El Despertar de un Sentimiento.

Capítulo 7: "En mi mente..."

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Reino del Sur... 10:45 am...

Habían pasado dos días... dos largos días sin verla, los que parecían una eternidad. ¿Se puede llegar a querer tanto como para enloquecer de amor? Tal vez llegar al desquicio total no sería su caso... simplemente deseaba estar con ella, a costa de todo. Y en eso ya había poca cordura de su parte. Morir intentando penetrar el castillo, sería como perder todo lo que habían logrado en ese tiempo... Aunque aquello no sería tan terrible como la muerte de su corazón, si su flor de cerezo llegase a recibir nupcias con Kimura...

¿Li me estás escuchando? –Preguntaba Yue con cara de pocos amigos.

Lo siento... me distraje nuevamente –se disculpó el joven príncipe -¿Qué me decías?

Que si continúa así de distraído, de seguro lo matarán antes de que cruce las fronteras del norte.

Eso nunca... la volveré a ver aunque muera en el intento.

Pues creo que a ella le agradará más vivo que muerto –agregó Yue –No me gustaría ver el rostro triste de Sakura en su funeral –comentó. Shaoran le miró detenidamente. Aquellas palabras le hicieron dudar de los verdaderos motivos que tenía Yue para ayudarle.

¿Cuál es tu interés en ir al Norte? –preguntó Shaoran sorprendiendo al guardia. Este le miró por unos segundos.

Es una deuda no saldada –terminó por contestar. Se alejó unos pasos de Shaoran, pero este le siguió hasta quedar a su lado, deteniendo su marcha.

¿Sólo eso? –inquirió el joven.

¿Qué se está imaginando majestad? –preguntó Yue comprendiendo los motivos de la duda del príncipe –No creerá usted que yo...

Si... eso creo –comentó con seguridad el joven príncipe - ¿Tienes o en algún momento tuviste un tipo de interés en Sakura?

Yo... -dudó el guardia.

Sé honesto por favor –exigió Shaoran.

Cuando llegué a este lugar, admito que sentí cierta atracción por ella –Shaoran le miró algo molesto, pero contuvo sus comentarios –Su inocencia, su ternura, su capacidad de amar... Pero luego de un tiempo, me di cuenta de que aquella atracción sucedió porque ella se parecía demasiado a... Kaira. Kaira era mi prometida en el norte... Nos casaríamos cuando llegase la primavera, de eso hace ya seis años.

¿Qué pasó con ella? –preguntó Li.

Kaira... en uno de los ataques de los soldados de Shinishi, a la comarca en la que ella vivía, fue capturada y llevada al palacio. Nunca supe lo que allí le sucedió. Yo tenía tan solo dieciocho años, como usted... -aquí detuvo su relato y una mueca de dolor se apoderó de su rostro –Intenté ayudarla, pero fui descubierto y perseguido. Uno de los soldados, que por lo demás me odiaba desde que éramos unos niños, pudo darme una estocada en el pecho, y creyéndome muerto regresó al palacio triunfante.

¿Y qué sucedió después? –preguntó Shaoran quien se notaba interesado en aquella historia. En cierto modo se podía ver reflejada su propia situación en aquellos personajes.

Tsukishiro me encontró herido y me trajo al sur, después de que le expliqué la situación en el norte.

Ya veo... ¿y quieres enfrentarte a Shinishi no es así? –preguntó Shaoran.

Si... por Kaira y por... -calló. Aun no era el momento de confesar aquel secreto.

¿Por?

Shaoran –se escuchó un llamado desde la puerta. Era Eriol, quien llegaba del oeste con noticias.

Me han informado que el este está completamente sitiado... No hay forma de ingresar. Además han saqueado nuestros almacenes de defensa, robando todas las armas que allí guardábamos –explicó el joven –En tanto la frontera del oeste está bastante descuidada. Y por lo que logré averiguar, la campiña de la montaña no ha caído aun bajo el yugo de Shinishi, pues este desconoce su existencia.

