CAPÍTULO 14: ATAQUE AL SANTUARIO

Mu dormía en su habitación, muy intranquilo. El recuerdo de la pesadilla lo despertó, y no lo dejó volver a dormir. Recordaba con claridad a Kiki con los ojos en blanco y los gritos de Sofía. Solo para cerciorarse, subió a la habitación de Kiki a través de una escalera oculta en su propia habitación.

Gracias a la luz de la luna, el caballero vio a su aprendiz y a la chica profundamente dormidos. Por primera vez en su vida, el corazón de Mu se llenó de envidia de su pequeño alumno, que dormía pacíficamente entre los brazos de la pelirroja. Sofía apoyaba su mejilla en la cabeza de su hermanito. Para haberse reencontrado hacía tan poco tiempo, los dos hermanos se llevaban muy bien. Sintió un escalofrío al pensar que les pudiera suceder algo malo. Mu besó a la chica en la frente con cariño y se sentó en el suelo, mirando por la ventana.

Sofía sintió el beso del caballero y se despertó. Se levantó, se envolvió en una sábana y se sentó junto a Mu, apoyando su cabeza en el hombro de él.

-Mu- dijo ella- ¿qué te preocupa?-

-Nada- mintió él. No quería contarle sobre la horrible pesadilla que había tenido en Tíbet.

-Pero sí es algo- dijo ella, mirándole sospechosa- dime que sucede-

-Yo...- pero Mu no estaba seguro- yo tengo miedo de que algo malo les pudiera suceder. A Kiki y a ti-

Ella suspiró.

-Estoy segura de que todo va a salir bien- dijo ella- no te preocupes y duerme un poco, ha sido un día muy largo para ti- con un beso en la mejilla, la chica se levantó del suelo y volvió a la cama. Mu se levantó también y se sentó junto a ella, acariciando sus cabellos rojos. La contempló hasta que volvió a quedarse dormida.

De pronto, la habitación quedó en total oscuridad. Mu miró el cielo a través de la ventana. La luna, que antes le había proporcionado luz, había desaparecido por completo. Y sintió un cosmo, frío y cruel, y ya conocido muy bien por él.

-Es ella- dijo Mu para sí mismo- es Ming Na-

Y, haciendo el menor ruido posible, salió de la habitación hacia la entrada de su casa.

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-Ese cosmo- se dijo Aioros, desde su casa- fue el mismo que sentí la noche que Mu desapareció... y esa malvada mujer no viene sola...-

Alertó a los demás caballeros, y todos se dirigieron a la entrada del Santuario; excepto Milo, quien no quiso dejar sola a Roxana; ni Shaka, que estaba convencido de que era una trampa.

-Shaka- murmuró Padma- son ellos... van a atacarlos...-

-Lo sé- dijo Shaka- pero los caballeros dorados los detendrán...-

-¿Y si viene... él...?-

-No dejaré que se te acerque de nuevo- dijo Shaka con firmeza.

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En la casa de Aries...

-Vaya, vaya- dijo Ming Na- Mu de Aries... no esperaba volver a verte con vida... pero eso se puede arreglar...-

Mu la miró con odio. Como Aioros había previsto, la mujer no venía sola: había por lo menos cincuenta hombres, todos de la misma raza de Mu. El caballero de Aries suspiró decepcionado: también ellos se habían vendido a Ravana.

-¿Qué quieren aquí?-

-Es fácil- dijo Ming Na, frotándose las manos- venimos a matar a los tres traidores, o sea, tú y tu novia, con su hermanito...; y también tenemos órdenes de llevar con nosotros a la chica que es la portadora de la llave y a la princesa Sita-

-Por mí, puedes intentar lo que quieras- dijo Mu- pero si tocas a Sofía o a Kiki, yo te mataré con mis propias manos-

-¿Tú?- rió Ming Na- ¿y que piensas hacer contra nosotros tú solo?-

-No solo- dijo Aioros. Los otros caballeros dorados acababan de llegar.

-Nosotros te ayudaremos- dijo Camus, y Aioria asintió.

-Gracias, chicos- dijo Mu.

-¿Y bien?-dijo Ming Na- ¿van a intentar detenernos?-

-No vamos a intentarlo- dijo Mu- lo haremos-

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Kiki sintió algo de frío y despertó. Se sorprendió al no ver ahí a su hermana. Alguien encendió la luz. Era un chico de ojos azules, que tenía dos líneas rojas en el rostro, y su cabello escondido en un paliacate negro: Angel, el aprendiz de Piscis.

-¿Dónde...?- comenzó Kiki, pero Angel lo interrumpió.

