Capítulo 15: Pilika
Casi una hora después de que Yoh se fue, Tamao ya estaba bailando con Ryu y Pilika con Chocolove, puesto que los demás estaban demasiado ocupados preocupándose por Yoh...
De hecho, Anna se había ido a ver cómo estaba hacía media hora casi.
"Digo, al menos me hubieran puesto de pareja a alguien más, hasta a un desconocido", pensaba Pilika mientras bailaba por ahí con su acompañante.
"Mi hermano cometió una falta gravísima", pensó furiosa.
"Chocolove es feo, no me cae y no lo quiero de pareja", y se detuvo.
–¿Qué sucede? –le preguntó el muy atento de Chocolove.
–Nada, nada... Sólo estoy algo cansada... –mintió Pilika, intentando evitar verlo a él–. ¿Vamos a sentarnos un rato?
Fueron a sentarse junto con Fausto y Elisa, que estaban hablando de nuevo sobre su bebé (¡ay, qué lindo!).
"Ay, no. Ahora, aparte de aguantar a este tipo, tengo que aguantar a unos esposos súper enamorados que hablan de cómo será su vida con su niño", pensó Pilika mientras se sentaba y Chocolove iba por algo para beber.
Entonces, vio que Tamao y Ryu se acercaban también a sentarse, así que se preparó para el chisme.
–¿Cómo te va con Ryu? –dijo Pilika, cuando él fue a ayudarle a Chocolove con las bebidas.
–Mucho mejor de lo que pensé... –dijo Tamao, empezando a ponerse colorada–. Pensé que él sería un idiota de primera, pero no...
No sabía cómo explicarle a Pilika todo, porque sabía que ella estaba descontenta con la pareja que le había tocado.
"¿Cómo es que Tamao sí puede estar contenta con su acompañante y yo no?", pensó.
Entonces, los chicos volvieron con las bebidas y suspendieron momentáneamente el santo chisme.
Después de un rato, Ryu y Tamao volvieron al centro del salón para seguir con el baile, dejando a Pilika boquiabierta...
Y se acordó.
"¡La apuesta!", pensó.
"Ciertamente, me lleva la delantera... ¿Pero esa será su intención? No sé... Capaz y no...", pensaba.
–¿Bailamos? –le preguntó gentilmente Chocolove.
La pensó un buen rato y decidió que sí, aún pensando los posibles motivos de Tamao para estar así de loquita con Ryu.
Bailaron un buen rato más, ambas parejas.
En un momento dado, Pilika vio a Tamao y a Ryu desaparecerse por la escalera principal.
"¿Adónde van esos dos ahora?", pensó Pilika, con la curiosidad picándole por toda su cabecita.
"Ay, Dios... ¿Qué planean? Me darán un ataque...".
Después de eso, buscó a su hermano y a los dos chicos que en realidad le interesaban: Len y Lyserg.
Alcanzó a ver a Horohoro hablando con una linda muchacha, a Len discutiendo con Jun como todos los hermanos normales, y a Lyserg bailando en una orilla del salón con Mili.
"¡No es posible que prefiera a esa bebé que a mí!", pensó Pilika y se soltó a llorar sin darse cuenta.
–¿Qué pasa, Pilika? ¿Estás bien?
Pero ella no pudo responderle esta vez a Chocolove, sino que se recargó en su hombro y siguió llorando.
–Anda, Pilika, tranquila, que tu hermano me aniquila si te ve llorar...
Y ella siguió ignorándolo y llorando, así que él la sacó de la multitud y la llevó a una esquina lejana de donde estaba Horohoro.
–Ahora, ¿me puedes decir que pasa?
"No puedo... ¡Que me deje en paz!".
Él intentaba calmarla, pero ella no dejaba que lo hiciera ni quería que se le acercara, así que no dejaba de moverse...
Entonces, perdiendo la paciencia, Chocolove la tomó de los hombros y casi le grita que se calmara.
"¿Qué le pasa a este?".
–Mira, Pilika; cálmate... –ella se calmó un poco, y él siguió–. ¿Ya está bien todo? ¿Ya me puedes decir qué pasaba?
"Ay...".
Terrible silencio el que siguió de eso; hasta sus mentes estaban en blanco.
Igual de terrible era la cercanía, y Pilika estaba acorralada en la esquina y muy lejos de la mirada protectora de su hermano mayor.
"Ay", fue lo último que pudo pensar Pilika antes de...
–¡Ey, tú! ¡¿Qué diablos haces besando a mi hermana?! –gritó Horohoro desde el otro lado del salón (vaya, ojos de águila...).
"Oops".
Se separaron un tantito y Horohoro los alcanzó para gritarle a Chocolove y casi matarlo a golpes.
Pero Pilika no los veía ni pensaba en ellos.
Sólo había una cosa rondando por su mente...
"Me besó...", se dio la vuelta a ver a la esquina.
"Chocolove me besó", aún no se la creía.
Después de superar la sorpresa, siguió una parte medio malvadilla de ella.
"Mmm, no estuvo tan mal...".
Entonces, pudo ver y escuchar a Horohoro y a Chocolove peleándose (o tan siquiera a su hermano golpeando a su acompañante).
Y de la nada, apareció Yoh calmándolos.
–Eh, Yoh, ¿de dónde saliste? –preguntó Chocolove a su salvador.
–¿Ya estás mejor, Yoh? –preguntó Horohoro, con el pleito olvidado y en el pasado.
–Claro que sí –sonrió–. ¿Dónde está Anna?
Entonces, se escuchó una explosión que rompió todas las ventanas y de repente todo el sitio se estaba quemando (o tan siquiera el salón).
–Oh, oh –dijeron todos.
"Ay, no", pensó chillando Pilika, abrazada por su hermano.
