CAPÍTULO 4: UNA CHICA QUE TRAE PAZ
-¿Otra vez?- Camus no podía creerlo.
-Lo siento, Camus, pero faltó este cheque por lo que hizo Seiya, y...- dijo Shion.
-¿Por qué YO tengo que arreglar lo que hace Seiya?- murmuró el caballero de Acuario. Shion suspiró.
-Pues, la verdad, porque tú eres el único que habla francés...- contestó Shion- además, tú ya no tienes aprendices...-
-¡Demonios...!- murmuró Camus entre dientes. No era que no le gustara la idea de volver a ver a la chica francesa, sino que odiaba disculparse por lo que había hecho Seiya, y que ella lo mirara como si él tuviera la culpa. Pero como la orden venía de Saori, y sabía lo que podía suceder si desobedecía, no tuvo más remedio que ir cabizbajo de nuevo al consulado de Francia.
***************
Ángel, en la casa de Piscis, había completado su entrenamiento del día temprano. Afrodita se sorprendía de lo rápido que aprendía el chico. Pero claro... había una razón para eso. Razón que solo Shion y Saori conocían, a parte de él, y razón que tenía tajantemente prohibido decirla a los demás caballeros.
El caballero dorado suspiró. Se había metido en problemas gratis. Ya habían pasado varios meses desde aquella noche de invierno en la que Ángel le fue confiado. Ahora era verano. No sabía si lo que planeaba hacer Saori funcionaría. Solo había que observar y esperar.
-¿Qué pasa, maestro?- preguntó el chico, observando el rostro preocupado de Afrodita.
-Nada- murmuró este. El chico no cayó, pero tampoco insistió. Sabía que su maestro estaba preocupado. Lo que Saori intentaba hacer era muy arriesgado, sobre todo ahora que no parecía haber ningún tipo de amenaza contra el Santuario. El único dios que quedaba con poder suficiente para desafiar a Atena era Zeus, pero éste no parecía querer atentar contra su hija predilecta. Ángel no entendía porque la prisa de Saori.
-Sé lo que piensas, pues yo pienso lo mismo- le dijo Afrodita, mirando al chico. Se veía realmente extraño, con esas rayas rojas en sus mejillas y en su frente- sin embargo, tenemos que obedecer-
-Lo sé- dijo el chico.
-¿Aún no ha sucedido nada?-
-Nada- dijo Ángel- nadie se ha fijado en mi presencia...-
-Nadie más que ese alacrán sobrealimentado- murmuró el caballero entre dientes- solo espero que Milo no sospeche nada. En fin, ya puedes irte...-
****************
Shaka y Rahula estaban en el templo de Virgo, entrenando. El chico ya podía hacer una miniréplica de la Capitulación del Demonio, y Shaka estaba satisfecho. Sintieron la presencia de alguien que iba pasando. Era el joven aprendiz de Afrodita. Sin hablar, Shaka lo dejó pasar. Y sin embargo, había algo en ese chico.
-¿Qué pasa, hermano?- preguntó Rahula.
-Es solo que...- dijo Shaka- me pareció haber sentido ya su presencia antes...- se quedó pensativo unos momentos, luego agregó- no importa...-
Shaka suspiró. Saori había ordenado que ninguno de ellos se acercara o molestara a ese chico en particular. Pero su tipo de cosmo no era raro, más no desconocido para Shaka. Y además, parecía haberlo sentido antes. Tenía grandes deseos de seguir al chico y averiguarlo pero, recordando la orden de Saori, optó por quedarse donde estaba.
*****************
-Ya basta, maestro- protestó Kiki- lo haces a propósito...-
-Ni hablar- dijo Mu- ¿quieres que cuando te ataque un enemigo no sepas hacer esto bien?-
-Pero ya lo hice ayer por lo menos doce veces bien...-
-Sí, pero lo hiciste más veces mal- dijo Mu- tienes que practicarlo hasta que te salga bien al primer intento...-
Kiki cruzó los brazos, obstinado. No haría la Cristal Net ni una vez más en esa semana. Mu sonrió, divertido de la necedad de su alumno. Con su mano derecha, Mu hizo aparecer una bola de luz dorara y la lanzó contra Kiki, quien la esquivó teletransportándose.
-¡Oye!- dijo Kiki- no tienes que amenazarme...- Mu rió.
-A ver, señor sabelotodo-dijo Mu- intenta esquivar esto- y comenzó a mandar varias iguales a la anterior. Kiki se teletransportaba una y otra vez, hasta que cayó al suelo, cansado.
-¿Entiendes ahora?- dijo Mu- es mucho más fácil y menos cansado hacer un Cristal Wall para evitar mi ataque que estarse teletransportando de un lado a otro- con una última bola dorada, obligó a Kiki a elaborar una Cristal Wall, que rechazó el ataque de Mu- ¿ves cómo no es tan difícil?-
-De acuerdo, de acuerdo- dijo Kiki, resignado- practicaré la Cristal Net...-
-Eso era lo que quería escuchar- dijo Mu.
