Escapology
Autora: Cha-Cha-Chica
Traductoras: Alima21
Capitulo 13
MALDICION
-Entonces, ¿estás seguro acerca de esto?- preguntó Severus a su joven amante, mientras ponía una cucharada de una especie de natillas en la boca de Callisto.
Su ex-estudiante acababa de abordarlo con sus planes de convertirse en un Médico General de Muggles. Por supuesto, como los resultados de sus EXTASIs no habían sido del todo brillantes, sabía que tendría que aplicar para un curso de nivelación en una de las universidades de Medimagia locales, antes que el Ministerio siquiera considerara lanzar el hechizo para modificar la memoria que le permitiría practicar la Medicina Muggle, pero parecía determinado en su decisión.
Harry asintió, sosteniendo una variedad de folletos, tanto muggles como mágicos, contra su pecho.
-Definitivamente. Sé que va a ser un trabajo muy duro.....pero, comparado con todo por lo que he pasado....sé que puedo hacerlo. Y sé que esto es lo que realmente quiero hacer.
El mago mayor regresó a su silla y observó a su pareja con ojo crítico, antes de permitir que una sonrisa asomara a sus labios. Con un gesto de asentimiento, declaró:
-Estoy extremadamente orgulloso de ti. Y creo que tendrás mucho éxito como curandero.
Ruborizándose ante el cumplido de su una vez cruel Maestro de Pociones, el Niño-Que-Vivió sonrió.
-Gracias....no creo que sepas cuánto valoro tu apoyo en esto......
Snape asintió, y regresó a la tarea de darle el desayuno a su hija.
-¿Te das cuenta que, una vez que tu educación se complete, incluyendo los mejoramientos y la documentación del Ministerio, podrás practicar la medicina tanto en los círculos mágicos como en los muggles?- le preguntó después de un momento, sus ojos nunca abandonaron a la bebé.
Cayendo sobre una silla al lado de la mesa, el joven mago asintió.
-Sí. Aunque no estoy seguro de qué quiero hacer. Quiero decir, no deseo que la gente acuda a mí sólo por quien soy. Si empiezo con una pequeña práctica Muggle, tengo menos posibilidad de ser acosado por una jauría de cientos de magos y brujas....
Inmerso ahora en el proceso de limpiar la carita de Callisto con un paño húmedo, Severus suspiró.
-Amor, dado que *eres*el gran *Harry Potter*, los magos y las brujas definitivamente te encontrarán, y le dirán a todos sus irritantes amigos, y no dudes que de cualquier manera serás acosado por cientos de ellos, ya sea que elijas practicar la Medimagia o no.
Harry frunció el ceño ante el pensamiento.
-Entonces me llamaré Harry Snape. Entonces, es seguro que todos los magos y brujas evitarán el lugar – bromeó ligeramente a su enamorado.
Snape, sin embargo, se congeló ante el comentario casual.
El joven frunció el ceño con preocupación ante el silencio de su amado.
-¿Sev?- tanteó suavemente-. Lo lamento. Sabes que no quise decir.....
Ante estas palabras, el maestro de pociones se levantó y dio la vuelta. Sus ojos eran fríos y duros.
-Claro que no- siseó. Después de todo, ¿por qué *elegiría* Harry llevar su apellido?
Sin entender qué había dicho para disgustar a su pareja, el Gryffindor se paró rápidamente y caminó hacia el otro hombre.
-¿Qué te pasa?- dentro de su frustración, lo preguntó con brusquedad, e instantáneamente se arrepintió cuando Severus se irguió como una serpiente preparada para el ataque.
-¿Qué me pasa?- repitió el Slytherin, su letal tono era una mezcla de incredulidad y disgusto-. Claro- murmuró para si mismo-, a mí es a quien siempre le pasa algo- miró con furia a su joven amante-. Después de todo, qué podría haberme poseído para hacerme creer que yo podría enamorar a.......
-Detente, Severus- chasqueó Harry, sus ojos brillando con las lágrimas de miedo y tristeza-. No digas nada de lo que te arrepientas después.
Una risa fría y cruel escapó del mago mayor.
-Sugiero *Potter* que tomes nota de tu propia advertencia antes de repartir.
Los rasgos de Harry se suavizaron.
-¿Qué......?
En este punto, los gritos de Callisto eran extremadamente altos, y ambos se giraron a verla por un momento. Severus bufó y miró con furia a su pareja.
-Atiende a tu mocosa, Potter. Yo tengo asuntos más importantes que atender.
Internamente se estremeció de dolor al ser tan despiadado con su hija adoptiva; sin embargo, apartó sus sentimientos de culpa y dolor y salió de la cocina con paso majestuoso, sin dar otra mirada a su familia.
Harry observó como su amado se alejaba, preguntándose por qué sentía como si también estuviera caminando fuera de su vida. Girándose hacia su afligida hija, no se dio cuenta que estaba temblando hasta que la tomó en sus brazos.
-Está bien, bebé.....- intentó calmarla, descubriendo de repente que él también estaba llorando-. Él sólo.....- su voz se fue apagando.
-¿Él sólo qué? se preguntó el Gryffindor. ¿Cuál *era* el problema de Severus? ¿Qué había causado que lo atacara de una forma tan horrible? Estaban teniendo una conversación placentera y entonces el hombre sencillamente había *estallado* Harry sorbió ruidosamente; ¿qué demonios había dicho para disgustar de ese modo al otro hombre?
~*~
-¡Hola, ahí afuera!- gritó Sirius, su cabeza asomada en las llamas de la chimenea de Harry y Severus. Frunció el ceño al no obtener respuesta. ¿Quizás no estaban en casa y olvidaron desconectar la red floo? No. Eso no era típico de ninguno de los dos.
Se podían oír los gritos de Callisto, provenientes de algún rincón de la Mansión y el animago sonrió para si mismo. Esto respondía su pregunta, probablemente no habían escuchado la llamada desde el fuego debido a los gritos de la niña. Bien, entonces simplemente tendría que hacerles una visita.
Saliendo en el corazón de la mansión, se oriento por el sonido del llanto de Callie y se encontró caminando hacia la cocina. Como todavía era temprano, era muy probable que toda la familia estuviera desayunando, formando un cuadro de completa dicha doméstica.
Al caminar a través de la entrada, sin embargo, el Merodeador se detuvo ante la visión de su ahijado llorando con la bebé contra su pecho, las lágrimas fluyendo libremente desde los rostros de ambos. Frunció el ceño profundamente, dispuesto a apostar que había sido Snape quien había ocasionado todo ese dolor.
-¿Qué hizo el bastardo?
Las palabras abandonaron sus labios antes de poder pensar. Harry, con un jadeo, dio la vuelta en redondo.
-¡Sirius!- intentó amonestar a su Padrino por asustarlo, pero se encontró con que estaba totalmente drenado emocionalmente para eso.
El Gryffindor mayor se acercó, la determinación era evidente en sus zancadas.
-¿Qué te hizo el bastardo?- repitió, su enojo aumentando con cada segundo que observaba el sufrimiento emocional de su ahijado.
-Nada- contestó Harry, lo que hizo que el otro elevara una ceja con incredulidad. El chico suspiró- Peleamos.
-¿Él.....te hirió?
-¿Qué?- los verdes ojos se abrieron con la impresión, horrorizado ante el hecho de que Sirius pudiera siquiera pensar que Severus fuera capaz de algo así-. ¡No!
El animago frunció el entrecejo.
-Harry, nos conocemos lo suficiente para saber que tú no llorarías por una pequeña pelea de enamorados- habló calmadamente, tomando a su pequeña ahijada en sus brazos con intención de calmarla-. Así que te sugiero que empieces por el principio y me expliques exactamente qué hizo el cretino grasiento para que estés tan angustiado, porque en caso contrario, iré a preguntarle a él.
-Es probable que tú lo puedas entender mejor que yo- el mago más joven estaba muy contrariado, hundido en su asiento al lado de la mesa de la cocina. Ante la inquisidora mirada de Sirius, suspiró y se encogió de hombros-. Esta mañana estábamos bien. Le conté que finalmente había decidido lo que quería hacer con mi vida......y él me estaba apoyando.....y entonces....no sé. Se molestó.
-¿Por qué se molestó?
Harry puso los ojos en blanco.
-¿Crees que si lo supiera estaría aquí lamentándome?- siseó.
Callisto gimió ante el amenazante tono de su padre. Harry suspiró y corrió una mano por su cabello.
-Lo siento, Siri. Es sólo que estoy confundido......
-Por mucho que deteste admitirlo- comenzó el Merodeador-, Snape casi nunca se deja llevar. Por lo que he sido capaz de entender en todos estos años, sólo reacciona con violencia contra la gente que de veras le preocupa cuando algo le molesta verdaderamente y, la mayoría de las veces, no es algo repentino. Lo que sea que lo esté molestando, probablemente ha estado hirviendo a fuego lento bajo la superficie por algún tiempo, y algo dicho entre ustedes puede haber sido la paja que quebró la espalda del camello.....
El Niño-Que-Vivió asintió al tiempo que sorbía. Su Padrino tenía un punto.
-Así que, te preguntaré nuevamente- Sirius seguía hablando sin parar-. ¿Puedes recordar lo que dijiste antes que él estallase?
Harry se encogió al recordar la conversación de esa mañana. Habían hablado sobre su decisión final de ser curandero, luego el sutil intercambio de 'te amo', luego la observación de Severus sobre la clientela debido a su identidad, luego Harry había bromeado sobre tomar el nombre de Snape para que le temieran .........y luego las cosas se habían deteriorado entre ellos.
El joven mago frunció el ceño. Severus no podía haberse disgustado por un chiste contra su nombre.....después de todo, ciertamente, no era la primera vez que Harry hacía ese tipo de comentario en broma.
Ahora había una queja persistente en el fondo de su mente. Algo le fastidiaba respecto a esta cosa del nombre......algo relativamente significativo, estaba seguro. Luchó por recordar.
Entonces algo lo golpeó mentalmente.
Durante la debacle del susto por su posible embarazo, cuando como quien no quiere la cosa había estado bromeando sobre pequeños Snaplitos, la reacción de Sev había sido apagada. Una pequeña y casi dolorosa sonrisa había aparecido al frente de la memoria de Harry, completada con el ligero 'de hecho' y un cambio de tema.
Como si respondiera a las observaciones del Gryffindor, un ave voló a través de la ventana abierta, un rollo de pergamino con el sello del Ministerio atado firmemente en su pata. Harry le dio al ave unas migajas del ahora frío desayuno de Severus, agradecido, y con su atención enfocada en el pergamino que sostenía en sus manos, abrió el sello con mucho cuidado. Sus ojos escudriñaron el documento y una pequeña sonrisa apareció en sus labios
-¿Qué?- preguntó Sirius, después de un prolongado silencio.
Harry alzó la vista.
-Finalmente recibimos la carta finiquitando los detalles técnicos de la adopción de Callisto- alzó el documento para mostrarlo al Merodeador-. Es oficial. Ella es una Snape.
Y allí estaba la respuesta a su dilema, justo frente su rostro. Dando una apresurada disculpa a su Padrino, el joven Gryffindor corrió fuera de la habitación, intentando encontrar a su amado.
~*~
Severus estaba sentado en el oscuro corazón de su estudio, su mano derecha meciendo un vaso con firewhiskey en las rocas y su mano izquierda frotando el puente de su nariz aguileña. Reflexionaba que Harry debía estar echando humo allá abajo. Y con razón; el Maestro de Pociones había tratado extremadamente mal a su amante, lo sabía. Lo más probable era que Harry no tuviera idea de cuan profundamente lo habían herido sus palabras. De hecho, era un ingenuo joven, y Severus nunca había abordado el tema con él.
Un gruñido gutural escapó de lo más profundo del pecho de Snape, exponiendo su frustración consigo mismo. Había actuado de manera tan infantil al sentirse herido. Estaba profundamente avergonzado por la manera en que había insultado a su hija, y aún más por la manera frívola en que había denunciado su amor por su pareja
Por supuesto, el arremeter contra la gente era apenas una segunda naturaleza en él; nunca conoció nada diferente. Nunca tuvo un modelo que le mostrara una manera diferente de lidiar con sus sentimientos. Después de todo, su propio padre se había comportado igual; abusivo cuando sentía que se volvía emocionalmente vulnerable
Gimió y corrió su mano izquierda sobre su rostro. Ahora si que había hecho un desastre. Sabía que tenía que disculparse, un asunto que le creaba una angustia sin fin. ¡Demonios, él era un Snape! ¡Los Snape nunca se disculpaban! ¡Era un signo de debilidad!
-¡Maldición!- siseó para si mismo, los ojos oscuros perforando un hoyo en la chimenea apagada. Mentalmente, se dio cuenta que sonaba *exactamente* igual que su padre. Y extraordinariamente cercano a Lucius Malfoy también. Fue una sensación escalofriante, y si quería continuar su relación con Harry, su comportamiento debería ser definitivamente modificado.
Oh, eso no quería decir que fuera a empezar a vestirse con los colores de Gryffindor y ser 'cordial' con todo el mundo. Simplemente significaba que algunas de las tendencias de sangre pura que su padre y Lucius habían instalado en él, deberían ser lanzadas a un lado en su trato con su familia.
Quería que Harry y Callisto fueran felices con él, que no vivieran temerosos de su afilada lengua cada vez que se sentía emocionalmente inestable. Quería que tuvieran la relación que su madre y él nunca pudieron compartir con su padre. Y si eso significaba que tenía que comenzar a permitir que ellos entendieran cómo se sentía.......entonces, al menos *trataría* de dejárselos saber
Un golpe en la puerta lo sacó de su excursión interna y contuvo la respiración, preparándose para lo peor.
¿Y si Harry le decía que se marchaba? ¿Qué encontraba el comportamiento de Severus espantoso y no quería nada más con él? ¿Y si él, Snape, no volvía a ver a su hija ni a su amado nunca más?
-¿Sev?- la voz de Harry llegó atenuada a través del grueso roble.
Snape exhaló, reflexionando que si Harry había venido a poner fin a su relación, no estaría usando tentativamente su diminutivo.