Lo que significa que aun tenemos la reserva de armamentos en ese lugar –acotó Shaoran. El muchacho se mantuvo pensativo, mientras Eriol continuaba con su explicación.

Así es, pero no podemos asegurar que la búsqueda de las armas sea segura. El camino está tapado por la nieve, por lo que tendremos que tener mucho cuidado con lo que hagamos.

Entonces... -comenzó Li acercándose a una mesa en la que estaba extendido el mapa de las tierras. Yue y Eriol se acercaron también –Iremos por el paso de Helm hacia el Oeste. Usaremos la antigua ruta de los comerciantes, y tomaremos el camino principal cuando hayamos ingresado a la campiña de la montaña. Si tenemos suerte el viejo Clow nos podrá ayudar.

¿El viejo Clow? ¿Hablas de aquel ermitaño? –preguntó Eriol.

Del mismo... aunque no lo creas no es una mala persona –comentó Shaoran dejando confundido a Eriol.

Pero... ¿de dónde lo conoces? –Li rió al escuchar esa pregunta.

Es una interesante historia... pero no hay tiempo para eso ahora. Debemos marchar de inmediato. ¡Yamasaki! Partiremos dentro de media hora –ordenó el muchacho – ¿entendido?

Si señor.

Recuerda... solo veinte hombres... nada más –advirtió Shaoran.

No se preocupe majestad –dijo Yamasaki con una gran sonrisa –Seremos veintitrés –y luego se marchó.

¿Veintitrés? –preguntó Shaoran

Si... incluyéndote a ti, a mí y a Yue... da un total de veintitrés hombres –aclaró Eriol.

Como lo deseen... -agregó resignado.

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Reino del Norte... 11:46 am...

Llevaba poco tiempo despierta. Sin duda había pasado una pésima noche, pero ya comenzaba a acostumbrarse a ese lugar. Aun así no podía evitar la sensación de soledad que la invadía. Kimura, que la había visitado solo dos veces durante su estancia en aquel lugar, al verla así había buscado una dama de compañía, que resultó ser una mujer de unos 23 años de edad. Muy bella, de figura bastante estilizada, y unos bellos ojos verdes, muy similares a los de ella, pero más oscuros, llevaba su cabello negro y liso, atado en una coleta que llegaba hasta la mitad de la espalda. Poseía finísimas facciones capaces de encantar a cualquiera, pero su mirada se veía perdida y algo vacía, lo que le dio a entender que la mujer ocultaba un gran secreto.

Buenos días señorita Sakura –saludó la mujer mientras hacía una reverencia frente a la muchacha.

Por favor... no necesitas hacer eso. Yo siempre he sido una doncella...

Pero ahora es la futura reina de esta nación –interrumpió la mujer –Y debo respetarla ante todo –agregó secamente.

Yo...

¿Cómo puede...? ¿Acaso no entiende que esta es su perdición? –preguntó la mujer perdiendo la compostura.

¿Casarme con Kimura? –preguntó tranquilamente la muchacha –La verdad es que no lo amo... ni siquiera tengo el más mínimo interés en él –confesó Sakura.

Majestad... ¿sabe usted que por lo que me está confesando tendría que pagar con su cabeza?

Lo sé... pero también sé que no eres capaz de decírselo a nadie. Menos a Kimura –agregó Sakura.

¿Cómo puede estar segura de eso?

Simple... me lo dice tu mirada. Tú tampoco estás en este lugar por tu propia voluntad –dijo Sakura, viendo la reacción de la mujer –Lo sé por la forma en que miraste a Kimura cuando te dejó aquí hace unos instantes. Era una mirada de odio... llena de ira. Pero no es bueno que guardes tanto rencor en tu corazón.

Usted no sabe lo que yo sé... ni ha vivido lo mismo que me a ha tocado a mi –dijo la mujer dando media vuelta para retirarse.

