Corazón de Caballero Por Syaoran Li.

Capítulo 2: Un fuego ardiente que se extingue.

La lluvia que azotaba sobre el Santuario no era suficiente para lavar la tristeza que se cernió sobre el corazón de Saga, quien observaba con una mirada triste los cuerpos sin vida de Shura y Camus. Llegando al límite de su cosmo, Saga había alcanzado lo que Camus tanto temía, el Octavo sentido, la Conciencia Araya. El precio que tuvo que pagar fue muy alto, leales o no a Hades; no justificaba su muerte. Ni siquiera los rayos que iluminaban el cielo daban de vuelta la vida a los muertos, esto lo sabía muy bien Saga, quien ha cruzado ese umbral en dos ocasiones; sólo el poder de un Dios es capaz de hacerlo, pero la tristeza no dejaba que sus pensamientos fuesen razonables.

-Sólo quiero saber el por qué . . . - Saga lloraba sobre el cuerpo de Camus, quien dejaba ver en su rostro una expresión de absoluta calma. También Shura denotaba el mismo sentimiento, al parecer estaban preparados para esto.

Por otro lado, Kanon estaba un poco más alejado de ellos, al parecer la Armadura de Géminis lo protegió del ataque recibido. Como le fue posible se levantó para ir donde se encontraba su hermano.

-Creo que los juzgué mal, lo siento mucho hermano.

-No lo entiendo, ¡¡no lo entiendo!! - Saga estaba desconcertado ante los hechos que se presentaron en ese momento. Acaso no era su misión acabar con la vida de Athena, pero a la vez sacrificaron sus vidas para que él, un Caballero Dorado, lograra alcanzar un cosmo superior al Séptimo Sentido.

-Ellos estaban seguros de que esto era lo correcto - Kanon hacía lo posible por calmar el dolor y la ansiedad de su hermano, pero nada funcionaba. Muy en el fondo, Saga descubría que no era quien en un principio fue. Puesto que acabar con la vida de dos camaradas no era digno de un Caballero que alardea de proteger a Athena.

La lluvia no paraba su incesante ritmo; acompañando el dolor de los corazones de todos aquellos que alguna vez compartieron un lazo con Shura y Camus. Mu en Aries, Aldebarán en Tauro, Aioria en Leo, Shaka en Virgo, Nilo en Escorpión, todo el Santuario dijo adiós a dos nobles guerreros.

-Hades, en verdad eres despiadado - era lo único que Kanon pudo decir al tiempo que los cuerpos de Shura y Camus al igual que sus armaduras (las Sapuris) se convertían en polvo cósmico, hasta desvanecerse y perderse n el viento húmedo, acompañados de la lluvia, lágrimas de tristeza por parte del cielo. Quien perdonaría tal atropello era la pregunta que daba vueltas en la mente de Saga.

-Esto lo pagarás muy caro Hades, lo juro.

-Cálmate hermano por favor.

-Como quieres que me calme después de lo sucedido. Tanto Camus como Shura sacrificaron sus vidas para enseñarme el camino.

-Si ellos estaban dispuestos a morir, no hay nada que tú hubieras podido hacer.

Estas palabras molestaron a Saga.

-Que has dicho, que ellos deseaban morir, quien en esta vida desea eso - por un momento Saga se dejó dominar por sus emociones, tomando a Kanon por el cuello, en parte por el dolor que sentía al escuchar sus palabras y por el otro porque tenía razón. En el pasado hicieron lo mismo, dando sus vidas para que los caballeros del Zodiaco alcanzaran el Séptimo Sentido (Shura guiando a Shiriu y Camus a Hyoga). Esto hizo que su mente recuperara el control, dejando libre a Kanon.

-En este momento lo que nos debe preocupar es evitar a toda costa que Baal llegue a donde se encuentra Athena - dijo Kanon mientras Saga miraba al cielo, viendo como los últimos rastros del cosmos desaparecía en la oscuridad.

-Tienes razón - Saga secaba sus lágrimas - debemos proteger a Athena con nuestra vida, ellos habrían hecho lo mismo.

-Creo que Baal nos lleva mucha ventaja, será mejor que nos demos prisa.

-De acuerdo.

Dando una última vista sobre el lugar en donde alguna vez estuvo la Casa de Géminis, escombros ahora, Saga estaba listo para descubrir la verdad, el motivo por el cual estaba de vuelta en el Santuario. Kanon lo esperaba en las escalinatas rumbo a Cáncer, cuando de repente un cosmo muy agresivo se aproximaba velozmente a Géminis.

