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Capitulo 7: Besos suaves y Malas señales.

La loka autora: Light Angel / Angel de luz

Una habitación muy hermosa en el castillo se mantenía en silencio, un silencio tranquilo sin perturbaciones donde los enormes ventanales dejaban entrar a la suave brisa de la mañana junto con cálidos rayos del sol que resaltaba en el firmamento de Gaea. Las cortinas se mecieron unos segundos para volver fieles a su posición a cada lado de los ventanales, su cabello cenizo estaba disperso en las almohadas de su cama donde su cuerpo dormía plácidamente ajeno a su alrededor.

Respiro profundamente dejando sentir los aromas más hermosos de la naturaleza, una sonrisa suave y tranquila afloro en su rostro. Su cuerpo hizo un movimiento inquieto terminando de costado justo frente a los ventanales de la habitación. Lentamente abrió sus ojos acostumbrándose a la luz tenue del sol que entraba, sus hermosas esmeraldas admiraron su alrededor perdida en todo aquello que la rodeaba. Con su mano izquierda descorrió las mantas que traía sobre ella y las aparto con un movimiento dejando que un pequeño frío la envolviera, no era incomodo y sobre todo molesto... simplemente la hacían sentir viva.

Traía puesto un largo camisón blanco pegado a su cuerpo, de sedas y detalles muy finos, se admiro unos segundos y luego camino derecho a los enormes ventanales, se quedó delante de ellos disfrutando del choque de su cuerpo con la brisa...

- ...Hermoso... - dijo suavemente a medida que sus ropas cedían a un baile con aquel movimiento lento del viento. Respiro profundamente tratando de captar la mayor cantidad del aroma embriagador que traía la brisa, disfrutó estar ahí detenida en el tiempo sin perturbaciones... hasta que sus ojos se cerraron y a su mente llegaron los recuerdos de la noche anterior, aquellas visiones unidas por ese ser alado... ese ser que hacía llamarse ella. Suspiro pesadamente, esos pensamientos la agotaban mentalmente, aquellas escenas tan misteriosas como otras aterradoras, ahora se proponía recordarlas, ahora que estaba en paz y tranquilidad... ahora de nuevo las visiones de una guerra la asaltaban como alguna vez en su pasado sucedió.

Pero de pronto sus ojos se abrieron de par en par... ¿dónde se encontraba?... se giro sobre su persona y analizó toda la habitación que la rodeaba. Nada concordaba con los escasos recuerdos que tenía de SU habitación, miro de nuevo... una cama grande, como ella tenía pero no igual, ventanales que encerraban el cuadro de la ciudad pero no mostraban el mismo paisaje que él de su habitación... ¡¿Dónde estaba?! Se inquieto un poco, lo único que recordaba era la visión... los brazos de Van... sus ojos... ¿su habitación?, sus ojos se ensancharon aún más esperando no tener lo que sus deducciones le gritaban en su mente...

-¿Acaso he pasado la noche... con él?- su sonrojo no pudo verse menos evidente, parecía tener dos cestas de fresas sobre cada mejilla. No podía pensar en nada más que en Van, sus ojos rojos, su mirada tan tierna y cálida cuando la veía a ella... no podía recordar nada de la noche...

Se tapo la boca al encontrar más pruebas de lo que la noche podría haber guardado en secreto. Miro alrededor del piso de la habitación en parte alfombrada y en parte no, regado por cualquier parte sin orden siempre cerca de la cama las ropas fanelianas de Van, todas... incluso su pantalón, sus botas... la poca ropa que había tenido en la noche ahora dormían sin compasión a ella en el suelo.

Sé hecho una mirada en un espejo lejano a ella, en el extremo opuesto a ella donde junto a este se encontraba un amplio ropero. Se miro fijamente, portaba un camisón blanco de seda... bastante ceñido a su cuerpo. Su sonrojo no podía ser mayor y sus ojos no parecían querer ocultar la vergüenza que tenía.

-Van... – susurro algo temerosa de la noche anterior. De pronto una de las puertas de la habitación se abrió de par en par dejando salir a un riugin con una toalla sujeta a su cintura y una toalla colocada sin preocupación sobre su cabeza impidiéndole la vista pero con la cual, más ayuda de sus manos, comenzaba a secar sus cabellos negros.

Hitomi no había movido de su lugar y sus mejillas no podía evitar deshacerse de su sonrojo muy llamativo... ¿por comenzó a hacer tanto calor?... dijo su mente femenina una vez que su mirada al fin se halló con la del joven rey de Fanelia.

Su mente traicionó con una jugada muy baja, lentamente con sus esmeraldas comenzó a admirar todo el cuerpo completo del rey Faneliano, comenzó por sus piernas subiendo lentamente con cada sonido que producía el cantar de los pájaros. Subió un poco más y llego distraídamente a su pecho... aquel fuerte tórax dañando por varias cicatrices que opuestamente a afear aquel cuerpo hacían todo lo opuesto... lo convertían en un cuerpo más masculino y un imán para sus ojos, maldita sea la hora en que su deseo por él comenzó a tomar control de sus actos.