Casi una hora después de que Yoh se fue, Tamao ya estaba bailando con Ryu y Pilika con Chocolove, puesto que los demás estaban demasiado ocupados preocupándose por Yoh...
De hecho, Anna se había ido a ver cómo estaba hacía media hora casi.
"Digo, al menos me hubieran puesto de pareja a alguien más, hasta a un desconocido", pensaba Pilika mientras bailaba por ahí con su acompañante.
"Mi hermano cometió una falta gravísima", pensó furiosa.
"Chocolove es feo, no me cae y no lo quiero de pareja", y se detuvo.
–¿Qué sucede? –le preguntó el muy atento de Chocolove.
–Nada, nada... Sólo estoy algo cansada... –mintió Pilika, intentando evitar verlo a él–. ¿Vamos a sentarnos un rato?
Fueron a sentarse junto con Fausto y Elisa, que estaban hablando de nuevo sobre su bebé (¡ay, qué lindo!).
"Ay, no. Ahora, aparte de aguantar a este tipo, tengo que aguantar a unos esposos súper enamorados que hablan de cómo será su vida con su niño", pensó Pilika mientras se sentaba y Chocolove iba por algo para beber.
Entonces, vio que Tamao y Ryu se acercaban también a sentarse, así que se preparó para el chisme.
–¿Cómo te va con Ryu? –dijo Pilika, cuando él fue a ayudarle a Chocolove con las bebidas.
–Mucho mejor de lo que pensé... –dijo Tamao, empezando a ponerse colorada–. Pensé que él sería un idiota de primera, pero no...
No sabía cómo explicarle a Pilika todo, porque sabía que ella estaba descontenta con la pareja que le había tocado.
"¿Cómo es que Tamao sí puede estar contenta con su acompañante y yo no?", pensó.
Entonces, los chicos volvieron con las bebidas y suspendieron momentáneamente el santo chisme.
Después de un rato, Ryu y Tamao volvieron al centro del salón para seguir con el baile, dejando a Pilika boquiabierta...
Y se acordó.
"¡La apuesta!", pensó.
"Ciertamente, me lleva la delantera... ¿Pero esa será su intención? No sé... Capaz y no...", pensaba.
–¿Bailamos? –le preguntó gentilmente Chocolove.
La pensó un buen rato y decidió que sí, aún pensando los posibles motivos de Tamao para estar así de loquita con Ryu.
Bailaron un buen rato más, ambas parejas.
En un momento dado, Pilika vio a Tamao y a Ryu desaparecerse por la escalera principal.
"¿Adónde van esos dos ahora?", pensó Pilika, con la curiosidad picándole por toda su cabecita.
"Ay, Dios... ¿Qué planean? Me darán un ataque...".
Después de eso, buscó a su hermano y a los dos chicos que en realidad le interesaban: Len y Lyserg.
Alcanzó a ver a Horohoro hablando con una linda muchacha, a Len discutiendo con Jun como todos los hermanos normales, y a Lyserg bailando en una orilla del salón con Mili.
"¡No es posible que prefiera a esa bebé que a mí!", pensó Pilika y se soltó a llorar sin darse cuenta.
–¿Qué pasa, Pilika? ¿Estás bien?
Pero ella no pudo responderle esta vez a Chocolove, sino que se recargó en su hombro y siguió llorando.
–Anda, Pilika, tranquila, que tu hermano me aniquila si te ve llorar...
Y ella siguió ignorándolo y llorando, así que él la sacó de la multitud y la llevó a una esquina lejana de donde estaba Horohoro.
–Ahora, ¿me puedes decir que pasa?
"No puedo... ¡Que me deje en paz!".
Él intentaba calmarla, pero ella no dejaba que lo hiciera ni quería que se le acercara, así que no dejaba de moverse...
Entonces, perdiendo la paciencia, Chocolove la tomó de los hombros y casi le grita que se calmara.
"¿Qué le pasa a este?".
–Mira, Pilika; cálmate... –ella se calmó un poco, y él siguió–. ¿Ya está bien todo? ¿Ya me puedes decir qué pasaba?
"Ay...".
Terrible silencio el que siguió de eso; hasta sus mentes estaban en blanco.
Igual de terrible era la cercanía, y Pilika estaba acorralada en la esquina y muy lejos de la mirada protectora de su hermano mayor.
"Ay", fue lo último que pudo pensar Pilika antes de...
–¡Ey, tú! ¡¿Qué diablos haces besando a mi hermana?! –gritó Horohoro desde el otro lado del salón (vaya, ojos de águila...).
"Oops".
Se separaron un tantito y Horohoro los alcanzó para gritarle a Chocolove y casi matarlo a golpes.
Pero Pilika no los veía ni pensaba en ellos.
Sólo había una cosa rondando por su mente...
"Me besó...", se dio la vuelta a ver a la esquina.
"Chocolove me besó", aún no se la creía.
Después de superar la sorpresa, siguió una parte medio malvadilla de ella.
"Mmm, no estuvo tan mal...".
Entonces, pudo ver y escuchar a Horohoro y a Chocolove peleándose (o tan siquiera a su hermano golpeando a su acompañante).
Y de la nada, apareció Yoh calmándolos.
–Eh, Yoh, ¿de dónde saliste? –preguntó Chocolove a su salvador.
–¿Ya estás mejor, Yoh? –preguntó Horohoro, con el pleito olvidado y en el pasado.
–Claro que sí –sonrió–. ¿Dónde está Anna?
Entonces, se escuchó una explosión que rompió todas las ventanas y de repente todo el sitio se estaba quemando (o tan siquiera el salón).
–Oh, oh –dijeron todos.
"Ay, no", pensó chillando Pilika, abrazada por su hermano.