Nos veremos más tarde...

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Paso de Helm... media tarde...

Los caballos estaban bastante cansados, al igual que sus jinetes. Se detuvieron a la orilla del río para comer algo y dar de beber a los caballos, además de permitirles un descanso.

¿Donde está Shaoran? –preguntó Eriol cuando se encontró con Yue, quien alimentaba a su caballo.

No lo sé... hace un rato salió con su caballo. Dijo que si no regresaba dentro de una hora, continuásemos el viaje y que nos alcanzaría al pie de la montaña –explicó Yue.

Otra vez está con sus secretos... sin duda que mi primito es una persona muy especial.

Es un hombre enamorado... eso es todo –comentó Yue –Y creo que no es el único que haría cualquier locura por ver a su amada. ¿O me equivoco anciana Kia? –preguntó sorprendiendo a Eriol. Ese nombre lo había utilizado el día en que se infiltró al castillo vestido de anciana, para pedirle matrimonio a Tomoyo.

Je, je –rió Eriol viéndose descubierto -¿Cómo lo supiste?

No soy tonto como los demás guardias... aunque debo admitir que tienes capacidades histriónicas.

Gracias...

Mientras tanto un poco más lejos de aquel lugar, Shaoran se había internado en la espesura del bosque. Estaba casi completamente seguro de que allí le encontraría... pero ¿Dónde se había metido? En eso escuchó el silbar de una flecha cruzando el aire, y en un rápido moviendo logró esquivarla.

¿Eres tú Li? –preguntó una voz grave.

¿Cómo lo sabe? –preguntó Shaoran buscando en dirección al lugar del cual provenía la flecha.

Porque eres el único que puede esquivar fácilmente mis flechas –explicó el hombre saliendo de su escondite. Era un hombre mayor, de unos cuarenta años, de cabello oscuro y ojos azul mar. Shaoran le miró sorprendido.

¿Clow?

El mismo... -aclaró el hombre –Me alegra verte de nuevo por aquí, aunque no me traigas muy buenas noticias. Pero si estás mucho más alto muchacho. Ya eres todo un hombre.

Pues... usted no se queda atrás... nadie en su sano juicio creería que usted tiene setenta años –comentó Shaoran, lo que provocó risas en el hombre.

Nadie excepto tú –agregó Clow.

Pues créame que estoy perdiendo la cabeza.

Por una mujer supongo... -dijo asertivamente el hombre. Al ver la mirada de confusión del muchacho se explicó mejor –Siempre fuiste un muchacho centrado, y por lo demás un gran luchador. Estaba seguro de que tu espíritu no se podría turbar fácilmente, pero también tenía la certeza de que si algo podía lograr eso, sería una mujer. Y debe ser muy especial...

Por supuesto... es la mujer más especial de este mundo –confesó Shaoran mientras un ligero tono carmín subía a sus mejillas, logrando que se azorase en extremo.

Mmm... así que luchando por alguien más... eso era lo que te hacía falta –dijo Clow.

Una razón para morir...

No creo que esa sea la palabra indicada, pero bueno... ¿qué te trae por aquí? –preguntó el hombre.

Pues... la situación en el norte está cada vez peor... Han atacado y sitiado el este, y gracias a la defensiva del sur, estas tierras aun no caen en manos de Shinishi. Todos creíamos que cuando llegase la muerte de Shinishi, podríamos descansar, pues no existían herederos al trono. Pero estábamos equivocados... si existe un heredero y ha decidido acceder a la corona.

Así que hay un heredero... -comentó Clow –Era de esperarse de Shinishi. Prosigue...

Se trata de Kimura... un joven que fue criado por mi familia. Cuando llegué al sur, debido al compromiso que mi madre había arreglado para que contrajera nupcias con la princesa de esas tierras, conocí a una jovencita que me enamoró. Pero ella era solo una doncella... aun así estaba dispuesto a hacer lo que fuera para tenerla a mi lado.

