Advertencia: Este capítulo no contiene violencia, ni siquiera referencias
duras. Es posible que no agrade, pero ni modo. Este lo hice lo más rápido
que pude pues estoy ansioso de empezar el siguiente fic. Re recomienda leer
los comentarios al final del mismo.
Rurouni Kenshin no es mío, no me pertenece y francamente ni lo quiero debido a montones de problemas legales que tendría que lidiar. Yo solo lo uso, reuso, deformo, corrompo y transformo para darle gusto a mi imaginación torcida.
Este es el último capitulo de Asesino, así que deben, en serio DEBEN leer las otras para entenderle a la siguiente parte.
Este capítulo está patrocinado por.... NERV. "God in his heaven, all right in the world"
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Asesino
Capitulo 5 "Misión y vida"
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Hasta Superman necesita de un Clark Kent.
Varias Shinais cortaron el aire al mismo tiempo. Un grupo de 2 docenas de niños no mayores de 11 años gritaron simultáneamente a la respuesta de la orden de su sensei.
Este, a su vez, caminaba entre los espacios de ellos para corregir esta postura, felicitar este otro movimiento, dar otra orden. Afuera, un asesino practicaba sus golpes mortales sin entrometerse en la clase.
Kenshin Himura estaba tranquilo. Aunque Battousai no lo dejaba solo, y en ocasiones lo amenazaba, en esta ocasión no lo estaba molestando. Solo se dedicaba a mover la espada para un lado al otro sin entrometerse en la clase. Después de todo, los dos vivían de eso.
Los Dos. Eso podía parecer extraño para cualquiera. Debido a que Kenshin y Battousai eran la misma persona. Sin embargo eran a la vez, lo que son las cosas, personalidades completamente distintas. Battousai era un asesino frió y generalmente cruel, incluso con sus amigos; Kenshin en si, era una persona tranquila, siempre torturado por a culpa de los crímenes que su alter ego cometía.
Pero, hasta Spiderman necesita de un Peter Parker.
En ocasiones Battousai lo retaba a pelear mientras estaba en clases. O amenazaba con su espada a alguno de los alumnos. O llenaba de sangre el dojo, solo para verlo sufrir. En esas ocasiones Kenshin necesitaba de toda su voluntada para no caer en las trampas del asesino y seguir con su lección, Cuando terminaba, estaba mas cansado que sus alumnos.
Pero este día, después de la noche con Megumi, Kenshin se encontró con un sentido de tranquilidad que hacia mucho que no tenía. Con una resolución firme de defenderse. Y por lo visto Battousai lo sabía, debido a que no había osado interrumpir su clase.
- Sensei Himura. – Llamó uno de los niños. – Se siente bien.
Kenshin parpadeó varias veces para darse cuenta que, estando tan entretenido observando las prácticas de Battousai, se había olvidado de dar las siguientes instrucciones.
- Eh! ¡A sí! Prepárense para combates.
Todos los estudiantes se arrodillaron formando un cuadrado y Kenshin se sacó a Battousai de la mente. Empezó a llamarlos por parejas para enfrentar a sus alumnos.
La siguiente media hora fue mas rápido de lo normal y satisfecho de los resultados y el avance de los niños, concluyó la clase. Sin embargo antes de que todos se retiraran, Kenshin separó a los mejores de ellos para hacerles un anuncio.
- Chicos, recuerden que dentro de un mes es el torneo de Kendo, por lo que deben de echarle más ganas a su entrenamiento si es que quieren ganar de nuevo. La próxima semana organizaremos sesiones especiales los sábados. ¿De acuerdo?
Asintieron y finalmente se retiraron.
El Estilo X, para muchos un nombre risible, era tremendamente poderoso, aunque solo lo practican niños de 10 a 12 años. La variación al estilo Hiten Mitsurugi era demasiada, pero varias técnicas eran las mismas. Posiblemente la única decisión de Kenshin que Battousai apoyaba (eso sí, primero muerto que admitirlo).
Era extraño. Pensaba Kenshin. Ayer, su alter ego planeaba una nueva tarde de torturas. De hecho así lo hizo. Y donde normalmente debería sentirse derrotado y fatalista, veía el cielo y disfrutaba de su color. Sin prestar atención de Battousai, quien no detenía sus practicas, se fue a la cocina a preparar algo de té.
Ayame no vendía este día. Después de todo solo lo hace una vez a la semana. La joven enviada por Hiko para asear su casa, una de las pocas personas respetadas por el asesino. Después de todo, ella evitaba que viviera en un chiquero.
A estas alturas cualquiera podía pensar en que clase de vida estaba sumergido Kenshin. ¿No se supone acaso que era torturado por un demonio interno y por la conciencia marcada debido a orgías de asesinatos de los que era culpable.
Así era.
Sin embargo, el terror, la tristeza y la culpa no podían estar despierta todo el día, todos los días. Aun conservaba esa parte, aunque pequeña, de felicidad que era su carácter habitual. Después de la noche anterior se dio cuenta que esa felicidad no moría mientras él no lo quisiera. Esa perspectiva le daba nuevos bríos. Los suficientes como para mantener a Battousai a la raya.
Se arrodilló en el corredor que daba al jardín, con una bandeja frente de él y 2 tazas llenas de té caliente. Un pequeño plato con bocadillos complementaban el refrigerio. Battousai detuvo su practica y se colocó en una posición de Gatotsu, en una obvia intención de atacar.
Kenshin levantó su taza, tratando de ignorar el ataque. Cerró sus ojos mientras degustaba el té verde. Al abrirlos, la punta de la espada de Battousai estaba cerca de su cuello.
- ¿No te cansas de estar molestando? – Preguntó de forma tranquila mientras bajaba la taza. Battousai lo observaba fijamente con sus ojos dorados. – Porque yo si. En estar aguantándote.
Tomó la punta con sus dedos y la alejó. Battousai sonrió de forma despreciativa mientras guardaba la katana. Se acercó y tomó la otra taza y bebió el té de un golpe.
- Esto no se acaba. – Declaró antes de desaparecer en el dojo.
Kenshin suspiró. Evitando que su mente viajara por el tempestuoso camino del tétrico pasado. En vez de eso, intentó dejar que el aroma del té inundara su nariz, mientras comía una de las galletas.
Sintió el Ki de una persona pararse en el techo.
- Himura. ¿Dónde te has metido? – Gritaba una joven voz desde el techo. Al poco tiempo, con un salto atlético una jovencita de uniforme aterrizaba en el jardín, justo enfrente de él.
Misao Makimachi era, con derecho, el miembro activo del Shinsengumi más joven de todos. Específicamente en la división de los Onnis. El servicio de inteligencia del Shinsen. De hecho era una parte importante de ello.
A sus 17 años, tenía una vasta experiencia y habilidad como hacker. Desde su habitación en el Aoia, restaurante de los Onnis, obtenía prácticamente cualquier tipo de información del mundo mediante en internet, clasificada o no.
En apariencia, parecía de 14 años. Era pequeña, delgada y con unos intensos ojos verdes y cabello largo, acomodado en una trenza larga. Al verla de esa forma, Kenshin no podia culpar el encanto que ejercía en el cubo de hielo Aoshi.
- Buenas tardes señorita Misao. Gusta una taza de te.
Misao negó, moviendo la cabeza.
- Muchas gracias Himura, pero solo pasé para darte este recado. El Gran Jefe pide que te reportes con él esta noche. En una exposición de arte en la galería Shitamachi a las 2200 horas.
Por el rabillo del ojo, Kenshin vio como Battousai se asomaba por el dojo para oír la orden.
- ¿En serio? – Preguntó este.
- Bueno, específicamente dijo: "Dile a mi Baka Deshi que se reporte en la galería esta noche" Pero la hora te la digo por si acaso.
