Nota 1: Los derechos son de J.R.R. Tolkien, me disculpo por tomar los personajes, pero... era una historia que tenia en mente al ver la nueva película... y jugando con ciertos detalles de los libros.
Nota2: Precaución esto es un Legolas- Aragorn, aunque no tiene ninguna escena, solo se menciona lo que hubo entre ellos dos y pronto otra nueva pareja, bastante extraña.
Gracias por los reviews
Gracias VaniaHepskins
Espero no ser tan mala con el, pero tengo pensada cierta historia bastante extraña…
Gracias Akhasa
Bueno, a ver que sigues opinando de Legolas, por que su historia no termina ahí...aunque ya sabes mis historias hay que leerlas con la precaución de bastantes pañuelos al lado...
Gracias Velia
Lo siento, pero ya lo continué… bueno el destino de Arwen es otro… mucho peor…. Pues aun faltan bastantes tristezas...
Gracias Ishida Rio
Muchas gracias, aunque no creo que sea para tanto, solo será una historia que tal ves sea triste o tendrá sus momentos de alegría... aun falta bastante en el destino de Legolas... y Arwen tendrá su castigo al final...
Gracias Zac, angel de maldad
Lo siento, pero el destino de Legolas, será muy diferente, gracias, espero que te guste el nuevo capitulo, aunque tiene un giro inesperado.
Gracias Ayesha
Pues... digamos que va a tener un destino bastante extraño, y una pareja que... bueno es un poco extraña, jaja no será un modisto, pero le va a costar bastante cambiar la personalidad de alguien... si yo también me imaginaba al lobito con alfileres, mientras tristemente hacia el vestido ... soy mala... cada idea que se me ocurre.
Capitulo 3.- Caminando en la oscuridad, encontré una luz perdida.
- Legolas- el rey elfo, no podía dejar de sentir esa impotencia, su mayor tesoro se escapaba de sus manos, y las crueles oscuras palabras, lo alejarían de por toda la eternidad, aunque decidiera morir en ese momento, su hijo no lo esperaría en las lejanas tierras, no podría reunirse con el y su amada esposa y el hermano mayor de Legolas, ellos no tendrían a su pequeño hijo- ¿por qué?.
- Tu lo sabes padre... todos tenemos un destino trazado, este fue el mío- el pálido príncipe, trato de sonreír, pero el dolor inmenso que lo consumía, no se lo permitía.
- Es una terrible maldición- repetía el mago, el dolor pintado en su rostro también, pues el joven príncipe habría de perderse en el terrible vació en donde tantos miles de años atrás se había encerrado a un Valar y al que ahora un Maiar era atado, un lugar donde viviría una eternidad de sufrimiento.
- ¿No hay nada que podamos hacer?- pregunto con desesperanza Haldir, no pudiendo creer el terrible destino que aseguraba a su valiente amigo.
- No tenemos ese poder- el mago respondió tristemente.
- No...- el rey se mantenía un tanto apartado, su corazón se acobardaba , pues el mismo había causado un inmenso sufrimiento a Legolas, y ahora, no se sentía con la decisión de enfrentarlo.
- Padre...- Legolas, tomo con mayor fuerza la mano del rey, mientras sentía que era arrastrado a un frió y una oscuridad que consumían su alma- padre....- el príncipe cerro los ojos lentamente, mientras su alma se hundía en la oscuridad- perdónenme...- fue el ultimo susurro.
- No...- el rey elfo se quedo sujetando la fría mano, tratando de retenerlo, aunque inútil era la esperanza para el padre, nada le regresaría a su hijo.
- Esta ahora en un lugar al que ninguno puede llegar- el mago contemplo los ojos cerrados del valiente elfo- adiós buen amigo, aun cuando el caminos era oscuro, que encuentres alguna luz, por escasa que este sea.
- No, no- el enano, gritaba con desesperación, no importándole la fuerza que había querido mantener, en ese momento solo existía su inmenso dolor, solo la perdida de su mejor amigo- no me puedes dejar atrás...siempre cabalgamos juntos- el mago se acerco tratando de consolar al afligido enano.
- Gracias, Legolas, muchas gracias- el antiguo portador del anillo susurro, mientras las lagrimas se deslizaban silenciosas.