Kiki estuvo varias horas practicando la Cristal Net. Un par de ojos azules lo miraban, sin que se dieran cuenta. Ángel observaba este entrenamiento, con una sonrisa. Quien iba a decirlo. Kiki le parecía demasiado pequeño aún y sin embargo, era el que llevaba más tiempo entrenando y quien iba más avanzado. Y a juzgar por lo que acababa de ver, el Mu era uno de los que tenían más trabajo, al tener que lidiar con un niño.
De pronto, Mu sintió la presencia de alguien que había estado observándolos. Se volvió. Era un cosmo que ya había sentido antes...Mu miró al 'intruso'. Era solo el alumno de Afrodita. Mu se volvió sin hablarle, pues conocía muy bien las órdenes de Saori. El chico se sintió algo triste. No podía tener contacto con ningún caballero del Santuario más que su maestro. Suspiró y bajó a la ciudad. Mu, por su parte, se preguntaba igual que Shaka dónde antes había sentido ese cosmo.
*************
Al terminar de entrenar y comer, Shaka decidió salir un rato, ya que Milo amenazaba con llevar a comer a todos los caballeros dorados a un sitio que él conocía. Y Shaka sabía muy bien el tipo de lugares a donde Milo los llevaría: un lugar donde hubiera alcohol y mujeres...ese sería el paraíso para caballero de Escorpión.
Shaka, sin embargo, prefería todo lo contrario. El santo de Virgo nunca había probado el alcohol, y sabía bien que un hombre debía cuidarse del sexo femenino. No era que le desagradaran las mujeres, pero no estaba muy de acuerdo con la obsesión de Milo de correr tras ellas.
El caballero dorado siguió paseando por el Santuario. Ya no podía esconderse en su jardín a meditar, porque ya sabían que estaría ahí. No, tenía que encontrar otro lugar. Las calles de Atenas tampoco serían un buen lugar para esconderse de los otros caballeros. Tal vez las antiguas ruinas...sí, ahí nadie lo encontraría. Podía entrar a un templo cuya entrada solo él conocía, que estaba prohibido para los turistas. Una vez había ido a ese lugar a meditar, y nadie lo molestó.
Llegó al templo mencionado en unos minutos. Miró a su alrededor. Había algo extraño ahí. La última vez que estuvo ahí, no había absolutamente nada, solo polvo. Ahora, el polvo había desaparecido y, en medio, un cómodo sillón sin respaldo. Shaka se frotó los ojos. No podía ser posible. ¿Qué sucedió? No había nadie la última vez que había ido. Tal vez alguien más le ganó la idea. No era posible. ¿Quién más estaría tratando de huir del resto del mudo para meditar?
La respuesta apareció unos segundos después justo frente a él. La puerta del templo se abrió. Shaka se escondió detrás de una de las columnas, temiendo que sea alguien del gobierno que fuera a reprenderlo por haber entrado ahí sin permiso. Una chica morena apareció. Entró sigilosamente, mirando a ambos lados para asegurarse de que no hubiera nadie adentro.
Shaka la miró, asombrado. La muchacha vestía con normalidad: pantalón de mezclilla, una blusa y sandalias. Sus largos cabellos negros estaban arreglados en una trenza que a Shaka le recordaba a Shunrei. Sus ojos eran negros también... de un negro profundo. En su frente tenía un pequeño punto rojo, que distingue a las niñas hindúes desde que nacen.
Sorprendido, Shaka abrió por completo los ojos para verla mejor. Era tan hermosa que parecía la mismísima princesa Sita del Ramayana. La chica se sentó sobre el sillón sin respaldo y se puso en la misma posición de meditación de Shaka.
-Disculpa- dijo Shaka antes de que la chica cerrara los ojos. Ella lo miró, asustada de que alguien la hubiera descubierto. Shaka lo notó- no te asustes... va a parecer raro, pero yo vine aquí a lo mismo que tú...-
-¿En serio?- dijo la chica, un poco más calmada- no sabía que hubiera alguien más como yo en esta ciudad...-
-Ni yo- dijo Shaka- me llamo Shaka-
-¿Eres un caballero?- preguntó la chica, a lo que Shaka asintió- me llamo Padma-
-¿Eres budista?- preguntó el caballero, a lo que Padma negó con la cabeza.
-Hindú- dijo ella, sonriendo- recuerda que Buda fue hindú antes de crear su religión...-
-Lo sé- dijo Shaka- ¿te molesta si te acompaño?-
Padma negó de nuevo. Ambos se sentaron y comenzaron sus meditaciones.
*************
Mientras tanto, con Camus... (n/a: jejeje)
-Buenas tardes, vengo a hablar otra vez con...-
-Le garcon!- gritó la anciana de la puerta- tu dois parler francais ici!- (n/a: jeje, traducción: '¡Joven! ¡debes hablar en francés aquí!')
Camus levantó los ojos, molesto. Golpearía a Seiya la próxima vez que lo viera, por hacerlo pasar por esta vergüenza no solo una sino dos veces.