-De quién es este cosmo

-No lo sé, pero está lleno de maldad.

-¿Acaso se trata de un espectro? - se preguntaba Saga mientras sentía como dicho cosmo se acercaba a él. - ¡¡Kanon, vete!!

-Pero Saga - dijo preocupado Kanon.

-No hay tiempo que perder, tienes que llegar lo antes posible con Athena y evitar que Baal cumpla con las órdenes de Hades. Yo estaré bien, confía en mí por favor.

Luego de un instante de indecisión, Kanon comprendió que esta era pelea de Saga; así que asintió a la orden de su hermano y tomó las escalinatas rumbo a Cáncer corriendo con todas sus energías. Por su parte; Saga buscaba de donde provenía este cosmo.

-Sal de donde quiera que estés cobarde - exclamaba ferozmente - ¡¡Muéstrate!!

Una risa demencial se dejó escuchar por todo el lugar.

-Será como tú digas Caballero de Géminis, o debería decir Saga.

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Nuestro señor Hades está muy decepcionado de ti sabes - dijo la misteriosa voz - tenía plena confianza en que tu lado maligno podría serle de utilidad, pero veo que nos equivocamos al confiar en ti.

-Quiero que m muestres tu identidad - exigió saga comenzado a exasperarse.

-Como gustes, así podrás ver el rostro de quien acabará con tu vida de una buena vez.

-Eso está por verse.

-¡¡Sombra Espectral!!

Saga fue sorprendido por un poderoso rayo oscuro proveniente del cielo, enviándolo directo al suelo, impactando contra la única columna que permanecía en pie, causando que la misma cayese al suelo. Por su parte Saga estaba algo adolorido, pues gracias a su Armadura (aún vistiendo la Sapuri) pudo resistir el impacto.

-Tienes suerte de vestir esa Armadura, de lo contrario estarías muerto - la misteriosa voz se escuchó de nuevo - Debes estar agradecido por la inmensa bondad de nuestro Señor.

-Claro, le estaré agradecido después de tomar su vida - dijo Saga en tono sarcástico a la vez que se incorporaba de nuevo para tomar su posición de ataque.

-¡Basta de Blasfemias! - se escuchó en el viento - ¡Ni en mil años serías capaz de vencer a hades! Y mucho menos un ser insignificante como tu.

-Seré insignificante - dijo Saga - pero tengo el valor de enfrentar a mis enemigos de frente.

-Te arrepentirás de haber dicho eso.

Un rayo de precipito contra la tierra, haciendo una brecha entre Saga y la voz de su adversario, quien abandonó su forma espectral para hacerse presente ante su enemigo. Portaba una Sapuri muy particular, cuyo distintivo eran las alas que portaba en la espalda y sobre su casco. Bajo la lluvia era como una mota de oscuridad, alimentada por el odio de su corazón y poseedor de un cosmo en verdad malvado.

-¿Quién eres tu? - preguntó Saga a su enemigo.

-Yo soy Rhadamanthys uno de los tres jueces del Infierno y el encargado de eliminarte por haber traicionado a nuestro Señor Hades.

-No será tan sencillo acabar conmigo - dijo Saga en tono desafiante.

-El nivel de los Caballeros Dorados es insignificante a comparación de nuestro cosmo (refiriéndose a los jueces del Infierno). Afrodita y Máscara Mortal han pagado el precio de su traición; y ha llegado el tiempo de que tu también lo hagas.

-Afrodita . . . Máscara Mortal . . . - De pronto la mente de Saga fue invadida por turbios recuerdos, imágenes que iban y venían rápidamente. En una de ellas alcanzó a ver como él y los demás Caballeros Dorados muertos en la batalla por las doce casas; todos vistiendo las Sapuris, estaban reunidos con el antiguo Patriarca del santuario, mismo que él asesinó cuando su ser maligno tomó control de su mente. Aparte de ellos, se encontraban los Caballeros de Plata, muertos en combate por Seiya y los demás caballeros del Zodiaco. No entendía muy bien la situación, pero era como si todos estuvieran de acuerdo en un punto. Vio como el antiguo patriarca le extendía la mano, pero antes de que ambos la estrecharan, el recuerdo se esfumó de su mente.

-¿Qué ha sido todo esto? - se preguntaba Saga desviando su atención de Rhadamanthys. - Estas visiones, acaso hay algo que sé pero no puedo recordar.

Esto desesperó al Espectro, quien detestaba ver como no era tomado en cuenta.

