CAPÍTULO 2: PLANES DE VENGANZA
En el Inframundo, las cosas habían vuelto a su relativa tranquilidad de siempre. En un área cerrada, Radamanthys entrenaba a su aprendiz, con la misma seriedad de siempre.
Syckel Silverhell, la joven aprendiz, era una chica de dieciséis años de edad. Era alta, de complexión atlética, cabellos color plateado y ojos rojos. Vestía toda de negro, lo que contrastaba con la palidez de su piel y usaba una venda en la frente.
-¿Porqué está preocupado?- preguntó Silver durante un descanso, sintiendo cierta inquietud en su maestro.
-Me preocupa la reina Perséfone- dijo Radamanthys- no sé como ha tomado la muerte del señor Hades... y que es lo que hará al respecto-
Silver miró a su maestro, y éste le devolvió la mirada. Decididamente le llamaban la atención los ojos rojos de la chica.
-Bueno, continuemos con tu entrenamiento...-dijo Radamanthys de pronto- el momento en el que recibirás tu Sapuri está muy cerca...-
**************
Perséfone estaba más tranquila, ahora que los espectros cuidarían del Inframundo. Pero tenía la ligera sospecha de que algo le faltaba. De pronto lo recordó. Tomó el báculo de Hades y lo alzó de nuevo. Una mujer apareció frente a ella: tenía los ojos color violeta y los cabellos negros.
-Pandora- murmuró Perséfone con voz triste. Pandora cayó de rodillas.
-Perdóname, hermana- dijo Pandora llorando- todo fue mi culpa...-
-No te culpes, Pandora- le dijo Perséfone, abrazando a su cuñada con dulce tristeza- me alegra volver a verte...-
Perséfone dejó a Pandora y volvió a Elíseo, donde aún estaba el cuerpo de Hades. Con sus poderes, hizo crecer varias flores alrededor del cuerpo de su esposo, impidiendo que la muerte lo corrompa. La joven diosa se puso de rodillas y volvió a sentir sus lágrimas corriendo por sus mejillas. ¿Qué podía hacer? Ella tenía todo el poder de volver a la vida a cualquier ser en el mundo... menos a su esposo.
Vio la espada de Hades en el suelo. Era muy tentador. De seguro, podría dejar el Inframundo: Pandora, Radamanthys o Minos... ellos se harían cargo. Tomó entre sus blancas manos la espada negra, ya desenvainada y manchada de sangre. Con una tela, la diosa limpió la sangre, que de seguro pertenecía a un caballero de Atena, y acercó la punta a su pecho, a la altura del corazón. Cerró los ojos. Todo pasaría en unos segundos, y estaría con Hades de nuevo.
Armándose de valor, la joven diosa intentó atravesar su corazón con la espada. No lo logró. La espada ni siquiera había herido su piel.
-¿Qué pasa?- se dijo a sí misma.
-Lo siento, Perséfone- dijo Pandora, acercándose a ella.
-¿Tú sabes algo?-
-Sí. El día en que Hades se casó contigo, hizo como un encantamiento...- dijo Pandora.
-¿A que te refieres?- preguntó Perséfone.
-Para protegerte- dijo Pandora- tú solo podrás morir si Hades muere, y solo a manos de la persona que lo mató a él-
Perséfone, al escuchar eso, no pudo más que ponerse de rodillas y comenzar a llorar de nuevo. Pandora, dándose cuenta de ello, se retiró para que su cuñada llorara a solas. Pero por mirar con compasión a Perséfone, no se percató de una sombra oscura que rondaba por ahí.
La joven diosa seguía llorando arrodillada en el suelo, junto al cuerpo de Hades.
-Perséfone...- una voz femenina se escuchó- ¿porqué lloras?-
-Porque mi señor Hades está muerto, y no puedo hacer nada...- contestó la diosa a la oscuridad.
-¿Y qué dirías si yo te dijera que sé como volver a la vida a tu esposo?- dijo la voz.
-Eso no es posible- dijo la diosa mientras sus lágrimas seguían corriendo con tristeza- solo Atena puede hacerlo, pero ella nunca lo hará...-
-Claro que sí- dijo la voz- si destruyes lo que ella ama, así como ella destruyó lo que tú amabas, podrás obligarla a hacerlo...-
-No puedo hacer eso...- dijo Perséfone.