-Je suis désolé. Je voudrais parler un' autre fois avec mademoiselle Solenne- dijo Camus. Se estaba empezando a molestar con esa tonta política. (traducción : 'Lo siento. Quisiera hablar otra vez con la señorita Solenne')
-Oui, oui, elle est par lá- dijo la anciana señalando a la chica que, como el día anterior, estaba escribiendo algo delante de la computadora. (traducción: 'si, si, ella está por allá')
-Señorita- dijo Camus a la chica. Ella se volvió- Saori me mandó a traer este otro cheque, por lo de Seiya-
-Ah, sí, gracias- dijo la chica. Ya no estaba tan enfadada como el día anterior, y eso animó un poco a Camus. Era horrible tener que hacer el trabajo sucio de Saori.
-Siento mucho lo que hizo Seiya- murmuró Camus.
-Está bien- dijo ella- no fue tu culpa...Yo no quería que tuvieran problemas, pero la directora...- dijo mirando significativamente a la anciana de la puerta y suspirando con tristeza.
-¿No te gusta enseñar?-
-La verdad no- dijo ella-solo enseño porque aparte estoy estudiando...la verdad soy algo egoísta con mi idioma y mi país...-
-Pues si no te gusta, deberías dejarlo...- sugirió Camus, pero ella negó con la cabeza.
-No tengo opción. Si renuncio, me regresan a Francia, y nunca voy a terminar de estudiar. Ni modo...-
-Tal vez deberías salir un rato- dijo Camus- ven, te invito un helado-
La chica lo miró con los ojos bien abiertos, incrédula.
-¿Qué dices?-
-Vamos, un helado no te hará daño...- insistió Camus.
-No, no es eso- dijo Solenne- temo molestarte...-
-No te preocupes- dijo Camus- también quisiera hablar con alguien-
La chica aceptó la mano de Camus, y ambos salieron del Consulado. La anciana de la entrada, gritaba algo enfurecida.
-Au revoir, madame....- le gritó Camus de vuelta. (traducción: 'adiós, señora')
*************
-¿Dónde estará ese Shaka?- comenzó Milo a quejarse- ya son casi las seis de la tarde...si yo quería que todos los caballeros dorados... ¡todos!-
-Cálmate, Milo- dijo Shura- de cualquier manera, también falta Camus...-
Milo estaba enfadado de nuevo. Sus planes de salir todos los caballeros juntos se habían frustrado. Lo único que lo tranquilizaría un poco en ese momento era ir a comer, porque desde hacía un rato había pasado el mediodía.
-Vamos, bicho gigante- dijo Saga- ya deja de quejarte, vamos a comer algo...me muero de hambre-
-Sí- estuvo de acuerdo Kanon- nosotros no hemos comido...-
-Además- dijo Saga- después de comer podemos ir a saludar a Shaina y a las otras chicas amazonas...-
-Saga...- murmuró Aioria, como reprendiéndolo.
-No te preocupes, gato sobrealimentado, no tocaremos a tu novia...- dijo Kanon- vamos, Milo-
-Bueno, ya que insisten- dijo Milo, cambiando la cara- vamos, pues...-
Los gemelos y Milo se fueron hacia la ciudad. Los demás, que se quedaron, suspiraron aliviados. No tenían muchas ganas de que las amazonas se enojaran por atraparlos espiando... aunque a Aioros no le hubiera molestado mucho.
**************
Mu no salió a comer ese día, se quedó entrenando a Kiki hasta tarde, porque el chico no conseguía hacer bien su Cristal Net. Cuando por fin Mu le permitió descansar, lo llevó a comer algo con él, porque habían estado entrenando desde la mañana y el pequeño también se estaba muriendo de hambre.
-Ya era hora- dijo Kiki- un Cristal Net más y mi cabeza iba a estallar...-
-Y la mía junto con la tuya- dijo Mu, quien a pesar de todo, también estaba agotado de estar corrigiendo a su alumno.
Entraron a una cafetería muy cercana al Santuario y ordenaron. Como cada uno estaba harto de la voz del otro, comieron en silencio y regresaron al templo de Aries de la misma manera. Al volver, Mu dejó libre a Kiki sin terminar su entrenamiento, comprendía que el chiquillo estaba tan agotado que no lograría nada ese día.
Después de que Kiki desapareció, Mu se sentó un rato en la entrada de la casa de Aries. Miró el horizonte. Aún no eran las siete, pero a Mu le parecía como si fuera media noche. Gracias a los últimos rayos del sol antes de desaparecer, Mu distinguió los cabellos rojos de una chica desde la base de las escaleras, donde unos guardias no la dejaban pasar. Se teletransportó hacia ese lugar.
-Hola, Sofía- la saludó Mu.
