Escapology
Autora: Cha-Cha-Chica
Traductoras: Alima21
Capítulo 7
REVOLUCION
-¿Sev?- repitió Harry al otro hombre, quien estaba haciendo una increíble imitación de una estatua-. ¿Severus? Mira, no voy a lanzarme nuevamente sobre ti si eso es lo que estás pensando (aunque el pensamiento era atractivo) -. Sólo....sólo quería sacar esto de mi pecho, ¿sabes? Probar que *puedo * hacer algo de manera adulta y hablar de lo que me está haciendo pedazos- suspiró-. Sé que debería haber hablado contigo, o al menos con alguien, cualquiera, acerca de mi embarazo.......pero estaba confundido y temía hacer el ridículo. Igual que ahora........
Los oscuros ojos ascendieron de golpe ante la confesión.
-¿Ridículo?- preguntó finalmente Snape, una pequeña sonrisa formándose en sus labios-. No soy alguien que se burlaría de ti por tu.. gusto por los hombres, Pot.....Harry. Aunque, debo decir ..... es un poco......difícil.....de entender.
Un bufido escapó del joven.
-¿Me lo dices a mí? *Soy* el primero en admitirlo. Quiero decir *yo*, el niño de oro de Gryffindor... atraído por el cabeza de Slytherin, llevando un niño del príncipe......
Los verdes ojos se llenaron repentinamente de dolor.
-Nunca nada sobre mí o mi vida se ha semejado ni por asomo a algo 'normal' ¿verdad?- le preguntó quedamente-. Un niño que derrotó al Señor Oscuro, un muchacho obligado a crecer en una alacena, un joven que quedó embarazado a los dieciséis......por otro hombre. Soy un Gryffindor con una obsesión por los Slytherins- bajó la mirada con tristeza-. Vernon tenía razón. Soy y siempre seré un monstruo.
Severus sacudió la cabeza, consciente de que estaba a punto de cometer lo que probablemente sería el mayor error de toda su existencia. Sabía que Harry había tenido una niñez infernal, así que el comentario de la alacena no lo desconcertó en lo más mínimo.
-Harry, mírame- ordenó, aunque su tono era gentil-. En el mundo mágico hay muchas variaciones de la noción de 'normalidad'. Y con todo, siempre serás único. Siempre serás diferente de los demás. Esto es quizás lo más encantador y al mismo tiempo lo más irritante de ti.
Harry lo miró confuso, logrando que el otro sonriera. No una sonrisa de satisfacción ni una sonrisita. Una sonrisa. La cual sólo pareció confundir aún más al joven.
-No te voy a mentir diciéndote que no te encuentro atractivo porque, aunque me duela admitirlo, lo hago- hubo un momento de tenso silencio entre ellos, mientras le permitió a Harry procesar lo que le estaba diciendo. Suspiró-. Sin embargo, tal y como señalaste, probando que no eres una causa completamente perdida, hay demasiadas razones por las que *nosotros* no podemos, ni podremos, funcionar.
El joven miró a lo lejos, esperando que Severus no viera el dolor y la derrota en sus ojos.
-Lo sé.
El tono de Harry era plano y sin vida y esto provocó un extraño sentimiento de culpa en el hombre mayor. No deseaba otra cosa que tomar al Gryffindor en sus brazos y consolarlo murmurándole que todo resultaría bien. Pero no podía hacer eso. No podía hacer caso a la voz en su cabeza que le suplicaba que diera una oportunidad a esa posible relación y besara al joven hasta perder el sentido.
Pero, cuantas veces había ignorado la voz de su cabeza y sufrido amargamente por ello después.
En realidad, demasiadas veces para su gusto personal.
Severus tragó con dificultad y se adelantó.
-Harry- comenzó, atrapando con sus ojos la mirada del joven, dudando si extender su mano-. Yo......
Ambos hombres se apartaron bruscamente y levantaron la vista en dirección a la habitación de Harry, donde la bebé había evidentemente despertado, Severus no sabía si sentirse aliviado por la interrupción o extremadamente frustrado. Harry, al parecer, había elegido lo último.
El adolescente se levantó.
-Bien, parece que el encantamiento de monitor está funcionando....
Severus asintió, evitando la mirada de Harry.
-Aparentemente así es. Es tranquilizador saber que has adquirido talento al menos en un tema....
-Muy gracioso- comentó Harry inexpresivo, con una mirada que rivalizaba con la del propio Severus-. De veras.
Los ojos de obsidiana vagaron sobre los verdes con diversión.
-Eso pensé.
Los gritos estaban aumentando y Harry finalmente se alejó un paso.
-Voy a ir a.......-hizo un gesto hacia la habitación. Severus asintió. El Gryffindor caminó hacia las escaleras y miró hacia atrás-. *Vamos* a hablar apropiadamente, Sev- agregó, sintiéndose más confiado de lo que había estado en meses, antes de girarse y contonearse en dirección a su hija.
De repente, las cosas parecían mejorar nuevamente.
~*~
-Shhhh- probó Harry, una vez en su habitación- Todo está bien.....aquí estoy.....
Callisto continuó gritando, pero esta vez su padre no se perturbó. Iba a probarse a si mismo, de una vez por todas. La determinación era clara en su voz y la vibración autoritaria fue funcionando lentamente, asombrándole el modo en que la bebé respondía a él.
Poco a poco, mientras Harry pronunciaba palabras sin sentido para ella, la pequeña pareció calmarse; el patrón de lamentos se convirtió en llanto, luego en sollozos y por fin en débiles hipidos ante el joven padre. Lentamente el chico se estaba acostumbrando a esto.
Desde su solemne posición en la sala de estar, Severus escuchó todo a través del encantamiento monitor que Potter obviamente había olvidado desactivar, una pequeña sonrisa jugueteando en sus labios. A pesar de si mismo, no podía evitar sentir que esto era lo que estaba comenzando a ser su vida. Y eso lo asustó. Si Callisto no se hubiera despertado en ese momento.......se encogió al pensar en lo que podría, no, en lo que *habría* hecho. Harry todavía estaba en un estado emocional muy inestable, y el mismo Severus no estaba seguro de sus propios sentimientos.
Sí, se sentía atraído por el joven. Sí, lo haría feliz, quizás *demasiado* feliz, doblar al Gryffindor sobre una mesa y darse gusto con él. Pero era algo más profundo que eso.
Había dejado conocer a Harry información sobre él que nadie más sabía. Le había confiado esa información. Y no podía evitar sentirse privilegiado de que Harry le hubiera confiado sus propios asuntos.
Luego estaba el hecho de que ahora era más consciente de que ayudaba a criar a la hija de Harry. Había estado ahí cuando nació, la había cuidado, se habían vinculado con sus unilaterales discusiones sobre pociones......incluso había supervisado las compras de las cosas que necesitaba.
Maldita sea, estaba creciendo su apego a la bebé.
Y sí, también estaba creciendo su cariño hacia su padre.
Nuevamente, la comprensión lo asustó.
No podía permitir que esos sentimientos progresaran. Tampoco podía permitir que Potter continuara sintiendo......lo que fuera que sentía por él.
Pero, no podía obligarse a si mismo a eliminar una posibilidad.......
Demonios, esto era tan torturante. Había estado sólo, en el sentido romántico, por demasiado tiempo, pero era un error que empezara a ser egoísta justo ahora. Sin embargo, la diferencia entre 'correcto' y 'equivocado' se podía ir a la mierda. Por primera vez le gustaba toda su vida, y Severus Snape resolvió ser egoísta por una vez.
~*~
Los siguientes dos días fueron incómodos para los dos hombres, se evitaban uno al otro la mayoría del tiempo, sólo hablando sobre Callisto y aclarando qué era exactamente lo que iban a explicar a la gente una vez que regresaran a Hogwarts.
Al menos Harry estaba comenzando a aceptar el hecho de que Dumbledore debería conocer toda la verdad, aunque, para ser sinceros, no le gustaba mucho la idea. Parecía estar intentando responsabilizarse de sus acciones y estaba determinado a aceptar las consecuencias de las mismas, cualesquiera que fueran.
Aunque, eso podía ser debido a la aparente reticencia de Severus (aunque obviamente estaba dispuesto) para apoyar al joven padre a través de tan difícil experiencia.
Para Harry, la mañana de Navidad comenzó del mismo modo que los últimos días. Despertarse por los gritos de su hija, alimentarla, cambiarla, vestirla, y luego bajar a desayunar, donde Severus y él evitaban cualquier conversación. Sin embargo, el hombre mayor quería consentir a la bebé, aunque no estaba dispuesto a admitirlo.
Esa mañana, sin embargo, Harry se paró en lo alto de la escalera y se quedó ahí, mirando fijamente. En la sala de estar se encontraba un enorme árbol de Navidad, profusamente decorado; uno que no estaba ahí la noche anterior. Bajo éste se apilaba un montón de regalos.
-Deja de mirar boquiabierto, Potter, y muévete- se oyó la voz del maestro de pociones detrás de él, sacándolo de su estupor. Entonces dio la vuelta sobre si mismo.
-Esto.....-logro decir-.... ¿tú.....tú hiciste esto....?
Esa sonrisa que era su marca personal apareció en el rostro de Snape y se encogió ligeramente de hombros.
-Con la ayuda de unos cuantos elfos domésticos, sí.....-contestó, extendiendo los brazos y tomando a la bebé sin que Harry casi lo notara. Acunándola en el pliegue del codo de su brazo izquierdo, hizo un gesto con su mano derecha hacia el árbol-. Adelante, entonces. No pase todo este trabajo sólo para que te quedaras mirando boquiabierto la maldita cosa.
La cabeza de Harry todavía daba vueltas mientras obedecía. Caminando con piernas que de repente parecían de goma, avanzó hacia el árbol y se arrodilló a inspeccionar los regalos. Había presentes de Hermione, los Weasley, Remus.....sus dedos se cernieron sobre ese, un seco sollozo escapando de sus labios, Sirius obviamente lo había enviado; después de todo, Remus había muerto en la batalla, junto con Ginny Weasley y otros aurores.
Sí, probó que estaba en lo correcto cuando leyó la carta de Sirius. Aparentemente, Remus había adquirido el regalo muchos meses antes, pues siempre se había destacado por ser el más lógico, 'siempre preparado', Merodeador.
El-Niño-Que-Vivió cerró los ojos, preguntándose cómo tomaría su Padrino la noticia de su hija. El juicio para la liberación oficial del animago se efectuaría pronto y Harry le contaría todo después de eso. Sin importar las consecuencias.
Los últimos regalos, una vez su atención regresó al árbol, sorprendieron al Gryffindor. Había varios para Callisto y uno para él......todos de parte de Severus.
Giró en redondo, enfrentándose al profesor de pociones, tragando con fuerza.
-Yo......tú.......yo.....