-Vaya, no creo que a Hades le gustara que hubieras dudado en ayudarlo...-
Perséfone meditó un momento esas palabras. Sí, ella haría todo lo posible por su esposo. Pero sabía que no debía atacar a Atena.
-Pero...-
-¿Crees acaso que tú esposo no vale la pena...?- dijo la voz.
-Está bien- dijo Perséfone, limpiando las lágrimas de su rostro con el dorso de su mano- ¿qué es lo que debo hacer?-
La voz emitió una risa fría antes de contestar.
***************
En el Santuario, la vida volvió a la normalidad, como si Hades nunca hubiera existido o intentado matar a Atena. En Aries, Mu entrenaba a Kiki. En Tauro, Aldebarán estaba sentado en la entrada del Templo, dejando que los rayos de sol toquen su rostro. En Géminis, Saga y Kanon platicaban y se ponían al tanto de sus vidas. En Cáncer, Máscara Mortal respiró profundamente, sintiéndose feliz de estar vivo. Aioria había buscado a Marín. En Virgo, Shaka volvió a ver su hermoso jardín, y sonrió. En Libra, Dokho era joven de nuevo y volvía a proteger su casa. En Escorpión, Milo sintió la brisa fresca en su rostro. En Sagitario, Aioros y Shura conversaban de sus recuerdos y la infancia de ambos. En Acuario, Camus no podía ocultar su alegría a pesar de su frialdad. Y en Piscis, Afrodita volvió a sentir la esencia de sus propias rosas.
Saori, sin embargo, no podía estarse quieta. Tenía el presentimiento que algo malo había ocurrido, aunque no podía explicar que era. Se paseaba de un lado a otro.
-Ya cálmate, Saori- dijo Seiya- ¿se puede saber que es lo que te preocupa tanto?-
-Nada, es solo ese asunto de Perséfone- dijo Saori- aún no sé bien que fue lo que sucedió...-
-No deberías preocuparte tanto, Saori- dijo Shun. Hyoga asintió, pero Shiryu aún quedó pensativo. En cierto sentido, también estaba preocupado, no por lo que sucedía, pues no lograba entenderlo, sino porque el hecho de que Saori estuviera preocupada no era buena señal.
-Creo que yo puedo ayudar- dijo una voz alegre. Era Aioros.
-¡Aioros!- dijo Seiya- claro, tú viviste en ese lugar trece años...-
-Cierto- dijo Aioros- no fue muy divertido, pero puede servir de algo-
-¿Y bien? ¿Notaste algo en Hades o Perséfone en ese tiempo?- preguntó Saori.
-Claro que sí- dijo Aioros- puedo asegurarles que Hades la adoraba. No podía soportar la idea de que algo le sucediera...- se quedó pensativo- recuerdo que los otoños e inviernos eran mucho mejores... el humor de Hades estaba mucho mejor que en primavera o verano...-
-¿El humor de Hades?- preguntó Seiya sin entender.
-Claro, Seiya- dijo Aioros- hasta se sentía en el aire, que Hades era feliz...-
-¿Y ella?- preguntó Shiryu- ¿notaste algo extraño en ella, como si estuviera forzada o algo?-
-No- dijo Aioros- Era bondadosa con todos los...-se interrumpió, no sabía como definirlo- todas las almas que estábamos ahí. Y de verdad parecía muy enamorada de Hades... me refiero a que estaba muy feliz cuando llegaba y en su rostro se reflejaba una gran tristeza cuando se acercaba la primavera...-
-Entonces tenía razón- dijo Saori- Perséfone no era forzada a volver con Hades, sino a volver con Deméter...-
-¿Y que podemos hacer al respecto?- dijo Seiya- ahora que Hades está muerto, Perséfone se quedará sola en el Inframundo o volverá con Deméter, y no podemos hacer nada al respeto...-
-Tienes razón- dijo Saori, pensativa- no hay nada que hacer... aunque...-
**************
Myu de Papillón intentaba enseñar a Silver a crear sus hadas.
