Capítulo 6: Manta

Mientras las chicas estaban dejando pobres a Len y a Yoh, los chicos (que nada de eso sabían) paseaban por ahí haciendo nada importante.

–Oh, miren aquel grupito de chicas... –dijo Horohoro, aún vendado y con miles de moretones–. ¿Les hablamos?

–¿En este estado? –preguntó Len.

"Cierto, no podríamos presentarnos así...; no con chicas tan lindas", pensó Manta, y el grupo se desilusionó.

"Esperen un minuto, esas chicas se me hacen conocidas...".

–Ryu... Oye, Ryu –dijo Manta, y Ryu volteó–. ¿Te acuerdas del grupo de las Cinco Lilis?

–Sí, Manta, ¿por qué preguntas?

–¿No son esas cinco que van pasando...?

–Sí son... ¡Mili! –y Ryu salió corriendo a alcanzar a la menor.

"Vaya, es rápido", pensó Manta.

–¿Qué le pasa a ese ahora? –dijo Len, recargándose en una pared de una pequeña neveria en la que se detuvieron.

–Vio a unas antiguas conocidas... –dijo Manta con una gotita, pidiendo un helado.

–Las Cinco Lilis... ¿no es así, Manta? –dijo Yoh, que ya tenía un helado con él.

–Sí, ¿cómo supiste?

–¡Es imposible confundirlas, aún después de tanto tiempo! –y se rió del siempre extravagante vestuario de las cinco mujeres.

"Cierto, es imposible confundirlas con tan rara vestimenta y caminando por ahí", pensó Manta.

"Además, la única que cambió fue Mili...".

Ryu volvió llevando a las chicas con él, para saludar después de tres años sin verse... y mucho menos hablarse.

–Hola, chicas, ¿cómo han estado? –dijo Yoh con su típica sonrisa de hace mil siglos–. Siéntense, les pago un helado a las cinco.

Las chicas se sentaron sin hablar, viendo y reviendo al golpeteado grupo de jóvenes shamanes.

–¿Qué les pasó a todos? –dijo Mili, la única suficientemente valiente como para hablar en ese momento.

–Es una larga historia... –dijo Horohoro.

"Ni tanto, pero mejor así", pensó Manta.

–Mejor cuéntenos ustedes cómo han estado –dijo Yoh.

–Hemos estado bien... –empezó Mili, pero la antigua líder del grupo continuó, dando la negativa a lo dicho por la menor.

–En realidad, nos ha ido pésimo... ¿No escucharon que Hao volvió de nuevo, acaso? Estamos huyendo de él...

–¡¿Hao?! –preguntaron todos los chicos a la vez, y a Chocolove se le cayó la bolita de helado del cono.

–Sí, Hao...; dizque que ha venido a cobrarnos a todos los involucrados en su caída... –empezaba a temblar como gelatina, al igual que las otras–. Vino a cobrar venganza sobre todos nosotros...

"No es posible que Hao haya vuelto para eso...", pensó Manta y le dio algo de miedo, puesto que él no era tan buen shaman como para defenderse por un minuto... o si quiera un segundo contra Hao.

"Pensé que Yoh lo había derrotado, si no... Sino, ¿cómo es que sigue aquí?".

–Es horrible... –prosiguió Shalona–. Primero irá por los débiles, luego sobre los ex soldados esos raros, para después irse por toda la Aldea Apache y, para acabar, vendrá de vuelta y te acabará a ti, Yoh Asakura...

–¡Pero por nosotras primero! –dijo Mili.

–¡No, por Mili no...! –lloraba Ryu–. Yoh, hay que derrotar a Hao nuevamente, para evitar que estas gentiles damas sufran más.

Con sus palabras, las Cinco Lilis se tiraron al suelo a besarle los zapatos por ser tan bueno y comprensivo con ellas...

"Vaya que no cambian", pensó Manta.

"¿Pero qué haremos con lo de Hao?".

–Con que ahí estaban, eh –dijo una voz familiar detrás de la cortina formada por Ryu y las Cinco Lilis.

Eran Anna, Tamao, Pilika y Jun... más una montaña de paquetes con cositas medio inútiles compradas por ellas mismas, pero con el dinero de Yoh y Len.

"¡Qué montaña!".

–¿Cómo pagaron todo eso? –preguntó Manta.

–Yoh cometió el error de olvidar que me había prestado su tarjeta y yo aún la conservaba –dijo Anna, mientras la mitad del grupo veía los paquetes con la boca abierta.

–Y Len nos prestó amablemente su tarjeta en cuanto llegamos –dijo Jun, lanzándole a Len la tarjeta de vuelta.

"Esa es una ventaja para ellas, pero nos dejarán pobres", pensó Manta, imaginándose que bien podría ser el siguiente en perder todo su dinero.

–¿Compraste algo caro, Jun? –dijo Len simplemente.

–No realmente; pero pagué mis cosas y las de Pilika, si no te importa –dijo Jun.

Y ese fue el detonante para que iniciara una nueva lucha de Len contra Horohoro... pero sin intermediarios ni gente inocente que se metiera en medio.

"Vaya que se odian", pensó Manta.

–Vaya que ustedes dos se quieren mucho –dijo Yoh, sonriendo, y deteniendo con esto la pelea.

–¿Yo, querer a este idiota? ¡Ni loco! –dijo Len, y le dio la espalda a Horohoro.

–Igualmente –dijo Horohoro levantándose y yéndose a parar con su hermana.

"Bueno... Veamos si vuelve el tema de Hao", pensó Manta, ya que eso los concentraría a todos en un solo punto y en paz.

–Volvamos al tema de Hao –dijo Yoh–. ¿Quieren unirse a la conversación, Anna? En serio está muy interesante...

–¿De qué hablan ahora? –dijo Anna bruscamente, sentándose junto a Yoh mientras el resto se sentaba cerca.

–De que Hao volvió a aparecer, y esta vez viene a cobrarnos venganza por quitarle el título de Shaman King –dijo Shalona.

–¿A sí? Pues que simplón es Hao, parece bebito de siete meses... –dijo Anna.

La conversación reinició, con todos bien centrados en el tema.

"¿Qué irá a pasar con todos nosotros ahora?".