Battousai sonrió.
- Muchas gracias señorita Misao. Estaré allí cuanto antes.
- Bueno, ya dije lo que tenía que decir. Me retiro. Mi Aoshi-sama me espera – Dijo en un tono , meloso, con estrellas, flores y corazones en los ojos. Simplemente para desaparecer saltando por los techos de la zona.
Kenshin se sirvió mas té mientras deseaba mentalmente suerte al Cubo-de- Hielo y a la comadreja. Descontando la diferencia de edades, hacían una pareja bastante bonita.
No podía culpar a Aoshi. Esa niña tenía algo que cautivaba, incluso a Saito. No tanto el deseo de tenerla, sino de protegerla.
Era su inocencia.
Sus ojos vivos y radiantes eran los de una persona que nunca ha tenido que matar. Alguien cuyas manos no han sido manchadas por la sangre de otros. Eso hacía que todos la mantuvieran lejos de la linea de fuego. En otras palabras, era la mas normal de todo el grupo de locos que integraban la defensa de Kyoto en contra del Jupongatana.
- Interesante. – Dijo Battousai mientras se arrodillaba junto a Himura y tomaba su taza de té. – Me pregunto que querrá ahora...
Kenshin no contestó. Pero temía que el tema de la conversación de esta noche, tenía que ver mas con la muerte que con la vida.
Y se estaba hastiando de eso.
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El Shinsengumi surgió de los restos de la organización Chosu. Y aunque sus propósitos seguían siendo los mismos, los métodos diferían ligeramente.
Años atrás, durante la gran confrontación entre el Bakufu y el Chosu, facciones de mafias que perseguían el dominio de Japón, surgió un líder. Katsura Kogoro, quien dirigió al Chosu por un rumbo ligeramente mas legal. Eso le dio ventajas sobre los Tokugawa. Sin embargo la parte criminal del Chosu, una vez que ganaron "El bakumatsu" cayó bajo la influencia de uno de los asesinos clandestinos del Chosu: Makoto Shishio.
Este, en vez de deshacerse de esos contactos criminales, los absorbió y formó una nueva organización, con todo el poder y recursos que Katsura había deseado eliminar. De esa forma el Jupongatana, hacia 5 años eliminó cualquier vestigio del Chosu, incluido a su líder principal. Hiko, en aquel entonces deseó que Kenshin peleara en contra de Shishio, aquel día cuando fue a su casa. Pero al negarse, Shishio lo buscó, desatando una ola de asesinatos que culminaron con la muerte de Tomoe y Yahiko.
Hiko se encargó de reagrupar a los restantes Ishinshishi (osea las tropas del Chosu) y con la ayuda de Hijikata formó al Shinsengumi.
Aprendiendo de los errores del Chosu, cada miembro del Shinsen poseía un trabajo bien remunerado (gracias a las influencias de amistad que ellos tenían) y evitaban meterse con los Yakuza u obtener ingresos de forma ilegal. De esa forma no eran una organización criminal. Eran mas bien un grupo de hombres con un ideal, los cuales tenían que pasar por encima de la ley. Ese ideal era "Por el bien de Kyoto"
Sin importar los sacrificios.
De esa forma, cada miembro se dedicaba a algo. Saito Hajime, como jefe de detectives del distrito 3 de Kyoto.
Hasta Punisher necesita de un Frank Castel*
Aoshi Shinomori, Okashira de los Onnis era propietario de una cadena exitosa de restaurantes a lo largo de Japón. Extendiendo la red de inteligencia por todas partes.
Hasta los Avengers necesitan de un Tonny Stark.
Y en el caso de Hiko, siendo la cabeza de la organización y poseedor de talentos superiores a los seres humanos (o al menos eso decía él), tenía a Kakunoshin Niitsu, el más grande artista que Japón había visto nacer en los últimos 10 años. Multimillonario y con un carisma que rivalizaría con el de Nicholas Cage, era una de las figuras públicas mas conocidas y deseadas del mundo moderno.
Hasta Batman precisa de un Bruce Wayne.
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Kenshin llegó a la galería susodicha a las 2000, siempre era entretenido asistir a esas cosas.
Como sucedía en cada uno de esos eventos, un gran grupo de personas asistían para gastar lo que les sobraba en una de esas horrorosas pinturas que el Shishou pintaba.
Hiko... perdón... Kakunoshin no solo se dedicaba a pintar (después de todo el 70 % de sus lienzos eran autorretratos, y aún así se vendían como pan caliente) sino también a la escultura e incluso a la cerámica. El único arte que a Kenshin le agradaba, debido a que eran Jarrones muy lindos.
Después de aceptar una copa de Champagne de un mesero y husmear por las obras, encontró al artista.
Kakunoshin era un hombre maduro. Casi llegando a los 50 años. Impresionantemente alto y corpulento. Poseía un cabello largo de tonalidad negra-verdosa peinado con una cola de caballo y, con estilo, con una capa blanca de fondo rojo. A cada lado de él estaban sus acompañantes, quienes la prensa amarillista y sensacionalista las catalogaba como amantes; pero Ken sabía que eran sus guardaespaldas: Okon y Omasu. De los Onnis.
Ambas eran altas, y con un físico que las modelos de cierto tipo de revistas de dudosa moral envidiarían. Vestidas de negro, con vestidos ajustados y adecuados para la noche. Sin embargo, pesar de lo ajustado de esos trajes, Kenshin pudo distinguir por lo menos 5 lugares distintos donde escondían las armas de defensa. Estrellas ninja, kunais, cuchillos, incluso una pequeña Kodachi.
Sin embargo cumplían con su trabajo.
La exhibición transcurrió como cualquier otra. Hasta Battousai observó barias de esas obras de arte. Finalmente la mayoría se vendieron esa noche, añadiendo unos cuantos millones más de Yens en la cuenta de Niitsu.
Aunque ese no era el propósito de esa noche.
A las 2230 hrs. Hiko y Himura se separaron de la muchedumbre a una habitación que servía de sala de juntas para el Shinsen cada vez que una operación importante era planeada. Solo que en esta ocasión solo se encontraban ellos dos... bueno y Omasu, quien sostenía una botella de Sake y servía continuamente a Hiko.
Este se encontraba viendo por una de las ventanas del edificio, al nocturno Kyoto. Kenshin disfrutaba de pequeños tragos de su propio Sake y Battousai, estaba recargado en una de las paredes. Durante un momento el silencio dominó la estancia, hasta que Hiko lo rompió.
- Sagara me informó de la incursión exitosa en la base de Kanryuu. También de la muerte de Raijuta y Bajin. Supe lo de Shougo.
Kenshin solo asintió calladamente. Después de todo no era de algo por lo cual sentirse orgulloso. Battousai sonrió.
- Dime algo Kenshin. ¿Qué se siente matar a un hermano? – La pregunta de Hiko era insidiosa. Empezó a llevarse su vaso de Sake a la boca.
- Tan mal como matar aun hijo. – Respondió seriamente Kenshin. Sabiendo que, a pesar de todo, Hiko los llegó a querer como tales.
Hiko bajó su sake, lamentando haber hecho esa pregunta. Después de todo Shougo no debió morir. Durante mucho tiempo lo buscó para reclutarlo y cando se enteró de que trabajaba con Kanryuu, no le quedó mas que dar la penosa orden de que, si interfería, tenía que ser eliminado.
- Omasu, nos dejas solos un momento? – Preguntó el hombre mas grande mientras la mujer asentía. Después de un momento, Hiko se retiró de la ventana y se sentó en un lugar vacío de la amplia mesa de conferencias. Después de algunos tragos de licor se animó ha hablar. – Repíteme. ¿Cuáles son las leyes del Bushido?