Van: - Buenos días Hitomi – saludo con una sonrisa alegre en sus labios, tan tentadores luego de su aparente baño, se había sacado la toalla de la cabeza dejando un brillo por el agua bajo la luz tímida del sol mañanero.

Hitomi: - Buenos... días... Van... – saludo entrecortadamente evitando la mirada de él que tanto había buscado ¿por qué mantenía una actitud calmada?.

Van la miró extrañado sin entender del comportamiento de su prometida, admitía que con ese sonrojo se veía hermosa aún más de lo normal en ella y sus ojos perdidos en el suelo mostraban una actitud delicada en su cuerpo. La miro fijamente tratando de deducir que era lo que pasaba, su mente trató de encontrar una respuesta a aquello que le pasaba por la mente de la joven visionaria en ese momento. De la nada algo atacó su mente... ¿acaso ella... ella pensaba que habían pasado la noche juntos?, no pudo pensar en nada pero con aquella actitud pudo deducir que estaba tratando de concentrar fuerzas y preguntarle. Sonrió divertido, no se lo dejaría fácil.

-¿Sucede algo Hitomi?- preguntó con una voz suave y preocupada, su rostro ayudaba mucho. Sin embargo su mente no pensaba lo mismo.

Hitomi elevó sus ojos esmeraldas hasta él sintiendo enrojecer sus mejillas aún más ¡odiaba que él la contratará así! Pero no pudo evitar quedar mirándolo por instantes, minutos: - No nada... es solo qué... – trató de comenzar ahogando la pregunta en su garganta sin querer hacerlo.

Van sonrió con una sonrisa tranquila y inocente: - ¿Qué es Hitomi? – no, no será fácil como te lo imaginas dijo pensándolo mentalmente.

Hitomi lo miró alarmada, ¿no podía imaginarse siquiera lo que pensaba? ¿No le parecía raro que ella estuviera en su habitación a esas horas despertando en su cama? ¿No podía hacérselo más fácil?. Todas esas preguntas cabeceaban en su cabeza sin piedad a dejarla contestar, todo esto aumentaba su sonrojo: - Bueno Van... yo... tú... – su voz titubeaba ante la pregunta que quería hacer.

Van la miro unos segundos acercándose a ella, sintió como su cuerpo cada vez se tensaba más, disfruto: - Dime Hitomi, te escuchó –

La joven visionaria suspiro pesadamente, su sonrojo no desaparecía. Bien, si quería que lo dijera así sería: - ¿Acaso... nosotros dos... pasamos la noche... juntos?- ¡Listo! Ya había podido soltar la pregunta, ahora vería como respondía su ángel.

Van que se había desecho de la toalla en su mano se acerco a ella con su torso desnudo y una toalla apenas cubriendo su cuerpo reservado, comenzó a rodear la cintura de ella. No sabía que había pasado cuando tomo el baño, ahora se sentía sin vergüenza a hacer actos así en condiciones como estaban. La abrazo por la cintura y Hitomi lo miro con los ojos abiertos de par en par sonrojada hasta más no poder: - ¿Qué piensas? – preguntó, decididamente el rostro que tenía ella perturbado le agradaba más.

Hitomi: - ¡¿Cómo que qué pienso yo?! – Ya esto para ella era demasiado, trató de tranquilizarse pero no pudo. Estar tan cerca de él, respirar el aroma que liberaba su piel... un aroma a hojas bajo el rocío de la mañana, tan natural. No se sentía muy bien para continuar sus quejas así que comenzó con sus deducciones – Pero míranos Van... tú... – se sonrojo un poco, decidió cambiar el inicio de sus deducciones – yo, bueno ¡tan solo mírame! En tu habitación y yo vistiendo de esta manera – se sonrojo aún más ¿podía? Van le sonreía divertido.

Van: - ¿Recuerdas lo que paso en la noche? – Hitomi negó con la cabeza y él joven de ojos rojos continuó – si no puedes hacerlo, yo tampoco –

Hitomi: - ¿Cómo? – preguntó intrigada a cada momento –

Van: - No recordamos nada, por que no paso nada – sonrió sinceramente.

Hitomi: - ¿Nada? – suspiro llena de tranquilidad... aunque un poco de tristeza envolvió su corazón.

Van sonrió maliciosamente: - Nada... ¿pero quisieras que pasara? – preguntó divertido al observar con sus ojos llenos de fuego ardiente el rostro de su prometida, SU prometida.

Hitomi: - Van... no dirás... que... – no pudo terminar por que Van tapó sus labios con uno de sus dedos. La miro tiernamente llenando a su cuerpo femenino con una cálida onda de paz y tranquilidad, algo indescriptible.

Van: - shhh, no digas nada. Sabes que no te obligaré a nada, no quisiera que lo hicieras solo por nuestro compromiso – susurro bajando con mano por todo el brazo de ella produciéndole un escalofrío por todo su cuerpo delineado por un artista perfecto. Llegó hasta su mano y la envolvió con sumo cuidado entrelazando sus dedos en un perfecto rompecabezas, lentamente la fue elevando con su brazo tan bien formado.