-No, Silver, así no- dijo Myu- decididamente, las otras técnicas te salen mejor...-
-No es mi culpa- protestó Silver- si todos los espectros me enseñan sus técnicas, no puedo dominarlas todas a la perfección...-
En ese momento llegó Giganto de Cíclope.
-Tengo un aviso para ti, Myu- dijo Giganto- en una hora partimos...-
-¿A que?- preguntó Silver, sorprendida.
-¿A que te refieres?- preguntó Myu.
-A que iremos a pelear en una hora, y debes venir en este momento para explicarte la estrategia- contestó Giganto- iremos doce espectros-
-¿Sí? ¿Y quien lo ordena?- preguntó Myu- ¿acaso fue el señor Minos o el señor Aikos...?
-La reina Perséfone- dijo Giganto- al fin, vengaremos la muerte del señor Hades...- el espectro apretó tanto sus nudillos que hicieron ruido.
-¿Vengar que?- murmuró Silver para si misma. Que ella supiera, Perséfone no estaba interesada en vengar la muerte de Hades. Había algo muy extraño en todo eso.
-Bueno, ya te avisé. Silver- agregó Giganto- el señor Radamanthys me ordenó que te dijera que te quedaras a seguir entrenando-
-Gracias- contestó Silver.
Cuando Myu se retiró, Silver se quedó pensativa. Si no conociera a Perséfone, diría que Radamanthys tenía razón: Perséfone aún no terminaba de aceptar la muerte de Hades. Pero no, la reina del Inframundo no haría algo así. Aún así, obedeció el mensaje de su maestro y fue a buscarlo para continuar su entrenamiento.
**************
-Vamos, chicos, hay que hacer algo...-dijo Seiya.
-Vaya, desde que volviste a la vida has estado más inquieto- dijo Hyoga.
-Sí, yo diría que eso de estar muerto le afectó el cerebro- dijo Ikki.
-Muy gracioso, Ikki- dijo Seiya en tono sarcástico- y mira quien lo dice, el que va más veces al reino de los Muertos que a visitar a su hermano-
-Ya basta, no peleen- dijo Shun.
-¿Y qué quieren hacer?- preguntó Shiryu, tratando de poner fin a la discusión.
-No lo sé- dijo Seiya- tal vez ir al cine o a comer... se me antoja una hamburguesa triple con extra-queso y...-
-Suena bien- aprobó Hyoga. Shiryu también asintió, pero Shun negó con la cabeza.
-Yo...tengo algo más que hacer, chicos- dijo Shun- los veré más al rato, chicos-
-Tú te lo pierdes, Shun- dijo Seiya.
Seiya, Shiryu y Hyoga salieron hacia el pueblo. Shun, por su parte, se dirigió al sitio donde entrenan las amazonas.
*************
-Ahora entiendo- dijo Níobe de Deep. Doce espectros se habían reunido a planear el ataque contra el Santuario.
-Comenzaremos por los caballeros de bronce- dijo Giganto- así que ya saben, tenemos que...-
-...traer lo que ellos más aprecian- dijeron los otros once a coro-
**************
-Me alegra que todo haya salido bien... con Seiya y los caballeros dorados, quiero decir- dijo June, quien paseaba con Shun por el bosque cercano al Santuario.
-Sí, yo también-
-Creo que ya nos hemos alejado demasiado- dijo June- tal vez deberíamos regresar...-
-Tienes razón- dijo Shun, algo decepcionado- además, ya está empezando a oscurecer... podríamos perdernos-
Pero en el momento en que Shun iba a dar el primer paso de vuelta, se quedó trabado. No pudo siquiera moverse. Una fuerte psicoquinesis se apoderó de él y se lo impidió.
-¡Shun! ¿Qué pasa?-
-No puedo moverme- le respondió Shun- espera... este cosmo no pertenece a Mu...- entonces, Shun lo comprendió- ¡June, es una trampa! ¡Corre!-
La amazona no se movió. No podía dejar así a Shun.
-June, no te preocupes por mí, solo corre...-
June dio un paso hacia atrás, y chocó contra alguien, quien pasó su grueso brazo por ella, inmovilizándola. La chica trató de gritar, pero una mano con un paño humedecido en cloroformo ahogó su grito y la hizo dormir. Una vez que June quedó inconsciente, el hombre rió y se acercó a Shun. El caballero de bronce se sorprendió: era un espectro de Hades. En ese momento, como sombras, comenzaron a salir otros espectros más. Eran cinco en total.