Kenshin recordó un poco. A pesar de haberlas memorizado mas de 10 años atrás. Seguían frescas en su memoria.
- Gi [Honradez y Justicia], Yu [Valor heroico], Jin [Compasión], Rei [cortesía], Meyo [Honor], Makoto [Sinceridad absoluta], Chugo [deber y lealtad]
Hiko asintió. "Dime algo Kenshin, ¿Has faltado con alguno de estos preceptos?" Preguntó. Le preguntaba a Kenshin, no a Battousai, después de todo ya sabía la respuesta.
- Makoto. – Respondió después de un rato. Como si le costara trabajo pronunciar esa palabra.
- "Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en este mundo lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de "dar su palabra". No ha de "prometer". El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer." Te entiendo. Tu promesa a Tomoe. En estos días es demasiado difícil cumplir con todas las normas del bushido. Sin embargo, a pesar de todo, no debemos de perder de vista que de todas esas leyes, la que mas nos importa es la última. Chugo.
- "Para el samurai, haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurai es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel."
- Bien. Y por eso, apelando a tu lealtad y deber, te tengo una misión en especial.
-Pero, Shishou...- objetó Kenshin sorprendido. - ...mis heridas aún no sanan por completo. No creo que este en...
- Si es por eso no te preocupes. Pues es una a largo plazo.
Ante la mirada de desconcierto, Hiko le arrojó un sobre grande de color negro. Kenshin lo abrió, encontrando algunas fotos y hojas con información.
- Partirás a Chicago en un par de días. Tu misión será contactar a esa persona [Señaló a la foto de una jovencita pelirroja] y convencerla de que te lleve con los dirigentes de una organización Americana conocida como los Ryuzoku.
- ¿Ryuzoku?
- Es importante que lo hagas, debido a que precisamos aliarnos con ellos. Además, es posible que alguien intente asesinarla por lo que deberás protegerla en todo momento. ¿Entiendes, Battousai?
El cambio en los ojos de Kenshin fue evidente.
- ¿Por qué hace todo esto? Creí que el Shinsengumi evitaba las alianzas por seguridad.
- Los datos que Sagara extrajo de la computadora de Kanryuu revelan 2 cosas. No debimos matarlo y Shishio planea algo.
"Kanryuu planeaba una lucha por el liderazgo del Jupongatana, usando sus contactos en Shangai y el Escocia, había adquirido una gran cantidad de armas de naturaleza tecnológica sumamente avanzada. Al matar a Kanryuu, le quitamos un peso en la espalda a Shihsio para realizar su siguiente movimiento. Dentro de unos días, saldrá de Kyoto para ir a Norteamérica. Por lo visto se reunirá con otros dirigentes de mafias para formar una clase de alianza. Por eso necesitamos contactarnos con los Ryuzoku, ya que ellos han estado en conflicto con los Mazoku en el pasado."
"Los Onnis han pasado mucho tiempo buscando acerca de ellos, pero parece que, fuera de su enemistad, toda la información acerca de su historia y actividades permanece en el más absoluto secreto. Pero por alguna razón nos inclinamos a pensar que aliarnos con los Ryuzokus será benéfico, más si las actividades de Shishio llegan a extenderse al otro lado del Pacífico."
"Sin embargo existe otro riesgo. Debido a cierto tipo de batalla ocurrida en Escocia podemos asegurar que los contactos de Karyuu fueron eliminados, por lo que la tercera facción de esa junta está en posición de reunirse con Shishio y los Mazoku. Por eso no nos sorprendería si alguien intentara asesinar a la muchacha."
- ¿Cuándo debo hacer el contacto?
- Dentro de 7 días. Okubo ya ha sido alertado y tu cubierta ya ha sido planeada. Entraras como un profesor de Kendo en la preparatoria donde harás el contacto con ella. ¿Alguna otra pregunta?
- 7 días. – Esta vez Battousai se había retirado dejando a Kenshin las formalidades de la despedida. – Espere un momento Shishou , 7 días es demasiado pronto. Dentro de un mes habrá el Torneo de Kendo y aún no he terminado de entrenar con los chicos.
- ¿Crees que no hemos pensado en eso Baka? Un reemplazo ya ha sido previsto. Prepara tus cosas, saldrás en 3 días.
Kenshin suspiró mientras terminaba lo último de su sake. Después de todo era su responsabilidad, su deber.
Además Shihsio estaría allí. Con un poco de suerte se encontrarían y tal vez...
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Los últimos días de Kenshin en Kyoto fueron bastante apresurados. Tener que empacar las cosas que necesitaba para una misión que no estaba seguro de cuanto tiempo duraría, lo mantuvieron despierto hasta altas horas de la noche. Cerrar la casa, cancelar las cuentas necesarias pera mantener solo el Dojo funcionando y alistarse para partir le habían dejado con tampoco tiempo que ni siquiera Battousai tuvo oportunidad de molestarlo.
Al menos tuvo eso de bueno.
Sin embargo el punto más difícil fue Megumi.
Citarla para cenar fue sencillo. Después de todo siempre se consiguen reservaciones en el Aoia (De 4 estrellas) para los miembros del Shinsengumi. Sin embargo, la parte escabrosa resultó en ponerle nombre a lo sucedido en aquella madrugada cuando Kenshin buscó algo de tratamiento para sus heridas. Y resultó con una sanación para su alma.
Pero, donde él creyó que ella lloraría por sentirse usada, o deprimida por saberse no amada por él. Ella empezó la conversación diciendo que entendía todo. Aunque Kenshin no había abierto la boca. Aclaró y especificó que no esperaba mas de él que lo sucedido, pero que estaría dispuesta a continuar si él lo deseaba.
Pero Kenshin, amablemente declinó. Explicó acerca de las responsabilidades que él tenía. Como sería mejor para su seguridad que no llegaran a mas, para evitar que ella sufriera más de lo necesario. De alguna forma Kenshin la protegía así. Battousai hubiera querido poseerla, después de todo nunca tuvo esa oportunidad, pero de alguna forma Kenshin ganó esa decisión.
Por eso la observaba, junto a Misao y Sagara, quienes se habían tomado la molestia de despedirlo en el aeropuerto. De pronto sintió una ola de nostalgia. Cuando lo pensaba, nunca había salido de Japón ni alejado tanto de aquellos quienes lo habían acompañado a lo largo de esos difíciles 5 años. Aún no se subía al avión y ya los extrañaba.
Quizás era porque, por primera vez, estaría solo. Sin mas apoyo que de Battousai.
Los eventos de los días pasados lo habían serenado hasta el punto de saber que no era necesario ceder ante su destajador. Que lo había torturado solo porque él lo dejaba. Si lo hubieran mandado al extranjero una semana atrás, posiblemente Battousai lo habría dominado por completo.
Pero basta, se dijo, no tiene caso preocuparse por eso.
Se imaginó en su jardín, con la sakabato en una mano, mirando a Battousai a los ojos. Determinado a no ceder ante nada. Después de todo ese era el estilo Hiten Mitsurugi Ryu. Proteger la felicidad. Y por ahora se dedicaba a proteger la que le quedaba.
Recostándose en el cómodo asiento de primera clase, con una copa de Champagne en una mano, dejó a su mente divagar en el Dojo. Preguntándose a quien habían asignado como su reemplazo.
Según Hiko, no era cualquier hijo de vecino. Que sin duda llevaría a sus niños a la victoria.
"Me pregunto... ¿Quién será?"
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Yutaro y Akira, junto con otros 3 niños, siendo los más avanzados y más fuertes del Dojo, se preparaban para recibir las instrucciones especiales que les faltaban para ser dignos representantes del Dojo Himura. Después de todo, era su derecho.
