...:ESCAFLOWNE:...
Capitulo 10: Lago de ángeles.
La loka autora: Light Angel / Angel de luz
Declaimer: Escaflowne y sus respectivos personajes no me pertenecen. Esta historia (ff) fue creada bajo mi imaginación y supervisada por mi locura XD sin ningún fin lucrativo de por medio. Leo como así también Sebastián, Nicolás, Kranslowne y otros personajes secundarios me pertenecen (6) muajajajajajaja por que me exprimí el cerebro creándolos :P jejeje.
Mmm… ¿qué más?... ¡ah! Sí, en este ff fue creado por una fan para fans que estén dispuestos a disfrutar de finales que por ahora la serie no nos ofrece XD.
Creyendo esta autora que esta todo dicho comienza con el chap.
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NOTAS EXTRAS: Quiero presentarles mis debidas disculpas a todos ^^ aquellos amables lectores de mi ff, la demora se salio de mis manos. Las vacaciones, el colegio, los exámenes, las desveladas, un virus ¬¬ dueño de un desgraciado y un bloque mental… bueno ^^U todo se suma y da como resultado mi alejamiento de la escritura T.T
Pero ahora nuevamente estoy en línea ^^ espero dejen R/R por este nuevo trabajo que ansió saber que opinan. Ahora seguimos con la historia, nuevas escenas y el resultado de la votación acerca del lemon ^^ aunque para aquellos que pidieron un lemon de otras parejas las complaceré en próximos chaps. -^^- si este llega a tener éxito.
Y lo más importante ^^ es que este ff ¡YA CUMPLIO UN AÑO! ¡FELIZ ANIVERSARIO! ^O^ JOJOJOJOJOJOJOJOJOJO.
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Los últimos vestigios de la tarde estaban cayendo sobre las tierras de Fanelia donde una guerra se desataba sin compasión... aunque el ejercito local iba con ventaja, poca pero aún así esperanzadora.
El Gaymelef Hispano blandía una espada negra y roja en pocos puntos, con excelente maestría como si fuera una extensión más de su cuerpo... una extensión mucho más filosa. Pero para acompañar aquella devastadora arma, cuidaba en su brazo de un escudo negro y rojo, tan perfecto como su resistencia y dureza.
Quien pudiera presumir de poseer armas tan nobles y perfectas podía gritar sin pena que la victoria brillaba para su ejercito. Y así era, desde la aparición de esas armas los guerreros de Fanelia se vieron incentivados a luchar con más fuerza en el papel ofensivo, cualquier estratega apreciaría con sumo detalle aquella demostración.
Van Fanel había comenzado a descubrir las virtudes de las armas, desde su ligereza hasta su resistencia. Aunque solo lo habían llevado a un duelo casi eterno con su rival: Sebastián. Este ultimo podía jactarse de ser en verdad habilidoso con las espadas gemelas y su Gaymelef rojo oscuro, casi roce entre ambas espadas traía chispas a la unión, y los golpes en el escudo no parecían afectarle a aquella arma negra y roja.
El tiempo parecía largo entre ellos, así como también para Leo y su contraparte Soriana: Nicolás. El joven de ojos dorados no se había ganado su puesto como comandante solo por ser el primo del rey, sino por su gran maestría en el ataque, la sutileza en la defensa y la inteligencia de la buena estrategia. Y el joven de ojos azules pudo apreciar esas virtudes.
-Maldición- escupió con odio el rey de Során sosteniendo con firmeza los comandos del Gaymelef. Ambas espadas se encontraban cruzadas frente a la cabina sosteniendo la pesada espada de Van, impidiendo de paso un mortal ataque en su contra.
Van: -No te veo tan confiando como antes- menciono tan venenosamente como Sebastián. Lo odiaba como nunca antes odio a alguien, jamás imagino que podía ese hombre hacer surgir lo peor de si mismo.
-Eso por que no ves más allá de mis ojos y acciones- susurro con malicia, una sonrisa casi perversa escapo a sus labios haciendo brillar sus ojos negros. El rey de Fanelia escapo unos pasos hacía atrás tratando de asimilar cada palabra dicha por su enemigo y posesionándose para una ataque sorpresa, el escudo negro ahora se interpuso entre ambos Gaymelef previniendo cualquier ataque... mientras su mente trataba de adivinar, averiguar que tanto planeaba aquella mente corrompida por el odio.
Sebastián: -No te gastes pensando, Van- hablo acomodando las espadas gemelas en su original posición de ataque hacía Escaflowne –No pienses en nada además de esta batalla, por que ese será el error que te separa de la vida y la muerte- Una embestida de parte del rey de Során ataco al Gaymelef Hispano con fuerza, se notaba la energía que aún tenía. Las pisadas del Gaymelef rojo oscuro quedaron marcadas en el terreno a medida que empuja firmemente a Escaflowne. Las espadas gemelas habían vuelto a tomar la misma imagen, únicas en forma de cruz contra el arma negra de Van, apretaron con fuerza deseosas de ver caer los pedazos de una nueva arma... apretaron... apretaron... pero la espada negra y roja seguía tan imponente como la primera vez que la vio, brillaba tenuemente y ninguna rasgadura a causa de la presión de esas armas enemigas. Protegían fielmente a su dueño.
Nicolás: -Veo que tu rey le esta causando más problemas al mío de lo que imaginaba- Los Gaymelef de ambos comandantes sostenían con ambas manos el mango de sus espadas. Caminaban unos centímetros en circulo amenazando los movimientos bruscos de su oponente, limitando la movilidad del ataque. No dejaban nunca de observarse, alimentando los conocimientos de su contrincante.
Leo: - ¿Acaso quieres matarme del aburrimiento?- pregunto sarcástico, a medida que coloca otro pie de su Gaymelef en una mejor posición.
Nicolás rió desde la cabina: - ¿Podría? – pregunto inocentemente – Sí lo hubiese sabido antes, me hubiese ahorrado el tiempo de esta batalla – admitió irónicamente.
Leo: - Entonces así, sí me hubiera muerto del aburrimiento– sonrió.
Nicolás: - Y no queremos que eso pase ¿verdad? – oh! Claro que no, sino no hubiera podido cobrar mi venganza hacía ti. Tu maldita espada al tocarme y lastimarme... mi sangre carmín cayendo, nadie en toda mi vida me había ofendido de mayor manera. Entonces el Gaymelef del joven de ojos azules tomo impulso - ¡ AHHHHHHHH! – grito con energía y embistió con fuerza al guerrero de metal faneliano, sus ojos impregnados de odio, sed de sangre, ira...
Leo: - Pensé que deseabas en verdad matarme del aburrimiento – burlo, deteniendo el ataque y empujando por unos segundos aprovecho para contraatacar, las espadas iban en un baile de guerra golpeando el metal frío y plateado. En las cabinas el aire entraba presuroso en los pulmones de cada guerrero, deseando prolongar cada vez más sus fuerzas y detener el agotamiento... pero la respiración agitada solo era el primer síntoma del desgaste en esa batalla.
Las pocas luces de la tarde comenzaban a contrastar con las primeras estrellas de la noche, la luna y el sol compartían esos pocos momentos en el mismo plano que sin duda sería una obra maestra al ser pasada al papel. Pero por ahora la magnificencia de aquel acto natural era opacada por la escena desarrollada a sus pies en las tierras de Fanelia, una guerra destructora.
Los guerreros fanelianos estaban luchando con fiereza, incapaces de dejarse vencer ante tales enemigos que vinieron a desterrarlos, su rey Van Fanel estaba luchando por cada uno de los habitantes. Muchos soldados habían caído, peleando por lo que creían, cuerpos por todas partes bañando las tierras con la sangre. Una escena espeluznante que la muerte adoraba con gran pasión, después de todo de ahí obtenía su mayor alimento.
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Merle estaba detenida a unos pasos de la columna de luz que había caído sobre su amiga Hitomi, sus ojos azulados no se apartaban esperanzada de que en cualquier momento desapareciera dejando a su amiga de nuevo con los pies en Fanelia... tenía esperanzas.
Las puertas del refugio se mantenían abiertas como ventanas de los refugiados hacía la escenas que se desarrollaba delante, la prometida de su rey había desaparecido. En el refugio los soldados que estaban a cargo de la seguridad de cada uno de los inocentes que no debían mancharse las manos con sangre durante la guerra ahora estaban confundidos sobre todo lo que en unos segundos había sucedido.
-¿Dónde ha ido la prometida del rey? - ¿Qué le ha sucedido? - Yo la vi hace unos instantes, antes de que esa columna cayera sobre ella - ¿El enemigo tendrá algo que ver? - No lo s -
Merle había cerrado sus oídos tan agudos a aquellas preguntas, comentarios de los fanelianos. Su mirada no se apartaba hasta que un guardia se acerco a ella con una lanza un poco más alta que su estatura, un soldado dado a proteger las puertas del refugio seguramente.
-Señorita Merle – llamo primero midiendo cuanta atención tenía de la ministra de Fanelia. Cuanto tuvo seguridad de que lo escucharía continuo - ¿Qué debemos hacer? – pregunto, dentro del refugio la sorpresa no cabía en sí aunque los segundos solo fueron cortos para descansar...
-¡ATAQUEN!- un grito resurgió dentro del bosque que dormía a los pies del acantilado a los pies del refugio, algunas aves refugiadas en el bosque alzaron vuelvo debido al grito; el soldado que estaba con Merle demostró sus reflejos.
-¡LAS PUERTAS! ¡NOS ATACAN!- grito a todo pulmón con la desesperación de proteger a los inocentes que su rey había puesto a salvo. Una alarma sonó en todo el recinto previniendo el ataque inminente. Por el único camino disponible se podía observar al comienzo como un ejercito comenzaba su marcha hacía ellos, con paso firme montando en sus manos las banderas Sorianas flameando con el viento anunciante de la noche.
Sebastián había sido inteligente pensó Merle, por que el muy desgraciado se las había ingeniado para, no solo descubrir la ubicación de los refugios, sino también atacarlos donde solo gente inocente como niños entre otros habitaba. Todo el lugar estaba protegido pero no con el mismo armamento que utilizaban en la batalla dada en la ciudad, el rey de Során había movido sus piezas bastante bien, pero sabía que a ellos no los acabarían tan fácilmente.
Merle sintió una mano apretando firmemente su hombro atrayéndola hacía las puertas del recinto.
-Señorita, es necesario que entre en este mismo instante- advirtió el soldado que dio la alarma inicial, la miraba fijamente conociendo el temperamento que muchos hacían conocer de la ministra.
Merle lo miro unos segundos y luego miro la columna de luz, Hitomi aún seguía atrapada dentro: - No – se negó, primero la sacaría a ella.
El soldado suspiro: - Créame que ella estará mejor de lo que estará usted si sigue aquí afuera – dijo sin vacilación. En segundos la felina se vio siendo arrastrada puertas dentro del recinto con sus ojos clavados en la columna de luz esperando ante cualquier señal de que aquel antro luminoso desaparecería.
De pronto la tierra tembló y de las paredes que formaban la pequeña entrada de la cueva unas puertas comenzaron a abrirse liberando de ellas unos Gaymelef grises con detalles blancos haciendo lucir al gris como un leve plateado, armados con espadas y lanzas, en total eran 4 debido al poco espacio por donde se podían mover pero eran esenciales para tener una ventaja contra el enemigo.
Los soldados habían hecho ingresar con la alarma a todos los ciudadanos que hubiesen estado fuera, una vez todos estuvieron a salvo dentro de la cueva se cerraron las puertas impidiendo la entrada de algún enemigo.
El ejercito encargado de la protección del recinto ya desenfundaba las espadas, los arcos y lanzas para luchar; El espacio que se extendía delante de la cueva era más que suficiente para desarrollar una digna batalla de las fuerzas fanelianas, el tramo delante de las puertas principales del refugio era pequeño y eso daba a conocer las desesperadas medidas que Sebastián había tomado...
Los guerreros de Fanelia a sus espaldas contaban con la protección de la enorme montaña fiel a sus convicciones pero en cambio... los guerreros de Során contaban con un acantilado esperando recibirlos ante cualquier equivocación de ellos. El rey de Fanelia había contado con ases de inteligencia y táctica para los refugios.
Un hombre vestido con armadura, sin casco solo portando lo necesario para su protección, de apariencia imponente se encontraba parado mirando fijamente las puertas del refugio desde una altura considerable esperando por el enemigo. Sus cabellos cortos negros y mechones plateados se mecían con el viento anunciante de la noche y su mirada amatista observo a cada uno de los soldados bajo su mando dispuestos a luchar ubicados estratégicamente por grupos detrás de las puertas principales.
En su mano dormían un arco y en la otra una flecha de fino diseño, en su espalda las hermanas de esta aguardaban su oportunidad de hundirse en la carne del enemigo.
-Señor Trentón, los generales han avisado estar ya preparados – anuncio un soldado irguiéndose luego de su reverencia de respeto al encargado actual de todas las fuerzas defensivas del refugio.
Trentón: - Muchas gracias, diles que estén preparados que apenas esos desgraciados pisen el refugio conocerán el valiente espíritu de Fanelia – menciono con una voz segura de cada letra y sus ojos brillando con un fuego violeta interno.
El soldado se giro sobre sus talones y al instante se perdió buscando a los generales para hacerles saber de la decisión del hombre de cabellera negra y plateada.
