CAPITULO XI "El segundo ataque"
Habían pasado varios días desde que Riane había mandado una carta a Dumbledore informándole que habían encontrado a Harry y aún no recibía respuesta alguna, estaba preocupada, sabía que algo estaba mal, algo más había pasado en el exterior. Pasaba de la media noche cuando una lechuza gris entro por su ventana dejando caer una nota sobre su escritorio, sólo había dos palabras escritas, tomo el pedazo de pergamino y leyó con rapidez
Te espero
A.D.
Se cambió de ropa y llamó a uno de sus guardias, en medio de la noche se dirigieron hacía Hogwarts. En pocos minutos atravesaron el lago envueltos en la niebla, llegaron apresuradamente a la gran escalinata de piedra en la puerta los esperaba la profesora McGonagall.
—El director te esta esperando—
Riane camino por los pasillos desiertos de la escuela, sus andar era tan suave como la pisada de un gato, en pocos minutos llegó a la gárgola de piedra que le dio el paso de inmediato, subió la escalinata y abrió la puerta de madera, Dumbledore estaba sentado detrás de su escritorio, sus penetrantes ojos azules expresaban una profunda preocupación a través de sus gafas de media luna
—¿Que sucede?— Por más que quiso sonar tranquila no pudo, había preocupación en su voz
—La situación se ha complicado, el Ministerio de Magia ha intervenido por petición de Lucius Malfoy, después del ataque al colegio y la muerte de Michelle, decidieron que la presencia de Harry pondría en peligro al resto de los alumnos—
—¿Lo expulsaron?—
—Me temo que no tuve otra alternativa más que ceder, en otras circunstancias me hubiera negado, pero en este momento creo que es lo mejor para él, estará más seguro contigo, Voldemort no podrá encontrarlo fácilmente, mañana se enviaran sus cosas a Privet Drive, ya están listas para ser embarcadas—
—Comprendo, mañana temprano enviaré una carta al ministerio de Magia informando que Harry Potter está ahora bajo mi protección, si no pueden encontrarlo, no podrán regresarlo con sus tíos, pero... Voldemort, aun así puede volver a atacar—
—Si, pero esperemos que use todo su esfuerzo para localizarlo, así que no habrá comunicación con sus amigos por algún tiempo, es lo mejor—
—Me encargaré de todo—
Se dispuso a salir cuando Dumbledore la detuvo y la abrazó
—Está guerra está por comenzar y tal vez no tengamos esta oportunidad nuevamente, estoy muy orgulloso de ti hija mía, por favor ten cuidado—
—No te preocupes por mi, estaré bien, me hubiera gustado pasar más tiempo junto a ti, te quiero mucho papá y ten mucho cuidado—
Riane salió corriendo, su rostro estaba mojado con sus lagrimas, ella sabía perfectamente lo que significaban esas palabras, sabía que es lo que su padre haría par protegerlos a todos, subió al bote y mando a su guardia por las cosas de Harry, estaba a punto de amanecer, las primeras horas del día tocaron suavemente su rostro, e iluminaron sus lagrimas. Riane espero a que Harry despertara para darle la mala noticia, Harry, se sintió vacío, Hogwarts era el primer lugar en donde fue feliz y ahora se lo habían quitado, sus clases, el quidditch y lo más importante sus amigos. Riane lo llevó a un hermosos lugar en el bosque donde varios chicos de su edad estudiaban.