-Está abierto- contestó, con un tono distante.
Se sentía molesto consigo mismo por actuar tan distante con su pareja, sin embargo, al parecer su cuerpo estaba actuando por instinto más que por emoción, algo que había aprendido en sus años de escuela. Desde muy joven, había estado determinado a nunca vivir de acuerdo con el sobrenombre que Black le había puesto, 'Snivellus'(N/T:quejica), y obligarse a cubrir cualquier emoción que sintiera. Y ahora, con muchos años de entrenamiento a cuestas, cuando añoraba mostrar a su amado cuanto le importaba, todavía su cuerpo parecía rehusarse a la tarea.
Ahora Harry estaba parado frente a él, sus ojos exponiendo reveladores signos de lágrimas. En sus manos sostenía un pergamino con el sello del Ministerio de Magia. El corazón de Severus comenzó a palpitar con miedo una vez más. Quizás Harry sí había decidido poner fin a toda relación entre ellos, y había enviado la documentación para cancelar el proceso de adopción de su hija.
El Maestro de Pociones, en un poco característico despliegue de emociones, tragó y levantó la mirada hacia su amado, esperando la estocada fatal.
-¿Sev?- repitió el Gryffindor, desconcertado por el destello de miedo en la mirada usualmente cauta de su pareja-. Lo lamento.
Severus se congeló con horror.
-¿Lo sientes?- alcanzó a repetir-. ¿Por qué?
Temía su respuesta. Miles de 'Y si...' todavía rondaban su cabeza, pero necesitaba escuchar lo que Harry tenía que decir.
-Por lo de antes....y por lo de meses atrás.......- Harry arrastró una mano a través de su desordenado cabello, obviamente frustrado al no poder explicarse con propiedad-. No....no me di cuenta hasta ahora de que el uso de tu nombre te afectaba tanto.......
El Slytherin suspiro con alivio de que Harry no le hubiera anunciado que se machaba, y luego frunció el ceño, pensando.
-¿Disculpa?- preguntó, desconcertado ante el hecho de que Harry hubiera llegado a la conclusión correcta sobre su comportamiento.
El joven mago sonrió suavemente, y quitó el vaso de firewhiskey de la mano de su antiguo profesor, antes de sentarse cuidadosamente en el regazo del hombre. Extendió hacia su amado el documento del Ministerio.
-Recibimos esto luego que saliste abruptamente.....- se encogió de hombros- . Y de repente todas las piezas encajaron.
Dio a Severus unos momentos para leer el pergamino y luego acarició con la nariz el pliegue del cuello de su pareja, inhalando su aroma.
-Yo bromeo sobre tu nombre.....bromeo sobre el nombre de nuestros futuros niños......ni una vez te he dado razones para creer que soy serio acerca de nuestra familia......- suspiró-. Pero *lo soy*, Sev, yo.......
El Slytherin silenció a Harry con un beso. Sonriendo lo alejó, y cubrió su rostro con su mano derecha, mientras la izquierda subía por la espalda del chico, y jugueteaba con el cabello de su nuca.
-Te amo, Harry- la confesión fue tan suave que apenas se escuchó-, y de veras lamento la forma en que reaccioné antes.....
-Shhh- Harry presionó su dedo índice sobre los labios de Severus-. Así eres tú, Sev. No esperaría que reaccionaras de otro modo. ¿Sabes? Sólo deseo que me dejes entrar. No necesitas ocultarme tus sentimientos. Sé que eres una persona privada y no espero que me digas cada pequeña cosa que te disguste, simplemente no es tu estilo; pero, Amor, las cosas grandes, aquellas que obviamente persisten por mucho tiempo, las que nos afectan a ambos.....quiero saberlas.
Severus asintió, e inclinó su frente contra la de Harry, cerrando los ojos
-Trataré, Amor.
Harry sonrió.
-Es todo lo que puedo pedirte.
Después de pasar unos minutos besándose y disfrutando la adopción oficial de su hija, finalmente Snape frunció el ceño.
-¿Dónde está Callie? Seguramente no la habrás dejado sin vigilancia.....
Mirando ferozmente ante la presunción de su amado, Harry cruzó los brazos sobre el pecho.
-La dejé en la cocina con Sirius.
-¿Black está aquí?- gimió Severus- Y supongo que sabe lo que pasó. No dudo que mientras conversamos esté planeando mi inminente asesinato.
Harry puso los ojos en blanco.
-En realidad, cuando se lo dije comenzó a buscar excusas para disculparte. Fue gracias a él que empecé a entender todo.....
El mago mayor frunció ligeramente el ceño ante la confesión.
-De hecho....
Con un suspiro, el Gryffindor se levantó del regazo de su pareja y le tendió una mano.
-Vamos.....mientras más pronto bajemos y lo enfrentemos, menos nos molestará con lo que pasó antes.
~*~
Sirius levantó la vista desde el sofá en la sala mientras Severus y Harry bajaban las escaleras. Sus ojos derivaron hacia sus dedos entrelazados y sonrió ligeramente.
-¿Así que solucionaste las cosas con Sniv, Harry?- su tono era burlón pero libre de malicia.
El joven Gryffindor puso los ojos en blanco ante el juguetón comentario.
-Sí, *SEV* y yo sorteamos los inconvenientes.....
El animago asintió. Después de otro momento de silencio, Severus aclaró su garganta y estrechó su mirada en dirección a Sirius.
-¿Hay alguna razón del por qué Harry y yo debamos sufrir el *placer* de tu compañía? ¿Digo, además de tu habitual intención de hacer mi vida tan insoportable como sea posible?
-Severus, estoy verdaderamente herido- Black colocó la mano sobre su pecho y sorbió para agregar efecto. Harry bufó; su Padrino era la imagen del melodrama burlón. Sirius le sonrió al otro hombre y se sentó frente a él-. En realidad- empezó seriamente-, en un principio llamé para ver si me podían dejar a la pequeña Callie un rato.
-Ya veo- observó Snape, con evidente sospecha en sus órbitas negras-. ¿Y por qué estás haciendo semejante petición?
El Gryffindor mayor puso los ojos en blanco.
-¿Acaso necesito una excusa para visitar a mi ahijada?- preguntó.
Harry y Severus respondieron al unísono.
-No.
-Definitivamente.
El joven Gryffindor miró con dureza a su amante, quien se limitó a encogerse de hombros.
-Aunque este dispuesto a intentar llevarme bien con el hombre, eso no significa que le vaya a confiar la vida de mi hija- explicó el maestro de pociones tranquilamente-. Supongo que lo entiendes- agregó, mirando a su némesis de juventud-. Nada personal
Sirius rió ligeramente.
-Por supuesto- atrapó los ojos de Harry-. Tampoco le confiaría *mis* niños al cretino grasiento.
Con un gemido de molestia general, Harry tomó a su hija de brazos del Merodeador.
-Renuncio con ustedes dos.
-Créame, señor Potter- se arrastró una voz desde la chimenea, haciendo que a Harry se le congelara la sangre en las venas-, cuando le digo que lo apoyo incondicionalmente en esos sentimientos.
-Lucius- exclamó Severus con desprecio, su varita apuntando al hombre rubio parado en su sala-. Aunque no me sorprende que hayas logrado romper mis defensas, más bien debo preguntarte por qué te tomó tanto tiempo- el desprecio se convirtió en una sádica sonrisa de superioridad-. Claro, siempre fuiste un mago *promedio*
El otro Slytherin no mordió el anzuelo. En lugar de eso, se concentró en la bebé que estaba en los brazos del Niño-Que-Vivió. Dio un paso adelante, intentando acercarse para inspeccionarla, pero Black y Snape se cruzaron delante de él, sacando a Harry y Callisto de su vista. Ambos hombres gruñeron al aristócrata.
-Un paso más, Malfoy, y no dudaré en dejar que el chucho te ataque- siseó Severus, haciendo un gesto hacia su viejo rival de la escuela.
Sirius estrecho los ojos, y asintió indicando que estaba de acuerdo, antes que una fiera sonrisa cruzara su rostro.
-No que Snivellus aquí pueda controlarme. Simplemente estoy impaciente por *demostrar* mi acuerdo- puntualizó la palabra 'demostrar' rechinando los dientes.
El rubio simplemente sacudió la cabeza divertido. Era claro que no estaba intimidado.
-Severus- murmuró, su tono era una inquietante mezcla de decepción y diversión-. De verdad. Puedo entender el comportamiento de los Gryffindors- escupió el nombre como si fuera alguna clase de obscenidad-, ¿pero de un compañero Slytherin?- preguntó-. ¿Qué pasó con la cortesía entre compañeros de Casa?- avanzando deliberadamente otro paso, sonrió maliciosamente ante el rostro del Maestro de Pociones-. ¿Entre antiguos amantes?
Un jadeó sonó detrás de ellos, y Snape cerró los ojos, intentando recuperar el control sobre su ira.
-No creo que nunca hayamos sido *corteses*, Lucius- siseó-. Experimentamos en nuestra juventud, pero *nunca* fuimos *corteses* uno con el otro- los ojos negros taladraron los orbes grises, ambos hombres recordando un tiempo repleto de precipitadas cogidas contra los muros de los cobertizos de las escobas en Hogwarts, que los dejaba heridos y sangrantes de tiempo en tiempo.
No; la cortesía nunca había sido un tema entre el estudiante de Hogwarts y su joven compañero de Slytherin
El rubio se encogió de hombros, decidiendo intentar una perspectiva diferente.
-Tú y yo somos hombres de clase, Severus. Sería muy poco ortodoxo que nos enfrascáramos en una pelea por cualquier asunto- se acercó otro paso-. Además, nuestras leyes dictan que tengo *derecho* a conocer a mi nieta.
-Eso tiene sus límites, Malfoy- gruñó Sirius-. En tu caso, tendrías que tener permiso de sus *dos* guardianes legales, a menos que estuvieran muertos o incapacitados.
Severus enmascaró una mueca interna de dolor. "Claro, Black. Dale al loco de atar *más* incentivos para liquidarnos"pensó. Curvando su labio con repugnancia, hizo un gesto hacia la chimenea con su mano libre, su varita todavía firmemente apretada en la otra.
-Sugiero que te vayas , Lucius, antes que tome acciones por tu invasión.
Callisto estaba llorando, sin embargo Snape y Sirius estaban plantados firmemente.
-*Fuera*, Malfoy- Severus lanzó un último gruñido, apenas conteniéndose de arrastrar al viejo mago fuera de la mansión.
-Caballeros- Lucius dijo la palabra con evidente repulsión-. Todo lo que quiero es ver a mi nieta. Si algo me pasara, es la única heredera viva de la hacienda Malfoy, y......
-Nos importa una mierda- espetó el animago.
El rubio no se inmutó, y continuó con calma.
-No tengo malas intenciones- clavó sus ojos en los del dueño de casa-. Aunque estoy......decepcionado....al encontrarme con que la heredera Malfoy no ha sido inscrita con mi apellido, quiero asegurarte que no voy a protestar la adopción, ni a pedir que sea alejada de su padre biológico- por un momento, el maduro Slytherin pareció realmente afligido, e incluso su tono de voz era inusualmente tenso debido a la emoción-. Ella es todo lo que me queda de mi hijo. Aunque no puedas creerme, Severus, me..... *preocupaba*......por él.
-¿Lo hacía?- preguntó la voz de Harry, desde algún lugar por detrás de su Padrino y su pareja. No sonada convencido en lo más mínimo-. ¿De verdad, señor Malfoy? – se paró, la bebé aún llorando en la seguridad de sus brazos, y se acercó al grupo parado en su salón-. Por lo que pude ver, su hijo sólo había sido un niño sin amor, como yo- dejó escapar una fría risa- . ¿Qué otra cosa cree que podía impulsarnos a contar uno con el otro para nuestra liberación?
Lucius se encontró mirando los furiosos ojos verdes.
-Me preocupaba por mi hijo, señor Potter. Nuestra situación era compleja. No tengo que responderle por............
-Sí tiene- insistió el Niño-Que-Vivió-. ¿Dijo que quiere conocer a su nieta? ¿Familiarizarse con ella? Bien, *YO* quiero que ella conozca una familia que no tema amarla- frunció en ceño, pensando como exponer el modo en que se sentía sobre el asunto-. Entiendo que quiere conocerla como beneficiaria de la fortuna Malfoy, ver a dónde ira su abundancia cuando usted deje de existir, pero no me convence que quiera conocerla como la hija de su hijo. No creo que sea una buena idea dejar que mi hija conozca a su abuelo, un hombre insensible y frío, incapaz de hacer saber a su propia carne y sangre que se preocupa por ellos.
El rubio Slytherin señalo con la cabeza en dirección de Severus.
-¿Y qué hay de Severus? No es propenso a demostrar su afecto; de hecho, todos sabemos que es conocido precisamente por lo contrario. Y aún así le permitiste adoptar a tu hija; le diste permiso para sustituir su apellido, el reconocimiento de su herencia de sangre, con el propio.
Harry sonrió suavemente.
-El Severus que el mundo conoce no es el mismo que el Severus que conoce su familia. Para Callisto, no es otra cosa que un padre que la adora. Contrario a lo que usted pueda creer, señor Marfoy, el demostrar amor no es un signo de debilidad. Es evidencia de una fuerza interior que sólo las personas más importantes de nuestra vida conocen. No quiero negarle a su familia- Harry ignoró las unánimes protestas de Severus y Sirius-, y definitivamente tampoco quiero negársela a Callisto; sin embargo, entenderá por qué no puedo dejar que se encariñe con usted. No podría soportar que resultara lastimada. Emocional o físicamente.
Los tres hombres estaban impactados ante la madurez del planteamiento de Harry.
En ese momento, Sirius supo que su ahijado se había visto obligado a crecer increíblemente pronto y no podía hacer otra cosa que sentirse orgulloso del modo en que estaba plantado sobre el piso.
En ese momento, Severus no podía culpar al Gryffindor de ser un 'tonto' o un 'total imbécil', y se convenció de que había tomado la decisión correcta al rechazar su pasada depravación emocional para permanecer con su amante.
