Nota 1: Los derechos son de J.R.R. Tolkien, me disculpo por tomar los personajes, pero... era una historia que tenia en mente al ver la nueva película... y jugando con ciertos detalles de los libros.

Muchas gracias por sus reviews, espero que no odien lo que estoy haciendo a Legolas sentir... aunque no se que piensen de este Sauron en particular.. peor aun así gracias por leer.

Capitulo6.- Por sobre todo cree en mi amor.

Solo soy un estúpido, un tonto que creyó en el amor, ¿por qué siempre me he de equivocar?; la muerte hubiese sido menos dolorosa  que esto que vivo.

Te amo y eso es lo que mas duele, si pudieras destruirme en tantas formas, con tal diferencia.

Pero tus besos me duelen, me queman como el mas terrible fuego, por que son falsos, por que no tienen esa emoción detrás, tan solo me usaras por que así te lo ha mandado tu amo.

Esa noche llore con toda mi alma, y el Valar sonrió con todo el desprecio que podía demostrar, sonrió mientras se llevaba al Maia, aquel al que entregue mi corazón equivocándome nuevamente.

+++++++++++++++++++

Pero aun cuando tu amo se ausento, me obligaste a venir a ti, esta noche; ¿acaso no has roto lo suficiente mi alma?

Y yo solo puedo imaginar que tus caricias son verdaderas, mientras mi ojos se llenan de lagrimas, y entonces lo se, por que son tan diferentes, si trataras de dañarme, mi alma se hubiera roto, si trataras de destruirme no tendrías el cuidado, que tienes.

- Perdóname... yo- me susurras, y siento que es mejor que una declaración de amor.

- Lo se - mi vos apenas es un susurro, y entonces comprendo, puedo ver dentro de tu alma, por que por primera vez muestras lo que sientes, por primera vez la abres a alguien, y ese soy yo.

Y entre besos y caricias verdaderas, comprendo que mi corazón no se equivoco, que descubrí al ser que había estado esperando toda mi vida, lo descubrí en la oscuridad, a la cual no volverás a regresar, lo se; por que no me alejare de ti; atrás quedo para mi tu nombre, el enemigo de los pueblos libres murió en el momento en que el Maia que fuiste regreso, tal ves no el mismo, pero alguien muy parecido, por mi.

Y si no estuviéramos aquí, si no estuviéramos condenados a este lugar, podría gritar mi felicidad; y se que mi corazón antes sangro, con las falsas promesas de un mortal, pero Aragorn, no esta mas ahí, ya no es su lugar, la herida comienza a sanar, y se lo debo al ser mas inesperado.

Tu alma, con la calidez con la que me rodea; tan protectora como tus brazos, y por un momento podemos olvidar el infierno en el que estamos, olvidar que nuestras vidas no nos pertenecen, olvidar que un oscuro Valar, es tu señor.

- Nunca- la vos cansada del Maia, susurra al delicado odio del elfo- nunca creí que alguien me amara de esa forma, nunca creí que podría volver a creer en alguien.

- Yo, no pensé que mi corazón volviera a aceptar a alguien dentro- susurro el elfo, mientras lagrimas de felicidad surcaban levemente sus hermosos ojos azules.

- Siempre serás la visión mas maravillosa,  yo... no merezco, el que criatura tan pura me ame- el Maia retiro suavemente con una mano, las lagrimas de los ojos del elfo- no puedo borrar el pasado, soy Sauron, destruí tantos destinos, declare la guerra a la vida misma, incluso a ti te cause un profundo sufrimiento.

- Para mi, no existe un pasado, no cuando he descubierto la antigua alma que brillaba en ti- Legolas sonrió, acercándose con un gesto tímido posando sus labios en los del Maia.

- ¿Serás mío, por toda la existencia que nos quede?- el Maia, devolvió la caricia reteniendo en sus brazos al amado elfo.

- Siempre- Legolas, sintió que a pesar de todo no podía detener las lagrimas- aunque el nos pueda destruir en cualquier momento- el príncipe elfo, no pudo reprimir un estremecimiento.

- Mi hermoso elfo, si yo pudiera sacarte de aquí, si yo pudiera devolverte aquello que te arrebate- Sauron atrajo, con una inusitada caricia al elfo a su lado, no podía creer que fuera capaz de ser así, después de tanta oscuridad.

- Y tu mi señor Maia, ¿serás mío?- el elfo se sonrojo pero formulo la cálida pregunta.

- Siempre- el Maia contesto sin dudar un solo instante, recordó que ya una ves había dicho esto, pero ahora podía decirlo de una manera tan diferente.

Las dos hermosas criaturas se fundieron en un abrazo, tratando  de soportar aquellas cargas que vinieran, el dolor que pudiera estarles reservado, sabían que tenían que separarse, aparentar.

- Tu solo me perteneces a mi- la vos  terrible tronó, mientras la figura oculta surgía de las mismas sombras.

- Mi señor- el Maia, aun con el elfo en sus brazos, solo atino a ocultarlo detrás suyo, mientras temblaba ligeramente- no es lo... parece- Sauron trato de componer las cosas.