Sin embargo...

Sin embargo él se enteró de lo nuestro, y amenazó con confesar todo. Esto podría causar una guerra entre ambos países. Exigió que a cambio de su silencio, Sakura accediera a irse con él. Ella aceptó a pesar de que esto iba en contra de sus sentimientos y de los míos, pues no deseaba que más personas murieran por su culpa. Yo no lo iba a permitir, pero el se la llevó antes de que pudiera detenerlo. Los seguí hasta el este, pero él nunca llegó a ese lugar. Ahí descubrimos su procedencia, y fue cuando atacaron nuestras tierras.

Así que flor de cerezo... es un bello nombre.

Hai –asintió Shaoran.

Y ahora están en búsqueda de las armas que están guardadas en la montaña –dijo Clow. Shaoran asintió con la cabeza –Entonces lo mejor es que cuando lleguen al pie de la montaña, no tomen el camino principal –sugirió el hombre –Yo los guiaré por otro lugar.

¿Hay otro acceso a la campiña de la montaña que no sea por el camino principal?

¡Por supuesto! ¿Cómo crees que escapábamos de ese lugar antiguamente? –preguntó Clow –En marcha.

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Todos los soldados se encontraban listos para proseguir con su viaje. Sin embargo su líder aún no regresaba. La verdad era que muy pocos estaban al tanto de que el príncipe Shaoran no se encontraba con ellos.

Partiremos sin él como lo ordenó –dijo Eriol.

¿Está seguro de lo que dice? –preguntó Yue.

Si Shaoran dio esa orden, estoy seguro de que nos alcanzará al pie de la montaña, sino antes.

Entonces daré la orden de que continuemos.

No es necesario se escuchó la voz de Shaoran –Ya estoy de regreso. Yue... avisa que continuaremos con el viaje por una nueva ruta.

¿Una nueva ruta? –preguntó Eriol.

Si... para eso tendremos un muy buen guía. Les presento a Clow Lead –en eso aparece el hombre alto y fornido.

¿Clow?

El mismo –dijo el hombre –Debemos partir de inmediato Li –agregó.

Si... Yamasaki avísales a todos que continuaremos la marcha –ordenó el joven.

¡Si señor!

Shaoran... estás seguro que él es Clow? –preguntó un confundido Eriol.

Por supuesto. ¿Quién mas podría ser? –preguntó el joven.

¡Pero si Clow es una anciano! –Shaoran le miró comprendiendo su duda. Luego de unos minutos comenzó a reír.

Y lo es... tiene setenta años.

¡Setenta! –exclamó el joven ojiazul.

Setenta y dos para ser precisos –comentó Clow –Aunque no lo creas es verdad. Por lo visto eres un muchachito muy incrédulo.

Bueno soy así y no creo que eso tenga algo de malo –agregó Eriol a quien le fastidió aquel comentario. Clow le miró divertido. Le agradaba ese muchacho, y en cierto sentido se parecía bastante a él cuando tenía esa edad.

Inmediatamente retomaron la marcha, hasta llegar al camino principal. En vez de continuar por allí como estaba trazado en la ruta original, se internaron en la espesura del bosque.

¿Están seguros de que esto es lo mejor? –preguntó Yue, quien al notar la espesura del bosque, y las bajas temperaturas que se podían sentir en aquel lugar, se sentía algo preocupado. Los soldados comenzaban a agotarse, y el frío no les ayudaba a mejorar esa situación.

Si nos detenemos ahora moriremos congelados –aclaró Clow –Sé que es difícil soportar estas temperaturas, pero es lo mejor que pueden hacer.

Si usted lo dice –agregó Yue. Miró al hombre. En su cuerpo, al igual que en su rostro, no se notaba el paso de los años. Además el hombre parecía no sufrir a causa de las bajas temperaturas reinantes. Era demasiado extraño para tener más de setenta años. Clow se detuvo e hizo una seña a Shaoran para que continuasen. Se acercó hasta que dar a la par de la cabalgata de Yue.

