente - bien, que se pare a lado de este - se volvió a verme - serás su prueba ya que no quieres que sea yo quien te torture hoy - dijo con una sonrisa malvada en el rostro.
Otro miembro entró, era una mujer por la forma en que caía su túnica, se colocó a lado del primer hombre dirigiendo su mirada a mi.
-¿Qué? ¿Otro parásito se unirá a tu ejercito de animalejos? - dije sin pensarlo.
-¡Startela! - vociferó.
Mi mente comenzó a nublarse, se fue borrando toda imagen de él, un zumbido fuerte comenzó a oírse, eran rasguños, miles de ellos. Estaba de nuevo rodeada de quintapies, todos cercando la habitación en la que me encontraba, rasguñando la superficie y yo sintiéndolo en mi piel como si fuese esa roca fría, quería gritar, quería huir, pero no podía moverme, solo los sentí cada vez mas cerca, mas fuerte y yo cada vez mas débil.
El frío comenzaba a desaparecer lentamente, respiré hondo embriagándome el dulce olor a bosques silvestre, "Salazar" pronunció mi mente, sentía sus brazos rodeándome, me aferré a él, mi única salida, mi mente demandaba ver esos ojos castaño oscuro, abrí los míos... una figura alta vestida de negro me sujetaba, alcé la mirada, ningún rastro de esos ojos que hacían que huyera de este mundo, en su lugar una mascara blanca sin expresión dibujada estaba frente mío.
Una respiración forzada. "No, no, no, no, no, no..." repetía mi mente una y otra vez.
@--`---
No es por nada pero tengo que escribir mucho antes de poder subir el capitulo que revela la verdad, ya sé este es un poco cruel pero aunque no crean entre esas líneas hay muchas cosas por contar, realmente están muchas pista de lo que continuará.
Para los que no les quedo claro lo que esta encerrado en las § son cosas que Nanny ha vivido y Etili las sueña.
Bueno este capitulo va en especial a Carlita que siempre me pregunta por esta historia y para mi Manis Chiquita.
Dejen sus opiniones. Cuídense.
Sueños
- NO Y MIL VECES NO - grité furiosa ante su cara, ya sin miedo a lo que fuese capaz de hacerme, sin importarme nada de lo podría llegar a hacer.
- Niña insolente - vociferó - ¿Cómo te atreves? - me apuntó - ¡Crucio! - el dolor punzante se apoderó de mi cuerpo, no podía soportarlo mas quería salir de aquel lugar de una vez, no había pasado mas de tres días pero me parecía una eternidad - pagarás tu insolencia - dijo fríamente cuando mi cuerpo volvió a relajarse al terminar el dolor punzante, ya solo quedando la sombra de los mismos - encerrada durante tres días sin comida -
- Eres incapaz de matarme - dije fríamente, con la voz aun partida por el dolor - me necesitas viva y lo sabes, pero también sabes que no me pasaré a tu lado jamás -
- Eso ya lo veremos - dijo son una sonrisa cruel en su rostro - ¡Crucio! -
Me levanté con cierto desconcierto. Coloqué la mano en mi cabeza y abrí los ojos.
Estaba en la habitación sobre la cama, me paré apresuradamente y limpié mi túnica de cualquier suciedad que hubiese podido agarrar. Me asomé en la ventana, ya había intentado ver en que trataba el sistema de seguridad, las ventanas abrían a mi gusto solo que no podía sacar nada, al intentarlo con una bola de papel, de esta ni las cenizas quedaron. La puerta solo abría de afuera y si intentaba abrirla desde dentro usando cualquier sistema muggle o mágico activaba una especie de alarma ya que unos veinte Mortífagos aparecían de la nada apuntando con la varita.
No podía ni determinar el alcance del campo de protección pues al intentar transportar otra bola de papel hasta cerca de un árbol, considerablemente alejado de la ventana, el papel igual fue carbonizado. Podía quitarme de la mente cualquier idea de mandar una lechuza, ya lo de apariciones lo había descartado pues nunca lo había intentado.
Aun así practicaba mi magia, mi gran secreto.
No con mucho éxito ya que llevaba casi un año sin hacer uso de ella de aquélla forma, podía lograrlo hacer de nuevo, solo debía practicar lo necesario, aunque aun no sabía para que me serviría todo aquello, era una bonita forma de distraerme.
