DRAGÓN EN ÉXTASIS capitulo Nº12 por "MaPaChiTa"

Por un momento no supe si debía creer o no lo que estaba diciéndome. ¿Sería capaz Hermione de inventar algo así?... No sabía que hacer... Por lo pronto, mi cuerpo atinó solo a detener la mano de Samantha. No sé por que lo hice... Pero mi instinto me llevo a eso... Y lo hice con una mirada que aparentaba seguridad... Cosa que estaba muy lejos de sentir en realidad.

-¿qué demonios haces Draco?-preguntó algo sorprendida

-No estoy seguro de lo que me dices... no sé si creerte... –confesé en un susurro

Samantha esbozó una sonrisa sin dirigirme la mirada... pero se notaba que estaba haciendo un gran esfuerzo por no romper en carcajadas. Asintió levemente, como si por dentro sintiera pena... lástima de mí. Por un segundo, la vergüenza me invadió y quise ocultarme. Mas no lo hice, seguí de pie.

-Espera un segundo Hermione... Te atiendo enseguida... –dije con voz afligida sin quitar la vista a Samantha.

-Draco, no quiero que creas que te estoy engañando o algo parecido... Sólo quiero, que por primera vez en tu vida reconozcas que alguien sabe más de algo que tú... –dijo en un susurro apenas audible-

La miré absorto. Agaché la vista, intentando así que los pensamientos le afloraran. ¿Era realmente cierto lo que ella estaba diciendo?...

Samantha mientras tanto, solo atinó a observarle con una impaciencia divertida. Como esperando segura de que pronto me daría cuenta de que ciertamente ella tenía la razón. Y eso me ponía de muy mal humor.

Mientras Hermione volvía a golpear la puerta. Y yo ahí sin decidirme aún. -¿Draco, estás ahí? –preguntó en una voz algo alterada.-

Y fue entonces cuando por fin pude darme cuenta de lo que realmente estaba sucediendo. Por primera vez, una chica era más sabia que yo en un asunto, y tenía que admitirlo... pero esta vez, tenía que ser la última, por que mi orgullo no permitiría algo más.

-Samantha... –dije con voz decidida- Me respondió con un gesto algo extrañado. Se acercó un poco, poniendo su oído algo cerca de mi boca.

En ese instante, concluí que era lo que tenía que hacer... Esa imagen de su escote, de su cuello incitándome a besar y tocar, su perfume que parecía marearme... me ayudó a tomar una decisión.

Me bajé definitivamente del lavamanos, por lo que su cuello quedó perfectamente al alcance de mis labios deseosos de acaparar esa imagen delirante que me representaba su piel erizada por mi respiración tibia y algo acelerada.

Samantha estaba temblando, y el movimiento iba en aumento de acuerdo avanzaban los segundos. Estaba inquieta, nerviosa; hasta me atrevería a decir que algo molesta por mi actuar tan... tan osado. Pero aún así no hacía ningún movimiento para detener aquello que le inquietaba tanto.

-¿Draco?, ¿sigues ahí?-dijo la voz de Hermione algo más molesta en su tono-

Eso bastó para obligar a Samantha a despegarse de mis labios que justo estaban llegando a la comisura de sus labios rozados. Me sentí como un niño al cual le quitan el dulce y se lo ponen encima del refrigerador donde no puede ser alcanzado pero si ser visto y deseado.

-Es mejor que atiendas a tu chica Draco, sino, te costará caro –dijo arreglándose el cabello en aparente tranquilidad y dirigiéndome una mirada despreocupada- Nos vemos mi niño hermoso... Estaré tomándome un par de cervezas...

Y se fue. Se marchó así, sin más, dejándome impávido; hasta que tocaron nuevamente la puerta y decidí abrir de inmediato.

-¿Estabas con ella verdad?-dijo en cuanto entró al baño, mirando fijamente cada rincón para divisar cualquier cosa ajena a la habitación.-

Me enfadé, me enfadé mucho y me encargué de hacérselo saber con mi gesto de indignación. Prendí la luz antes de dirigirle la palabra.

-¿Cómo tienes las agallas para venir y preguntarme siquiera si estaba con alguien?

-Tengo derecho – contestó segura-

-¿Derecho?-hice un gesto de fastidio- Sé que entre nosotros nunca pasó nada

Hermione abrió los ojos totalmente sorprendida por mis palabras, quizás asustada por la reacción que pudiera tener yo; y eso no hizo más que confirmar lo que Samantha acababa de decirme.

-¿de qué hablas Draco?- se atrevió a preguntar con voz trémula-

-No soy tan tonto como para caer en tu trampa... Sé perfectamente que las mujeres deben sangrar al perder la virginidad, y eso, no ocurrió; solo sería factible si tu no fueras virgen... –esbocé una risa- y como es obvio, es imposible...