-Has decidido bien al tomar el control de las fuerzas de defensa, jefe del concilio Faneliano- dijo una voz detrás suyo, la mirada amatista se giro y se encontró con dos hombres sonriéndoles serenamente. Les devolvió el gesto.
Trentón: - Ha sido un honor poder hacerlo, el rey Van decidió antes de que partiera el primer grupo el cederme este cargo – rememoró aquel pasado momento en donde el rey de Fanelia lo había detenido junto con todo el consejo y le había prácticamente ordenado tomar el cargo.
Jotar sonrió con aquellos rasgos marcados por el tiempo haciéndolo lucir aún más sabio de lo que ya era, sus ojos celestes tan claros como su mente afirmaron las palabras de su colega: - No puede este ejercito estar en mejores manos –
Surcan sonrió: - Eso mismo digo yo – los tres miembros del concilio estuvieron envueltos por unos segundos en un silencio tranquilo, con la música de fondo que solo los preparativos rápidos pueden reproducir.
Jotar: - Buena suerte, amigo – dijo apretando el bastón en sus manos con un poco más de la fuerza necesaria sin ser notado por los demás.
Surcan: - Te estaremos esperando – dijo como si nada estuviera pasando y ellos solo tendrían unos asuntos independientes que realizar – Recuerda que el concilio no seguirá sin nosotros –
Jotar: - Nosotros iremos con Merle – dijo imaginándose a la felina quejándose y caminando por todos lados nerviosa ante lo que sucedería en el campo de batalla. Después de todo, las personas más cercanas ella se encontraban peleando de un modo u otro contando también a la prometida del rey Fanel. Una vez entraran ellos las puertas se trancarían firmemente, impidiendo la entrada y salida de la cueva utilizada como las instalaciones de los fanelianos hasta que la batalla terminara.
Trentón: - Los veré más tarde – acordó con ambos, los dos hombres de ojos celestes y naranja claros se giraron con paso lento perdiéndose para internarse a través de las puertas al refugio de piedra. La esperanza de verse luego de la guerra era lo único que alentaba a los guerreros a volver vivos, una promesa muda de regresar mezclada con una falsa tranquilidad... armas de vida luchadoras contra la muerte y el miedo a ser atrapado por ella.
Ahora todos los guerreros fanelianos estaban listos para la batalla por defender aquel refugio de los enemigos, todo lo entrenado ahora sería puesto en práctica. Su participación en la guerra no se haría esperar más, por que defenderían el futuro de toda Fanelia...
Los soldados de Során se detuvieron a unos metros de la entrada de los refugios atraídos por la brillante columna de luz , mirándola fascinados por aquella maravilla.
-¿Qué sucede?- pregunto un hombre a caballo adelantándose al ejercito y mirando la columna – Con que de aquí provenía, la otra ha desaparecido desde hace un rato – comentó, el caballo relincho un poco molesto por el tirón tan brusco que hacía su jinete para mantenerlo quieto.
-General ¿cuáles son sus ordenes?- pregunto otro guerrero montado a caballo anunciando el alto rango que poseía el primero de ellos.
-El rey Sebastián ha ordenado la destrucción del refugio de Fanelia y eso es lo que debemos hacer – tiro bruscamente las riendas de su caballo haciendo uso del galope para pasear entre las filas del ejercito - ¡GUERREROS! – grito llamando la atención - ¡Tomaremos este refugio en nombre de Során y nuestro rey Sebastián! – alzó su espada rasgando el aire incitando a la batalla en aquel rocoso ambiente. Sus soldados gritaron reuniendo toda su fuerza y energía.
El hombre que encabezaba el ejercito ahora, giro su caballo y se acerco a su general susurrándole al oído: - ¿Vendrán pronto? – pregunto.
-En cuanto escuchen nuestra llamada vendrán – aseguro sonriendo cínicamente, echando de sus ojos una mirada cruel. Ambos caballos en un galope corto llevaron a ambos hombres al frente del ejercito Soriano y con un movimiento de la espada todos volvieron a caminar hacía las puertas del refugio olvidando la columna de luz al descubrir que nada de ella los podría perjudicar...
Una vez estuvieron casi frente a las puertas, varios soldados se abrieron paso cargando entre todos un enorme tronco predispuesto a bajar la primera defensa, cosa que no sería tarea difícil y ni larga.
-1... 2... ¡3!- Los solados embistieron con un primer golpe, nada - ¡De nuevo!... 1... 2... ¡3! – un segundo golpe, las puertas no cedieron- ¡Esto caerá pronto! ¡De nuevo! 1... 2... – Pero algo los sorprendió.
-¡DISPAREN!- un grito desde el interior los alerto acompañado por un sonido agudo deslizándose por el aire de la montaña. Las miradas Sorianas pronto descubrieron la razón, sobre ellos ahora caía una lluvia de flechas tan solo dada como primer ataque de los arqueros fanelianos.
Los gritos de algunos soldados desprevenidos inundo el ambiente del refugio cayendo sobre la tierra con flechas incrustadas en sus cuerpos. El metal deslizándose entre sus músculos, rasgando su piel hasta entrar matándolos.
-¡Maldición!- grito el general que había detenido con sus manos limpias y su espada las flechas que deberían haberlo liquidado.
Dentro del refugio Trentón bajo su arco tenso luego del primer disparo, varios enemigos habían caído ante una señal de advertencia – Nos subestimaron – susurro divertido ante esa expectativa.
-¿Acaso pensaban que solo los estaríamos esperando de brazos cruzados? – pregunto un general al lado del hombre de mirada amatista.
Trentón lo miro: - No imaginaban que esperábamos un ataque aquí, nos subestimaron – volvió a repetir pero esta vez con voz normal en la charla que entablaron.
-Pero me parece absurdo que no se imaginaran que contábamos con una defensa, por más mínima que sean–
Trentón levanto su arco al aire apuntando con la flecha directamente al ejercito frente a la puerta principal, con una seña anuncio a los arqueros que prepararan el siguiente disparo. Sus ojos amatista se giraron unos segundos al general que sostenía firme su espada y dijo: - Pero yo no llamaría "mínima defensa" a lo que tenemos dentro del refugio – miro de nuevo al frente con semblante duro y una nueva seña dirigida a un hombre cercano se hizo presente.
A su lado el hombre grito: - ¡DISPAREN! – las flechas tanto de los arqueros como la del jefe del concilio salieron disparadas con maestría hacía el frente de los refugios, pero antes de que estas llegaran a los destinos calientes por la adrenalina liberada dos golpes dieron contra la primera defensa: las puertas principales.
Trentón observó y analizando rápidamente miro al general con el que había entablado una charla en medio de los disparos: - Diles a los arqueros que se retiren a las bases superiores y que los soldados se preparen para una lucha frente a frente. Que ante la más mínima señal de la prometida del rey se mande a un grupo a sacarla y llevarla sana y salva al bosque, ella tiene que seguir viva a toda costa – si alguien se preguntara alguna vez como sonaba la determinación en la voz de un hombre, Trentón acababa de demostrarlo en sus ordenes dadas.
El general bajo corriendo de su actual ubicación y anunció todo a penas descendió, toda la organización había sido planeada con anterioridad como previniendo cualquier ataque. Una ventaja contra su enemigo, aparte de que muchos de los soldados actuales en las filas habían sido entrenados a esas alturas y en esos terrenos... Oh, eso sí que les daba una gran ventaja... pero nada para hacerlos subestimar a los Sorianos, no caerían en esa trampa.
Justo a tiempo los arqueros se habían situado en los niveles superiores para tener un mejor blanco del enemigo con sus arcos. Los solados se había situado a una distancia prudencial de la puerta pero no alejados para ceder terreno al enemigo.
Justo a tiempo, había sido todo predispuesto por que un golpe en seco más y las puertas cayeron bruscamente sobre la tierra rocosa de la montaña. Un pequeño polvillo se había levantado a causa de la caída de la primera defensa, pero nadie de ningún ejercito se movió expectantes o mejor dicho, analizándose.
Los estandartes de Során se balanceaban con el viento fresco de la noche ya caída, el tiempo en una guerra no tiene lugar ni piedad. La luna ahora se levantaba orgullosa junto a su hermana la luna fantasma y millones de estrellas en un cielo casi despejado ya que algunas nubes oscuras caminaban a paso lento en el cielo.
-¡AVANCEN Y DESTRUYAN TODO A SU PASO!- un grito proveniente del general de las fuerzas Sorianas se abrió paso en el segundo tablero de muerte, las fuerzas invasoras corrieron con energía, aunque muchos embistieron contra las lanzas que se alzaron unos segundos antes tomando a muchos desprevenidos y de paso algunas vidas.
La primera fila estaba compuesta por espadachines que mostraban sus espadas libremente, por que solo eran un señuelo... En la segunda fila ocultos de la primera visión del enemigo se encontraban los lanzeros que al ver acercarse a una distancia prudencial de la primera fila estiraban contra el cuerpo enemigo las lanzas clavándolas en los cuerpos unos pasos antes de que siquiera tocaran la primera fila de espadachines. Y aquellos que habían tenido la suerte de escapar con buenos reflejos morían agonizantes ante las espadas de la primera fila... una táctica merecedora de reconocimiento.
Los lanceros de las primeras filas soltaron las lanzas y tomaron sus espadas blandiéndolas contra los enemigos que quedaban. Las tácticas de defensa de Fanelia podrían ser denominadas como excelentes.
El general de Során estaba más que sorprendido por la muerte tan rápida que habían tenido un puñado de sus solados, acompañado de los arqueros escondidos en niveles superiores que pronto serían "atendidos" por sus propios arqueros con puntería de acero.
Muchos cuerpos caían en charcos de sangre, pero la mayoría de hombres eran Sorianos... las defensas de aquel refugio estaban dando frutos.
Pero pronto se unieron unos Gaymelef grises a la batalla llevándose el recuerdo de muchos solados extranjeros con cada paso... aunque algo los detuvo de sorpresa. Perdido entre el ejercito de Során un cuerno dio anuncio por todo el tablero de muerte...
-¡¿Qué es eso?!- un grito proveniente de las filas cercanas a Trentón lo alerto mientras extraía del cuerpo de uno de los soldados que lo atacó, su mirada amatista se abrió por completo al observar el sector donde uno de los soldados señalaba... eso no estaba en los planes. Varios Gaymelef de color verde oscuro surgían flotando en el aire a pocos metros de la punta del acantilado mientras que comenzaban a surgir otros del acantilado que parecían haber trepado hasta aquel recóndito lugar... todo para destruirlos.
-¡Maldición!- grito con energía Trentón a medida que esquivaba un golpe de espada, frenaba el de otro oponente. Utilizando la mayor parte de su esfuerzo contraataco con golpes certeros dando muerte a sus oponentes ya que desde hacía unos segundos había tenido que blandir la espada en vez del arco.
Miro nuevamente a los Gaymelef verde oscuro, no eran tantos como imaginaba pero si superaban a los 4 guerreros metálicos enfundados en armaduras grises casi plateadas.
Los Gaymelef en total que flotaban eran 4 que de seguro hubiera sido justa la lucha pero, no siempre en la guerra es así, trepando los últimos guerreros verde oscuro daban un total de 6... un número importante tratándose de Gaymelef.
No tuvo tiempo a más análisis ya que otro grupo de soldados decidió tomarlo como blanco saltándole encima. Sus reflejos estaban dándose al límite, empleando gran habilidad con la espada se quito de encima a dos de ellos con un rápido corte descartándolos de la lista de los "vivos" pero no previno el ataque próximo. Uno de los soldados que él hace instantes lo había empujado para retrasarlo y permitirle una pelea un poco más "justa" con los que quedaban lo descubrió ahora clavándole la espada en uno de sus brazos...
-¡AHHHH!- un rugido escapó de su boca con fuerza, su brazo... el izquierdo, sin embargo no permitió que algo así lo detuviera. Dejo caer su fiel espada manchada de sangre a su lado y bajo los ojos de su oponente sorprendidos, extrajo con su mano desde la hoja, la espada enterrada en su carne. El soldado estaba tan sorprendido que se alejo olvidándose su arma plateada en el cuerpo de Trentón, el hombre de mirada amatista sonrió maliciosamente una vez la espada estuvo fuera de su brazo y la arrojo lejos infundiéndole miedo a su enemigo... le demostró que ni siquiera una espada lo detendría y agachándose con un movimiento tan rápido como el de un felino de los montes Asturianos tomo su espada y la enterró con firmeza en el pecho del soldado enemigo dándole muerte instantáneamente.
Sus respiración se vio afectada una vez termino la labor, miro su brazo unos segundos y observo que ningún músculo había sido dañado por que sino la movilidad de su extensión izquierda estaría bloqueada... aunque aparentaba lo contrario si se veía de lejos.
Sus ojos ahora tomaron en cuenta que la batalla dada en los refugios estaba de su parte, gran número de los Sorianos había caído bajo el ejercito faneliano... Pero ellos tenían la ventaja en terreno conocido solo por ellos... Cuando algo le llamo la atención hasta casi asustarlo, dos de los Gaymelef verde oscuro (aquellos que habían llegado trepando) ahora se encontraban tendidos sobre la tierra y uno a medio casi caer por el precipicio.
Pero algo le heló el corazón, los cuatro Gaymelef que habían llegado flotando estaban intactos en su lugar de inicio con armaduras brillantes... dos de los Gaymelef grises estaban tendidos contra las piedras olvidados con parte de la armadura del pecho destruida y las cabinas hecha pedazos. Uno de los que faltaban se encontraba dormido totalmente destruido pero con la cabina abierta, lo que le daba esperanzas del que soldado al mando había bajado a tiempo y ahora peleaba entre el ejercito faneliano.