-¡Ustedes!- murmuró Shun enfadado- ¿qué hacen aquí? ¡Déjenla en paz!-
-Tal vez- dijo Muy de Papillon- Esto fue muy fácil... la reina Perséfone estará muy complacida...-
Giganto, aprovechando que Muy estaba usando su psicoquinesis para inmovilizar a Shun, le dio de lleno un golpe en el estómago, dejando al caballero en el suelo, sin aire.
-Ya tenemos una y nos faltan tres- dijo Giganto- andando...-
***************
-¿Sintieron eso?- dijo Hyoga de repente.
-Sí, tienes razón- dijo Seiya- es el cosmo de Shun pidiéndonos ayuda...-
-¿Dónde está?- preguntó Shiryu.
-Parece que cerca del Santuario- dijo Hyoga- en ese bosque...-
-Vamos, hay que ayudarlo- dijo Shiryu, pero alguien se acercó corriendo a ellos.
-¡¡Seiya!!-
-¡Miho!- murmuró Seiya- ¿qué sucedió?-
-Seiya, acabo de... volver... a la casa- dijo Miho, tratando de recuperar el aliento- ¡Seika no está! Y todo está...hecho un desorden...-
-Miho, ¿estás segura?- dijo Seiya.
-Te digo que... no está- dijo Miho- ya busqué por todas partes...-
-Miho, ¿y Shunrei?- preguntó Shiryu de pronto.
-También desapareció- dijo Miho.
-Shiryu, ¿qué tiene que ver eso?- preguntó Seiya.
-Tenemos que encontrar a Flere- dijo Shiryu- antes de que sea demasiado tarde...-
-Yo iré a ayudar a Shun- dijo Seiya, entendiendo de pronto- ustedes vayan por ella...-
*************
En el Inframundo, Silver notó el movimiento de los espectros. Esto le estaba gustando cada vez menos. Entre la multitud buscó a su maestro y, después de un rato, lo encontró.
-Maestro, ¿qué sucede?-
Radamanthys alzó las cejas.
-¿Qué no lo sabes? Partimos dentro de un rato-
-¿A dónde?- dijo Silver sin creer lo que escuchaba.
-Al Santuario-
-Pero creí que... que solo irían doce espectros contra los caballeros de bronce...-
-Hubo un cambio de planes, Silver- dijo Radamanthys- la reina Perséfone ha decidido atacar de lleno el Santuario y no solo a los caballeros de bronce...-
-¿Puedo ayudar?- preguntó Silver- ¿puedo ir?-
-Por supuesto que no- dijo Radamanthys- aún no tienes un Sapuri-
-Pero yo...- protestó Silver.
-Nada de peros- dijo Radamanthys- no irás hasta que tengas un Sapuri, y eso no será hasta que la señora Pandora o la reina Perséfone juzguen que estás lista. Por lo tanto- agregó - te quedarás a cuidar a la reina hasta que regresemos...-
-Sí, señor- dijo Silver.
-Otra cosa- dijo Radamanthys- dejé unos espectros vigilando a las tres chicas que los otros espectros lograron traer... no es necesario que se arriesguen mucho, es solo una distracción para los caballeros de bronce.
-Sí, señor-
Radamanthys le dirigió una mirada antes de ponerse el casco de su Sapuri y salir a organizar junto con Minos y Aikos al resto de los Ma Sei.
************
CONTINUARÁ...
Bien, chicos, capítulo dos... Este promete ser un fic muy cortito... así está mejor... serán 6 o 7 chapters... Gracias a todos los que me han mandado reviews...
Silverhell: ellos saldrán después... jeje, bueno, ya estás aquí...
Pantrosa Black: lo siento, pero no puedo matar a Saori... tal vez en otro fic...
Misao kamiya: no te adelantes... jeje, pronto lo sabrás... gracias por escribir...
Némesis VH: gracias
Silence-messiah: luego sabrás quien es...
Kasumi: gracias por escribir... actualizaré tan pronto como pueda...
