Escapology
Autora: Cha-Cha-Chica
Traductoras: Alima21
Capítulo 6
AMAR A ALGUIEN
Severus recuperó el control de sus pensamientos y acciones, apartando a Harry y mirándolo con el ceño fruncido.
-¡Potter!- espetó, mirando frenéticamente a izquierda y derecha, rezando a todas las divinidades que conocía para que nadie hubiera sido testigo de esa.....esa.....invasión de su espacio personal-. ¡En el nombre de Merlín! ¿Qué crees que estás haciendo?- demandó disgustado-. Primero te quejas de que no quieres lidiar con toda la atención que existe alrededor del Niño-Que-Vivió y al momento estás creando una escena que....- hizo un gesto con las manos como indicando que era un caso perdido antes de lanzarle otra mirada feroz-. Si esto es algún intento de arruinar mi reputación además de la tuya........
-¡NO!- exclamó el chico- Yo......yo.....yo...
-¡Por lo que más quieras, Potter, acaba con tu pueril tartamudeo y dame una respuesta directa!
Los verdes ojos se llenaron de lágrimas.
-No....no intentaba arruinarlo......yo no......tú.....esto fue.....
Severus estrecho su mirada aún más.
-Potter- le advirtió- no estoy de humor....
-¡No sé lo que *fue*! - Harry finalmente se quebró, enrojeciendo ferozmente y apartando la mirada-. Yo......¿podemos hablar sobre esto en otra parte?
El maestro de pociones tragó, en realidad no quería discutir.....*eso* en lo absoluto, todo lo que quería hacer en ese instante era embarcar a Harry y su prole directo hacia Dumbledore. Dejar que el viejo se encargara del nuevo problema esas Navidades. El llanto de un bebé, la pequeña Potter para ser más exactos, lo saco de sus frustrantes pensamientos y bajó la vista hacia ella.
La niña estaba en su carrito a un lado de Harry, retorciéndose incómoda, sus gemidos subiendo paulatinamente. Su padre estaba temblando, sin hacer ningún intento de levantar a la bebé ni de atender a sus necesidades.
Severus dejó escapar un suspiro de derrota.
-Bien- siseó, aunque rehusándose a encontrar su mirada con el chico y eligiendo, en cambio, ver a la disgustada bebé. La levantó, frunciendo el ceño al darse cuenta que necesitaba ser cambiada, y mejor si era pronto. Se obligó a mirar al Gryffindor-. Sugiero que te dirijas a Gringotts y retires suficiente dinero para cubrir las necesidades de la pequeña y cualquier otra cosa que planees comprar. Me reuniré contigo en el Caldero Chorreante en media hora- dicho esto, tomó el carrito de la bebé de manos del joven y caminó hacia el bar, capturando la atención de unos cuantos peatones.
En algún momento en el futuro podría volver la vista hacia este escenario y reír de buena gana, después de todo, no se veía todos los días a Severus Snape, el Extraordinario Imbécil Grasiento, marchando a través de la multitud que inundaba el barrio de compras con una llorosa bebé en brazos. Por supuesto, tampoco se vería en un futuro. De hecho, en ese momento estaba viviendo la humillación y para colmo de males, Harry Puñetero Potter había....*gah* ni siquiera podía pensarlo......lo había.......besado.
La nariz del aristocrático hombre se arrugó con aversión.
Harry Potter lo había besado. Y, aunque nunca *jamás* lo admitiría.…. él, maldita sea, también lo había disfrutado. Este pensamiento lo angustió. No sólo tenía veinte años menos, Harry era su estudiante. Su estudiante con un bebé. Involucrarse con Harry......complicaría las cosas *extremadamente*.
No que ya no estuvieran suficientemente enredadas.
Esto estaba equivocado. El beso había estado equivocado. Toda la maldita situación estaba equivocada. Y aún así, seguía pasando.
Regresando su atención al Caldero Chorreante, se encaminó hacia el bar, tratando de pasar desapercibido. 'Tratando' sería la palabra especial en esta oración. Después de todo llevaba una berreante, y más que ligeramente 'olorosa', bebé recién nacida en sus brazos. Silenciando los rostros interrogantes del resto de la clientela con una mirada de furia, se dirigió hacia el propietario.
-Profesor Snape- lo saludó Ton con alegría, habiendo decidido que en su trabajo la mejor manera de tratar con sus clientes era la política de 'no pregunto, no digo', incluso si se trataba de figuras tan importantes dentro de la sociedad-. ¿Qué puedo hacer hoy por usted?
Con incomodidad, Severus cambió a Callisto de posición mientras contestaba:
-Me preguntaba si podría usar una de sus habitaciones por unos minutos para resolver esto- pidió, señalando a la bebé con la cabeza.
-Por supuesto, señor- contestó Tom, guiándolo hacia las escaleras-. Por aquí, por favor- le mostró a Severus una habitación vacía al final del pasillo, deteniéndose para sonreír a la pequeña Potter- Es hermosa, si me permite decirlo.
Resistiendo la urgencia del decirle al hombre lo que *tenía* en la mente, el maestro de pociones se limitó a asentir.
-Mucho- le dio a Tom una tenue sonrisa-. Ahora, si no le importa....
El propietario del bar captó la indirecta y se excusó, mientras Severus se dirigía a la cama, colocando a Callisto cuidadosamente sobre ella. Sus ojos barrieron la sombría habitación con desprecio. Estaba casi seguro que no era lo bastante higiénica para cambiar en ella a un infante recién nacido, pero no tenía otra elección.