Me senté de nuevo en mi rincón, el único lugar de aquella habitación que usaba además del cuarto de baño, me senté en la posición habitual a ver el mismo punto vacío de la pared, con la quijada apoyada sobre los brazos "si tan solo pudiera concentrar la magia, si tan solo encontrara una forma de dominarla por completo de una vez", golpeé la pared con mi cabeza al subirla de forma rápida, ya sabía que no iba a conseguir nada con eso pero era de cierta manera relajante.
Todavía me dolía el cuerpo, el ultimo impacto de Crucio me había dejado mal y hambrienta abrí mi mano y apareció una manzana, la comí con gusto, la orden de Voldemort de no alimentarme la estaban siguiendo al pie de la letra, pero claro el no sabía de lo que era capaz su "huésped".
§ Estábamos en una reunión en la dirección.
El profesor Snape se mantenía apoyado a un librero mientras el profesor Slartinn se encontraba en la misma poción del lado contrario. Sirus Black, el padrino de Harry, estaba sentado a mi lado, frente al profesor Dumbledore que me veía con esos ojos azules que brillaban.
La situación me parecía un poco incomoda, dado pues que era la única alumna en aquel lugar.
- Van ya tres días y aun no tenemos rastro de ella - la voz de Snape resonó lejana - debemos buscar la forma de llegar -
- Profesor, ya le he dicho muchas veces permítame actuar - Slartinn dijo caminando al escritorio.
- No, no, no, NO, nada de eso - le corté enojada - aun no se me quita la idea de que usted ha tenido algo que ver con esto - lo miré - ella sabía algo y estoy segura que usted tenía algo que ver ahí -
- Señorita Melian, no estamos acá para hablar de las estupideces que pudo haber cometido el profesor Slartinn - Snape me cortó - lo que se refiere a usted Salazar lo mejor es continuar esperando, los Aurores están trabajando tiempo completo -
- No la van a liberar - dijo con rabia antes de salir de la habitación.
-¿Cómo esta tan seguro? - aun veía el lugar por donde desapareció.
- Nanny, mejor ve con tus compañeros, sé que pronto se solucionará todo esto - el profesor Dumbledore miraba un mapa en su mesa - Severus contacta a los otros tres, debemos reforzar la búsqueda, queda poco tiempo -
- De inmediato - Snape también desapareció.
Bajé hecha una furia las escaleras, no deseaba dormir, no quería dormir, estaba tan enojada con ella ¿Por qué rayos no me dijiste lo que pasaba? ¿por qué rayos no solo le tiraste una bola de fuego en la cara y escapaste?, llegué al jardín de Herbología miré en dirección al pino que crecía, a sus pies se encontraba una sombra entre las tinieblas me acerqué con cuidado.
- No debería estar aquí señorita Melian - su odiosa voz me asustó.
-¿Cómo sabía que era yo? - respondí omitiendo su comentario.
- Etili me contó que usted olía a chocolate y percibí eso olor hace un momento -
- Claro con esa nariz ¿quién no? - dije en susurro.
-¿Qué dijo señorita? - preguntó viéndome.
- Nada profesor - me apresuré a contestar.
- Entonces váyase - volvió a voltear. Lo miré triste algo derrotado, tomé aire y lo expulsé antes de volver a hablar.
-¿De verdad le preocupa? -
- No sabe cuanto - dijo dándome lugar para sentarme.
- Explique, si tanto la amaba como decía ¿por qué le dejó? - me miró con infinita tristeza antes de volver a ver su punto neutro - le exijo una respuesta -
- No lo entenderías Nanny, de verdad no lo entenderías -
-¿Por qué simplemente no lo intenta? -
- Porque existen algunas cosas simples para ciertos ojos que en realidad son verdaderamente costosas para otros - dijo sin mirarme.
- Me parece tan injusto - dejé escapar - ella lo amó muchísimo -
- Yo también la amo y no tiene idea - respondió sereno.
- No me venga con eso, que ya bastante daño le hizo - respondí molesta - y pensar que ella sería capaz de dar la vida por usted -
- Y yo daré la mía por la de ella - dijo mas para el mismo que para mi, se levantó - Nanny sé que no te agrado por lo mas mínimo, pero te pido que por nada del mundo le digas a Dumbledore o a Snape que me he ido -
-¿Usted sabe donde esta cierto? - no obtuve respuesta, al volverme a verle ya había desaparecido.