Y, en ese momento, Lucius Malfoy se dio cuenta del por qué el Señor Oscuro nunca había tenido éxito en destruir al joven y lo inundó un extraño sentimiento, casi de humildad, ante las palabras de Harry. Con increíble exasperación, las emociones que las palabras del chico habían removido en su interior parecían casi extrañas.
-De hecho, señor Potter- se encontró contestando, todavía confundido por el pesar que sentía ante el hecho de no haber conocido nunca a su propio hijo, un efecto definitivamente malo del discurso de Potter. Curvó su labio superior cuando habló-. Perdóneme- comenzó desdeñoso-, si no empiezo a dar saltos alrededor declarando mi amor por todas las criaturas del mundo- elevó su quijada-. Soy un Malfoy y continuaré comportándome como tal.
Créalo o no, eso no implica que yo sea incapaz de tener emoción. Créame cuando insisto, Potter, en que fueron las emociones las que me impulsaron a venir aquí hoy con la esperanza de conocer a mi nieta. Sin mis tradicionales ataques a la herencia
Harry sonrió a sabiendas que el estallido liberador del rubio era lo más cerca que cualquiera de ellos estaría de escuchar la aceptación del viejo mago, de que en realidad amaba a su hijo y lo extrañaba terriblemente. En un breve destello de imaginación, Harry supo que le debía haber costado un gran esfuerzo al aristócrata mago, prácticamente suplicarles que le permitieran ver a la única familia que le quedaba y conservar intacta su dignidad.
-Bien, señor Malfoy- el joven Gryffindor inclinó la cabeza en reconocimiento.- Ésta- dobló la cabeza en dirección a la bebé en sus brazos-, es Callisto. En realidad, desde ésta mañana, Callisto Orinda Snape- expreso su nombre con orgullo.
Lucius se adelantó tentativamente, consciente de los dos hombres que lo flanqueaban protegiendo a la pequeña. Inclinó su cabeza para observarla, descubriendo uno ojos azul grisáceo que lo miraban inquisitivamente. Apenas registró su ligero jadeo. Esos ojos, tan parecidos a los de su hijo. Iguales a los propios. Una inspección más detenida, le permitió distinguir que también tenía los pómulos Malfoy. Sofocando una pequeña sonrisa que amenazaba rebasar su resolución, regresó la mirada a los ojos de Potter.
-¿Puedo?- preguntó, extendiendo los brazos ligeramente.
Escuchó el gruñido de Black detrás de él, y podría jurar que Severus se puso rígido a su lado. El Niño-Que-Vivió miró al hombre, sus ojos mostrando un breve destello de tristeza.
-Lo lamento, señor- habló calmadamente-. Pero entenderá por que no puedo confiársela...todavía
'Todavía' parecía ser la palabra operativa en la oración, meditó Lucius. Internamente, el una vez Mortífago estaba impactado más allá de lo creíble. A pesar de que habían intentado asesinar al chico una y otra vez, Potter le estaba dando una oportunidad.
Regresando a su máscara de persona sin emociones, se limitó a acomodar su túnica y asentir al joven.
-Por supuesto, señor Potter- habló, su tono no traicionaba la esperanza que repentinamente había nacido en él. Sus ojos, sin embargo, no eran tan estudiados como Severus había visto, y a Harry, parado frente a él, se la cayó la mandíbula de la impresión al observar las emociones que refulgían en la intensa mirada del rubio mago
Lucius, concentrado con tenacidad en mantener su fachada de hombre de negocios, perdió el reconocimiento y la sorpresa en el rostro de Potter. Y continuó:
-Creo que usted y yo tenemos mucho que discutir- explicó al joven-. Sin embargo, me doy cuenta que fue suficiente por un día- girándose con gracia, caminó de regreso hacia la chimenea, y asintió hacia los tres hombres-. Severus, señor Potter, Black- rizó el labio en señal de aversión ante este último nombre, pero conservó su aire profesional cuando se dirigió a los otros dos-. Gracias por su tiempo, caballeros. Espero que nuestra próxima reunión sea en mejores términos.
Y con eso se fue.
Harry estaba consciente de las dos idénticas miradas de asombro que estaba recibiendo. Levantó la vista hacia su pareja y su Padrino con inocencia.
¿Qué?
~*~
Días más tarde, Harry se despertó con el delicioso olor que indicaba un desayuno en la cama. Olfateó el aire antes de abrir los ojos a la visión ante él. Se sentó y se reclinó contra la cabecera de la cama, colocando sobre su regazo la bandeja de servir llena de los más deliciosos alimentos.
-Buenos días, Amor- lo saludó Severus, girando para regresar a su cama, cuidando de no molestar la bandeja de alimentos.
Severus se sentó al lado de su joven amante, y besó su frente con afecto
-Feliz cumpleaños.
El Gryffindor sonrió, y se giró para capturar los labios de su amado en un agradecido beso.
-Gracias- contestó, su estómago lanzando un sonoro gruñido-. Es brillante.
El mago mayor asintió, y se sirvió una tostada y huevos.
-Por supuesto- replicó juguetón-. A diferencia de *algunos* magos, definitivamente tengo elegancia para cocinar.
Harry rió y atacó el tocino.
-No sé de qué estás hablando, Sev- declaró, antes de tomar un gran bocado de tostada. Su siguiente oración fue completamente inintelegible.
-¿Disculpa?- preguntó Snape, tomando otra tostada con mermelada.
-Lo siento- el joven mago sonrió avergonzado, tragando apropiadamente-. Dije que tú y yo sabemos que soy tan bueno como tú en la cocina, sino mejor.
Era verdad, aunque sus respectivos talentos culinarios provenían de diferentes causas. Mientras Severus había transferido sus meticulosas habilidades en Pociones hacia la cocina, Harry había crecido cocinándoles a sus podridos familiares, haciendo las comidas desde una edad escalofriantemente temprana. Había sido su miedo a ser encerrado en la alacena por días interminables lo que lo había acicateado para perfeccionarse en la cocina, mientras la perfección de Severus venía del hábito. Sin embargo, en ambos casos, los hombres pronto descubrieron su pasión por el arte culinario, y probaron ser excelentes cocineros con méritos propios. Al menos, reflexionó Severus, Callisto nunca podría quejarse de patéticas comidas mientras creciera. No con padres como los suyos
-De hecho, señor Potter- aceptó Severus-. Ahora cómete el desayuno. Hay mucho que hacer hoy para holgazanear en la cama.......aunque, esto podría probar ser bastante agradable.
Harry rió entre dientes y levantó el vaso de jugo de naranja, preguntándose que estaría tramando su amado.
~*~
-¡Feliz cumpleaños, compañero!- sonrió Ron, dando un paso fuera de la chimenea y envolviendo a su mejor amigo en un abrazo, completado con golpecitos afectuosos en su espalda. Tendió un paquete al joven de pelo negro, y se encogió de hombros con timidez-. ¡No es mucho, pero espero que sea útil!
Con una sonrisa, Harry le aseguró a Ron que no importaba el regalo, lo que realmente importaba era el gesto. A menos que el regalo fuera una trampa explosiva. En ese caso Ron sería realmente hechizado.
La siguiente en llegar fue Hermione, apenas minutos después de Ron, y salió del hogar con tal velocidad que Harry casi le preguntó quien la estaba persiguiendo. Por supuesto, nunca tuvo oportunidad, mientras sus brazos se enroscaban apretadamente alrededor de él, cortándole el suministro de aire.
-Aire, Mione, *AIRE*- suplicó, hasta que ella se ruborizó y lo soltó.
-Feliz cumpleaños- sonrió, entregándole su regalo. Era un paquete de forma extraña, lo que indicaba que había roto su record y le había regalado algo distinto a un libro. Resultaba intrigante, aunque, todo lo era.
El trío rápidamente se enfrascó en una conversación profunda, ya que no se habían visto desde la graduación dos meses antes. Claro, se habían comunicado por el fuego y con lechuzas, pero nada de eso era tan bueno como hablar en persona.
Severus se sentó con Sirius y Callie, observando a los jóvenes magos. Les había mandado una lechuza personalmente, solicitando su presencia para un almuerzo íntimo, en celebración del dieciochoavo cumpleaños de Harry. Ambos habían aceptado entusiasmados, y lo sorprendieron al preguntarle si necesitaba algún tipo de ayuda para preparar la comida. Naturalmente, la respuesta de Granger no lo había desconcertado tanto como la de Weasley, aunque sospechaba que Molly había dado a su joven hijo un curso intensivo sobre "Como Responder Con Etiqueta a tu Ex – Profesor de Pociones"
Albus también había sido invitado, por supuesto. Así como Minerva y el resto de los Weasley. Los gemelos, para el gran alivio de Severus, habían declinado, alegando que sus crecientes negocios los mantenían muy ocupados, y todavía no tenían empleados que cubrieran su ausencia. Bill también se disculpo por no poder asistir, pero envió sus mejores deseos a Harry, Callisto y el mismo Severus. El resto de los Weasley, por lo que sabía, iban a asistir.
-¡Oh!, ¿dónde está la pequeña?- flotó la voz de Ron, y Severus ocultó su sonrisa mientras el pelirrojo miraba alrededor, como si esperara que la bebé estuviera caminando por ahí.
Harry estaba claramente divertido, y miró hacia donde estaban sentados Severus y Sirius, una sonrisa en su rostro mientras contestaba:
Sev está con ella. Aunque estoy seguro que no le importará prestártela por un rato.
El chico Weasley se acercó al sofá y sonrió a su ex – maestro de Pociones.
-Hola, señor- saludó feliz, haciendo que Severus arqueara una ceja-. ¿Podría robarle a Callie por un rato?
Sirius rió ante la escena desplegada, haciendo que el mismo Severus lanzara una genuina sonrisa, efectivamente impresionado por el joven pelirrojo.
-Antes que nada, señor Weasley, ya no soy su profesor, y no soy precisamente partidario de destacar mi edad, así que evite llamarme 'señor' o 'profesor'. Miró hacia donde estaban Hermione y Harry, sentados en el piso-. Y esto se aplica también a usted, señorita Granger.
-¿Cómo deberemos llamarlo entonces?- preguntó ella, claramente incómoda al hablar tan casualmente con él. Era tan obvio que deseaba agregar el 'señor' o 'profesor' al final de la pregunta.
Él le sonrió a la chica, lo que casi provoca un ataque cardiaco a Weasley y contestó:
-No me desagradaría que usaran mi nombre.
-Bastante justo, Sev, pero entonces, de acuerdo con tu razonamiento, deberías corresponderles llamándolos también por sus nombres- le informó Harry amablemente.
Estuvo de acuerdo, y entonces se giró al joven
-Y en cuanto a tu otra pregunta, Ronald.....- los tres adolescentes lo enfrentaron. Suspiró y los miró directamente-. ¿Qué?
Ronald arrugo su nariz claramente disgustado.
-No me gusta que me llamen Ronald. Me hace pensar en un problema con mamá y papá o algo por el estilo. Preferiría Ron, señ....er....Severus
-De hecho- replicó el Slytherin-. Muy bien, Ron- el nombre se sentía extraño en su lengua, pero podría acostumbrarse. Después de todo, hubo un tiempo en que Harry era una palabra extraña en sus labios-. Como estaba diciendo, toma a Callisto y no creo necesario decirte que seas cuidadoso con ella
El pelirrojo rió y negó con cabeza, acostumbrándose gradualmente a un no tan horrible Severus, del que se había enamorado su mejor amigo.
-No se preocupe, soy bueno con los niños. Es algo piadoso que Charlie sólo haya tenido uno. Entre mamá y yo, no sé quien está tratando de convencer al otro que se asiente y comience una familia- bajó la vista hasta la pequeña en brazos del Profesor de pociones.
-En todo caso, ya los entretuve bastante. Toma a la niña.
Sacudiendo la cabeza con diversión, Severus entregó cuidadosamente a su hija al joven y observó como se reunía con Harry y Hermione, transportándola con una gracia natural. A su lado, Sirius soltó una risita.
-Resulta curioso que, de ellos tres, Hermione sea la única que esté incómoda rodeada de niños, ¿no lo crees?- preguntó.
Severus se giró hacia él.
-En cierto modo, sí. Aunque era bastante previsible. Harry es una persona que se adapta fácilmente a cualquier contacto humano positivo. Ron viene de una gran familia, y es evidente que disfruta la compañía de los niños. Hermione, por otra parte, es hija única, y todo su conocimiento y experiencia lo consiguió de los libros.....el instinto maternal no es algo que te puedan enseñar en los libros.
El animago entornó los ojos ligeramente
-Sí, sí, Sniv- convino-. Pero es curioso.
Minutos más tarde llegaron el Director de Hogwarts y su Subdirectora. En lugar de transportarse por la red floo, esos dos habían elegido aparecerse, con la certeza de que Severus había manipulado los encantamientos protectores alrededor de los terrenos para permitirles la entrada. Como Hogwarts, la Mansión Snape tenía encantamientos protectores anti-aparición. Sólo Severus y Albus eran capaces de manipularlos, aunque pronto harían lo necesario para que Harry también pudiera.
Después de los respectivos saludos y entrega de regalos al cumpleañero, Minerva y Albus se dirigieron hacia donde estaban sentados Severus y Sirius, encantados ante la revelación de que los dos viejos rivales ya no estaban intentando maldecirse uno al otro. Justo cuando se enzarzaban en una entretenida conversación, Molly y Arthur Weasley emergieron de la chimenea, seguidos de cerca por Charlie, su hijo Aiden y Percey.
Severus y Harry saludaron al grupo con cortesía, y entonces se encontraron envueltos en cálidos abrazos, ante la gran sorpresa de Severus. Mientras Snape luchaba por recuperar la compostura, Harry aceptó sus regalos y felicitaciones y luego preguntó al curioso niño de dos años que acompañaba a Charlie si quería algo con que jugar. El único Weasley de pelo oscuro pareció adorar la sugerencia y Harry convocó unos cuantos juguetes de su hija, antes de conducir al niño hacia el pequeño grupo en el piso.