Hitomi estaba intrigada: - ¿Qué haces Van? – preguntó y él joven de alas blancas colocó delante de sus ojos esmeraldas su propia mano que cargaba...

-Nuestro anillo- sonrió detrás de ambas palmas unidas – el símbolo de nuestra unión –

Hitomi lo miro ensoñadoramente y bajo la mano lo suficiente para que ambos rostros pudieran verse completamente. No sabía lo que le paso pero su sonrojo había desaparecido y en un baile suave que solo el compás de la brisa, que entraba por los ventanales, marcaban el camino de sus labios buscando los de su ángel.

Él sonrió cuando un beso suave y cálido comenzó a rodearle sus labios, lo beso con una paz tan cómoda que el tiempo pasaba sin importarles nada salvó ellos mismo, en esa habitación solo ellos dos importaban. Hitomi de pronto sintió un aura caliente rodeándola, el brazo de él se comenzó a apretarse más alrededor de su cintura, y ella con el que tenía libre en un acto reflejo rodeo su cuello atrayéndolo más contra sí.

No respondían a ningún pensamiento y solo sus labios mandaban sobre sus cuerpos. Aquel beso que comenzó suave se tornó poco a poco en uno más hambriento, de un beso cálido se transformo en uno ardiente. Parecían querer comer el alma de su contraparte en segundos... el pudor desapareció y solamente quedó entre ellos dos pasión... amor... deseo.

La brisa meció las cortinas de los ventanales aunque estos estuvieran semi-abiertos dejando filtrarse la tímida luz brillante de la mañana, apenas la mañana comenzaba y ellos dos no querían separarse por como se desarrollaba aquel beso.

Sus dos manos unidas por el anillo en el dedo de ella parecían pegadas, no se separaron durante todo aquel acto que demostraba un amor liberando sus alas a la vida. Van que tenía atrapada a Hitomi por su cintura intensificó un poco más la fuerza atrayéndola, pegándola completamente contra su cuerpo, pero ella no supo cuando ni por que en aquella habitación su mano cobro vida suavemente... con suaves roces empezó acariciando la espalda del rey de Fanelia, la unión de la piel de cada uno.

Hitomi sintió su boca arrodillarse ante los labios seductores y apasionados del riugin a medida que este la comenzaba a devorar, poco a poco la joven visionaria se vio subiendo por la espalda de él y llegando hasta sus cabellos enroscando sus delicados dedos en aquella sedosa mata de cabellera negra.

Van no supo cuando pero sus labios torcieron camino en segundos y liberando a su compañera del beso, entonces y con lenta pasión, fue marcando con sus labios un camino desde la comisura de los labios femeninos hasta el encuentro del cuello y el hombro de la mujer. La besaba cuan deseo surgía en su cuerpo, su mente ya no jugaba partido para ese momento.

Él marcaba la piel de ella con besos y más besos por todo su cuello, quería detenerse... no quería que ella se asustara... pero no podía detenerse por que era la misma Hitomi con su aroma, su esencia, su piel, su dulzura la que lo tentaba. De pronto sus oídos escucharon algo que no podría olvidar y que de seguro sería motivo de muchos sueños en las próximas noches... ella largo un suspiro, un gemido si así podría ser llamado, cosa que lo guiaba a continuar y no lo incitaba a detenerse. Un gemido suave... pequeño, incluso primerizo pero con el suficiente poder de elevar al riugin a un estado más apasionado del que ya estaba.

Se detuvo en seco y elevó su rostro hasta que sus ojos rojos y los ojos esmeraldas de ella se encontrarán, se sorprendió al encontrarse con aquellas piedras preciosas ocultas tras un manto de suave piel. Sonrió apenas perceptible y acerco sus labios hasta los de ella tentadoramente pero con un dejo de sinceridad y tranquilidad, esperaría... no apresuraría las cosas por que después de todo ella pronto sería solo suya.

Junto sus labios con los de Hitomi besándolos totalmente enamorados, tratando de que ella recobrara el sentido como él hace solo unos segundos había podido conseguir con demasiado esfuerzo y quizás pena... surtió efecto por que al separarse se encontró con sus ojos abriéndose plenamente como si el sol del amanecer recién estuviera saliendo regalándole el comienzo de la mañana más hermoso que habría visto en su vida.

Hitomi tenía las mejillas sonrojadas pero con un rostro y un cuerpo entregado a él riugin delante de ella que no soltaba su cintura. Sabía que había pasado y aún se preguntaba por que habría pasado...

Hitomi: - Yo... – no sabía que decir, se había dejado llevar por la pasión que el cuerpo de Van Fanel tenía sobre ella. No dijo nada más sin embargo solo atino a bajar su rostro mirando cuan interesante podría llegar a ser el suelo de una habitación real.

Van solo sonrió, ella aún tenía pena por estar en esa posición con él por eso fue que se detuvo, no deseaba asustarla... después de todo el tiempo llegaría, no era necesario apurar cosas que pronto llegarán con la aceptación de ambas partes. La miro unos segundos dejando que con su mirada de fuego acariciara la suave piel de la joven visionaria, era de una blanquez exquisita que invitaba a ser probada, su mirada verde como la naturaleza de Gaea observaba al parecer muy atenta la alfombra que se extendía a los pies de su cama: - No te avergüences – dijo suavemente Van a medida que con su mano libre, aquella que sujetaba la cintura de su compañera, colocó una mano en su mejilla deleitándola con una suave caricia – yo también me deje llevar, no debes asustarte.