-Tan intelectual como siempre, por lo que veo- el comentario fue pronunciado en un formato asombrosamente estoico, aunque Severus definitivamente no era tan intimidante cuando tenía un infante intentando succionar sus dedos.
Harry enrojeció vivamente.
-Gracias.
-De nada.....Harry- el hombre frunció el ceño-. Ahora abre las malditas cosas.
El joven rió ligeramente, sacudiendo la cabeza.
-No todavía.
Los negros ojos se estrecharon.
-¿Por qué no?
Las mejillas de Harry se encendieron y miró sus pies.
-No..no te compre un regalo......En realidad no pensé que tendría oportunidad de entregártelo....- su mirada se engarzó con la del profesor de pociones-. Y no es correcto que yo abra esos y tú ninguno.....
-Oh, te aseguro que también hay un par de presentes para mí- contestó Severus, con su inusitada sonrisa-. Sin importar lo que los estudiantes puedan pensar, *estoy* en términos amistosos con algunos miembros de la sociedad.
-Exactamente- replicó Harry, intentando imitar la habitual forma de respuesta del hombre mayor.
Esto le ganó una risa ligera que envió un escalofrío a lo largo de su espina dorsal. Raramente había sido receptor de una verdadera risa de parte del maestro de pociones. La voz del hombre era profunda y aterciopelada, y sonaba casi como un ronroneo en el volumen apropiado.
La imagen de Snape ronroneando fue demasiado para el Gryffindor, y se unió a la ligera risa del hombre.
El día avanzó mientras los hombres disfrutaban su mutua compañía, reconstruyendo la confianza y camaradería que una vez habían compartido. Silencios incómodos y momentos de tensión los atraparon con bastante frecuencia ante el conocimiento de que se sentían atraídos uno por el otro y ambos estaban atemorizados por las posibilidades de esto, que parecía que los hundía a ambos.
-Esto es ridículo- exclamó Harry finalmente, luego de un nuevo comentario banal-. Estoy enfermo y cansado de andar de puntillas en... todo- parecía furioso, más contra si mismo que contra alguien más-. Okey, pude haber sido un poco más sutil en el modo que manejé mis sentimientos.... Pero, de verdad, encuentro difícil creer que soy la primera persona que va y te besa, sólo diciendo 'hey, sí, te encuentro increíblemente atractivo'
Severus arqueó una ceja.
Harry cruzó sus brazos, imitando al hombre mayor.
-Y tú, definitivamente no eres el primero en admitir que me encuentras atractivo- frunció el ceño- Y ni siquiera pienses que esto se trata de mi ego, sólo estoy estableciendo un hecho.
-Potter....
El joven estaba a pulgadas de él.
-Y, ¿sabes qué?, no pienso creerte cuando insistes en que nada puede pasar entre nosotros.
Severus ahora estaba frunciendo el ceño.
-Potter, ya dije....
-Bien, no *quiero* creerlo- era claro que el adolescente no iba a retroceder-. Es decir, yo te atraigo y tú me atraes......¿no es eso todo lo que debería contar?
-No, no lo es.
-¿Qué?
Harry se veía herido y Severus estaba nuevamente lleno del extraño instinto de aferrarlo y arreglar todo. Sacudió la cabeza.
-Potter.....Harry, hay demasiadas complicaciones....
-¡Al carajo con las complicaciones, Sev!- el joven saltó sobre sus pies, sus labios formando un tenue puchero de indignación-. Nada es simple siempre. Tú me lo dijiste.
-Toda esta situación es diferente- vino el argumento.
-¡Me importa un bledo!- Harry agitó sus brazos en derredor, señalando las decoraciones que rodeaban el salón, y el papel de regalo descartado en el suelo, y el árbol en el medio de la habitación-. Todo esto, Sev, no es algo que harías a menos que hubiera una oportunidad....
-¿Para qué, Potter?- gruñó el maestro de pociones-. ¿Tú y yo? Por favor. ¿No crees que pueda ser agradable por otra razón que beneficiar a mi vida amorosa?- resopló con burla-. ¿Nunca se te ocurrió el pensamiento de que en realidad estuviera intentando ofrecer a ti y a tu hija una Navidad relativamente acogedora y nada más?
Harry se congeló, redescubriendo un lado de Severus Snape con el cual había estado en contacto por largo tiempo.
El hombre maduro continuó, elevándose sobre sus pies, encumbrándose sobre el Gryffindor.
-¿Eres tan ingenuo que crees que yo simplemente saltaría sobre tu cama, justo cuando acabas de dar a luz un niño, cuyo padre era otro de mis estudiantes?- se mofó-. Tienes mucho que aprender, muchacho. Sólo porque eres famoso no quiere decir que el mundo entero deba estar a tus pies.
Eso lo logró.
El labio inferior de Harry comenzó a temblar mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
-Lo lamento.....- contestó, la voz espesa por la emoción-. Yo no asumí......yo....- tragó y se giró, antes de correr escaleras arriba hacia su habitación, las lágrimas derramándose por sus mejillas.
Severus hizo un rictus al observar al joven correr al tiempo que se hundía en el sofá. Enterró la cabeza entre las manos. Definitivamente, ésta no era la forma como había imaginado el final del día. Por supuesto, algunas de sus retorcidas predicciones para esa noche habían sido más....er..... excitantes, por usar un eufemismo que difícilmente daba crédito a lo que había imaginado.
Pero no, esa pequeña escena definitivamente había estado muy distante de cualquier conversación que habría deseado tener con el Gryffindor, y no podía evitar sentir un poco de ansiedad sobre el modo en que se comportarían los próximos días.
Oh, ¿por qué había sido tan despiadado? ¿Por qué no había respondido a los avances del joven con un poco más de humanidad?
Porque se comportaba como un sádico y un masoquista cuando lo presionaban, por eso.
Severus tragó. En ese momento, no quería otra cosa que revolcarse en la auto-compasión. Para cavilar sobre sus errores actuales y no hacer una maldita cosa para cambiar la situación en modo alguno. Naturalmente, no iba a ser recompensado con esa vanidad, cuando Callisto comenzó a llorar, al ser consciente de la furiosa discusión y capturar la energía negativa de la habitación.
Frunció el ceño y se acercó a la cuna de mimbre donde había colocado a la niña. Se detuvo por un momento, sólo para observar como los brazos de la pequeña se agitaban, aquellas pequeñas manos intentando atrapar el aire. Ella estaba, a pesar de su naturaleza ruidosa, afianzándose sobre el maestro de pociones, y el pensamiento de que no estaría más que otra semana a su cuidado, por así decirlo, lo perturbó.
-Oh, ven acá..-murmuró, alzándola y acunándola cuidadosamente contra su pecho-. Jovencita, tú vas a ser la fuente de un montón de confusión en unos días- le informó, intentando calmar sus nervios. Empezó a caminar mientras le hablaba-. Tu padre será sometido a una gran cantidad de preguntas, y el Director querrá mi cabeza en un plato por no informarle de inmediato....- sonrió con cansancio-. Y tú no entiendes nada de esto... porque tú, mi querida, estarás en el proceso de pasar de mujer a mujer en esa maldita escuela- resopló-. Habladurías de la villa, serás. De todo el mundo mágico, en realidad. De tal padre, tal hija, supongo.
Ella le parpadeó, sus pequeños puños apretando su camisa.
-Sólo no dejes que la fama se te suba a la cabeza. Odiaría verte convertida en otro Lockhart. O peor, Britney Spears- tembló ante eso. Pequeña bruja. Sin nada de talento, en absoluto. Había tenido la desgracia de enseñarle unos pocos años atrás, cuando un colegio Americano necesitó un sustituto para el profesor de pociones......sonrió-. Al parecer fui la única persona en esa escuela con la que fallaron sus técnicas de manipulación....¿Tienes idea de la cantidad de multas que ha tenido que darle el Ministerio por mal uso de la magia en una comunidad muggle supuestamente indefensa? No......supongo que no.
Suspiró. Mientras hablaba la pequeña se había vuelto a dormir. Parecía ser la única persona del planeta que tenía la audacia de quedarse dormida mientras Severus Snape estaba hablando. El pensamiento le hizo sonreír. Levantó la vista y se dio cuenta que estaba parado fuera de la habitación de Potter.
Bueno, eso era *brillante*, ¿cierto?
El maestro de pociones tomó una profunda bocanada de aire. En todo caso, en algún momento tenía que arreglar las cosas con el joven. Y, como esos desagradables optimistas decían, mientras más pronto, mejor. Levantó su mano libre y golpeó ligeramente la madera.
-¿Qué?- vino la réplica-. ¿Vienes a humillarme más? ¿Vienes a machacar aún más la fuerza de voluntad del Niño-Que-Se-Rehusó-A-Morir?
Severus suspiró, y empujó la puerta abriéndola.
-Contrario a la creencia popular, tengo conciencia y tengo corazón, y vine a disculparme. No debería haberte respondido así.
Harry levantó la mirada sorprendido, mientras Severus colocaba a Callisto en su cuna.
-Mira, Severus.....
-¿Vas a permitir que me humille apropiadamente o no?
A pesar de si mismo, el joven esbozó una pequeña sonrisa.
-Adelante, entonces.
Mirando a Harry directamente a los ojos, Severus descruzó los brazos y comenzó.
-Me disculpo por no haber manejado la situación todo lo bien que pude haberlo hecho- el joven inclinó la cabeza a la espera de explicaciones adicionales. Demonios, en verdad estaba disfrutando esto-. Y me disculpo por haber sido deliberadamente cruel.
Harry todavía esperaba algo más. ¿Qué era lo que quería escuchar? ¿Que Severus estaba equivocado? ¿Qué admitiera la derrota? Por las bolas de Merlín, eso sí que no lo haría.
Severus apartó la mirada.
-Y, supongo que..... podría....estar errado sobre......algunas.......cosas.
Una sonrisa cruzó el rostro del Gryffindor.
-¿Cómo cuáles?
Oh, Merlín, no. No iba a permitir ser presionado de esa forma.
-Harry, no puedo.......
Los verdes ojos lo miraron resplandecientes.
-¿Cómo cuáles, Profesor Snape?- pronunció el joven, pudiendo controlar con éxito la autoridad entre ellos, al menos por unos minutos. No sabía cuanto tiempo tendría el poder ni le importaba realmente. Iba a usar lo mejor de sus habilidades, antes que todo regresara a la normalidad.
Severus tragó, tratando de mantener su dignidad y resolución.
-Como, señor Potter, el hecho de que eres un niño......
-¿Y?
-¡Y...pienso que esto es una completa locura!- espetó finalmente-. Lo siento, Harry, pero existen límites.....