Prendió la chimenea con un golpe de varita, murmurando unos cuantos encantamientos extra de forma que la habitación se entibiara rápidamente, previniendo la posibilidad de que la niña atrapara un resfriado. Una vez que estuvo satisfecho de que la habitación era lo suficientemente cálida, removió la manta, revisó que todavía estuviera caliente, seca y limpia, y luego desabrochó el trajecito de Callisto
Suspirando, al darse cuenta que la niña se había manchado toda, sacó las mudas de ropa que había metido apresuradamente en los bolsillos de su túnica mientras salía de la casa, junto con algunos pañales. Buscó en el carrito de la bebé el recipiente con talco que había ocultado al fondo, antes de regresarlo a su tamaño original y volver con Callisto.
Convocó una tela húmeda del baño y aguantó la respiración. Esto no iba a ser divertido pero era necesario hacerlo.
Diez minutos más tarde Severus emergió de la habitación luciendo muy desaliñado. Pero al menos Callisto estaba limpia, cambiada, seca y caliente una vez más. La niña estaba cuidadosamente acostada en el carrito y profundamente dormida; algo que el maestro de pociones agradecía a los dioses mientras a grandes pasos bajaba resueltamente por las escaleras. Dirigiéndose nuevamente hacia Tom, le preguntó cuánto le debía por el uso del cuarto. El propietario se limitó a sacudir la cabeza con una sonrisa.
-No es nada- le dijo mirando a Callisto una vez más- Sólo diez minutos. No cuesta nada.
Murmurando su agradecimiento, Snape se alejó del posadero, eligiendo un asiento al fondo del bar, en las sombras, evitando las miradas interrogantes de los otros clientes. No mucho después, Harry entró al Caldero Chorreante e inmediatamente lo comenzaron a bombardear con aclamaciones, palmadas en la espalda y un chorro de preguntas. Sus ojos buscaron al maestro de pociones, quien apenas asintió a guisa de saludo y afirmación. El joven Gryffindor se despidió de sus fans antes de sentarse frente a Snape, mirando a la bebé, cuidando de no atraer mayor atención hacia la situación.
-Confío en que sacaste suficiente cantidad- empezó Severus sin mostrar ninguna emoción.
Harry asintió.
-Lo hice.
El hombre se levantó.
-Bien, vamos entonces- lanzó una mirada no impresionada alrededor del establecimiento-. Dudo que esta atmósfera sea buena para que tú....-captó la mirada suplicante de Harry y suspiró-.....la pequeña Callisto esté aquí.
A esto siguió otro asentimiento de reconocimiento del joven, antes de que se levantara a su vez, caminando casi hombro con hombro con el maestro de pociones. Era apenas unas pulgadas más bajo, pero cuando Severus se empinaba como señal de rechazo o utilizándolo como táctica de intimidación, su diferencia de altura parecía de varios pies.
Abandonaron el bar, Severus conduciendo el carrito de la bebé que seguía en sus manos y Harry arrastrándose tras él sintiéndose casi miserable. Su mente seguía hilando. Había *besado* a su profesor. Y no sólo un profesor....*¡SNAPE!*. Seguro, el hombre no era ni de cerca tan horrible como trataba de proyectar, pero eso todavía era........equivocado.
Harry cerró con fuerza los ojos mientras la voz en su cabeza seguía burlándose de él repitiendo "pero se siente tan bien".
No. No podía. Aunque *estuviera * atraído por el hombre maduro, lo cual no sucedía ¿cierto?, la posibilidad de que algo pasara entre ellos, bien, era completamente absurda.
Lo peor de todo esto es que había estado reparando su amistad arruinada con el hombre y luego iba y hacía que todo volviera a ser extraño y poco natural nuevamente, ¡todo por un maldito beso!¡Hablando de masoquismo esto era lo máximo! Parecía vivir para recibir toda clase de castigos, viendo como todo lo que hacía le generaba alguna forma de dolor.
-¡Potter!- el Slytherin que había dominado sus pensamientos los últimos minutos gruñó, justo antes de que se topara con la espalda del hombre.
Harry tropezó un par de pasos, sonrojándose torpemente.
-Lo siento- murmuró- Sólo estaba.......pensando.....
Snape puso los ojos en blanco.
-Parece que últimamente haces eso con bastante frecuencia- comentó con voz monótona, aunque establecía una obvia relación con la última vez que Harry se había separado. Esto había acabado en la reunión de sus labios......bien.......ninguno de los dos quería dar vueltas a ese asunto justo ahora.
Ni en ningún momento, en opinión de Severus.
-Sí, bien, ¿tenía que empezar en algún momento, no?- replicó el joven, tratando de aliviar el humor entre ellos. Su intentó resultó ser vano.
-Suficiente.
Esta se estaba convirtiendo rápidamente en la ruta de escape de Severus; esa palabra. Cada vez que quería evitar una discusión, simplemente se deslizaba dentro de su cruel y un tanto sarcástica resolución y restaba importancia a todo con esa sola sílaba.
Harry frunció el ceño, reconociendo la táctica, pero decidió seguir el juego de su profesor de pociones durante las próximas horas. Obedecería y prestaría meticulosa atención a cualquier cosa que dijera mientras ellos, o mejor dicho, él, realizaba las compras, para evitar futuras discusiones. En todo caso, no necesitaba más atención dirigida a su persona. Además, era mejor mantener a Severus de un relativo buen, o al menos imparcial, humor, hasta que regresaran a la Mansión. *Luego* podrían enfrentar cualquier tema que fuera necesario.
Y con eso, Harry Potter siguió a Severus Snape por el Callejón Diagon e incluso por el Londres muggle, comprando una variedad de objetos de bebé y algunos obsequios de Navidad de último minuto.