¡¡Gracias a todos!!
Abby L.
En el Inframundo, las cosas habían vuelto a su relativa tranquilidad de siempre. En un área cerrada, Radamanthys entrenaba a su aprendiz, con la misma seriedad de siempre.
Syckel Silverhell, la joven aprendiz, era una chica de dieciséis años de edad. Era alta, de complexión atlética, cabellos color plateado y ojos rojos. Vestía toda de negro, lo que contrastaba con la palidez de su piel y usaba una venda en la frente.
-¿Porqué está preocupado?- preguntó Silver durante un descanso, sintiendo cierta inquietud en su maestro.
-Me preocupa la reina Perséfone- dijo Radamanthys- no sé como ha tomado la muerte del señor Hades... y que es lo que hará al respecto-
Silver miró a su maestro, y éste le devolvió la mirada. Decididamente le llamaban la atención los ojos rojos de la chica.
-Bueno, continuemos con tu entrenamiento...-dijo Radamanthys de pronto- el momento en el que recibirás tu Sapuri está muy cerca...-
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Perséfone estaba más tranquila, ahora que los espectros cuidarían del Inframundo. Pero tenía la ligera sospecha de que algo le faltaba. De pronto lo recordó. Tomó el báculo de Hades y lo alzó de nuevo. Una mujer apareció frente a ella: tenía los ojos color violeta y los cabellos negros.
-Pandora- murmuró Perséfone con voz triste. Pandora cayó de rodillas.
-Perdóname, hermana- dijo Pandora llorando- todo fue mi culpa...-
-No te culpes, Pandora- le dijo Perséfone, abrazando a su cuñada con dulce tristeza- me alegra volver a verte...-
Perséfone dejó a Pandora y volvió a Elíseo, donde aún estaba el cuerpo de Hades. Con sus poderes, hizo crecer varias flores alrededor del cuerpo de su esposo, impidiendo que la muerte lo corrompa. La joven diosa se puso de rodillas y volvió a sentir sus lágrimas corriendo por sus mejillas. ¿Qué podía hacer? Ella tenía todo el poder de volver a la vida a cualquier ser en el mundo... menos a su esposo.
Vio la espada de Hades en el suelo. Era muy tentador. De seguro, podría dejar el Inframundo: Pandora, Radamanthys o Minos... ellos se harían cargo. Tomó entre sus blancas manos la espada negra, ya desenvainada y manchada de sangre. Con una tela, la diosa limpió la sangre, que de seguro pertenecía a un caballero de Atena, y acercó la punta a su pecho, a la altura del corazón. Cerró los ojos. Todo pasaría en unos segundos, y estaría con Hades de nuevo.
Armándose de valor, la joven diosa intentó atravesar su corazón con la espada. No lo logró. La espada ni siquiera había herido su piel.
-¿Qué pasa?- se dijo a sí misma.
-Lo siento, Perséfone- dijo Pandora, acercándose a ella.
-¿Tú sabes algo?-
-Sí. El día en que Hades se casó contigo, hizo como un encantamiento...- dijo Pandora.
-¿A que te refieres?- preguntó Perséfone.
-Para protegerte- dijo Pandora- tú solo podrás morir si Hades muere, y solo a manos de la persona que lo mató a él-
Perséfone, al escuchar eso, no pudo más que ponerse de rodillas y comenzar a llorar de nuevo. Pandora, dándose cuenta de ello, se retiró para que su cuñada llorara a solas. Pero por mirar con compasión a Perséfone, no se percató de una sombra oscura que rondaba por ahí.
La joven diosa seguía llorando arrodillada en el suelo, junto al cuerpo de Hades.
-Perséfone...- una voz femenina se escuchó- ¿porqué lloras?-
-Porque mi señor Hades está muerto, y no puedo hacer nada...- contestó la diosa a la oscuridad.
-¿Y qué dirías si yo te dijera que sé como volver a la vida a tu esposo?- dijo la voz.
-Eso no es posible- dijo la diosa mientras sus lágrimas seguían corriendo con tristeza- solo Atena puede hacerlo, pero ella nunca lo hará...-
-Claro que sí- dijo la voz- si destruyes lo que ella ama, así como ella destruyó lo que tú amabas, podrás obligarla a hacerlo...-
-No puedo hacer eso...- dijo Perséfone.