El Maestro de Pociones de Hogwarts observó por un momento mientras el pequeño tomaba nota de la bebé en brazos de su tío Ron. Aiden estiró el brazo por un momento, como si fuera a tocar a la bebé, pero su tío sacudió la cabeza y le explicó que tenía que ser 'muy, muy gentil, porque se maltrataba con facilidad'
Por supuesto, lo que el mini Weasley realmente entendió fue que no se le permitía tocarla a menos que alguien lo ayudara.
-Severus- murmuró alguien a un lado del profesor, haciendo que su atención se alejara del otro lado del salón-. Debo admitir que me causo cierta sorpresa recibir una invitación *tuya*, de entre toda la gente, para el cumpleaños de Harry- los divertidos ojos de ónice se reunieron con los avellana, y Charlie continuó, hundiéndose en su asiento-. Bien pensado, es algo sorprendente recibir una invitación tuya, punto.
El otro mago sonrió.
-*Soy* un Slytherin, Charlie. El Cabeza de mi Casa, de hecho- respondió con ligereza-. Es parte de mi trabajo mantenerme alerta ante el resto de ustedes, *especialmente* los Gryffindors.
-Ah- el domador de dragones asintió con comprensiva burla-. Veo. Por supuesto, al ser un Slytherin y uno tan importante- entornó los ojos ligeramente- debe haber algo bueno para ti.
-¿Además de quedarme con los libros buenos de Harry?- reflexionó Severus, para luego sonreír ampliamente-. Eso, señor Weasley, es algo que yo sé, pero tú nunca averiguarás. Un Slytherin nunca revela sus secretos.
El mago más joven, aunque no mucho, rió con diversión, permitiendo que su mirada derivara hacia donde estaba sentado su hijo, jugando con unos muñecos de peluche, completamente entretenido por el Trío de Oro. Snape siguió la dirección de su mirada.
-Tu hijo es un niño hermoso- pondero el Slytherin amistosamente, antes de sonreír-. Debe parecerse a su madre. La ausencia de pelo rojo es extraña en un Weasley.
El otro hombre suspiró y sacudió la cabeza con una pequeña sonrisa.
-Gracias, Severus. Aunque, no sé si estoy de acuerdo con el comentario sobre el pelo.
-Charlie- Severus se puso serio, al notar la resignación en la voz del joven mago-. ¿Me puedes ayudar en la cocina?
De una animada discusión con Sirius, la cabeza de Molly giró en su dirección.
-¿Escuché algo sobre ayudar en la cocina?- su sonrisa se ensanchó-. Estaría más que feliz....
-No, Molly, aunque agradezco tu oferta- la interrumpió Severus, asegurándose de rechazarla con los modos de un perfecto caballero-. Sin embargo, creo que aquí Charlie es perfecto para el trabajo- le sonrió amablemente-. Si requiero tus habilidades, te aseguro que no dudaré en preguntar.
Arthur sacudió la cabeza mientras observaba el intercambio y luego se volvió hacia Albus, Minerva y Percy, quienes estaban discutiendo sobre la elección de las nuevas autoridades del Ministerio. Arthur mismo había sido nominado como candidato, al igual que Lucius Malfoy y una mezcla de funcionarios del Ministerio procedentes de otras divisiones.
Molly suspiró, y le recordó a Severus que estaba dispuesta a ayudar con lo que pudiera necesitar antes de permitirle abandonar la habitación, prácticamente arrastrando al joven con él.
Una vez en la cocina, el Slytherin estrechó la mirada ante el Gryffindor.
-Muy bien, échalo fuera.
-¿Echar fuera qué?
Cruzando los brazos sobre el pecho, Snape suspiró con frustración.
--Lo que sea que hizo que te pusieras melancólico cuando elogié a tu niño.
Su forma de abordarlo, en retrospectiva, no había sido precisamente brillante.
El Gryffindor se resintió de inmediato.
-No es tu asunto, Snape.
-Oh- bufó Severus-. Regresamos a los apellidos, ¿cierto? No puedo pensar en ninguna otra manera de disuadir a un viejo cretino grasiento, de hacer preguntas que.....
-Severus, por favor.....- Charlie se escuchaba derrotado-. Sólo déjalo ir.
Severus observó al joven mago, quien estaba sentado en un taburete, su torso reclinado sobre el mostrador. Aunque no habían hablado apropiadamente en años, al Slytherin le gustaba pensar que su amistad permanecía intacta, y ver a su joven amigo en tan visible tormento emocional, le preocupaba muchísimo. Tomó un asiento al lado del Gryffindor y se limitó a esperar, a sabiendas que muy pronto Weasley se quebraría y revelaría lo que le inquietaba.
No tomó mucho tiempo.
-Eres un maldito cretino entrometido, ¿lo sabías, Snape?- suspiró Charlie, antes de lanzarse en su explicación-. Bien, ¿por dónde empiezo? Supongo que el principio es un lugar tan bueno como cualquiera.....Verás, en realidad Aiden fue una gran sorpresa.
Severus se movió ante el comentario, pero el Gryffindor levantó una mano y le lanzó una mirada que recordaba extremadamente a sus propias miradas condescendientes en el aula.
-¿Quieres escucharlo o no?- Snape sabía la mejor manera de responder y Charlie sonrió ante su silencio-. Es lo que pensé- el pelirrojo respiró profundamente-. Fue una especie de 'cesta en la puerta' sorpresa- el Maestro de Pociones lo miró con sorpresa y el joven rió entre dientes-. Quiero decir, *es mío*.....tanto las pruebas de ADN mágico como las muggles lo demuestran.....pero podrás imaginar mi impresión al abrir la puerta un día y encontrarlo. Parecía un asunto de novela.
-Puedo ver como eso debe haberte disgustado- comentó Severus
Charlie frunció el ceño.
-Hacia allí voy- insistió, antes de ponerse cómodo-. De cualquier modo, mi vida se trastornó al instante. Digo, me había acostado siendo soltero y me despertaba con un niño recién nacido y un montón de documentos que manifestaban que yo era su único guardián, y que su madre no quería saber nada más de ninguno de nosotros.
-Ah.....- ahora Severus tenía una idea de qué estaba carcomiendo a su joven amigo.
Ignorando al Slytherin, Charlie continuó:
-Demonios, hasta el día de hoy todavía ignoro su nombre, así que ¿cómo podría encontrarla? Excepto teniendo suerte con las pruebas de ADN, siempre y cuando ella tuviera un historial en el Ministerio o la policía Muggle- resopló-. Y la probabilidad de que eso ocurra es bastante tenue- una medio sonrisa desanimada cruzó sus labios-. Ya sabes lo que dicen: el mejor anticonceptivo es un nombre falso. Ciertamente funcionó para ella.
-¿Y te arrepientes de no haber usado la misma política?- el tono de Snape era en cierta medida frío, aunque simpatizaba genuinamente con el joven mago.
Charlie sacudió la cabeza.
-Ya no. Aiden me ganó- sonrió.- No te mentiré diciéndote que no me amargué al principio. Todo mi estilo de vida sufrió un cambio, ¿y por qué? Un niño. Un niño que yo no había planeado. Quiero decir, la mayoría de los padres tienen unos meses para acostumbrarse. Pero yo no.
-Ni yo- el comentario fue casi mudo.
El Gryffindor miró los ojos de su viejo amigo, su rostro asumiendo una expresión seria, de comprensión y diversión. Su sonrisa regresó.
-Sí, supongo que sabes como se siente.
Severus sacudió la cabeza.
-No....no lo sé. Al menos no en la misma medida que tú.
-Bien, no.....- Charlie se removió incómodo en su asiento-. Pero tienes alguna idea......
-De hecho....aunque creo que de cierta manera estás eludiendo el asunto- los ojos de ónice perforaron los avellana-. Así que, déjame recapitular; estás disgustado por tu hijo, en tu creencia de que su vida no será completa sin ambos padres. Estás enfadado con la mujer porque no quiere verlo ni aceptarlo.
Charlie jadeó y Severus se echó a reír.
-Cierra la boca. No eres un pez.
-¿Cómo demonios lees a la gente......
Severus rió nuevamente y sacudió la cabeza.
-No estoy 'leyéndote', Charlie. Practico Legimancia, pero en este momento simplemente sumé dos más dos- suspiró-. Harry, después que Callisto nació, mencionó algo parecido. Estaba...disgustado....de que su hija creciera con un solo padre. Estaba enfadado de que Draco se hubiera interpuesto frente a una maldición mortal, considerando que con esa acción estaba 'tomando el camino fácil'. Tu situación no difiere de la suya. Y, siendo un Gryffindor, asumí que tendrías el mismo esquema de pensamiento.
-No tengo idea si eso es un insulto o no- Charlie lanzo una media sonrisa.
Snape movió su mano desestimándolo.
-Ninguno de los dos. Pero te diré lo que le dije a él; tu hijo va a tener una familia amorosa, ya sea que tenga dos padres o no. ¿Y sobre que su madre desertó? Es obvio que tenía sus razones, y estoy seguro que ahora no puedes imaginar tu vida sin tu hijo, y tienes que agradecerle eso a ella. Sí, fue cobarde, pero también te dio un regalo muy especial.
Nuevamente Charlie jadeó y Snape se puso en pie.
-Si dices a *alguien* una sola *palabra* sobre un 'Snape sentimental', personalmente me aseguraré de que Aiden se quede huérfano- completó su amenaza con una sonrisa, para que Charlie supiera que era una broma.....en cierta forma.
El pelirrojo asintió, y agradeció a su viejo amigo, sintiéndose mejor de que de alguna forma hubiera forzado la conversación. Severus asintió y aceptó su agradecimiento, antes de sonreír con malicia.
-Sabes- musitó pensativo-. Quienquiera que fuera, puedes agradecerle sus genes claramente dominantes. No fue un chiste mi comentario anterior sobre el cabello.
Charlie puso los ojos en blanco.
-Cretino grasiento.
-Imbécil insolente.
-Vampiro.
-Comadreja.
Ambos hombres de detuvieron, reflexionando en cuan infantiles sonaban, y luego se disolvieron en una risa, cálida y generosa.
~*~
-¡Sev! ¡Severus!
Horas después, Harry entró corriendo en el salón, dónde todos se habían trasladado una vez que habían terminado de comer y abrir los obsequios.
El Slytherin miró en dirección de su joven amante, fijándose en el turbulento comportamiento del Niño-Que-Vivió.
-¿Hmmm?- preguntó.
Todavía jadeando por su carrera escaleras abajo. luego de haber acostado a Callisto mientras todos los demás se relajaban en la sala, sonrió.
-Ella- jadeó en busca de aire, ante la irritación de Snape-, dijo su primera palabra.
-Los ojos del mago mayor se ensancharon.
-¿De veras?
Harry asintió. Severus esperó una mayor explicación, y cuando esta no llegó, suspiró.
-¿Y?
Harry estaba saltando sobre sus pies, claramente estallando de excitación. Su amor estaba secretamente celoso. Se había perdido de la primera palabra de su hija.
-No.
Severus frunció el ceño.
-¿No?- repitió-. ¿Qué quieres decir con no?
El cumpleañero rió
-No. Eso es lo que dijo. *N* *O*. 'NO'
-¿No?- la expresión del rostro de Snape basto para que todos estallaran en risas. Severus sacudió la cabeza, una divertida mirada en sus ojos-. Sencillamente *brillante*- murmuró, su voz llena de un burlón sarcasmo-. Mi hija va a crecer siendo una mocosa arrogante.
Harry entornó los ojos con una sonrisa.
-A quién se parecerá.....
Bromeando, Severus sujeto su cabeza con las manos y murmuró algo que sonó sospechosamente como prolongar las líneas que conducen a una existencia maldita, haciendo que todos los presentes estallaran en risas una vez más
Harry miró a su familia, pues eso era lo que todos ellos eran, reflexionando sobre el día que se había establecido con Severus. Con eso, y el regalo de su hija, ¡estaba tan orgulloso de su primera palabra!, podía decir honestamente que nunca se había sentido tan feliz. Podía decir que su propia vida verdaderamente era la dicha personificada.
Continuará.......
Bueno, bueno, aquí tienen el capítulo 13, y ya casi llegamos al final, así que anímense y pongan un review, a ver si llegamos a 100 antes que la historia acabe ¿vale? Besos y nos vemos pronto
Gala Snape: Nos encanta que seas fanática de nuestras traducciones, las hacemos con todo cariño y ten por seguro que nunca nos vamos a cansar de ti, ni como lectora ni como escritora. Estamos de acuerdo contigo, la historia es bella en verdad. Besos
Azalea: Pues como puedes ver las asperezas entre Sirius y Sevie se van limando cada vez más. Y viste el lío que se formó en parte por lo de los snapitos jeje. Y como pudiste ver, nuestro niño va a ser medimago y médico muggle ¿qué tal? Besos y nos vemos pronto.
Chiquinkira: Pues sí, ya es un avance que lo haya tratado como a un ser humano, y la relación va mejorando. Y no, no hay nadie mejor que Sevie (opinión totalmente objetiva de Ali jaja). Besitos
marla: que bueno que te gustó. Ojalá este capítulo también te haya gustado. Saludos
Lily_Mortífaga : Sí, en inglés ya terminó y lo puedes encontrar en - S.html: En todo caso sólo faltan dos capítulos más. Generalmente actualizamos nuestras traducciones todos los viernes. Nos alegra que te haya gustado. Saludos
Ana: No tienes nada de que disculparte, al contrario, sabemos que siempre estás ahí acompañándonos, y nos encanta encontrar tus reviews cada semana. Las cosas entre Sirius y Sevie van mejorando y hasta parece que el mismísimo Lucius se está humanizando. Sentimos entristecerte, pero sólo quedan dos capítulos más de la historia, snif, snif. Nosotras también la vamos a extrañar. Besotes
Little my: Es que al lado de Sevie, tienes que reconocer que Harry está un poquillo escuálido jeje. Que bueno que te gusten las historias que estamos traduciendo, y no te preocupes, que a medida que terminen unas iremos empezando otras. Besos
Autora: Cha-Cha-Chica
Traductoras: Alima21
Capitulo 13
MALDICION
-Entonces, ¿estás seguro acerca de esto?- preguntó Severus a su joven amante, mientras ponía una cucharada de una especie de natillas en la boca de Callisto.