Faltaba un Gaymelef gris y viendo al enemigo dedujo rápidamente su destino, aquel guerrero grisáceo había llegado hasta el enemigo que flotaba y fue atacado, lo más probablemente, por los cuatro a la vez, sin piedad... con las ultimas fuerzas de aquel que comandaba la unidad se arrojo hacía el precipicio en un salto kamikaze tratando de destruir por lo menos una unidad. Pero todo fue en vano como sus ojos amatistas podía ver, aunque uno de ellos (de seguro el blanco más cercano a la orilla del precipicio) había quedado con las marcas... una línea a través de todo el pecho verde oscuro, producto de una espada mal canalizada o con un fin errado, y su capa rasgada intento de que el Gaymelef faneliano intentara arrastrarlo a la destrucción consigo. El soldado que comandaba ese Gaymelef sería en verdad admirado... hasta el ultimo minuto... hasta el ultimo segundo... pensaba en el futuro.
Los últimos estandartes de Során cayeron al suelo manchado de sangre, los guerreros fanelianos respiraron agitadamente algunos arrodillados en el suelo causado por una herida severa o el cansancio. Pero igualmente agotados, nadie se movía salvo para clavar sus miradas en los guerreros metálicos flotando ajenos al dolor de sus propios compañeros de guerra.
Sin embargo una voz desde dentro de una de las cabinas se hizo presente en todo el terreno del refugio...
-¡¿Dónde se encuentra la prometida del rey de Fanelia?!- nadie se movió de sus posiciones salvó para levantarse y extender su espada al enemigo. La columna de luz seguía intacta y elevándose al cielo sin perder su brillo tan hermoso.
Trentón sonrió: - ¡ELLA SE HA MARCHADO! – grito con sus cabellos negros y mechones plateados acompañando su movimiento de cabeza al gritar.
-¡Mientes! ¡El rey Sebastián nos ha informado que ella se encuentra aquí!- respondió esta vez acompañando de un ataque, uno de los brazos se estiro al frente despidiendo una especie de espada que se clavo en la tierra cobrando algunas vidas...
Pero esta vez no se escuchó la voz grave que hablo primera, estaba vez fue una voz un poco más aguada y con un tono teñido de odio en él: - ¡Mataremos a muchos más si no os lo decid! – Silencio de parte de los fanelianos no solo por no decir que ella se encontraba bajo sus narices sino por el hecho de que ella era la futura reina de una Fanelia que deseaban ver brillar en el futuro.
-¡Os advertimos!- grito de nuevo la voz grave de un Gaymelef, justo del cual su mano se extendía en dirección al terreno donde los soldados fanelianos quedaban luego de una ardua lucha...
Aunque el ataque nunca llego, ya que toda la atención se prestaba a la columna de luz. Esta cascada del cielo comenzó a desaparecer desatándose como la trenza larga de una princesa... y llegando al suelo para desaparecer completamente. En su lugar solo una mujer quedo de cabellos semi-largos cenizos y sus ojos cerrados con un semblante sereno. Ahora no llevaba su antiguas ropas, sino las que portaba en su visión junto a Van.
-Pero sí acá se encuentra la futura reina- dijo un voz distinta a las anteriores, casi con burla en su tono de voz – la buscábamos – dijo.
Trentón mantuvo su semblante rudo pero maquinando un plan de escape para la prometida de rey Van a una velocidad increíble. Sostuvo con fuerza su espada para luego guardarla en su funda atada a la cintura de su cuerpo. Tomo el arco que se encontraba a su espalda y una flecha acompañándola... no dejaría que se la llevarán tan fácilmente.
-Ni lo piensen guerreros de Fanelia- acotó la voz grave del Gaymelef que los apuntaba. Parecía que muchos ya habían reactivado sus sentidos poniéndolos al límite para impedir el secuestro de la futura reina. Valientes y osados eran los que luchaban por esas tierras verdes y llenas de vida... y ahora sangre.
-Preciosa, acompáñanos- dijo la voz burlona acercando su Gaymelef al acantilado frente a Hitomi y extendiendo su brazo para colocarlo como un puente. Sin embargo la visionaria no se inmuto ante tal acto - ¡Te digo que vengas con nosotros! – se exaspero el dueño del guerrero verde oscuro.
Hitomi abrió sus ojos lentamente dejando lucir una mirada esmeralda cautivadora y realmente hermosa, su semblante sereno hacían brillar esa piel blanca: - No puedo ir con ustedes cuando he prometido quedarme en Fanelia – susurro con una voz que traía a la mente el recuerdo de las aves cantar y el viento susurrar a través de las hojas de los árboles.
-Estúpida, no es cuestión de que quieras o no. ¡Debes venir con nosotros!- grito con furia el Gaymelef verde oscuro postrado delante de Hitomi quitando el puente provisional y levantando su puño para atrapar aquel cuerpo femenino tan hermoso entre esas manos metálicas.
Todo el ejercito de Fanelia se dispuso a la ayuda de la prometida del rey Van pero unos disparos similares al primero dieron contra la tierra bloqueando metros antes la salida del refugio.
-¡JAMÁS!- grito Hitomi cerrando sus ojos con fuerza y extendiendo ambas manos a sus costados con las palmas abiertas, de su espalda unas alas blancas con detalles plateados se abrieron de par en par... En un segundo ocurrió todo... Sus cabellos se levantaron, su vestido blanco se meció con un viento surgido de la nada, el collar de lagrima roja se levanto de entre toda la tela blanca brillando casi segadoramente... En un segundo ocurrió todo... Los ojos de Hitomi se abrieron mirando con fiereza el Gaymelef frente a ella, invitándolo a tomarla prisionera... En un segundo ocurrió todo...
El soldado que comandaba en Gaymelef no espero y antes de darse cuenta extendió su mano tratando de tomar a Hitomi por su cintura para llevársela. Aunque algo delante suyo lo detuvo en seco, una pared invisible se interponía entre él y su objetivo. Con furia comenzó a golpearla con furia desmedida mirando delante suyo como si un enemigo realmente poderoso se levantara...
-¡¿QUE TANTO HACES?!- grito cansado un compañero Soriano, preguntándose que estúpido juega estaría jugando él. Golpeaba la nada mientras esa jovencita extendía sus brazos a cada lado sacrificándose sola.
-¡No te das cuenta, idiota! ¡Hay una pared que me detiene! – un golpe con los "nudillos" del puño de su Gaymelef. Al contacto del metal con aquel invisible escudo se despidieron ondas del mismo color que la columna de luz que momentos antes había atrapado a la visionaria.
Esta claro decir que los guerreros de Fanelia contando también a Trentón no cabían en su duda y sorpresa, 4 guerreros metálicos no podía atrapar a la futura reina de esas tierras... por lo menos algo bueno debía estar sucediendo. El hombre de ojos amatistas se había asustado tremendamente al ver como la señorita Hitomi abría sus brazos como sacrificándose, pero al ver que el Gaymelef de Során no podía siquiera tocarla algo llamo su atención... ¿Esa señorita sería capaz de detenerlo?... y cuando las alas se abrieron de par a par la afirmación a aquella pregunta no se hizo esperar.
Todos los soldados que habían protegido el refugio y sobrevivido veían esa imagen casi tan irreal, la prometida del rey de Fanelia era un ángel... que en estos momentos los estaba protegiendo de una muerte segura. Un aura la envolvía y sus alas brillaban levemente con un toque plateado haciéndola lucir de espaldas muy hermosa.
Esa era una reina dispuesta a su pueblo, en verdad sería una reina de admiración y también envidiada, pensó Trentón con una sonrisa acercándose con paso suave al cuerpo de la señorita Hitomi.
Los guerreros de Fanelia que lo vieron encaminarse y pasar por su lado se levantaron también, algunos con dificultad y otros escupiendo de vez en cuando sangre por sus bocas.
Todos los Gaymelef enemigos embistieron contra Hitomi en un ataque de desesperación por tener su objetivo tan cerca y tan lejos a la vez. La joven de cabellos cenizos sonrió suavemente y susurro: - Atacaron este recinto donde solo gente inocente vive, eso no tiene perdón – y sus cabellos ocultaron su mirada... algo sucedería y nadie salvo ella podían ver el futuro...
-¿Qué podrías hacernos?- una burla disfrazada de pregunta, pero que errado era subestimar a una mujer... con voluntad. Hitomi sonrió y algo sucedió, pero ningún soldado pudo descifrar exactamente lo que paso...
Los guerreros Sorianos escondidos en las armaduras metálicas miraron una escena que les heló la sangre y todo latido de su corazón. La montaña, el piso, el acantilado todo se convirtió en oscuridad tragándose el ambiente entero salvo a la bella mujer que Van Fanel tomaría como esposa, quien tenía extendida unas alas que imponían su imagen ante el enemigo.
Ante los ojos de los invasores la bella mujer estaba detenida con sus ropajes blancos meciéndose en un viento inexistente. De la nada una cabeza surgió a un costado del hombro de la mujer como si hubiese estado escondida detrás de ella, pero pronto se le unió otra cabeza en el otro hombro... dos cabezas de dragones. Inmensas, imponentes, furiosas. La cabeza que sobresalía del hombro derecho era blanca y poseía una mirada verde; La otra contrastaba con la primera, de un color negro y unos ojos rojos brillantes. Dos magnificencias de la naturaleza.
Pronto las cabezas comenzaron a alargarse y mostrar un cuello largo y fino tan perfecto como las primeras pisadas que dieron. Estas retumbaron en el abismo negro y aunque los Gaymelef flotaban pudieron sentirlo. Los dos dragones rugían imponiendo aún más fiereza al fusionarse con su cuerpo y presencia, con una coordinación perfecta imitaban sus pasos hasta colocarse a cada lado de la visionaria detrás de las alas como si estas fueran una barrera para tomar la vida de los enemigos Sorianos.
-¿Qué... qué demonios... es... eso?-pregunto tartamudeando por el miedo el soldado de voz grave. Retrocedió un poco aunque no se podía apreciar en aquel inmenso e infinito abismo negro.
Los dragones rugieron hacía el cielo estirando al máximo sus cuellos, cada uno había aparecido como si hubiesen estado detrás de Hitomi escondiéndose con ayuda de ese cuerpo tan pequeño en comparación a ellos.
-¡No pienso quedarme a morir!- había gritado uno de los Gaymelef, apuntando con ambos brazos de su guerrero metálico comando la orden de atacar a la joven visionaria. De sus brazos salieron disparadas las espadas lisas y filosas, pero estas se abrieron en diferentes direcciones al toparse con el invisible escudo logrando únicamente perder su única arma.
La joven de cabellos cenizos aún no dejaba ver su mirada pero de pronto levanto sus alas al cielo de aquel abismo, una lluvia de plumas blancas comenzó a caer y los dragón extendieron sus alas también mostrándolas del mismo color que sus ojos.
Cada guerrero de Során tenía las pupilas contraídas por el miedo, temerosos de lo que sucedería... y con mucha razón. En segundos los dragones con una velocidad que nadie jamás conoció que podrían tener se habían unido para atacar al primer Gaymelef verde oscuro más cercano a Hitomi, lo atacaron entre ambos para luego perderse en una espesa nube de explosión, los otros guerreros de Során retrocedieron y apuntaron a la espesa nube.
-¡Atáquenlos!- la necesidad de sobrevivir lleva al cuerpo a un punto límite, crispando los nervios, fabricando tanta adrenalina que el cuerpo se siente tan liviano por momentos...
Los ataques se perdieron en la nube de la explosión pero notaron como continuaban por el otro lado, atravesándola sin encontrar un blanco a quien destruir.
-¿Dónde están?- pregunto la voz aguda mirando a todos lados, tratando por todos los medios encontrar aquellas fieras capaces de destruirlos como a su compañero.
Habían tenido todo para ganar, una victoria segura... sus ojos se clavaron en Hitomi, sino fuera por esa muchacha ajena al miedo que sentían todos sus planes se hubieran hecho realidad.
-¡DESGRACIADA!- grito el Gaymelef arrojándose de lleno contra el escudo, la desesperación de tener cerca el final. Lo ultimo que sus ojos observaron fue a la joven inmóvil con sus cabellos ocultando la mirada esmeralda tan conocida de la futura reina de Fanelia, en segundos la cabina explotó a causa de un ataque.
Los dragones había surgido desde arriba ante la mirada asustada de los compañeros Sorianos, estos seres tan enormes con sus patas cayeron secamente sobre los brazos quebrándolos para luego con las colas tan alargadas y finas golpear por delante y atrás, todo provocó una explosión y su desaparición nuevamente.
Ahora solo quedaban dos Gaymelef mirando a todos lados, blandía su espada esperando encontrar en la oscuridad el cuerpo de alguno de los dragones... pero nada. Hitomi elevó su mirada hasta ellos, sus ojos esmeraldas observaron atentos cada movimiento...
-Fanelia no se rendirá tan fácilmente- susurró, sostuvo con fuerza el collar entre sus manos aferrándose a la lagrima roja. Y ante su visión los Gaymelef no notaron como de entre la oscuridad surgían ambos dragones... a sus espaldas aleteaban silenciosamente sus alas sosteniéndose entre su cabezas y las espaldas metálicas. Batieron con fuerza las alas y rugieron asustando a los Sorianos que se giraron sorprendidos solamente para ver el ultimo ataque de los dragones blanco y negro... ambos con coordinación y precisión asombrosa atacando al mismo tiempo y mismo lugar.