No deberías juzgar las situaciones sin conocerlas. Eso no es bueno para una persona, como tampoco para un reino completo –aconsejó Clow. Luego dando la orden a su caballo, cabalgó hasta quedar liderando el batallón. Yue le miró desde su posición, bastante confundido. ¿Por qué le había dicho eso? ¿Acaso el estaba al tanto de la verdad?

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Aun pensaba en el sueño que había tenido la noche anterior.... Aun podía sentir sus cálidos labios, rozando los suyos. De solo recordar aquello un rubor se posó en sus mejillas. ¿Cómo había terminado en aquel lugar? Si tan solo no se hubiese enamorado, tal vez las cosas serían distintas.

Disculpe majestad –dijo su dama de compañía ingresando a la habitación –Toque cinco veces y como no respondía, decidí entrar.

No te preocupes Kaira... Pero llámame Sakura –recalcó la muchacha –Está bien si no quieres hacer eso cuando esté presente Kimura o alguna otra persona, pero cuando estemos a solas, me agradaría que me llamases Sakura.

Como lo desee princesa –dijo la mujer.

Dime Kaira... ¿Cómo llegaste aquí? –preguntó la muchachita con gran interés. Kaira la miró, y al ver su expresión de súplica, comenzó su relato.

Bueno... yo tenía tan solo 17 años y vivía en una de las comarcas de este reino. Estaba comprometida para casarme con un joven –dijo con un dejo de melancolía en su voz –Pero él fue asesinado por los soldados de Shinishi, y yo fui traída a este lugar. Desde aquel día no he podido salir de aquí. Está será mi eterna prisión.

Nuestra eterna prisión –comentó Sakura intentando animar a la joven. Kaira esbozó una sutil sonrisa. Era la primera vez que Sakura le veía sonreír.

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Al fin habían llegado a la campiña de la montaña. Cuando ingresaban a la aldea, un hombre junto a una veintena de jinetes armados, les detuvo.

Les advierto que si no regresan por donde vinieron...

Vengo en nombre del reino del Este –interrumpió Shaoran, enseñando el sello real del Este. Los hombres se pusieron en posición de ataque, a lo que el ejército de Shaoran tomaron una actitud de alerta.

Pues eso es imposible, porque el Este fue sitiado por Shinishi –dijo el hombre que parecía liderar al bando contrario.

Si... pero por distintos motivos yo me encontraba en el sur –aclaró Shaoran –Y ahora necesitamos su ayuda –dijo el muchacho y mientras intentaba bajar del caballo, el hombre lo atacó, hiriéndole en el hombro izquierdo. La habría cortado la cabeza de no ser por sus buenos reflejos.

Detente Kouichi –se escuchó la voz de Clow. El hombre al verlo inmediatamente retrocedió. Shaoran estaba perdiendo mucha sangre debido a la herida propinada. Yue le había sostenido antes de que cayera del caballo, y ahora el joven hacía intentos por mantenerse en pie. Sin duda el choque de la espada con su hombro había sido muy fuerte.

Señor Clow.... –alcanzó a pronunciar el hombre.

El mismo. ¿Cómo está Li? –le preguntó a Yue.

Ala parecer no muy bien. No logro detener la hemorragia, y está comenzando a palidecer. Aun así se niega a aceptar que lo recostemos en el piso –informó Yue.

No habrá necesidad de eso. Iremos a mi casa –dijo Clow y de inmediato se encaminó hasta una pequeña cabaña ubicada cerca de la plazoleta de la aldea. Yue, ayudado por Eriol llevaban a Shaoran, quien aun se mantenía en pie.

¿Clow tiene una casa aquí? ¿Pero él no es un ermitaño? –preguntó Eriol mientras seguían aun al hombre.

Pues al parecer nos tiene muchas sorpresas preparadas.