-¿Nanny? - la voz de Harry llegó como una suave caricia - ¿Qué haces acá? Es peligroso -
- Vamos - dije levantándome §
Desperté bruscamente, había tenido un sueño, Nanny estaba en dirección, junto con mis tíos, un hombre familiar y Slartinn, hablaban de mi o eso creí escuchar. Me levanté del rincón para desperezarme un poco, mi capa cayó a un lado.
La noche era fría y las nubes se apoderaban del cielo, abrí la ventana y me senté en el marco, asegurándome que ni una milésima de mí quedase fuera, no deseaba ser carbonizada; estaba pensando en todo y en nada en especial, intentaba descubrir la forma de salir pero sin olvidar como entrar, el sonar de cientos de pasos me hicieron volver a la realidad, al bajar la mirada vi a los Quintapies agrupándose poco a poco en la parte baja de la mansión, un fuerte grito proveniente del piso superior. La orden de subida.
Cientos de pasos volvieron a escuchase, rasguños agudos rasgando la pared para subir, todos mis sentidos se volvieron a activar, sentía los rasguños en la fría superficie, los gruñidos de sus gargantas destrozaban mis tímpanos y sin poder contenerme me dejé caer de lleno tapándome los oídos, pero no tenía ningún efecto, mi piel estaba sentida y sentía un fuerte dolor punzante y un olor a sangre rondaba la habitación.
Alcé la mano con dificulta y con solo prensarlo cubrí las ventanas de un sellador gris, gateé con cuidado hasta el rincón y sujeté mi capa sobre mi cabeza intentando protegerme.
Los rasguños se hicieron mas fuertes y aprecian provenir de dentro de las paredes, daban escalofríos, a veces parecían que salían de ella. Pasaron muchos pasos ante la puerta, ruidos fuertes se producían como si quisiesen tumbarla... destruirla. Sentía tanto miedo, gritos repetitivos estaban en mi mente y ese sonido como el metal que desgarra el viento antes de encontrar donde encajar, los rasguños me atormentaban, sentía ganas de gritar.
Odiaba esa situación, odiaba sentirme indefensa "tranquila mi amor, toda estará bien... no permitiré que nada te dañe... jamás permitiré que se te acerqué..." palabras dolorosas que una vez significaron algo vinieron a mi mente y se repetían una y otra vez "Je serai toujours ton gardien, et tu serez mon ange, mon a protege"
Mentiras, solo eran mentiras que resonaban dolorosamente en mi cabeza, imágenes de aquel momento comenzaron a llegar a mi, era tan parecido a lo que estaba viviendo, solo que en aquel momento me sentía protegida y ahora solo con el pensamiento masoquista de lo que una vez fue y lo que nunca podría volver a ser.
Lentamente el lugar se fue calmando y mi sentidos volvieron a ser tan normales como han de ser, me levanté temblorosa acercándome a las ventanas y deshaciendo el hechizo, sentí que mis piernas se doblaban sobre mi propio peso antes de perder el conocimiento.
§ Bajábamos a desayunar, yo un poco distante del mundo. Había visto a Etili acurrucada bajo una capa aunque no lograba recordar nada mas que esas lagrimas saliendo de sus ojos.
Harry pasó su brazo por mi cintura y besó dulcemente mi mejilla reclamando un poco de atención, me giré y deposité un pequeño beso en sus labios antes de entrar al comedor.
- Nanny - Hermione se sentaba a mi lado - ella esta bien, Dumbledore dice que no intentará matarla -
- Pero la torturará todo lo que pueda - dije levemente.
-¿Qué tiene Etili que quiere Voldemort? - Ron dejó escapar - ¿Tu lo sabes? -
- Si - suspiré a final de cuentas después de esto se iban a tener que enterar - todo comenzó cuando nos conocimos, yo estaba entrando a primero y ella ya estaba en segundo. A final del segundo trimestre la escuela sufrió un ataque por parte de unos troles que habitaban cerca de las montañas que nos rodeaban... -
- Señorita Melian ¿sabe usted donde esta el profesor Slartinn? - Snape se había acercado y había cortado mi relato con voz demandante de una respuesta rápida. Recordé mi promesa y negué vagamente recordando que Etili siempre me decía que Snape, cuando quería, podía llegar a leer la mente - acompáñeme ahora a la oficina del director. Potter quédese sentado y callado - le dijo firmemente.