Dos explosiones iluminaron aquel abismo negro unos segundos y los dragones se perdieron en la oscuridad, Hitomi dejo relajar su semblante y sus alas siguieron firmes a cada lado... sus ojos se cerraron unos segundos para luego abrirse...
La oscuridad había desaparecido y de nuevo se encontraba en el refugio donde todo había comenzado, los Gaymelef verde oscuro caían al abismo y el enemigo había desparecido. Los soldados de Fanelia ahora caminaban a través de la puerta asombrados algunos pero Trentón con paso firme y un semblante sereno, ojos brillantes y una sonrisa sutil en sus labios.
Hitomi traía las alas extendidas, mirando hacía el horizonte donde la guerra de Fanelia se estaba llevando a cabo. La victoria de esa batalla fue concedida a ellos, esperaba que lo mismo sucedería en la guerra... o por lo menos la batalla que se daba cercano a los refugios.
Respiro hondamente, tratando de que el cansancio no cediera con su peso. Sus ojos esmeraldas estaban cerrándosele...
-¡Señor Trentón!- grito un guardia ubicado cerca de las puertas, estas estaban abriéndose y el líder del concilio autorizo abrirlas totalmente. A penas las puertas de la cueva estuvieron lo suficientemente abiertas para un cuerpo felino, esta salió corriendo por entre todo el ejercito. Los soldados le abrían paso a Merle mientras se detenía en las puertas del refugio caídas en batalla, sus ojos azulados miraban asombrados a la bella joven que mostraba sus nuevas alas blancas y plateadas... parecía una ilusión casi etérea.
El hombre de amatistas observaba pasar a la ministra por su lado, mientras sus ojos se volvían a posar en la señorita Hitomi. Nadie supo que paso, solo se vio a Hitomi extender sus brazos formando un escudo pero también como dragones de forma semi-transparentes surgían a cada lado de ella atacando y destruyendo los Gaymelef verde oscuro... tan irreal fue todo que nadie pudo respirar hasta que termino.
-Hitomi... – susurro descubriendo como su amiga se giraba en un movimiento grácil y la miraba con una sonrisa cansada en sus labios pero sin dejar de ser sincera, abrió sus brazos un poco invitándola a un abrazo que no se hizo esperar. Ambas amigas estaban a unos metros de la entrada principal abrazándose con lagrimas en los ojos.
Merle: -No quería... que nada te sucediera... el amo Van se pondría muy triste, todos nos pondríamos muy tristes- susurró.
Hitomi: - No te preocupes – acarició un poco las hebras de su cabellera. Pero la felina se apartó un poco para mirarla a los ojos.
Merle: - ¡No me puedes pedir que no me preocupe! – grito enfada y algo ofendida.
Hitomi le sonrió nuevamente con su semblante sereno conociendo ese carácter tan efusivo de su amiga: - Lo sé Merle, pero estoy bien – susurró. Cada vez sus voz se oía mucho más cansada.
Merle ante esto se preocupo: - ¿Segura? – La joven de cabellos cenizos asintió y luego giro su vista por sobre la felina. Esta se separo un poco del abrazo y se giro para descubrir de quien provenían esas respiraciones.
Detrás de ellas en las puertas del refugio el ejercito de Fanelia se alzaba mirándolas sin acercarse en ofrecimiento de respeto. Pero detrás se hallaban los ciudadanos que había salido primero por las puertas de la cueva.
Merle: - ¿Qué sucede? – pregunto intrigada por la intrusión.
Trentón se inclino ante la figura de Hitomi tan sumisamente que ambas se sorprendieron ante aquel acto: - Muchas gracias señorita Hitomi – dijo con la mirada baja para luego volverse a levantar y mostrar su gallarda apariencia manchada de sangre.
Merle sonrió: - Ustedes también han hecho un gran trabajo – pero de pronto las manos que la abrazaban la separaron de su cuerpo y vio como Hitomi se alejaba de ella y de todos hasta quedarse a escasos centímetros del acantilado - ¿Hitomi?... ¿¡Qué haces?!- pregunto alarmada viendo a su amiga.
Trentón camino hasta estar a la misma distancia de Hitomi que la felina: - ¡Señorita! ¿qué esta haciendo? – estaba alarmado.
Hitomi sonrió tranquilamente: - Merle – llamo a su amiga – necesito ver a Van, lo necesito ver – admitió con seguridad. Antes de que alguien pudiera detenerla se dejo caer de espaldas al abismo donde el bosque dormía a los pies...
Merle: - ¡HITOMI! –grito con fuerza, corrió hasta la punta del acantilado solo para ver surgir de el un ángel levantándose delante de todo los ciudadanos y soldados de Fanelia, una visión maravillosa. Todos quedaron mudos luego de gritar por la sorpresa provocada por la joven de cabellos cenizos. Ahora nadie apartaba sus ojos de ella y vieron como una lluvia de plumas caía sobre todo el refugio acariciando la piel de cada faneliano relajándolo y tranquilizando.
Pronto las alas batieron con un poco más de energía y el cuerpo de la visionaria se encamino hacía el humo donde la guerra se estaba llevando a cabo.
Trentón estaba erguido al lado de la felina que aún no se levantaba del suelo, ambos y todo los ciudadanos vieron como aquella mujer que los protegió ahora iba en busca de su rey.
Un sensación de alivio invadió a aquellos que ahora habitaban el refugio... la lluvia de plumas finalizo con una blanca y plateada que aterrizo frente a la felina. Merle estiro sus brazos y tomo la pluma entre sus manos sintiendo cuan suave era pero no duro mucho por que esta se deshizo convirtiéndose en muchos hilillos suaves arrastrados por el viento hacía el bosque a los pies de la montaña.
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Sebastián sonrió tranquilamente desde su Gaymelef, aquella batalla no había sido planeada con el final que de seguro sería inminente. Y como su mente y carácter siempre le habían adelantado cuando retirarse impune y cuando luchar hasta el final para tener la victoria asegurada, ahora pudo decidir sabiamente...
El Gaymelef comandado por el rey de Során estaba detenido delante de Escaflowne metidos en una lucha bastante feroz cuando en un reflejo rápido ambos terminaron separados a varios metros.
De pronto, delante de ambas cabinas una pequeña lluvia de plumas blancas comenzó a caer, el rostro de Van estaba desconcertado pero una sonrisa un poco cínica de parte del joven de ojos negros hizo acto de presencia.
Sebastián bajo las espadas de donde se encontraban hasta colocarse a cada lado del cuerpo metálico: - Van, nos veremos pronto – menciono con voz maliciosa. Después de todo no había sido una lucha en vano... algunos beneficios salieron para él contando con que tendría que desarrollar un nuevo plan para impedir su derrota; algo imperdonable.
Van se detuvo en medio de la lluvia de plumas blancas y plateadas, lo miro con ojos casi cerrados: - ¿Qué quieres decir?-
Sebastián rió: - No ves a tu alrededor, rey de Fanelia – burló. Todo cuanto tenía que pasar estaba pasando, con sorpresas... sí, pero solo serían mínimas modificaciones que tendría que hacer a todo lo ya preparado. Fanelia caería y le demostraría a toda Gaea que la esperanza que radican sobre Escaflowne son sin fundamentos, destruirá la moral de muchos... y con ello sus reinos pasarían a formar parte del suyo. El legendario Ruiyin capaz de comandar a semejante guerrero metálico sería inclinado a sus pies y su prometida... que placer más grande sería cuando la domara para él. Lo obedecería a cualquier precio. Lo amaría a toda costa.
Sabía como había terminado la cruzada en los refugios fanelianos, pero que importaba si con ello uno de los escalones hacía su victoria acaba de aparecer. Tan poco faltaba... ya pronto el final llegaría a estas tierras.
Van: - Dime que es lo que tengo que ver – exigió.
Sebastián: - Sí tu no puedes verlo, tu futuro esta condenado a la desgracia. Una desgracia que yo mismo traeré – rió con ganas, y levantó una de sus espadas enfundándola.
Van: - ¿Qué pretendes? – preguntó, no lo dejaría marcharse así nomás.
Sebastián desde su cabina dijo levantando la única espada que aún sostenía en su mano derecha: - No me rindo Van Fanel, no te ilusiones – sus fríos ojos brillaron intensamente – Solo que pospongo mi victoria para que puedas volverte un poco más fuerte por que ahora no podrás ganarme. Ganarte ahora sería muy aburrido rey de Fanelia – Luego desde la espada comenzó a arder un fuego negro con un brillo violeta. Entonces Van reacciono...
-¡NO TE ESCAPARAS!- grito con toda su alma, blandió su espada negra hacía el enemigo pero el rey de ojos negros no se inmuto. Manejo las piernas de Escaflowne para atacar al Gaymelef enemigo... pero en segundos el fuego bajo comiendo toda la armadura de metal del rey de Során, lo consumió el fuego negro... Van bajo en un tajo rápido contra el fuego pero siquiera antes de tocarlo este se esfumo dejando solo pequeñas estelas violetas brillantes.
Ningún rastro de él quedo en la tierra, reaccionó rápidamente buscando con su mirada a su primo Leo... demasiado tarde, vio como el joven de ojos dorados peleaba y al repelerse entre ambos comandantes, el poseedor del origen Soriano desaparecía luego de haber sido, en segundos, consumido por un fuego negro.
Y así sucedió con todos los demás guerreros que aún quedaban en pie de Során, fueron envueltos en las llamas negras y violetas desapareciendo instantes antes... la sangre seguía en el suelo formando pequeños charcos obstruidos por cuerpos ya carentes de vida... Así era una guerra, quizás alguien se llevaba el titulo de ganador o vencedor, pero aún así todos perdían... sangre y olor a muerte, eso era lo único que quedaba.
Los Gaymelef fanelianos se arrodillaban en el piso demostrando el cansancio que cargaban aquellos que los manejaban. Los guerreros armados de espadas y arcos también se dejaban caer sobre su tierra cansados, sus cuerpos por momentos en la batalla se olvidaban de sentir y tomar en cuenta el cansancio, acumulaban todo y ahora llegaba a ellos como una cascada desenfrenada... todo se cobra el doble. Pero, estaban contentos, contentos de haber protegido sus tierras, defendido su honor, su orgullo faneliano.
-... Leo... – llamó el joven de ojos rubí, se acercaba a su primo todavía sobre Escaflowne pero con la máscara abierta mostrando su cara. Camino hasta él y sonrió al ver a su primo sano y salvo. También el joven de ojos dorados había abierto la máscara de su Gaymelef azul oscuro con detalles blancos. La capa estaba rasgada levemente pero no así dejaba de ser imponente.
Leo: - ¿Te encuentras bien, primo? – estaba preocupado, y su familiaridad con el rey de Fanelia había salido a flote.
Van: - Sí – heridas mínimas causadas en la armadura de su Gaymelef reproducidas sobre su piel. Ambos miraron al ejercito faneliano, grandes números de soldados habían sobrevivido, aún más de lo que ellos esperaban. Estaban orgullosos, todos habían entrenado aún en momentos de paz.
Varios muertos tirados en la tierra, guerreros que habían luchado con esfuerzo por lo que creían. Una orden, los guerreros de Fanelia serían enterrados con un homenaje digno a su coraje, valor y su espíritu de lucha; Los guerreros de Során serían también enterrados de una manera digna por su valentía ante el enemigo.
Leo: - ¿Hemos ganado? – pregunto dudoso mirando los vestigios de la guerra.
Van negó con la cabeza y ojos cerrados, para luego abrirlos y decir con voz seria y firme: - Esto solo ha sido el principio, todavía queda más –
Leo: - ¿Por eso no mandas a llamar a los refugiados? –
Van sonrió tristemente: - ¿Y arriesgarme a que se involucren en la guerra? Jamás – firmo seguro – Nadie de los refugios vendrá a este tablero de muerte, nadie – Leo re-afirmo aquella orden, era mejor así.
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Caigo... Mis alas elevándose al cielo... Plumas cayendo lentamente en un baile hipnótico... Mis cabellos se mueven hacía arriba... Mis manos ya no se sienten... Mi cuerpo no me responde...
Mis ojos cerrados no me dejan ver el cielo estrellado de esta noche... Caigo... Y el agua me abre paso en un abrazo protector... Me reciben las aguas cristalinas...
No quiero... Pero estoy cansada y el agua a mi alrededor de cierto modo me sana...
El cuerpo sobre el agua forma ondas despidiendo hacía afuera, las alas húmedas no se hunden pero si flotan... una imagen irreal pero sumamente bella...
Me dejo envolver por la noche... Solo me resta esperar...
El lago alguna vez fue escenario para dos personas que se amaron en tiempos pasados... ahora solo es una cama para un ángel caído...
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"-¡PREPAREN TODO PRONTO, PARTIMOS ENSEGUIDA A FANELIA! – un grito rasgo el silencio en el que había caído el refugio faneliano luego de la salida de Hitomi - ¡IREMOS A AYUDAR AL REY FANEL! – Los caballos relinchaban al ser preparados por varios guerreros, generales y muchas bolsas que contenían medicamentos y diferentes utencillos para auxiliar a los heridos.