Mientras llegaban a la cabaña, notaron que el hombre que minutos atrás había herido a Shaoran, ahora les seguía. Ingresaron al hogar y dejaron a Shaoran en la habitación que Clow les señaló. El hombre luego les sugirió que salieran de allí, pues intentaría curar la herida. Eriol salió a regañadientes, gracias a la presión de Yue.

Disculpe... ¿cómo se encuentra el joven? –preguntó el hombre. Su rostro demostraba una real preocupación.

Y que lo preguntes –dijo Eriol logrando malestar en el hombre.

No te preocupes estará bien –dijo Yue.

¿Bien? Ha perdido mucha sangre... Con suerte y se salvará si... -comenzó Eriol, pero Yue le detuvo con una desafiante mirada.

Yo no imaginé que era el rey del Este... por favor créanme –suplicó el hombre.

Tranquilo... te creemos así que ve tranquilo a tu hogar. Shaoran es fuerte y pronto se recuperará –comentó Yue. El no solía ser así.

¿Por qué fuiste tan compasivo con él? –preguntó Eriol, quien estaba en completo desacuerdo con la actitud del soldado.

El solo protegía lo que ama... esta aldea es su hogar. Piensa que es muy difícil creer lo que dicen los soldados hoy en día, sobre todo luego de que cayeran las tierras del Este. Además Shaoran tienes bastante culpa en lo sucedido –acotó Yue.

¿Por qué lo dices?

Porque si se presenta como rey, o en todo caso enviado del Este, vestido de soldado, no puede esperar credibilidad de parte de su receptor –Eriol le dirigió una mirada de enfado, que el soldado no tomó en cuenta.

Decidieron que aquella noche alojarían en la aldea. Era lo más seguro. Shaoran bajo los cuidados de Clow, ya se encontraba conciente, aunque sin duda la herida le dolía excesivamente.

Si no te quedas tranquilo, la herida se abrirá nuevamente. Necesitas descansar al menos por esta noche –le decía Clow a un testarudo Li.

Compréndeme Clow... me siento culpable del retraso de nuestra misión. Cada minuto que paso aquí, es una oportunidad perdida.

Pero no serviría de nada que estando en esa condición, intentases regresar al sur –aclaró el hombre. Shaoran le miró detenidamente. Para ser un hombre común estaba muy bien enterado de los pasos a seguir de todo aquel que le rodeaba.

La verdad es que ya no me importa lo que me suceda. Pero debo atacar el norte antes de la fiesta de matrimonio. De lo contrario... -Shaoran pensó en las consecuencias de sus palabras. Podía imaginar a Sakura en brazos de Kimura... apretó fuertemente sus puños en señal de enfado, mientras en su hombro, una mancha carmesí comenzaba a empapar lentamente los blancos vendajes.

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Reino del Norte... 20:56 pm...

No sabes como espero el día de nuestra boda –repetía una y otra vez Kimura a la muchacha que se encontraba sentada frente a él en aquella amplia mesa. Sakura solo dio por respuesta una sonrisa que mas logró parecer una mueca – ¿Tú no te sientes como yo? –Sakura no dio respuesta – ¿No me piensas responder? –la muchacha se mantuvo en silencio. Kimura se puso de pie hasta llegar a su lado. Sin previo aviso le tomó el rostro, hasta dejarlo frente al suyo.

¡Me estás haciendo daño! –gimió Sakura, mientras algunas lágrimas caían por su pálido rostro.

No me importa el hecho de que no me quieras. Serás mi mujer, y solo mi mujer... Tal vez ese idiota de Li te enseñó lo que es el "amor" –dijo con sarcasmo y sin ocultar su malévola sonrisa –Pero escuchame bien Sakurita... -comenzó el joven atrayéndola a su cuerpo –Yo te enseñaré lo que es la pasión –La besó y luego se retiró de aquel salón, dejando a la muchacha atemorizada. Instintivamente intentó limpiarse sus labios, pero por mas que lo intentaba, aquella sensación no se alejaba. Kimura era despiadado... era un egoísta.