-Vaya, no creo que a Hades le gustara que hubieras dudado en ayudarlo...-
Perséfone meditó un momento esas palabras. Sí, ella haría todo lo posible por su esposo. Pero sabía que no debía atacar a Atena.
-Pero...-
-¿Crees acaso que tú esposo no vale la pena...?- dijo la voz.
-Está bien- dijo Perséfone, limpiando las lágrimas de su rostro con el dorso de su mano- ¿qué es lo que debo hacer?-
La voz emitió una risa fría antes de contestar.
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En el Santuario, la vida volvió a la normalidad, como si Hades nunca hubiera existido o intentado matar a Atena. En Aries, Mu entrenaba a Kiki. En Tauro, Aldebarán estaba sentado en la entrada del Templo, dejando que los rayos de sol toquen su rostro. En Géminis, Saga y Kanon platicaban y se ponían al tanto de sus vidas. En Cáncer, Máscara Mortal respiró profundamente, sintiéndose feliz de estar vivo. Aioria había buscado a Marín. En Virgo, Shaka volvió a ver su hermoso jardín, y sonrió. En Libra, Dokho era joven de nuevo y volvía a proteger su casa. En Escorpión, Milo sintió la brisa fresca en su rostro. En Sagitario, Aioros y Shura conversaban de sus recuerdos y la infancia de ambos. En Acuario, Camus no podía ocultar su alegría a pesar de su frialdad. Y en Piscis, Afrodita volvió a sentir la esencia de sus propias rosas.
Saori, sin embargo, no podía estarse quieta. Tenía el presentimiento que algo malo había ocurrido, aunque no podía explicar que era. Se paseaba de un lado a otro.
-Ya cálmate, Saori- dijo Seiya- ¿se puede saber que es lo que te preocupa tanto?-
-Nada, es solo ese asunto de Perséfone- dijo Saori- aún no sé bien que fue lo que sucedió...-
-No deberías preocuparte tanto, Saori- dijo Shun. Hyoga asintió, pero Shiryu aún quedó pensativo. En cierto sentido, también estaba preocupado, no por lo que sucedía, pues no lograba entenderlo, sino porque el hecho de que Saori estuviera preocupada no era buena señal.
-Creo que yo puedo ayudar- dijo una voz alegre. Era Aioros.
-¡Aioros!- dijo Seiya- claro, tú viviste en ese lugar trece años...-
-Cierto- dijo Aioros- no fue muy divertido, pero puede servir de algo-
-¿Y bien? ¿Notaste algo en Hades o Perséfone en ese tiempo?- preguntó Saori.
-Claro que sí- dijo Aioros- puedo asegurarles que Hades la adoraba. No podía soportar la idea de que algo le sucediera...- se quedó pensativo- recuerdo que los otoños e inviernos eran mucho mejores... el humor de Hades estaba mucho mejor que en primavera o verano...-
-¿El humor de Hades?- preguntó Seiya sin entender.
-Claro, Seiya- dijo Aioros- hasta se sentía en el aire, que Hades era feliz...-
-¿Y ella?- preguntó Shiryu- ¿notaste algo extraño en ella, como si estuviera forzada o algo?-
-No- dijo Aioros- Era bondadosa con todos los...-se interrumpió, no sabía como definirlo- todas las almas que estábamos ahí. Y de verdad parecía muy enamorada de Hades... me refiero a que estaba muy feliz cuando llegaba y en su rostro se reflejaba una gran tristeza cuando se acercaba la primavera...-
-Entonces tenía razón- dijo Saori- Perséfone no era forzada a volver con Hades, sino a volver con Deméter...-
-¿Y que podemos hacer al respecto?- dijo Seiya- ahora que Hades está muerto, Perséfone se quedará sola en el Inframundo o volverá con Deméter, y no podemos hacer nada al respeto...-
-Tienes razón- dijo Saori, pensativa- no hay nada que hacer... aunque...-
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Myu de Papillón intentaba enseñar a Silver a crear sus hadas.