La mayoría del ejercito se quedo en los refugios, un 30% marchó nada más para ayudar entre los que se encontraban médicos listos para atender a cualquier herido de guerra... no se iría todo el ejercito. Merle y otros generales montaron enseguida y encabezaron esa tropa enviada desde las tierras altas de Fanelia.
-¡VAYAMOS AHORA!- un grito proveniente de la parte de adelante de los soldados se escucho, pronto la marcha comenzó bajando por el camino unido del bosque al refugio.
-Señorita Merle le pido por favor que le entregue este mandando al rey Van, se que podría pedírselo a un mensajero pero no encuentro manos más confiables que la suya, se lo pido por favor– desde un lado del caballo el jefe del concilio de Fanelia le extendía una carta encerrada en un sobre de color blanco crema y con una letra exquisita resaltaba el nombre del destinatario: VAN FANEL.
Merle sonrió tomando el sobre y guardándolo en uno de los bolsillos de su caballo: - Se lo entregaré a penas llegue señor Trentón – había tranquilidad en sus ojos azules pero no así dejaba su preocupación de lado. Tenía muchas que contar y tenía muchas cosas que informar..."
Esa había sido la charla sostenida antes de emprender rumbo a la misma ciudad de Fanelia, muchos caballos habían salido al galope corriendo contra un tiempo que sus jinetes habían impuesto. Las ramas de los árboles ahora comenzaban a surgir a cada lado del camino, los caballos marchaban uno de tras de otro para una carrera firme. El primero en marchar era un general puesto a cargo de Trentón personalmente obligado a cuidar a la tropa enviada desde los refugios.
La hermosa felina les estaba demostrando a los guerreros de fanelia que tenía el talento de montar como el mejor de ellos. Se desenvolvía al galope muy bien, guiaba a su caballo rápidamente estando cuarta o quinta en las filas solamente por protección.
... Fanelia estaba cerca...
Pronto los guardias arrebataron las espadas de sus fundas, listos para blandirlas contra el enemigo que hubiese quedado en pie. Una ráfaga de viento azoto contra ellos pero no los detuvo, los caballos galopaban rápidamente cumpliendo fielmente las órdenes de sus jinetes.
Los árboles dejaban a cada segundo pasar entre sus hojas más luz lo que significaba que el camino hacía Fanelia estaba más que cerca.
Rompieron al fin el los terrenos de batalla, el tablero de muerte ahora estaba bajo sus pies. Pero... se sorprendieron con lo que encontraron. Varias casas estaban destruidas producto, lo más probable, de alguna caída de un Gaymelef. Varios guerreros tanto de Során como de Fanelia yacían tendidos en el suelo.
Merle miraba a todos lados buscando alguna señal de la vida retenida en los cuerpos de sus seres queridos, todo era devastación pero comparaba con antiguos tiempos los daños no habían llegado a tocar una pequeña parte de la ciudad y el castillo...
El grupo pronto diviso a los Gaymelef sobrevivientes y emprendieron marcha hacía donde se encontraban, varios estaban inmóviles pero otros mantenían un paso lento y seguro. La mayoría resaltaba desde detrás de varias casas, eso significaba que se encontraban lejos.
Merle: - Amo Van... – susurró preocupada – Leo... – los llamó esperanzada.
La tropa por fin arribó junto a los sobrevivientes, un ejercito digno de ser llamado así. Los guerreros que se mantenían con vida eran una cantidad superior a la esperada, pero varios se encontraban acostados sobre mantas improvisadas sangrando y heridos gravemente.
Los doctores que viajaban junto al grupo llegado del refugio bajaron de sus caballos corriendo a atender a los heridos.
El lugar donde todo esto se desarrollaba era el mismo castillo, sus pasillos y el jardín detrás de las puertas principales. Los Gaymelef que habían visto estaban reunidos en la parte de afuera del castillo a sus puertas para no estorbar en el paso de los heridos. Mantas tendidas en el suelo... en algún momento fueron blancas pero ahora estaban manchadas por un líquido carmín a veces opaco o a veces brillante.
En segundos unas cuantas tiendas fueron levantadas en el jardín del castillo, bajo las mismas instrucciones del rey, dentro fueron llevados los heridos que necesitaran de operaciones inmediatas, los movimientos no paraban y el tiempo ahora parecía transcurrir a una velocidad avasalladora. Los Gaymelef fanelianos traían a gente encontrada a una distancia grande del castillo, otros traían Gaymelef dañados incapaces de moverse... todos tenían una función y parecían desarrollarla bastante bien.
Muchos soldados se encontraban ahora tendidos sobre camas improvisadas recuperándose de lesiones causadas durante la guerra, algunos más afortunados que solo habían terminado con un brazo vendado y unos cuantos rasguños se paseaban de un lado a otro ayudando en todo lo que fuera necesario.
Un pequeño grupo de hombres partió hacía los sectores dañados de Fanelia en busca de compañeros de guerra que no pudieran llegar hasta el campamento, envueltos en escombros, lastimados gravemente... rogaban volver con las manos vacías.
-¡Ouch! – se quejó- ... Un consejo, no abandones tu trabajo- una voz masculina se escuchaba desde una de las tiendas, provenía de un joven de ojos dorados y cabellera castaña.
-Si no te estuvieras moviendo tanto no te dolería- se quejo otra voz pero esta vez era una femenina. Acompañado de una mirada poco amigable.
-¿Acaso crees que soy masoquista?- pregunto irónico.
Merle sonrió divertida mientras terminaba de vendar una herida en el brazo izquierdo: - Listo, ya he terminado – dijo sin tomar en cuenta su anterior comentario, sonrió satisfecha por su trabajo. Miro a Leo que miraba sus nuevas vendas incrédulo, pero luego volvió su mirada hacía las puertas de la tienda.
El comandante de las fuerzas de Fanelia elevo sus ojos hacía Merle y solo respondió: - Él vendrá pronto, recuerda que es el rey y debe estar al pendiente de los otros también, recibiendo noticias del ataque sorpresa a los refugios – Merle ya se había encargado de poner al tanto a Leo.
-¡Demonios!- un grito desde afuera de la carpa daba la cara señal de que el rey de Fanelia se había enterado del ataque.
Merle miro a Leo, pero este le sonrió y dijo: - No esta enojado con Jyn – Este hombre era el general a cargo de la tropa enviada desde los refugios, ojos marrones y cabellera verde oscura. De porte excelente y hombros anchos - Esta enojado con Sebastián por atacar el refugio – aseguro firme luego de que se escuchara una que otra maldición.
De pronto Van entró a la tienda y miro fijamente a Merle: - ¿Es cierto? – pregunto cambiando su semblante a uno más tranquilo que solo le daría a ella y Leo en esos momentos. Pero dejando claro en sus ojos rubí el asombro...
Merle tomo aire: - Primero tengo algo que darte – dijo sacando de entre sus ropas una carta y entregándosela a Van – De parte del señor Trentón – hizo una pausa -Y sí, es cierto –
Leo miro a los dos confundidos: - ¿De que hablan? –
Van se dejo sentar con peso muerto sobre una silla: - No lo puedo creer... – susurró con ojos perdidos en el suelo.
Leo: - Oigan.... ¿me pueden explicar? – Merle le dirigió una mirada intensa y el joven de ojos dorados comprendió el origen de la pregunta... "Hitomi" – ahhhh – menciono.
Van: - Entonces ella los protegió – dijo tapando la mitad de su rostro con una de sus manos, enredando varios cabellos oscuros entre sus dedos.
Merle: - Nos cuido – dijo segura, se acerco un poco y se arrodillo frente a él levantándole el rostro con ambas manos para que ambas miradas se unieran – No debes estar así, ella te está esperando... – susurró.
Van abrió sorprendido sus ojos y la miro fijamente: - ¿Me esta esperando, donde? – pregunto ansioso, a sus oídos ella se había marchado del refugio pero la pregunta era esa... ¿a dónde?
Merle negó con su cabeza: - Hitomi necesita verte –
Van: - Pero jamás vino a mi – dijo preocupado, la felina delante suyo lo miraba con sus ojos azules...
Merle sonrió levemente: - Ella no dijo que te buscaría, ella dijo que te necesitaba ver... pero tu debes buscarla – dijo para luego cambiar su voz a una enojada falsamente – Las mujeres no podemos hacerlo todo – burlo levantándose de su lugar frente a Van, necesitaba apoyo y ella pensaba animarlo para que la busque.
Van la miro confundido y Leo casi al borde de la risa en su cama. El joven de ojos rubí se levanto de la silla con una mirada segura y se encamino afuera, pero en la puerta se detuvo y dijo: - Gracias... Merle- perdiéndose detrás de la tela blanca de la tienda.
...Corazonadas... era eso lo único que lo guiaba hacía el verdadero amor...
-Preparen mi caballo- le dijo Van a uno de los soldados, que enseguida le trajo a un corcel totalmente negro con un crin blanca y cola de igual color. Lo montó y ante él surgió Jyn. A su alrededor los soldados pasaban cumpliendo alguna función o ayudando.
Jyn: - Majestad no puede abandonar los terrenos del castillo- dijo firme, era el rey pero su seguridad estaba antes que nada. La guerra no era un juego...
Van lo miro desde su caballo, Trentón había elegido muy bien a los generales y el hombre que tenía delante era la viva imagen de la fidelidad, el coraje y el espíritu de Fanelia. Un gran general pero él ya estaba resuelto a buscarla:- Volveré lo antes posible. Déjame pasar, Es una orden – firmeza en su voz, seguridad y decisión sin ningún centímetro de duda.
Jyn lo miro y dijo: - Como ordene Majestad – se movió unos pasos hacía la izquierda mirando a su rey confiando en su sano juicio, una inclinación deseándole suerte. Sabía que la prometida del rey de Fanelia tenía que ver en esta decisión...
El caballo negro salió al galope a la orden de Van, el movimiento era estable y de una velocidad admirable. El corcel había sido entrenado por el mismo rey de Fanelia y ahora era una criatura confiable pero acostumbrada únicamente a ser montada por el rey.
Las puertas del castillo pronto quedaron atrás y una viento frío chocaba contra su cuerpo y rostro empujando sus cabellos hacía atrás para que no le estorbasen en su búsqueda.
El caballo ahora galopaba por los últimos metros de camino empedrado de la ciudad de Fanelia, varios soldados se abrían paso y algunos designados a la protección de las puertas destruidas de la ciudad se apartaron apenas el corcel se vio a lo lejos. El caballo dio un salto para traspasar las puertas de Fanelia y una ráfaga de viento soplo chocando con Van...
... VAN ...
Eso fue todo lo que necesito, su nombre hecho un susurro con la voz de Hitomi. Lo llamaba y su mente se despejo de cualquier duda y miedo, ahora sabía a donde ir... a un lugar que conocía pero que jamás pensó volver.
El caballo cayó sobre la tierra exterior de Fanelia y en segundos ya se había internado en un bosque cercano sin dudas. Van tenía muy bien entrenado al caballo por que a la mínima orden este obedecía y le era fiel.
La noche ya había caído tomando prisionero al cielo de Gaea, un manto azul oscuro envolvía aquel lugar desde donde la tierra y la luna se ven. Un galope rápido y con precisión se escuchaba sobre la tierra marrón y verde, los árboles a cada lado abrían paso al rey de Fanelia.
Corrió sobre el corcel en un claro verde que bailaba con el viento levantando un aroma a hierva fresca, la luz de la luna fantasma alumbraba todo y se pegaba a su cuerpo haciéndolo lucir de una manera muy atractiva.
... Faltaba poco y llegaría a un lago donde sus padres se conocieron...
De pronto se detuvo parando de a poco el movimiento del caballo que paso del galope a un suave andar, un andar con gran maestría y elegancia. Y ahí esos ojos rubí que guiaban un país vieron el lago tan familiar, un lago bañado por la luz de la luna fantasma envuelto en árboles frondosos y con pequeñas luciérnagas bailando sobre la superficie cristalina.
Era un paisaje sumamente bello, sacado de un sueño o un cuento fantástico... por que todo aquel escenario envolvía la belleza hecha carne. Hitomi estaba parada en el lago con sus ojos esmeraldas fijos en él y una sonrisa tranquila surcaba sus labios... traía puesto un vestido blanco que se balanceaba con las ondas del agua y se fijaba en su figura por estar mojado como si una lluvia hubiese caído instantes antes. Sus manos unidas en un rezo silencioso sobre su pecho, su pendiente brillaban levemente unos centímetros más debajo de sus manos colgando de su cuello...
Van no podía dejar de verla hechizado por sus sentimientos, por verla sana y salva, por estar tan cerca. Con un movimiento se bajo del caballo olvidándose del mundo que habitaba, olvidando que una guerra se había desatado. A cada paso acortaba la distancia entre su cuerpo y el de aquella que le robo su corazón. Pronto sus pies se hundieron en el agua del lago rompiendo la paz de este, se acercaba a ella y Hitomi solo lo miraba con un brillo especial en sus ojos.
Hitomi susurro: Van... – llamándolo y él respondió acercándose hasta ella. Mientras lo hacía la joven de vestido blanco cerró sus ojos lentamente privando al rey de Fanelia un brillo especial.
Van se detuvo a escasos pasos y vio como de la espalda femenina se desprendían dos alas blancas con brillos plateados... un espectáculo realmente maravilloso, ella abría sus alas ante él y solamente para él. Nadie aparte de ellos dos, un hechizo de amor.
