Corazón de Caballero Por Syaoran Li

Capítulo 5: Todos somos Caballeros de Athena

"Después de 243 años de espera, lo único que nos es útil es el cosmos. Hay
que arderlo hasta el infinito para poder vencer"

En el Santuario de Athena una nueva batalla de Mil Días está próxima a dar inicio. Maestro y discípulo se verán las caras, luchando por diferentes causas, en diferentes bandos . . . pero en busca de sus principios. Mu no recordaba cuan difícil era el entrenamiento que llevó con su maestro durante los seis años que le tomó convertirse en el Guardián de Aries. En aquel tiempo el cosmos de su maestro era cálido, bondadoso y sin rastros de maldad; pero ahora . . . las cosas eran distintas. Rápidamente un recuerdo fugaz atravesó su mente, años atrás, cuando llegó proveniente de Jamiel siendo acogido por Shion . . .

*** 15 años atrás ***

Es posible ver como un niño de más o menos 6 años es golpeado con fuerza por un sujeto mucho mayor; haciendo que el pequeñuelo retrocediera dolorosamente con una herida superficial en su rostro.

-Que sucede Mu, si continuas evadiéndome no podrás hacerme daño.

-A mi no me agrada la violencia - decía el pequeño con lágrimas en su rostro.

-Y entonces . . . ¿a qué has venido? Si no te defiendes no podrás ser digno de convertirte en un Caballero que defienda a la Diosa Athena.

-Pero yo . . . - el chico era intimidado por su propio miedo e inseguridad.

-Entiendo lo que sientes, pero si no luchas no podrás defenderte o defender a las personas que más quieres en este mundo . . . estoy seguro que esa es una de las razones por las cuales has venido si no me equivoco.

Su maestro estaba en lo correcto; Mu era el mayor de seis hermanos. Después de que sus padres murieron, fueron recibidos en un monasterio en las montañas entre la India y Chica. Cuanto la oportunidad de ir al Santuario y ser recibido como aprendiz de Caballero se presentó él no dudó en tomarla. Gracias a la piscoquinesis heredada de su padre, pudo optar a ser instruido por Shion; actual Patriarca del Santuario y Caballero Dorado protegido por el Signo de Aries. Estaba consiente de los sacrificios que eran necesarios hacer para convertirse en caballero, más no estaba seguro de estar preparado para hacerlos.

-Debes despertar a esa energía cósmica que llevas en tu interior Mu . . . - sobre la palma de Shion se hallaba una esfera de energía de gran intensidad. Brillaba como las estrellas en el cielo y su calor era indescriptible.

-Todo ser humano posee su propio cosmos, no importa cuan pequeño sea este es posible hacerlo arder hasta el infinito . . . - en un instante la pequeña bola de luz se elevó hasta el cielo y luego desapareció - . . . pero primero debes saber como despertarlo, como hacerle arder hasta el máximo y su vez poder controlarlo, ¿lo has entendido Mu?

-Claro.

-¿Estás dispuesto a seguir con el entrenamiento?

-Daré lo mejor de mí, porque quiero ser un Caballero de Athena, que proteja el amor y la justicia en este mundo.

-Tienes el espíritu y corazón requeridos, sólo te falta hallar tu cosmo.

-Gracias . . . .

******

Era tiempo de olvidar aquellos recuerdos, su enemigo estaba ahí, esperándolo.

-¡Vamos Mu! Hazme sentir orgulloso de ti.

-Si así deben ser las cosas . . . prepárate.

Dos gritos se hicieron escuchar por todo lo alto.

¡¡Revolución de Polvo Estelar!!

*****

-¿Qué ha sido este estruendo?

En viejo Maestro se hallaba sentado frente a la cascada en las Cinco Viejas montañas. Había sentido como dos cosmoenergías se elevaban al infinito para luego chocar violentamente hasta esfumarse. Era señal inequívoca de que sus presentimientos eran correctos; Hades ha regresado junto a su ejército de Espectros y algunos aliados más. Por unos momentos la vista del antiguo caballero de Libra estuvo fija en las estrellas, especialmente en las que daban forma a su constelación.

-El tiempo ha llegado.

-¿Qué tiempo maestro?

-Shiryu.

-Tiene algo que ver con lo que sucede en este momento allá en el santuario.

-Me temo que si.

-Eso me temía.

-Shiryu, por primera vez debo pedirte que no levantes tus puños.