- Gracias, señor Legolas- susurro en acompañamiento Sam, tratando de contener los fuertes sollozos.
- Amigo- dijeron al mismo tiempo Merry y Pipin, mientras se dejaban caer de rodillas sollozando.
- Legolas- y solo el pronunciar su nombre, era un vació inmenso en su alma, aquel a quien siempre había amado, aquel a quien realmente pertenecía su corazón- no... no puedes haberte marchado, no cuando...- el rey se dejo caer también, pues su alma soportaba un peso terrible, Lord Elrond, tan solo se acerco y apoyo una mano en el hombro del montaraz, ambos sabían el daño que le habían hecho a ese valiente elfo, y lo equivocados que estaban con Arwen, quien fría y distante, tan solo se permitía una ligera sonrisa sarcástica.
- ¿Por qué?- Thranduil, llamo la atención del mago, que volvió la vista en ese instante, el cuerpo del príncipe se desvanecía en una oscura luz.
- Iluvatar, le a concedido una oportunidad, eso es lo único que puedo pensar.
- ¿Aun puedo conservar esperanza , Mithrandir?- fue una pregunta que le dolió al rey, pronunciar.
- Si la encuentras en la oscuridad, Thranduil, piensa que la habrá- el amigo, utilizo unas enigmáticas palabras.
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La oscuridad, la ausencia total de luz, o al menos eso creyó el, cayo por tanto tiempo o tan poco, hundiéndose en ella hasta el infinito, hasta que se detuvo, sintió que flotaba y abrió lentamente los ojos, ciertamente no sabia si se volvería loco, cuando contemplo esa inmensidad y falta de existencia, así que volvió a cerrar los ojos, no supo por cuanto tiempo.
Pero, sabia que estaba muerto, mas aun así, tenia conciencia de si mismo, comprendió claramente las palabras, que ese ser pronunciara, atrapado el infinito vació por toda la eternidad... su alma no podría morir, así que este era su lugar hasta el fin de los tiempos.
Pero no se arrepentía, pues este sería el destino de su padre, si el no hubiera... y no podía imaginarlo aquí, no cuando el anseaba tanto reunirse con su amada, solo por sus hijos había permanecido ... el se lo debía...después de la muerte de su hermano, su padre había vivido por él... era lo menos que podía hacer.
Sintió una inmensa tristeza por Gimli, por los Hobbits, por todos los amigos, que había amado, a los que esta maldición apenaría.
Y por Aragorn, realmente ¿había sido amor lo que había visto, en esa ultima batalla, en sus ojos?...o solo era otra ilusión... prefirió no pensar en ello, pues si así hubiera sido aun mas le dolería, tener el amor que tanto había deseado, cuado ya no podía ser suyo...
Y se percato de su existencia, en un lugar donde no había nada...
Abrió los ojos, y la locura estaba a un paso de su mente, pero se mantuvo firme, pues su decisión lo había llevado a ese lugar.
Se apoyo en ambos pies, no podía decir que estuviera realmente en un suelo, pero la sensación de flotar sin control no lo tranquilizaba tanto como apoyarse.
Dio unos pasos, por extraño que fuera le pareció escuchar el ruido que estos producían, y entonces se percato...llamaban a esto el vació, pero en realidad no lo era... el lugar formo ante sus ojos un derruido camino, y mas haya unas ruinas, y la oscuridad abrió camino a una tenue penumbra... siguió avanzando y el lugar le rebelaba aun mas cosas, un estanque de una oscura agua, en la que al fin contemplo su imagen reflejada, sus ojos no habían cambiado, aun que ahora ya no tenían ese brillo, sus cabellos despeinados, y su triste sonrisa, y en se momento se percato, la herida en su hombro estaba aun presente, era una que había afectado incluso a su alma; se sintió raro en ese momento, como si aun tuviera el maltratado cuerpo...
Siguió avanzando, pues nada mas podía hacer, las ruinas se hacían mas extensas, pareciera que antes había ahí un hermoso reino, pero solo los escombros quedaban , para recordar a quienes los construyeron.
Se detuvo cuando escucho una lenta respiración, sus oídos lo traicionaban o en ese momento, podía escuchar a otro ser en ese lugar... detuvo sus rápidos pasos, cuando su mente lo alarmo, solo alguien condenado a ese lugar podía estar ahí, y que ¿si era Sauron?...