Hitomi abrió los ojos lentamente con un sonrojo pequeño en sus mejillas pero sonriéndole al ser que la había enamorado. Van también libero sus alas invadiendo ese lago tan hermoso de plumas blancas que se movían con el viento que esa noche soplaba... plumas blancas y otras con brillo plateado.
Todo era perfecto, ellos dos se miraban con amor y con pasión. Las luciérnagas volaban por todo el ambiente, entonces Van Fanel le extendió su mano derecha.
La joven visionaria sonrió y coloco la suya sobre aquella mano firme y segura. La luna fantasma soñó esa noche con tiempos pasados recordando una escena similar, recordando a seres que se amaron... como ellos ahora lo demostraban.
-Quería verte- susurró ella con una voz cálida y suave.
-Por eso te busque- dijo él acercándose poco a poco sin separar la unión de sus manos. La atrajo a su cuerpo estrechándola por la cintura con su mano libre, y sus miradas se cerraron al espacio que los rodeaba para sentir todos los sentimientos que fluían por el beso que formaron... unieron sus labios en una demostración de amor puro, se besaron con cariño sin importarles por primera vez el tiempo...
La luna fantasma brilló con fuerza y su hermana la acompaño iluminando aquel lago para crear una escena única... dos ángeles enamorados besándose envueltos por el líquido vital y tratando de atrapar todos los sentimientos que aquel beso les brindaba.
Poco a poco se fueron separando quedando impregnados en cada piel el aroma de su pareja, que delicia era sentirse amado por la persona que uno ama. Van abrió los ojos observando como Hitomi los abría con calma queriendo disfrutar la delicia que había quedado sobre sus labios. Sus miradas brillaban con un fuego interior incentivando su amor.
-Te amo...– dijo la joven de ojos esmeraldas acariciando con su mano la mejilla del ángel que estrechaba su cintura con posesión.
-Yo también, mi ángel- otra vez los labios se sumieron en el silencio del beso. La mano de Hitomi paso desde su mejilla, con una suave caricia, a enredar sus dedos en los cabellos azabaches del rey... caricias lentas y movimientos que avivaban la pasión.
Van no se contento esta vez con tan poco contacto y sus manos dejaron de lado su faceta tranquila e inmóvil para participar más. Las manos firmes del joven de ojos rubí fueron caminando por toda la espalda de ella acariciándola por sobre la tela de ese vestido blanco hasta llegar a la piel desprotegida... y se tomo el atrevimiento de conocer cada centímetro de esa tela cremosa y suave... que llamaban piel.
El beso dejo de ser suave y casto para pasar a ser un beso fogoso y muy apasionado, sin frenos y sin timidez en los actos. La unión de sus labios solamente se deshacía cuando ponían antes la necesidad de tomar aire, pero era una pequeñísima brecha por que en instantes el beso reanudaba y la necesidad de sentir al otro era tan indispensable como respirar... ¿Es que acaso el ser amado se vuelve tu aire, tu alimento, tu vida?... en realidad, se vuelve tu todo...
Ya no había más barreras... con delicia Van fue dejando de lado aquellos labios, ahora rojizos por la pasión, y deslizo su boca en un recorrido sediento de la joven de ojos esmeralda hasta tomar prisionero el cuello de ella... los besos fueron obsequiados por todos lados sin vergüenza. La besaba tratando de transmitirle toda esa pasión que ella le causaba sin piedad, sometiéndolo a sus deseos...
Sonrió levemente en su cuello mientras bajaba la velocidad con la que devoraba esa zona tan dulce, agudizo sus oídos más de lo normal... quería que disfrutara tanto como él lo estaba haciendo... quería que el amor de su vida sintiera la belleza de amarse bajo la luz de la luna, en aquel paraje irreal y maravilloso que parecía dispuesto especialmente para ellos de una manera tan romántica... quería que confiara en él ciegamente como hasta ahora... que lo deseara tanto como él la deseaba todos los días...
Su mente convoco la mano derecha que subió en una caricia torturadora y lenta por el costado de Hitomi rozándola por sobre la tela, y llegó para atrapar la parte izquierda del cuello de la visionaria con firmeza. Los besos habían variado de intensidad hasta que encontró una zona sensible por que al tocarla con sus labios y acariciarla con su aliento Hitomi se estremeció entre sus brazos... una de las manos de ella acariciaron con lentitud la nunca de él y la otra enredo aún más sus delicados dedos entre la cabellera azabache.
...Beso el cuello de ella hasta que con sus dientes decidió probar con más confianza ese plato angelical y al hacerlo, todo lo golpeo...
...Un gemido escapó de los labios de ella llamando a la pasión con más ahínco...
...Las alas blancas de brillos plateados desaparecieron de su espalda cuando gimió ante aquella "caricia", dejando como única prueba las plumas que aún se balanceaban sobre el agua del lago en un baile hipnótico...
...Las respiraciones se volvieron agitadas...
...El cuello de la visionaria echado hacía atrás le dejaba ver a los ojos rubí todo el terreno sumiso ante sus deseos...
...El amor bailaba por todos lados...
...La pasión era su compañera de baile...
Van volvió a repetir las mordidas intercambiándolas con besos suaves sabiendo que mañana las marcas quedarían sobre la piel blanca de su prometida... pero no le importaba... por que esa eran sus marcas, mostrándole al mundo que nadie podría tocarla como él solo podía hacerlo... y no dudaría en repetirlos hasta final de los tiempos... por que la amaba y con locura.
Hitomi estaba abrazada a él para no caer al agua, sus piernas temblaban ante tanta pasión y desenfreno de sus sentimientos... había llegado al mismo cielo en manos de su ángel faneliano ¡que dicha! Nada podría superar este momento. Su piel estaba sumisa ante los besos y mordidas de Van, su cuerpo no la obedecía...
El rey de Fanelia subió con lentitud hasta el lóbulo mordisqueándolo un poco robándole unos gemidos extras a su prometida mientras su mano derecha volvía a posarse de manera posesiva sobre la cintura de Hitomi... se separo y dijo en un susurro...
-Te amo... – tomo aire – como no tienes idea... y me odiaría por siempre si te llegara a lastimar... – y formo un recorrido con besos hasta volver a la boca de Hitomi, deposito varios besos sobre aquella abertura rojiza y sonrió al separarse unos instantes para admirarla. Que belleza más grande, sus ojos esmeraldas lo miraban a él solamente regalándole un brillo hermoso. Las mejillas sonrojadas y su pecho subiendo y bajando tratando de encontrar una respiración olvidada instantes antes.
Hitomi susurro: - Van... – lo llamó y él sonrió al escuchar lo bien que sonaba su nombre en boca de ella – me doy una idea de cuanto me amas... – tomo aire – por que es así como yo también te amo... – sonrió dulcemente – y sé que nunca me lastimarías... – la joven de ojos esmeraldas acerco nuevamente su boca a la de su contraparte para unirse en un beso eterno.
... Ahora no había vuelta atrás...
Van estaba decidido y nadie se interpondría entre él y su prometida. Fue acomodando sus manos sobre el cuerpo de Hitomi para asegurarse que no fallaría, por que al instante la levanto entre sus brazos sosteniéndola con fuerza de entrenamientos pasados. Y aún seguían besándose con fervor... que amor tan grande los unía...
La condujo con lentitud hacía la orilla entre sus brazos y dejando a sus cuerpos sentir todo, se necesitaban más que nunca... la guerra saca al máximo lo que sentimos: conciente o inconscientemente. Los sentidos explotan y todo se lleva a un punto limite... ellos se amaban y desde que se separaron esa preciada se fue haciendo más firme, más necesitada...
Los últimos pasos del ángel rey se escucharon sobre el agua para formar parte de los pasos de un pantera silenciosa en medio del bosque.
El beso que un principio fue largo e interminable ahora se transformaba en miles de pequeños besos salteados mientras Van depositaba con suma delicadeza el esbelto cuerpo de su prometida sobre la hierva fresca de su propia tierra... y al alejarse vio una de las imágenes que retendría hasta el día de su muerte y quizás por mucho más tiempo.
Sus labios tratando de tomar todo el aire que se le fuera permitido, sus cabellos esparcidos sobre la tierra fértil de Fanelia, la luz de las lunas cayendo sobre ella alabando su belleza, la cadena dorada de la lagrima roja elevándose y descendiendo con un ritmo irregular sobre su pecho... esa mirada esmeralda brillando como una estrella en el firmamento, su piel blanca pidiendo a gritos ser tocada tentando incluso al más santo de todos... ¿por qué quien se podría resistir?... sobre su cuello unas marcas rojizas comenzaban a hacer acto de aparición gritándole que lo hiciera por todo ese cuerpo femenino marcándolo como suyo y de nadie más... no quería que nadie osara tocar a Hitomi... ella era de él y él sería siempre de ella.
-Eres un ángel... la joya más hermosa de Gaea... mi ángel- susurró Van rendido ante su prometida, dispuesto a obedecerla en cualquier capricho enfrentándose a la muerte si ella se lo pidiera... que gran poder cernía sobre él Hitomi. Y no le desagradaba... por que la amaba.
Hitomi estaba sonrojada mirando a la figura suspendida sobre ella, a cada lado de su cabeza descansaba una mano de su prometido, el aliento de él impidiéndole que sintiera frío y aumentando el calor en su cuerpo, aprisionando su ser en una jaula hecha con las piernas de Van... el calor de él traspasándole la piel lentamente... quemándola... Y la luz de la luna cayendo sobre su firme espalda proyectando sobre sus rostro sombras que hacían resaltar esos aires misteriosos que lo envolvían, esa fuerza de mando que tenía, esa mirada fiera que solo él podía crear en sus ojos rubí... una visión para Hitomi tentadora...
Y así el viento nocturno soplo levemente a medida que los labios de Van descendían con lentitud sobre los de la visionaria, atrapándolos en otro beso apasionado pero que esta vez marcaba el inicio de todo...
Sus manos dejaron de apoyarse e iniciaron un trayecto por todo el cuerpo de Hitomi sintiendo la fina tela pegada a la piel blanca... y no soporto más, con lentitud queriendo que ella se sintiera cómoda y disfrutara de una noche llena de amor y pasión... fue deshaciéndose del vestido blanco... quería sentir la piel de ella chocando con la suya, deleitarse con la suavidad que desprendía tan solo ver esa piel blanca...
La joven de ojos esmeraldas sintió el peso de Van sobre ella inundándola de un ardor interno y llamando a unas manos rebeldes que no la obedecían a acariciar con más pasión la espalda bien formada de él.
Las ropas se desprendieron de sus cuerpos abandonándose sobre la hierva, Van besaba con hambre los labios de su prometida con deseo y amor, estaba abandonado a las sensaciones que acosaban su cuerpo y su corazón. Dejo esos labios unos segundos encaminándose por el cuello de la visionaria marcándola como suya, inalcanzable para manos ajenas.
Beso por aquí, por allá y lamió... degustando el sabor natural de la visionaria mientras ella sujetaba con fuerza los cabellos de Van entre sus manos y respiraba agitadamente tratando de tomar el aire que faltaba... el joven de ojos rubí sonrió mientras seguía bajando lentamente hasta tomar entre sus labios uno de los pechos de Hitomi mientras el otro era atendido por su mano izquierda... quería proporcionarle todo el deseo que su cuerpo estaba sintiendo ahora que estaban libres de esas telas molestas.
-... Van ...- susurro la visionaria clamando por el ser que amaba, la estaba torturando con cada beso y la llevaba al cielo poco a poco. Van se levanto luego de besar apasionadamente cada centímetro de la piel que cubría el pecho de Hitomi, subió su rostro atrapando nuevamente los labios de ella queriéndose comer mutuamente, desesperados por amarse, ansiosos por lo que vendría...
Hitomi ahora acariciaba el pecho guerrero de Van dejándose invadir por varios escalofríos que atravesaban su espalda. Cada herida cicatrizada lo hacía verse más masculino y su porte solo acentuaba la hermosura del hombre faneliano... sí esto era el paraíso no quería irse jamás, quería quedarse con él para siempre en ese lugar tan maravilloso. La hierva fresca a su espalda contrastaba con el cuerpo caliente sobre ella, obligándolos a encontrarse dentro de sí y trayéndolo sensaciones ajenas a su conocimiento...
Se estaban amando como nunca, daban rienda suelta a sus besos, sus toques... sin pudor, sin miedo, sin temor al futuro... solo pensando en ellos y en nadie más.
Y todo estaba por culminar, su amor estaba por llegar al punto más alto. Van lentamente y con delicadeza fue entrando en Hitomi con el deseo de amarla y no lastimarla... la joven visionaria de ojos esmeraldas atrapo con sus brazos el cuello de él y escondió su rostro en los cabellos azabaches esperando el final del comienzo. Él la sujeto por la espalda y cintura tratando de que ambos cuerpos estuvieran lo más cerca posible... y así fue.
La incomodidad, el poco dolor pasaron a un plano lejano y ajeno a ese. Van tenía miedo por ella y con mano tierna acaricio los cabellos de ella brindándole tranquilidad y ternura de la que él era capaz de dar gracias a Hitomi...
En su oído el pregunto con voz baja: - ¿Te he lastimado? –
Hitomi negó con la cabeza en un movimiento apenas perceptible y con igual tono de voz le dijo: - Sé que nunca me lastimarías a propósito –
La visionaria sonrió una vez todo paso y comenzó a esparcir besos a través del hombro del rey de Fanelia implorándole que continuaran... y comenzó todo, las puertas del cielo se abrieron solo para ellos. Van comenzó a brindarle en aquella unión sus sentimientos, mostrarle la necesidad de tenerla siempre a su lado, el deseo de compartir el lecho juntos, la compañía para el futuro... Y Hitomi entendió todo eso, aceptándolo.