~*~
Aparecerse de regreso en la Mansión había sido fácil para el joven, mientras sus pensamientos estaban demasiado nublados con la toma de conciencia de lo que significaba la paternidad....que era en lo que había estado pensando durante su viaje de compras.
Severus, sin embargo, encontró esto más incómodo. Su mente corría con los pensamientos de lo que Potter y él aún tenían pendiente por discutir. Lo que le *había* prometido que discutirían. Sus bolsillos estaban hundidos bajo el peso de sus compras, mágicamente encogidas, sí, pero aún así increíblemente pesadas, y en sus brazos sostenía al hombre que había originado todo este problema........y la bebé de ese hombre.
Cómo había logrado enfocarse apropiadamente para alcanzar la seguridad del hogar estaba más allá de su comprensión.
Sin embargo, viendo que se las *había* arreglado para que ninguno de ellos sufriera ningún daño, al final no le preocupó.
-Correcto- empezó el hombre maduro, soltando a Potter de forma que sus pies se posaran sobre tierra firme-. Antes que nada vamos a establecer una ubicación provisional para colocar el equipo de guardería de tu hija.
-¿Y dónde será?- Harry trató de ignorar la ligera punzada en su pecho cuando Severus utilizó la palabra 'provisional'.
El maestro de pociones suspiró.
-¿Tu habitación? Creo que es más fácil si la tienes tan cerca como sea posible, por razones de acceso a la pequeña y cosas así. Sentido común, en realidad.
Harry asintió.
-Sí, es bastante lógico.
Con un sutil giro de sus ojos, Severus se giró y entró en la casa de familia, subió la grandiosa escalera de caracol y llegó a la salita de la habitación de Harry. Una vez allí, extrajo todos los paquetes de sus bolsillos y los colocó en el piso. Moviendo su varita sobre ellos, y murmurando el encantamiento correcto, observó mientras los juguetes, pañales, ropas, accesorios para cambiarla y muebles pre-ensamblados se agrandaban. Luego, por medio de levitación colocó cada cosa en la posición apropiada en la habitación, antes de girarse hacia Harry.
-La segunda tarea en nuestra agenda, o mejor dicho en tu agenda, es alimentar y cambiar a tu niña, y ponerla a descansar en su cuna mientras discutimos.......- buscó la palabra apropiada mientras los verdes ojos se clavaban en él con expectación- ......todo- finalizó, de forma poco convincente, antes de abandonar la habitación con su habitual estilo dramático.
Harry se quedó con la mirada fija detrás de él; colocó a Callisto (aún acostada en su cuna portátil) sobre su nueva tabla de cambio, antes de buscar la fórmula ya preparada. Calentándola mágicamente a la temperatura adecuada se la alcanzó a la bebé, aún con cierta torpeza, y acercó la tetina a sus labios.
Esta vez, sorpresivamente, la niña la aceptó sin protestar.
~*~
-Mira, yo….-empezó Harry una hora más tarde, sentado en la salita de la Mansión, en un sofá justo enfrente de Snape.
-Potter- el otro hombre habló al mismo tiempo, sintiéndose extremadamente incómodo.
Ambos se quedaron sentados y parpadearon, mirándose en un incómodo silencio. Pasaron casi media hora en la misma posición.
-Oh, mierda- Severus finalmente rompió el ciclo-. Esto es ridículo- siseó, más para si mismo que para el Gryffindor sentado frente a él-. No debería sentirme incómodo en mi propia casa- el último comentario definitivamente lo hizo para su propio beneficio. Atrapó los ojos de Harry.
-Tratemos primero los temas más.…...imperativos, ¿te parece?- sugirió, sin preocuparse realmente por la respuesta. El adolescente asintió, permaneciendo en silencio-. Bien.
-Mira, Severus, esta mañana, cuando te besé.......
El Slytherin dejó escapar un bufido de risa.
-Más bien pensaría que la terrible experiencia relacionada con tu......condición hasta la otra noche sería más significativa que.......el incidente de esta mañana.
Los ojos verdes bajaron mientras Harry se ruborizaba.
-Lo siento, yo sólo.......
-No necesitas explicarme, Potter. Tocaremos ese tema cuando sea el momento.
-Correcto, lo lamento.
-Suficiente-. Severus suspiró, en realidad no quería discutir eso para nada-. En todo caso, sugiero que primero discutamos los detalles de tu embarazo y todas esas cosas....
Harry asintió una vez más.
-Ya conoces lo más importante- comenzó-. Yo soy uno de *esos* casos. Sin embargo, no lo supe hasta que era demasiado tarde. No le dije nada a nadie. Nadie excepto tú sabe lo de Callisto. Ella es la legítima heredera de Malfoy y Potter, aunque eso causará otro maldito escándalo cuando se publique- se encogió de hombros-. Y, oh sí, no tengo idea de lo que voy a hacer con ella en Hogwarts, ni sé que voy a hacer ni mucho menos adónde voy a ir después que me gradúe. No tengo madera para padre.....¿debería continuar?
Severus sacudió la cabeza.
-Siento que deberíamos contactar a Dumbledore.....
-¡NO!
-Potter, en este preciso momento no estoy de humor para discutir contigo.
-No puedo....-un suspiro-. Al hombre no le importa.
Las aristocráticas cejas se elevaron con sorpresa, algo que no ocurría con frecuencia.
-¿Disculpa? El Director Dumbledor venera el suelo por el que caminas, Potter. Éste es el tipo de información que definitivamente querrá escuchar.