-No, Silver, así no- dijo Myu- decididamente, las otras técnicas te salen mejor...-
-No es mi culpa- protestó Silver- si todos los espectros me enseñan sus técnicas, no puedo dominarlas todas a la perfección...-
En ese momento llegó Giganto de Cíclope.
-Tengo un aviso para ti, Myu- dijo Giganto- en una hora partimos...-
-¿A que?- preguntó Silver, sorprendida.
-¿A que te refieres?- preguntó Myu.
-A que iremos a pelear en una hora, y debes venir en este momento para explicarte la estrategia- contestó Giganto- iremos doce espectros-
-¿Sí? ¿Y quien lo ordena?- preguntó Myu- ¿acaso fue el señor Minos o el señor Aikos...?
-La reina Perséfone- dijo Giganto- al fin, vengaremos la muerte del señor Hades...- el espectro apretó tanto sus nudillos que hicieron ruido.
-¿Vengar que?- murmuró Silver para si misma. Que ella supiera, Perséfone no estaba interesada en vengar la muerte de Hades. Había algo muy extraño en todo eso.
-Bueno, ya te avisé. Silver- agregó Giganto- el señor Radamanthys me ordenó que te dijera que te quedaras a seguir entrenando-
-Gracias- contestó Silver.
Cuando Myu se retiró, Silver se quedó pensativa. Si no conociera a Perséfone, diría que Radamanthys tenía razón: Perséfone aún no terminaba de aceptar la muerte de Hades. Pero no, la reina del Inframundo no haría algo así. Aún así, obedeció el mensaje de su maestro y fue a buscarlo para continuar su entrenamiento.
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-Vamos, chicos, hay que hacer algo...-dijo Seiya.
-Vaya, desde que volviste a la vida has estado más inquieto- dijo Hyoga.
-Sí, yo diría que eso de estar muerto le afectó el cerebro- dijo Ikki.
-Muy gracioso, Ikki- dijo Seiya en tono sarcástico- y mira quien lo dice, el que va más veces al reino de los Muertos que a visitar a su hermano-
-Ya basta, no peleen- dijo Shun.
-¿Y qué quieren hacer?- preguntó Shiryu, tratando de poner fin a la discusión.
-No lo sé- dijo Seiya- tal vez ir al cine o a comer... se me antoja una hamburguesa triple con extra-queso y...-
-Suena bien- aprobó Hyoga. Shiryu también asintió, pero Shun negó con la cabeza.
-Yo...tengo algo más que hacer, chicos- dijo Shun- los veré más al rato, chicos-
-Tú te lo pierdes, Shun- dijo Seiya.
Seiya, Shiryu y Hyoga salieron hacia el pueblo. Shun, por su parte, se dirigió al sitio donde entrenan las amazonas.
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-Ahora entiendo- dijo Níobe de Deep. Doce espectros se habían reunido a planear el ataque contra el Santuario.
-Comenzaremos por los caballeros de bronce- dijo Giganto- así que ya saben, tenemos que...-
-...traer lo que ellos más aprecian- dijeron los otros once a coro-
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-Me alegra que todo haya salido bien... con Seiya y los caballeros dorados, quiero decir- dijo June, quien paseaba con Shun por el bosque cercano al Santuario.
-Sí, yo también-
-Creo que ya nos hemos alejado demasiado- dijo June- tal vez deberíamos regresar...-
-Tienes razón- dijo Shun, algo decepcionado- además, ya está empezando a oscurecer... podríamos perdernos-
Pero en el momento en que Shun iba a dar el primer paso de vuelta, se quedó trabado. No pudo siquiera moverse. Una fuerte psicoquinesis se apoderó de él y se lo impidió.
-¡Shun! ¿Qué pasa?-
-No puedo moverme- le respondió Shun- espera... este cosmo no pertenece a Mu...- entonces, Shun lo comprendió- ¡June, es una trampa! ¡Corre!-
La amazona no se movió. No podía dejar así a Shun.
-June, no te preocupes por mí, solo corre...-
June dio un paso hacia atrás, y chocó contra alguien, quien pasó su grueso brazo por ella, inmovilizándola. La chica trató de gritar, pero una mano con un paño humedecido en cloroformo ahogó su grito y la hizo dormir. Una vez que June quedó inconsciente, el hombre rió y se acercó a Shun. El caballero de bronce se sorprendió: era un espectro de Hades. En ese momento, como sombras, comenzaron a salir otros espectros más. Eran cinco en total.