—Se que ahora será difícil, pero no dejaras de estudiar, desde ahora estas bajo mi protección y enseñanza—
—¿Seguiré aprendiendo magia?—
—Si, seguirás con tus lecciones normales, y además aprenderás a usar magia como nosotros, por eso quiero preguntarte, ¿Sabes de donde proviene la magia?— Harry se dio cuenta que en todos los años que llevaba en Hogwarts, nadie le había enseñado de donde provenía la magia, algo que parecía tan simple
—No, no me lo había preguntado antes—
—La magia proviene de todo lo que nos rodea, el que alguien pueda usarla depende de que tal sensible a ella es, un mago puede sentirla con facilidad y por eso puede usarla, pero un muggle con entrenamiento también puede hacerlo, esa fue otra de las razones por la que nos separamos del resto del mundo mágico, no deseaban que los muggles aprendieran los secretos de la magia—
—¿Aquí hay muggles que practican magia?—
—Si Harry, los magos y brujas del exterior empezaron a depender de la magia, hasta que hoy casi dependen por completo de ella, despreciando lo que no es mágico, nosotros siempre hemos utilizado la magia para defendernos no dependemos de ella para nuestra vida diaria, por eso puedes ver aquí varios aparatos muggles, cualquiera de los que están aquí saben del exterior y en algún momento de sus vidas han vivido allí y podrían mezclarse en cualquier ciudad sin problemas—
Harry saco su varita y la vio un largo rato, hasta que Riane la tomó
—Guárdala no la necesitaras—
Ella tomó el rostro de Harry entre sus manos, él cerró sus ojos cuando empezó a sentir una calidez en su cuerpo
—¿Qué es esto?—Preguntó Harry
—Es la magia que fluye hacia ti, esta es la magia que aprenderás a usar, todos estamos conectados a la naturaleza por ella, abre los ojos y observa—
Ella se apartó de él, levantó su mano y una ráfaga de viento se sintió, de pronto una gran bola de fuego apareció en su mano, y luego desapareció. —Esta es magia elemental y puedes aprender a manejar el agua, el fuego, el aire y la tierra para ayudarte a defenderte, los hechizos y maldiciones, son útiles también, pero hay veces que no hay tiempo para usarlas—
Harry se sintió un poco más tranquilo al estar ocupado todo el día con estudios, ya que no tenía que pensar en Hogwarts y sus amigos, pasaron las semanas, Riane era excelente maestra y él en poco tiempo pudo hacer algunas chispas, algo muy prometedor. Le gustaba pasar mucho tiempo en la torre más alta del castillo desde donde podía ver a Hogwarts, podía ver con claridad la torre de Gryffindor y le hacía sentirse triste. Una noche Riane subió con él.
—se que extrañas todo eso, pero veras que en poco tiempo podrás regresar—
Harry la vio a los ojos y eran tan parecidos a los de Dumbledore, como los suyos lo eran a los de su madre
—De verdad podré regresar algún día—
—Veras que si, sólo debemos encontrar y derrotar a Voldemort y...—
Riane miró hacía Hogwarts, grandes columnas de humo parecían salir de los alrededores, extrañamente para ser tan tarde todas las ventanas estaban iluminadas, y por un momento pareció que la cicatriz de Harry tenía un extraño brillo, ella intentó tomar a Harry del brazo pero una extraña fuerza se lo impedía
—¿Harry? —
—Mis amigos, están en peligro—
—por favor Harry, debes ir abajo, debes...—
—Debo ayudarlos, Voldemort los quiere matar...—
—Harry no, por favor...—
Ella vio como él quiso correr hacía las escaleras, pero en lugar de eso desapareció, angustiada, se dirigió al lago, reunió a varios de sus guardias y se dirigió a Hogwarts lo más rápido que pudo, cuando llegó era un caos, varios mortifagos estaban peleando con varios aurores en la entrada, se oían los gritos de los alumnos en el interior, Riane vio a alguien encapuchado llevando a Hermione a rastras hacía el bosque, y luego vio a Harry siguiéndolos, Dumbledore estaba ayudando a los aurores a mantener a los mortifagos a raya, por un momento miro a Riane y le dijo unas palabras a lo lejos que ella comprendió y que oprimieron su pecho "Es la hora, te quiero hija mía", Riane giró hacía el bosque siguiendo a Harry, mientras a su espalda oía la potente voz de su padre apagarse de repente.
