Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K Rowling, a la Warner Brothers, y a quien ella desee transmitir sus derechos. Yo sólo juego con mi imaginación poco convincente... XD

Advertencia: Ciertas partes del fic presentan relatos alusorios a breves Lemonade (Fic en donde existe alusión a sexo gráfico en forma breve o poco relevante) y Lemon (Fic serio que puede incluir sexo explícito). Si no es de tu gusto, por favor NO SIGAS LEYENDO. Gracias.

"No me quites la Esperanza..."

... Pues podría ser lo único que tengo.

III. Un Gusto el Oírte

(Parte 1)

Abrió los ojos a desgana. Sintiendo el roce de otra piel contra la suya… además de la agradable tibieza.

Sonrió sin poder evitarlo. Giró sobre su costado para fijar la mirada zafiro en un par gris.

- Sherine… ¿Sigues ahí? Pensé que cuando despertara, te habrías marchado a esa bendita academia...

- ¿Acaso "queguias" que te "dejaga" sólo, "Gonnie"? - la escuchó susurrar en tono divertido.

La muchacha se inclinó suavemente hacia él, para depositar un beso profundo en sus labios. El apuesto pelirrojo extendió una mano, que se perdió entre los largos y rubios cabellos.

Cuanto le quería.

Oh, sí…

Volvió a cogerla de la esbelta cintura desnuda, acercando su cuerpo al suyo, pero fue cuando ella le detuvo con un ligero tirón:

- Debo "magchagme" ya, "Gonald", no puedo "getgasag" más todo lo que tengo que "haceg" esta "tagde". "Espego" no te moleste...

- Quédate un poco más… - pidió el muchacho, una vaga sonrisa insinuante dibujada en su rostro - Sólo un segundo…

Ella le contempló con evidente cansancio.

- No, no puedo, "Gon", "ahoga" no. En "seguio", tengo que...

Él la acalló con un profuso beso. Acarició el vientre níveo de la muchacha, la que se estremeció.

- "Gonald"... ¡Ya, pues! ¡Basta! ¿Puedes "entendeg"?

Ron se quedó frío, mientras la chica se sentaba de malhumor sobre la cama.

- ¡Bien, perdona! - replicó, con cierta dureza en el tono - ¡Me imagino que tendrás demasiadas cosas que hacer, y son todas más importantes que yo!

Ella no contestó.

El complejo de culpabilidad no funcionaba...

Después de acomodar todas las prendas en el lugar correspondiente, se puso de pie, y salió a paso rápido de la habitación.

El joven permaneció en silencio un instante, escuchando las pisadas de la chica haciendo eco en sus oídos. Repentinamente, oyó un portazo.

Frío.

Se reincorporó de súbito.

- ¿Sherine?

No hubo respuesta.

Tomando bruscamente la bata, se puso de pie, atravesó la habitación en dirección al pequeño hall, y fijó la mirada en los ventanales. La rubia cabellera de la chica, ya se tornaba indistinguible a través del cristal.

Suspiró.

No quería que se terminara...

No todavía...

Metiendo las manos en los bolsillos, se encaminó resuelto a la ducha. Luego de aplicar los conocidos efectos mágicos con la varita, y apartar ropa, zapatos, además de toda clase de enseres domésticos, se despojó de la bata para ubicarse bajo el cálido chorro. Permitiendo perezosamente al líquido recorrerle la piel, tarareando en voz baja.

Como extrañaría a Sherine esa noche. Sus dulces gemidos. Sus manos suaves. La calidez de ese cuerpo junto al suyo...

El miedo a la soledad le quemaba.

Sin dejar de añorar esos lejanos tiempos, en que no necesitaba de nadie. Bastaban sus amigos.

Sus queridos amigos...

El famoso Harry Potter. La inteligente Hermione Granger...

... Y el pobretón Ron Weasley.

Se mordió el labio con fuerza, notando como se le llenaban los ojos de lágrimas incontrolables.

Demonios...

Aún no conseguía olvidar todo eso. Le acompañaban tantas dudas...

Se dio prisa en salir debajo de la regadera, cogiendo una mullida toalla blanca preparada para la ocasión. Luego de secar el brillante cabello rojo, observó su propio reflejo en el espejo empañado.

Esa misma tarde iría al instituto de Sherine y le obsequiaría un enorme ramo de rosas rojas. Sus favoritas. Eso no podía fallar. A las mujeres les encantaban las flores, en especial tratándose de una reconciliación publica. Esa era una treta de las más usadas por Arthur Weasley, y por muy misterioso y repetido que parezca, siempre daba asombrosos resultados.

Y considerando que involucraban a su madre...

Sí, eso es lo que haría. Compraría el ramo en alguna tiendilla mágica; conseguiría así que mantuvieran la lozanía habitual por mucho más tiempo. Además de algunos otros beneficios estéticos; sin bichos, sin hojas ni pétalos carcomidos, nada. Rocío perlado y perfume casi asfixiante...