Su ex-estudiante acababa de abordarlo con sus planes de convertirse en un Médico General de Muggles. Por supuesto, como los resultados de sus EXTASIs no habían sido del todo brillantes, sabía que tendría que aplicar para un curso de nivelación en una de las universidades de Medimagia locales, antes que el Ministerio siquiera considerara lanzar el hechizo para modificar la memoria que le permitiría practicar la Medicina Muggle, pero parecía determinado en su decisión.
Harry asintió, sosteniendo una variedad de folletos, tanto muggles como mágicos, contra su pecho.
-Definitivamente. Sé que va a ser un trabajo muy duro.....pero, comparado con todo por lo que he pasado....sé que puedo hacerlo. Y sé que esto es lo que realmente quiero hacer.
El mago mayor regresó a su silla y observó a su pareja con ojo crítico, antes de permitir que una sonrisa asomara a sus labios. Con un gesto de asentimiento, declaró:
-Estoy extremadamente orgulloso de ti. Y creo que tendrás mucho éxito como curandero.
Ruborizándose ante el cumplido de su una vez cruel Maestro de Pociones, el Niño-Que-Vivió sonrió.
-Gracias....no creo que sepas cuánto valoro tu apoyo en esto......
Snape asintió, y regresó a la tarea de darle el desayuno a su hija.
-¿Te das cuenta que, una vez que tu educación se complete, incluyendo los mejoramientos y la documentación del Ministerio, podrás practicar la medicina tanto en los círculos mágicos como en los muggles?- le preguntó después de un momento, sus ojos nunca abandonaron a la bebé.
Cayendo sobre una silla al lado de la mesa, el joven mago asintió.
-Sí. Aunque no estoy seguro de qué quiero hacer. Quiero decir, no deseo que la gente acuda a mí sólo por quien soy. Si empiezo con una pequeña práctica Muggle, tengo menos posibilidad de ser acosado por una jauría de cientos de magos y brujas....
Inmerso ahora en el proceso de limpiar la carita de Callisto con un paño húmedo, Severus suspiró.
-Amor, dado que *eres*el gran *Harry Potter*, los magos y las brujas definitivamente te encontrarán, y le dirán a todos sus irritantes amigos, y no dudes que de cualquier manera serás acosado por cientos de ellos, ya sea que elijas practicar la Medimagia o no.
Harry frunció el ceño ante el pensamiento.
-Entonces me llamaré Harry Snape. Entonces, es seguro que todos los magos y brujas evitarán el lugar – bromeó ligeramente a su enamorado.
Snape, sin embargo, se congeló ante el comentario casual.
El joven frunció el ceño con preocupación ante el silencio de su amado.
-¿Sev?- tanteó suavemente-. Lo lamento. Sabes que no quise decir.....
Ante estas palabras, el maestro de pociones se levantó y dio la vuelta. Sus ojos eran fríos y duros.
-Claro que no- siseó. Después de todo, ¿por qué *elegiría* Harry llevar su apellido?
Sin entender qué había dicho para disgustar a su pareja, el Gryffindor se paró rápidamente y caminó hacia el otro hombre.
-¿Qué te pasa?- dentro de su frustración, lo preguntó con brusquedad, e instantáneamente se arrepintió cuando Severus se irguió como una serpiente preparada para el ataque.
-¿Qué me pasa?- repitió el Slytherin, su letal tono era una mezcla de incredulidad y disgusto-. Claro- murmuró para si mismo-, a mí es a quien siempre le pasa algo- miró con furia a su joven amante-. Después de todo, qué podría haberme poseído para hacerme creer que yo podría enamorar a.......
-Detente, Severus- chasqueó Harry, sus ojos brillando con las lágrimas de miedo y tristeza-. No digas nada de lo que te arrepientas después.
Una risa fría y cruel escapó del mago mayor.
-Sugiero *Potter* que tomes nota de tu propia advertencia antes de repartir.
Los rasgos de Harry se suavizaron.
-¿Qué......?
En este punto, los gritos de Callisto eran extremadamente altos, y ambos se giraron a verla por un momento. Severus bufó y miró con furia a su pareja.
-Atiende a tu mocosa, Potter. Yo tengo asuntos más importantes que atender.
Internamente se estremeció de dolor al ser tan despiadado con su hija adoptiva; sin embargo, apartó sus sentimientos de culpa y dolor y salió de la cocina con paso majestuoso, sin dar otra mirada a su familia.
Harry observó como su amado se alejaba, preguntándose por qué sentía como si también estuviera caminando fuera de su vida. Girándose hacia su afligida hija, no se dio cuenta que estaba temblando hasta que la tomó en sus brazos.
-Está bien, bebé.....- intentó calmarla, descubriendo de repente que él también estaba llorando-. Él sólo.....- su voz se fue apagando.
-¿Él sólo qué? se preguntó el Gryffindor. ¿Cuál *era* el problema de Severus? ¿Qué había causado que lo atacara de una forma tan horrible? Estaban teniendo una conversación placentera y entonces el hombre sencillamente había *estallado* Harry sorbió ruidosamente; ¿qué demonios había dicho para disgustar de ese modo al otro hombre?
~*~
-¡Hola, ahí afuera!- gritó Sirius, su cabeza asomada en las llamas de la chimenea de Harry y Severus. Frunció el ceño al no obtener respuesta. ¿Quizás no estaban en casa y olvidaron desconectar la red floo? No. Eso no era típico de ninguno de los dos.
Se podían oír los gritos de Callisto, provenientes de algún rincón de la Mansión y el animago sonrió para si mismo. Esto respondía su pregunta, probablemente no habían escuchado la llamada desde el fuego debido a los gritos de la niña. Bien, entonces simplemente tendría que hacerles una visita.
Saliendo en el corazón de la mansión, se oriento por el sonido del llanto de Callie y se encontró caminando hacia la cocina. Como todavía era temprano, era muy probable que toda la familia estuviera desayunando, formando un cuadro de completa dicha doméstica.
Al caminar a través de la entrada, sin embargo, el Merodeador se detuvo ante la visión de su ahijado llorando con la bebé contra su pecho, las lágrimas fluyendo libremente desde los rostros de ambos. Frunció el ceño profundamente, dispuesto a apostar que había sido Snape quien había ocasionado todo ese dolor.
-¿Qué hizo el bastardo?
Las palabras abandonaron sus labios antes de poder pensar. Harry, con un jadeo, dio la vuelta en redondo.
-¡Sirius!- intentó amonestar a su Padrino por asustarlo, pero se encontró con que estaba totalmente drenado emocionalmente para eso.
El Gryffindor mayor se acercó, la determinación era evidente en sus zancadas.
-¿Qué te hizo el bastardo?- repitió, su enojo aumentando con cada segundo que observaba el sufrimiento emocional de su ahijado.
-Nada- contestó Harry, lo que hizo que el otro elevara una ceja con incredulidad. El chico suspiró- Peleamos.
-¿Él.....te hirió?
-¿Qué?- los verdes ojos se abrieron con la impresión, horrorizado ante el hecho de que Sirius pudiera siquiera pensar que Severus fuera capaz de algo así-. ¡No!
El animago frunció el entrecejo.
-Harry, nos conocemos lo suficiente para saber que tú no llorarías por una pequeña pelea de enamorados- habló calmadamente, tomando a su pequeña ahijada en sus brazos con intención de calmarla-. Así que te sugiero que empieces por el principio y me expliques exactamente qué hizo el cretino grasiento para que estés tan angustiado, porque en caso contrario, iré a preguntarle a él.
-Es probable que tú lo puedas entender mejor que yo- el mago más joven estaba muy contrariado, hundido en su asiento al lado de la mesa de la cocina. Ante la inquisidora mirada de Sirius, suspiró y se encogió de hombros-. Esta mañana estábamos bien. Le conté que finalmente había decidido lo que quería hacer con mi vida......y él me estaba apoyando.....y entonces....no sé. Se molestó.
-¿Por qué se molestó?
Harry puso los ojos en blanco.
-¿Crees que si lo supiera estaría aquí lamentándome?- siseó.
Callisto gimió ante el amenazante tono de su padre. Harry suspiró y corrió una mano por su cabello.
-Lo siento, Siri. Es sólo que estoy confundido......
-Por mucho que deteste admitirlo- comenzó el Merodeador-, Snape casi nunca se deja llevar. Por lo que he sido capaz de entender en todos estos años, sólo reacciona con violencia contra la gente que de veras le preocupa cuando algo le molesta verdaderamente y, la mayoría de las veces, no es algo repentino. Lo que sea que lo esté molestando, probablemente ha estado hirviendo a fuego lento bajo la superficie por algún tiempo, y algo dicho entre ustedes puede haber sido la paja que quebró la espalda del camello.....
El Niño-Que-Vivió asintió al tiempo que sorbía. Su Padrino tenía un punto.
-Así que, te preguntaré nuevamente- Sirius seguía hablando sin parar-. ¿Puedes recordar lo que dijiste antes que él estallase?
Harry se encogió al recordar la conversación de esa mañana. Habían hablado sobre su decisión final de ser curandero, luego el sutil intercambio de 'te amo', luego la observación de Severus sobre la clientela debido a su identidad, luego Harry había bromeado sobre tomar el nombre de Snape para que le temieran .........y luego las cosas se habían deteriorado entre ellos.
El joven mago frunció el ceño. Severus no podía haberse disgustado por un chiste contra su nombre.....después de todo, ciertamente, no era la primera vez que Harry hacía ese tipo de comentario en broma.
Ahora había una queja persistente en el fondo de su mente. Algo le fastidiaba respecto a esta cosa del nombre......algo relativamente significativo, estaba seguro. Luchó por recordar.
Entonces algo lo golpeó mentalmente.
Durante la debacle del susto por su posible embarazo, cuando como quien no quiere la cosa había estado bromeando sobre pequeños Snaplitos, la reacción de Sev había sido apagada. Una pequeña y casi dolorosa sonrisa había aparecido al frente de la memoria de Harry, completada con el ligero 'de hecho' y un cambio de tema.
Como si respondiera a las observaciones del Gryffindor, un ave voló a través de la ventana abierta, un rollo de pergamino con el sello del Ministerio atado firmemente en su pata. Harry le dio al ave unas migajas del ahora frío desayuno de Severus, agradecido, y con su atención enfocada en el pergamino que sostenía en sus manos, abrió el sello con mucho cuidado. Sus ojos escudriñaron el documento y una pequeña sonrisa apareció en sus labios
-¿Qué?- preguntó Sirius, después de un prolongado silencio.
Harry alzó la vista.
-Finalmente recibimos la carta finiquitando los detalles técnicos de la adopción de Callisto- alzó el documento para mostrarlo al Merodeador-. Es oficial. Ella es una Snape.
Y allí estaba la respuesta a su dilema, justo frente su rostro. Dando una apresurada disculpa a su Padrino, el joven Gryffindor corrió fuera de la habitación, intentando encontrar a su amado.
~*~
Severus estaba sentado en el oscuro corazón de su estudio, su mano derecha meciendo un vaso con firewhiskey en las rocas y su mano izquierda frotando el puente de su nariz aguileña. Reflexionaba que Harry debía estar echando humo allá abajo. Y con razón; el Maestro de Pociones había tratado extremadamente mal a su amante, lo sabía. Lo más probable era que Harry no tuviera idea de cuan profundamente lo habían herido sus palabras. De hecho, era un ingenuo joven, y Severus nunca había abordado el tema con él.
Un gruñido gutural escapó de lo más profundo del pecho de Snape, exponiendo su frustración consigo mismo. Había actuado de manera tan infantil al sentirse herido. Estaba profundamente avergonzado por la manera en que había insultado a su hija, y aún más por la manera frívola en que había denunciado su amor por su pareja
Por supuesto, el arremeter contra la gente era apenas una segunda naturaleza en él; nunca conoció nada diferente. Nunca tuvo un modelo que le mostrara una manera diferente de lidiar con sus sentimientos. Después de todo, su propio padre se había comportado igual; abusivo cuando sentía que se volvía emocionalmente vulnerable
Gimió y corrió su mano izquierda sobre su rostro. Ahora si que había hecho un desastre. Sabía que tenía que disculparse, un asunto que le creaba una angustia sin fin. ¡Demonios, él era un Snape! ¡Los Snape nunca se disculpaban! ¡Era un signo de debilidad!
-¡Maldición!- siseó para si mismo, los ojos oscuros perforando un hoyo en la chimenea apagada. Mentalmente, se dio cuenta que sonaba *exactamente* igual que su padre. Y extraordinariamente cercano a Lucius Malfoy también. Fue una sensación escalofriante, y si quería continuar su relación con Harry, su comportamiento debería ser definitivamente modificado.
Oh, eso no quería decir que fuera a empezar a vestirse con los colores de Gryffindor y ser 'cordial' con todo el mundo. Simplemente significaba que algunas de las tendencias de sangre pura que su padre y Lucius habían instalado en él, deberían ser lanzadas a un lado en su trato con su familia.
Quería que Harry y Callisto fueran felices con él, que no vivieran temerosos de su afilada lengua cada vez que se sentía emocionalmente inestable. Quería que tuvieran la relación que su madre y él nunca pudieron compartir con su padre. Y si eso significaba que tenía que comenzar a permitir que ellos entendieran cómo se sentía.......entonces, al menos *trataría* de dejárselos saber
Un golpe en la puerta lo sacó de su excursión interna y contuvo la respiración, preparándose para lo peor.
¿Y si Harry le decía que se marchaba? ¿Qué encontraba el comportamiento de Severus espantoso y no quería nada más con él? ¿Y si él, Snape, no volvía a ver a su hija ni a su amado nunca más?
-¿Sev?- la voz de Harry llegó atenuada a través del grueso roble.
Snape exhaló, reflexionando que si Harry había venido a poner fin a su relación, no estaría usando tentativamente su diminutivo.