-Están atacando el Santuario- dijo Angel con voz ronca- mandé a Sofía con Solenne a la casa de Acuario. Ven- agregó- Mu y los otros están peleando...-

-Ya voy- dijo Kiki, levantándose de un salto. Los demás aprendices se reunieron y se dirigieron hacia donde los caballeros peleaban.

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La única ventaja que tenían los hombres de Ming Na eran sus poderes mentales, y eso provocó que la pelea durara mucho tiempo. La malvada mujer y otros cuatro hombres atacaron a Mu con sus poderes, haciendo una enorme esfera de energía con ellos, pero Afrodita se interpuso y fue herido.

-Maestro- Angel corrió a ayudarlo. Estaba vivo, pero estaba paralizado.

-No deberías estar tú aquí- le dijo Afrodita- vete de aquí, es muy peligroso... - el chico negó con la cabeza. Afrodita suspiró -ponte la armadura, te protegerá....- la armadura abandonó al caballero y cubrió al chico.

Mientras, Mu peleaba contra Ming Na.

-No está nada mal, carnerito dorado- dijo la mujer- pero no subestimes mi poder...- y lanzó al caballero contra una columna con su poder mental. La malvada mujer rió al ver que Mu no podía liberarse de su psicocinesis- ahora nadie puede ayudarte... ¡adiós para siempre!-

Pero cuando lanzó su poder, una Cristal Wall se interpuso entre ella y Mu, desviando el ataque, y un Stardust Revolution le dio a Ming Na.

-¡Kiki!- gritó Mu, librándose de la psicoquinesis- ¡cuidado!-

-Nadie podrá salvarte ahora, niño- gritó Ming Na, enfurecida, y disparó su poder contra él.

-¡Kiki!- gritó Mu. Estaba muy lejos para evitar el ataque.

El aprendiz de Piscis detuvo el ataque de la esfera de energía, golpeando con su puño el de Ming Na. Pero la esfera no cedió y le dio de lleno al chico. El casco dorado cayó al suelo, liberando los cabellos rojos del chico. Angel también cayó boca abajo, paralizado.

-¡Angel!- dijo Kiki, acercándose al chico- ¿porqué hiciste eso?-

Pero a Mu le llamó la atención el color de sus cabellos. Se acercó y observó con cuidado su rostro, borrando con el pulgar las líneas rojas que estaban teñidas en él. Todo coincidía. El caballero de Aries miró sus ojos azules. No podía ser.

-Sofía... ¿tú eres Angel?- preguntó Mu.

Kiki miró asombrado, mientras el aprendiz que Piscis asentía.

-Yo...siento haberte mentido- murmuró Sofía con debilidad.

Kiki abrazó a su hermana.

-No me dejes- le dijo Kiki entre lágrimas- no me dejes otra vez-

-No te dejaré- dijo ella- solo estoy paralizada...-

-Niña estúpida- murmuró Ming Na con desprecio- y todo para salvar a su hermano... ¡que desperdicio!-

-¿Qué dijiste?- dijo Mu, enfadado- Fuiste tú. Tú eras esa mujer... la que disparó una bala y le dio a Lhasa en el tobillo, y luego yo te di con mi ataque en el rostro...-

-¿Ahora lo entiendes, carnerito?- dijo Ming Na, enfurecida también- por tu estúpido ataque deformaste mi rostro y te he estado buscando para vengarme... aunque también tendré otros beneficios al destruirte...- sonrió con maldad- bueno, una traidora de sangre y quedan dos..-

-Te haré pagar por eso- dijo Mu.

***********

Roxana despertó, y vio a Milo sentado junto a ella, con cara de preocupación.

-¿Qué sucede, Milo?-

-Han venido por ti y por Padma- dijo Milo- los caballeros dorados están luchando...-

-¿Padma?- dijo ella- ¿Shaka está aquí?-

-Sí, llegó hace unas horas- dijo Milo- pero no creo que sepa que estás aquí-

-Tengo que verlo- dijo Roxana, levantándose de inmediato- tengo que darle la llave, antes de que sea tarde...-

-Pero es peligroso...- dijo Milo.

-Milo, por favor- dijo ella- antes de que sea demasiado tarde...-

-Está bien- dijo Milo- te acompañaré a la casa de Virgo... pero si Shaka está peleando, ni sueñes que te acercaré un solo paso a la pelea, ¿de acuerdo?-

-Lo que sea- dijo Roxana- pero vamos rápido...-

*************

-Shaka- dijo Padma, con un escalofrío- es él... ya viene...-

-Yo también lo he sentido- dijo Shaka- tengo que ir a ayudar a los otros...-

-Shaka, no podrás vencerlo, no tienes la llave...-

-De cualquier manera- dijo Shaka- yo los metí en eso, y no puedo arriesgar a mis amigos así... ellos no pueden pelear contra él. Tú quédate aquí y no salgas...-

-De acuerdo-

Con esto, Shaka salió corriendo hacia la entrada del Santuario. Padma se quedó, mirándolo desaparecer. Lloraba de tristeza, pues temía que algo malo le pasara a Shaka o a cualquiera de los otros caballeros, porque suponía que todo era su culpa, en parte.