Sus respiración eran cada vez más rápidas, los gemidos de cada uno invadían los oídos de su otro yo bañándolos en amor... Los movimientos llegando a la culminación de su acto, los besos apasionados en los labios opuestos... movimientos de vai ven… llegaron juntos al cielo, la transpiración envolviendo en una capa brillante sus cuerpos haciéndolos lucir casi irreales, como una visión lejana. Unidos en un abrazos perfecto, nada los separaría.
Sus cuerpos cayeron rendidos sobre la hierva, en algún momento las alas de Van habían desaparecido... ahora solo dos cuerpos separándose lentamente, para abrazarse bajo la luz de la luna fantasma, respiraban tratando de calmar el latir acelerado de sus corazones. Hitomi acostó su cabeza en el pecho de un Van tendido sobre la hierva a su lado, sintió el subir y bajar del pecho de su ángel de ojos rubí... una melodía tranquilizante, sonrió y elevó sus ojos buscando la mirada que pertenecían al ser que la había tomado en ese bosque.
El rey de Fanelia le sonrió con una mirada brillante al igual que la verde, acerco sus labios a la boca de la visionaria y con ternura la beso fervientemente... alabándola por ser tan bella, por estar a su lado. Amándola en un beso.
Van al separarse la miro profundamente y acaricio la mejilla de Hitomi con su mano, era tan suave la piel de ella y nadie aparte de él podría probarla se ordeno a si mismo: - Te amo – susurro sinceramente – y te protegeré hasta el fin del mundo.
Hitomi deposito un beso en la mano de Van con la que la acariciaba y dijo: - Lo sé, sé que a tu lado siempre voy a estar a salvo – se acurruco sobre el pecho de Van permitiéndole al sueño invadirla poco a poco. Estaba con Van y eso era lo único que importaba. Su voz se escuchó suavemente: - yo también te amo -
El joven de ojos rubí la atrajo más contra su cuerpo, estrechándola en un abrazo cálido impidiendo que el frío de la noche la llegase a tocar. Libero sus alas dejando que las plumas que se habían escapado rozaran con suaves caricias sus cuerpos, sus alas los envolvieron cuidando el sueño del que ahora ambos eran parte...
Una sonrisa en sus labios y las palabras " te amo " flotando en el aire. Que maravillosa escena fue la que presencio la luna fantasma mientras el bosque seguía cantando su hechizo nocturno...
...CONTINUARÁ...
NoTaS dE lA aUtOrA:(Se ve un cuarto totalmente vació con un sillón rojo al fondo de tres asientos, una alfombra a sus pies y un librero del lado izquierdo. Todo en silencio) DiAmOnD: -.-U amita salga de una vez –
(Desde detrás del sillón rojo se alza una banderita blanca balanceándose de un lado a otro) – paz.... matar a escritores sin inspiración esta penado por la ley 9476 párrafo 17 sección b -
DiAmOnD: ¬¬ deje de inventar.
Angel: T.T no me maten porfis... – (Angel sale desde detrás del sillón sin soltar la bandera blanca)
DiAmOnD: ^^ Amita nadie la va a matar –
Angel: - ¡BUAAAAA! (Angel abraza fuertemente a Diamond) sabía que me ibas a proteger –
DiAmOnD: ^^U si amita, yo la voy a proteger siempre.
Angel: ^o^ ¡entonces todo arreglado! (Angel salta sobre el sillón sentándose prolijamente mientras ve a los lectores) ¡NIHAO A TODOS! ^O^ ¿cómo han estado? Como ven ando de nuevo on-line después de quien sabe cuanto tiempo XD jajajaja.
DiAmOnD: ^^ y yo a su lado como siempre.
Angel: *o* siooooo! ¿No es genial? Bien ^^ antes que nada quiero quitarme la duda ¿qué os ha parecido este chap. n° 10? ¿les ha gustado? T.T por fisssss díganme.... -^^- como ven este chap. contiene la escena entre Van y Hitomi, quiero saber si les gusto por que... bueno... no sé si es buena, me ha quedado un revoltijo y la verdad traten de no matarla con sus criticas por fisssss puse mucho empeño en esa escena ¬¬U incluso tarde 3 días en hacerla + una semana que me rompí la cabeza pensando en como comenzarla ¡AHHHHHHHH!
DiAmOnD: Es cierto, amita escribió como 10.000 bocetos sin que le gustara ninguno.
Angel: sio, primero que no sabía donde hacerla, segundo como, por que ahí y en que momento... ¡ahhhhhh! Fue terrible, nada me convencía hasta que deje mis instintos de escritora salieran a flote libremente ¿qué tal quedo? Es la escena que más me costo y preocupo. Verán, antes de todo eso vieron que esta el final de la batalla y bueno ^^U jejeje esas escasas ya las tenía preparadas desde la segunda semana de marzo pero no podía continuar por una barrera mental que no me dejaba sacar alguna idea para que quedara tierna esta escena entre nuestros personajes favoritos. Es por eso queridos lectores, amigos, amigas, vecinos, guardianes, parientes, fanáticos de Esca que me digan que opinan ¡UN R.R PLEASE!
DiAmOnD: ^^ anda en verdad nerviosa, quiere saber si valió la pena.
Angel: ^^ Ahora que esta dicho, ¿les gusto la relación que hice con la escena y el pasado de Van? Ni yo me esperaba que el encuentro entre Van y Hitomi tuviera relación con los padres de nuestro ruiyin, me salió de inspiración ya que anduve mirando varios capítulos que tengo de Esca ^^ en video y recordé jejejeje.
DiAmOnD: También vieron el ataque de los dos dragones.
Angel: ¡SIO! Son geniales *o* pero no tan buenos guardianes como mi linda Diamond.
DiAmOnD- :3 pwrrrrrrrrrrrr (roroneo)
Angel: *o* ¿¡no es divina!? – recobrando la cordura – Ahora la tan ansiada sección de los ff ¡LA RESPUESTA A LOS R/R DE NUESTROS MARAVILLOSOS, SIMPATICOS, GENIALES LECTORES / AMIGOS / AMIGAS / FANÁTICOS DE ESCA / ETC.!
DiAmOnD: Amita en total tenemos... 11 R/R.
(Angel pegando un brinco desde el sillón hasta el techo) ¡WHEEEEEEE! ^O^ ¡genial! ARIGATO a todos los lectores que me dejaron sus comentarios, criticas, apoyo. Y Gomen por torturarlos con este ff que da para largo XD.
Ahora vamos a empezar por... (De pronto comienza a descender un papel verde manzana colgando de un hilo plateado)... mmmm.... (Angel toma el papel y el hilo desparece)... OoU cuanto cobraran por hacer esto???
DiAmOnD: Ni idea, la administración se encarga de todo esto.
Ahhhhh (Angel mira el papel nuevamente) ¡Arashi kishu! ¡ARIGATO por tu R/R! ¿qué el ff esta bueno? *o* no tienes idea de lo feliz que esas palabras hacen a una escritora en especial cuando exprime todo su materia gris en él XD jajajaja. Lo del escudo lo dudo ._.U sino pobre de Hitomi, aunque tendré en cuenta la idea muajajajaja (6) Y sobre lo del Van celoso ^^ lo tendrás de ahora en adelante ¡cuenta con eso! Aunque espero que me salga bien ponerlo en su faceta celoso... mmmm ¿triangulo amoroso?... suena bien ^^ pero Hitomi ya esta decidida por Van y sino mira la ultima escena XD aunque sí involucra a otro luchando por Hitomi tenemos el triangulo entre VAN & HITOMI & SEBASTIÁN... ^^ bien, ahora ya subido el nuevo chap. espero r/r tuyos y me cuentas que te parece. ¡MATTA NE! ^O^
DiAmOnD: ^^ ahora le toca el turno a... (un papelito rojo con chibi-alas doradas vuela hacía la minina y cuando esta sobre ella en un =Plop= desaparecen las alas cayendo lentamente el papel rojo)
Angel: ^^U esta es nueva... ¿y quien es?
DiAmOnD: Se trata de nada menos que de Eva Vidal (Angel salta sobre la guardiana tomando el papel entre sus manos) @.@ amita....
(Angel lee el papel atentamente) ¡WHEEEE! EVA-CHAN me dejaste tu r/r ¡ARIGATO! (Mira a su guardiana) OO AHHHHH gomen -.-U preciosa. (La minina volviendo en sí asiente) :P ella ya me conoce, sabe que soy impulsiva en muchas ocasiones jajaja. Volviendo al R/R gracias por todo lo que dices sobre el ff y espero que este chap. con el "lemon" si se puede llamar así :P te haya gustado mucho por que en verdad me costo horrores. Sobre el mail haya va! ^o^ espero tu respuesta por que encantada y me siento honrada en poder ayudarte con tu trabajo :P ¡NOS VEMOS AMIGA! ^O^
DiAmOnD: ¡Y ESTA VEZ EL R/R ES DE: (la minina mira hacía el frente y señala el librero) ¿aquí?....
Angel: Creo que quieren que vayas al librero y tomes... (Angel hace señas con los dedos hasta llegar a un número) creo que el 5 del 6 estante de arriba hacía abajo ¿no? (Angel mira y le asienten desde atrás) ^^U según entendí.
DiAmOnD: (La felina hace eso y extrae un libro de tapa negra con letras doradas) ^^U bien… veamos… (Lo abre y demuestra que era una caja donde dentro hay un papel doblado en dos de color azul claro) ¡OTRO R/R! ^O^ (Vuela hasta el sillón para acurrucarse sobre este y extiende delante suyo el papel)
Angel: ¿Y?... ¿Dé quien es?...
DiAmOnD: ^o^ ¡ADY! Hola hola.
Angel: ¡NIHAO! ^^ Arigato por el R/R que dejaste al ff, ¿y dime que cuenta?...
DiAmOnD: Ella fue una de las que voto por el lemon entre V&H ^^ así que deja tus comentarios que amita anda nerviosa sobre esa parte, en verdad le costo mucho :P y sobre la cantidad de chaps… ¿amita? ^^
Angel: Creo que contara con aproximadamente entre 18 o 20 chaps ¿Qué dices? Quizás uno más o uno menos, todavía no me decido pero de que serán más de 15 eso tenlo por seguro. Así ya sobrepasamos la mitad del ff ¡wheee! ^o^… y entre tú y yo *¬* quien no tendría como primer postulante al desnudo que Van XD muajajajajaja.
DiAmOnD: Eso es cierto ^^ ahh! Además mando otro R/R que dice… (la guardiana de Angel ve adherido un papelito celeste en la parte de abajo y comienza a leer)… OO ¿¿¿¿ehhhhhhhhhhhhh????….
Angel: ¿Qué dice?... (Angel lee) OOUUUUUUUUUUUUUUU ¿Hoe?... T.T no puedo evitar tardarme tanto, una escritora sin su inspiración no es muy apta para escribir :P ¿nop? Bueno, me han pasado muchas cosas trascendentales para no haber subido este chap. Durante todo este tiempo como ya explique arriba ^^ gomen ne.
DiAmOnD: -.-Aunque tiene razón, se ha tardado mucho…
Angel: -.-U lo sé… ¡SALUDOS A ADY! ^^ y gomen ne :P. Ahora seguimos con nuestro próximo R/R *o* ¿Cuántos ya vamos?... a ver… ¡3 R/R! cool, ahora entonces será el de nuestra/o cuarto lector/a.
DiAmOnD: - Y aquí viene... es de... ¿Y eso? Oo (Una pequeña ave de color plateada y celeste vuela hasta posarse en el sillón rojo piando con un papel durazno atado a su pata):3 bonito pajarito... (Al pajarito le aparece una gota sobre la cabeza y en segundos una persecución comienza entre la mínima guardiana de Angel y el pobre pajarito plateado/celeste. Mientras tanto el papel cayo sobre el sillón)
Angel: ^^U no se asusten, no le hará nada solo que le gusta jugar a perseguirlos XD y se ve muy linda haciéndolo ^^ ¿el pajarito?... esta entrenado para mantenerla a raya no se asusten :P jejeje (Angel toma el papel durazno) ¡MINA10! ¡Hi! ^o^… Dia-chan te mandan saludos.
DiAmOnD: (Se detiene un segundo) =) Gracias e igualmente (Y la persecución continua)
Angel: ^^ por lo menos dormirá toda la noche seguro. Bien, ^^ arigato por dejar tu R/R en mi ff ¿te esta gustando?... ojalá que sí, como veo te agradaron las batallas, eso es un peso menos por que como es la primera vez que escribo peleas de este estilo puse empeño -^^-… ¿Y me agradeces el tiempo que invierto en la historia?... OO… OO… OO… OO… ¡AHHHHHHHHHHH! T.T eres divina!!!!!!!!!!!!!!!! Me siento halagada por tus palabras y ahora yo te agradezco por leer mi trabajo, por que creeme que me pone feliz que lo hayas leído ¡y lo mejor, es que te gusto! Arigato de veras.