-Hola, Mu- dijo ella, sonriendo. Los guardias, viendo que la chica iba con un caballero dorado, la dejaron en paz- ya veo lo llamativo que puede ser mi cabello-
-Pues...algo- dijo Mu, sonriendo también- ¿qué haces por aquí?- la chica se encogió de hombros y sonrió. Mu estaba confundido- ¿quieres...quieres pasar?-
-Ahora no, Mu- dijo ella- pronto será de noche, y tengo que volver a casa pronto...-
En ese momento, llegó Shaka, y sonrió al ver a su amigo con una chica. Mu se ruborizó visiblemente. Pero el caballero de Aries notó que había algo extraño en Shaka... una paz muy extraña. Mu lo cuestionó con una mirada, y Shaka le respondió con otra que decía 'luego te explico' y se retiró, dejando a Mu y a Sofía.
-Bueno, mejor me voy- dijo ella- antes de que sea de noche...-
-Espera, te acompaño...-dijo Mu, pero Sofía negó con la cabeza.
-No, mejor descansa- dijo ella- has tenido un largo día...-
-¿Cómo lo sabes?-
-Se te ve en los ojos- dijo ella sencillamente- hasta mañana-le dio un beso en la mejilla y se alejó caminando, hacia la universidad. Mu la vio alejarse. Una vez que desapareció, subió hasta su templo, donde Shaka lo esperaba para contarle lo que le había sucedido en el templo.
**************
Saga, Kanon y Milo estaban de nuevo espiando a las amazonas.
-Mira esa- señaló Milo, a una chica rubia.
-Vamos, patéale la cara- murmuraba Saga- para que se le caiga la máscara...-
-Wow- no paraba de decir Kanon- esto es genial...-
A Milo le gustó más la compañía de Saga y Kanon, porque ellos también hacían los mismos comentarios que él sobre las chicas... no temblando por temor a ser descubiertos como Aioros y Aioria.
Desafortunadamente, entre sus risotadas, no alcanzaron a escuchar los pasos de cuatro amazonas se acercaban y los rodeaban... de pronto...
-Vaya vaya- dijo Marín, cruzando los brazos delante de ellos- alguien tiene problemas...-
-Y muy feos- agregó Shaina, mostrando las uñas.
-Me pregunto cual de las cuatro los golpeará primero...- dijo June, blandiendo su látigo.
-No te preocupes por eso, June- dijo Andrea, con su vara en la mano- hay suficiente para las cuatro...-
Los caballeros miraron a las chicas desde el suelo. Sonrieron inocentemente, intentando así ganarse la compasión de las tres chicas.
-No, muchachos, los ojitos de perrito castigado no funcionan con nosotras- dijo June.
-A las tres- dijo Marín- una...dos...tres...-
(n/a: inserte aquí gritos de dolor de los tres caballeros dorados, mezcladas con risas de las cuatro chicas)
*************
Aioros volvió a la plataforma. Le gustaba ese lugar. A parte de tener una vista hermosa, ser un buen escondite y el lugar perfecto para verse con Andrea.
-Hola- llegó la amazona después de un rato, un poco agitada.
-¿Qué te pasó?-
-Nada- dijo ella- Milo y los gemelos estuvieron espiando...-
-¿Y?-
-Pues... estábamos Marín, June, Shaina y yo ahí... y pues digamos que les dimos su merecido...-
Aioros se imaginó la escena. De acuerdo, eso debió haber sido muy doloroso para Milo, Saga y Kanon. Y a juzgar por la risa de la chica bajo su máscara, había sido muy divertido para las cuatro amazonas.
Ambos se acostaron boca arriba, a mirar el cielo. Aioros suspiró. Eso era algo que le gustaba mucho hacer. Ver el cielo. Esta vez, la luna no aparecía por ningún lado...era una noche mucho más oscura que la anterior. Andrea no se concentraba en el cielo, solo intentaba mirar con discreción el rostro de Aioros, pero la oscuridad no se lo permitía.
-¿Te irás temprano también hoy?- preguntó Aioros. Andrea suspiró.
-Marín me vigila mucho ahora, porque sospecha que me escapé el otro día- dijo ella- apenas si pude escaparme un rato. Debo irme ahora...-
-Ya veo- murmuró Aioros con tristeza. Andrea captó esa tristeza, y aprovechando que la oscuridad no les permitía siquiera verse bien, se quitó la máscara y besó al chico de nuevo. Después de unos minutos, se la volvió a poner.
-Ya me voy... mañana vendré temprano- y con una última caricia en el rostro del caballero, salió corriendo rumbo al recinto de las amazonas. Aioros suspiró de nuevo con tristeza, y volvió a la casa de Sagitario, ignorando las preguntas de su hermano.
CONTINUARÁ...
*****************
Gracias a todos por sus reviews...
Kami Azul Valentine: ¡lo siento!!! Lo que sucede es que ya tengo casi toda la historia completa... ya no puedo cambiar (sorry)
Kasumi: gracias por tu review... y lo mismo, ya tengo casi toda la historia completa, no puedo cambiar.
Ryu Mari: gracias por tu review... lo mismo, ya tengo la historia casi completa... ¡¡por favor no me odien!!