-¿No te das cuenta? Ya no le soy de utilidad. Lo ayudé a vencer a Voldemort, hice lo que todos esperaban de mí. Y ahora, bueno, ya no me necesita. Ninguna maldita persona me necesita más- espetó, tratando de calmarse.
Snape puso los ojos en blanco.
-Melodramático- siseó-. Potter- quizás debería suavizarse un poco, después de todo el joven todavía estaba confundido y se alteraba fácilmente- Harry.....¿Eso es lo que piensas realmente? ¿Que el viejo tonto ignorará tu existencia simplemente porque ya no le eres útil?- El Gryffindor se rehusó a mirarlo y su silencio le dio la respuesta-. Estás profundamente equivocado. Eres como el nieto favorito para el viejo. Y te necesita, y no por esa única razón. Al igual que Callisto. Es tú hija y te amara sin importar lo que ocurra. Como tú indudablemente la amarás.
-Pero…..
-No hay peros que valgan, Harry. Y, acerca del asunto de qué vas a hacer con la niña cuando estés en Hogwarts, te puedo asegurar que habrá un montón de miembros del profesorado que te ofrecerán su ayuda. Meterán las narices donde no los llamen y probablemente te acosen, hasta que pongas la niña en sus brazos para observarla, arrullarla y hacer otros asquerosos despliegues similares.
Snape sonrió con satisfacción mientras el chico reía disimuladamente.
-Oh, así que ahora te ríes- comentó inexpresivo-. Pero te aseguro que no pasara mucho tiempo antes que estés golpeando a la puerta de mis aposentos suplicando por un poco de silencio y falta de simpatía.
El desafortunado comentario los regresó al incómodo silencio.
-Severus- se aventuró Harry finalmente-. Esta mañana, ya no estoy muy seguro de querer disculparme por eso.
El mago maduró sintió que se le caía la mandíbula, y luchó por cerrarla.
-Yo....
-Quiero decir, creo…….okey, *sé* que me siento atraído por ti.....-de nuevo las mejillas del joven mago se encendieron, pero no se atrevió a alejar la mirada. Se obligo a mantener el contacto visual. De todos modes, era demasiado tarde para retroceder-. Y, sí, sé que no es oportuno y está mal. Soy un estudiante, soy *tu* estudiante. Soy vente años más joven que tú. Tú y mi padre se odiaron en la escuela cuando tenías mi edad. Y además tengo un bebé de alguien por quien no tenía mayor interés que el de una amistad......Demonios, ya el hecho de que *tengo* un bebé es bastante malo....-se detuvo e inspiró profundamente-. Pero no importa cuanto trate de decirme a mi mismo que esto está mal. No importa cuántas veces me recuerde que no hay oportunidad entre nosotros.....-lanzó sus manos hacia el aire-. Diablos, Sev, cada vez que trato de auto-convencerme de que eres malvado, viejo, un cretino grasiento.....todo lo que deseo hacer es besarte otra vez.
Harry finalmente terminó su diatriba recuperando la respiración, contento de haber sacado todo de su pecho, mientras Severus permanecía en su asiento, completamente silencioso e inmóvil.
Harry Potter lo encontraba atractivo.
El pensamiento debería causarle repugnancia.
Debería hacerlo querer abofetear al Gryffindor.
Esto debería ser completa y totalmente ridículo.
Pero no lo era.
Y, en lugar de sentir rechazo o disgusto, Snape sentía algo mucho, MUCHO peor.
En realidad se estaba sintiendo alegre
Oh, dulce Merlín, tuvo que admitir internamente que se sentía atraído por Harry Potter.
El mundo se estaba acabando.
Bueno, eso o oficialmente se había vuelto loco.
Continuará….
Bueno chic@s hasta aquí el capítulo de hoy. Gracias a tod@s los que nos leen y confiamos en que les siga gustando la historia. Y les contamos que en el próximo capítulo caerán algunas murallas(aunque cierta muralla es más fuerte que la de Jericó, jeje). Besitos y hasta el viernes.
Ahora algo que nos encanta, contestar review
Ana Rickman: Tú si que conoces a nuestro querido Sevie, reaccionó tal cual pensabas y es que Severus es tannnn Severus. Y Harry no parece estar tan confundido. De hecho, es el que está más claro de los dos. Un Beso y te esperamos el viernes.
Txiri: Nos alegra que te guste la historia. Aún falta un poquito para ver que pasará en Hogwarts y cómo se las arreglará Harry, pero seguro te va a gustar. Pero primero hay otras cositas que arreglar. Besos.
Kmy Kusanagi: Sip, la diatriba de Harry estuvo estupenda, y es que al pobre le pasa de todo. Pero tienes razón, para ayudarlo tenemos ahí al chapulín colorado.....o mejor dicho a Severín. Ojalá y ya no te duelan tus muelitas. Besos y cuídate.
En el anonimato: Nos alegra que te esté gustando la historia y ya sabes, todos los viernes nos encuentras por aquí, te esperamos. Besos.
Annita69_Lupin-Black: como puedes ver ganó 'la parte consciente' o mejor dicho 'el miedo' de Severín, pero como ves, nuestro valiente Gryffindor sigue insistiendo. Y no se puede culpar a Harry por la explosión, es que al pobre le pasa de todo. Esperamos que todos tus exámenes y exposiciones hayan salido muy bien y gracias por seguir con nosotras. Besos.
Angie-SBM-: Si, la verdad es que ha sido muy complicado para Harry, pero no se deja amilanar y va al ataque. Y Severus.....pues es Severus, pero no te preocupes, ya caerá......de hecho, muy pronto. Besos y te esperamos el viernes.