-Lo sé. Es sólo que......- Harry se hundió de nuevo en la cama-. ¿Sabes? la verdad es que me gustaría que algo fuera fácil para mí. Sólo una vez. Quiero decir, tú acostumbras utilizar mi fama en mi contra, usando el razonamiento de que fui El-Niño-Que-Vivió y por eso consigo todo lo que quiero.....pero, bien, sabes que eso no es verdad.....
Tentativamente, Severus se sentó a su lado.
-Eso no viene al caso, ¿no es así? No es útil hacer hincapié en lo imposible.
-Gracias- replicó Harry -. Sabes, si quisiera escuchar algo críptico, cliché y para nada útil, podría haber ido a hablar con Dumbledore.
Severus rió disimuladamente.
-Albus tiene una oportunidad para transformar lo obvio......
Harry asintió y el silencio cayó entre ellos una vez más.
-¿Qué quisiste decir?- le preguntó después de un rato, habiendo conseguido algo más de coraje. Severus lo miró confuso y él suspiró-. ¿Cuándo dijiste que estabas tratando de darnos a Callisto y a mi una Navidad acogedora y nada más?
El hombre maduro cerró los ojos.
-Es complicado. Posiblemente no podría comenzar a explicar.....
-Inténtalo- suplicó Harry
-¡Maldición! ¿No entiendes el significado de la palabra no?- pellizcó el puente de su nariz-. Incluso si yo hubiera querido......-se detuvo-. Harry, no es sólo mi vida la que se ve afectada con esto. O la tuya. Tu hija merece......
-Otro padre o ninguno. Lo sé- el joven suspiró-. Sé que ella no merece tener extraños entrando y saliendo de su vida.
-De hecho, ninguno de ustedes lo merece- concordó Severus, frunciendo el ceño ante las palabras que acababan de salir de su boca. ¿Quién era esa criatura que había derrocado su resolución y tomado el control de sus pensamientos y acciones? No estaba seguro de si le gustaba esta nueva incapacidad para mantener algo de control o no. Se encontró con que su mano había aferrado la del joven, ante su horror, y frunció el ceño en concentración. ¿Cuándo había pasado eso?
La voz del Gryffindor lo sacó de sus pensamientos.
-¿Severus?
Miró al joven.
-Muérdago.
Ahora todo se había vuelto más abstracto. Albus estaría orgulloso.
-¿Qué?- preguntó Harry con abierta confusión.
Severus hizo un gesto sobre ellos, donde un ramillete de la ofensiva planta planeaba en mitad del aire. Bueno, *eso* explicaba por qué estaban actuando por impulsos. Estúpida magia. Los muggles no sabían cuan cerca estaban con sus costumbres del beso cuando había muérdago en el medio. En los magos y brujas, la planta provocaba que cualquiera que estuviera bajo ella actuara con impulsos románticos, haciendo que cuando magos o brujas estaban debajo sintieran algún tipo de atracción por el otro.
-Muérdago- repitió por toda explicación.
El joven miró hacia arriba y luego hacia atrás, sonriendo de la más irritante pero al mismo tiempo más seductora manera. Severus se acercó a él, los labios abiertos, su mente gritando que eso no iba a acabar bien, mientras otras partes de su cuerpo sostenían la opinión de que definitivamente lo haría.
El ritmo cardiaco de Harry aumentó diez veces en anticipación. Se inclinó a su vez, lamiéndose los labios, el calor extendiéndose por su cuerpo, la sangre apresurándose hacia su rostro y hacia su ingle. Y todo eso por la perspectiva de un *beso*. Merlín, si el simple *pensamiento* le hacía esto......qué sería......
Un grito agudo, para su irritación en el momento más inoportuno, cortó la tensión mejor de lo que lo hubiera hecho un cuchillo.
Severus mordió su labio inferior y cerró los ojos con fuerza, regañándose duramente por lo que había estado a punto de hacer. Harry, mientras tanto, gimió con frustración. Los oscuros ojos se abrieron lentamente para mirar al joven y algo en su mente se quebró.
-Mierda, esto...- gruñó la voz profunda, haciendo que Harry regresara su atención hacia Severus, justo a tiempo para ver al hombre en cuestión dirigiéndose hacia él a una velocidad casi inhumana, los ojos de obsidiana inundados de deseo.
Sus labios se encontraron, esta vez en los terrenos de Severus, donde estaba mucho más cómodo con la situación de lo que había estado en el Callejón Diagon en donde había sido tomado por sorpresa. El cuerpo de Harry se envaró para luego relajarse ante el encuentro, mientras una lengua fresca imploraba la entrada en su boca. Se apartaron a regañadientes, su necesidad de respirar superando la lujuria de su sangre, y Harry tragó, corriendo una mano sobre su cabello.
Severus se enderezo, habiéndose despejado luego de cumplir el mandato del muérdago, aunque más confundido y alterado de lo que había estado al inicio de tan dura prueba.
-Esto fue..- comenzó Harry, desde algún lugar a su lado-... ¡vaya!....
El maestro de pociones asintió, rehusándose a mirarlo, eligiendo en lugar de eso, organizar primero los pensamientos en su cabeza. Fue vagamente consciente de que la bebé estaba gimiendo allá al fondo. Caminó hacia la puerta.
-Atiende a Callisto- Snape habló finalmente, tratando de ignorar que el Gryffindor clavaba sus ojos tras él, con una mezcla de conmoción y dolor.
El joven se abrió paso hacia la cuna, luchando por contener las lágrimas.
-¿Oh, y Harry?
Se giró lentamente engarzando sus ojos con los del hombre maduro. Severus le dio una pequeña sonrisa.
-Feliz Navidad.
Sólo pudo asentir y observar mientras el maestro de pociones daba la vuelta y salía del salón, antes de suspirar tristemente, rememorando los últimos minutos en su mente.
~*~
Severus andaba de un lado a otro de su habitación, tratando de evaluar el daño de esta situación. En el nombre de Merlín, ¿qué había hecho? Nada que no hubiera imaginado, eso era seguro, pero sólo porque lo hubiera considerado no significaba que tenía que hacerlo.
Maldito Muérdago.
¿Y por qué demonios sonrió y siguió dándole esperanzas al otro hombre? En realidad no intentaba engatusar a Harry ¿verdad? No era una persona tan baja. Y *definitivamente* no se iba a meter de cabeza en una relación seria, o cualquier otra forma de relación, con un estudiante.
Aunque, no muchas personas de su pasado habían provocado emociones tan fuertes en su interior. De hecho, sólo podía recordar a otro......y eso acabó veinte años atrás, con un giro de la varita de Voldemort.
Y así nada mas, la mera comprensión de eso sacudió a Severus hasta la médula.
Había perdido un amante de mucho tiempo y eso lo había destrozado. La simple posibilidad de que pudiera sentir por Harry algo más profundo que una básica atracción sexual.........era a un tiempo terrible y tranquilizadora. Después de todo, habían pensado que nunca podría sentir nada tan fuerte otra vez. Con un suspiro, Severus deseó que su segunda oportunidad hubiera sido alguien un poco menos.......complejo que Harry.
Pero, los mendigos no podían elegir ¿verdad?
Severus frunció el entrecejo. No podía permitir que su propio egoísmo le complicara aún más la vida a Potter. Lo más probable es que él solo fuera una fase por la que pasaba el joven, alguien que simplemente estaba *allí* hasta que algo mejor llegara. Después de todo, era adolescente había estado muy solo y era más que probable que estuviera actuando por la desesperación de estar con cualquiera.
Trató de ignorar la punzada que sintió ante esta idea, antes de maldecirse por permitir que Harry se metiera bajo su piel.
No podrían funcionar como pareja. No *deberían * funcionar. No podía permitirse el lujo de sentarse y soñar despierto sobre un idealista 'felices por siempre' que nunca existiría, que nunca podría ocurrir. Era patético, en realidad. Completamente absurdo. Tenía treinta y siete años y estaba completamente loco por un adolescente. No sólo un adolescente, pensó. El hijo del némesis de sus años escolares. El salvador del mundo mágico. Y él era un ex - Mortífago envejecido, espía para la luz.
Increíblemente irónico en realidad.
Y altamente, ALTAMENTE irritante
Y, en ese orden de.........
-¿Sev?
Oh, por el amor de Merlín.
-¿Potter?- se giró hacia la puerta, intentando controlar un poco su tono-. ¿Qué ocurre?- 'Intentando' era la palabra operativa de la primera oración.
El picaporte giró, casi vacilante, y la cabeza del joven apareció, seguida por su torso y piernas.
-Yo......
-Suéltalo, no tengo toda la noche.
Las cejas se arquearon en señal de desafío.
-Pasé a revisar.
-¿De veras?- replicó el maestro de pociones, con su actitud estoica-. ¿Y cuándo, precisamente, te convertiste en mi guardián?
Harry cruzó los brazos sobre el pecho.
-Cuando empezaste a reconocerme como tal- sonrió pícaramente-. Tus suposiciones son tan buenas como las mías entonces- se movió más cerca, exudando repentinamente una confianza que en realidad no poseía. Severus tragó.
-Potter....Harry.....ese beso......fue el muérdago...... La planta.......
-Profesor- se mofó el Gryffindor-, yo tomé sus clases, y *aprendí* en ellas. De hecho, aprendí lo suficiente como para recordar que el muérdago sólo hace que actúes con impulsos que en realidad ya existen- inclinó la cabeza a un lado, sonriendo y perturbando al hombre aún más-. Después que partiste, y todo se hundió, no sé...- caminó hacia la cama y se sentó en la esquina-. Pensé que alguien que tenía el impulso de besar así.....no hay manera en que puedas creer que no tenemos oportunidad....
-Todavía eres mi estudiante.
Los ojos verdes miraron hacia abajo.
-Lo sé.....pero......cinco meses, Severus. Cinco meses y me habré graduado.
-¿Y dónde quedaría el *nosotros* incluso si existiera esa posibilidad?- continuó Snape, odiando el no poder simplemente seguir su camino con el joven y lidiar con esos asuntos después-. Vivo en la escuela la mayor parte del año. Tienes una hija que cuidar......
-No lo sé- Y tan repentinamente como había llegado a él, la confianza abandonó el comportamiento de Harry. Corrió los dedos por su cabello, obviamente debatiendo los pro y los contra dentro de su cabeza. Después de unos momentos, capturó los ojos del maestro de pociones-. Pero sé que sea lo que sea lo que siento por ti....y esto es muy extraño admitirlo, porque justo se acaba de erigir frente a mí ¿sabes?......Bien, sea lo que sea.....es más que lujuria.... más que sólo hormonas jugando dentro de mí......
Severus se mordió el labio, deseando que Harry dejara de hablar. ¿Acaso no era ya bastante difícil fingir que no tenía emociones sobre esto, para encima tener que luchar contra un razonamiento que parecía reflejar sus propios sentimientos?