El rostro de Hitomi fue elevado por la mano del riugin hasta que sus ojos quedaron conectados en una línea visual perfecta, no decían nada por que las palabras sobraban como en muchas ocasiones que pasaron... ocasiones que se presentan... ocasiones que vendrán...

Hitomi: - Van... – llamó a su nombre con una delicada voz mientras su mente soñaba con esos ojos de fuego que la miraban fijamente.

Van sonrió y dijo: - Ve a tu habitación pronto será hora de desayunar y de seguro querrás hablar con nuestros amigos. – Hitomi asintió mientras una hermosa sonrisa se formaba en sus labios, deposito un beso en los labios de su prometido y separándose de él se encamino a la puerta, Van se quedo mirándola desapareciendo detrás de la puerta de su habitación no sin antes mandarle una mirada bastante seductora con aquellas esmeraldas tan brillantes.

Él sonrió con aquel movimiento pues por que sinceramente no se lo esperaba, miro su habitación unos segundos y observo todo el desastre que esta albergaba en sus cuatro paredes, la ventana aún dejaba entrar las primeras brisas de la mañana por más que la ciudad entera de seguro ya hubiera comenzado con sus actividades.

Respiro profundamente y decidió cambiarse por que el agua fría comenzaba a calar sus huesos por más que no lo sintiera. Su rostro que una vez estuvo suave por la presencia de ella ahora lentamente se fue tornando cada vez más serio y justo delante de él el espejo de cuerpo completo de su habitación mostró una imagen suya como el digno rey que era... su seriedad se había extendido por todas sus facciones permitiéndole cobrar vida a sus ojos con el fuego interno que llevaba... cerró fuertemente su puño inconscientemente esperando una venganza que no sabría si llegaría pero juraba cobrar... él... él la cobraría por haberse atrevido a lastimar a su general... a su primo... a su amigo. No habían tenido piedad con él, entonces él no tendría piedad con ellos o con él... quien fuera su atacante cobraría caro el osado movimiento contra la corona de Fanelia.

De su mano comenzó a emanar un líquido carmín escurriéndose a través de sus dedos y marcando cada línea de su mano hasta juntarse en una gota perfecta para finalizar desprendiéndose de la mano del rey de Fanelia... caía... caía dando inicio a una de las guerras más extrañas y misteriosas que toda Gaea podría enfrentar...

********************

Aquella mañana parecía estar dispuesta a levantar a todo aquel que quisiera disfrutar aunque sea unos segundos más en la cama de la calidez de los rayos del sol que brindaba libremente para todos con igualdad. Meció las cortinas de la habitación del general de Fanelia y su cama dejaba ver que la noche anterior no había sido para nada placentera...

Toda la cama estaba desecha con rastros por todos lados de arrugar en las sábanas y la colcha que albergaban celosamente a un joven de cabellera castaña. Su pecho estaba libre sin protección de ninguna tela de su cama y dejaba ver a simple vista el resultado de la práctica tan excesiva de los entrenamientos con la espada, poseía algunos cortes pero solamente lo hacían lucir más varonil y demostraba cuan experimentado era aquel joven de cabellera corta.

Su pecho libre se movía acompasadamente con su respiración que era calmada y suave... un signo muy bueno luego de haber sufrido una noche de ataques enemigos...

Una de sus manos descansaba sobre su torax masculino mientras que la otra a un costado dormía como su dueño. No duro mucho en esa posición por que en segundos cambio de lugar para terminar mirando con sus párpados aún cerrados directamente a la ventana y dándole la espalda a la salida de su habitación.

La luz de la mañana dio directamente con su rostro jovial, y fue como una llamada para que despertara y dejar de vivir una fantasía para que afrontara la realidad. Lentamente sus ojos fueron abriéndose sin hacerlo de golpe sino tratando de acostumbrarse a aquella luz tan fuerte que solo el sol poseía.

Se quedó inmóvil en su posición a la ventana mirándola fascinado con el suave movimiento de las cortinas de su habitación... parecía simplemente una imagen que llenaba de calma a uno y dejaba pensado a muchos. No se movió por nada, solo se quedó ahí disfrutando de estar envuelto de sus sábanas y descansando sobre su propia cama...

Pero eso no duro mucho, de pronto una molestia aquejó su cuerpo trayéndolo a la realidad nuevamente, aquella maldita herida que la anterior noche había presenciado. Con sus manos olvido todo momento de calma y la cubrió retorciéndose lo suficiente como para mostrarse aquejado que para cualquier doctor eso era una mala señal.

-¡LEO!- gritó la felina que había estado durmiendo en la habitación, parecía haberse quedado dormida cuidando al general por que sus ojos mostraban pequeñas ojeras debajo de sus ojos y sus facciones se presentaba cansadas. Pero no le importo por que cuando escuchó aquel sonido de dolor por parte de Leo, despertó enseguida y ya se encontraba a su lado.