-Está abierto- contestó, con un tono distante.
Se sentía molesto consigo mismo por actuar tan distante con su pareja, sin embargo, al parecer su cuerpo estaba actuando por instinto más que por emoción, algo que había aprendido en sus años de escuela. Desde muy joven, había estado determinado a nunca vivir de acuerdo con el sobrenombre que Black le había puesto, 'Snivellus'(N/T:quejica), y obligarse a cubrir cualquier emoción que sintiera. Y ahora, con muchos años de entrenamiento a cuestas, cuando añoraba mostrar a su amado cuanto le importaba, todavía su cuerpo parecía rehusarse a la tarea.
Ahora Harry estaba parado frente a él, sus ojos exponiendo reveladores signos de lágrimas. En sus manos sostenía un pergamino con el sello del Ministerio de Magia. El corazón de Severus comenzó a palpitar con miedo una vez más. Quizás Harry sí había decidido poner fin a toda relación entre ellos, y había enviado la documentación para cancelar el proceso de adopción de su hija.
El Maestro de Pociones, en un poco característico despliegue de emociones, tragó y levantó la mirada hacia su amado, esperando la estocada fatal.
-¿Sev?- repitió el Gryffindor, desconcertado por el destello de miedo en la mirada usualmente cauta de su pareja-. Lo lamento.
Severus se congeló con horror.
-¿Lo sientes?- alcanzó a repetir-. ¿Por qué?
Temía su respuesta. Miles de 'Y si...' todavía rondaban su cabeza, pero necesitaba escuchar lo que Harry tenía que decir.
-Por lo de antes....y por lo de meses atrás.......- Harry arrastró una mano a través de su desordenado cabello, obviamente frustrado al no poder explicarse con propiedad-. No....no me di cuenta hasta ahora de que el uso de tu nombre te afectaba tanto.......
El Slytherin suspiro con alivio de que Harry no le hubiera anunciado que se machaba, y luego frunció el ceño, pensando.
-¿Disculpa?- preguntó, desconcertado ante el hecho de que Harry hubiera llegado a la conclusión correcta sobre su comportamiento.
El joven mago sonrió suavemente, y quitó el vaso de firewhiskey de la mano de su antiguo profesor, antes de sentarse cuidadosamente en el regazo del hombre. Extendió hacia su amado el documento del Ministerio.
-Recibimos esto luego que saliste abruptamente.....- se encogió de hombros- . Y de repente todas las piezas encajaron.
Dio a Severus unos momentos para leer el pergamino y luego acarició con la nariz el pliegue del cuello de su pareja, inhalando su aroma.
-Yo bromeo sobre tu nombre.....bromeo sobre el nombre de nuestros futuros niños......ni una vez te he dado razones para creer que soy serio acerca de nuestra familia......- suspiró-. Pero *lo soy*, Sev, yo.......
El Slytherin silenció a Harry con un beso. Sonriendo lo alejó, y cubrió su rostro con su mano derecha, mientras la izquierda subía por la espalda del chico, y jugueteaba con el cabello de su nuca.
-Te amo, Harry- la confesión fue tan suave que apenas se escuchó-, y de veras lamento la forma en que reaccioné antes.....
-Shhh- Harry presionó su dedo índice sobre los labios de Severus-. Así eres tú, Sev. No esperaría que reaccionaras de otro modo. ¿Sabes? Sólo deseo que me dejes entrar. No necesitas ocultarme tus sentimientos. Sé que eres una persona privada y no espero que me digas cada pequeña cosa que te disguste, simplemente no es tu estilo; pero, Amor, las cosas grandes, aquellas que obviamente persisten por mucho tiempo, las que nos afectan a ambos.....quiero saberlas.
Severus asintió, e inclinó su frente contra la de Harry, cerrando los ojos
-Trataré, Amor.
Harry sonrió.
-Es todo lo que puedo pedirte.
Después de pasar unos minutos besándose y disfrutando la adopción oficial de su hija, finalmente Snape frunció el ceño.
-¿Dónde está Callie? Seguramente no la habrás dejado sin vigilancia.....
Mirando ferozmente ante la presunción de su amado, Harry cruzó los brazos sobre el pecho.
-La dejé en la cocina con Sirius.
-¿Black está aquí?- gimió Severus- Y supongo que sabe lo que pasó. No dudo que mientras conversamos esté planeando mi inminente asesinato.
Harry puso los ojos en blanco.
-En realidad, cuando se lo dije comenzó a buscar excusas para disculparte. Fue gracias a él que empecé a entender todo.....
El mago mayor frunció ligeramente el ceño ante la confesión.
-De hecho....
Con un suspiro, el Gryffindor se levantó del regazo de su pareja y le tendió una mano.
-Vamos.....mientras más pronto bajemos y lo enfrentemos, menos nos molestará con lo que pasó antes.
~*~
Sirius levantó la vista desde el sofá en la sala mientras Severus y Harry bajaban las escaleras. Sus ojos derivaron hacia sus dedos entrelazados y sonrió ligeramente.
-¿Así que solucionaste las cosas con Sniv, Harry?- su tono era burlón pero libre de malicia.
El joven Gryffindor puso los ojos en blanco ante el juguetón comentario.
-Sí, *SEV* y yo sorteamos los inconvenientes.....
El animago asintió. Después de otro momento de silencio, Severus aclaró su garganta y estrechó su mirada en dirección a Sirius.
-¿Hay alguna razón del por qué Harry y yo debamos sufrir el *placer* de tu compañía? ¿Digo, además de tu habitual intención de hacer mi vida tan insoportable como sea posible?
-Severus, estoy verdaderamente herido- Black colocó la mano sobre su pecho y sorbió para agregar efecto. Harry bufó; su Padrino era la imagen del melodrama burlón. Sirius le sonrió al otro hombre y se sentó frente a él-. En realidad- empezó seriamente-, en un principio llamé para ver si me podían dejar a la pequeña Callie un rato.
-Ya veo- observó Snape, con evidente sospecha en sus órbitas negras-. ¿Y por qué estás haciendo semejante petición?
El Gryffindor mayor puso los ojos en blanco.
-¿Acaso necesito una excusa para visitar a mi ahijada?- preguntó.
Harry y Severus respondieron al unísono.
-No.
-Definitivamente.
El joven Gryffindor miró con dureza a su amante, quien se limitó a encogerse de hombros.
-Aunque este dispuesto a intentar llevarme bien con el hombre, eso no significa que le vaya a confiar la vida de mi hija- explicó el maestro de pociones tranquilamente-. Supongo que lo entiendes- agregó, mirando a su némesis de juventud-. Nada personal
Sirius rió ligeramente.
-Por supuesto- atrapó los ojos de Harry-. Tampoco le confiaría *mis* niños al cretino grasiento.
Con un gemido de molestia general, Harry tomó a su hija de brazos del Merodeador.
-Renuncio con ustedes dos.
-Créame, señor Potter- se arrastró una voz desde la chimenea, haciendo que a Harry se le congelara la sangre en las venas-, cuando le digo que lo apoyo incondicionalmente en esos sentimientos.
-Lucius- exclamó Severus con desprecio, su varita apuntando al hombre rubio parado en su sala-. Aunque no me sorprende que hayas logrado romper mis defensas, más bien debo preguntarte por qué te tomó tanto tiempo- el desprecio se convirtió en una sádica sonrisa de superioridad-. Claro, siempre fuiste un mago *promedio*
El otro Slytherin no mordió el anzuelo. En lugar de eso, se concentró en la bebé que estaba en los brazos del Niño-Que-Vivió. Dio un paso adelante, intentando acercarse para inspeccionarla, pero Black y Snape se cruzaron delante de él, sacando a Harry y Callisto de su vista. Ambos hombres gruñeron al aristócrata.
-Un paso más, Malfoy, y no dudaré en dejar que el chucho te ataque- siseó Severus, haciendo un gesto hacia su viejo rival de la escuela.
Sirius estrecho los ojos, y asintió indicando que estaba de acuerdo, antes que una fiera sonrisa cruzara su rostro.
-No que Snivellus aquí pueda controlarme. Simplemente estoy impaciente por *demostrar* mi acuerdo- puntualizó la palabra 'demostrar' rechinando los dientes.
El rubio simplemente sacudió la cabeza divertido. Era claro que no estaba intimidado.
-Severus- murmuró, su tono era una inquietante mezcla de decepción y diversión-. De verdad. Puedo entender el comportamiento de los Gryffindors- escupió el nombre como si fuera alguna clase de obscenidad-, ¿pero de un compañero Slytherin?- preguntó-. ¿Qué pasó con la cortesía entre compañeros de Casa?- avanzando deliberadamente otro paso, sonrió maliciosamente ante el rostro del Maestro de Pociones-. ¿Entre antiguos amantes?
Un jadeó sonó detrás de ellos, y Snape cerró los ojos, intentando recuperar el control sobre su ira.
-No creo que nunca hayamos sido *corteses*, Lucius- siseó-. Experimentamos en nuestra juventud, pero *nunca* fuimos *corteses* uno con el otro- los ojos negros taladraron los orbes grises, ambos hombres recordando un tiempo repleto de precipitadas cogidas contra los muros de los cobertizos de las escobas en Hogwarts, que los dejaba heridos y sangrantes de tiempo en tiempo.
No; la cortesía nunca había sido un tema entre el estudiante de Hogwarts y su joven compañero de Slytherin
El rubio se encogió de hombros, decidiendo intentar una perspectiva diferente.
-Tú y yo somos hombres de clase, Severus. Sería muy poco ortodoxo que nos enfrascáramos en una pelea por cualquier asunto- se acercó otro paso-. Además, nuestras leyes dictan que tengo *derecho* a conocer a mi nieta.
-Eso tiene sus límites, Malfoy- gruñó Sirius-. En tu caso, tendrías que tener permiso de sus *dos* guardianes legales, a menos que estuvieran muertos o incapacitados.
Severus enmascaró una mueca interna de dolor. "Claro, Black. Dale al loco de atar *más* incentivos para liquidarnos"pensó. Curvando su labio con repugnancia, hizo un gesto hacia la chimenea con su mano libre, su varita todavía firmemente apretada en la otra.
-Sugiero que te vayas , Lucius, antes que tome acciones por tu invasión.
Callisto estaba llorando, sin embargo Snape y Sirius estaban plantados firmemente.
-*Fuera*, Malfoy- Severus lanzó un último gruñido, apenas conteniéndose de arrastrar al viejo mago fuera de la mansión.
-Caballeros- Lucius dijo la palabra con evidente repulsión-. Todo lo que quiero es ver a mi nieta. Si algo me pasara, es la única heredera viva de la hacienda Malfoy, y......
-Nos importa una mierda- espetó el animago.
El rubio no se inmutó, y continuó con calma.
-No tengo malas intenciones- clavó sus ojos en los del dueño de casa-. Aunque estoy......decepcionado....al encontrarme con que la heredera Malfoy no ha sido inscrita con mi apellido, quiero asegurarte que no voy a protestar la adopción, ni a pedir que sea alejada de su padre biológico- por un momento, el maduro Slytherin pareció realmente afligido, e incluso su tono de voz era inusualmente tenso debido a la emoción-. Ella es todo lo que me queda de mi hijo. Aunque no puedas creerme, Severus, me..... *preocupaba*......por él.
-¿Lo hacía?- preguntó la voz de Harry, desde algún lugar por detrás de su Padrino y su pareja. No sonada convencido en lo más mínimo-. ¿De verdad, señor Malfoy? – se paró, la bebé aún llorando en la seguridad de sus brazos, y se acercó al grupo parado en su salón-. Por lo que pude ver, su hijo sólo había sido un niño sin amor, como yo- dejó escapar una fría risa- . ¿Qué otra cosa cree que podía impulsarnos a contar uno con el otro para nuestra liberación?
Lucius se encontró mirando los furiosos ojos verdes.
-Me preocupaba por mi hijo, señor Potter. Nuestra situación era compleja. No tengo que responderle por............
-Sí tiene- insistió el Niño-Que-Vivió-. ¿Dijo que quiere conocer a su nieta? ¿Familiarizarse con ella? Bien, *YO* quiero que ella conozca una familia que no tema amarla- frunció en ceño, pensando como exponer el modo en que se sentía sobre el asunto-. Entiendo que quiere conocerla como beneficiaria de la fortuna Malfoy, ver a dónde ira su abundancia cuando usted deje de existir, pero no me convence que quiera conocerla como la hija de su hijo. No creo que sea una buena idea dejar que mi hija conozca a su abuelo, un hombre insensible y frío, incapaz de hacer saber a su propia carne y sangre que se preocupa por ellos.
El rubio Slytherin señalo con la cabeza en dirección de Severus.
-¿Y qué hay de Severus? No es propenso a demostrar su afecto; de hecho, todos sabemos que es conocido precisamente por lo contrario. Y aún así le permitiste adoptar a tu hija; le diste permiso para sustituir su apellido, el reconocimiento de su herencia de sangre, con el propio.
Harry sonrió suavemente.
-El Severus que el mundo conoce no es el mismo que el Severus que conoce su familia. Para Callisto, no es otra cosa que un padre que la adora. Contrario a lo que usted pueda creer, señor Marfoy, el demostrar amor no es un signo de debilidad. Es evidencia de una fuerza interior que sólo las personas más importantes de nuestra vida conocen. No quiero negarle a su familia- Harry ignoró las unánimes protestas de Severus y Sirius-, y definitivamente tampoco quiero negársela a Callisto; sin embargo, entenderá por qué no puedo dejar que se encariñe con usted. No podría soportar que resultara lastimada. Emocional o físicamente.
Los tres hombres estaban impactados ante la madurez del planteamiento de Harry.
En ese momento, Sirius supo que su ahijado se había visto obligado a crecer increíblemente pronto y no podía hacer otra cosa que sentirse orgulloso del modo en que estaba plantado sobre el piso.
En ese momento, Severus no podía culpar al Gryffindor de ser un 'tonto' o un 'total imbécil', y se convenció de que había tomado la decisión correcta al rechazar su pasada depravación emocional para permanecer con su amante.