Pero ya había llegado al lugar del que provenía el ruido, y observo una delgada figura que se encogía en una esquina, a donde unos grilletes en sus brazos le sujetaban, vestía una andrajosa vestimenta.
- ¿Quién eres?- Legolas, sintió que su vos se parecía mas a un murmullo en ese lugar.
- .......- la figura en las sombras no contesto, tan solo levanto la cara, revelando unos profundos y tristes ojos, como si el sufrimiento mas intenso los turbara.
- ¿Quién te ha encadenado?- pregunto el príncipe, con la tristeza pintada en el rostro.
- Mi destino- susurro el pálido ser; Legolas observo en el la majestuosidad de un elfo y aun mas, su belleza aun brillaba en medio de esa suciedad.
- ¿Eres... un elfo?- la pregunta le sonó de cierta forma tonta, pero el ser ante el tenia una belleza difícil de describir.
- No..- el ser desvió la mirada- pero una ves tome la forma de uno y es esta- movió las manos en un gesto vago- supongo que es una especie de burla.
- Eres... aquél que me condeno- el príncipe elfo, no pudo contener el temblor que recorrió su cuerpo, dando un ligero paso atrás.
- Así es- la figura clavo la mirada en el- pero al menos a ti no te han encadenado, como han hecho conmigo, hasta el fin de los tiempos- los bellos cabellos claros del ser enmarcaban su hermoso rostro.
- No, estoy encadenado, mas si atado a este lugar- la tristeza se presento aun mas en los bellos ojos elficos.
- Tu , así lo quisiste, ahora puedes odiarme todo lo que desees- la hermosa voz tan discorde con las crueles palabras- pero que mi aspecto no te confunda, mi alma es oscura, fue ese el camino que elegí, miles de años antes, incluso de tu nacimiento, elfo.
- No me confundiré, pues tus palabras te revelan- Legolas se acerco algunos pasos, venciendo la renuencia que inicialmente tenia- pero, esta oscuridad me muestra algo de ti, que tu ya no puedes ver- el elfo lo observo también fijamente- te dejaste corromper y ese fue el error por el que pagas.
- Márchate- la vos trono- iluso, deberías odiarme, arrojarme rocas, cual dios caído, pues yo cause tu desdicha- los ojos lo observaban con furia.
- Fui yo quien eligió su destino- el elfo dio la vuelta.
- Lárgate, déjame vivir eternamente mi prisión- el orgulloso Maiar, se encerró en su oscuridad.
- Como desees- el príncipe se alejo, dejando atrás a esa extraña figura.
Su corazón cargaba un extraño pesar, se alejo, pero no demasiado, en medio de esa terrible soledad, y de manera absurda, se le antojaba que era preferible la compañía de ese despreciable ser... y es que quería odiarlo, todo el sufrimiento de las personas que amaba, fue causado por el, por el terrible Sauron, tantas guerras por su culpa, su hermoso bosque había dejado de ser seguro, su madre había muerto por causa de estas guerras...y él, que había tenido que combatir en la ultima guerra, el que había sufrido a causa de ello, no tanto en batalla , sino... por haber conocido el amor de mano de Aragorn, por haber seguido ciegamente sus sentimientos, por haber creído en sus palabras... pero que débil era el corazón de los hombres...
Se sentó en una cercana roca, y contemplo el devastado paisaje, contemplo el vació cielo, privado para siempre de sus amadas estrellas, se consumiría en un eterno dolor... y no tendría el descanso de la muerte...
Debería poder odiarlo, él, un ser terriblemente maligno, el había deseado matar a los seres que amaba... pero, que tonto no podía... pro que lo contemplo, así, caído, así, sin la majestuosidad de su inmensa maldad.... tan solo como alguien que había sufrido inmensamente, como alguien que se había corrompido, y sus ojos se le antojaron tan, tristes y lejanos, y aun mas, pudo percibir en ellos un destello, tan insignificante, pero aun existente, de la luz brillante, que como Maiar debió poseer... no podía odiarlo por mas que lo deseaba.
Y realmente le molestaba, ese sentimiento de compasión que crecía en su corazón... su padre tenía razón , no podía odiar, no estaba en su naturaleza.
Trato de imaginarse que ese era el mismo cruel ser, pero la imagen no encajaba en su mente.