-Y, mira, se que suena como un montón de basura.......pero, cuando lo considero en verdad, pienso que sean lo que sean estos sentimientos, comenzaron hace mucho, cuando en el pasado 'yo te odiaba y eras el cretino grasiento'
-Eso no tiene nada que ver con el asunto......
Los ojos del Niño-Que-Vivió revelaron un mundo de dolor.
-No, realmente no.....creo.....creo que yo.....
-Potter, detente- siseó Severus-. Acabas de dar a luz a una hermosa niña. Has estado solo más tiempo del que puedes recordar. Has pasado por mas vicisitudes de las que cualquier hombre de tu edad debería.......
Harry entrecerró los ojos.
-¿Qué estás.....?
-Que lo que sientes es la necesidad de unirte a la persona más cercana y, te lo aseguro, durante los próximos meses mirarás hacia atrás, a estas Navidades y.......
-Pensaré en el hombre que estaba allí para ayudarme a traer al mundo a mi hija. El hombre que salvó mi vida, quien no hizo preguntas ni dejó que me encerrara en mi mismo- suspiró-. Severus, lo cierto es que ya he cometido demasiados errores.......no voy a sentarme y dejar que me intimides en sumisión sólo porque algo, no, no algo......una relación entre nosotros sea complicada.
-Potter.
-Por favor, deja de usar mi apellido. Después de besarme como lo hiciste.....es inútil y lo sabes demasiado bien.
-Todavía no has contestado a mi pregunta.
El joven se paró y lo miró con furia. No estaban logrando ningún progreso en su discusión y esto lo asustaba a morir. Se preguntaba, distraídamente, si simplemente debería cruzar el espacio entre ellos y permitirse otra vez esa calidez en el cuerpo, el hormigueo en la piel, los besos jadeantes y tensos. Quizás Severus no reaccionara con tanta hostilidad como en el Callejón Diagon, dado el hecho de que estaban en privado y él había iniciado el último encuentro.
Poniéndose de pie, caminó con piernas temblorosas hacia el maestro de pociones. Sus ojos se reunieron con los de Severus y trató de encontrar una señal de que sus acciones serían bien recibidas. Las órbitas oscuras, al igual que el rostro del hombre, no le daban nada con que trabajar. Entonces, ahí estaba. La impaciencia. El aire de desafío. La extremadamente tenue diversión y añoranza.
Harry se inclinó hacia delante y lentamente besó al hombre y se sintió débilmente sorprendido cuando un fuerte brazo rodeó su cintura, arrastrándolo más cerca. Ese beso no estaba lleno de deseo como el último, ni era vacilante y casto como el primero. Era gentil y aún así ardía con una pasión que venía de algo más profundo que la lujuria.
Sus manos viajaron hacia la nuca del maestro de pociones, sus dedos lentamente trazaban caminos en el largo y negro cabello. Demasiado pronto, la necesidad de oxigeno fue demasiada y el joven se alejó con un suspiro. Inclinando su cabeza contra el hombro del hombre, cerró los ojos.
Severus se maldijo internamente. Potter no se había limitado a incrustarse bajo su piel, había invadido su espacio privado y no se detuvo hasta que los sentimientos que provocaba tomaron el control. Y ahora el maestro de pociones estaba atrapado. No sería capaz de despedir al Gryffindor nunca más. De hecho, no estaba demasiado seguro de que fuera capaz de sobrevivir los próximos cinco meses en una relación platónica de profesor-estudiante con el joven.
Al diablo con toda la situación.
¡Tenía treinta y siete años! ¡Era un hombre crecido! ¡Debería ser capaz de ejercer algo de control sobre su maldita lujuria y otras emociones! Pero, oh no, aquí estaba, permitiendo que su líbido se desbocara por un ESTUDIANTE. Era un pensamiento absolutamente escandaloso, y aún así, placentero al mismo tiempo.
Al diablo con esto. Al diablo con todo.
Y, entonces, pensaba mientras los ojos esmeralda parpadeaban, ¿acaso era de verdad tan terrible como parecía?
El reloj de pie del salón repicó las once.
-Es algo tarde.....-señaló Severus, inseguro de qué más decir. Harry asintió con resignación. El Slytherin echó un vistazo al joven padre y extendió su brazo con gentileza-. Permíteme acompañarte a tu habitación.
Con una pequeña sonrisa, el Gryffindor aceptó y salieron en silencio del salón.
Una vez en su habitación, Harry caminó hasta el armario, mientras Severus se aseguraba de que Callisto hubiera comido apropiadamente. Momentos después, el joven reapareció vestido con su pijama, el cabello despeinado y, aunque Severus detestara admitirlo, una adorable y boba sonrisa en su rostro. Caminó hacia el hombre mayor.
-Gracias- le dijo, sonaba contento y exhausto-. Por todo......
El maestro de pociones asintió.
-Confío en que sabrás donde encontrarme si necesitas......
-Quédate.
Ambos hombres parecieron igualmente impactados por la petición; Harry realmente no sabía qué lo había poseído mientras Severus luchaba por encontrar una manera razonable de excusarse.
-¿Disculpa?
El Niño-Que-Vivió bajó la vista a sus pies.
-Yo....yo....me preguntaba....-levantó la vista-. ¿Te quedarías conmigo?- pidió, claramente temeroso de un futuro rechazo-. No.....no quiero estar solo.....no te estoy pidiendo....uhm...-sus mejillas enrojecieron al tono más profundo posible.
Si no fuera por la seriedad de las circunstancias, el hombre se hubiera reído. En lugar de eso, tomando nota de las frágiles emociones de Harry, y entendiendo que de hecho había mucho más que lujuria en los sentimientos del uno por el otro, Severus asintió.
-Como desees....
-Entiendo que.....- las palabras del maestro de pociones alcanzaron finalmente los oídos de Harry y sus ojos se abrieron con la sorpresa, antes de romperse en una alegre sonrisa-. Gracias.....
Nuevamente el hombre se limitó a asentir, antes de caminar hacia la cama con todo el orgullo que logró reunir. Deslizándose bajo las mantas, sin preocuparse por cambiarse por su ropa de dormir, arqueó una aristocrática ceja al otro, a quien el rubor había retornado.
-¿Espero que no pretendas quedarte parado ahí toda la noche?
Torpemente, Harry se encaminó hacia el otro lado de la cama y se sentó al lado de Severus, preguntándose distraídamente si su corazón latiría tan fuerte como lo sentía. El ambiente era tenso entre ellos, y ninguno estaba lo bastante cómodo como para poder dormir. Después del noveno intento de Harry para acomodarse sin molestar al maestro de pociones, Severus puso los ojos en blanco.
-Por Merlín, Potter, no te voy a morder....- siseó en la oscuridad y Harry podría jurar que había *escuchado* la risa en su voz cuando agregó-.... no mucho, en todo caso.
El joven se rió a pesar de si mismo y rodando, quedó nariz contra nariz con su compañero de cama.
-Lo siento, yo sólo.....no quería molestarte- susurró explicándose, su respiración cosechando efectos indeseados en el otro.
Severus aclaró su garganta.
-De hecho- suspiró antes de inusitadamente atraer a Harry más cerca de él, haciendo que el otro se moviera hacia una posición más cómoda. Mordió su labio y tragó, obligando a su mente a disipar los pensamientos de Harry con él, en la cama, en una.....manera mas insinuante-. ¿Así está mejor?
Harry asintió, su rostro presionado suavemente contra el pecho de Snape, tranquilizado por el rítmico latido del corazón del Slytherin.
-Hmmm- concordó, luego susurró, antes de dejarse adormecer-. Oh...Feliz Navidad, Sev.
El maestro de pociones sonrió suavemente, sintiéndose abrumado por el deseo de aferrar y proteger a su nueva pareja. Porque definitivamente eso era lo que era Harry. No sería una relación de ensueño, eso era seguro, y ciertamente tendría una gran cantidad de explicaciones que dar en lo que se refería a Albus. Pero una voz irritantemente optimista en su cabeza, le estaba diciendo que era feliz. Y, por una vez en la vida, Severus Snape estaba inclinado a creerlo.
Sólo esperaba que el joven no se arrepintiera de su decisión, esto indudablemente lo destrozaría.
Y con la final e impactante comprensión de que él, y no Potter, era quien había necesitado sanar y ser rescatado emocionalmente, Severus sucumbió al primer sueño verdadero en años.
Continuará
Bueno chic@s , hasta aquí el capítulo 7. Esperamos que les haya gustado. En el próximo comenzaremos a ver algunas reacciones. Gracias por seguir por aquí y por sus lindos comentarios, y les contamos que la autora está muy feliz con sus review; un beso y nos vemos el viernes
REVIEW
Snorkita: Nos alegra que te guste y a menos que tengamos un contratiempo, el propósito es seguir actualizando cada viernes. A la autora le sacaron el relato de fanfic.net por dos veces y la verdad no comprendemos muy bien por qué. Está subiendo nuevamente los capítulos uno por uno, pero no te preocupes, nosotras tenemos la copia del fic y ya está terminado. Así que tranquila, hay Escapology para rato y hasta el final. Besos
Annita69_Lupin-Black : Pues sí, nuestro Gryffindor es muy valiente y siguió insistiendo, y tanto va el cántaro al agua.......que Sevie se quebró y se dejó llevar por sus sentimientos jeje. Para que veas que la insistencia......Que bueno que saliste bien en los exámenes. Un beso y nos vemos el viernes.
Azalea: Pues sí, como ves estos dos ahora sí que se acercaron. Sobre los malos entendidos, lee el próximo capítulo y lo sabrás (risas maquiavélicas a coro). Besos y hasta el viernes
Claw: Pues sí, Sevie derrite a cualquiera (incluir suspiro de Ali) Pero no seas mala con Harry, mira que también es bueno y ahora se está portando muy bien y es muy valiente, porque mira que Severus se lo pone difícil. Besos y gracias por continuar leyendo la historia.
Ana Rickman: Acá tienes el nuevo capítulo y bastante largo para que te des gusto. Como ves ya los dos lo tienen claro, pero mira que le ha costado a Harry convencer a Severus jeje, pero por algo es un Gryffindor. Un besote y te esperamos el viernes.
Fénix : Le pasaremos tus lindas palabras a la autora y para tu tranquilidad te cuento que ya el original está terminado y por supuesto nuestra intención es traducirlo hasta el final. Y sí, este Severus nos encanta también, porque es tierno pero con ese modo suyo tan característico. Besos.