Autora: Cha-Cha-Chica
Traductoras: Alima21
Capítulo 6
AMAR A ALGUIEN
Severus recuperó el control de sus pensamientos y acciones, apartando a Harry y mirándolo con el ceño fruncido.
-¡Potter!- espetó, mirando frenéticamente a izquierda y derecha, rezando a todas las divinidades que conocía para que nadie hubiera sido testigo de esa.....esa.....invasión de su espacio personal-. ¡En el nombre de Merlín! ¿Qué crees que estás haciendo?- demandó disgustado-. Primero te quejas de que no quieres lidiar con toda la atención que existe alrededor del Niño-Que-Vivió y al momento estás creando una escena que....- hizo un gesto con las manos como indicando que era un caso perdido antes de lanzarle otra mirada feroz-. Si esto es algún intento de arruinar mi reputación además de la tuya........
-¡NO!- exclamó el chico- Yo......yo.....yo...
-¡Por lo que más quieras, Potter, acaba con tu pueril tartamudeo y dame una respuesta directa!
Los verdes ojos se llenaron de lágrimas.
-No....no intentaba arruinarlo......yo no......tú.....esto fue.....
Severus estrecho su mirada aún más.
-Potter- le advirtió- no estoy de humor....
-¡No sé lo que *fue*! - Harry finalmente se quebró, enrojeciendo ferozmente y apartando la mirada-. Yo......¿podemos hablar sobre esto en otra parte?
El maestro de pociones tragó, en realidad no quería discutir.....*eso* en lo absoluto, todo lo que quería hacer en ese instante era embarcar a Harry y su prole directo hacia Dumbledore. Dejar que el viejo se encargara del nuevo problema esas Navidades. El llanto de un bebé, la pequeña Potter para ser más exactos, lo saco de sus frustrantes pensamientos y bajó la vista hacia ella.
La niña estaba en su carrito a un lado de Harry, retorciéndose incómoda, sus gemidos subiendo paulatinamente. Su padre estaba temblando, sin hacer ningún intento de levantar a la bebé ni de atender a sus necesidades.
Severus dejó escapar un suspiro de derrota.
-Bien- siseó, aunque rehusándose a encontrar su mirada con el chico y eligiendo, en cambio, ver a la disgustada bebé. La levantó, frunciendo el ceño al darse cuenta que necesitaba ser cambiada, y mejor si era pronto. Se obligó a mirar al Gryffindor-. Sugiero que te dirijas a Gringotts y retires suficiente dinero para cubrir las necesidades de la pequeña y cualquier otra cosa que planees comprar. Me reuniré contigo en el Caldero Chorreante en media hora- dicho esto, tomó el carrito de la bebé de manos del joven y caminó hacia el bar, capturando la atención de unos cuantos peatones.
En algún momento en el futuro podría volver la vista hacia este escenario y reír de buena gana, después de todo, no se veía todos los días a Severus Snape, el Extraordinario Imbécil Grasiento, marchando a través de la multitud que inundaba el barrio de compras con una llorosa bebé en brazos. Por supuesto, tampoco se vería en un futuro. De hecho, en ese momento estaba viviendo la humillación y para colmo de males, Harry Puñetero Potter había....*gah* ni siquiera podía pensarlo......lo había.......besado.
La nariz del aristocrático hombre se arrugó con aversión.
Harry Potter lo había besado. Y, aunque nunca *jamás* lo admitiría.…. él, maldita sea, también lo había disfrutado. Este pensamiento lo angustió. No sólo tenía veinte años menos, Harry era su estudiante. Su estudiante con un bebé. Involucrarse con Harry......complicaría las cosas *extremadamente*.
No que ya no estuvieran suficientemente enredadas.
Esto estaba equivocado. El beso había estado equivocado. Toda la maldita situación estaba equivocada. Y aún así, seguía pasando.
Regresando su atención al Caldero Chorreante, se encaminó hacia el bar, tratando de pasar desapercibido. 'Tratando' sería la palabra especial en esta oración. Después de todo llevaba una berreante, y más que ligeramente 'olorosa', bebé recién nacida en sus brazos. Silenciando los rostros interrogantes del resto de la clientela con una mirada de furia, se dirigió hacia el propietario.
-Profesor Snape- lo saludó Ton con alegría, habiendo decidido que en su trabajo la mejor manera de tratar con sus clientes era la política de 'no pregunto, no digo', incluso si se trataba de figuras tan importantes dentro de la sociedad-. ¿Qué puedo hacer hoy por usted?
Con incomodidad, Severus cambió a Callisto de posición mientras contestaba:
-Me preguntaba si podría usar una de sus habitaciones por unos minutos para resolver esto- pidió, señalando a la bebé con la cabeza.
-Por supuesto, señor- contestó Tom, guiándolo hacia las escaleras-. Por aquí, por favor- le mostró a Severus una habitación vacía al final del pasillo, deteniéndose para sonreír a la pequeña Potter- Es hermosa, si me permite decirlo.
Resistiendo la urgencia del decirle al hombre lo que *tenía* en la mente, el maestro de pociones se limitó a asentir.
-Mucho- le dio a Tom una tenue sonrisa-. Ahora, si no le importa....
El propietario del bar captó la indirecta y se excusó, mientras Severus se dirigía a la cama, colocando a Callisto cuidadosamente sobre ella. Sus ojos barrieron la sombría habitación con desprecio. Estaba casi seguro que no era lo bastante higiénica para cambiar en ella a un infante recién nacido, pero no tenía otra elección.