Los niños entraron al patio de la residencia del sensei, y se sorprendieron al encontrarla cerrada. Normalmente no tenía las ventanas y persianas cerradas, la puerta con un candado y el patio con algo de basura arrastrada por el viento. En donde el patio, normalmente se veía pacífico y agradable, ahora tenía un tinte sombrío.
Hasta las aves dejaron de cantar.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de los 5 niños mientras se quitaban sus calzados y ajustaban las shinais al cinturón de sus gi's blancos. Abrieron la puerta.
Y se quedaron helados.
Unas cenizas aterrizaron en el suelo mientras una nube de humo ocultaba parcialmente el rostro del hombre que estaba parado en medio de la penumbra del dojo. Y cuando habló, mas de uno quiso correr lejos de allí.
- Así que ya han llegado. Patéticos ejemplos de aprendices de Kendo. No me sorprende, teniendo a ese Baka como maestro.
Caminó mientras unos temblorosos niños se arrodillaban en señal de respeto a aquél que reconocieron como un funesto maestro sustituto.
- A partir de ahora, yo me encargaré de su entrenamiento. Y los haré unos buenos Miburos.
Varias gargantas se movieron mientras pasaban saliva. Esa meta no les agradaba demasiado.
- Mi nombre es Fujita. Y a partir de ahora seré su Sensei.
Saito Hajime. Maestro sustituto.
Hiko tenía sentido del humor.
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- Sus referencias son bastante buenas Señor Himura. Estoy complacido que el Señor Okubo haya elegido nuestra escuela para iniciar ese proyecto.
El inglés aún presentaba un problema para Kenshin. Aunque como todo miembro del Shinsen lo sabía. El gran Shihsou tenía razón, y todo ese año aprendiendo con los Onnis le había servido de algo.
El problema era que casi nunca lo había usado.
- Estoy seguro que Okubo pudo decidir con exactitud. – De hecho nunca lo había usado. E incluso una platica normal lo hacía sudar. – Y espero que llegaremos a tener un buen trato.
Battousai estaba cerca de él, con una sonrisa burlona en la cara. Si, claro, como si él lo hablara con fluidez.
- Es interesante la intención del ministro de Japón en el programa de intercambio cultural mediante los talleres. Siendo el de Kendo la primera muestra de eso.
Hiko le había explicado como, para su tapadera, Okubo logró la aceptación del departamento de Educación Norteamericano del proyecto de Intercambio Intercultural Japonés. El cual buscaba dar a conocer la cultura Japonesa en el ambiente estudiantil, añadiendo como materia opcional un taller de... Kenshin no estaba seguro.
Pero, después de todo, su tapadera estaba lista.
- Entiendo. – Dijo Battousai, demostrando que su ingles era mejor que el de Kenshin.
Aunque siempre hablaba poco.
Una secretaria entró a la oficina del director, avisando que los primeros alumnos anotados en el taller estaban listos para encontrarse con su maestro.
Kenshin había llegado 3 días atrás. Debió de ser 4, pero por el cambio de fecha en la linea internacional, tuvo que ajustar su calendario. Tal parece que los arreglos fueron hechos con prontitud, lo que le hablaba de la urgencia del contacto. Y a pesar de haber tenido los ojos bien abiertos desde que llegó a la escuela, no la había visto.
Aún.
Kenshin siguió al director, justo al gimnasio, lugar donde le explicaron se llevarían a cabo las practicas de Kendo. En un aula aparte, sería la "teoría"
Los alumnos no pudieron mas que preguntarse si al extraño japonés de ojos azules lo habían visto antes. Después de todo era pelirrojo, al igual que cierta compañera que ellos conocían. ¿No había roto la duela del gimnasio la semana pasada?
Kenshin no perdió de vista esas miradas. Y aunque estaba acostumbrado a ser mas bajo que otros. Los alumnos americanos SI que eran grandes. Y si no lo ponía nervioso. De alguna forma se sentía incomodo.
En el gimnasio, observó a muchos muchachos jugando Basketball, otras practicando gimnasia con lo que parecía ser la Hermana de Hiko. Grande, y bastante voluptuosa. Si la conociera se daría cuenta que sus egos se parecían.
En un rincón, varios alumnos esperaban sentados en el suelo. Solo había 10. Pero según el director, era seguro que aumentaran en la próxima semana.
Kenshin se presentó. Ignorando las sonrisas que le dirigían por su marcado acento japonés. Veía cada cara, imaginando lo que estaban sintiendo en ese momento. Entonces se detuvo.
Allí estaba.
El cabello rojo era inconfundible. La figura era peculiar y esos ojos rubíes eran únicos.
Kenshin sonrió cuando supo que había encontrado a su contacto.
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Ella alcanzó a notar la vacilación breve en el andar del pequeño maestro. Y supo por esa mirada, ese destello dorado casi imperceptible que él era alguien particular. Sin embargo esa cicatriz, ese cabello rojo atado en una cola de caballo le eran familiar.
Reena Invers no pudo evitar que su corazón se acelerara cuando recordó.
Es Él. Es el del sueño.
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Battousai estaba cerca. Sintiendo que en esos ojos rojos se escondía algo mas que un simple contacto Ryuzoku.
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Notas:
Bushido: GI – Honradez y Justicia Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la Justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurai no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto. 2. YU - Valor Heroico Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurai debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución. 3. JIN - Compasión Mediante el entrenamiento intenso el samurai se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla. 4. REI - Cortesía Los samurai no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurai es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un samurai recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurai se vuelve evidente en tiempos de apuros. 5. MEYO - Honor El Auténtico samurai solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quien eres en realidad. No puedes ocultarte de ti mismo. 6. MAKOTO - Sinceridad Absoluta Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de "dar su palabra." No ha de "prometer." El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y Hacer son la misma acción. 7. CHUGO - Deber y Lealtad Para el samurai, haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurai es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel. Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya. Cuidado con el camino que sigues.
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Reviews:
Gaby (hyatt : Mi fiel lectora. Es alimento para el alma de este ignorado escritor las palabras que.......Olvídalo. Me alegro que te gustara. Aunque mi intención no era hacerla dramática, creo que salió bastante bien. Y en el caso de Megumi, la usé por razones que después se entenderán. No te pierdas las siguientes aventuras de Himura.
Ady: Bueno. Todas las cosas pasan por alguna razón. Y enrolar a Kaoru con un asesino deprimido como Kenshin, no es tan sencillo. Pero, lo tendré en consideración. Después de todo, Kaoru es la mejor pareja que puede tener.
Suisei Lady Dragon: Yo no se que estabas pensando, pero Kenshin no acostumbra pagar por eso. Aunque creo que Battousai si. Y, bueno, soy malo para escribir Hentai, de hecho prefiero ver como trabaja la mente cochambrosa de los demás. Jajaja. Respecto a la emoción, bueno, quise ponerle mas lo que pasaba dentro de la cabeza de Kenshin. Pero bueno. Estoy reservando lo mejor para lo que sigue.
Comentario.
Este, como ya dije, es el último capitulo de Asesino. Esta historia solo ha tenido el propósito de introducir a un Crossover con las series de Gundam Wing y Slayers. Si han leido las otras podrán ver indicios de la forma en como se conectan.
El siguiente Fic, osea el Crossover será "La Alianza" y lo colocaré, por razones que después entenderán, en Slayers. Si desean, cosa que espero que sí, leerán en esa sección y seguirán las actividades de Battousai y de Kenshin.
Prometo que no perderá el protagonismo, ni será un invitado. Será todo un personaje protagonico, solo que en otro "universo" si lo quieren ver asi.
Agradezco todos sus comentarios (aunque no los dejaran) y espero poder verlos en el siguiente fic.