-¿A qué se refiere?

-Esta vez tu y tus amigos no combatirán en esta nueva Guerra Santa.

Después de unos segundos de sepulcral silencio, Shiryu respondió.

-Me temo que tendré que desobedecerle por primera vez Maestro. Yo soy un Caballero de Athena y lucharé por ella hasta el final.

-Lo lamento tanto.

-Por qué lo dice.

-Perdóname por lo que haré.

Rápido como el viento que surca los cielos de la hermosa Cascada de Rozan; el maestro propinó un certero golpe al cuerpo de Shiryu quien se desplomó abatido por la tremenda fuerza del impacto.

-Maestro . . . ¿por qué? - fueron las últimas palabras que Shiryu fue capaz de pronunciar antes de perder la conciencia.

-Porque son los deseos de Athena - dijo su maestro con lágrimas brotando de sus ojos - además es tiempo de que los Caballeros Dorados tomemos nuestra responsabilidad y hagamos algo. Lo siento mucho Shiryu.

Tras una cortina de humo, el maestro desapareció sin dejar rastro alguno. El silencio se apoderó nuevamente de aquel lugar. El corazón de Shiryu no entendía los motivos, no entendía el por qué Athena los deseaba lejos.

-Athena . . .

-¡¡Shiryu!!

En la Mansión Kido se encontraban Seiya, Shun y Hyoga. Habían regresado de Siberia, ya que Hyoga visitó la tumba de su madre. Que importaba si Camus había hundido el Barco en la profundidad del océano, Hyoga tenía el poder para alcanzarle. El viaje fue muy agotador para todos, especialmente para Shun, que en constantes ocasiones sufría de pesadillas en las que miraba impotente como sus amigos eran derrotados y posteriormente asesinados por oscuras sombras de cosmoenergías terribles. En esta ocasión lo que despertó a Shun fue sentir como Shiryu apagaba su cosmo por un breve instante. Su grito despertó a Seiya y Hyoga.

-Ocurre algo malo - preguntaba Seiya sacudiéndose el poco sueño que le quedaba.

-¿De nuevo pesadillas? - dijo Hyoga un poco molesto por el estruendo.

-No es nada importante, por un momento sentí como si el cosmo de Shiryu se hubiese apagado.

-Que extraño, también yo lo sentí.

-Y yo - añadió Seiya.

-Algo muy extraño está sucediendo aquí - murmuró Hyoga, al percatar la mirada de sus compañeros.

Antes de que alguien dijera algo más, un escalofrío recorrió sus cuerpos. Fue ahí cuando sintieron como dos grandes cosmoenergías chocaban hasta que se desvanecían en el infinito.

-Eso vino desde el Santuario.

-¿Qué está ocurriendo?

-No tengo idea amigos, pero de lo que si estoy seguro es que es nuestro deber en averiguarlo.

Shun y Hyoga asintieron con la cabeza a las palabras de Seiya. Era cierto que fueron advertidos por Saori gracias al mensaje que Tatsumi les entregó cuando regresaron. En él decía les quedaba prohibido acercarse al Santuario. Ellos sin comprenderlo dejaron pasar la advertencia. Tendrían que desobedecerla ahora.

-Lo siento Saori, pero no podemos quedarnos aquí con los brazos cruzados.

-En marcha amigos.

-Si.

Tomando sus armaduras, los tres caballeros de Bronce abandonaron la mansión Kido con un solo objetivo en mente; llegar al santuario lo más rápido posible. Pero no sospechaban que alguien observaba cada pasa que daban.

"Acaso quieren desobedecer las órdenes de Athena, si es así no me queda otra alternativa que detenerlos"

*****

-La Casa de Virgo está un poco más adelante.

-Seguro Shaka habrá detenido a Baal.

-Es posible Kanon, pero por otro lado no he sentido el cosmo de Shaka arder.

-¿Qué estará pasando en ese lugar?

-Sólo hay una manera de averiguarlo, ¡apresúrate!

-Si.

Aioria y Kanon, quienes aún no se percataron del encuentro entre Mu y Shion, seguían corriendo a la Casa de Virgo para ayudar en lo que fuese necesario a Shaka con tal de evitar que Baal, otro espectro de Hades, continuara su paso libre por las Doce Casas. La lluvia, que hasta ese momento fue su acompañante comenzaba a ceder, dejando el camino libre para que los rayos de la Luna Llena penetraran a través de las nubes. Con la respiración entrecortada lograron llegar a la sexta casa, casa de Virgo. Lo extraño es que no se percibía presencia alguna, ya fuese de Baal o del mismo Shaka. Esto dejó desconcertados a los recién llegados.