-Osas ignorarme, pagarás el precio a tal acto. - El cosmo hostil de Rhadamanthys estaba cobrando fuerza - Conocerás lo que es vivir el Infierno en vida.

-Lo dudo mucho, antes de ello haré sabrás lo que es estar vagando en un lugar donde el tiempo y espacio no existen - Por ningún motivo Saga moriría a manos de un Espectro de Hades, no sin dar pelea. Ambos estaban magnificando su cosmo para liberar sus ataques con gran intensidad. La tierra comenzó a temblar, haciendo que pequeños bloques de roca se levantaran y salieran expulsados del lugar. Saga estaba seguro que no había nadie cerca de ahí, así que podía usar su cosmo con total libertad.

-Estás listo - preguntó Rhadamanthys en forma despectiva.

-Siempre lo he estado - fue la respuesta de Saga.

¡Gran Precaución!

¡Viajarás a otra dimensión!

* * * * * *

Mientras tanto, en la habitación de Athena, Saori pudo sentir como dos grandes energías chocaban estrepitosamente, todo ello proveniente de la Casa de Géminis. Ya antes había sentido como el cosmo de Camus se despedía de ella, y ahora un Espectro más de Hades está combatiendo con uno de sus Caballeros. Era tiempo de tomar decisiones.

Por otro lado, Kanon continuaba su carrera por alcanzar a Baal, quien para ese tiempo había cruzado las Casas de Cáncer y Leo sin mayores dificultades. Cuando Kanon por fin llegó a la Casa de Leo, no pudo encontrar a Aioria. Temiendo lo peor, buscó rastro alguno de su cosmo; hasta que por fin pudo dar con él.

-¡¡Aioria!! - exclamó Kanon al ver que su compañero se encontraba bajo una pila de escombros.

-Si, estoy bien, tan sólo un poco adolorido - dijo vagamente el guardián de Leo.

-Y Baal - preguntó impacientemente Kanon, buscando respuesta.

-Es demasiado poderoso para mi, logró derrotarme con un golpe, aunque me tomo por sorpresa. - Aioria dejó escapar una risa inaudible - Sinceramente si hubiera estado preparado no habría podido hacer nada en su contra.

-Demonios, prometo que no se me escapará.

Entonces, Kanon y Aioria pudieron sentir como un choque de energías estremeció todo el lugar. Kanon estaba más que seguro que eso provenía de la Casa de géminis, en donde su hermana estaba luchando. Al parecer las fuerzas estaban en equilibrio, no obstante, Saga no soportaría por mucho tiempo. Antes de que Kanon pudiera levantarse y dar marcha atrás para ir en socorro de su hermano, Aioria lo detuvo.

-Debes confiar en Saga.

-Pero no podrá vencer, está muy débil a consecuencia de su batalla contra Camus y Shura - dijo con tristeza este último.

-Saga es un Caballero que jamás se rendirá fácilmente sin antes pelear - dijo Aioria - lo demostró antes de morir en la batalla de las Doce Casas y estoy seguro que lo hará de nuevo.

-Aioria.

-Además debemos impedir a toda costa que Baal llegue con Athena.

-Tienes razón.

-Saga podrá con esto solo. - dijo el león dorado tratando de animar a su compañero.

-Debo confiar en que así será - respondió Kanon.

-De acuerdo, en marcha.

Aioria parecía estar mejor, dándole a Kanon la confianza que necesitaba para seguir con su empresa. Ambos salieron corriendo a toda prisa de la Casa de Leo; o más bien de lo que quedaba de ella. La copiosa lluvia no les dejaba ir tan rápido como ellos deseaban, más no era obstáculo para que su carrera continuase. Camino a Virgo, Aioria iba pensando en la batalla entre Saga y Rhadamanthys - "Buena suerte Saga"

* * * * * *

La luz que prosiguió a la colisión entre ambos ataques cubrió por completo los dominios de Géminis. Rhadamanthys observaba todo esto desde que campo de fuerza que protegía su cuerpo. Era evidente la confianza que tenía en si mismo de haber derrotado a Saga.

-Lástima, en realidad era un sujeto con cualidades dignas de un Espectro.

-Mi alma no le pertenece y nunca le pertenecerá a un Dios maligno como Hades.

-¿Qué demonios? - dijo sorprendido Rhadamanthys - No es posible que estés vivo.

En efecto, quien habló fue Saga, quien cubría su rostro con ambos brazos (postura que siempre le ha salvado la vida). Nuevamente la Sapuri salvó la vida de Saga.