Cansado, solo podía quedarse pensando, o desesperándose, una eternidad de esto, realmente destruiría su alma.
No supo por que se puso de pie, ni en que momento sus pasos lo llevaron de vuelta a la derruida prisión donde el Maiar, seguía encerrado en su silencio, no quería realmente admitir, que la presencia de ese ser, le daba al menos descanso.
El Maiar no pareció percatarse de su regreso, ni siquiera por el pequeño sonido que producían los pasos ligeros del elfo, este se sentó, ignorando también la presencia frente a el, y contemplo la derruida pared en un extremo, tras varios minutos de lo mismo, comprendió que había aprendido de memoria toda la estructura, así que volteo a ver algunas rocas tiradas por ahí, después lo que quedaba de techo, y así hasta que no pudo evitar, reposar su mirada en la silenciosa figura, su rostro estaba oculto por sus cabellos, deslizo la vista a sus brazos que colgaban descubiertos, eran tan blancos, casi pálidos, y sus manos lucían sumamente maltratadas, en donde los grilletes la rozaban, se pregunto, si ¿un Maiar podía sentir dolor, al menos físicamente?, o ¿por lo mismo, los Valar, lo habían condenado a llevar el cuerpo, que antes había asumido?.
Y después, dejo de pensar en el, no podía evitar sentirse tan desesperado, cuanto tiempo tardaría su alma en destruirse en un lugar así, tanto como la de él tardo en corromperse...
- Deja de formular todas esas preguntas, elfo- la vos ya no sonaba tan terriblemente irritada, como cuando lo había corrido, sonaba mas bien con fastidio.
- No las he pronunciado en vos alta...- alego el príncipe- solo pensaba, no hay nada mas en que pueda ocuparme.
- Pero, las escucho perfectamente- no había levantado el rostro en ningún momento- puedo ver tu pensamiento, claramente.
- Pues, le ofrezco mis disculpas- contesto en tono sarcástico, y resignado.
- Un elfo, sarcástico- el Maiar exclamo con vos sorprendida- eso si que es extraño, creí que eran tan perfectos que no se permitían caer en esto.
- Pues tal ves, no conoce también a las razas que planeo destruir- el príncipe no sabia si era una impertinencia hablar así, a quien antes había sido un Maiar.
- Ya te lo dije antes, puedes maldecirme, soy un ser derrotado, y debo admitir, que tal ves tengas razón, no los conocí lo suficiente, y eso me llevo a la derrota, aunque- el Maiar, levanto el rostro ante un sonido lejano- eso no importa mas, esos seres están por venir.
- ¿Seres?- Legolas, escucho en ese momento, alarmándose un ligero chillido, algo se aproximaba, por instinto se levanto- pensé que este lugar era uno sin vida, donde penaríamos eternamente en la soledad.
- Ni los Valar mismos conocen este lugar, ellos nunca entendieron ese designo oscuro de Iluvatar; este es un mundo que escapa a su saber, no solo es una prisión, ¿cómo si no, crees que existen estas ruinas?, imagino, que esas criaturas destruyeron a quienes vivieron antes aquí.
- ¿Pero, que son ellos?, ¿destruirán nuestras almas?- los ojos elficos brillaban con temor.
- ¿Tu alma, dices?- el Maiar volteo a verlo con incredulidad- ¿no te has dado cuenta?, no portas solo tu alma, eres tu, quien esta aquí, esa es la razón de que a mi se me haya dado carne y existencia, es parte del castigo, esos seres, terribles- el Maiar inclino la cabeza, tristemente- ya estuvieron antes aquí, el techo y mi poder los detuvo la ultima ves, pero... lo han destruido lo suficiente, y yo no tengo mas poder para frenarlos.
- ¿Qué... ¿qué podemos hacer?- Legolas observaba con aflicción la derrotada mirada del Maiar, si el temía, el horror debía ser inmenso.
- ¿Qué puedes hacer?... huye , claro, escóndete, ellos no te perseguirán todavía, primero me destruirán, con suerte encontraras un escondite, puede que sobrevivas un tiempo mas, ellos no te encadenaron, al menos te dieron esa oportunidad- el Maiar, grito con una mezcla de impotencia y rabia , en dirección del pasmado príncipe.