Prendió la chimenea con un golpe de varita, murmurando unos cuantos encantamientos extra de forma que la habitación se entibiara rápidamente, previniendo la posibilidad de que la niña atrapara un resfriado. Una vez que estuvo satisfecho de que la habitación era lo suficientemente cálida, removió la manta, revisó que todavía estuviera caliente, seca y limpia, y luego desabrochó el trajecito de Callisto
Suspirando, al darse cuenta que la niña se había manchado toda, sacó las mudas de ropa que había metido apresuradamente en los bolsillos de su túnica mientras salía de la casa, junto con algunos pañales. Buscó en el carrito de la bebé el recipiente con talco que había ocultado al fondo, antes de regresarlo a su tamaño original y volver con Callisto.
Convocó una tela húmeda del baño y aguantó la respiración. Esto no iba a ser divertido pero era necesario hacerlo.
Diez minutos más tarde Severus emergió de la habitación luciendo muy desaliñado. Pero al menos Callisto estaba limpia, cambiada, seca y caliente una vez más. La niña estaba cuidadosamente acostada en el carrito y profundamente dormida; algo que el maestro de pociones agradecía a los dioses mientras a grandes pasos bajaba resueltamente por las escaleras. Dirigiéndose nuevamente hacia Tom, le preguntó cuánto le debía por el uso del cuarto. El propietario se limitó a sacudir la cabeza con una sonrisa.
-No es nada- le dijo mirando a Callisto una vez más- Sólo diez minutos. No cuesta nada.
Murmurando su agradecimiento, Snape se alejó del posadero, eligiendo un asiento al fondo del bar, en las sombras, evitando las miradas interrogantes de los otros clientes. No mucho después, Harry entró al Caldero Chorreante e inmediatamente lo comenzaron a bombardear con aclamaciones, palmadas en la espalda y un chorro de preguntas. Sus ojos buscaron al maestro de pociones, quien apenas asintió a guisa de saludo y afirmación. El joven Gryffindor se despidió de sus fans antes de sentarse frente a Snape, mirando a la bebé, cuidando de no atraer mayor atención hacia la situación.
-Confío en que sacaste suficiente cantidad- empezó Severus sin mostrar ninguna emoción.
Harry asintió.
-Lo hice.
El hombre se levantó.
-Bien, vamos entonces- lanzó una mirada no impresionada alrededor del establecimiento-. Dudo que esta atmósfera sea buena para que tú....-captó la mirada suplicante de Harry y suspiró-.....la pequeña Callisto esté aquí.
A esto siguió otro asentimiento de reconocimiento del joven, antes de que se levantara a su vez, caminando casi hombro con hombro con el maestro de pociones. Era apenas unas pulgadas más bajo, pero cuando Severus se empinaba como señal de rechazo o utilizándolo como táctica de intimidación, su diferencia de altura parecía de varios pies.
Abandonaron el bar, Severus conduciendo el carrito de la bebé que seguía en sus manos y Harry arrastrándose tras él sintiéndose casi miserable. Su mente seguía hilando. Había *besado* a su profesor. Y no sólo un profesor....*¡SNAPE!*. Seguro, el hombre no era ni de cerca tan horrible como trataba de proyectar, pero eso todavía era........equivocado.
Harry cerró con fuerza los ojos mientras la voz en su cabeza seguía burlándose de él repitiendo "pero se siente tan bien".
No. No podía. Aunque *estuviera * atraído por el hombre maduro, lo cual no sucedía ¿cierto?, la posibilidad de que algo pasara entre ellos, bien, era completamente absurda.
Lo peor de todo esto es que había estado reparando su amistad arruinada con el hombre y luego iba y hacía que todo volviera a ser extraño y poco natural nuevamente, ¡todo por un maldito beso!¡Hablando de masoquismo esto era lo máximo! Parecía vivir para recibir toda clase de castigos, viendo como todo lo que hacía le generaba alguna forma de dolor.
-¡Potter!- el Slytherin que había dominado sus pensamientos los últimos minutos gruñó, justo antes de que se topara con la espalda del hombre.
Harry tropezó un par de pasos, sonrojándose torpemente.
-Lo siento- murmuró- Sólo estaba.......pensando.....
Snape puso los ojos en blanco.
-Parece que últimamente haces eso con bastante frecuencia- comentó con voz monótona, aunque establecía una obvia relación con la última vez que Harry se había separado. Esto había acabado en la reunión de sus labios......bien.......ninguno de los dos quería dar vueltas a ese asunto justo ahora.
Ni en ningún momento, en opinión de Severus.
-Sí, bien, ¿tenía que empezar en algún momento, no?- replicó el joven, tratando de aliviar el humor entre ellos. Su intentó resultó ser vano.
-Suficiente.
Esta se estaba convirtiendo rápidamente en la ruta de escape de Severus; esa palabra. Cada vez que quería evitar una discusión, simplemente se deslizaba dentro de su cruel y un tanto sarcástica resolución y restaba importancia a todo con esa sola sílaba.
Harry frunció el ceño, reconociendo la táctica, pero decidió seguir el juego de su profesor de pociones durante las próximas horas. Obedecería y prestaría meticulosa atención a cualquier cosa que dijera mientras ellos, o mejor dicho, él, realizaba las compras, para evitar futuras discusiones. En todo caso, no necesitaba más atención dirigida a su persona. Además, era mejor mantener a Severus de un relativo buen, o al menos imparcial, humor, hasta que regresaran a la Mansión. *Luego* podrían enfrentar cualquier tema que fuera necesario.
Y con eso, Harry Potter siguió a Severus Snape por el Callejón Diagon e incluso por el Londres muggle, comprando una variedad de objetos de bebé y algunos obsequios de Navidad de último minuto.