-Maldito seas, acaso eres especial.- preguntó muy molesto el espectro.

-Mi deber es proteger a la Diosa Athena a toda costa, así que no puedo morir en este momento. - respondió con determinación Saga. Rhadamanthys sólo rió.

-Un gusano con aires de grandeza, eso es lo que eres nada más. Tu vida le pertenece a nuestro amo y Señor. - Rhadamanthys estaba furioso al ver que la vida de Saga no se había consumado con su Gran Precaución.

-Te demostraré mi poder.

Saga recuperó su posición de ataque, desafiando con su mirada a un exasperado Rhadamanthys, quien no estaba dispuesto a dejarse ganar por un Caballero Dorado. Súbitamente el clima sobre ellos dejó de ser húmedo, como si la lluvia hiciera una pequeña pausa sobre la Casa de Géminis. Esto no era posible sin la intervención de una fuerza mayor. Fue entonces cuando Saga sintió como su cuerpo era detenido por una extraña esencia que se esparcía por el ambiente. Sus brazos y piernas estaban inmóviles, de igual manera su vista comenzaba a fallarle. Saga se preguntaba si Rhadamanthys era el culpable de lo que estaba pasando, más se equivocaba puesto que el espectro también estaba sorprendido por estos hechos.

-Maestro, por favor déjenos a este traidor.

-Permita que acabemos con él.

-No lo decepcionaremos.

Tres figuras cubiertas por capuchas aparecieron frente a Saga, dándole la espalda a Rhadamanthys, quien los vio con satisfacción.

-Debí imaginar que se trataba de ustedes. - dijo Rhadamanthys al ver a los individuos, que al ser reconocidos por él, revelaron sus identidades. Eran Deep Niobe, Giganto de Cíclope y Raimi de Gusano.

-Creo que no tendré que ensuciarme la manos contigo - fue la frase tajante que pronunció Rhadamanthys al ver que sus compañeros serían suficientes para derrotar a Saga. Este trataba de moverse, pero le era imposible.

-Cualquier esfuerzo que hagas es en vano - dijo Niobe - has sido envuelto por mi Deep Fragance, paulatinamente tu cuerpo dejará de responderte, hasta que llegues de una manera dolorosa y profunda a la muerte.

-Pero como deseamos que esperes tanto tiempo para morir, nosotros te golpearemos para ayudarte - exclamó Giganto a la vez que asestaba un fuerte puñetazo en el pecho de Saga, quien no pudo devolverle el ataque.

-Oigan, no acaparen toda la diversión para ustedes.

-Esta bien Raimi, tienes derecho a golpearle.

-Será todo un placer. - El espectro extendió sus brazos para poder ejecutar su técnica. - ¡¡Atadura de Lombriz!!

Dicho esto varios tentáculos de lombriz salieron de la tierra, apresando a un ya inmóvil Saga; haciendo que cualquier movimiento escaso se detuviera por completo. De esta forma los espectros tenían vía libre para golpear a Saga, quien no daría resistencia. Giganto envestía con su Golpe Sísmico, una y otra vez. Mientras que Niobe aumentaba la esencia del Deep Fragance; Raimi se aseguraba que sus tentáculos no soltaran a su presa. El dolor era evidente, lágrimas resbalaban por el rostro del Caballero de Géminis; quien poco a poco estaba perdiendo los cinco sentidos. Primero el gusto, a continuación el olfato; el siguiente fue la vista. Antes de que perdiera el sentido del oído, Rhadamanthys ordenó a los espectros que detuvieran su ataque.

-Bien, creo que el tiempo de tu muerte esta próximo Saga.

-Me puede dar el privilegio maestro - suplicó Giganto.

-Espera, al menos antes de morir merece saber el motivo por el cual Hades confió en él.

-Si señor.

Raimi levantó los tentáculos que sostenían a Saga por el cuello, para que este estuviera de frente a su maestro, no importando que Géminis haya perdido la vista.

-Por un momento Hades pensó que el cosmo maligno que en tu corazón habitó alguna vez podía despertar si él te daba nueva vida - dijo Rhadamanthys fríamente - pero al parecer nos equivocamos contigo.

En el rostro de Saga no se alcanzaba a ver reacción alguno, puesto que su sentido del oído se había ido; quedándole únicamente el tanto. Los demás espectros se mofaron de estado tan deplorable en el cual se hallaba su enemigo.

-Creo que no lo escuchó Señor Rhadamanthys.

-No, al parecer su vida está al borde de extinguirse. Hagan lo que se les plazca.