-¡Ustedes!- murmuró Shun enfadado- ¿qué hacen aquí? ¡Déjenla en paz!-
-Tal vez- dijo Muy de Papillon- Esto fue muy fácil... la reina Perséfone estará muy complacida...-
Giganto, aprovechando que Muy estaba usando su psicoquinesis para inmovilizar a Shun, le dio de lleno un golpe en el estómago, dejando al caballero en el suelo, sin aire.
-Ya tenemos una y nos faltan tres- dijo Giganto- andando...-
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-¿Sintieron eso?- dijo Hyoga de repente.
-Sí, tienes razón- dijo Seiya- es el cosmo de Shun pidiéndonos ayuda...-
-¿Dónde está?- preguntó Shiryu.
-Parece que cerca del Santuario- dijo Hyoga- en ese bosque...-
-Vamos, hay que ayudarlo- dijo Shiryu, pero alguien se acercó corriendo a ellos.
-¡¡Seiya!!-
-¡Miho!- murmuró Seiya- ¿qué sucedió?-
-Seiya, acabo de... volver... a la casa- dijo Miho, tratando de recuperar el aliento- ¡Seika no está! Y todo está...hecho un desorden...-
-Miho, ¿estás segura?- dijo Seiya.
-Te digo que... no está- dijo Miho- ya busqué por todas partes...-
-Miho, ¿y Shunrei?- preguntó Shiryu de pronto.
-También desapareció- dijo Miho.
-Shiryu, ¿qué tiene que ver eso?- preguntó Seiya.
-Tenemos que encontrar a Flere- dijo Shiryu- antes de que sea demasiado tarde...-
-Yo iré a ayudar a Shun- dijo Seiya, entendiendo de pronto- ustedes vayan por ella...-
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En el Inframundo, Silver notó el movimiento de los espectros. Esto le estaba gustando cada vez menos. Entre la multitud buscó a su maestro y, después de un rato, lo encontró.
-Maestro, ¿qué sucede?-
Radamanthys alzó las cejas.
-¿Qué no lo sabes? Partimos dentro de un rato-
-¿A dónde?- dijo Silver sin creer lo que escuchaba.
-Al Santuario-
-Pero creí que... que solo irían doce espectros contra los caballeros de bronce...-
-Hubo un cambio de planes, Silver- dijo Radamanthys- la reina Perséfone ha decidido atacar de lleno el Santuario y no solo a los caballeros de bronce...-
-¿Puedo ayudar?- preguntó Silver- ¿puedo ir?-
-Por supuesto que no- dijo Radamanthys- aún no tienes un Sapuri-
-Pero yo...- protestó Silver.
-Nada de peros- dijo Radamanthys- no irás hasta que tengas un Sapuri, y eso no será hasta que la señora Pandora o la reina Perséfone juzguen que estás lista. Por lo tanto- agregó - te quedarás a cuidar a la reina hasta que regresemos...-
-Sí, señor- dijo Silver.
-Otra cosa- dijo Radamanthys- dejé unos espectros vigilando a las tres chicas que los otros espectros lograron traer... no es necesario que se arriesguen mucho, es solo una distracción para los caballeros de bronce.
-Sí, señor-
Radamanthys le dirigió una mirada antes de ponerse el casco de su Sapuri y salir a organizar junto con Minos y Aikos al resto de los Ma Sei.
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CONTINUARÁ...
Bien, chicos, capítulo dos... Este promete ser un fic muy cortito... así está mejor... serán 6 o 7 chapters... Gracias a todos los que me han mandado reviews...
Silverhell: ellos saldrán después... jeje, bueno, ya estás aquí...
Pantrosa Black: lo siento, pero no puedo matar a Saori... tal vez en otro fic...
Misao kamiya: no te adelantes... jeje, pronto lo sabrás... gracias por escribir...
Némesis VH: gracias
Silence-messiah: luego sabrás quien es...
Kasumi: gracias por escribir... actualizaré tan pronto como pueda...
¡¡Gracias a todos!!
Abby L.