~*~
Aparecerse de regreso en la Mansión había sido fácil para el joven, mientras sus pensamientos estaban demasiado nublados con la toma de conciencia de lo que significaba la paternidad....que era en lo que había estado pensando durante su viaje de compras.
Severus, sin embargo, encontró esto más incómodo. Su mente corría con los pensamientos de lo que Potter y él aún tenían pendiente por discutir. Lo que le *había* prometido que discutirían. Sus bolsillos estaban hundidos bajo el peso de sus compras, mágicamente encogidas, sí, pero aún así increíblemente pesadas, y en sus brazos sostenía al hombre que había originado todo este problema........y la bebé de ese hombre.
Cómo había logrado enfocarse apropiadamente para alcanzar la seguridad del hogar estaba más allá de su comprensión.
Sin embargo, viendo que se las *había* arreglado para que ninguno de ellos sufriera ningún daño, al final no le preocupó.
-Correcto- empezó el hombre maduro, soltando a Potter de forma que sus pies se posaran sobre tierra firme-. Antes que nada vamos a establecer una ubicación provisional para colocar el equipo de guardería de tu hija.
-¿Y dónde será?- Harry trató de ignorar la ligera punzada en su pecho cuando Severus utilizó la palabra 'provisional'.
El maestro de pociones suspiró.
-¿Tu habitación? Creo que es más fácil si la tienes tan cerca como sea posible, por razones de acceso a la pequeña y cosas así. Sentido común, en realidad.
Harry asintió.
-Sí, es bastante lógico.
Con un sutil giro de sus ojos, Severus se giró y entró en la casa de familia, subió la grandiosa escalera de caracol y llegó a la salita de la habitación de Harry. Una vez allí, extrajo todos los paquetes de sus bolsillos y los colocó en el piso. Moviendo su varita sobre ellos, y murmurando el encantamiento correcto, observó mientras los juguetes, pañales, ropas, accesorios para cambiarla y muebles pre-ensamblados se agrandaban. Luego, por medio de levitación colocó cada cosa en la posición apropiada en la habitación, antes de girarse hacia Harry.
-La segunda tarea en nuestra agenda, o mejor dicho en tu agenda, es alimentar y cambiar a tu niña, y ponerla a descansar en su cuna mientras discutimos.......- buscó la palabra apropiada mientras los verdes ojos se clavaban en él con expectación- ......todo- finalizó, de forma poco convincente, antes de abandonar la habitación con su habitual estilo dramático.
Harry se quedó con la mirada fija detrás de él; colocó a Callisto (aún acostada en su cuna portátil) sobre su nueva tabla de cambio, antes de buscar la fórmula ya preparada. Calentándola mágicamente a la temperatura adecuada se la alcanzó a la bebé, aún con cierta torpeza, y acercó la tetina a sus labios.
Esta vez, sorpresivamente, la niña la aceptó sin protestar.
~*~
-Mira, yo….-empezó Harry una hora más tarde, sentado en la salita de la Mansión, en un sofá justo enfrente de Snape.
-Potter- el otro hombre habló al mismo tiempo, sintiéndose extremadamente incómodo.
Ambos se quedaron sentados y parpadearon, mirándose en un incómodo silencio. Pasaron casi media hora en la misma posición.
-Oh, mierda- Severus finalmente rompió el ciclo-. Esto es ridículo- siseó, más para si mismo que para el Gryffindor sentado frente a él-. No debería sentirme incómodo en mi propia casa- el último comentario definitivamente lo hizo para su propio beneficio. Atrapó los ojos de Harry.
-Tratemos primero los temas más.…...imperativos, ¿te parece?- sugirió, sin preocuparse realmente por la respuesta. El adolescente asintió, permaneciendo en silencio-. Bien.
-Mira, Severus, esta mañana, cuando te besé.......
El Slytherin dejó escapar un bufido de risa.
-Más bien pensaría que la terrible experiencia relacionada con tu......condición hasta la otra noche sería más significativa que.......el incidente de esta mañana.
Los ojos verdes bajaron mientras Harry se ruborizaba.
-Lo siento, yo sólo.......
-No necesitas explicarme, Potter. Tocaremos ese tema cuando sea el momento.
-Correcto, lo lamento.
-Suficiente-. Severus suspiró, en realidad no quería discutir eso para nada-. En todo caso, sugiero que primero discutamos los detalles de tu embarazo y todas esas cosas....
Harry asintió una vez más.
-Ya conoces lo más importante- comenzó-. Yo soy uno de *esos* casos. Sin embargo, no lo supe hasta que era demasiado tarde. No le dije nada a nadie. Nadie excepto tú sabe lo de Callisto. Ella es la legítima heredera de Malfoy y Potter, aunque eso causará otro maldito escándalo cuando se publique- se encogió de hombros-. Y, oh sí, no tengo idea de lo que voy a hacer con ella en Hogwarts, ni sé que voy a hacer ni mucho menos adónde voy a ir después que me gradúe. No tengo madera para padre.....¿debería continuar?
Severus sacudió la cabeza.
-Siento que deberíamos contactar a Dumbledore.....
-¡NO!
-Potter, en este preciso momento no estoy de humor para discutir contigo.
-No puedo....-un suspiro-. Al hombre no le importa.
Las aristocráticas cejas se elevaron con sorpresa, algo que no ocurría con frecuencia.
-¿Disculpa? El Director Dumbledor venera el suelo por el que caminas, Potter. Éste es el tipo de información que definitivamente querrá escuchar.