¿Qué te miran raro cuando animas a Van? ¬¬XXXXXXX no te pueden decir nada ;_; ¡VAN SE MERECE TODO EL APOYO POSIBLE! Y ^^ yo si que le brindo el mío jajajaja XD así que (Angel saca unos pospones y los agita vigorosamente dando un rol para atrás cayendo perfectamente parada) *^^* ¡VAN VAN VAN! ¡A LOS VILLANOS TU VAS A ACABAR! ¡VAN VAN VAN! (Diamond y el pajarito plateado/celeste se detienen abruptamente mirando a Angel con los ojos de par en par) OoU ¿qué? Tengo derecho a alentar a los sexy's boys del anime XD jajajaja. Y bien, ^^ te mando mis saludos esperando notis tuyas pronto.
DiAmOnD: ^o^ saludos!... ¿continuamos? (mira al ave y esta asiente dejando solo polvo donde alguna vez estuvo)… OOuuu si que vuela rápido :3 rrrrrr, voy detrás de ti.
Angel: ^^U mientras se divierten responderé al próximo R/R… (De la nada aparece Leo sonriendo alegremente cargando en su mano una carpeta blanca y se sienta cómodamente al lado de Light en el sillón)
Leo: Moshi Moshi Light ^.^
Angel: OoU ehhh… Hola ^^U ¿Qué haces aquí? ¬¬ tendrías que estar grabando ya el próximo chap.
Leo sonriendo le entrega la carpeta blanca: ^^ Aquí están los R/R linda Light.
Angel: _OO_ ehhhh, gracias… -^^- (Angel toma la carpeta) Siempre tan encantador. Bien ^^ ahora es el turno de… (Abriendo la carpeta toma el primer papel sobre la pila que es de color violeta oscuro) ¡TOMI! Nihao ^^
Leo: Hi Tomi, ¿Qué dice?
Angel: Bien me dice que el ff esta divino ^^ cosa que le agradezco, y sobre la pregunta… ^^ el lemon de V&H ya esta on-line sobre nuestras cabezas XD jajajaja y el de L&M será más adelante :P así que esperalo con ansias. (Leo vitorea a Tomi con energía) ^^U aquí al lado festejan tu decisión XD jajajaja. Espero que el chap. Haya satisfecho tus ganas de Esca y dejes un R/R por él.
Leo: ¡VAMOS TOMI! ^.^ Se merece Light el R/R
Angel: ¬¬U no sé si lo hace por que en verdad me lo merezco o solo para que llegue al chap. Lemon de él con Merle… -.-U en fin, ^^ volviendo a lo nuestro ¿en verdad te dejo con la intriga? ¡GENIAL! (6) no por mala pero no hay nada mejor que el ff de una escritora la cual quiere causar suspenso se lo digan jojojo así que nuevamente arigato por el R/R y nos veremos pronto ¡MATTA NE! ^O^
Leo: Sayonara Tomi =) y ahora seguimos con… (el joven de ojos dorados toma un papel de color amarillo crema con puntas blancas y lee rápidamente el texto) ¡DITA! ^.^ Dita Dita Dita Dita ¿Cómo estas?
Angel: Creo que bien ^^ vaya saludos de bienvenida jajaja me ha encantado *^^* y dime, ¿Qué dice su comentario?
Leo: Dice que no la hagas esperar más XD jajajaja que seas un poco más rápida con los chap.
Angel: -.-U me va a querer matar con el retraso de este.
Leo: ^^ Te dice que el anterior esta perdona por que se justifico su tardanza.
Angel: (Mirando con ojos de cordero degollado a Dita) ¿crees que este valió la pena la espera? ._.U por fis dime. Y sobre lo de las batallas me alegra mucho que hayas sentido el ferviente deseo de los soldados ^^ es un honor para esta autora que hayas podido sentirlo con la descripción de la batalla.
Leo: ¬¬ como para no sentirlo ¡LIGHT! Prácticamente me ponías la espada en el cuello.
Angel: jejeje :P admitámoslo, fue emocionante XD jajajajajajaja. Entonces, arigato por el R/R y muchos saludos Dita.
Leo: Sayonara Dita Dita ^.^
Angel: ^^ Ahora es el turno de (Angel levanta otro papel pero esta vez de color rojo con motas blancas y lee el nick/nombre del lector/a tan amable que dejo su R/R a esta historia)… ¡HOLA HOTARU! ¿Cómo has estado durante todo este tiempo?
Leo: ^^ Le gusto el ff??
Angel: ^^ sioooooo, siempre esta ahí brindándome sus opiniones ¡arigato amiga! Muy amables tus palabras pero sobre las frases ¿en verdad no te parecieron muy lokas? ;_; que emoción… y ya pensaba que se me había zafado un tornillo.
Leo: No sería novedad XD jajajaja
Angel: -.-U ok ok, lo admito :P ya tengo varios menos XD jajajajaja. Pero espero que este chap. Te guste mucho, aguardare por tus comentarios ¡SALUDOS! ^O^
Leo: Oo aguarda, mira… (Le señala un papel adherido en la parte de atrás de color blanco con motas rojas)… si que se las ingenian con los colores jejejeje.
Angel: ¡CLARO! ^^ Todos somos únicos y merecen por lo menos un color que los represente diferente al de los demás :P (Angel toma el papel y lo lee) XD jajaja aquí llego su votación, mmm así que ¿muy castos, inocentes y puros?
Leo: Oo quien??
Angel: ;) un secreto entre Hotaru and Me jajaja solo te diré que ella voto por la pareja D&M aunque le fascina tanto esa pareja como la que haces tú con Merle.
Leo: -^^- jejeje
Angel: ^^ como decía, ¿te gustaría un chap. Con una escena de ellos? Dime luego en tu próximo R/R ^^ ahora sí, muchos saludos y nos veremos pronto ¡MATTA NE! ^O^
Leo: Saludos Hotaru! ^.^ Y ahora seguimos con… (Los ojos dorados del comandante de las fuerzas fanelianas recorren de arriba a bajo el texto escrito por ella en un papel rosa oscuro con dos franjas negras en las puntas)… su nombre es TAIGRIN DIDO!!! Moshi Moshi ;)
Angel: ^^ Holas!!! Dime que cuenta… anda!!!
Leo: ¬¬ apurada, el papel no se desintegrara… Oo ¿O si?
Angel: XDDD no tan rápido, pero ando ansiosa ^^ vamos! Ponle ganas a la lectura guapo.
Leo: -^^- jejeje gracias Light, bueno ella dice que fue feliz cuando descubrió el nuevo chap. Del ff .
Angel: ^^ Ojalá descubra este rápido, a más tardar mañana en la noche XD.
Leo: También dice que si escribieras un libro, que desde luego ella lo compraría! Siempre y cuando incluyeras a un Van original XD pobre primo! Ya le quieren hacer copia.
Angel: *o* no sería mala idea lo del Van original -^.^- ¿pero de verdad comprarías un libro escrito por mi? ¡GRACIAS! ^O^ que felicidad, entonces me queda escribir un libro y donar un órgano: por que el árbol ya esta plantado jojojojo.
Leo: ^^ Esperamos que el invierno no haya sido muy crudo y que ahora que se acerca el verano lo disfrutes por nosotros que nos estamos viendo envueltos en un otoño muy raro :S
Angel: OO sio, ayer hacía tanto calor que andaban todos con musculosas (remeras sin mangas) y hoy hasta se largo una tormenta completa con todo y viento para helarse XD. Solo me resta mandarte saludos y desear que este chap. Te guste lo suficiente para dejar tu critica constructiva ¡BYE BYE! ^O^
Leo: Sayonara ;)
Angel: (Toma un papel de color Añil y sonríe) ^.^ este R/R se lo debemos agradecer a….
DiAmOnD: ¡AMITA! ^O^ (La felina le salta por detrás)
Angel: @o@ ahhhhhhhhhhhhhhhhh –infarto instantáneo-
Leo: OoU creo que le afecto algo el saludo.
DiAmOnD: AHHHHHHHHH ¡AMITA! (La guardiana zarandea a Light desesperadamente)
Angel: @.@ soy una micro-procesadora multi-uso de ultimo-modelo con las cualidades que toda ama de casa tendría que tener en su hogar…-
DiAmOnD: OoU ahora la embarre.
Leo: No sabes de algo para que vuelva en sí, algún método, estimulo externo. (Mira a la guardiana que sonríe)
DiAmOnD: Sio… Amita… Eriol esta afuera esperándola para llevarla a comer helado… (Angel salta de su estado de letargo mirando a todos lados para luego salir como un bólido por una puerta del lado derecho dejando muy sorprendidos a la guardiana y al joven de ojos dorados)
Leo: Oo que suerte que la tengo de aliada, que sino…
DiAmOnD: ^^ Volverá dentro de unos segundos amita… 5… 4… 3… 2… 1…
(Angel entra de nuevo al estudio sentándose en el sillón de golpe) ¡VOLVI! ^O^ sin Eri-chan pero volví para quedarme :P jajaja. (Leo le pasa el papel con el R/R que dejo sobre la carpeta y se sienta a su lado. Diamond se acurruca en las piernas de su amita) *o * bonita ¿tientes frío? ^^U es que salí unos segundos y me hele XD jajajajaja. Pero ya de regreso, quiero agradecer el R/R a ¡HYTARE! ^.^
Leo: (Se inclina un poco y lee) ^^ que le gusto mucho el chap. Anterior y que le agrado la idea de que respondas los R/R en el chap. Siguiente.
Angel: ^o^ genial!! Tenemos una partidaria para que sigamos con este proyecto, ¿te gusta la idea que respondamos así? O ¿prefieres de otra forma? ^^ Me lo dices en tu próximo R/R Saludos y arigato nuevamente.
Leo: Exactamente.
DiAmOnD: (Se inclina y toma otro papel pero esta vez de color celeste/naranja) Oo ¡EL ULTIMO R/R DEL CHAP. 9! ^O^ WHEEEEE!!! Mmm… y se lo debemos a… ^^ LOURDES ARIKI!!!! GRACIAS Por el R/R que a mi amita le gusto muchísimo.
Leo: Oo el ultimo ^^ cool.
Angel: ^^ tiene mucha razón mi guardiana, me siento halaga de veras por tus palabra sal decir que mi ff merece más r/r sería un honor tenerlos aparte valoro muchísimo los que ya tengo por que cada uno se tomo un tiempo de su vida para dedicarme palabras de apoyo y ayudarme a mejorar ^o^ jojojojo
Así que ff de HP…
Leo: ¿Te gustan?
Angel: ¡SIOOOO! ^^ Y mucho, les daré una visita a los autores que me acabas de mencionar y no voy a negar que leeré también tu trabajo ^^ me daré una vuelta esta noche o mañana lo más probable. Nuevamente arigato por tu apoyo y esas palabras tan significativas -^^-
DiAmOnD: ^^ amita adora los ff de HP así que de seguro correrá a leer que tal son :P jejeje si es que todavía no los ha leído XD.
Angel: ^o^ Me despido Lou-chan esperando que dejes por este nuevo chap. Un R/R ¡así que nos mantendremos en contacto. SALUDOS!!! Y ¡MATTA NE! ^O^
Leo: Sayonara ;)
DiAmOnD: ^^ Bye bye's
Angel: (Mira a todos lados y se deja caer en el sillón) listo! ^o^ hemos respondido todos los R/R sin dejar a ningún de lado ¿nop?
DiAmOnD: nop, creemos que no. (Se acurruca más en las piernas de su ama y cierra los ojitos ronroneando) rrr… creo que dormiré… un ratito… -.-ZzZzZzZzZzZZz.
Angel: ^^ No es bonita? Bien, dejémosla dormir. Ahora que ya he terminado este chap. Les doy las noves del próximo (6) muajajajaja… ehhh Leo?? (Leo estaba tendido sobre el sillón durmiendo cómodamente) ^^U se salvo de que lo corriera ¬¬ no le voy a dar adelantos XD jajajaja.
Bueno, como ya verán hemos consagrado la relación entre Van y Hitomi pero eso no los ayudara a que cierto oji-negro deje de acecharlos con más ahínco. Entonces verán los hechos luego de una guerra, algunas verdades salen a la luz y veremos a nuestras visionaria dando la cara a toda Fanelia luego de su demostración de alas hacía ellos… mmm… la cosa va a estar buena XD jajaja. Del próximo chap. llevo ya unas hojas y se han convertido en un trampolín así que pronto (eso espero ¬¬ sino échenle la culpa a los exámenes/colegio/profesores) y ojalá que les guste como va tomando rumbo la historia de Escaflowne que he creado.
Leo: -.-ZzZzZzZzZzZzZzZzZzz
Angel: ^^ Tenía sueño, acerca del chap. 11 no creo que sea muy largo pero tendrá sus hojas, será más bien un puente entre la próxima parte del ff ^^ ¿alguna petición, comentario? Dejen los R/R que son más que bienvenidos y muy bien recibidos ^^ ya de ante-mano arigato por tu paciencia que aún sigues leyendo este ff :P
Ahora sí, sin más preámbulos los dejo en libertad, saludos y se me cuidan todos. Deséenme suerte para pasar mis exámenes ¡NOS VEREMOS PRONTO! ^O^ (Angel mira hacía ambos seres que la acompañan) ^^U de que me esta agarrando sueño, me esta agarrando sueño XD jajaja Sayonara, cuídense y se me portan bien.
(Diamond levanta un cartelito que dice "BYE BYE'S" y Leo se mueve levantando un cartel que dice "Sayonara")
Angel: ^^ Son educados ante todo jejeje. ¡Matta ne a todos! ^o^