Y, en ese momento, Lucius Malfoy se dio cuenta del por qué el Señor Oscuro nunca había tenido éxito en destruir al joven y lo inundó un extraño sentimiento, casi de humildad, ante las palabras de Harry. Con increíble exasperación, las emociones que las palabras del chico habían removido en su interior parecían casi extrañas.
-De hecho, señor Potter- se encontró contestando, todavía confundido por el pesar que sentía ante el hecho de no haber conocido nunca a su propio hijo, un efecto definitivamente malo del discurso de Potter. Curvó su labio superior cuando habló-. Perdóneme- comenzó desdeñoso-, si no empiezo a dar saltos alrededor declarando mi amor por todas las criaturas del mundo- elevó su quijada-. Soy un Malfoy y continuaré comportándome como tal.
Créalo o no, eso no implica que yo sea incapaz de tener emoción. Créame cuando insisto, Potter, en que fueron las emociones las que me impulsaron a venir aquí hoy con la esperanza de conocer a mi nieta. Sin mis tradicionales ataques a la herencia
Harry sonrió a sabiendas que el estallido liberador del rubio era lo más cerca que cualquiera de ellos estaría de escuchar la aceptación del viejo mago, de que en realidad amaba a su hijo y lo extrañaba terriblemente. En un breve destello de imaginación, Harry supo que le debía haber costado un gran esfuerzo al aristócrata mago, prácticamente suplicarles que le permitieran ver a la única familia que le quedaba y conservar intacta su dignidad.
-Bien, señor Malfoy- el joven Gryffindor inclinó la cabeza en reconocimiento.- Ésta- dobló la cabeza en dirección a la bebé en sus brazos-, es Callisto. En realidad, desde ésta mañana, Callisto Orinda Snape- expreso su nombre con orgullo.
Lucius se adelantó tentativamente, consciente de los dos hombres que lo flanqueaban protegiendo a la pequeña. Inclinó su cabeza para observarla, descubriendo uno ojos azul grisáceo que lo miraban inquisitivamente. Apenas registró su ligero jadeo. Esos ojos, tan parecidos a los de su hijo. Iguales a los propios. Una inspección más detenida, le permitió distinguir que también tenía los pómulos Malfoy. Sofocando una pequeña sonrisa que amenazaba rebasar su resolución, regresó la mirada a los ojos de Potter.
-¿Puedo?- preguntó, extendiendo los brazos ligeramente.
Escuchó el gruñido de Black detrás de él, y podría jurar que Severus se puso rígido a su lado. El Niño-Que-Vivió miró al hombre, sus ojos mostrando un breve destello de tristeza.
-Lo lamento, señor- habló calmadamente-. Pero entenderá por que no puedo confiársela...todavía
'Todavía' parecía ser la palabra operativa en la oración, meditó Lucius. Internamente, el una vez Mortífago estaba impactado más allá de lo creíble. A pesar de que habían intentado asesinar al chico una y otra vez, Potter le estaba dando una oportunidad.
Regresando a su máscara de persona sin emociones, se limitó a acomodar su túnica y asentir al joven.
-Por supuesto, señor Potter- habló, su tono no traicionaba la esperanza que repentinamente había nacido en él. Sus ojos, sin embargo, no eran tan estudiados como Severus había visto, y a Harry, parado frente a él, se la cayó la mandíbula de la impresión al observar las emociones que refulgían en la intensa mirada del rubio mago
Lucius, concentrado con tenacidad en mantener su fachada de hombre de negocios, perdió el reconocimiento y la sorpresa en el rostro de Potter. Y continuó:
-Creo que usted y yo tenemos mucho que discutir- explicó al joven-. Sin embargo, me doy cuenta que fue suficiente por un día- girándose con gracia, caminó de regreso hacia la chimenea, y asintió hacia los tres hombres-. Severus, señor Potter, Black- rizó el labio en señal de aversión ante este último nombre, pero conservó su aire profesional cuando se dirigió a los otros dos-. Gracias por su tiempo, caballeros. Espero que nuestra próxima reunión sea en mejores términos.
Y con eso se fue.
Harry estaba consciente de las dos idénticas miradas de asombro que estaba recibiendo. Levantó la vista hacia su pareja y su Padrino con inocencia.
¿Qué?
~*~
Días más tarde, Harry se despertó con el delicioso olor que indicaba un desayuno en la cama. Olfateó el aire antes de abrir los ojos a la visión ante él. Se sentó y se reclinó contra la cabecera de la cama, colocando sobre su regazo la bandeja de servir llena de los más deliciosos alimentos.
-Buenos días, Amor- lo saludó Severus, girando para regresar a su cama, cuidando de no molestar la bandeja de alimentos.
Severus se sentó al lado de su joven amante, y besó su frente con afecto
-Feliz cumpleaños.
El Gryffindor sonrió, y se giró para capturar los labios de su amado en un agradecido beso.
-Gracias- contestó, su estómago lanzando un sonoro gruñido-. Es brillante.
El mago mayor asintió, y se sirvió una tostada y huevos.
-Por supuesto- replicó juguetón-. A diferencia de *algunos* magos, definitivamente tengo elegancia para cocinar.
Harry rió y atacó el tocino.
-No sé de qué estás hablando, Sev- declaró, antes de tomar un gran bocado de tostada. Su siguiente oración fue completamente inintelegible.
-¿Disculpa?- preguntó Snape, tomando otra tostada con mermelada.
-Lo siento- el joven mago sonrió avergonzado, tragando apropiadamente-. Dije que tú y yo sabemos que soy tan bueno como tú en la cocina, sino mejor.
Era verdad, aunque sus respectivos talentos culinarios provenían de diferentes causas. Mientras Severus había transferido sus meticulosas habilidades en Pociones hacia la cocina, Harry había crecido cocinándoles a sus podridos familiares, haciendo las comidas desde una edad escalofriantemente temprana. Había sido su miedo a ser encerrado en la alacena por días interminables lo que lo había acicateado para perfeccionarse en la cocina, mientras la perfección de Severus venía del hábito. Sin embargo, en ambos casos, los hombres pronto descubrieron su pasión por el arte culinario, y probaron ser excelentes cocineros con méritos propios. Al menos, reflexionó Severus, Callisto nunca podría quejarse de patéticas comidas mientras creciera. No con padres como los suyos
-De hecho, señor Potter- aceptó Severus-. Ahora cómete el desayuno. Hay mucho que hacer hoy para holgazanear en la cama.......aunque, esto podría probar ser bastante agradable.
Harry rió entre dientes y levantó el vaso de jugo de naranja, preguntándose que estaría tramando su amado.
~*~
-¡Feliz cumpleaños, compañero!- sonrió Ron, dando un paso fuera de la chimenea y envolviendo a su mejor amigo en un abrazo, completado con golpecitos afectuosos en su espalda. Tendió un paquete al joven de pelo negro, y se encogió de hombros con timidez-. ¡No es mucho, pero espero que sea útil!
Con una sonrisa, Harry le aseguró a Ron que no importaba el regalo, lo que realmente importaba era el gesto. A menos que el regalo fuera una trampa explosiva. En ese caso Ron sería realmente hechizado.
La siguiente en llegar fue Hermione, apenas minutos después de Ron, y salió del hogar con tal velocidad que Harry casi le preguntó quien la estaba persiguiendo. Por supuesto, nunca tuvo oportunidad, mientras sus brazos se enroscaban apretadamente alrededor de él, cortándole el suministro de aire.
-Aire, Mione, *AIRE*- suplicó, hasta que ella se ruborizó y lo soltó.
-Feliz cumpleaños- sonrió, entregándole su regalo. Era un paquete de forma extraña, lo que indicaba que había roto su record y le había regalado algo distinto a un libro. Resultaba intrigante, aunque, todo lo era.
El trío rápidamente se enfrascó en una conversación profunda, ya que no se habían visto desde la graduación dos meses antes. Claro, se habían comunicado por el fuego y con lechuzas, pero nada de eso era tan bueno como hablar en persona.
Severus se sentó con Sirius y Callie, observando a los jóvenes magos. Les había mandado una lechuza personalmente, solicitando su presencia para un almuerzo íntimo, en celebración del dieciochoavo cumpleaños de Harry. Ambos habían aceptado entusiasmados, y lo sorprendieron al preguntarle si necesitaba algún tipo de ayuda para preparar la comida. Naturalmente, la respuesta de Granger no lo había desconcertado tanto como la de Weasley, aunque sospechaba que Molly había dado a su joven hijo un curso intensivo sobre "Como Responder Con Etiqueta a tu Ex – Profesor de Pociones"
Albus también había sido invitado, por supuesto. Así como Minerva y el resto de los Weasley. Los gemelos, para el gran alivio de Severus, habían declinado, alegando que sus crecientes negocios los mantenían muy ocupados, y todavía no tenían empleados que cubrieran su ausencia. Bill también se disculpo por no poder asistir, pero envió sus mejores deseos a Harry, Callisto y el mismo Severus. El resto de los Weasley, por lo que sabía, iban a asistir.
-¡Oh!, ¿dónde está la pequeña?- flotó la voz de Ron, y Severus ocultó su sonrisa mientras el pelirrojo miraba alrededor, como si esperara que la bebé estuviera caminando por ahí.
Harry estaba claramente divertido, y miró hacia donde estaban sentados Severus y Sirius, una sonrisa en su rostro mientras contestaba:
Sev está con ella. Aunque estoy seguro que no le importará prestártela por un rato.
El chico Weasley se acercó al sofá y sonrió a su ex – maestro de Pociones.
-Hola, señor- saludó feliz, haciendo que Severus arqueara una ceja-. ¿Podría robarle a Callie por un rato?
Sirius rió ante la escena desplegada, haciendo que el mismo Severus lanzara una genuina sonrisa, efectivamente impresionado por el joven pelirrojo.
-Antes que nada, señor Weasley, ya no soy su profesor, y no soy precisamente partidario de destacar mi edad, así que evite llamarme 'señor' o 'profesor'. Miró hacia donde estaban Hermione y Harry, sentados en el piso-. Y esto se aplica también a usted, señorita Granger.
-¿Cómo deberemos llamarlo entonces?- preguntó ella, claramente incómoda al hablar tan casualmente con él. Era tan obvio que deseaba agregar el 'señor' o 'profesor' al final de la pregunta.
Él le sonrió a la chica, lo que casi provoca un ataque cardiaco a Weasley y contestó:
-No me desagradaría que usaran mi nombre.
-Bastante justo, Sev, pero entonces, de acuerdo con tu razonamiento, deberías corresponderles llamándolos también por sus nombres- le informó Harry amablemente.
Estuvo de acuerdo, y entonces se giró al joven
-Y en cuanto a tu otra pregunta, Ronald.....- los tres adolescentes lo enfrentaron. Suspiró y los miró directamente-. ¿Qué?
Ronald arrugo su nariz claramente disgustado.
-No me gusta que me llamen Ronald. Me hace pensar en un problema con mamá y papá o algo por el estilo. Preferiría Ron, señ....er....Severus
-De hecho- replicó el Slytherin-. Muy bien, Ron- el nombre se sentía extraño en su lengua, pero podría acostumbrarse. Después de todo, hubo un tiempo en que Harry era una palabra extraña en sus labios-. Como estaba diciendo, toma a Callisto y no creo necesario decirte que seas cuidadoso con ella
El pelirrojo rió y negó con cabeza, acostumbrándose gradualmente a un no tan horrible Severus, del que se había enamorado su mejor amigo.
-No se preocupe, soy bueno con los niños. Es algo piadoso que Charlie sólo haya tenido uno. Entre mamá y yo, no sé quien está tratando de convencer al otro que se asiente y comience una familia- bajó la vista hasta la pequeña en brazos del Profesor de pociones.
-En todo caso, ya los entretuve bastante. Toma a la niña.
Sacudiendo la cabeza con diversión, Severus entregó cuidadosamente a su hija al joven y observó como se reunía con Harry y Hermione, transportándola con una gracia natural. A su lado, Sirius soltó una risita.
-Resulta curioso que, de ellos tres, Hermione sea la única que esté incómoda rodeada de niños, ¿no lo crees?- preguntó.
Severus se giró hacia él.
-En cierto modo, sí. Aunque era bastante previsible. Harry es una persona que se adapta fácilmente a cualquier contacto humano positivo. Ron viene de una gran familia, y es evidente que disfruta la compañía de los niños. Hermione, por otra parte, es hija única, y todo su conocimiento y experiencia lo consiguió de los libros.....el instinto maternal no es algo que te puedan enseñar en los libros.
El animago entornó los ojos ligeramente
-Sí, sí, Sniv- convino-. Pero es curioso.
Minutos más tarde llegaron el Director de Hogwarts y su Subdirectora. En lugar de transportarse por la red floo, esos dos habían elegido aparecerse, con la certeza de que Severus había manipulado los encantamientos protectores alrededor de los terrenos para permitirles la entrada. Como Hogwarts, la Mansión Snape tenía encantamientos protectores anti-aparición. Sólo Severus y Albus eran capaces de manipularlos, aunque pronto harían lo necesario para que Harry también pudiera.
Después de los respectivos saludos y entrega de regalos al cumpleañero, Minerva y Albus se dirigieron hacia donde estaban sentados Severus y Sirius, encantados ante la revelación de que los dos viejos rivales ya no estaban intentando maldecirse uno al otro. Justo cuando se enzarzaban en una entretenida conversación, Molly y Arthur Weasley emergieron de la chimenea, seguidos de cerca por Charlie, su hijo Aiden y Percey.
Severus y Harry saludaron al grupo con cortesía, y entonces se encontraron envueltos en cálidos abrazos, ante la gran sorpresa de Severus. Mientras Snape luchaba por recuperar la compostura, Harry aceptó sus regalos y felicitaciones y luego preguntó al curioso niño de dos años que acompañaba a Charlie si quería algo con que jugar. El único Weasley de pelo oscuro pareció adorar la sugerencia y Harry convocó unos cuantos juguetes de su hija, antes de conducir al niño hacia el pequeño grupo en el piso.