- Te has ablandado, yo soy tu único señor, tu que por mi, corrompiste tu alma, hundiéndola en la oscuridad- el Valar avanzo amenazante- es ese maldito elfo.

- No, mi señor- el Maia, trataba de retroceder pensando rápidamente en ¿qué hacer?, sobre todo para proteger al elfo, que aun ocultaba detrás suyo.

- Apártate, Sauron, en este momento me desharé de el, así podrás ver tu error, y nuevamente sabrás que soy tu único dueño- el Valar estiro la poderosa mano, tratando de apartarlo y tomar al elfo.

- No- el Maia consiguió empujar al Valar, por la sorpresa del momento- corre- le grito al elfo, volviendo el rostro un instante a el.

- No, por favor- el elfo, negaba, con los ojos temblorosos- no te dejare, el te destruirá...

- Vete- el Maia, empujo al elfo, justo cuando el Valar furioso se dispuso atacarlos- corre trata de escapar, yo lo detendré.

El ultimo empujón, despertó al elfo que con los ojos llenos de lagrimas comenzó a correr, pensando que eso seria inútil si habrían de ser destruidos, quería caer al lado del Maia, pero la resolución en los ojos de el, no se lo permitiría, el se puso en contra de su señor, tratando de darle tiempo unos segundos mas para vivir.

Tropezó, pero no cayo, debido a la fuerte explosión que sacudió la fortaleza, no sabia de que servia esto, cuando entro a una habitación, muchos escombros caían, ante la lucha de los dos seres sagrados; escucho un ruido detrás, y se escondió en medio de algunas columnas caídas.

- ¿Qué patético?, ¿crees poder esconderte?- el Valar, entro a la habitación, proyectando su enorme fuerza, el elfo solo cerro los ojos con dolor, pensando en el Maia- interesante, no; un estúpido Maia, que creyó poder vencer a un Valar, Sauron- el Valar, arrastraba con una mano, el cuerpo herido de el Maia- ¿qué pretendías?.

- Salvarlo...- casi en un susurro, el Maia, apretó los dientes, deseando que el elfo pudiera esconderse, aunque sabia que eso era imposible.

- Es un juego tonto, el que ustedes siguen, pero; creo que te castigare , matando lenta y dolorosamente a ese elfo- el Valar, apretó aun mas el brazo en torno al Maia, mientras desviaba la vista, como buscando al elfo; no le tomaría ningún problema encontrarlo, usando su poder... pero...seria mas interesante si, utilizaba esa tontería del amor, en contra de ellos- elfo, escóndete si es lo que deseas, permanece oculto mientras destruyo a Sauron, y te aseguro que aun cuando sea un Maia, se como hacerlo, en este mundo el puede morir, tanto como tu...- la vos venenosa del Valar, llegaba a los oídos del elfo, que trataba de respirar, controlando sus sentimientos, se lo había prometido- pero si sales, si te entregas a mi, es posible que libere a Sauron, después de todo fue y siempre será mío- el Valar, sonrió ante la cara de odio del Maia.

- No, no lo vayas a hacer- su vos era bastante débil, pero se perdió totalmente cuando la figura silenciosa del elfo emergió detrás de unas columnas, observando con orgullo al Valar.

- Así que eres un tonto- el Valar, sonrió mientras arrojaba a un lado el maltrecho cuerpo de Sauron, avanzando, ante la mirada de horror de este, en dirección del elfo.

- No... yo se que nos mataras de todas formas, pero prefiero morir con aquel al que amo, por que soy un príncipe y si he de morir será de pie- el orgullo y valor que el elfo proyectaba, sin que su vos temblara a pesar de la cercanía del Valar, provoco un cálido sentimiento en el pecho del Maia.

- Patético- aseguro el Valar, reuniendo en un gesto partículas de aire que transformo en una poderosa lanza, sin dejar de observar al elfo.

- No...- Sauron trato de ponerse de pie, mientras el dolor lo inundaba, y por primera vez en siglos su alma rezo, un mudo eco de una esperanza, levemente susurraba esa plegaria- que los Valar no lo permitan, OH Iluvatar, se que mis pecados son incontables, pero el no; te lo ruego permíteme salvarlo- sintió una cálida sensación que lo recorría, mientras la esperanza, volvía a inundar su alma, nunca mas oscura.

- Muere- el Valar grito con odio mientras tiraba la lanza en dirección del elfo, que la contemplaba sin moverse, únicamente permitiéndose cerrar los ojos.

Escucho el sonido de la carne perforándose, pero no sintió dolor, por lo que abrió los ojos, apenas extendiendo los brazos a tiempo, para sostener al Maia que caía entre ellos, con la terrible lanza clavada en su espalda.

- No...- las lagrimas que había contenido llegaron a sus ojos en ese momento, mientras observaba la pálida piel del Maia.