Darket Aprendice: pues espero que pronto tú subas una historia, y por supuesto que la leería y te dejaría review.
-¿Otra vez?- Camus no podía creerlo.
-Lo siento, Camus, pero faltó este cheque por lo que hizo Seiya, y...- dijo Shion.
-¿Por qué YO tengo que arreglar lo que hace Seiya?- murmuró el caballero de Acuario. Shion suspiró.
-Pues, la verdad, porque tú eres el único que habla francés...- contestó Shion- además, tú ya no tienes aprendices...-
-¡Demonios...!- murmuró Camus entre dientes. No era que no le gustara la idea de volver a ver a la chica francesa, sino que odiaba disculparse por lo que había hecho Seiya, y que ella lo mirara como si él tuviera la culpa. Pero como la orden venía de Saori, y sabía lo que podía suceder si desobedecía, no tuvo más remedio que ir cabizbajo de nuevo al consulado de Francia.
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Ángel, en la casa de Piscis, había completado su entrenamiento del día temprano. Afrodita se sorprendía de lo rápido que aprendía el chico. Pero claro... había una razón para eso. Razón que solo Shion y Saori conocían, a parte de él, y razón que tenía tajantemente prohibido decirla a los demás caballeros.
El caballero dorado suspiró. Se había metido en problemas gratis. Ya habían pasado varios meses desde aquella noche de invierno en la que Ángel le fue confiado. Ahora era verano. No sabía si lo que planeaba hacer Saori funcionaría. Solo había que observar y esperar.
-¿Qué pasa, maestro?- preguntó el chico, observando el rostro preocupado de Afrodita.
-Nada- murmuró este. El chico no cayó, pero tampoco insistió. Sabía que su maestro estaba preocupado. Lo que Saori intentaba hacer era muy arriesgado, sobre todo ahora que no parecía haber ningún tipo de amenaza contra el Santuario. El único dios que quedaba con poder suficiente para desafiar a Atena era Zeus, pero éste no parecía querer atentar contra su hija predilecta. Ángel no entendía porque la prisa de Saori.
-Sé lo que piensas, pues yo pienso lo mismo- le dijo Afrodita, mirando al chico. Se veía realmente extraño, con esas rayas rojas en sus mejillas y en su frente- sin embargo, tenemos que obedecer-
-Lo sé- dijo el chico.
-¿Aún no ha sucedido nada?-
-Nada- dijo Ángel- nadie se ha fijado en mi presencia...-
-Nadie más que ese alacrán sobrealimentado- murmuró el caballero entre dientes- solo espero que Milo no sospeche nada. En fin, ya puedes irte...-
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Shaka y Rahula estaban en el templo de Virgo, entrenando. El chico ya podía hacer una miniréplica de la Capitulación del Demonio, y Shaka estaba satisfecho. Sintieron la presencia de alguien que iba pasando. Era el joven aprendiz de Afrodita. Sin hablar, Shaka lo dejó pasar. Y sin embargo, había algo en ese chico.
-¿Qué pasa, hermano?- preguntó Rahula.
-Es solo que...- dijo Shaka- me pareció haber sentido ya su presencia antes...- se quedó pensativo unos momentos, luego agregó- no importa...-
Shaka suspiró. Saori había ordenado que ninguno de ellos se acercara o molestara a ese chico en particular. Pero su tipo de cosmo no era raro, más no desconocido para Shaka. Y además, parecía haberlo sentido antes. Tenía grandes deseos de seguir al chico y averiguarlo pero, recordando la orden de Saori, optó por quedarse donde estaba.
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-Ya basta, maestro- protestó Kiki- lo haces a propósito...-
-Ni hablar- dijo Mu- ¿quieres que cuando te ataque un enemigo no sepas hacer esto bien?-
-Pero ya lo hice ayer por lo menos doce veces bien...-
-Sí, pero lo hiciste más veces mal- dijo Mu- tienes que practicarlo hasta que te salga bien al primer intento...-
Kiki cruzó los brazos, obstinado. No haría la Cristal Net ni una vez más en esa semana. Mu sonrió, divertido de la necedad de su alumno. Con su mano derecha, Mu hizo aparecer una bola de luz dorara y la lanzó contra Kiki, quien la esquivó teletransportándose.
-¡Oye!- dijo Kiki- no tienes que amenazarme...- Mu rió.
-A ver, señor sabelotodo-dijo Mu- intenta esquivar esto- y comenzó a mandar varias iguales a la anterior. Kiki se teletransportaba una y otra vez, hasta que cayó al suelo, cansado.
-¿Entiendes ahora?- dijo Mu- es mucho más fácil y menos cansado hacer un Cristal Wall para evitar mi ataque que estarse teletransportando de un lado a otro- con una última bola dorada, obligó a Kiki a elaborar una Cristal Wall, que rechazó el ataque de Mu- ¿ves cómo no es tan difícil?-
-De acuerdo, de acuerdo- dijo Kiki, resignado- practicaré la Cristal Net...-
-Eso era lo que quería escuchar- dijo Mu.
