Capitulo XIV
El secreto de lago

Después de ese día todos le expresaron un respeto más grande a Riane como Directora del colegio, aún los profesores la trataban diferente, su presencia en Hogwarts infundía tranquilidad a todos los que ahí estaban. Lo que a todos les parecía extraño, era que llevaba con ella la espada como una especie de amuleto, como si estuviera esperando que alguien la atacará en cualquier momento, la respuesta a esta pregunta les llegaría un par de noches después. Era pasada la media noche cuando todo el colegio despertó sobresaltado a causa de ruidos y gritos que provenían de afuera, luego una voz siseante se oyó como si atravesara las paredes

—Ahora que Dumbledore a muerto, ustedes estas indefensos ante mi, ríndanse y dejare que vivan un poco más —

Los prefectos reunieron a los miembros de sus casas en el gran salón donde los maestros los esperaban, los de primero estaban mas asustados que el resto, entonces apareció Riane llevando su espada en la mano

—Todos escuchen atentamente, todo estará bien pero necesito que todos se queden aquí los profesores se encargarán de ustedes, Potter ven conmigo, Profesora McGonagal necesito que vaya por la espada de Godric Gryffindor, y llévela a la torre—

Harry se alejo de sus amigos siguiendo a Riane por lo pasillos ahora vacíos, los pasos de McGonagal se alejaban de ellos, subieron las escaleras con rumbo a la torre, pasaron el retrato de la señora gorda que ni siquiera preguntó la contraseña, entraron a la sala común, Harry estaba confundido, deseaba preguntar pero se contenía, pocos minutos después apareció McGonagal llevando la espada, se la dio a Riane

—Regrese al gran salón, mantengan a los alumnos tranquilos, estarán a salvo y por ningún motivo salgan de ahí, no importa lo que oigan—

McGonagal salió dejando a Harry y Riane solos, Ella extendió su mano y le mostró a la espada

—Tómala Harry— Con mano temblorosa él la tomó, mas confundido que al principio

—Como sabes Harry, Salazar Slytherin dejó la cámara secreta para asegurarse que los sangres sucia fueran exterminados, tu mismo lo comprobaste hace un par de años, lo que nadie sabe y que nadie sospechó, es el hecho de que Godric Gryffindor sospechaba que algo así sucedería, el dejó su legado también y a sido un secreto, hoy es el día en que el secreto sea develado, al igual que tu destino —

Riane se acercó al marco de la ventana que daba al lago, dos desgastadas figuras de piedra apenas y se distinguían, se inclinó sobre ellas y pronunció con voz suave —Petrus animus—

Dos leones de piedra surgieron del suelo, enfrentando a Harry y a Riane, voces como rugidos salieron de los felinos

—¿quién osa despertar a los guardianes de la torre?—

Riane dio un paso hacia ellos

—El elegido y yo—

Uno de los leones se acercó a ella y el otro a Harry

—Podemos oler la sangre de Godric Gryffindir en ustedes, pueden pasar—, toda la torre se estremeció, los leones se hicieron a un lado, todo el castillo empezó a temblar, ante los ojos de Harry, apareció una puerta que daba directamente al lago y de la nada un puente empezó a aparecer

—Sígueme—

Ella empezó a caminar, el puente parecía no tener fin, hasta que en el centro del lago una gran plataforma se elevo, era de mármol blanco con un altar redondo en el centro, el puente se unió a la plataforma, no había ninguna antorcha pero iluminaba todo a su alrededor, Harry pudo ver a lo lejos a Voldemort y sus mortifagos intentando entrar a Hogwarts

—Primero debemos proteger el castillo—

Riane levanto a Excalibur y la clavo en el suelo con fuerza, una gran luz salió de ella y un círculo de luz se expandió, cuando llegó a los mortifagos los lanzó varios metros en el aire impidiéndoles la entrada, Voldemort empezó a lanzar hechizos para romper la barrera.

—Eso los detendrá lo suficiente, Harry siempre has sido forzado a enfrentar a Voldemort. El ha vuelto con más fuerza que nunca y esta decidido a obtener todo lo que ha deseado, lo único que se interpone entre él y lo que desea es aquella persona que empuñe la espada de Gryffindor en esta batalla—

Harry miró la empuñadura adornada de rubíes que tenía en la mano

—Creo que otra vez seré yo—

Ella lo miró y con voz suave le dijo

—A pesar de que eres el elegido para esto, el riesgo que corres es muy grande como para negarte la posibilidad de decidir sobre tu destino, no tengo el poder de Michelle para mostrarte que pasaría con tus acciones, esto deberás decidirlo por tu corazón y sea lo que sea que decidas, estar conciente que pondrás en riesgo tu vida—

—¿Qué pasará si me niego?—

—Yo peleare con él—

—¿Puedes ganarle?—

—No, pero lo intentaré, mi vida no es importante, lo importante es detenerlo, y si es necesario dar mi vida para hacerlo lo haré—

—¿No tienes miedo?—

—Si, pero debo hacerlo—

Harry observó la torre de Gryffindor y pensó en sus amigos, si Riane no podía detener a Voldemort seguramente mataría a todos, además él podría tener más oportunidades de sobrevivir, respiro profundamente

—¿Qué debo hacer?—

—Cada rubí representa a un mago que ha muerto para darle más fuerza a la espada, como sabes el último fue mi padre, y él más que nadie confía en ti, sólo debes abrir tu corazón para que ellos puedan darte su fuerza—

Harry cerro sus ojos y pensó en Dumbledore y en todo lo que había hecho por él, grandes pilares de mármol, con vetas de oro y plata surgieron alrededor, cada una se coronaba con u8n león de oro, que como muchas otras cosas en el mundo mágico se movían y rugían

—Esta es la Herencia de Godric Gryffindor, su legado ahora es tuyo, este lugar fue conjurado para la gran batalla, nada puede entrar y nada puede salir una vez que ha empezado, sólo uno saldrá de aquí, estás listo Harry—

—Si.. por favor si no salgo de aquí dile a mis amigos que los quiero mucho—

—Lo haré, suerte Harry—

Riane se acercó a él y tomó la pequeña cadena que Harry escondía entre sus ropas, dejando al descubierto el medallón de su madre, después se alejó de él, tomo a Excalibur la levantó en el aire, una luz la envolvió, cuando se disipó, Riane había desaparecido y Voldemort estaba ahí de píe, viendo a Harry con satisfacción y odio.