Habían pasado varios días desde que Riane había mandado una carta a Dumbledore informándole que habían encontrado a Harry y aún no recibía respuesta alguna, estaba preocupada, sabía que algo estaba mal, algo más había pasado en el exterior. Pasaba de la media noche cuando una lechuza gris entro por su ventana dejando caer una nota sobre su escritorio, sólo había dos palabras escritas, tomo el pedazo de pergamino y leyó con rapidez
Te espero
A.D.
Se cambió de ropa y llamó a uno de sus guardias, en medio de la noche se dirigieron hacía Hogwarts. En pocos minutos atravesaron el lago envueltos en la niebla, llegaron apresuradamente a la gran escalinata de piedra en la puerta los esperaba la profesora McGonagall.
—El director te esta esperando—
Riane camino por los pasillos desiertos de la escuela, sus andar era tan suave como la pisada de un gato, en pocos minutos llegó a la gárgola de piedra que le dio el paso de inmediato, subió la escalinata y abrió la puerta de madera, Dumbledore estaba sentado detrás de su escritorio, sus penetrantes ojos azules expresaban una profunda preocupación a través de sus gafas de media luna
—¿Que sucede?— Por más que quiso sonar tranquila no pudo, había preocupación en su voz
—La situación se ha complicado, el Ministerio de Magia ha intervenido por petición de Lucius Malfoy, después del ataque al colegio y la muerte de Michelle, decidieron que la presencia de Harry pondría en peligro al resto de los alumnos—
—¿Lo expulsaron?—
—Me temo que no tuve otra alternativa más que ceder, en otras circunstancias me hubiera negado, pero en este momento creo que es lo mejor para él, estará más seguro contigo, Voldemort no podrá encontrarlo fácilmente, mañana se enviaran sus cosas a Privet Drive, ya están listas para ser embarcadas—
—Comprendo, mañana temprano enviaré una carta al ministerio de Magia informando que Harry Potter está ahora bajo mi protección, si no pueden encontrarlo, no podrán regresarlo con sus tíos, pero... Voldemort, aun así puede volver a atacar—
—Si, pero esperemos que use todo su esfuerzo para localizarlo, así que no habrá comunicación con sus amigos por algún tiempo, es lo mejor—
—Me encargaré de todo—
Se dispuso a salir cuando Dumbledore la detuvo y la abrazó
—Está guerra está por comenzar y tal vez no tengamos esta oportunidad nuevamente, estoy muy orgulloso de ti hija mía, por favor ten cuidado—
—No te preocupes por mi, estaré bien, me hubiera gustado pasar más tiempo junto a ti, te quiero mucho papá y ten mucho cuidado—
Riane salió corriendo, su rostro estaba mojado con sus lagrimas, ella sabía perfectamente lo que significaban esas palabras, sabía que es lo que su padre haría par protegerlos a todos, subió al bote y mando a su guardia por las cosas de Harry, estaba a punto de amanecer, las primeras horas del día tocaron suavemente su rostro, e iluminaron sus lagrimas. Riane espero a que Harry despertara para darle la mala noticia, Harry, se sintió vacío, Hogwarts era el primer lugar en donde fue feliz y ahora se lo habían quitado, sus clases, el quidditch y lo más importante sus amigos. Riane lo llevó a un hermosos lugar en el bosque donde varios chicos de su edad estudiaban.