Gracias nuevamente y por ahí los veré.
"Firmes y Dignos"
Jack.
Rurouni Kenshin no es mío, no me pertenece y francamente ni lo quiero debido a montones de problemas legales que tendría que lidiar. Yo solo lo uso, reuso, deformo, corrompo y transformo para darle gusto a mi imaginación torcida.
Este es el último capitulo de Asesino, así que deben, en serio DEBEN leer las otras para entenderle a la siguiente parte.
Este capítulo está patrocinado por.... NERV. "God in his heaven, all right in the world"
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Asesino
Capitulo 5 "Misión y vida"
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Hasta Superman necesita de un Clark Kent.
Varias Shinais cortaron el aire al mismo tiempo. Un grupo de 2 docenas de niños no mayores de 11 años gritaron simultáneamente a la respuesta de la orden de su sensei.
Este, a su vez, caminaba entre los espacios de ellos para corregir esta postura, felicitar este otro movimiento, dar otra orden. Afuera, un asesino practicaba sus golpes mortales sin entrometerse en la clase.
Kenshin Himura estaba tranquilo. Aunque Battousai no lo dejaba solo, y en ocasiones lo amenazaba, en esta ocasión no lo estaba molestando. Solo se dedicaba a mover la espada para un lado al otro sin entrometerse en la clase. Después de todo, los dos vivían de eso.
Los Dos. Eso podía parecer extraño para cualquiera. Debido a que Kenshin y Battousai eran la misma persona. Sin embargo eran a la vez, lo que son las cosas, personalidades completamente distintas. Battousai era un asesino frió y generalmente cruel, incluso con sus amigos; Kenshin en si, era una persona tranquila, siempre torturado por a culpa de los crímenes que su alter ego cometía.
Pero, hasta Spiderman necesita de un Peter Parker.
En ocasiones Battousai lo retaba a pelear mientras estaba en clases. O amenazaba con su espada a alguno de los alumnos. O llenaba de sangre el dojo, solo para verlo sufrir. En esas ocasiones Kenshin necesitaba de toda su voluntada para no caer en las trampas del asesino y seguir con su lección, Cuando terminaba, estaba mas cansado que sus alumnos.
Pero este día, después de la noche con Megumi, Kenshin se encontró con un sentido de tranquilidad que hacia mucho que no tenía. Con una resolución firme de defenderse. Y por lo visto Battousai lo sabía, debido a que no había osado interrumpir su clase.
- Sensei Himura. – Llamó uno de los niños. – Se siente bien.
Kenshin parpadeó varias veces para darse cuenta que, estando tan entretenido observando las prácticas de Battousai, se había olvidado de dar las siguientes instrucciones.
- Eh! ¡A sí! Prepárense para combates.
Todos los estudiantes se arrodillaron formando un cuadrado y Kenshin se sacó a Battousai de la mente. Empezó a llamarlos por parejas para enfrentar a sus alumnos.
La siguiente media hora fue mas rápido de lo normal y satisfecho de los resultados y el avance de los niños, concluyó la clase. Sin embargo antes de que todos se retiraran, Kenshin separó a los mejores de ellos para hacerles un anuncio.
- Chicos, recuerden que dentro de un mes es el torneo de Kendo, por lo que deben de echarle más ganas a su entrenamiento si es que quieren ganar de nuevo. La próxima semana organizaremos sesiones especiales los sábados. ¿De acuerdo?
Asintieron y finalmente se retiraron.
El Estilo X, para muchos un nombre risible, era tremendamente poderoso, aunque solo lo practican niños de 10 a 12 años. La variación al estilo Hiten Mitsurugi era demasiada, pero varias técnicas eran las mismas. Posiblemente la única decisión de Kenshin que Battousai apoyaba (eso sí, primero muerto que admitirlo).
Era extraño. Pensaba Kenshin. Ayer, su alter ego planeaba una nueva tarde de torturas. De hecho así lo hizo. Y donde normalmente debería sentirse derrotado y fatalista, veía el cielo y disfrutaba de su color. Sin prestar atención de Battousai, quien no detenía sus practicas, se fue a la cocina a preparar algo de té.
Ayame no vendía este día. Después de todo solo lo hace una vez a la semana. La joven enviada por Hiko para asear su casa, una de las pocas personas respetadas por el asesino. Después de todo, ella evitaba que viviera en un chiquero.
A estas alturas cualquiera podía pensar en que clase de vida estaba sumergido Kenshin. ¿No se supone acaso que era torturado por un demonio interno y por la conciencia marcada debido a orgías de asesinatos de los que era culpable.
Así era.
Sin embargo, el terror, la tristeza y la culpa no podían estar despierta todo el día, todos los días. Aun conservaba esa parte, aunque pequeña, de felicidad que era su carácter habitual. Después de la noche anterior se dio cuenta que esa felicidad no moría mientras él no lo quisiera. Esa perspectiva le daba nuevos bríos. Los suficientes como para mantener a Battousai a la raya.
Se arrodilló en el corredor que daba al jardín, con una bandeja frente de él y 2 tazas llenas de té caliente. Un pequeño plato con bocadillos complementaban el refrigerio. Battousai detuvo su practica y se colocó en una posición de Gatotsu, en una obvia intención de atacar.
Kenshin levantó su taza, tratando de ignorar el ataque. Cerró sus ojos mientras degustaba el té verde. Al abrirlos, la punta de la espada de Battousai estaba cerca de su cuello.
- ¿No te cansas de estar molestando? – Preguntó de forma tranquila mientras bajaba la taza. Battousai lo observaba fijamente con sus ojos dorados. – Porque yo si. En estar aguantándote.
Tomó la punta con sus dedos y la alejó. Battousai sonrió de forma despreciativa mientras guardaba la katana. Se acercó y tomó la otra taza y bebió el té de un golpe.
- Esto no se acaba. – Declaró antes de desaparecer en el dojo.
Kenshin suspiró. Evitando que su mente viajara por el tempestuoso camino del tétrico pasado. En vez de eso, intentó dejar que el aroma del té inundara su nariz, mientras comía una de las galletas.
Sintió el Ki de una persona pararse en el techo.
- Himura. ¿Dónde te has metido? – Gritaba una joven voz desde el techo. Al poco tiempo, con un salto atlético una jovencita de uniforme aterrizaba en el jardín, justo enfrente de él.
Misao Makimachi era, con derecho, el miembro activo del Shinsengumi más joven de todos. Específicamente en la división de los Onnis. El servicio de inteligencia del Shinsen. De hecho era una parte importante de ello.
A sus 17 años, tenía una vasta experiencia y habilidad como hacker. Desde su habitación en el Aoia, restaurante de los Onnis, obtenía prácticamente cualquier tipo de información del mundo mediante en internet, clasificada o no.
En apariencia, parecía de 14 años. Era pequeña, delgada y con unos intensos ojos verdes y cabello largo, acomodado en una trenza larga. Al verla de esa forma, Kenshin no podia culpar el encanto que ejercía en el cubo de hielo Aoshi.
- Buenas tardes señorita Misao. Gusta una taza de te.
Misao negó, moviendo la cabeza.
- Muchas gracias Himura, pero solo pasé para darte este recado. El Gran Jefe pide que te reportes con él esta noche. En una exposición de arte en la galería Shitamachi a las 2200 horas.
Por el rabillo del ojo, Kenshin vio como Battousai se asomaba por el dojo para oír la orden.
- ¿En serio? – Preguntó este.
- Bueno, específicamente dijo: "Dile a mi Baka Deshi que se reporte en la galería esta noche" Pero la hora te la digo por si acaso.
Battousai sonrió.
- Muchas gracias señorita Misao. Estaré allí cuanto antes.