En ese momento, Milo y Roxana

-Padma- dijo Roxana- ¿dónde está Shaka?-

-¿Cómo...cómo sabes mi nombre?-

-No hay tiempo para explicar, necesito saber donde está Shaka- dijo Roxana- yo tengo la llave...-

Padma se sorprendió.

-Se fue- dijo Padma- fue a pelear con los otros, porque sintió el cosmo de Ravana acercándose-

Roxana miró a Milo, quien negó con la cabeza.

-Ah, no- dijo Milo- te dije que ni un paso más...-

Ignorando esto, la chica salió corriendo hacia la entrada del Santuario, con el sorprendido caballero de Escorpión tras ella.

**************

-¡Stardust Revolution!- gritaron Mu y Kiki al mismo tiempo. La fuerza de ambos ataques combinados dio a Ming Na y otros cinco hombres, derrotándolos por completo. Todos los intrusos habían sido vencidos.

-Lo logramos- dijo Shura.

-No canten victoria aún, caballeros dorados- dijo una voz fría y cruel. Todos los caballeros levantaron la vista para ver de quien se trataba.

Frente a ellos apareció un hombre alto, si es que se podía llamar hombre al ser que tenían delante de ellos. Medía por lo menos dos metros y medio de alto, y su piel no era de color normal, sino azul. Era Ravana.

-Soy libre al fin- dijo el demonio- solo faltaba la sangre de ustedes tres, traidores-señaló a Mu, Kiki y Sofía- ahora podré dominar al mundo, y los traidores de sangre serán los primeros en morir...-

Lanzó su poder contra ellos tres, pero Shaka lo detuvo con sus manos.

-Vete de aquí, Ravana- dijo Shaka- el Santuario no es un lugar para un demonio como tú-

-Veo que te crees muy valiente, Shaka- dijo Ravana- pero sin la llave tú no podrás vencerme...-

Shaka apretó los dientes. Aunque le molestara, el demonio tenía razón.

-Será mejor que te rindas, Shaka- continuó Ravana- nunca podrás vencerme. Mejor entrégame a la chica...-

-¡Nunca!- dijo Shaka- te venceré aunque me cueste la vida...-

-¡Shaka!- Roxana llegó, seguida por Milo- ¡Shaka, yo tengo la llave!-

-La llave...- murmuró Ravana.

-¿Tú tienes la llave?- preguntó Shaka, sorprendido. La chica asintió, y le ofreció una pequeña llavecita de oro. Shaka la recibió con cuidado.

Al demonio no le agradó mucho eso. Utilizó su poderosa telequinesis para atraer a sí mismo a la chica que le había entregado la llave a Shaka.

-¡Roxana!- gritó Milo. Demasiado tarde. El demonio sacó su espada y amenazó con ella a la chica, acercando la filosa hoja a su cuello, mientras la estrechaba contra sí mismo con la mano libre.

-Ahora sí estás perdido, Shaka- dijo Ravana- tienes la llave, pero yo tengo a la portadora...- sonrió con maldad- sería una lástima que una chica tan bonita termine muy lastimada... ¿verdad?-

-Aioros- susurró Milo al caballero de Sagitario- cuando te diga 'ya'...-

-¿Qué es lo que quieres, Ravana?- preguntó Shaka con frialdad.

-...dispara tu flecha a uno de sus pies...- susurró Milo.

-Quiero que me entregues esa llave- dijo Ravana, comenzando a correr la filosa hoja de metal por el cuello de Roxana, haciéndola sangrar ligeramente- si no quieres que mate a esta chica...-

-¡Ya!-dijo Milo, y Aioros disparó su flecha dorada a uno de los pies de Ravana. Como la flecha de Sagitario es una de las más poderosas, hirió al demonio, quien soltó a la chica de manera refleja dando un alarido. Roxana corrió hacia delante. El demonio reaccionó y trató de atraparla de nuevo, pero varias Agujas Escarlatas se encajaron en él. Ravana, furioso, aprovechó que Milo se había acercado para tomarlo del cuello, ahogándolo.

-¡Milo!- gritó Roxana al darse cuenta- ¡no!-

-Shaka... ¡rápido!- dijo Milo débilmente, tratando de librarse de Ravana.

CONTINUARÁ...

Hola, chicos... Ya se viene el final... Sigan mandando reviews... Oigan, voy a actualizar hasta el 11 de Abril, porque me voy una semana... ¡felices vacaciones!

Abby L.