Capítulo 13: Manta

La semana ya casi pasaba y la tensión aumentaba... con las chicas.

Los chicos estaban más relajados que nunca... a excepción de los de siempre: Horohoro y Len.

Por demás, todos estaban muy bien.

–¡Ay! –gritaba Tamao dentro de la casa–. Pilika, ¿has visto...?

"No sé para qué las chicas arman tanto borlote", pensó Manta.

"Es sólo una fiesta de shamanes".

Los siete chicos estaban tomando un cálido baño en el patiecito de siempre.

Lyserg tenía varios días muy tenso, nervioso y visiblemente muy mal.

"¿Qué tendrá?", pensó Manta viendo el rostro del joven inglés, que mantenía los ojos cerrados.

–Es bueno poder relajarse en medio de tanto borlote por parte de las chicas, ¿no? –dijo Yoh finalmente, después de un largo rato en silencio.

Todos empezaron a darle la razón.

–¿Sólo dices borlote? Pues si parecen pericos en jaula... –dijo Len.

–¿Perritos en malva? –dijo Chocolove, que tenía los oídos tapados.

–Lo haces a propósito, ¿verdad?

–No, yo no hago ningún deposito –dijo nuevamente.

"Len intenta ser más paciente... Necesitamos que así sea para poder asistir todos a la fiesta", pensó Manta.

–Hablemos de algo más... ¿Qué les parece de la fiesta? –dijo Yoh, y todos empezaron su discusión del tema.

Entonces, todos llegaron a un punto en común: ninguno tenía su traje listo...

–Ah...

"Vaya, no había pensado en eso".

–Ninguno de nosotros tiene nada listo... –dijo Yoh.

–Eso les pasa por no pensar bien las cosas y no tomar conciencia del tiempo que falta para la fiesta –dijo Anna apareciendo en la puerta.

Len y Lyserg se pusieron como tomates; Yoh, Ryu y Manta, ya acostumbrados, la saludaron; Horohoro se indignó más que nunca; y Chocolove se salió a propósito del baño...

–Ah... Mejor me voy –dijo Anna y salió corriendo.

Los chicos se quedaron boquiabiertos y después felicitaron a Chocolove por espantarla.

"Es la primera vez que pasa esto", pensó Manta.

"Pobre Anna. Habrá que pedirle disculpas luego".

Al terminar su baño, todos salieron rumbo a la ciudad a buscar los trajes que usarían para la santa fiesta.

Terminaron yendo al mismo centro comercial al que habían ido las damas...

Ahí encontraron todo lo que necesitaban.

–Vaya, don Yoh, le queda perfecto –dijo Ryu aplaudiéndole a Yoh.

–¿En serio? –después se rió–. Parecemos las chicas en pleno chisme de ropa...

Manta fue rápido para escoger, así que se quedó calificando a los otros con cada traje que escogían (algunos no parecían verse bien con ninguno).

–En serio, Horohoro, no se te ve bien ese.

–Manta, eso es lo mismo que me has dicho con todos...

De repente, Chocolove apareció con el traje más extraño existente sobre esta tierra (bueno, no tanto...).

–¿Qué es eso? –preguntaron Len y Manta a la vez.

–¿Esto?... Pues esto es un traje –dijo sonriendo Chocolove, con su traje naranja y amarillo (todos los demás o eran negros o azul marino, obvio).

"¿Piensa ir a la fiesta con eso?", pensó Manta.

–Me gusta para llevarlo a la fiesta –dijo Chocolove.

"Adiviné...".

Total: todos consiguieron uno para ellos, pagaron y volvieron a la casa.

Cuando llegaron, Tamao y Pilika les rogaron para que les modelaran tantito con sus nuevos trajes.

Cuchicheaban mucho entre ellas, y se reían y sonrojaban...

"¿Qué estarán pensando ahora?".

Pero cuando llegó Chocolove...

–¡Ha, ha, ha! Es el mejor chiste que te has conseguido, Chocolove, en serio. ¡Ha, ha, ha! –se reía Pilika.

–Ay, ¿por qué elegiste eso? –preguntó Tamao.

Chocolove se retiró deprimido a su habitación.

En cambio, cuando pasaron Lyserg y Len, se sonrojaron hasta parecer tomates y hablaban con nervios a ambos chicos, siempre halagándolos.

"Qué malas fueron con Chocolove", pensó Manta.

"Mejor voy a ver cómo está".

Subió, tocó a la habitación y entró.

–¿Estás bien, Chocolove?

–No sé... Esas chicas me hirieron. Este traje sí me gusta... Y ellas se burlaron...

–¿No que te gustaba que se rieran de lo que haces y dices?

–Ellas fueron con malas intenciones... Así ni a quién le guste.

"Tiene razón", pensó Manta.

"Ni a quién le guste".

Se quedó consolando al pobre, que terminó contando chistes hasta la hora de la cena.

–¿Ya estás mejor?

–Sí, supongo que sí... Pero por más que me rueguen esas dos, no les haré caso jamás.

"Venganza...".

–Bueno, vamos a cenar.

Ambos bajaron y se unieron a los otros para cenar.

Las chicas no estaban, así que Manta preguntó por ellas.

–Ahora ellas nos mostrarán sus vestidos... –dijo Yoh–. Sólo sus vestidos. No nos mostrarán ni zapatos, ni accesorios, ni peinados, ni maquillaje, ni...

–Ok, ya entendí.

Tamao salió con su vestido rosa pálido, que le combinaba muy bien; Pilika salió con un vestido azul, también pálido, y le combinaba igual que a Tamao; pero Anna...

–Guau –dijeron los chicos y se quedaron con la boca abierta.

"¿Anna?".