- ¿Pero?... – Legolas, observo los tristes ojos, su corazón lo detenía, no podía huir así nada mas.
- ¿Qué dudas?, yo no pediré tu ayuda, lárgate- grito con furia el Maiar, despertando al elfo de sus pensamientos, salió corriendo dejando al Maiar solo en la oscuridad cada ves mayor- después de todo, es lo que debes hacer, yo elegí este camino, desde el momento en que elegí a mi señor...- el hermoso ser, dejo caer con dolor la cabeza a un lado; unos ruidos le despertaron nuevamente, creyó que ya eran esos monstruos, pero fue enorme su sorpresa al ver regresar al príncipe cargando una piedra de extraña forma.
- Esto es justo lo que necesitaba- el elfo se acerco con paso presuroso y se detuvo enfrente del Maiar.
- Es mejor que trates de matarme, así cobraras venganza , antes de que ellos te la arrebaten- el Maiar sonrió tristemente, esperando el impacto, pues el elfo había levantado ya con fuerza la roca, cuando sintió que algo golpeaba sus cadenas- ¿qué?...
- Es obvio, conseguí estrellando dos rocas, con un poco mas de filo- el elfo seguía golpeando los grilletes que mantenían al ser aprisionado.
- Yo no te pedí ayuda, lárgate, ya te lo dije- los ojos tristes lo contemplaban, mientras los mas raros pensamientos atravesaban la mente del ser- ¿qué no recuerdas, todo el mal que he hecho... te lo dije que mi apariencia no te engañe... el que ellos me destruyan , es el castigo que merezco- un sonido espeluznante lleno el ambiente, el Maiar se estremeció.
- Lo se.. pero no puedo dejar a nadie morir, de esta forma tan cruel, no puedo marcharme...- el elfo continuo golpeando con todas sus fuerza, consiguiendo abrir un grillete, lo cual sorprendió al Maiar, el ni con todo su poder lo valla logrado, ¿acaso la voluntad de ese elfo, era tan poderosa?.
- Eres un tonto- el Maiar, observo el cielo donde se veían a varias figuras desplazándose velozmente en dirección a ellos, el cielo cobro resplandor, cuando un impacto sacudió el lugar, una bola ígnea se estrello derrumbando lo que quedaba de una pared cercana- es tarde- el Maiar observo resignado, aun puedes huir, márchate.
- Ya te dije que no lo haré- Legolas, respondió resueltamente, mientras estrellaba con fuerza la roca, que salto en pedazos, pero el grillete se rompió también- pronto- el elfo ayudo al ser a pararse, se estremeció un poco ante el contacto.
El elfo camino ayudando al renuente Maiar, quien solo se dejaba conducir, cuando el príncipe escucho una explosión cercana, arrojo al ser lejos de el, cuando los escombros lo sepultaban.
El Maiar, se levanto, en medio del polvo que se había levantado, distinguió la figura del elfo, que yacía atrapado entre los escombros de lo que había sido el techo, estaba inconsciente, y las criaturas tan cerca.
- Yo no pedí tu ayuda- alego, el ser, alejándose del inconsciente elfo, mientras mas llamaradas inundaban la noche- no te debo nada- el ser se alejo rápidamente, mientras sentía que recuperaba sus fuerzas, ya se había alejado un poco, cuando vino a su mente la mirada decidida del elfo... nadie habría hecho eso por el, nadie que supiera quien era... y ese tonto elfo... el se lo había buscado, ¿si hubiera escapado como el le había ordenado?... si lo hubiera hecho... el seguiría atrapado, e inminentemente seria destruido....¿no supo por que lo hacia, pero regreso esquivando los estallidos?
Los ruidos terribles lo aturdían, pero se detuvo ante la figura del elfo, y comenzó a retirara los escombros tan rápido como pudo, mientras su mente , se preguntaba ¿cómo el, el despreciable y corrupto Sauron, se afanaba en ese momento, en salvar una vida... por que si no obtendría nada?... pronto tuvo al herido elfo ante el, y con las fuerzas que le quedaban lo cargo en su espalda, alejándose lo mas rápido que podía, en dirección de algún refugio.
Estaba actuando, como antes... antes de entregar su ser a su señor... cuando aun jugaba en los hermosos jardines, cuando aun su alma poseía una brillante luz.
Continuara..........