—Se que ahora será difícil, pero no dejaras de estudiar, desde ahora estas bajo mi protección y enseñanza—
—¿Seguiré aprendiendo magia?—
—Si, seguirás con tus lecciones normales, y además aprenderás a usar magia como nosotros, por eso quiero preguntarte, ¿Sabes de donde proviene la magia?— Harry se dio cuenta que en todos los años que llevaba en Hogwarts, nadie le había enseñado de donde provenía la magia, algo que parecía tan simple
—No, no me lo había preguntado antes—
—La magia proviene de todo lo que nos rodea, el que alguien pueda usarla depende de que tal sensible a ella es, un mago puede sentirla con facilidad y por eso puede usarla, pero un muggle con entrenamiento también puede hacerlo, esa fue otra de las razones por la que nos separamos del resto del mundo mágico, no deseaban que los muggles aprendieran los secretos de la magia—
—¿Aquí hay muggles que practican magia?—
—Si Harry, los magos y brujas del exterior empezaron a depender de la magia, hasta que hoy casi dependen por completo de ella, despreciando lo que no es mágico, nosotros siempre hemos utilizado la magia para defendernos no dependemos de ella para nuestra vida diaria, por eso puedes ver aquí varios aparatos muggles, cualquiera de los que están aquí saben del exterior y en algún momento de sus vidas han vivido allí y podrían mezclarse en cualquier ciudad sin problemas—
Harry saco su varita y la vio un largo rato, hasta que Riane la tomó
—Guárdala no la necesitaras—
Ella tomó el rostro de Harry entre sus manos, él cerró sus ojos cuando empezó a sentir una calidez en su cuerpo
—¿Qué es esto?—Preguntó Harry
—Es la magia que fluye hacia ti, esta es la magia que aprenderás a usar, todos estamos conectados a la naturaleza por ella, abre los ojos y observa—
Ella se apartó de él, levantó su mano y una ráfaga de viento se sintió, de pronto una gran bola de fuego apareció en su mano, y luego desapareció. —Esta es magia elemental y puedes aprender a manejar el agua, el fuego, el aire y la tierra para ayudarte a defenderte, los hechizos y maldiciones, son útiles también, pero hay veces que no hay tiempo para usarlas—
Harry se sintió un poco más tranquilo al estar ocupado todo el día con estudios, ya que no tenía que pensar en Hogwarts y sus amigos, pasaron las semanas, Riane era excelente maestra y él en poco tiempo pudo hacer algunas chispas, algo muy prometedor. Le gustaba pasar mucho tiempo en la torre más alta del castillo desde donde podía ver a Hogwarts, podía ver con claridad la torre de Gryffindor y le hacía sentirse triste. Una noche Riane subió con él.
—se que extrañas todo eso, pero veras que en poco tiempo podrás regresar—
Harry la vio a los ojos y eran tan parecidos a los de Dumbledore, como los suyos lo eran a los de su madre
—De verdad podré regresar algún día—
—Veras que si, sólo debemos encontrar y derrotar a Voldemort y...—
Riane miró hacía Hogwarts, grandes columnas de humo parecían salir de los alrededores, extrañamente para ser tan tarde todas las ventanas estaban iluminadas, y por un momento pareció que la cicatriz de Harry tenía un extraño brillo, ella intentó tomar a Harry del brazo pero una extraña fuerza se lo impedía
—¿Harry? —
—Mis amigos, están en peligro—
—por favor Harry, debes ir abajo, debes...—
—Debo ayudarlos, Voldemort los quiere matar...—
—Harry no, por favor...—
Ella vio como él quiso correr hacía las escaleras, pero en lugar de eso desapareció, angustiada, se dirigió al lago, reunió a varios de sus guardias y se dirigió a Hogwarts lo más rápido que pudo, cuando llegó era un caos, varios mortifagos estaban peleando con varios aurores en la entrada, se oían los gritos de los alumnos en el interior, Riane vio a alguien encapuchado llevando a Hermione a rastras hacía el bosque, y luego vio a Harry siguiéndolos, Dumbledore estaba ayudando a los aurores a mantener a los mortifagos a raya, por un momento miro a Riane y le dijo unas palabras a lo lejos que ella comprendió y que oprimieron su pecho "Es la hora, te quiero hija mía", Riane giró hacía el bosque siguiendo a Harry, mientras a su espalda oía la potente voz de su padre apagarse de repente.