Mientras tanto, en el salón del trono, Kimura se encargaba de los "asuntos de su padre", el cual se encontraba ya muy enfermo. Entró al lugar un hombre de cabello grisáceo, producto de su avanzada edad.

Majestad Kimura. Lieng ha llegado con las noticias desde el sur –avisó el hombre.

Pues ¿qué esperas? ¡Hazlo pasar! –ordenó el joven. En ese instante ingresó al salón un muchacho que superaría a Kimura en edad por unos dos años -¿Qué averiguaste? –preguntó Kimura sin perder su tiempo en rodeos.

Hace tres días salieron del sur por el paso de Helm, hacia la montaña... por lo que averigüé, existe una campiña en aquel lugar, la cual no conocíamos.

¡Ataquen! –ordenó el hombre.

Pero señor... la mayor parte de nuestras tropas están batallando en el sur, y el resto están dispersas entre nuestras tierras, y el Oeste –advirtió Lieng.

No me importa... ¡quiero a Shaoran Li muerto! ¿Me entendiste?

Si señor –dijo bastante atemorizado el consejero. La verdad era que nunca le había visto tal rostro de enfado a su majestad.

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Shaoran abrió los ojos nuevamente... no recordaba lo que había pasado con él. En realidad había permanecido dormido durante los últimos dos días.

¿Dónde estoy?

En la campiña del norte... ¿Ya no lo recuerdas? –preguntó la madura voz de un hombre.

Clow... si ya recuerdo. ¿Cuánto tiempo llevamos aquí? –preguntó. La verdad es que estaba bastante aturdido. Con mucho esfuerzo, debido al dolor, se sentó en aquel camastro y observó la penetrante mirada del hombre.

Casi tres días completos –contestó Clow. Podía imaginar la reacción que obtendría de parte del muchacho. ¿Qué? ¡Es imposible! –exclamó el muchacho - ¡Maldita sea! Eso es demasiado tiempo con el que no contamos –agregó mientras golpeaba la cama con sus puños apretados.

Tus hombres ya retiraron las armas que necesitaban, creo que en realidad todas las armas de las bodegas. Están prestos a partir en cuanto tú puedas hacerlo.

Pues de inmediato sería ideal –aclaró Shaoran.

Si... pero primero debes comer algo –advirtió Clow.

Lo haré –aceptó el muchacho. En eso se escuchan gritos desde la aldea. Ambos salieron a ver, mientras Eriol y Yue detenían sus caballos en la entrada de la cabaña.

¿Qué sucede? –preguntó Clow.

Soldados de Shinishi. Alrededor de cien soldados se acercan por el caminos principal –informó Eriol –Son el ejército rojo de Shinichi aclaró. Con esto dio a entender lo grave de la situación.

*~*~*~* Fin Capítulo 7 *~*~*~*

Notas de la Autora:

Al fin!!!!!! Después de un gran tiempo de desaparición, he regresado con un nuevo capítulo de este fic. Vaya que si me costó escribirlo, y en realidad la sufrí mucho, pero ahora he terminado.... Espero que les haya agradado el capítulo.

No... no hubo reencuentro de los personajes, pero no puedo pasármela solo en los amores.... También hay que demostrar la lucha por ellos ¿no?

Jejejeej agradezco a todos aquellos que día a día desean ahorcarme y me preguntan que por qué no actualizo... Mil disculpas a todos ustedes por la tardanza.... También agradezco a quienes se toman el tiempo de leer hasta las aburridas notas de su autora (nada mas y nada menos que yo) y que se toman unos minutos para dejar un review (espero que todavía recuerden que sus reviews me hacen muy feliz, y que no les tomará mucho dejarme uno nuevo.....)

Solo eso.... Dudas, comentarios, lo que sea un review, o a mi mail maniatica_15@hotmail.com

Arigatou!!!!