No habló durante la caminata, en realidad iba muy rápido y casi tenía que trotar para seguir de cerca sus pasos. Al llegar a la oficina, Dumbledore parecía estar esperándonos desde hace mucho, me indicaron que me sentara:
- Repetiré la pregunta señorita Melian ¿Sabe usted donde esta el profesor Slartinn? -
- Ya he dicho que no, solo espero que donde este le den su buen merecido -
- Sé que tienes miles de razones para que no te agrade el profesor Slartinn, pero Nanny es muy importante que nos digas si esa noche cuando hablaron en el jardín el te mencionó algo que nos pueda ayudar a encontrarle - la voz del director era muy tranquila, aunque me quedé como piedra al escuchar lo del jardín y nuestra supuesta conversación - aunque lo hayas prometido - agregó viendo mi cara.
- Solo dijo que no les dijese que se había ido, no mencionó a donde fue, ni nada - respondí intentando recordar aquel momento.
-¿Fue por Etili? - Snape me veía desde el otro lado del escritorio.
- Eso creo -
- Bien, en ese caso regresa a tus actividades -
- Profesor Dumbledore, profesor Snape - dije antes de salir - en diez días es su cumpleaños, no sabe cuanto me gustaría pasarlo con ella -
- A mi también Nanny - Snape respondió antes de que terminara de cerrarse la puerta.
¿Me había llamado "Nanny"? ¿El profesor de pociones? ¿O el tío de mi amiga?§
Han pasado ya una semana desde que llegué aquí, he aprendido a controlar de mejor marea mis poderes, soy capaz de dirigirlos de manera correcta, aunque no los que requieren un gran gasto de energía. Suelo desmayarme si los hechizos son muy poderosos, pero a cada practica tomo mas control sobre ellos.
He incendiado ya un par de veces la habitación durantes las practicas, intento apagar todo y arreglarlo antes de la llegada de los Mortífagos, no deseo que se descubra nada. Lo mas difícil es lograr que salga el hechizo que estoy pensando sin pronunciarlo...
Mis sueños siguen siendo extraños, la mayoría son de Nanny en Hogwarts... a veces pienso que mas que sueños han sido como una especie de visión de lo que ella esta viviendo; los otros han sido de un hombre de negro que cruza ciudades a diestra y siniestra, buscando, preguntando. Parece a veces una sobra y otras un rostro familiar.
Los Quintapies rondan el lugar y son una tortura para mis sentidos, aun no sé por qué reaccionó así ante ellos, es como si sufriera una especie de reacción traumática. Voldemort lo sabe y los hace caminar por la mansión para torturarme, me hace ir a verlo, no quiero escuchar mas sus estúpidas promesas de poder y de un mundo al cual pueda dominar.
Había formado una bola de fuego que moldeaba con mis dos manos, tenía unos ocho centímetros de diámetro, con la mano superior apunté a la ventana para abrirla, volví a moldear la esfera y la dejé salir por la ventana. Me sorprendí al ver que había incendiado el árbol, me apresuré a cerrar la ventana, tal vez..., talvez si la el objeto tenía un movimiento continuo y rápido podía sobre pasar la barrera de guarda, era una nueva teoría por probar.
Golpes secos en la puerta, me levanté del rincón, me aseguré de que el lugar estuviese en orden antes de acercarme a la puerta para retirar la silla (por medida de seguridad)
- Camina, el amo quiere verte - el Mortifago me apuntaba con la varita.
-¿Por casualidad no dijo que luego de llevarme te tiraras por la ventana? -
- Yo siendo tú no estaría de tan buen humor - dijo con frialdad antes de abrir la puerta de la ya tan conocida y aborrecida sala.
-¿Qué? ¿A tu amito le dijeron que no los chinos y ahora no tiene Mortífagos chinos en sus envidiables filas de inútiles seguidores? -
- Si tanto te interesa saber sobre mis seguidores solo pregúntame - el siseo de voz me respondió fríamente desde el otro lado de la sala.
- Comentario sarcástico - dije con simpleza - ¿Sabes que? Hoy tengo mucha flojera de escucharte, ¿Por qué no nos saltamos la parte de tu intento de lavado de cerebro, mis repetitivos "no", "ni lo sueñes", entre tantos otros, tus amenazas, mis defensas, tus torturas y simplemente me hago la desmayada y me mandas a mi habitación? - dije a modo de reto, si dejar de mirar fijamente sus ojos.