-¿Dónde están Shaka y Baal?

-Es como si la tierra se los hubiera tragado.

-A no ser que . . .

-En qué piensas Aioria.

-Espera un segundo y lo verás.

El Caballero de Leo apuntó su dedo hacia el frente, listo para atacar. Con un ligero movimiento un diminuto rayo de luz salió de su mano en dirección recta. Para asombro de Kanon este chocó contra el aire, o eso fue lo que sus ojos alcanzaron a ver.

-Como lo pensé - dijo Aioria - Shaka está utilizando una especia de campo capaz de no permitir que nada ni nadie salga de él, y eso incluye sus presencias y cosmoenergías pero ¿por qué haría algo semejante?

-Eso es porque Shaka no quiere que Baal escape de sus manos - sugirió Kanon al verse envueltos en tal predicamento.

-O talvez . . . Shaka ha decidido . . . no puede ser.

-Aioria . . . no me digas que Shaka quiere . . . . no, no permitiré que eso suceda.

-Es inevitable Kanon.

-Por supuesto que no lo es. Somos Caballeros Dorados y estoy seguro que podremos vencerlo.

-Shaka ha tomado una decisión y no podemos contradecirlo.

-Me niego rotundamente a eso.

-¿Qué piensas hacer? - preguntó Aioria al ver la determinación de su camarada.

-Lo obvio, no dejaré que Shaka pelee solo; no permitiré que otra vida sea tomada en nombre de Hades. Haré lo que esté en mis manos para impedir que eso suceda.

-En ese caso . . . . - Aioria dio un paso al frente para quedar a la par de Kanon - no veo otro camino que el de ayudarte.

Esta respuesta tomó por sorpresa a Kanon, quien agradeció el gesto de Aioria. Ambos fijaron su vista al frente, concientes del campo impuesto por Shaka. Fuese como fuese tenían que entrar en él. Lo intentarían con todo.

¡Explosión de Galaxias! - ¡Plasma Relámpago!

"Espéranos Shaka, elévate cosmos"

*****

Milo en Escorpión y Aldebarán rumbo a Leo eran incapaces de hacer algo al respecto. Estaban concientes de la explosión del cosmos entre Mu y su maestro y a la vez la decisión tomada por Shaka. Hasta este momento ellos no han sido de gran ayuda en esta batalla, dejando esta pesada losa sobre sus compañeros. El deseo que sentían era irrelevante, puesto que no estaban haciendo nada

-¡Maldita sea! - exclamó Milo a las afueras de su casa - No puedo estar aquí sin hacer nada; yo también soy un Caballero de Athena y no permitiré que todos sigan luchando mientras no hago nada al respecto.

Así comenzó a bajar los escalones rumbo a Libra, conciente de que la mayor batalla se estaba librando en Virgo. Antes de que siguiera con su camino un cosmo llamó a su mente.

-¡Milo! Espera un momento.

-Aldebarán, ¿por qué me detienes?

-No puedes abandonar tu puesto - refutó Tauro - por si no lo sabes hay más espectros infiltrados en el Santuario, por ningún motivos debes permitir que pasen más allá de Escorpión.

-Que me dices tu, en este momento no estás defendiendo tu casa.

-Me da vergüenza admitir eso, pero ya que he sido superado no me queda más remedio que enmendar mis errores e in en busca de ellos . . . es por eso que te pido, permanece en tu guardia hasta que sea el momento indicado. Además . . .

-¿Además . . .?

-Tú eres el último obstáculo que les impide llegar a los espectros al Templo de Athena.

-Entiendo.

-Te lo pido por favor; protege a la princesa Athena.

-Por que dices eso, es acaso que tu . . .

-No te has dado cuenta Milo - Aldebarán se hallada en la entrada a Leo, hablando directamente al cosmos de Milo - esta batalla es demasiado grande y es muy posible que todos . . . ya lo sabes.

-De acuerdo - respondió Milo al ver que Tauro estaba en lo correcto.

-Pase lo que pase no dejes que nada malo le suceda.

-No te preocupes, antes de ello daré mi vida amigo.