- Bueno, ya dije lo que tenía que decir. Me retiro. Mi Aoshi-sama me espera – Dijo en un tono , meloso, con estrellas, flores y corazones en los ojos. Simplemente para desaparecer saltando por los techos de la zona.
Kenshin se sirvió mas té mientras deseaba mentalmente suerte al Cubo-de- Hielo y a la comadreja. Descontando la diferencia de edades, hacían una pareja bastante bonita.
No podía culpar a Aoshi. Esa niña tenía algo que cautivaba, incluso a Saito. No tanto el deseo de tenerla, sino de protegerla.
Era su inocencia.
Sus ojos vivos y radiantes eran los de una persona que nunca ha tenido que matar. Alguien cuyas manos no han sido manchadas por la sangre de otros. Eso hacía que todos la mantuvieran lejos de la linea de fuego. En otras palabras, era la mas normal de todo el grupo de locos que integraban la defensa de Kyoto en contra del Jupongatana.
- Interesante. – Dijo Battousai mientras se arrodillaba junto a Himura y tomaba su taza de té. – Me pregunto que querrá ahora...
Kenshin no contestó. Pero temía que el tema de la conversación de esta noche, tenía que ver mas con la muerte que con la vida.
Y se estaba hastiando de eso.
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El Shinsengumi surgió de los restos de la organización Chosu. Y aunque sus propósitos seguían siendo los mismos, los métodos diferían ligeramente.
Años atrás, durante la gran confrontación entre el Bakufu y el Chosu, facciones de mafias que perseguían el dominio de Japón, surgió un líder. Katsura Kogoro, quien dirigió al Chosu por un rumbo ligeramente mas legal. Eso le dio ventajas sobre los Tokugawa. Sin embargo la parte criminal del Chosu, una vez que ganaron "El bakumatsu" cayó bajo la influencia de uno de los asesinos clandestinos del Chosu: Makoto Shishio.
Este, en vez de deshacerse de esos contactos criminales, los absorbió y formó una nueva organización, con todo el poder y recursos que Katsura había deseado eliminar. De esa forma el Jupongatana, hacia 5 años eliminó cualquier vestigio del Chosu, incluido a su líder principal. Hiko, en aquel entonces deseó que Kenshin peleara en contra de Shishio, aquel día cuando fue a su casa. Pero al negarse, Shishio lo buscó, desatando una ola de asesinatos que culminaron con la muerte de Tomoe y Yahiko.
Hiko se encargó de reagrupar a los restantes Ishinshishi (osea las tropas del Chosu) y con la ayuda de Hijikata formó al Shinsengumi.
Aprendiendo de los errores del Chosu, cada miembro del Shinsen poseía un trabajo bien remunerado (gracias a las influencias de amistad que ellos tenían) y evitaban meterse con los Yakuza u obtener ingresos de forma ilegal. De esa forma no eran una organización criminal. Eran mas bien un grupo de hombres con un ideal, los cuales tenían que pasar por encima de la ley. Ese ideal era "Por el bien de Kyoto"
Sin importar los sacrificios.
De esa forma, cada miembro se dedicaba a algo. Saito Hajime, como jefe de detectives del distrito 3 de Kyoto.
Hasta Punisher necesita de un Frank Castel*
Aoshi Shinomori, Okashira de los Onnis era propietario de una cadena exitosa de restaurantes a lo largo de Japón. Extendiendo la red de inteligencia por todas partes.
Hasta los Avengers necesitan de un Tonny Stark.
Y en el caso de Hiko, siendo la cabeza de la organización y poseedor de talentos superiores a los seres humanos (o al menos eso decía él), tenía a Kakunoshin Niitsu, el más grande artista que Japón había visto nacer en los últimos 10 años. Multimillonario y con un carisma que rivalizaría con el de Nicholas Cage, era una de las figuras públicas mas conocidas y deseadas del mundo moderno.
Hasta Batman precisa de un Bruce Wayne.
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Kenshin llegó a la galería susodicha a las 2000, siempre era entretenido asistir a esas cosas.
Como sucedía en cada uno de esos eventos, un gran grupo de personas asistían para gastar lo que les sobraba en una de esas horrorosas pinturas que el Shishou pintaba.
Hiko... perdón... Kakunoshin no solo se dedicaba a pintar (después de todo el 70 % de sus lienzos eran autorretratos, y aún así se vendían como pan caliente) sino también a la escultura e incluso a la cerámica. El único arte que a Kenshin le agradaba, debido a que eran Jarrones muy lindos.
Después de aceptar una copa de Champagne de un mesero y husmear por las obras, encontró al artista.
Kakunoshin era un hombre maduro. Casi llegando a los 50 años. Impresionantemente alto y corpulento. Poseía un cabello largo de tonalidad negra-verdosa peinado con una cola de caballo y, con estilo, con una capa blanca de fondo rojo. A cada lado de él estaban sus acompañantes, quienes la prensa amarillista y sensacionalista las catalogaba como amantes; pero Ken sabía que eran sus guardaespaldas: Okon y Omasu. De los Onnis.
Ambas eran altas, y con un físico que las modelos de cierto tipo de revistas de dudosa moral envidiarían. Vestidas de negro, con vestidos ajustados y adecuados para la noche. Sin embargo, pesar de lo ajustado de esos trajes, Kenshin pudo distinguir por lo menos 5 lugares distintos donde escondían las armas de defensa. Estrellas ninja, kunais, cuchillos, incluso una pequeña Kodachi.
Sin embargo cumplían con su trabajo.
La exhibición transcurrió como cualquier otra. Hasta Battousai observó barias de esas obras de arte. Finalmente la mayoría se vendieron esa noche, añadiendo unos cuantos millones más de Yens en la cuenta de Niitsu.
Aunque ese no era el propósito de esa noche.
A las 2230 hrs. Hiko y Himura se separaron de la muchedumbre a una habitación que servía de sala de juntas para el Shinsen cada vez que una operación importante era planeada. Solo que en esta ocasión solo se encontraban ellos dos... bueno y Omasu, quien sostenía una botella de Sake y servía continuamente a Hiko.
Este se encontraba viendo por una de las ventanas del edificio, al nocturno Kyoto. Kenshin disfrutaba de pequeños tragos de su propio Sake y Battousai, estaba recargado en una de las paredes. Durante un momento el silencio dominó la estancia, hasta que Hiko lo rompió.
- Sagara me informó de la incursión exitosa en la base de Kanryuu. También de la muerte de Raijuta y Bajin. Supe lo de Shougo.
Kenshin solo asintió calladamente. Después de todo no era de algo por lo cual sentirse orgulloso. Battousai sonrió.
- Dime algo Kenshin. ¿Qué se siente matar a un hermano? – La pregunta de Hiko era insidiosa. Empezó a llevarse su vaso de Sake a la boca.
- Tan mal como matar aun hijo. – Respondió seriamente Kenshin. Sabiendo que, a pesar de todo, Hiko los llegó a querer como tales.
Hiko bajó su sake, lamentando haber hecho esa pregunta. Después de todo Shougo no debió morir. Durante mucho tiempo lo buscó para reclutarlo y cando se enteró de que trabajaba con Kanryuu, no le quedó mas que dar la penosa orden de que, si interfería, tenía que ser eliminado.
- Omasu, nos dejas solos un momento? – Preguntó el hombre mas grande mientras la mujer asentía. Después de un momento, Hiko se retiró de la ventana y se sentó en un lugar vacío de la amplia mesa de conferencias. Después de algunos tragos de licor se animó ha hablar. – Repíteme. ¿Cuáles son las leyes del Bushido?
Kenshin recordó un poco. A pesar de haberlas memorizado mas de 10 años atrás. Seguían frescas en su memoria.