- Perdóname, Legolas, no podré seguir protegiéndote- el Maia, susurro lentamente, mientras cerraba los ojos, perdido en los hermosos ojos del elfo, sintió como una cálida lagrima caía en su mejilla- lloras por mi...- el Maia sonrió- nunca nadie había llorado por mi, el pecador- el Maia cerro los ojos, no pudiendo ver mas el rostro tan amado- gracias Iluvatar- susurro finalmente.

- No...no, por favor- el cuerpo en los brazos del elfo, se relajo, dejando de moverse, mientras el elfo lo abrazaba con terrible dolor- no cuando al fin me llamaste por mi nombre- el elfo sollozo.

- ¿Por qué?, maldito Sauron, tu me pertenecías- el Valar, observaba con odio la escena ante sus ojos- entregar tu existencia por un simple elfo, yo soy tu amo, yo corrompí tu alma.

- Pero...- el elfo, observo con ojos perdidos al Valar, mientras apretaba el cuerpo del Maia- fui yo quien lo saco de esa oscuridad, no te pertenece mas- el elfo sonrió- a pagado sus pecado, nunca volverá a caer en esa oscuridad a la que lo ataste con tus falsos juramentos, no lo volverás a usar, el ahora es libre de ti.

- Cállate- el Valar enfurecido trato de acercarse a los dos amantes- te destruiré con mis propias manos- pero no pudo acercarse, una fuerte luz rodeo en ese momento al Maia caído y al elfo- ¿por qué?, ¿qué poder puede oponerse al de un Valar?.

- Hay uno que no tiene fin- el elfo sonrió ante la calidez de la luz, inclinándose lentamente aun abrazando el cuerpo, deposito un suave beso en los labios lastimados-  estaremos siempre juntos, lo se.

La luz fue inmensa, y el Valar se encontró alejándose con furia, pues esa era una luz que el por orgullo rechazo, uan que no vería nunca mas, una que no soportaba.

+++++++++

En su mente solo había una terrible confusión de ideas, sentía la tierra bajo sus manos y la húmeda sensación del pasto y las hojas.

Lentamente, abrió los hermosos ojos azules y contemplo el hermoso paisaje ante el, el sonido cercano de un riachuelo y la deslumbrante belleza de los árboles.

El elfo se incorporo rápidamente, vistiendo aun la túnica clara , se contemplo, no tenia rastros de sangre.

Sauron, se recordó el elfo en ese momento, había regresado a casa, pero, ¿dónde estaba el Maia?; recordó la sensación de tenerlo entre sus brazos, muerto...

- No...- Legolas se dejo caer nuevamente ante el peso de la verdad- no puede estar muerto, ¿por qué estoy vivo si el...?- el elfo no pudo detener los sollozos- Prometiste que siempre estarías a mi lado- Legolas empuño una mano y golpeo con furia el suelo.

- Y pienso cumplirlo- la vos suave, tan parecida y tan distinta- por que eres un elfo demasiado entrometido- la figura se acerco caminado lentamente, llevando unas flores silvestres en sus manos.

- Tu... eres un tonto...- Legolas se incorporo rápidamente, lanzándose a abrazar al Maia que le sonreía, mientras los sollozos se convertían en unos llantos de alegría.

- No es mi culpa, que fueras perezoso y tardaras mas en despertar- el Maia recibió con gusto al delicado elfo entre sus brazos, diciéndose que ese era el lugar perfecto para el- solo quise ver este mundo con otros ojos- el Maia sonrió- soy libre, mi alma al fin lo es; y es por ti, que he sido perdonado- el Maia deposito un dulce beso en los labios del elfo, que gustoso lo recibió.

- No quise perder la esperanza- el elfo parecía un niño feliz, mientras aun abrazado al Maia daba vueltas.

- Tu amor, era toda la cura que necesitaba- el Maia, sonrió, dejándose caer vencido por el inquieto elfo.

Ambos rodaron felices al suelo, a un abrazados.

- Estoy en casa, y contigo, tengo todo lo que necesito- el elfo observo alrededor- este bosque es uno cercano al bosque negro, debemos ir a mi reino, debo tranquilizar a mi afligido padre y a mis amigos.

- Eh... Legolas- el Maia sentía ese el nombre mas hermoso que podía pronunciar- recuerdas que en estas tierras el recuerdo de Sauron es, lo único que tienen de mi.

- Lo se- el elfo sonrió picaramente- pero el Sauron que conocían, no tenia forma, no creo que lo asocien a ti.

- Los elfos mas antiguos, me recordaran como Annatar y no creó que estén muy contentos...- el Maia observo con ojos tristes al elfo.

- No me importa, yo te amo, y voy a defender este amor- el elfo abrazo al Maia, mientras lo ayudaba a incorporarse- vamos quiero ver a mi padre..- el elfo sonrió bromista, tomando de la mano al Maia- y ya quiero ver su cara, cuando le diga quien será su yerno.

- ¿Legolas?- el Maia, sonrió siguiendo al elfo, ese jovial carácter lo enternecía aun mas, y por el podría afrontar todos los problemas, volteo un momento en dirección de las tierras imperecederas, de todo corazón agradeció a los Valar y a Iluvatar, por esta oportunidad.