AngiE-SBM : Pues ya viste como lo tomó Sevie, aunque bastante que tuvo que sudar el pobre Harry. Sobre la experiencia con los niños, la autora dice en los primeros capítulos, si mal no recordamos, que los estudios de pociones estaban muy relacionados con los de medimagia y allí había aprendido ciertas cosas sobre el nacimiento y el cuidado de los bebés. Besos y te esperamos el viernes
Autora: Cha-Cha-Chica
Traductoras: Alima21
Capítulo 7
REVOLUCION
-¿Sev?- repitió Harry al otro hombre, quien estaba haciendo una increíble imitación de una estatua-. ¿Severus? Mira, no voy a lanzarme nuevamente sobre ti si eso es lo que estás pensando (aunque el pensamiento era atractivo) -. Sólo....sólo quería sacar esto de mi pecho, ¿sabes? Probar que *puedo * hacer algo de manera adulta y hablar de lo que me está haciendo pedazos- suspiró-. Sé que debería haber hablado contigo, o al menos con alguien, cualquiera, acerca de mi embarazo.......pero estaba confundido y temía hacer el ridículo. Igual que ahora........
Los oscuros ojos ascendieron de golpe ante la confesión.
-¿Ridículo?- preguntó finalmente Snape, una pequeña sonrisa formándose en sus labios-. No soy alguien que se burlaría de ti por tu.. gusto por los hombres, Pot.....Harry. Aunque, debo decir ..... es un poco......difícil.....de entender.
Un bufido escapó del joven.
-¿Me lo dices a mí? *Soy* el primero en admitirlo. Quiero decir *yo*, el niño de oro de Gryffindor... atraído por el cabeza de Slytherin, llevando un niño del príncipe......
Los verdes ojos se llenaron repentinamente de dolor.
-Nunca nada sobre mí o mi vida se ha semejado ni por asomo a algo 'normal' ¿verdad?- le preguntó quedamente-. Un niño que derrotó al Señor Oscuro, un muchacho obligado a crecer en una alacena, un joven que quedó embarazado a los dieciséis......por otro hombre. Soy un Gryffindor con una obsesión por los Slytherins- bajó la mirada con tristeza-. Vernon tenía razón. Soy y siempre seré un monstruo.
Severus sacudió la cabeza, consciente de que estaba a punto de cometer lo que probablemente sería el mayor error de toda su existencia. Sabía que Harry había tenido una niñez infernal, así que el comentario de la alacena no lo desconcertó en lo más mínimo.
-Harry, mírame- ordenó, aunque su tono era gentil-. En el mundo mágico hay muchas variaciones de la noción de 'normalidad'. Y con todo, siempre serás único. Siempre serás diferente de los demás. Esto es quizás lo más encantador y al mismo tiempo lo más irritante de ti.
Harry lo miró confuso, logrando que el otro sonriera. No una sonrisa de satisfacción ni una sonrisita. Una sonrisa. La cual sólo pareció confundir aún más al joven.
-No te voy a mentir diciéndote que no te encuentro atractivo porque, aunque me duela admitirlo, lo hago- hubo un momento de tenso silencio entre ellos, mientras le permitió a Harry procesar lo que le estaba diciendo. Suspiró-. Sin embargo, tal y como señalaste, probando que no eres una causa completamente perdida, hay demasiadas razones por las que *nosotros* no podemos, ni podremos, funcionar.
El joven miró a lo lejos, esperando que Severus no viera el dolor y la derrota en sus ojos.
-Lo sé.
El tono de Harry era plano y sin vida y esto provocó un extraño sentimiento de culpa en el hombre mayor. No deseaba otra cosa que tomar al Gryffindor en sus brazos y consolarlo murmurándole que todo resultaría bien. Pero no podía hacer eso. No podía hacer caso a la voz en su cabeza que le suplicaba que diera una oportunidad a esa posible relación y besara al joven hasta perder el sentido.
Pero, cuantas veces había ignorado la voz de su cabeza y sufrido amargamente por ello después.
En realidad, demasiadas veces para su gusto personal.
Severus tragó con dificultad y se adelantó.
-Harry- comenzó, atrapando con sus ojos la mirada del joven, dudando si extender su mano-. Yo......
Ambos hombres se apartaron bruscamente y levantaron la vista en dirección a la habitación de Harry, donde la bebé había evidentemente despertado, Severus no sabía si sentirse aliviado por la interrupción o extremadamente frustrado. Harry, al parecer, había elegido lo último.
El adolescente se levantó.
-Bien, parece que el encantamiento de monitor está funcionando....
Severus asintió, evitando la mirada de Harry.
-Aparentemente así es. Es tranquilizador saber que has adquirido talento al menos en un tema....
-Muy gracioso- comentó Harry inexpresivo, con una mirada que rivalizaba con la del propio Severus-. De veras.
Los ojos de obsidiana vagaron sobre los verdes con diversión.
-Eso pensé.
Los gritos estaban aumentando y Harry finalmente se alejó un paso.
-Voy a ir a.......-hizo un gesto hacia la habitación. Severus asintió. El Gryffindor caminó hacia las escaleras y miró hacia atrás-. *Vamos* a hablar apropiadamente, Sev- agregó, sintiéndose más confiado de lo que había estado en meses, antes de girarse y contonearse en dirección a su hija.
De repente, las cosas parecían mejorar nuevamente.
~*~
-Shhhh- probó Harry, una vez en su habitación- Todo está bien.....aquí estoy.....
Callisto continuó gritando, pero esta vez su padre no se perturbó. Iba a probarse a si mismo, de una vez por todas. La determinación era clara en su voz y la vibración autoritaria fue funcionando lentamente, asombrándole el modo en que la bebé respondía a él.
Poco a poco, mientras Harry pronunciaba palabras sin sentido para ella, la pequeña pareció calmarse; el patrón de lamentos se convirtió en llanto, luego en sollozos y por fin en débiles hipidos ante el joven padre. Lentamente el chico se estaba acostumbrando a esto.
Desde su solemne posición en la sala de estar, Severus escuchó todo a través del encantamiento monitor que Potter obviamente había olvidado desactivar, una pequeña sonrisa jugueteando en sus labios. A pesar de si mismo, no podía evitar sentir que esto era lo que estaba comenzando a ser su vida. Y eso lo asustó. Si Callisto no se hubiera despertado en ese momento.......se encogió al pensar en lo que podría, no, en lo que *habría* hecho. Harry todavía estaba en un estado emocional muy inestable, y el mismo Severus no estaba seguro de sus propios sentimientos.
Sí, se sentía atraído por el joven. Sí, lo haría feliz, quizás *demasiado* feliz, doblar al Gryffindor sobre una mesa y darse gusto con él. Pero era algo más profundo que eso.
Había dejado conocer a Harry información sobre él que nadie más sabía. Le había confiado esa información. Y no podía evitar sentirse privilegiado de que Harry le hubiera confiado sus propios asuntos.
Luego estaba el hecho de que ahora era más consciente de que ayudaba a criar a la hija de Harry. Había estado ahí cuando nació, la había cuidado, se habían vinculado con sus unilaterales discusiones sobre pociones......incluso había supervisado las compras de las cosas que necesitaba.
Maldita sea, estaba creciendo su apego a la bebé.
Y sí, también estaba creciendo su cariño hacia su padre.
Nuevamente, la comprensión lo asustó.
No podía permitir que esos sentimientos progresaran. Tampoco podía permitir que Potter continuara sintiendo......lo que fuera que sentía por él.
Pero, no podía obligarse a si mismo a eliminar una posibilidad.......
Demonios, esto era tan torturante. Había estado sólo, en el sentido romántico, por demasiado tiempo, pero era un error que empezara a ser egoísta justo ahora. Sin embargo, la diferencia entre 'correcto' y 'equivocado' se podía ir a la mierda. Por primera vez le gustaba toda su vida, y Severus Snape resolvió ser egoísta por una vez.
~*~
Los siguientes dos días fueron incómodos para los dos hombres, se evitaban uno al otro la mayoría del tiempo, sólo hablando sobre Callisto y aclarando qué era exactamente lo que iban a explicar a la gente una vez que regresaran a Hogwarts.
Al menos Harry estaba comenzando a aceptar el hecho de que Dumbledore debería conocer toda la verdad, aunque, para ser sinceros, no le gustaba mucho la idea. Parecía estar intentando responsabilizarse de sus acciones y estaba determinado a aceptar las consecuencias de las mismas, cualesquiera que fueran.
Aunque, eso podía ser debido a la aparente reticencia de Severus (aunque obviamente estaba dispuesto) para apoyar al joven padre a través de tan difícil experiencia.
Para Harry, la mañana de Navidad comenzó del mismo modo que los últimos días. Despertarse por los gritos de su hija, alimentarla, cambiarla, vestirla, y luego bajar a desayunar, donde Severus y él evitaban cualquier conversación. Sin embargo, el hombre mayor quería consentir a la bebé, aunque no estaba dispuesto a admitirlo.
Esa mañana, sin embargo, Harry se paró en lo alto de la escalera y se quedó ahí, mirando fijamente. En la sala de estar se encontraba un enorme árbol de Navidad, profusamente decorado; uno que no estaba ahí la noche anterior. Bajo éste se apilaba un montón de regalos.
-Deja de mirar boquiabierto, Potter, y muévete- se oyó la voz del maestro de pociones detrás de él, sacándolo de su estupor. Entonces dio la vuelta sobre si mismo.
-Esto.....-logro decir-.... ¿tú.....tú hiciste esto....?
Esa sonrisa que era su marca personal apareció en el rostro de Snape y se encogió ligeramente de hombros.
-Con la ayuda de unos cuantos elfos domésticos, sí.....-contestó, extendiendo los brazos y tomando a la bebé sin que Harry casi lo notara. Acunándola en el pliegue del codo de su brazo izquierdo, hizo un gesto con su mano derecha hacia el árbol-. Adelante, entonces. No pase todo este trabajo sólo para que te quedaras mirando boquiabierto la maldita cosa.
La cabeza de Harry todavía daba vueltas mientras obedecía. Caminando con piernas que de repente parecían de goma, avanzó hacia el árbol y se arrodilló a inspeccionar los regalos. Había presentes de Hermione, los Weasley, Remus.....sus dedos se cernieron sobre ese, un seco sollozo escapando de sus labios, Sirius obviamente lo había enviado; después de todo, Remus había muerto en la batalla, junto con Ginny Weasley y otros aurores.
Sí, probó que estaba en lo correcto cuando leyó la carta de Sirius. Aparentemente, Remus había adquirido el regalo muchos meses antes, pues siempre se había destacado por ser el más lógico, 'siempre preparado', Merodeador.
El-Niño-Que-Vivió cerró los ojos, preguntándose cómo tomaría su Padrino la noticia de su hija. El juicio para la liberación oficial del animago se efectuaría pronto y Harry le contaría todo después de eso. Sin importar las consecuencias.
Los últimos regalos, una vez su atención regresó al árbol, sorprendieron al Gryffindor. Había varios para Callisto y uno para él......todos de parte de Severus.
Giró en redondo, enfrentándose al profesor de pociones, tragando con fuerza.
-Yo......tú.......yo.....