-Sabía que dirías eso.

Una ligera sonrisa se dibujó en ambos.

-Todavía sigues ahí, apresúrate Milo

-Nos veremos pronto.

-Así será . . . . aunque quizás ya no sea en este mundo.

Ahora los dos se encontraban corriendo; Aldebarán rumbo a Virgo y Milo en dirección a Sagitario. No había marcha atrás, ese era el destino que como Caballeros de Athena debían asumir. Después de 243 años de calma; la Tierra volvería a estremecerse por una nueva Guerra Santa, en la que seguramente ellos morirían.

*****

En el Inframundo, Rhadamanthys estaba conciente de la traición cometida por los otros Caballeros Dorados, pero aún debía acabar con Saga y los demás para poder ir al Santuario y acabar personalmente con la vida de Athena. Baal era fuerte, pero seguramente sería derrotado por los Caballeros Dorados restantes . . . así que debía terminar rápido con su pelea. La Gran Precaución lanzada contra sus adversarios los aturdió un poco más ya no era efectivo sobe ellos.

-¡Maldición! Es acaso que ustedes tienen nueve vidas.

-Algo parecido - dijo en tono burlón Shura.

-No podemos renunciar hasta que acabemos con las ambiciones de Hades - añadió Saga.

-Y ni tu ni nadie podrá impedírnoslo.

-Ahora es nuestro turno de atacar, ¿listos? - preguntó Camus.

-Que importa si sólo uno llega a sobrevivir a nuestra mortal batalla.

-Ese uno podrá proteger a nuestra Diosa Athena, porque habrá sido el más fuerte.

-Y podremos confiar en él.

Los tres Caballeros encendieron su cosmos; era evidente que los tres habían alcanzado la Conciencia Araya, maximizando su energía y esencias para lograrlo. Por un instante Rhadamanthys retrocedió ante tal poder, retomando su postura rápidamente. La duda parecía apoderarse de su mente.

"Es acaso posible pensar que ellos sean capaces de vencerme" se decía a si mismo el espectro "No . . . son tonterías, yo que soy uno de los tres jueces del Infierno no puedo ser derrotado por tres alfeñiques resucitados por la grandeza de nuestro señor y que ahora lo han traicionado, pero por otro lado después de recibir mi ataque una y otra vez no han caído, al contrario se levantan con mucha más fuerza . . . no puedo dejar que eso suceda" - Rhadamanthys salió de su iqueño trance justo a tiempo para ver como Saga, Shura y Camus lanzaban sus más poderosos ataques.

¡Rayo de Aurora!

¡Scalibur!

¡Explosión de Galaxias!

Los ataques pasaban junto a Rhadamanthys como ráfagas de viento incapaces de hacerle dar un paso atrás. Ante esto el espectro comenzó a reír.

-Ilusos, que no entienden que sus patéticos trucos no tienen efecto alguno en contra mía.

-Mientras sigamos creyendo en nuestros ideales.

-Y la esperanza sea grande en este mundo.

-Nuestro comos será capaz de engrandecerse llegando hasta el infinito.

-Pero que demonios . . .

Los torbellinos ocasionados por las técnicas de los Caballeros Dorados cobraban más fuerza conforme el tiempo avanzaba. Rhadamanthys sentía como el frío de Camus congelaba su armadura, así como la sagrada espada de Shura sesgaba su piel dejando en ella cortes finos; mientras que Saga lo castigaba con la intensidad con la que los asteroides chocan en el espacio, justo como sucedió al crearse el Universo. Los tres Caballeros Dorados gritaron al unísono.

¡¡Esto es por Athena, porque todos somos Caballeros de Athena!!

-No puede ser . . .

Continuará.

Los Caballeros de Athena están dispuestos a pagar el precio más alto para protegerla, así como lo hicieron Afrodita y Máscara Mortal. ¿qué nos espera en esta historia? ¿llegarán Seiya y los otros caballeros de Bronce ser parte importante de esta historia? ¿podrán Kanon y Aioria llegar a tiempo con Shaka? Esto y más dentro de muy poco.

Cualquier duda, sugerencia o comentario puede hacer el fanfiction.net (Si!!); en el Foro de Pkmn Crystal Gym (www.pkmncgforos.cjb.net) o bien a mi correo electrónico (delcompa@hotmail.com).

Hasta la vista guerrero.