Estaba preocupado por él, lo sujeto de los hombros volviéndolo a tender de nuevo en la cama boca arriba y viendo como él simplemente no soltaba la herida pero su rostro se tranquilizaba.

Merle: - Tranquilízate Leo... por favor, sino la herida se abrirá más – dijo mirándolo a los ojos miel del muchacho.

-Duele... – susurro unos segundos después Leo relajando sus facciones masculinas y terminando desparramando su cuerpo en su suave cama.

Merle sonrió: - Se que duele pero pronto pasará, muy pronto – miro a su compañero, su amigo... a Leo.

El joven muchacho la miro unos segundos, por reacciones a su molestia mantenía solamente un ojo abierto, aquellos ojos de miel no podían apreciarse sinceramente pero igual su brillo divertido cada vez intensificaba dentro de él: - Veo, que te has quedado toda la noche conmigo ¿acaso la terrible Merle se esta suavizando? – pregunto ahora divertido mientras el rostro de la felina Faneliana pasaba de un sonrojo claro a un rojo de enojo, suave pero que para cualquiera que conociera a los personajes dentro de ese castillo significara desaparecerse de esa habitación lo antes posible.

Merle: - ¡TÚ! Leo de pacotillas si no quieres terminar como la noche anterior te digo que mejor te calles –

Leo sonrió como siempre él lo hacía al conseguir deleitarse un rato a costa de esa felina tan hermosa: - Esta bien, yo solo bromeaba... pero has pasado la noche conmigo ¿no? – preguntó dudoso, por una vez en su vida su corazón deseo una respuesta afirmativa a toda costa.

Merle desvió sus ojos a la ventana: - Sí, estaba preocupada – se sincero frente a él, no supo por que pero al estar en esa situación ayer algo dentro suyo cambio. La brisa era suave y eso la relajaba para continuar – me quede toda la noche velando por ti –

Leo: - ¿Toda? –

Merle: - Toda, eres un tonto por preocuparme tanto, Tonto – dijo así llamándolo como si de ese se tratara de su verdadero nombre.

El joven acompañante desde su cama miraba el rostro de perfil de la felina alumbrado por el intenso brillo del sol que extrañamente quería jugar en su contra haciendo lucir más hermosa a Merle, jugando con su interior convirtiéndolo en un remolino.

Maldita la hora en que el sol asomo por el horizonte, pero su exterior no expresaba nada, estaba ahí detenido mirándola como si esperara alguna reacción, una que no fue por parte de ella sino de él. Leo dijo suavemente cerrando sus ojos y dejándose caer en una posición dormida sobre su cama: - Gracias... – y sonrió con una de esas sonrisas en sus labios sinceras que él solo formaba cuando la confianza reinaba en el ambiente, esta reemplazaba a su sonrisa usual, aquélla divertida y graciosa, picara incluso a veces.

Merle se giro y clavo sus ojos sobre él, Leo estaba agradeciéndole sin ni siquiera cobrar con ello algún chiste o comentario extra. Lo miro y vio en el un rostro relajado, pacifico con esas sonrisas sinceras que él formaba para los seres que apreciaba muy internamente. La felina sonrió también y dijo suavemente: - Gracias –

Leo abrió un ojo y la miro desconcertado: - ¿Me agradeces? – la felina asintió desconcertando aún más al joven de ojos miel - ¿Por qué? –

Merle suspiro ganando con ello energías renovadas, por alguna razón se inclino un poco más hacia él y sus rostros se miraron enfrentados: - Por protegerme... por cuidarme... y perdón...

Leo: - No entiendo. Gracias por todo eso, lo cual devuelvo por que mi querida felina tu me has cuidado, me has devuelto el don de la vida – sonrió mientras ella no bajaba sus ojos de los de él con una mirada llena de determinación.

-Yo solo... yo... – no supo que decir – Perdón – y se giro retirando sus ojos de los de Leo. Apoyo sus manos en las mantas de la cama y se pregunto cuando había sido tan descarada de sentarse con tanta familiaridad en aquella cama que le no correspondía. Coloco sus manos sobre las mantas y poniéndolas en una posición estable empujo para levantarse pero algo la detuvo...

Leo: - No te vayas – la había tomado de su muñeca derecha con la mano que le parecía que tenía más energías, pero un mal movimiento termino llenando el ambiente.

En un intento de detenerla él había ejercido una fuerza firme pero ella con su gracia felina se había levantado pero el resultado fue que ella resbalara y terminara donde menos esperaba esa mañana terminar... cayo justo en brazos del hombre que siempre gustaba de reírse a costa de su enojo, cayo entre los brazos tan musculosos y protectores que disfrutaban siempre de una buena lucha de espadas con su amo Van, cayo entre los brazos de él... sobre su cuerpo disfrutando que una esencia mágica rodeara el ambiente de la habitación del general de Fanelia.

Sus ojos quedaron mirándose intensamente, casi pegados con sus miradas entre sorprendidas... divertidas... y quizás incluso, felices. Pero nada iba a cambiar el hecho de que ellos eran amigos, eran las personas más cercanas al rey de Fanelia.