-Tan intelectual como siempre, por lo que veo- el comentario fue pronunciado en un formato asombrosamente estoico, aunque Severus definitivamente no era tan intimidante cuando tenía un infante intentando succionar sus dedos.
Harry enrojeció vivamente.
-Gracias.
-De nada.....Harry- el hombre frunció el ceño-. Ahora abre las malditas cosas.
El joven rió ligeramente, sacudiendo la cabeza.
-No todavía.
Los negros ojos se estrecharon.
-¿Por qué no?
Las mejillas de Harry se encendieron y miró sus pies.
-No..no te compre un regalo......En realidad no pensé que tendría oportunidad de entregártelo....- su mirada se engarzó con la del profesor de pociones-. Y no es correcto que yo abra esos y tú ninguno.....
-Oh, te aseguro que también hay un par de presentes para mí- contestó Severus, con su inusitada sonrisa-. Sin importar lo que los estudiantes puedan pensar, *estoy* en términos amistosos con algunos miembros de la sociedad.
-Exactamente- replicó Harry, intentando imitar la habitual forma de respuesta del hombre mayor.
Esto le ganó una risa ligera que envió un escalofrío a lo largo de su espina dorsal. Raramente había sido receptor de una verdadera risa de parte del maestro de pociones. La voz del hombre era profunda y aterciopelada, y sonaba casi como un ronroneo en el volumen apropiado.
La imagen de Snape ronroneando fue demasiado para el Gryffindor, y se unió a la ligera risa del hombre.
El día avanzó mientras los hombres disfrutaban su mutua compañía, reconstruyendo la confianza y camaradería que una vez habían compartido. Silencios incómodos y momentos de tensión los atraparon con bastante frecuencia ante el conocimiento de que se sentían atraídos uno por el otro y ambos estaban atemorizados por las posibilidades de esto, que parecía que los hundía a ambos.
-Esto es ridículo- exclamó Harry finalmente, luego de un nuevo comentario banal-. Estoy enfermo y cansado de andar de puntillas en... todo- parecía furioso, más contra si mismo que contra alguien más-. Okey, pude haber sido un poco más sutil en el modo que manejé mis sentimientos.... Pero, de verdad, encuentro difícil creer que soy la primera persona que va y te besa, sólo diciendo 'hey, sí, te encuentro increíblemente atractivo'
Severus arqueó una ceja.
Harry cruzó sus brazos, imitando al hombre mayor.
-Y tú, definitivamente no eres el primero en admitir que me encuentras atractivo- frunció el ceño- Y ni siquiera pienses que esto se trata de mi ego, sólo estoy estableciendo un hecho.
-Potter....
El joven estaba a pulgadas de él.
-Y, ¿sabes qué?, no pienso creerte cuando insistes en que nada puede pasar entre nosotros.
Severus ahora estaba frunciendo el ceño.
-Potter, ya dije....
-Bien, no *quiero* creerlo- era claro que el adolescente no iba a retroceder-. Es decir, yo te atraigo y tú me atraes......¿no es eso todo lo que debería contar?
-No, no lo es.
-¿Qué?
Harry se veía herido y Severus estaba nuevamente lleno del extraño instinto de aferrarlo y arreglar todo. Sacudió la cabeza.
-Potter.....Harry, hay demasiadas complicaciones....
-¡Al carajo con las complicaciones, Sev!- el joven saltó sobre sus pies, sus labios formando un tenue puchero de indignación-. Nada es simple siempre. Tú me lo dijiste.
-Toda esta situación es diferente- vino el argumento.
-¡Me importa un bledo!- Harry agitó sus brazos en derredor, señalando las decoraciones que rodeaban el salón, y el papel de regalo descartado en el suelo, y el árbol en el medio de la habitación-. Todo esto, Sev, no es algo que harías a menos que hubiera una oportunidad....
-¿Para qué, Potter?- gruñó el maestro de pociones-. ¿Tú y yo? Por favor. ¿No crees que pueda ser agradable por otra razón que beneficiar a mi vida amorosa?- resopló con burla-. ¿Nunca se te ocurrió el pensamiento de que en realidad estuviera intentando ofrecer a ti y a tu hija una Navidad relativamente acogedora y nada más?
Harry se congeló, redescubriendo un lado de Severus Snape con el cual había estado en contacto por largo tiempo.
El hombre maduro continuó, elevándose sobre sus pies, encumbrándose sobre el Gryffindor.
-¿Eres tan ingenuo que crees que yo simplemente saltaría sobre tu cama, justo cuando acabas de dar a luz un niño, cuyo padre era otro de mis estudiantes?- se mofó-. Tienes mucho que aprender, muchacho. Sólo porque eres famoso no quiere decir que el mundo entero deba estar a tus pies.
Eso lo logró.
El labio inferior de Harry comenzó a temblar mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
-Lo lamento.....- contestó, la voz espesa por la emoción-. Yo no asumí......yo....- tragó y se giró, antes de correr escaleras arriba hacia su habitación, las lágrimas derramándose por sus mejillas.
Severus hizo un rictus al observar al joven correr al tiempo que se hundía en el sofá. Enterró la cabeza entre las manos. Definitivamente, ésta no era la forma como había imaginado el final del día. Por supuesto, algunas de sus retorcidas predicciones para esa noche habían sido más....er..... excitantes, por usar un eufemismo que difícilmente daba crédito a lo que había imaginado.
Pero no, esa pequeña escena definitivamente había estado muy distante de cualquier conversación que habría deseado tener con el Gryffindor, y no podía evitar sentir un poco de ansiedad sobre el modo en que se comportarían los próximos días.
Oh, ¿por qué había sido tan despiadado? ¿Por qué no había respondido a los avances del joven con un poco más de humanidad?
Porque se comportaba como un sádico y un masoquista cuando lo presionaban, por eso.
Severus tragó. En ese momento, no quería otra cosa que revolcarse en la auto-compasión. Para cavilar sobre sus errores actuales y no hacer una maldita cosa para cambiar la situación en modo alguno. Naturalmente, no iba a ser recompensado con esa vanidad, cuando Callisto comenzó a llorar, al ser consciente de la furiosa discusión y capturar la energía negativa de la habitación.
Frunció el ceño y se acercó a la cuna de mimbre donde había colocado a la niña. Se detuvo por un momento, sólo para observar como los brazos de la pequeña se agitaban, aquellas pequeñas manos intentando atrapar el aire. Ella estaba, a pesar de su naturaleza ruidosa, afianzándose sobre el maestro de pociones, y el pensamiento de que no estaría más que otra semana a su cuidado, por así decirlo, lo perturbó.
-Oh, ven acá..-murmuró, alzándola y acunándola cuidadosamente contra su pecho-. Jovencita, tú vas a ser la fuente de un montón de confusión en unos días- le informó, intentando calmar sus nervios. Empezó a caminar mientras le hablaba-. Tu padre será sometido a una gran cantidad de preguntas, y el Director querrá mi cabeza en un plato por no informarle de inmediato....- sonrió con cansancio-. Y tú no entiendes nada de esto... porque tú, mi querida, estarás en el proceso de pasar de mujer a mujer en esa maldita escuela- resopló-. Habladurías de la villa, serás. De todo el mundo mágico, en realidad. De tal padre, tal hija, supongo.
Ella le parpadeó, sus pequeños puños apretando su camisa.
-Sólo no dejes que la fama se te suba a la cabeza. Odiaría verte convertida en otro Lockhart. O peor, Britney Spears- tembló ante eso. Pequeña bruja. Sin nada de talento, en absoluto. Había tenido la desgracia de enseñarle unos pocos años atrás, cuando un colegio Americano necesitó un sustituto para el profesor de pociones......sonrió-. Al parecer fui la única persona en esa escuela con la que fallaron sus técnicas de manipulación....¿Tienes idea de la cantidad de multas que ha tenido que darle el Ministerio por mal uso de la magia en una comunidad muggle supuestamente indefensa? No......supongo que no.
Suspiró. Mientras hablaba la pequeña se había vuelto a dormir. Parecía ser la única persona del planeta que tenía la audacia de quedarse dormida mientras Severus Snape estaba hablando. El pensamiento le hizo sonreír. Levantó la vista y se dio cuenta que estaba parado fuera de la habitación de Potter.
Bueno, eso era *brillante*, ¿cierto?
El maestro de pociones tomó una profunda bocanada de aire. En todo caso, en algún momento tenía que arreglar las cosas con el joven. Y, como esos desagradables optimistas decían, mientras más pronto, mejor. Levantó su mano libre y golpeó ligeramente la madera.
-¿Qué?- vino la réplica-. ¿Vienes a humillarme más? ¿Vienes a machacar aún más la fuerza de voluntad del Niño-Que-Se-Rehusó-A-Morir?
Severus suspiró, y empujó la puerta abriéndola.
-Contrario a la creencia popular, tengo conciencia y tengo corazón, y vine a disculparme. No debería haberte respondido así.
Harry levantó la mirada sorprendido, mientras Severus colocaba a Callisto en su cuna.
-Mira, Severus.....
-¿Vas a permitir que me humille apropiadamente o no?
A pesar de si mismo, el joven esbozó una pequeña sonrisa.
-Adelante, entonces.
Mirando a Harry directamente a los ojos, Severus descruzó los brazos y comenzó.
-Me disculpo por no haber manejado la situación todo lo bien que pude haberlo hecho- el joven inclinó la cabeza a la espera de explicaciones adicionales. Demonios, en verdad estaba disfrutando esto-. Y me disculpo por haber sido deliberadamente cruel.
Harry todavía esperaba algo más. ¿Qué era lo que quería escuchar? ¿Que Severus estaba equivocado? ¿Qué admitiera la derrota? Por las bolas de Merlín, eso sí que no lo haría.
Severus apartó la mirada.
-Y, supongo que..... podría....estar errado sobre......algunas.......cosas.
Una sonrisa cruzó el rostro del Gryffindor.
-¿Cómo cuáles?
Oh, Merlín, no. No iba a permitir ser presionado de esa forma.
-Harry, no puedo.......
Los verdes ojos lo miraron resplandecientes.
-¿Cómo cuáles, Profesor Snape?- pronunció el joven, pudiendo controlar con éxito la autoridad entre ellos, al menos por unos minutos. No sabía cuanto tiempo tendría el poder ni le importaba realmente. Iba a usar lo mejor de sus habilidades, antes que todo regresara a la normalidad.
Severus tragó, tratando de mantener su dignidad y resolución.
-Como, señor Potter, el hecho de que eres un niño......
-¿Y?
-¡Y...pienso que esto es una completa locura!- espetó finalmente-. Lo siento, Harry, pero existen límites.....