- Gi [Honradez y Justicia], Yu [Valor heroico], Jin [Compasión], Rei [cortesía], Meyo [Honor], Makoto [Sinceridad absoluta], Chugo [deber y lealtad]
Hiko asintió. "Dime algo Kenshin, ¿Has faltado con alguno de estos preceptos?" Preguntó. Le preguntaba a Kenshin, no a Battousai, después de todo ya sabía la respuesta.
- Makoto. – Respondió después de un rato. Como si le costara trabajo pronunciar esa palabra.
- "Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en este mundo lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de "dar su palabra". No ha de "prometer". El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer." Te entiendo. Tu promesa a Tomoe. En estos días es demasiado difícil cumplir con todas las normas del bushido. Sin embargo, a pesar de todo, no debemos de perder de vista que de todas esas leyes, la que mas nos importa es la última. Chugo.
- "Para el samurai, haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurai es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel."
- Bien. Y por eso, apelando a tu lealtad y deber, te tengo una misión en especial.
-Pero, Shishou...- objetó Kenshin sorprendido. - ...mis heridas aún no sanan por completo. No creo que este en...
- Si es por eso no te preocupes. Pues es una a largo plazo.
Ante la mirada de desconcierto, Hiko le arrojó un sobre grande de color negro. Kenshin lo abrió, encontrando algunas fotos y hojas con información.
- Partirás a Chicago en un par de días. Tu misión será contactar a esa persona [Señaló a la foto de una jovencita pelirroja] y convencerla de que te lleve con los dirigentes de una organización Americana conocida como los Ryuzoku.
- ¿Ryuzoku?
- Es importante que lo hagas, debido a que precisamos aliarnos con ellos. Además, es posible que alguien intente asesinarla por lo que deberás protegerla en todo momento. ¿Entiendes, Battousai?
El cambio en los ojos de Kenshin fue evidente.
- ¿Por qué hace todo esto? Creí que el Shinsengumi evitaba las alianzas por seguridad.
- Los datos que Sagara extrajo de la computadora de Kanryuu revelan 2 cosas. No debimos matarlo y Shishio planea algo.
"Kanryuu planeaba una lucha por el liderazgo del Jupongatana, usando sus contactos en Shangai y el Escocia, había adquirido una gran cantidad de armas de naturaleza tecnológica sumamente avanzada. Al matar a Kanryuu, le quitamos un peso en la espalda a Shihsio para realizar su siguiente movimiento. Dentro de unos días, saldrá de Kyoto para ir a Norteamérica. Por lo visto se reunirá con otros dirigentes de mafias para formar una clase de alianza. Por eso necesitamos contactarnos con los Ryuzoku, ya que ellos han estado en conflicto con los Mazoku en el pasado."
"Los Onnis han pasado mucho tiempo buscando acerca de ellos, pero parece que, fuera de su enemistad, toda la información acerca de su historia y actividades permanece en el más absoluto secreto. Pero por alguna razón nos inclinamos a pensar que aliarnos con los Ryuzokus será benéfico, más si las actividades de Shishio llegan a extenderse al otro lado del Pacífico."
"Sin embargo existe otro riesgo. Debido a cierto tipo de batalla ocurrida en Escocia podemos asegurar que los contactos de Karyuu fueron eliminados, por lo que la tercera facción de esa junta está en posición de reunirse con Shishio y los Mazoku. Por eso no nos sorprendería si alguien intentara asesinar a la muchacha."
- ¿Cuándo debo hacer el contacto?
- Dentro de 7 días. Okubo ya ha sido alertado y tu cubierta ya ha sido planeada. Entraras como un profesor de Kendo en la preparatoria donde harás el contacto con ella. ¿Alguna otra pregunta?
- 7 días. – Esta vez Battousai se había retirado dejando a Kenshin las formalidades de la despedida. – Espere un momento Shishou , 7 días es demasiado pronto. Dentro de un mes habrá el Torneo de Kendo y aún no he terminado de entrenar con los chicos.
- ¿Crees que no hemos pensado en eso Baka? Un reemplazo ya ha sido previsto. Prepara tus cosas, saldrás en 3 días.
Kenshin suspiró mientras terminaba lo último de su sake. Después de todo era su responsabilidad, su deber.
Además Shihsio estaría allí. Con un poco de suerte se encontrarían y tal vez...
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Los últimos días de Kenshin en Kyoto fueron bastante apresurados. Tener que empacar las cosas que necesitaba para una misión que no estaba seguro de cuanto tiempo duraría, lo mantuvieron despierto hasta altas horas de la noche. Cerrar la casa, cancelar las cuentas necesarias pera mantener solo el Dojo funcionando y alistarse para partir le habían dejado con tampoco tiempo que ni siquiera Battousai tuvo oportunidad de molestarlo.
Al menos tuvo eso de bueno.
Sin embargo el punto más difícil fue Megumi.
Citarla para cenar fue sencillo. Después de todo siempre se consiguen reservaciones en el Aoia (De 4 estrellas) para los miembros del Shinsengumi. Sin embargo, la parte escabrosa resultó en ponerle nombre a lo sucedido en aquella madrugada cuando Kenshin buscó algo de tratamiento para sus heridas. Y resultó con una sanación para su alma.
Pero, donde él creyó que ella lloraría por sentirse usada, o deprimida por saberse no amada por él. Ella empezó la conversación diciendo que entendía todo. Aunque Kenshin no había abierto la boca. Aclaró y especificó que no esperaba mas de él que lo sucedido, pero que estaría dispuesta a continuar si él lo deseaba.
Pero Kenshin, amablemente declinó. Explicó acerca de las responsabilidades que él tenía. Como sería mejor para su seguridad que no llegaran a mas, para evitar que ella sufriera más de lo necesario. De alguna forma Kenshin la protegía así. Battousai hubiera querido poseerla, después de todo nunca tuvo esa oportunidad, pero de alguna forma Kenshin ganó esa decisión.
Por eso la observaba, junto a Misao y Sagara, quienes se habían tomado la molestia de despedirlo en el aeropuerto. De pronto sintió una ola de nostalgia. Cuando lo pensaba, nunca había salido de Japón ni alejado tanto de aquellos quienes lo habían acompañado a lo largo de esos difíciles 5 años. Aún no se subía al avión y ya los extrañaba.
Quizás era porque, por primera vez, estaría solo. Sin mas apoyo que de Battousai.
Los eventos de los días pasados lo habían serenado hasta el punto de saber que no era necesario ceder ante su destajador. Que lo había torturado solo porque él lo dejaba. Si lo hubieran mandado al extranjero una semana atrás, posiblemente Battousai lo habría dominado por completo.
Pero basta, se dijo, no tiene caso preocuparse por eso.
Se imaginó en su jardín, con la sakabato en una mano, mirando a Battousai a los ojos. Determinado a no ceder ante nada. Después de todo ese era el estilo Hiten Mitsurugi Ryu. Proteger la felicidad. Y por ahora se dedicaba a proteger la que le quedaba.
Recostándose en el cómodo asiento de primera clase, con una copa de Champagne en una mano, dejó a su mente divagar en el Dojo. Preguntándose a quien habían asignado como su reemplazo.
Según Hiko, no era cualquier hijo de vecino. Que sin duda llevaría a sus niños a la victoria.
"Me pregunto... ¿Quién será?"
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Yutaro y Akira, junto con otros 3 niños, siendo los más avanzados y más fuertes del Dojo, se preparaban para recibir las instrucciones especiales que les faltaban para ser dignos representantes del Dojo Himura. Después de todo, era su derecho.