Merle miro hinoptizada sus ojos miel mientras que se perdió en sus ojos felinos, nada ni nada probaba tener interés dentro de esa habitación lo suficientemente fuerte como para moverlos de donde estaba y llamarlos para que le presten atención.

Leo no supo por que pero el sentir de esa manera a Merle había hecho que sus sentimientos le pegaran una patada a su razonamiento mandándola a una esquina de su habitación olvidada, ya no supo que paso por que en segundos se vio elevando una de sus manos, la que le quedaba libre y atrapando la mejilla de la muchacha faneliana.

Merle no se movió de su lugar, pero si cerro sus ojos al sentir la unión de sus pieles en aquel simple gesto. Los cerro y se dejo llevar, por alguna razón esa habitación siempre le había provocado ciertas reacciones impensables pero que por alguna razón ella quería que se volvieran realidad.

Leo con manos suaves observo aquella acción de la felina y supo que pasaría a continuación, la fue acercando... lentamente, disfrutando la mezcla de sus respiraciones con cada paso del tiempo. Simplemente un reloj en su habitación cantaba los malditos segundos que pasaban, pero no le presto atención, olvido el mundo cuando sus labios de general de Fanelia se juntaron con la felina de Fanelia, la confidente del rey de ese país tan floreciente.

Unieron sus labios pero nada más... quizás eso solo fue llevado a cabo por miedo a pederse, por el terror que sufrió ella la noche anterior y por la desesperación que sufrió él la noche anterior.

"Al diablo!" pensó Leo, y por su parte aquella unión de labios se intensifico al fin mostrando vida y deseo en el beso. "No se que me pasa, pero quiero seguir así contigo Merle, no me separes de tus labios" a gritos su mente le pedía.

Merle lo sintió, pero no hizo nada, sus labios simplemente eran atrapados en un movimiento lento y dulce. Sentía una sensación rara "¿Acaso esto es lo que sientes Hitomi cuando el amo Van te besa?" su mente ya no habló más pero lo que si recordó es que ella susurro un suave " ...No quiero separarme..." al segundo respondió al beso.

Entre ellos solo existía el ser que yacía correspondiendo al beso y dejando todo en él. No sabían por que, solamente sentían sus corazones gritar a gusto, felices. Realmente ellos dos se amaban... y con ese beso esos sentimientos escondidos salieron a la luz como una bomba.

Se separaron y con ojos completamente distintos se miraron sin apartarse mucho, solo para dejar saber que sentía el otro a través de lo que sus ojos podían decir. Sonrieron... pronto tendrían que hablar seriamente, lo que pasaba entre ellos dos, pero por ahora estar así les bastaba, abrazados en aquella mañana.

********************

La espada que tantas vidas había cobrado ahora reposaba en la cama, tendida con un perfecto cuidado casi preocupante, descansando hasta el momento de su uso, hasta que fuera necesitada por sus servicios nuevamente...

-Pronto- susurro una boca mirándola tentadoramente, deseosos de ver correr la sangre del que solamente ella podía proporcionarle.

Miro unos segundos más la espada desde la punta de la cama, enfrentándose a la cabecera de su hogar nocturno. Observaba tan atento la espada con unos ojos casi tan sádicos y sedientos de muerte que cualquiera que se hubiera topado con ellos hubiera muerto del miedo, el horror de verse involucrado en los planes tan horribles que esa mente podría estar creando con cada paso bien delineado, dejando como resultado la perfección.

-Hoy hablaré con el consejo y partiremos a nuestra nave para alejarnos de donde será el campo de batalla... lo ultimo que quiero es que mi futura esposa vea toda esta destrucción, la quiero tan pura como es ahora hasta él día de nuestra unión- dijo divertido revelando a la habitación parte de sus planes -Esperaremos unas noches más... cuando ella este lista...- dijo al viento sin apartar sus ojos de la espada.

Su espada... esta estaba escondida entre su manto negro, una vaina oscura de cinturón igual pero con oro decorándolo en los lugares correctos y en la punta incrustaciones de esmeraldas pequeñas pero tan brillosas que una estrella se hubiera puesto celosa.

Sebastián sonrió malignamente si así podríamos llamarlo, sus labios se movieron a una posición de sonrisa que no expresaba alegría... más bien, astucia y un poco... sí, felicidad pero no de la que degustan los seres humanos, más bien una que solo los demonios podrían apreciar.

Sebastián: - mmm tengo planes para ti, mi querida, planes de los que seguro querrás formar parte- se acerco hasta su espada y tomándola por su mango la extrajo delicadamente cortando el silencio de la habitación con el fino sonido del metal bien afilado y brilloso rozándose contra el material de la vaina.

La elevo hasta el techo con su mano y la descendió lentamente perfilando la mitad de su rostro, su mirada se vio dividida en dos, el ojo que dejaba ver la espada disfrutaba inmensamente el brillo que su espada a la luz del sol mostraba, la poca luz de sol que se no era detenida al ingreso de su habitación por las cortinas.