-Lo sé. Es sólo que......- Harry se hundió de nuevo en la cama-. ¿Sabes? la verdad es que me gustaría que algo fuera fácil para mí. Sólo una vez. Quiero decir, tú acostumbras utilizar mi fama en mi contra, usando el razonamiento de que fui El-Niño-Que-Vivió y por eso consigo todo lo que quiero.....pero, bien, sabes que eso no es verdad.....
Tentativamente, Severus se sentó a su lado.
-Eso no viene al caso, ¿no es así? No es útil hacer hincapié en lo imposible.
-Gracias- replicó Harry -. Sabes, si quisiera escuchar algo críptico, cliché y para nada útil, podría haber ido a hablar con Dumbledore.
Severus rió disimuladamente.
-Albus tiene una oportunidad para transformar lo obvio......
Harry asintió y el silencio cayó entre ellos una vez más.
-¿Qué quisiste decir?- le preguntó después de un rato, habiendo conseguido algo más de coraje. Severus lo miró confuso y él suspiró-. ¿Cuándo dijiste que estabas tratando de darnos a Callisto y a mi una Navidad acogedora y nada más?
El hombre maduro cerró los ojos.
-Es complicado. Posiblemente no podría comenzar a explicar.....
-Inténtalo- suplicó Harry
-¡Maldición! ¿No entiendes el significado de la palabra no?- pellizcó el puente de su nariz-. Incluso si yo hubiera querido......-se detuvo-. Harry, no es sólo mi vida la que se ve afectada con esto. O la tuya. Tu hija merece......
-Otro padre o ninguno. Lo sé- el joven suspiró-. Sé que ella no merece tener extraños entrando y saliendo de su vida.
-De hecho, ninguno de ustedes lo merece- concordó Severus, frunciendo el ceño ante las palabras que acababan de salir de su boca. ¿Quién era esa criatura que había derrocado su resolución y tomado el control de sus pensamientos y acciones? No estaba seguro de si le gustaba esta nueva incapacidad para mantener algo de control o no. Se encontró con que su mano había aferrado la del joven, ante su horror, y frunció el ceño en concentración. ¿Cuándo había pasado eso?
La voz del Gryffindor lo sacó de sus pensamientos.
-¿Severus?
Miró al joven.
-Muérdago.
Ahora todo se había vuelto más abstracto. Albus estaría orgulloso.
-¿Qué?- preguntó Harry con abierta confusión.
Severus hizo un gesto sobre ellos, donde un ramillete de la ofensiva planta planeaba en mitad del aire. Bueno, *eso* explicaba por qué estaban actuando por impulsos. Estúpida magia. Los muggles no sabían cuan cerca estaban con sus costumbres del beso cuando había muérdago en el medio. En los magos y brujas, la planta provocaba que cualquiera que estuviera bajo ella actuara con impulsos románticos, haciendo que cuando magos o brujas estaban debajo sintieran algún tipo de atracción por el otro.
-Muérdago- repitió por toda explicación.
El joven miró hacia arriba y luego hacia atrás, sonriendo de la más irritante pero al mismo tiempo más seductora manera. Severus se acercó a él, los labios abiertos, su mente gritando que eso no iba a acabar bien, mientras otras partes de su cuerpo sostenían la opinión de que definitivamente lo haría.
El ritmo cardiaco de Harry aumentó diez veces en anticipación. Se inclinó a su vez, lamiéndose los labios, el calor extendiéndose por su cuerpo, la sangre apresurándose hacia su rostro y hacia su ingle. Y todo eso por la perspectiva de un *beso*. Merlín, si el simple *pensamiento* le hacía esto......qué sería......
Un grito agudo, para su irritación en el momento más inoportuno, cortó la tensión mejor de lo que lo hubiera hecho un cuchillo.
Severus mordió su labio inferior y cerró los ojos con fuerza, regañándose duramente por lo que había estado a punto de hacer. Harry, mientras tanto, gimió con frustración. Los oscuros ojos se abrieron lentamente para mirar al joven y algo en su mente se quebró.
-Mierda, esto...- gruñó la voz profunda, haciendo que Harry regresara su atención hacia Severus, justo a tiempo para ver al hombre en cuestión dirigiéndose hacia él a una velocidad casi inhumana, los ojos de obsidiana inundados de deseo.
Sus labios se encontraron, esta vez en los terrenos de Severus, donde estaba mucho más cómodo con la situación de lo que había estado en el Callejón Diagon en donde había sido tomado por sorpresa. El cuerpo de Harry se envaró para luego relajarse ante el encuentro, mientras una lengua fresca imploraba la entrada en su boca. Se apartaron a regañadientes, su necesidad de respirar superando la lujuria de su sangre, y Harry tragó, corriendo una mano sobre su cabello.
Severus se enderezo, habiéndose despejado luego de cumplir el mandato del muérdago, aunque más confundido y alterado de lo que había estado al inicio de tan dura prueba.
-Esto fue..- comenzó Harry, desde algún lugar a su lado-... ¡vaya!....
El maestro de pociones asintió, rehusándose a mirarlo, eligiendo en lugar de eso, organizar primero los pensamientos en su cabeza. Fue vagamente consciente de que la bebé estaba gimiendo allá al fondo. Caminó hacia la puerta.
-Atiende a Callisto- Snape habló finalmente, tratando de ignorar que el Gryffindor clavaba sus ojos tras él, con una mezcla de conmoción y dolor.
El joven se abrió paso hacia la cuna, luchando por contener las lágrimas.
-¿Oh, y Harry?
Se giró lentamente engarzando sus ojos con los del hombre maduro. Severus le dio una pequeña sonrisa.
-Feliz Navidad.
Sólo pudo asentir y observar mientras el maestro de pociones daba la vuelta y salía del salón, antes de suspirar tristemente, rememorando los últimos minutos en su mente.
~*~
Severus andaba de un lado a otro de su habitación, tratando de evaluar el daño de esta situación. En el nombre de Merlín, ¿qué había hecho? Nada que no hubiera imaginado, eso era seguro, pero sólo porque lo hubiera considerado no significaba que tenía que hacerlo.
Maldito Muérdago.
¿Y por qué demonios sonrió y siguió dándole esperanzas al otro hombre? En realidad no intentaba engatusar a Harry ¿verdad? No era una persona tan baja. Y *definitivamente* no se iba a meter de cabeza en una relación seria, o cualquier otra forma de relación, con un estudiante.
Aunque, no muchas personas de su pasado habían provocado emociones tan fuertes en su interior. De hecho, sólo podía recordar a otro......y eso acabó veinte años atrás, con un giro de la varita de Voldemort.
Y así nada mas, la mera comprensión de eso sacudió a Severus hasta la médula.
Había perdido un amante de mucho tiempo y eso lo había destrozado. La simple posibilidad de que pudiera sentir por Harry algo más profundo que una básica atracción sexual.........era a un tiempo terrible y tranquilizadora. Después de todo, habían pensado que nunca podría sentir nada tan fuerte otra vez. Con un suspiro, Severus deseó que su segunda oportunidad hubiera sido alguien un poco menos.......complejo que Harry.
Pero, los mendigos no podían elegir ¿verdad?
Severus frunció el entrecejo. No podía permitir que su propio egoísmo le complicara aún más la vida a Potter. Lo más probable es que él solo fuera una fase por la que pasaba el joven, alguien que simplemente estaba *allí* hasta que algo mejor llegara. Después de todo, era adolescente había estado muy solo y era más que probable que estuviera actuando por la desesperación de estar con cualquiera.
Trató de ignorar la punzada que sintió ante esta idea, antes de maldecirse por permitir que Harry se metiera bajo su piel.
No podrían funcionar como pareja. No *deberían * funcionar. No podía permitirse el lujo de sentarse y soñar despierto sobre un idealista 'felices por siempre' que nunca existiría, que nunca podría ocurrir. Era patético, en realidad. Completamente absurdo. Tenía treinta y siete años y estaba completamente loco por un adolescente. No sólo un adolescente, pensó. El hijo del némesis de sus años escolares. El salvador del mundo mágico. Y él era un ex - Mortífago envejecido, espía para la luz.
Increíblemente irónico en realidad.
Y altamente, ALTAMENTE irritante
Y, en ese orden de.........
-¿Sev?
Oh, por el amor de Merlín.
-¿Potter?- se giró hacia la puerta, intentando controlar un poco su tono-. ¿Qué ocurre?- 'Intentando' era la palabra operativa de la primera oración.
El picaporte giró, casi vacilante, y la cabeza del joven apareció, seguida por su torso y piernas.
-Yo......
-Suéltalo, no tengo toda la noche.
Las cejas se arquearon en señal de desafío.
-Pasé a revisar.
-¿De veras?- replicó el maestro de pociones, con su actitud estoica-. ¿Y cuándo, precisamente, te convertiste en mi guardián?
Harry cruzó los brazos sobre el pecho.
-Cuando empezaste a reconocerme como tal- sonrió pícaramente-. Tus suposiciones son tan buenas como las mías entonces- se movió más cerca, exudando repentinamente una confianza que en realidad no poseía. Severus tragó.
-Potter....Harry.....ese beso......fue el muérdago...... La planta.......
-Profesor- se mofó el Gryffindor-, yo tomé sus clases, y *aprendí* en ellas. De hecho, aprendí lo suficiente como para recordar que el muérdago sólo hace que actúes con impulsos que en realidad ya existen- inclinó la cabeza a un lado, sonriendo y perturbando al hombre aún más-. Después que partiste, y todo se hundió, no sé...- caminó hacia la cama y se sentó en la esquina-. Pensé que alguien que tenía el impulso de besar así.....no hay manera en que puedas creer que no tenemos oportunidad....
-Todavía eres mi estudiante.
Los ojos verdes miraron hacia abajo.
-Lo sé.....pero......cinco meses, Severus. Cinco meses y me habré graduado.
-¿Y dónde quedaría el *nosotros* incluso si existiera esa posibilidad?- continuó Snape, odiando el no poder simplemente seguir su camino con el joven y lidiar con esos asuntos después-. Vivo en la escuela la mayor parte del año. Tienes una hija que cuidar......
-No lo sé- Y tan repentinamente como había llegado a él, la confianza abandonó el comportamiento de Harry. Corrió los dedos por su cabello, obviamente debatiendo los pro y los contra dentro de su cabeza. Después de unos momentos, capturó los ojos del maestro de pociones-. Pero sé que sea lo que sea lo que siento por ti....y esto es muy extraño admitirlo, porque justo se acaba de erigir frente a mí ¿sabes?......Bien, sea lo que sea.....es más que lujuria.... más que sólo hormonas jugando dentro de mí......
Severus se mordió el labio, deseando que Harry dejara de hablar. ¿Acaso no era ya bastante difícil fingir que no tenía emociones sobre esto, para encima tener que luchar contra un razonamiento que parecía reflejar sus propios sentimientos?