Eso era lo que le gustaba a las chicas. En evidencia.

Repentinamente sonó el "felétono" móvil tirado en algún lugar de la casa. Estos aparatos muggles... Desde que su padre había aprendido a maniobrarlo con mayor seguridad, no había podido despegárselo del bolsillo, y su insistencia en que toda la familia contase con uno igual, no se anotaría como poca. Molly Weasley no se mostraba muy contenta cuando su marido realizaba llamadas al extranjero únicamente con el afán de hacer supuestas "encuestas" a muggles que algo tenían que ver con su trabajo. Cosa que Ron, siendo franco consigo mismo, dudaba.

Dejó sonar el aparato una vez más.

Una súbita idea le cruzó la mente por fugaces segundos; ¿Que tal si se traba de Sherine preparada para darle una disculpa convincente por haberse marchado sin razón? Ella también contaba con el aparatillo; no en vano en cuanto lo vio tirado por ahí (ya no recordaba donde) había pedido el "número feletónico" (o como fuera) para comunicarse y programar alguna cita; evidentemente se trataba de una muggle.

Una muggle muy bien parecida...

Pero si fuera así...

Con la toalla atada a la cintura, Ronald Weasley partió en busca del famoso "felétono" móvil. Rebuscando entre la ropa sucia, algunos objetos en cajas (acababa de mudarse a esta cómoda zona de Londres), adornos exóticos (Sherine amaba los viajes extraños, y sí ella invitaba...) y cosas por el estilo, trato de dejarse guiar por el timbre del ruidoso aparatejo.

- ¿Pero que estoy haciendo? - se recriminó, furioso consigo mismo - ¡Es cosa de!...

Tomó la varita (sobre el sillón, cubierta por algunas túnicas; pudo hallarla pues la punta sobresalía hacia afuera) y murmuró un rápido "Accio felétono". Debió probar tres veces más, hasta acertar con el verdadero nombre de la máquina, y finalmente lo tuvo entre las manos. Se dio prisa en contestar, pero sin olvidar un tono indiferente; en cualquier caso, no querría que ella se sintiese tan "urgentemente" necesitada.

- ¿Diga?

No hubo respuesta a su practicada frialdad.

- ¿Quién es?

Irritado, el pelirrojo sacudió un poco el artefacto mudo. Volvió a acercárselo al oído.

- Y bien... ¿Quien habla? Sí es uno de esos bromistas, le juro que...

Un acento particular, pero innegablemente agradable, dejó escapar un par de palabras a la línea. Tres palabras, que le arrancaron cualquier respuesta convincente.

- Ron, soy yo.

Él calló. Olvidándose de respirar un largo segundo.

Reconocería esa voz en cualquier parte.

- Espero me recuerdes... soy Harry. Harry Potter.


¡Y llegamos a los encuentros difíciles! A ver si con esto consigo que se interesen más en la trama, je, je... xDDDD Sinceramente.... ¿Como creen que sea su relación luego de seis años de no hablarse nada de nada? o.O

Detalle Importante: Gracias por responder a mis súplicas, queridos seres bondadosos que se apiadan de los escritores, realmente se las merecen U. Aquí tienen sus respuestas:

Synn: También fue de mi gusto el segundo capítulo, puesto que me resultó divertido narrar un (Cat hace comillas con los dedos) "probable" futuro de Harry Potter. (Si Jo no lo mata en el séptimo libro, claro está U) Creo que ya puedes apreciar que no te equivocaste en tus suposiciones; este capítulo nos habló de un crecido Ronald Weasley. ¿Qué te pareció? ¡Me alegra que sigas leyendo! Esperaré tus próximos reviews...

Lady-Morgaine: Como he dicho, probablemente la pareja definitiva del fic ya esté dada... o tal vez no xD. Me encanta dejar a mis lectores con la duda. Pero sigue leyendo, porque puede ser que veas atisbos de esa relación... ¡O tal vez no! xD Gracias por tu review y ojalá sigas leyendo.

Norma: Gracias por tu apoyo. Espero que sigas leyendo. .

Romula Lupin: Nuevamente repito un "Gracias". Me estaba sintiendo algo apenada porque nadie me pescaba el nuevo fic (El único que parece intrigar es "¿Por qué tuviste que engañarme?..." pero esa es otra historia U) y me han subido el ánimo de una forma impresionante. ¡Espero tus reviews pronto!

Última cosa: ¡Envíen sus reviews, por favor! Sólo son unas pocas palabras, toman apenas un par de minutos y lo mejor; ¡Son completamente gratis! Pero sus resultados se aprecian claramente; reaniman a la mano del escritor un mundo...

Catherine McKinnon.