-Gracias su señoría - Giganto hizo crujir sus nudillos, preparándose para asestar el golpe final. El quinto y último sentido de Saga se esfumaba en ese momento, era mejor de esa forma, así no sentiría más dolor. Sólo le quedaba su cosmo, una tímida flama que estaba perdiendo su brillo. El esfuerzo de Camus y Shura se desvanecía como el cosmo desminuía su intensidad. El Reloj de Fuego que ardía en lo alto del Monte Lumir hacía ver que la llama en la Casa de Cáncer estaba por apagarse.

-Te irás junto con el último destello del reloj - Giganto levantó lo más alto que pudo su brazo derecho, para luego abalanzarse a toda velocidad directo a Saga.

-Vete al Infierno - ¡¡Golpe Sísmico!!

-¡¡¡Athena!!! - el cosmo de Saga dio un grito desesperado que reverberó en todo el Santuario. Saori pudo escuchar con claridad la exclamación de dolor por parte de Saga.

-Hasta nunca Caballero de Athena.

El puño de Giganto atravesó por completo la Sapuri de Géminis, penetrando en su cuerpo. Su mirada se tornó blanca, diluyendo el suave color de sus pupilas en el dolor y agonía de quien vive sus últimos momentos de vida. Esto hizo sonreír a Rhadamanthys, quien disfrutaba aquella escena, sin embargo.

-Pero que rayos.

-¿Qué sucede Giganto? - preguntó Raimi al escuchar las exclamaciones de su camarada.

-No puedo sacar mi puño de su cuerpo, es como si algo en su interior me detuviera.

-Te ayudará.

Cuando Raimi se disponía a soltar los tentáculos que sujetaban a Saga le fue imposible hacerlo. Estaban adheridos a él, como una mosca atrapada en una telaraña. Para sorpresa de ambos podían escuchar un sonido; el corazón de Saga aún latía.

-Es imposible, este hombre no ha muerto.

-No puede ser, mi Deep Fragance tuvo que acabar con su patética existencia - dijo sorprendido Niobe al corroborar lo que Giganto y Raimi dijeron.

"Ustedes tres vendrán conmigo"

-Esta voz, no me digas que él . . - Rhadamanthys observaba estupefacto como la cosmoenergìa de Saga aumentaba a cada segundo, trascendiendo el poder conocido de un Caballero Dorado. El calor de su comos quemó por completo los tentáculos que Raimi manipulaba, quemando a este último. El aura de Géminis siguió expandiéndose hasta que alcanzó a sus tres victimarios.

"Lo siento mucho, Shura, Camus, no puedo proteger a Athena . . . adiós hermano"

Por un breve instante el cosmos de Saga fue superior al de un Dios, maximizando cada molécula de su cuerpo y convirtiéndola en energía pura. Los cuerpos de Giganto, Niobe y Raimi fueron consumidos por la tremenda cantidad de energía que emanó del cuerpo de Saga. Este rayo se extendió hasta el infinito, formando una columna de luz que cegó por completo a Rhadamanthys.

Kanon y Aioria detuvieron su marcha a medio camino de Virgo, ya que ambos sintieron como el cosmo de Saga les decía adiós. Mu, Aldebarán y los demás Caballeros Dorados junto con Athena lograron percibir como aquel comos tan poderoso elevarse hasta el cielo para luego desvanecerse en la infinidad de la noche.

-¡¡Saga!! - fue lo único que Kanon pudo gritar ante la inevitable verdad. Saga había muerto.

El fuego de la Casa de Cáncer desaparecía en el Reloj, de igual forma la vida de Saga se había extinguido, llevándose con él a tres Espectros, tres espectros que no harían daño a Athena. Rhadamanthys tomó entre sus manos las cenizas que dejó la consumación del cosmos, arrojándola luego al aire húmedo.

-Tanto era tu orgullo . . . - luego de esto Rhadamanthys desapareció.

La lluvia arreció sobre el Santuario, al parecer el cielo estaba conciente de la profunda tristeza que había en la Tierra, pues otra vida había sido consumada por las ambiciones de un Dios.

Continuará.

Quizás parece algo excesivo, pero nada, absolutamente nada en este mundo ocurre sin algún motivo. Sigan pendientes de esta historia, porque este es tan sólo el principio.

Cualquier duda, sugerencia o comentario puede hacer el fanfiction.net (Si!!); en el Foro de Pkmn (www.pkmncgforos.cjb.net) o bien a mi correo electrónico (delcompa@hotmail.com).

Este no es el fin, claro que no . . .