-Y, mira, se que suena como un montón de basura.......pero, cuando lo considero en verdad, pienso que sean lo que sean estos sentimientos, comenzaron hace mucho, cuando en el pasado 'yo te odiaba y eras el cretino grasiento'
-Eso no tiene nada que ver con el asunto......
Los ojos del Niño-Que-Vivió revelaron un mundo de dolor.
-No, realmente no.....creo.....creo que yo.....
-Potter, detente- siseó Severus-. Acabas de dar a luz a una hermosa niña. Has estado solo más tiempo del que puedes recordar. Has pasado por mas vicisitudes de las que cualquier hombre de tu edad debería.......
Harry entrecerró los ojos.
-¿Qué estás.....?
-Que lo que sientes es la necesidad de unirte a la persona más cercana y, te lo aseguro, durante los próximos meses mirarás hacia atrás, a estas Navidades y.......
-Pensaré en el hombre que estaba allí para ayudarme a traer al mundo a mi hija. El hombre que salvó mi vida, quien no hizo preguntas ni dejó que me encerrara en mi mismo- suspiró-. Severus, lo cierto es que ya he cometido demasiados errores.......no voy a sentarme y dejar que me intimides en sumisión sólo porque algo, no, no algo......una relación entre nosotros sea complicada.
-Potter.
-Por favor, deja de usar mi apellido. Después de besarme como lo hiciste.....es inútil y lo sabes demasiado bien.
-Todavía no has contestado a mi pregunta.
El joven se paró y lo miró con furia. No estaban logrando ningún progreso en su discusión y esto lo asustaba a morir. Se preguntaba, distraídamente, si simplemente debería cruzar el espacio entre ellos y permitirse otra vez esa calidez en el cuerpo, el hormigueo en la piel, los besos jadeantes y tensos. Quizás Severus no reaccionara con tanta hostilidad como en el Callejón Diagon, dado el hecho de que estaban en privado y él había iniciado el último encuentro.
Poniéndose de pie, caminó con piernas temblorosas hacia el maestro de pociones. Sus ojos se reunieron con los de Severus y trató de encontrar una señal de que sus acciones serían bien recibidas. Las órbitas oscuras, al igual que el rostro del hombre, no le daban nada con que trabajar. Entonces, ahí estaba. La impaciencia. El aire de desafío. La extremadamente tenue diversión y añoranza.
Harry se inclinó hacia delante y lentamente besó al hombre y se sintió débilmente sorprendido cuando un fuerte brazo rodeó su cintura, arrastrándolo más cerca. Ese beso no estaba lleno de deseo como el último, ni era vacilante y casto como el primero. Era gentil y aún así ardía con una pasión que venía de algo más profundo que la lujuria.
Sus manos viajaron hacia la nuca del maestro de pociones, sus dedos lentamente trazaban caminos en el largo y negro cabello. Demasiado pronto, la necesidad de oxigeno fue demasiada y el joven se alejó con un suspiro. Inclinando su cabeza contra el hombro del hombre, cerró los ojos.
Severus se maldijo internamente. Potter no se había limitado a incrustarse bajo su piel, había invadido su espacio privado y no se detuvo hasta que los sentimientos que provocaba tomaron el control. Y ahora el maestro de pociones estaba atrapado. No sería capaz de despedir al Gryffindor nunca más. De hecho, no estaba demasiado seguro de que fuera capaz de sobrevivir los próximos cinco meses en una relación platónica de profesor-estudiante con el joven.
Al diablo con toda la situación.
¡Tenía treinta y siete años! ¡Era un hombre crecido! ¡Debería ser capaz de ejercer algo de control sobre su maldita lujuria y otras emociones! Pero, oh no, aquí estaba, permitiendo que su líbido se desbocara por un ESTUDIANTE. Era un pensamiento absolutamente escandaloso, y aún así, placentero al mismo tiempo.
Al diablo con esto. Al diablo con todo.
Y, entonces, pensaba mientras los ojos esmeralda parpadeaban, ¿acaso era de verdad tan terrible como parecía?
El reloj de pie del salón repicó las once.
-Es algo tarde.....-señaló Severus, inseguro de qué más decir. Harry asintió con resignación. El Slytherin echó un vistazo al joven padre y extendió su brazo con gentileza-. Permíteme acompañarte a tu habitación.
Con una pequeña sonrisa, el Gryffindor aceptó y salieron en silencio del salón.
Una vez en su habitación, Harry caminó hasta el armario, mientras Severus se aseguraba de que Callisto hubiera comido apropiadamente. Momentos después, el joven reapareció vestido con su pijama, el cabello despeinado y, aunque Severus detestara admitirlo, una adorable y boba sonrisa en su rostro. Caminó hacia el hombre mayor.
-Gracias- le dijo, sonaba contento y exhausto-. Por todo......
El maestro de pociones asintió.
-Confío en que sabrás donde encontrarme si necesitas......
-Quédate.
Ambos hombres parecieron igualmente impactados por la petición; Harry realmente no sabía qué lo había poseído mientras Severus luchaba por encontrar una manera razonable de excusarse.
-¿Disculpa?
El Niño-Que-Vivió bajó la vista a sus pies.
-Yo....yo....me preguntaba....-levantó la vista-. ¿Te quedarías conmigo?- pidió, claramente temeroso de un futuro rechazo-. No.....no quiero estar solo.....no te estoy pidiendo....uhm...-sus mejillas enrojecieron al tono más profundo posible.
Si no fuera por la seriedad de las circunstancias, el hombre se hubiera reído. En lugar de eso, tomando nota de las frágiles emociones de Harry, y entendiendo que de hecho había mucho más que lujuria en los sentimientos del uno por el otro, Severus asintió.
-Como desees....
-Entiendo que.....- las palabras del maestro de pociones alcanzaron finalmente los oídos de Harry y sus ojos se abrieron con la sorpresa, antes de romperse en una alegre sonrisa-. Gracias.....
Nuevamente el hombre se limitó a asentir, antes de caminar hacia la cama con todo el orgullo que logró reunir. Deslizándose bajo las mantas, sin preocuparse por cambiarse por su ropa de dormir, arqueó una aristocrática ceja al otro, a quien el rubor había retornado.
-¿Espero que no pretendas quedarte parado ahí toda la noche?
Torpemente, Harry se encaminó hacia el otro lado de la cama y se sentó al lado de Severus, preguntándose distraídamente si su corazón latiría tan fuerte como lo sentía. El ambiente era tenso entre ellos, y ninguno estaba lo bastante cómodo como para poder dormir. Después del noveno intento de Harry para acomodarse sin molestar al maestro de pociones, Severus puso los ojos en blanco.
-Por Merlín, Potter, no te voy a morder....- siseó en la oscuridad y Harry podría jurar que había *escuchado* la risa en su voz cuando agregó-.... no mucho, en todo caso.
El joven se rió a pesar de si mismo y rodando, quedó nariz contra nariz con su compañero de cama.
-Lo siento, yo sólo.....no quería molestarte- susurró explicándose, su respiración cosechando efectos indeseados en el otro.
Severus aclaró su garganta.
-De hecho- suspiró antes de inusitadamente atraer a Harry más cerca de él, haciendo que el otro se moviera hacia una posición más cómoda. Mordió su labio y tragó, obligando a su mente a disipar los pensamientos de Harry con él, en la cama, en una.....manera mas insinuante-. ¿Así está mejor?
Harry asintió, su rostro presionado suavemente contra el pecho de Snape, tranquilizado por el rítmico latido del corazón del Slytherin.
-Hmmm- concordó, luego susurró, antes de dejarse adormecer-. Oh...Feliz Navidad, Sev.
El maestro de pociones sonrió suavemente, sintiéndose abrumado por el deseo de aferrar y proteger a su nueva pareja. Porque definitivamente eso era lo que era Harry. No sería una relación de ensueño, eso era seguro, y ciertamente tendría una gran cantidad de explicaciones que dar en lo que se refería a Albus. Pero una voz irritantemente optimista en su cabeza, le estaba diciendo que era feliz. Y, por una vez en la vida, Severus Snape estaba inclinado a creerlo.
Sólo esperaba que el joven no se arrepintiera de su decisión, esto indudablemente lo destrozaría.
Y con la final e impactante comprensión de que él, y no Potter, era quien había necesitado sanar y ser rescatado emocionalmente, Severus sucumbió al primer sueño verdadero en años.
Continuará
Bueno chic@s , hasta aquí el capítulo 7. Esperamos que les haya gustado. En el próximo comenzaremos a ver algunas reacciones. Gracias por seguir por aquí y por sus lindos comentarios, y les contamos que la autora está muy feliz con sus review; un beso y nos vemos el viernes
REVIEW
Snorkita: Nos alegra que te guste y a menos que tengamos un contratiempo, el propósito es seguir actualizando cada viernes. A la autora le sacaron el relato de fanfic.net por dos veces y la verdad no comprendemos muy bien por qué. Está subiendo nuevamente los capítulos uno por uno, pero no te preocupes, nosotras tenemos la copia del fic y ya está terminado. Así que tranquila, hay Escapology para rato y hasta el final. Besos
Annita69_Lupin-Black : Pues sí, nuestro Gryffindor es muy valiente y siguió insistiendo, y tanto va el cántaro al agua.......que Sevie se quebró y se dejó llevar por sus sentimientos jeje. Para que veas que la insistencia......Que bueno que saliste bien en los exámenes. Un beso y nos vemos el viernes.
Azalea: Pues sí, como ves estos dos ahora sí que se acercaron. Sobre los malos entendidos, lee el próximo capítulo y lo sabrás (risas maquiavélicas a coro). Besos y hasta el viernes
Claw: Pues sí, Sevie derrite a cualquiera (incluir suspiro de Ali) Pero no seas mala con Harry, mira que también es bueno y ahora se está portando muy bien y es muy valiente, porque mira que Severus se lo pone difícil. Besos y gracias por continuar leyendo la historia.
Ana Rickman: Acá tienes el nuevo capítulo y bastante largo para que te des gusto. Como ves ya los dos lo tienen claro, pero mira que le ha costado a Harry convencer a Severus jeje, pero por algo es un Gryffindor. Un besote y te esperamos el viernes.
Fénix : Le pasaremos tus lindas palabras a la autora y para tu tranquilidad te cuento que ya el original está terminado y por supuesto nuestra intención es traducirlo hasta el final. Y sí, este Severus nos encanta también, porque es tierno pero con ese modo suyo tan característico. Besos.
AngiE-SBM : Pues ya viste como lo tomó Sevie, aunque bastante que tuvo que sudar el pobre Harry. Sobre la experiencia con los niños, la autora dice en los primeros capítulos, si mal no recordamos, que los estudios de pociones estaban muy relacionados con los de medimagia y allí había aprendido ciertas cosas sobre el nacimiento y el cuidado de los bebés. Besos y te esperamos el viernes