-¿No te das cuenta? Ya no le soy de utilidad. Lo ayudé a vencer a Voldemort, hice lo que todos esperaban de mí. Y ahora, bueno, ya no me necesita. Ninguna maldita persona me necesita más- espetó, tratando de calmarse.
Snape puso los ojos en blanco.
-Melodramático- siseó-. Potter- quizás debería suavizarse un poco, después de todo el joven todavía estaba confundido y se alteraba fácilmente- Harry.....¿Eso es lo que piensas realmente? ¿Que el viejo tonto ignorará tu existencia simplemente porque ya no le eres útil?- El Gryffindor se rehusó a mirarlo y su silencio le dio la respuesta-. Estás profundamente equivocado. Eres como el nieto favorito para el viejo. Y te necesita, y no por esa única razón. Al igual que Callisto. Es tú hija y te amara sin importar lo que ocurra. Como tú indudablemente la amarás.
-Pero…..
-No hay peros que valgan, Harry. Y, acerca del asunto de qué vas a hacer con la niña cuando estés en Hogwarts, te puedo asegurar que habrá un montón de miembros del profesorado que te ofrecerán su ayuda. Meterán las narices donde no los llamen y probablemente te acosen, hasta que pongas la niña en sus brazos para observarla, arrullarla y hacer otros asquerosos despliegues similares.
Snape sonrió con satisfacción mientras el chico reía disimuladamente.
-Oh, así que ahora te ríes- comentó inexpresivo-. Pero te aseguro que no pasara mucho tiempo antes que estés golpeando a la puerta de mis aposentos suplicando por un poco de silencio y falta de simpatía.
El desafortunado comentario los regresó al incómodo silencio.
-Severus- se aventuró Harry finalmente-. Esta mañana, ya no estoy muy seguro de querer disculparme por eso.
El mago maduró sintió que se le caía la mandíbula, y luchó por cerrarla.
-Yo....
-Quiero decir, creo…….okey, *sé* que me siento atraído por ti.....-de nuevo las mejillas del joven mago se encendieron, pero no se atrevió a alejar la mirada. Se obligo a mantener el contacto visual. De todos modes, era demasiado tarde para retroceder-. Y, sí, sé que no es oportuno y está mal. Soy un estudiante, soy *tu* estudiante. Soy vente años más joven que tú. Tú y mi padre se odiaron en la escuela cuando tenías mi edad. Y además tengo un bebé de alguien por quien no tenía mayor interés que el de una amistad......Demonios, ya el hecho de que *tengo* un bebé es bastante malo....-se detuvo e inspiró profundamente-. Pero no importa cuanto trate de decirme a mi mismo que esto está mal. No importa cuántas veces me recuerde que no hay oportunidad entre nosotros.....-lanzó sus manos hacia el aire-. Diablos, Sev, cada vez que trato de auto-convencerme de que eres malvado, viejo, un cretino grasiento.....todo lo que deseo hacer es besarte otra vez.
Harry finalmente terminó su diatriba recuperando la respiración, contento de haber sacado todo de su pecho, mientras Severus permanecía en su asiento, completamente silencioso e inmóvil.
Harry Potter lo encontraba atractivo.
El pensamiento debería causarle repugnancia.
Debería hacerlo querer abofetear al Gryffindor.
Esto debería ser completa y totalmente ridículo.
Pero no lo era.
Y, en lugar de sentir rechazo o disgusto, Snape sentía algo mucho, MUCHO peor.
En realidad se estaba sintiendo alegre
Oh, dulce Merlín, tuvo que admitir internamente que se sentía atraído por Harry Potter.
El mundo se estaba acabando.
Bueno, eso o oficialmente se había vuelto loco.
Continuará….
Bueno chic@s hasta aquí el capítulo de hoy. Gracias a tod@s los que nos leen y confiamos en que les siga gustando la historia. Y les contamos que en el próximo capítulo caerán algunas murallas(aunque cierta muralla es más fuerte que la de Jericó, jeje). Besitos y hasta el viernes.
Ahora algo que nos encanta, contestar review
Ana Rickman: Tú si que conoces a nuestro querido Sevie, reaccionó tal cual pensabas y es que Severus es tannnn Severus. Y Harry no parece estar tan confundido. De hecho, es el que está más claro de los dos. Un Beso y te esperamos el viernes.
Txiri: Nos alegra que te guste la historia. Aún falta un poquito para ver que pasará en Hogwarts y cómo se las arreglará Harry, pero seguro te va a gustar. Pero primero hay otras cositas que arreglar. Besos.
Kmy Kusanagi: Sip, la diatriba de Harry estuvo estupenda, y es que al pobre le pasa de todo. Pero tienes razón, para ayudarlo tenemos ahí al chapulín colorado.....o mejor dicho a Severín. Ojalá y ya no te duelan tus muelitas. Besos y cuídate.
En el anonimato: Nos alegra que te esté gustando la historia y ya sabes, todos los viernes nos encuentras por aquí, te esperamos. Besos.
Annita69_Lupin-Black: como puedes ver ganó 'la parte consciente' o mejor dicho 'el miedo' de Severín, pero como ves, nuestro valiente Gryffindor sigue insistiendo. Y no se puede culpar a Harry por la explosión, es que al pobre le pasa de todo. Esperamos que todos tus exámenes y exposiciones hayan salido muy bien y gracias por seguir con nosotras. Besos.
Angie-SBM-: Si, la verdad es que ha sido muy complicado para Harry, pero no se deja amilanar y va al ataque. Y Severus.....pues es Severus, pero no te preocupes, ya caerá......de hecho, muy pronto. Besos y te esperamos el viernes.