En segundos se vio blandiéndola contra un enemigo invisible que de seguro a los pocos minutos sin habilidad habría de haberse convertido en pequeños trozos, como la mayoría de los oponentes de él y su espada terminaba, el mismo fin de siempre, el único camino que comenzaban aquellos que osaban enfrentarlo, con el mismo final... la muerte más dolorosa.

Respiro profundamente mientras recuperaba el poco aliento que aquellos movimientos le habían robado, miro la espada de nuevo, tan brillosa como siempre... incluso después de matar seguía brillante, manchada de sangre pero siempre brillante bajo ese manto carmín.

Con movimientos firmes y seguros volvió a guardar su espada nuevamente en su vaina oscura. Sus ojos estaban cerrando escuchando el ultimo sonido de su espada al guardarse, su sonrisa se acentuó más terminar es acción.

Abrió sus ojos revelando un oscuro negro, su cabellera corta se movió un poco al escuchar la puerta y mover su cabeza para observarla.

-Pase- dijo duro en su voz, su tono normal...

Un joven de mirada azul oscura sonrió mientras la puerta revelaba su bien entrenado cuerpo, observo durante unos segundos a su rey Sebastián. Luego entró con paso decidido y a la vez un aire irrespetuoso hacia él y cerro la puerta tras él, se apoyo en aquel trozo de madera que separaba el pasillo de la habitación.

Sebastián miro a su general Nicolás, la larga cabellera de él estaba atada en una coleta baja, imperceptible a menos que se diera vuelta y revelara en su espalda, a él eso no lo hacía menos atractivo según las mujeres que babeaban cuando caminaba por el pasillo hasta llegar a la habitación de su rey.

-Bien, veo que por lo menos ya estas listo, así no tendré que esperar- dijo con una sonrisa divertida y ojos azules mirando fijamente a Sebastián, su guardia siempre alerta. Nicolás tenía puesto su armadura, una armadura pequeña y liviana únicamente necesaria para protegerlo de ataques físicos, era de color azul como sus ojos con la mayoría de los detalles negros, algo que se diferenciaba de su rey, la armadura de él era completamente negra y con detalles grises oscuro... todo parecido a sus ojos.

Sebastián colocó su espada en el cinturón de su armadura y con un movimiento de su cuerpo se giro lentamente a ver a su general: - No esperaba más de ti que tus típicos malos chistes- lo miro fijamente en un duelo de miradas pero ninguno daba señales de querer apartarse.

-Bueno, vamos o moriré aquí de aburrimiento- dijo cerrando los ojos y con un movimiento de su mano los escabulló entre su flequillo y lo acomodo de una manera muy sensual.

Sebastián se acercó hasta él y con un movimiento lo aparto de la puerta: - Es hora de que todo comience, así que apresúrate- dijo abriendo la puerta y dejando a un Nicolás sonriendo tan sádicamente que nadie incluso con la mentalidad tan podrida podría adivinar que pensaba.

-Por cierto ¿cómo supiste que era yo el que tocaba? Podría haber sido cualquiera- pregunto de pronto intrigado, olvidando sus pensamientos.

Sebastián se detuvo en el marco de la puerta sin girarse, su espalda era lo único que el joven de cabellera larga oscura y ojos azul podía ver: - ¿No adivinas?... se quien eres, prácticamente yo fui quien te creo... ¿no lo recuerdas demonio?... mis pensamientos son raíces de los míos – río de una forma tan escalofriante que luego partió por el pasillo sin inmutarse en sí su general lo seguía o aún permanecería en su habitación...

Nicolás lo miro unos segundos antes de que comenzará a caminar por el pasillo, sonrió: - Olvide completamente que eres padre de todos los demonios, olvide de que de ti la muerte teme, olvide que eres el más fiel servidor de la oscuridad... aunque... – salió al pasillo y mientras cerraba la puerta dijo – incluso él más fiel servidor de la oscuridad, él asesino más perfecto... tiende a enamorarse de la persona que más lejos de su alcance esta... – observo unos momentos a su rey caminando con pasos firmes hacía la sala de juntas de Fanelia.

Solo por ese día habían respirado la ultima bocanada de aire puro y fresco, mañana... todo cambiaría, la guerra estaba cerca y hoy sería la declaración oficial de que aquel enfrentamiento que daría comienzo. Dos potencias tan grandes como lo eran Van y Sebastián de seguro marcarían un gran momento en la historia de Gaea. Todos serían participantes de esta guerra, incluso aquellos que podrían ser llamados inocentes, TODOS... nadie quedará exento, después de todo era una guerra... en la que todo se valía.

CONTINUARA...

NOTAS DE LA AUTORA AVERGONZADA LIGHT ANGEL -^^-UUUUUU

Hola a todos!!!! ^^ de nuevo estoy on-line como ven con un nuevo chap. De esta historia de ESCA *_* VAAAAAAANNNNNNN...

Diamond: - -.-U empezó de nuevo ¡AMA REACCIONE!-

O.O ¿eh? _ _ _ ¡QUÉ PASO! o.o ahhh Diamond, sos vos ^^U perdona, les presentó a mi guardiana Diamond ¿no es un encanto? *_* bien ella es como la que me recuerda que debo seguir y no ocupar más de lo debido con las notas...