Los niños entraron al patio de la residencia del sensei, y se sorprendieron al encontrarla cerrada. Normalmente no tenía las ventanas y persianas cerradas, la puerta con un candado y el patio con algo de basura arrastrada por el viento. En donde el patio, normalmente se veía pacífico y agradable, ahora tenía un tinte sombrío.
Hasta las aves dejaron de cantar.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de los 5 niños mientras se quitaban sus calzados y ajustaban las shinais al cinturón de sus gi's blancos. Abrieron la puerta.
Y se quedaron helados.
Unas cenizas aterrizaron en el suelo mientras una nube de humo ocultaba parcialmente el rostro del hombre que estaba parado en medio de la penumbra del dojo. Y cuando habló, mas de uno quiso correr lejos de allí.
- Así que ya han llegado. Patéticos ejemplos de aprendices de Kendo. No me sorprende, teniendo a ese Baka como maestro.
Caminó mientras unos temblorosos niños se arrodillaban en señal de respeto a aquél que reconocieron como un funesto maestro sustituto.
- A partir de ahora, yo me encargaré de su entrenamiento. Y los haré unos buenos Miburos.
Varias gargantas se movieron mientras pasaban saliva. Esa meta no les agradaba demasiado.
- Mi nombre es Fujita. Y a partir de ahora seré su Sensei.
Saito Hajime. Maestro sustituto.
Hiko tenía sentido del humor.
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- Sus referencias son bastante buenas Señor Himura. Estoy complacido que el Señor Okubo haya elegido nuestra escuela para iniciar ese proyecto.
El inglés aún presentaba un problema para Kenshin. Aunque como todo miembro del Shinsen lo sabía. El gran Shihsou tenía razón, y todo ese año aprendiendo con los Onnis le había servido de algo.
El problema era que casi nunca lo había usado.
- Estoy seguro que Okubo pudo decidir con exactitud. – De hecho nunca lo había usado. E incluso una platica normal lo hacía sudar. – Y espero que llegaremos a tener un buen trato.
Battousai estaba cerca de él, con una sonrisa burlona en la cara. Si, claro, como si él lo hablara con fluidez.
- Es interesante la intención del ministro de Japón en el programa de intercambio cultural mediante los talleres. Siendo el de Kendo la primera muestra de eso.
Hiko le había explicado como, para su tapadera, Okubo logró la aceptación del departamento de Educación Norteamericano del proyecto de Intercambio Intercultural Japonés. El cual buscaba dar a conocer la cultura Japonesa en el ambiente estudiantil, añadiendo como materia opcional un taller de... Kenshin no estaba seguro.
Pero, después de todo, su tapadera estaba lista.
- Entiendo. – Dijo Battousai, demostrando que su ingles era mejor que el de Kenshin.
Aunque siempre hablaba poco.
Una secretaria entró a la oficina del director, avisando que los primeros alumnos anotados en el taller estaban listos para encontrarse con su maestro.
Kenshin había llegado 3 días atrás. Debió de ser 4, pero por el cambio de fecha en la linea internacional, tuvo que ajustar su calendario. Tal parece que los arreglos fueron hechos con prontitud, lo que le hablaba de la urgencia del contacto. Y a pesar de haber tenido los ojos bien abiertos desde que llegó a la escuela, no la había visto.
Aún.
Kenshin siguió al director, justo al gimnasio, lugar donde le explicaron se llevarían a cabo las practicas de Kendo. En un aula aparte, sería la "teoría"
Los alumnos no pudieron mas que preguntarse si al extraño japonés de ojos azules lo habían visto antes. Después de todo era pelirrojo, al igual que cierta compañera que ellos conocían. ¿No había roto la duela del gimnasio la semana pasada?
Kenshin no perdió de vista esas miradas. Y aunque estaba acostumbrado a ser mas bajo que otros. Los alumnos americanos SI que eran grandes. Y si no lo ponía nervioso. De alguna forma se sentía incomodo.
En el gimnasio, observó a muchos muchachos jugando Basketball, otras practicando gimnasia con lo que parecía ser la Hermana de Hiko. Grande, y bastante voluptuosa. Si la conociera se daría cuenta que sus egos se parecían.
En un rincón, varios alumnos esperaban sentados en el suelo. Solo había 10. Pero según el director, era seguro que aumentaran en la próxima semana.
Kenshin se presentó. Ignorando las sonrisas que le dirigían por su marcado acento japonés. Veía cada cara, imaginando lo que estaban sintiendo en ese momento. Entonces se detuvo.
Allí estaba.
El cabello rojo era inconfundible. La figura era peculiar y esos ojos rubíes eran únicos.
Kenshin sonrió cuando supo que había encontrado a su contacto.
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Ella alcanzó a notar la vacilación breve en el andar del pequeño maestro. Y supo por esa mirada, ese destello dorado casi imperceptible que él era alguien particular. Sin embargo esa cicatriz, ese cabello rojo atado en una cola de caballo le eran familiar.
Reena Invers no pudo evitar que su corazón se acelerara cuando recordó.
Es Él. Es el del sueño.
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Battousai estaba cerca. Sintiendo que en esos ojos rojos se escondía algo mas que un simple contacto Ryuzoku.
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Notas:
Bushido: GI – Honradez y Justicia Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la Justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurai no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto. 2. YU - Valor Heroico Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurai debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución. 3. JIN - Compasión Mediante el entrenamiento intenso el samurai se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla. 4. REI - Cortesía Los samurai no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurai es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un samurai recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurai se vuelve evidente en tiempos de apuros. 5. MEYO - Honor El Auténtico samurai solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quien eres en realidad. No puedes ocultarte de ti mismo. 6. MAKOTO - Sinceridad Absoluta Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de "dar su palabra." No ha de "prometer." El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y Hacer son la misma acción. 7. CHUGO - Deber y Lealtad Para el samurai, haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurai es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel. Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya. Cuidado con el camino que sigues.
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Reviews:
Gaby (hyatt : Mi fiel lectora. Es alimento para el alma de este ignorado escritor las palabras que.......Olvídalo. Me alegro que te gustara. Aunque mi intención no era hacerla dramática, creo que salió bastante bien. Y en el caso de Megumi, la usé por razones que después se entenderán. No te pierdas las siguientes aventuras de Himura.
Ady: Bueno. Todas las cosas pasan por alguna razón. Y enrolar a Kaoru con un asesino deprimido como Kenshin, no es tan sencillo. Pero, lo tendré en consideración. Después de todo, Kaoru es la mejor pareja que puede tener.
Suisei Lady Dragon: Yo no se que estabas pensando, pero Kenshin no acostumbra pagar por eso. Aunque creo que Battousai si. Y, bueno, soy malo para escribir Hentai, de hecho prefiero ver como trabaja la mente cochambrosa de los demás. Jajaja. Respecto a la emoción, bueno, quise ponerle mas lo que pasaba dentro de la cabeza de Kenshin. Pero bueno. Estoy reservando lo mejor para lo que sigue.
Comentario.
Este, como ya dije, es el último capitulo de Asesino. Esta historia solo ha tenido el propósito de introducir a un Crossover con las series de Gundam Wing y Slayers. Si han leido las otras podrán ver indicios de la forma en como se conectan.
El siguiente Fic, osea el Crossover será "La Alianza" y lo colocaré, por razones que después entenderán, en Slayers. Si desean, cosa que espero que sí, leerán en esa sección y seguirán las actividades de Battousai y de Kenshin.
Prometo que no perderá el protagonismo, ni será un invitado. Será todo un personaje protagonico, solo que en otro "universo" si lo quieren ver asi.
Agradezco todos sus comentarios (aunque no los dejaran) y espero poder verlos en el siguiente fic.
Gracias nuevamente y por ahí los veré.
"Firmes y Dignos"
Jack.