Kiki estuvo varias horas practicando la Cristal Net. Un par de ojos azules lo miraban, sin que se dieran cuenta. Ángel observaba este entrenamiento, con una sonrisa. Quien iba a decirlo. Kiki le parecía demasiado pequeño aún y sin embargo, era el que llevaba más tiempo entrenando y quien iba más avanzado. Y a juzgar por lo que acababa de ver, el Mu era uno de los que tenían más trabajo, al tener que lidiar con un niño.
De pronto, Mu sintió la presencia de alguien que había estado observándolos. Se volvió. Era un cosmo que ya había sentido antes...Mu miró al 'intruso'. Era solo el alumno de Afrodita. Mu se volvió sin hablarle, pues conocía muy bien las órdenes de Saori. El chico se sintió algo triste. No podía tener contacto con ningún caballero del Santuario más que su maestro. Suspiró y bajó a la ciudad. Mu, por su parte, se preguntaba igual que Shaka dónde antes había sentido ese cosmo.
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Al terminar de entrenar y comer, Shaka decidió salir un rato, ya que Milo amenazaba con llevar a comer a todos los caballeros dorados a un sitio que él conocía. Y Shaka sabía muy bien el tipo de lugares a donde Milo los llevaría: un lugar donde hubiera alcohol y mujeres...ese sería el paraíso para caballero de Escorpión.
Shaka, sin embargo, prefería todo lo contrario. El santo de Virgo nunca había probado el alcohol, y sabía bien que un hombre debía cuidarse del sexo femenino. No era que le desagradaran las mujeres, pero no estaba muy de acuerdo con la obsesión de Milo de correr tras ellas.
El caballero dorado siguió paseando por el Santuario. Ya no podía esconderse en su jardín a meditar, porque ya sabían que estaría ahí. No, tenía que encontrar otro lugar. Las calles de Atenas tampoco serían un buen lugar para esconderse de los otros caballeros. Tal vez las antiguas ruinas...sí, ahí nadie lo encontraría. Podía entrar a un templo cuya entrada solo él conocía, que estaba prohibido para los turistas. Una vez había ido a ese lugar a meditar, y nadie lo molestó.
Llegó al templo mencionado en unos minutos. Miró a su alrededor. Había algo extraño ahí. La última vez que estuvo ahí, no había absolutamente nada, solo polvo. Ahora, el polvo había desaparecido y, en medio, un cómodo sillón sin respaldo. Shaka se frotó los ojos. No podía ser posible. ¿Qué sucedió? No había nadie la última vez que había ido. Tal vez alguien más le ganó la idea. No era posible. ¿Quién más estaría tratando de huir del resto del mudo para meditar?
La respuesta apareció unos segundos después justo frente a él. La puerta del templo se abrió. Shaka se escondió detrás de una de las columnas, temiendo que sea alguien del gobierno que fuera a reprenderlo por haber entrado ahí sin permiso. Una chica morena apareció. Entró sigilosamente, mirando a ambos lados para asegurarse de que no hubiera nadie adentro.
Shaka la miró, asombrado. La muchacha vestía con normalidad: pantalón de mezclilla, una blusa y sandalias. Sus largos cabellos negros estaban arreglados en una trenza que a Shaka le recordaba a Shunrei. Sus ojos eran negros también... de un negro profundo. En su frente tenía un pequeño punto rojo, que distingue a las niñas hindúes desde que nacen.
Sorprendido, Shaka abrió por completo los ojos para verla mejor. Era tan hermosa que parecía la mismísima princesa Sita del Ramayana. La chica se sentó sobre el sillón sin respaldo y se puso en la misma posición de meditación de Shaka.
-Disculpa- dijo Shaka antes de que la chica cerrara los ojos. Ella lo miró, asustada de que alguien la hubiera descubierto. Shaka lo notó- no te asustes... va a parecer raro, pero yo vine aquí a lo mismo que tú...-
-¿En serio?- dijo la chica, un poco más calmada- no sabía que hubiera alguien más como yo en esta ciudad...-
-Ni yo- dijo Shaka- me llamo Shaka-
-¿Eres un caballero?- preguntó la chica, a lo que Shaka asintió- me llamo Padma-
-¿Eres budista?- preguntó el caballero, a lo que Padma negó con la cabeza.
-Hindú- dijo ella, sonriendo- recuerda que Buda fue hindú antes de crear su religión...-
-Lo sé- dijo Shaka- ¿te molesta si te acompaño?-
Padma negó de nuevo. Ambos se sentaron y comenzaron sus meditaciones.
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Mientras tanto, con Camus... (n/a: jejeje)
-Buenas tardes, vengo a hablar otra vez con...-
-Le garcon!- gritó la anciana de la puerta- tu dois parler francais ici!- (n/a: jeje, traducción: '¡Joven! ¡debes hablar en francés aquí!')
Camus levantó los ojos, molesto. Golpearía a Seiya la próxima vez que lo viera, por hacerlo pasar por esta vergüenza no solo una sino dos veces.
