Capítulo 14: Yoh

El día de la fiesta de shamanes había llegado.

Lyserg ya tenía de vuelta su auto, así que no tenían mucho de que preocuparse... bueno, las chicas sí, pero los chicos para nada.

"Jamás había visto a Anna tan metida en los chismes y asuntos de chicas...", pensó Yoh viéndola correr de un lado a otro de la casa junto con Tamao, Pilika y Jun (que iría con ellos).

Yoh fue al comedor a relajarse un poco, pero ahí ya estaban todos los chicos viendo la televisión...

–¿Y Len? –preguntó al contarlos.

–Fue al aeropuerto. Su familia le envió un auto desde China –dijo Horohoro.

"Guau, sí que tiene dinero...", pensó Yoh divertido con el caso.

Iba atardeciendo (anocheciendo, más bien), aquel lindo viernes a inicios de la primavera...

Antes de que el sol dejara de brillar en el horizonte, todos estaban listos en la parte de enfrente de la casa, esperando solamente a que llegara Len...

–Hola, siento la demora... –dijo Len, bajando de una limosina negra... de una cadena de tres iguales.

"¡Eso sí que es lujo!".

Anna miró las limosinas y a los conductores desde lejos, y dijo a Yoh y al resto del grupo.

–Aún así, prefiero ir en el convertible de Lyserg.

Se acomodaron lo mejor posible todos en los carros y se fueron rumbo a la fiesta en el hotel.

Llegaron y los chicos fueron los primeros en entrar.

La fiesta estaba en un gran salón (nadie supo cómo era que estaba ahí, ya que no existía tal salón en el hotel), y ya la mayoría de los shamanes parecía haber llegado.

"Ojalá nos encontremos con viejos amigos", pensó Yoh.

–¡Ey, espérame, hermano! –gritó Pilika desde lo alto de la escalera, haciendo que todos los chicos voltearan.

Pilika llevaba un hermoso vestido azul pálido y su cabello suelto y bien alaciado; llevaba casi todo en su atuendo muy perfecto, desde los zapatos hasta el maquillaje...

Dejó sin habla a Chocolove en especial, mientras Horohoro se enorgullecía de tener a tan linda hermana y la recibía en el grupito.

"Veamos quién se presenta ahora".

–¡Len! –gritó Jun, volviendo a acaparar las miradas de los chicos en lo alto de la escalera principal.

Llevaba un vestido verde oscuro con decoraciones chinas en dorado, muy bien maquillada y peinada, con perfectos accesorios... y con Lee Bruce Long como acompañante (que la creen...).

–Oye, Jun, espera –decía Tamao, siguiéndola.

Con su vestido rosa pálido, poco maquillaje, peinado y accesorios simples, dejó casi sin aliento a Ryu...

"Ahora sólo falta Anna", pensó Yoh, preparándose para verla.

Pronto, la prometida del Shaman King apareció en lo alto de la escalera, vestida con un hermosísimo vestido rojo amapola, zapatos blancos brillantes, peinado y maquillaje simples, y varias joyas de plata.

"Anna...".

Verla así dejó a varios boquiabiertos (del grupo y fuera de él).

–Hola, Anna –dijo Yoh embrujado por ella al recibirla al pie de la escalera.

Fueron a pasearse por ahí, mientras alguien ponía una linda música de fondo.

Las parejas fueron la de Yoh y Anna, Tamao y Lyserg (no por mucho...), Pilika y Horohoro (le negó a Len acompañarla... y a Chocolove ella misma lo negó), y Jun y Lee Bruce Long.

Se encontraron con las Cinco Lilis, y con...

–¡Fausto! –dijo Yoh sorprendido al verlo por ahí.

Iba acompañado por la revivida Elisa, y al parecer dentro de poco serían un trío (¿adivinan?).

El antiguo grupo de shamanes se saludó a lo grande, haciendo muchísimo alboroto en realidad, y llamando la atención de unos cuantos alrededor...

–Cuánto tiempo sin vernos –dijo Fausto con uno de sus brazos abrazando los hombros de su esposa.

–Tres años, no es mucho –dijo Anna.

–Y ustedes dos, Anna, Yoh; ¿qué ha pasado? –fue el primero en toda la historia capaz de preguntarles tan directamente.

"Oops...", pensó Yoh mientras él y Anna se ponían del color del vestido de ella.

–Aún no hay nada nuevo... –dijo Yoh apenitas, y las burlas de Len no cesaron por el resto de la noche.

Anduvieron hablando un rato todos de las novedades y demás, aparte del pasado que tan bien habían pasado...

Cuando estaba a punto de sonar la campanada de las once (que antigüilla), Yoh estuvo harto de combinar las burlas de Len y la plática; aparte de que había algo más...

"¡Ya basta...!", pensó Yoh molesto.

–¿Qué te pasa, Yoh? –dijo Manta al verlo bien.

–Nada, Manta. No me pasa nada.

Entonces Anna y el resto del grupo lo miraron.

–No te creo, Yoh –dijo Anna.

–Cierto, no te ves bien –dijo Fausto.

"¿Me veo mal?", alcanzó a pensar Yoh.

–Don Yoh, déjeme ir a preguntar si le pueden prestar alguna habitación para que descanse –dijo Ryu.

Anna tomó del brazo a Yoh y lo abrazó, mientras apoyaba su cabeza en su hombro y le decía que intentara relajarse un poco.

"¿Tan mal me veo? ¿Tan mal podré estar?".

Ahora, pensando en eso, Yoh pudo sentir como una fuerza exterior a él y casi sobrenatural lo afectaba...; había una sombra en una ventana que él, ni nadie, había visto.

–Ven, Yoh; te acompaño –se ofreció Manta, pero Yoh dijo que no y se fue solo hacia una de las habitaciones que había conseguido Ryu.

"¿Qué me pasa?".