El Maestro de Pociones de Hogwarts observó por un momento mientras el pequeño tomaba nota de la bebé en brazos de su tío Ron. Aiden estiró el brazo por un momento, como si fuera a tocar a la bebé, pero su tío sacudió la cabeza y le explicó que tenía que ser 'muy, muy gentil, porque se maltrataba con facilidad'
Por supuesto, lo que el mini Weasley realmente entendió fue que no se le permitía tocarla a menos que alguien lo ayudara.
-Severus- murmuró alguien a un lado del profesor, haciendo que su atención se alejara del otro lado del salón-. Debo admitir que me causo cierta sorpresa recibir una invitación *tuya*, de entre toda la gente, para el cumpleaños de Harry- los divertidos ojos de ónice se reunieron con los avellana, y Charlie continuó, hundiéndose en su asiento-. Bien pensado, es algo sorprendente recibir una invitación tuya, punto.
El otro mago sonrió.
-*Soy* un Slytherin, Charlie. El Cabeza de mi Casa, de hecho- respondió con ligereza-. Es parte de mi trabajo mantenerme alerta ante el resto de ustedes, *especialmente* los Gryffindors.
-Ah- el domador de dragones asintió con comprensiva burla-. Veo. Por supuesto, al ser un Slytherin y uno tan importante- entornó los ojos ligeramente- debe haber algo bueno para ti.
-¿Además de quedarme con los libros buenos de Harry?- reflexionó Severus, para luego sonreír ampliamente-. Eso, señor Weasley, es algo que yo sé, pero tú nunca averiguarás. Un Slytherin nunca revela sus secretos.
El mago más joven, aunque no mucho, rió con diversión, permitiendo que su mirada derivara hacia donde estaba sentado su hijo, jugando con unos muñecos de peluche, completamente entretenido por el Trío de Oro. Snape siguió la dirección de su mirada.
-Tu hijo es un niño hermoso- pondero el Slytherin amistosamente, antes de sonreír-. Debe parecerse a su madre. La ausencia de pelo rojo es extraña en un Weasley.
El otro hombre suspiró y sacudió la cabeza con una pequeña sonrisa.
-Gracias, Severus. Aunque, no sé si estoy de acuerdo con el comentario sobre el pelo.
-Charlie- Severus se puso serio, al notar la resignación en la voz del joven mago-. ¿Me puedes ayudar en la cocina?
De una animada discusión con Sirius, la cabeza de Molly giró en su dirección.
-¿Escuché algo sobre ayudar en la cocina?- su sonrisa se ensanchó-. Estaría más que feliz....
-No, Molly, aunque agradezco tu oferta- la interrumpió Severus, asegurándose de rechazarla con los modos de un perfecto caballero-. Sin embargo, creo que aquí Charlie es perfecto para el trabajo- le sonrió amablemente-. Si requiero tus habilidades, te aseguro que no dudaré en preguntar.
Arthur sacudió la cabeza mientras observaba el intercambio y luego se volvió hacia Albus, Minerva y Percy, quienes estaban discutiendo sobre la elección de las nuevas autoridades del Ministerio. Arthur mismo había sido nominado como candidato, al igual que Lucius Malfoy y una mezcla de funcionarios del Ministerio procedentes de otras divisiones.
Molly suspiró, y le recordó a Severus que estaba dispuesta a ayudar con lo que pudiera necesitar antes de permitirle abandonar la habitación, prácticamente arrastrando al joven con él.
Una vez en la cocina, el Slytherin estrechó la mirada ante el Gryffindor.
-Muy bien, échalo fuera.
-¿Echar fuera qué?
Cruzando los brazos sobre el pecho, Snape suspiró con frustración.
--Lo que sea que hizo que te pusieras melancólico cuando elogié a tu niño.
Su forma de abordarlo, en retrospectiva, no había sido precisamente brillante.
El Gryffindor se resintió de inmediato.
-No es tu asunto, Snape.
-Oh- bufó Severus-. Regresamos a los apellidos, ¿cierto? No puedo pensar en ninguna otra manera de disuadir a un viejo cretino grasiento, de hacer preguntas que.....
-Severus, por favor.....- Charlie se escuchaba derrotado-. Sólo déjalo ir.
Severus observó al joven mago, quien estaba sentado en un taburete, su torso reclinado sobre el mostrador. Aunque no habían hablado apropiadamente en años, al Slytherin le gustaba pensar que su amistad permanecía intacta, y ver a su joven amigo en tan visible tormento emocional, le preocupaba muchísimo. Tomó un asiento al lado del Gryffindor y se limitó a esperar, a sabiendas que muy pronto Weasley se quebraría y revelaría lo que le inquietaba.
No tomó mucho tiempo.
-Eres un maldito cretino entrometido, ¿lo sabías, Snape?- suspiró Charlie, antes de lanzarse en su explicación-. Bien, ¿por dónde empiezo? Supongo que el principio es un lugar tan bueno como cualquiera.....Verás, en realidad Aiden fue una gran sorpresa.
Severus se movió ante el comentario, pero el Gryffindor levantó una mano y le lanzó una mirada que recordaba extremadamente a sus propias miradas condescendientes en el aula.
-¿Quieres escucharlo o no?- Snape sabía la mejor manera de responder y Charlie sonrió ante su silencio-. Es lo que pensé- el pelirrojo respiró profundamente-. Fue una especie de 'cesta en la puerta' sorpresa- el Maestro de Pociones lo miró con sorpresa y el joven rió entre dientes-. Quiero decir, *es mío*.....tanto las pruebas de ADN mágico como las muggles lo demuestran.....pero podrás imaginar mi impresión al abrir la puerta un día y encontrarlo. Parecía un asunto de novela.
-Puedo ver como eso debe haberte disgustado- comentó Severus
Charlie frunció el ceño.
-Hacia allí voy- insistió, antes de ponerse cómodo-. De cualquier modo, mi vida se trastornó al instante. Digo, me había acostado siendo soltero y me despertaba con un niño recién nacido y un montón de documentos que manifestaban que yo era su único guardián, y que su madre no quería saber nada más de ninguno de nosotros.
-Ah.....- ahora Severus tenía una idea de qué estaba carcomiendo a su joven amigo.
Ignorando al Slytherin, Charlie continuó:
-Demonios, hasta el día de hoy todavía ignoro su nombre, así que ¿cómo podría encontrarla? Excepto teniendo suerte con las pruebas de ADN, siempre y cuando ella tuviera un historial en el Ministerio o la policía Muggle- resopló-. Y la probabilidad de que eso ocurra es bastante tenue- una medio sonrisa desanimada cruzó sus labios-. Ya sabes lo que dicen: el mejor anticonceptivo es un nombre falso. Ciertamente funcionó para ella.
-¿Y te arrepientes de no haber usado la misma política?- el tono de Snape era en cierta medida frío, aunque simpatizaba genuinamente con el joven mago.
Charlie sacudió la cabeza.
-Ya no. Aiden me ganó- sonrió.- No te mentiré diciéndote que no me amargué al principio. Todo mi estilo de vida sufrió un cambio, ¿y por qué? Un niño. Un niño que yo no había planeado. Quiero decir, la mayoría de los padres tienen unos meses para acostumbrarse. Pero yo no.
-Ni yo- el comentario fue casi mudo.
El Gryffindor miró los ojos de su viejo amigo, su rostro asumiendo una expresión seria, de comprensión y diversión. Su sonrisa regresó.
-Sí, supongo que sabes como se siente.
Severus sacudió la cabeza.
-No....no lo sé. Al menos no en la misma medida que tú.
-Bien, no.....- Charlie se removió incómodo en su asiento-. Pero tienes alguna idea......
-De hecho....aunque creo que de cierta manera estás eludiendo el asunto- los ojos de ónice perforaron los avellana-. Así que, déjame recapitular; estás disgustado por tu hijo, en tu creencia de que su vida no será completa sin ambos padres. Estás enfadado con la mujer porque no quiere verlo ni aceptarlo.
Charlie jadeó y Severus se echó a reír.
-Cierra la boca. No eres un pez.
-¿Cómo demonios lees a la gente......
Severus rió nuevamente y sacudió la cabeza.
-No estoy 'leyéndote', Charlie. Practico Legimancia, pero en este momento simplemente sumé dos más dos- suspiró-. Harry, después que Callisto nació, mencionó algo parecido. Estaba...disgustado....de que su hija creciera con un solo padre. Estaba enfadado de que Draco se hubiera interpuesto frente a una maldición mortal, considerando que con esa acción estaba 'tomando el camino fácil'. Tu situación no difiere de la suya. Y, siendo un Gryffindor, asumí que tendrías el mismo esquema de pensamiento.
-No tengo idea si eso es un insulto o no- Charlie lanzo una media sonrisa.
Snape movió su mano desestimándolo.
-Ninguno de los dos. Pero te diré lo que le dije a él; tu hijo va a tener una familia amorosa, ya sea que tenga dos padres o no. ¿Y sobre que su madre desertó? Es obvio que tenía sus razones, y estoy seguro que ahora no puedes imaginar tu vida sin tu hijo, y tienes que agradecerle eso a ella. Sí, fue cobarde, pero también te dio un regalo muy especial.
Nuevamente Charlie jadeó y Snape se puso en pie.
-Si dices a *alguien* una sola *palabra* sobre un 'Snape sentimental', personalmente me aseguraré de que Aiden se quede huérfano- completó su amenaza con una sonrisa, para que Charlie supiera que era una broma.....en cierta forma.
El pelirrojo asintió, y agradeció a su viejo amigo, sintiéndose mejor de que de alguna forma hubiera forzado la conversación. Severus asintió y aceptó su agradecimiento, antes de sonreír con malicia.
-Sabes- musitó pensativo-. Quienquiera que fuera, puedes agradecerle sus genes claramente dominantes. No fue un chiste mi comentario anterior sobre el cabello.
Charlie puso los ojos en blanco.
-Cretino grasiento.
-Imbécil insolente.
-Vampiro.
-Comadreja.
Ambos hombres de detuvieron, reflexionando en cuan infantiles sonaban, y luego se disolvieron en una risa, cálida y generosa.
~*~
-¡Sev! ¡Severus!
Horas después, Harry entró corriendo en el salón, dónde todos se habían trasladado una vez que habían terminado de comer y abrir los obsequios.
El Slytherin miró en dirección de su joven amante, fijándose en el turbulento comportamiento del Niño-Que-Vivió.
-¿Hmmm?- preguntó.
Todavía jadeando por su carrera escaleras abajo. luego de haber acostado a Callisto mientras todos los demás se relajaban en la sala, sonrió.
-Ella- jadeó en busca de aire, ante la irritación de Snape-, dijo su primera palabra.
-Los ojos del mago mayor se ensancharon.
-¿De veras?
Harry asintió. Severus esperó una mayor explicación, y cuando esta no llegó, suspiró.
-¿Y?
Harry estaba saltando sobre sus pies, claramente estallando de excitación. Su amor estaba secretamente celoso. Se había perdido de la primera palabra de su hija.
-No.
Severus frunció el ceño.
-¿No?- repitió-. ¿Qué quieres decir con no?
El cumpleañero rió
-No. Eso es lo que dijo. *N* *O*. 'NO'
-¿No?- la expresión del rostro de Snape basto para que todos estallaran en risas. Severus sacudió la cabeza, una divertida mirada en sus ojos-. Sencillamente *brillante*- murmuró, su voz llena de un burlón sarcasmo-. Mi hija va a crecer siendo una mocosa arrogante.
Harry entornó los ojos con una sonrisa.
-A quién se parecerá.....
Bromeando, Severus sujeto su cabeza con las manos y murmuró algo que sonó sospechosamente como prolongar las líneas que conducen a una existencia maldita, haciendo que todos los presentes estallaran en risas una vez más
Harry miró a su familia, pues eso era lo que todos ellos eran, reflexionando sobre el día que se había establecido con Severus. Con eso, y el regalo de su hija, ¡estaba tan orgulloso de su primera palabra!, podía decir honestamente que nunca se había sentido tan feliz. Podía decir que su propia vida verdaderamente era la dicha personificada.
Continuará.......
Bueno, bueno, aquí tienen el capítulo 13, y ya casi llegamos al final, así que anímense y pongan un review, a ver si llegamos a 100 antes que la historia acabe ¿vale? Besos y nos vemos pronto
Gala Snape: Nos encanta que seas fanática de nuestras traducciones, las hacemos con todo cariño y ten por seguro que nunca nos vamos a cansar de ti, ni como lectora ni como escritora. Estamos de acuerdo contigo, la historia es bella en verdad. Besos
Azalea: Pues como puedes ver las asperezas entre Sirius y Sevie se van limando cada vez más. Y viste el lío que se formó en parte por lo de los snapitos jeje. Y como pudiste ver, nuestro niño va a ser medimago y médico muggle ¿qué tal? Besos y nos vemos pronto.
Chiquinkira: Pues sí, ya es un avance que lo haya tratado como a un ser humano, y la relación va mejorando. Y no, no hay nadie mejor que Sevie (opinión totalmente objetiva de Ali jaja). Besitos
marla: que bueno que te gustó. Ojalá este capítulo también te haya gustado. Saludos
Lily_Mortífaga : Sí, en inglés ya terminó y lo puedes encontrar en - S.html: En todo caso sólo faltan dos capítulos más. Generalmente actualizamos nuestras traducciones todos los viernes. Nos alegra que te haya gustado. Saludos
Ana: No tienes nada de que disculparte, al contrario, sabemos que siempre estás ahí acompañándonos, y nos encanta encontrar tus reviews cada semana. Las cosas entre Sirius y Sevie van mejorando y hasta parece que el mismísimo Lucius se está humanizando. Sentimos entristecerte, pero sólo quedan dos capítulos más de la historia, snif, snif. Nosotras también la vamos a extrañar. Besotes
Little my: Es que al lado de Sevie, tienes que reconocer que Harry está un poquillo escuálido jeje. Que bueno que te gusten las historias que estamos traduciendo, y no te preocupes, que a medida que terminen unas iremos empezando otras. Besos