-Je suis désolé. Je voudrais parler un' autre fois avec mademoiselle Solenne- dijo Camus. Se estaba empezando a molestar con esa tonta política. (traducción : 'Lo siento. Quisiera hablar otra vez con la señorita Solenne')
-Oui, oui, elle est par lá- dijo la anciana señalando a la chica que, como el día anterior, estaba escribiendo algo delante de la computadora. (traducción: 'si, si, ella está por allá')
-Señorita- dijo Camus a la chica. Ella se volvió- Saori me mandó a traer este otro cheque, por lo de Seiya-
-Ah, sí, gracias- dijo la chica. Ya no estaba tan enfadada como el día anterior, y eso animó un poco a Camus. Era horrible tener que hacer el trabajo sucio de Saori.
-Siento mucho lo que hizo Seiya- murmuró Camus.
-Está bien- dijo ella- no fue tu culpa...Yo no quería que tuvieran problemas, pero la directora...- dijo mirando significativamente a la anciana de la puerta y suspirando con tristeza.
-¿No te gusta enseñar?-
-La verdad no- dijo ella-solo enseño porque aparte estoy estudiando...la verdad soy algo egoísta con mi idioma y mi país...-
-Pues si no te gusta, deberías dejarlo...- sugirió Camus, pero ella negó con la cabeza.
-No tengo opción. Si renuncio, me regresan a Francia, y nunca voy a terminar de estudiar. Ni modo...-
-Tal vez deberías salir un rato- dijo Camus- ven, te invito un helado-
La chica lo miró con los ojos bien abiertos, incrédula.
-¿Qué dices?-
-Vamos, un helado no te hará daño...- insistió Camus.
-No, no es eso- dijo Solenne- temo molestarte...-
-No te preocupes- dijo Camus- también quisiera hablar con alguien-
La chica aceptó la mano de Camus, y ambos salieron del Consulado. La anciana de la entrada, gritaba algo enfurecida.
-Au revoir, madame....- le gritó Camus de vuelta. (traducción: 'adiós, señora')
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-¿Dónde estará ese Shaka?- comenzó Milo a quejarse- ya son casi las seis de la tarde...si yo quería que todos los caballeros dorados... ¡todos!-
-Cálmate, Milo- dijo Shura- de cualquier manera, también falta Camus...-
Milo estaba enfadado de nuevo. Sus planes de salir todos los caballeros juntos se habían frustrado. Lo único que lo tranquilizaría un poco en ese momento era ir a comer, porque desde hacía un rato había pasado el mediodía.
-Vamos, bicho gigante- dijo Saga- ya deja de quejarte, vamos a comer algo...me muero de hambre-
-Sí- estuvo de acuerdo Kanon- nosotros no hemos comido...-
-Además- dijo Saga- después de comer podemos ir a saludar a Shaina y a las otras chicas amazonas...-
-Saga...- murmuró Aioria, como reprendiéndolo.
-No te preocupes, gato sobrealimentado, no tocaremos a tu novia...- dijo Kanon- vamos, Milo-
-Bueno, ya que insisten- dijo Milo, cambiando la cara- vamos, pues...-
Los gemelos y Milo se fueron hacia la ciudad. Los demás, que se quedaron, suspiraron aliviados. No tenían muchas ganas de que las amazonas se enojaran por atraparlos espiando... aunque a Aioros no le hubiera molestado mucho.
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Mu no salió a comer ese día, se quedó entrenando a Kiki hasta tarde, porque el chico no conseguía hacer bien su Cristal Net. Cuando por fin Mu le permitió descansar, lo llevó a comer algo con él, porque habían estado entrenando desde la mañana y el pequeño también se estaba muriendo de hambre.
-Ya era hora- dijo Kiki- un Cristal Net más y mi cabeza iba a estallar...-
-Y la mía junto con la tuya- dijo Mu, quien a pesar de todo, también estaba agotado de estar corrigiendo a su alumno.
Entraron a una cafetería muy cercana al Santuario y ordenaron. Como cada uno estaba harto de la voz del otro, comieron en silencio y regresaron al templo de Aries de la misma manera. Al volver, Mu dejó libre a Kiki sin terminar su entrenamiento, comprendía que el chiquillo estaba tan agotado que no lograría nada ese día.
Después de que Kiki desapareció, Mu se sentó un rato en la entrada de la casa de Aries. Miró el horizonte. Aún no eran las siete, pero a Mu le parecía como si fuera media noche. Gracias a los últimos rayos del sol antes de desaparecer, Mu distinguió los cabellos rojos de una chica desde la base de las escaleras, donde unos guardias no la dejaban pasar. Se teletransportó hacia ese lugar.
-Hola, Sofía- la saludó Mu.