Diamond: - ^^ Hi a todos.

Bien, siguiendo con las notas les cuento que al fin he podido actualizar y les pido disculpas a todos los que me han leído el ff por que de seguro los he dejado con la palabra en la boca y deseando más ¿no? ^^U así que mil disculpas y por supuesto no podía olvidarme agradecerles infinitamente sus R/R que me dejaron por que me he quedado así O.O con tantos!!!^o^ arigato to all!

Diamond: - ^^U esas mezclas de idiomas que hace amita linda.

^^ Lo se pero estoy tan contenta y como se dieron cuenta este es el chap. Más corto que he escrito, ^^pero será también el más corto de todo este FF ^o^

(Mucha gente sale corriendo por una puerta que tiene un cartelito de EXIT en la parte de arriba) ^^U y yo que pensé que estarían felices ;_;

Diamond: - Tranquila amita, es solo que esta... jejeje ^^U

Deja... ;_; pero igual! _ los próximos serán un poco más largos por que sino no podré explicar bien la trama ;_; así que les pido disculpas adelantadas XD jajaja. Pero bien, siéndoles sinceras, este chap. Es más bien como un pequeño puente que une los primeros 6 chaps. Con los próximos que vendrán, necesite un montón de materia gris para poder hacerlo por que decididamente no tenía ni idea como continuarlo, prácticamente me pase todo este tiempo exprimiendo mi cerebro para que diera alguna buena idea para continuarlo, hasta que la dio ¡UPI! ^^ y bueno, este es el chap. No por el que he tardado sino el puente como ya les explique.

Tarde todo este tiempo escribiendo los dos próximos chaps. Que le siguen, ósea el 8 y el 9 ^o^ me están costando horrores -.-U pero creo que valen la pena ^^ así que no se preocupéis ahora por que pronto subiré dos chaps. Nuevos solo espero que no se duerman :P

Diamond: - ^^ Créanle a mi amita, prácticamente me he desvelado junto con ella para mantenerla despierta...

*_* Sos divina!!! Arigato Diamond, ^^ella es mi guardiana para los que no saben :P pero también me retrase un poquitito ^^U por que también escribí un ff nuevo, de la película de EL VIAJE DE CHIHIRO o SPIRIT HAWAI *_* es hermosisisisisisisisima esa película, la hizo HAYAO MIYAZAKI (¿se escribí así? :P no me acuerdo) de la cual conseguí los derechos ^o^ muajajajajajaja.

Diamond: - -.-U si, le costo un ojo de la cara, pobre ama....

O.O oye! No le di un ojo de mi cara, simplemente le pague una cantidad demasiado grande T.T no podré comprar dulces durante un buen tiempo... ni tampoco a ti Diamond linda...

Diamond: - O.O ¿DULCES?... T.T No es justo... _ HAYAO! Devuélvele el dinero a mi amita!!!! T.T por favor...

^^U solo era una broma Diamond, guarde dinero para comprarte muchos dulces ^^

Diamond: - ^o^ ¡dulces! ¡si!

^^U jejeje, como veo que mi guardiana ya esta bien, les termino de decir lo ultimo, dejen muchos R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R R/R

la emoción, lo sé ^^ pero pleaseee dejen uno y díganme que este chap. Vale la pena ser leído ._. aunque de seguro todos dirán "PODRÍAS A VER ESCRITO MÁS" _._ Lo sé también!!! Pero es que necesitaba este puntapié para continuar con el ff por que sino los chaps. que vienen a continuación me costarán el doble ponerlos correctamente en orden.

Bien ^^ ahora que ya esta todo dicho, espero que les haya gustado la faceta sádica de Sebastián por que en los próximos chaps lo verán dispuesto a todo por lo que quiere (niño caprichoso XD jajaja) pero también espero haberlos dejado con el saborcito de querer más de este ff ;_; estoy tan emocionada por los los R/R que me dejaron...

¡ARIGATOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! A todos ^^ por haberlos dejado.

Me despido mandándoles muchos saludos a todos y esperando verlos en el próximo chap. Junto a mi y mi linda guardiana

Diamond: - ^o^ sí, aquí estaré ^^ les mando muchos saluditos a todos. Gracias por que hacen feliz a mi ama al leer este ff.

-^^- Es muy educada mi guardiana, jejeje. MATTA NE!!! ^^ y lean mis otros chaps. (XD jaja llego la propagandera) y no se olviden también de que si puedes veas la peli de EL VIAJE DE CHIHIRO y luego entres a la sección de "SPIRIT AWAY" para que leas los ff que hemos escrito jejeje ^^U son dos hasta que demás escritores se animen! ¡ASÍ QUE HECHENLE GANAS Y ESCRIBAN UN FF DE ESA PELI! ^^

También lean el ff de "COMPLICANDO TU EXISTENCIA"!! ^^ Esta muuy bueno, creanme, es para matarse de la risa.

Eso es todo ^^ y les mando un enorme saludo, cuidensen y MATTA NE!

Ate.

Light Angel / Hikari No Tenshi / Angel de Luz