No quise admitir que Samantha me lo había aclarado todo, no quería parecer tan estúpido.

Hermione no pudo siquiera pestañear. Se quedó plantada en esa posición. Cuando pasaron unos segundos, los suficientes como para hacerla reaccionar, salió huyendo del baño para quizás que hacer dentro de su habitación.

Por un momento quise evitárselo, intentar detenerla y poderle decir que no importaba, que estaba perdonado y que eso no cambiaban mis sentimientos hacia ella... Ese cabello abultado, esos ojos mieles con mirada de arrepentimiento y esa boca dulce cerrada como esperando un beso me incitaron a prohibirle la salida y tomarla en mis brazos,

Pero el solo hecho de imaginarme en esa actitud tan vergonzosa me hizo desistir de la idea. Además luego pensé que Samantha me estaría esperando en la otra habitación, y quizás con algunas copas demás...Idea que me entusiasmaba a montones.

Mientras todo eso pasaba por mi mente, yo ya me había quedado solo en el baño. Lo que me hizo pensar un poco sobre mi situación...

Samantha es una chica estupenda, tiene todo lo que puede desear un hombre, y Hermione tiene esa malicia disfrazada de "ingenuidad" que realmente me encanta... ¿por quien decidir?, ¿a quién entregarle mi virginidad?, ¿a quien regalarle mi niñez para que la cambie por la de un hombre?

(N/a: Esa pregunta también se la está haciendo Mapache, así que acepto sugerencias... ¡¡¡Samantha o Hermione!!! ayúdenme, mapache piensa en hacer votaciones... -.-´)

Nunca había pensado en que por alguien tenía que decidirme. Después si quería podía estar con las dos al mismo tiempo o mandarlas a volar a ambas, pero mi primera vez tenía que ser con una sola, y eso no podía evitarlo, por más que quisiera.

-¡¡ah!! Que dilema en el que estoy... ¡¡¡por lo que tiene que pasar un hombre codiciado!!! – me dije sonriendo divertido olvidando así la contrariedad anterior-

Decidí no quedarme mucho rato ahí solo en el baño, pues me perdería la fiesta que aun se realizaba y que claramente podía oír. Se escuchaban risas y exclamaciones de todo tipo, así que me apresuré para encontrarme de lleno con una escena que no me gustó en lo absoluto.

Samantha estaba riendo a carcajadas, tenía en su mano un vaso que estaba casi vacío y a ratos parecía querer resbalarse de sus manos por los continuos saltos que Sam practicaba.

Cuando ya no pudo estar de pie, se sentó de un golpe en uno de los sillones y como una bandada de buitres se le acercaron todos los hombres que quedaban de pie a ofrecerles más alcohol.

Me enfurecía al escuchar una afirmación realmente estruendosa por parte Samantha.

-¡Un momento!-grité enfurecido mientras me acercaba y de unos empujones apartaba a los que la rodeaban.- ¿no ven que ya está muy ebria?

-¡¡¡mi querido Draco!!! Por favor no ves que me estoy divirtiendo de lo lindo... Además, tú que te metes, que estás más preocupado de bajarle las faldas a esa Griffindor que de celebrar con tu equipo...

Con esas últimas palabras el silencio de la habitación llegó de súbito, fue como si de pronto llegase una nube negra y con su oscuridad les cerrara la boca, obligándolos a poner cara de espasmo por verse imposibilitados de mencionar ruido alguno. Me dirigían miradas impávidas, rellenas de sorpresa y de un miedo que me irritaba.

-¿de que estás hablando?, yo jamás me involucraría con una Griffindor, no sería capaz de traicionar por nada del mundo mi insignia de slytherin, que con tanto orgullo está en mi pecho... ¡¡¡ así que no hables estupideces!!!

Me acerqué totalmente enfurecido con Sam, me sentía tan herido que solo le perdoné sus palabras por el simple hecho de que estaba ebria y eso de seguro le impedía hablar con cordura... Le tomé del brazo con ira, y la tironeé en dirección a la salida de mi habitación... Ella me seguía con un poco de resistencia y eso me encantaba y me subía aún más la adrenalina.

-¡¡ se quedan en su casa!! –Les grité a los chicos y chicas que casi ni se habían fijado de mi salida con Samantha.-

Comencé a transpirar por el solo hecho de imaginarme que estará solo con aquel bombón.

Me sentía con un poder que no muchos pueden decir sentir cualquier joven a mi edad, pues era una energía sobrenatural que corría por mis venas, era un sentimiento totalmente delicioso y delirante...

Y Samantha me seguía, sin poner ninguna traba entre nosotros, siquiera me preguntaba a donde íbamos. Esa actitud me extrañaba en una chica como Sam, pero en esos instantes no parecía yo querer prestarle mayor importancia.