-Hola, Mu- dijo ella, sonriendo. Los guardias, viendo que la chica iba con un caballero dorado, la dejaron en paz- ya veo lo llamativo que puede ser mi cabello-
-Pues...algo- dijo Mu, sonriendo también- ¿qué haces por aquí?- la chica se encogió de hombros y sonrió. Mu estaba confundido- ¿quieres...quieres pasar?-
-Ahora no, Mu- dijo ella- pronto será de noche, y tengo que volver a casa pronto...-
En ese momento, llegó Shaka, y sonrió al ver a su amigo con una chica. Mu se ruborizó visiblemente. Pero el caballero de Aries notó que había algo extraño en Shaka... una paz muy extraña. Mu lo cuestionó con una mirada, y Shaka le respondió con otra que decía 'luego te explico' y se retiró, dejando a Mu y a Sofía.
-Bueno, mejor me voy- dijo ella- antes de que sea de noche...-
-Espera, te acompaño...-dijo Mu, pero Sofía negó con la cabeza.
-No, mejor descansa- dijo ella- has tenido un largo día...-
-¿Cómo lo sabes?-
-Se te ve en los ojos- dijo ella sencillamente- hasta mañana-le dio un beso en la mejilla y se alejó caminando, hacia la universidad. Mu la vio alejarse. Una vez que desapareció, subió hasta su templo, donde Shaka lo esperaba para contarle lo que le había sucedido en el templo.
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Saga, Kanon y Milo estaban de nuevo espiando a las amazonas.
-Mira esa- señaló Milo, a una chica rubia.
-Vamos, patéale la cara- murmuraba Saga- para que se le caiga la máscara...-
-Wow- no paraba de decir Kanon- esto es genial...-
A Milo le gustó más la compañía de Saga y Kanon, porque ellos también hacían los mismos comentarios que él sobre las chicas... no temblando por temor a ser descubiertos como Aioros y Aioria.
Desafortunadamente, entre sus risotadas, no alcanzaron a escuchar los pasos de cuatro amazonas se acercaban y los rodeaban... de pronto...
-Vaya vaya- dijo Marín, cruzando los brazos delante de ellos- alguien tiene problemas...-
-Y muy feos- agregó Shaina, mostrando las uñas.
-Me pregunto cual de las cuatro los golpeará primero...- dijo June, blandiendo su látigo.
-No te preocupes por eso, June- dijo Andrea, con su vara en la mano- hay suficiente para las cuatro...-
Los caballeros miraron a las chicas desde el suelo. Sonrieron inocentemente, intentando así ganarse la compasión de las tres chicas.
-No, muchachos, los ojitos de perrito castigado no funcionan con nosotras- dijo June.
-A las tres- dijo Marín- una...dos...tres...-
(n/a: inserte aquí gritos de dolor de los tres caballeros dorados, mezcladas con risas de las cuatro chicas)
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Aioros volvió a la plataforma. Le gustaba ese lugar. A parte de tener una vista hermosa, ser un buen escondite y el lugar perfecto para verse con Andrea.
-Hola- llegó la amazona después de un rato, un poco agitada.
-¿Qué te pasó?-
-Nada- dijo ella- Milo y los gemelos estuvieron espiando...-
-¿Y?-
-Pues... estábamos Marín, June, Shaina y yo ahí... y pues digamos que les dimos su merecido...-
Aioros se imaginó la escena. De acuerdo, eso debió haber sido muy doloroso para Milo, Saga y Kanon. Y a juzgar por la risa de la chica bajo su máscara, había sido muy divertido para las cuatro amazonas.
Ambos se acostaron boca arriba, a mirar el cielo. Aioros suspiró. Eso era algo que le gustaba mucho hacer. Ver el cielo. Esta vez, la luna no aparecía por ningún lado...era una noche mucho más oscura que la anterior. Andrea no se concentraba en el cielo, solo intentaba mirar con discreción el rostro de Aioros, pero la oscuridad no se lo permitía.
-¿Te irás temprano también hoy?- preguntó Aioros. Andrea suspiró.
-Marín me vigila mucho ahora, porque sospecha que me escapé el otro día- dijo ella- apenas si pude escaparme un rato. Debo irme ahora...-
-Ya veo- murmuró Aioros con tristeza. Andrea captó esa tristeza, y aprovechando que la oscuridad no les permitía siquiera verse bien, se quitó la máscara y besó al chico de nuevo. Después de unos minutos, se la volvió a poner.
-Ya me voy... mañana vendré temprano- y con una última caricia en el rostro del caballero, salió corriendo rumbo al recinto de las amazonas. Aioros suspiró de nuevo con tristeza, y volvió a la casa de Sagitario, ignorando las preguntas de su hermano.
CONTINUARÁ...
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Gracias a todos por sus reviews...
Kami Azul Valentine: ¡lo siento!!! Lo que sucede es que ya tengo casi toda la historia completa... ya no puedo cambiar (sorry)
Kasumi: gracias por tu review... y lo mismo, ya tengo casi toda la historia completa, no puedo cambiar.
Ryu Mari: gracias por tu review... lo mismo, ya tengo la historia casi completa... ¡¡por favor no me odien!!
Darket Aprendice: pues espero que pronto tú subas una historia, y por supuesto que la leería y te dejaría review.