- Estas muy sarcástica - dijo caminando amenazadoramente a mi.
- Si las cosas malas siempre se pegan - dije con ironía.
- Aun así - dijo ignorando mi comentario - te mostraré mis tropas - me obligó a caminar hasta una mesa donde estaba dibujado el mapa de la tierra - todos los puntos rojos son mis tropas, ya han llegado la mayoría a Inglaterra, nuestro primer blanco será, como has de suponer, Hogwarts, ya que este es no puede aparecer en los mapas, aun así aparecen los que se están reuniendo cerca de Hogsmade, acabaremos con todo sangre sucia, con su director y con todo aquel que se oponga a unirse a mis tropas - rió - pero no es lo único, mira como se agrupan en el resto del mundo, mira a mis miles de seguidores, ve todo lo que puedes tener a tus pies, si solo aceptas unirte a mi -
- Eso lo llamo lavado de cerebro barato - dije alejándome de su manos que intentaba posarse en mi hombro - pensé que nos íbamos a saltarnos esa parte. Por otro lado veo muy interesante ver cuanta gente idiota existe capaz de unirse a usted por promesas falsas y carente de cualquier garantía - dije disimulando mi terror en ver las tropas que tendrían que ser enfrentadas para liberar al mundo de las ideas macabras de aquel... de Voldemort.
- Me estoy cansando de tus jueguitos - hizo que regresara a mi triste realidad - no soy tan paciente - dijo apuntándome ya lejos de mi (gracias Dios)
Un susurro, sentí que la habitación daba vueltas, el tiempo y el espacio se revolvía, un dolor punzante en mi cuerpo, sentimiento de estar perdida sin regreso, solo deseaba olvidar para que el dolor parase.
La habitación volvió, aun me mantenía de pie y vi que era una sorpresa para los presentes.
- Interesante, muy interesante - dijo mal humorado - veo que te has hecho mas fuerte -
- Amo, ha llegado la mujer, quiere hablarle amo - le interrumpió un Mortifago.
Fue cuando noté que habían mas de lo normal. Se encontraba en circulo, casi lleno, como si fuese a darse un juicio o una ejecución, algo mas creíble.
-¿Asombrada? Tendremos una pequeña reunión - dijo viéndome - ¿El otro donde esta? - se volvió a su comunicador, antes de que este respondiera un Mortifago dio un paso al frente - bien, que se pare a lado de este - se volvió a verme - serás su prueba ya que no quieres que sea yo quien te torture hoy - dijo con una sonrisa malvada en el rostro.
Otro miembro entró, era una mujer por la forma en que caía su túnica, se colocó a lado del primer hombre dirigiendo su mirada a mi.
-¿Qué? ¿Otro parásito se unirá a tu ejercito de animalejos? - dije sin pensarlo.
-¡Startela! - vociferó.
Mi mente comenzó a nublarse, se fue borrando toda imagen de él, un zumbido fuerte comenzó a oírse, eran rasguños, miles de ellos. Estaba de nuevo rodeada de quintapies, todos cercando la habitación en la que me encontraba, rasguñando la superficie y yo sintiéndolo en mi piel como si fuese esa roca fría, quería gritar, quería huir, pero no podía moverme, solo los sentí cada vez mas cerca, mas fuerte y yo cada vez mas débil.
El frío comenzaba a desaparecer lentamente, respiré hondo embriagándome el dulce olor a bosques silvestre, "Salazar" pronunció mi mente, sentía sus brazos rodeándome, me aferré a él, mi única salida, mi mente demandaba ver esos ojos castaño oscuro, abrí los míos... una figura alta vestida de negro me sujetaba, alcé la mirada, ningún rastro de esos ojos que hacían que huyera de este mundo, en su lugar una mascara blanca sin expresión dibujada estaba frente mío.
Una respiración forzada. "No, no, no, no, no, no..." repetía mi mente una y otra vez.
@--`---
No es por nada pero tengo que escribir mucho antes de poder subir el capitulo que revela la verdad, ya sé este es un poco cruel pero aunque no crean entre esas líneas hay muchas cosas por contar, realmente están muchas pista de lo que continuará.
Para los que no les quedo claro lo que esta encerrado en las § son cosas que Nanny ha vivido y Etili las sueña.
Bueno este capitulo va en especial a Carlita que siempre me pregunta por esta historia y para mi Manis Chiquita.
Dejen sus opiniones. Cuídense.