Caminamos hasta salir del colegio, a hurtadillas para que nadie nos pudiera ver y detener lo que yo en ese momento estaba dispuesto a hacer...

La noche estaba completamente oscura, sin ninguna estrella alumbrando los cielos, el aire estaba cálido y podía pronosticarse que muy pronto podría comenzar a llover. Avanzamos hasta las orillas del lago y fue donde me senté en una de las rocas más altas.

No me fijé si mi acompañante había imitado mi movimiento, solo le presté atención a la imagen pasiva y envolvente que me entregaba el lago y aquella noche que tenía algo en particular, no sé por que, pero algo tenía que me hacía estar en silencio y solo observar aquella magnificencia que me entregaba la naturaleza. Tal vez era su perfume, aquel olor dulce con un tenue sabor a miel... si a miel. No me había dado cuenta cuando ya tenía los ojos cerrados... Y fue ahí cuando comencé a pensar

No sé cuanto tiempo me mantuve así, no sé si fueron horas, minutos ni segundos... solo supe, que esos momentos fueron como un paraíso.

-no quería interrumpirte... –me dijo en un tono suave-... solo quería disculparme por lo de allá adentro...

Le dirigí mi mirada y estaba con la cabeza gacha, los ojos los tenía muy abiertos como para poder evitar así que se les escaparan las lágrimas.

Me conmovió... y por que no decirlo... Me excitó como nunca...

(n/a: ¡¡¡ahí apareció nuevamente mi Draco Malfoy!!! ya se estaba poniendo muy sentimental como para ser él... ¿no creen?)

Le levanté su rostro sosteniendo su pequeña perita, que me cabía con facilidad entre mis dedos... le acerqué mis labios, solo se los acerqué para darle a entender que solo le estaba ofreciendo un beso y que no la estaba forzando... Le demostré que con mi gesto tan solo le estaba perdonando su error y que estaba dispuesta a donarle un beso... y por que no... Mi virginidad...

Y aceptó... ¡¡y de qué forma!!... Me respondió aquella oferta de beso de la forma que jamás hubiese imaginado. Era realmente un beso cálido, tierno en su caminar por mis labios y en el rastro que dejaba en mí.

Sentí como una llama se iba prendiendo en mi interior y la manera que avanzaba desde mis pies hasta llegar a la punta de mis dedos, que me hacía temblar y hacer irregulares mis caricias en el cuerpo de Samantha...

Me sentía extraño, total y completamente extraño. Me cuesta trabajo tan solo recordar aquella situación.

Estábamos ya acostados en el pasto, con poca ropa y ardiendo de calor. Nos vimos sumergidos rápidamente en abrazos interminables, y en unas vueltas locas por el pasto que a ratos parecía querer marearme.

Samantha tenía un cuerpo bellísimo, perfecto, lleno de luz y de gracia en cualquiera de sus movimientos. Me sentía como nadando entre las nubes, frágil y liviano... Ver aquel cuerpo entre mis brazos me nublaba la vista, haciéndome delirar.

Quería entregarme por entero, otorgarme a la pasión. Que más daba, total, la virginidad no es algo que a mi me importe mucho, no es un concepto que considere como lo más importante. Sí sabía que para las mujeres era algo "que marcaba tu vida" (como escuché que decían las "nenas" de quinto en alguna ocasión), y también que si es con un chico "virgen" es aún más especial... Bueno, como a nosotros no se nos nota, puedo decirle a la más romanticona, que lo sigo siendo...

Estos y otros pensamientos estaban llenando mi mente y sin darme cuenta descuidé a Samantha...

Cuando había abierto los ojos, ella estaba cubriéndose el cuerpo y con una expresión de asco en su rostro.

-¿Qué demonios te ocurre? –Le pregunté sobresaltado-

-¿Cómo que qué demonios me ocurre? –me respondió poniéndose de pie ya terminando de ponerse su blusa- Mira tu entrepierna y luego hablamos, ¿de acuerdo eyaculador precoz?

Me quedé absorto. Claro, Mi entrepierna estaba completamente húmeda y llena de aquel líquido blanco, algo viscoso y espeso. Quise por un momento morir en el acto.

************fin de capitulo*************

N/A: Hola mis niños!!!, aquí está el capitulo 12, para que se deleiten de él... Pobrecito de Draco!! ¿No?, bueno, es cierto que acepto votaciones: alternativa A, Hermione, y alternativa B, Samantha...

BUSCO NOVIO!!! el anterior desertó de la misión de hacerme feliz así que ¡¡mapache acepta candidatos!!! Se despide, con mucho cariño y nuevamente con la libertad de ¡¡¡¡MANDARLE BESOS A TODO QUIEN QUIERA RECIBIRLOS Y COMO HACERLOOOOO!!!!

Mapache
"la ingenua e inocente niña"