La Niña que Viene del Mar y los Volcanes

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Notas de la Autora: Primero que nada,  Shaman King no me pertenece, nunca lo ha hecho, probablemente nunca lo hará.  Hago esto por gusto sin afán de ganar nada, y si creen que van a ganar dinero conmigo =P , soy pobre, no tengo trabajo y el dinero no me alcanza ni para comprarme DVD's de SK en Ebay.  Segundo, el fic sigue la historia del anime, sucede después de que conozcan a Horo Horo, pero antes de que Tokagero posesione a Ryu, osea entre los episodios 9 (El Joven que vino del Norte) y 10 (Una Venganza de 600 Años). Tercero, este es mi fic, no lo copien.  Si les gustó mucho mucho y quieren postearlo en otro lado, avísenme primero donde va a quedar y denme crédito por él.

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Capitulo 1

Un Ataque Inesperado

Era una tarde de finales de verano, e Yoh y Manta iban de camino a casa, después del pesado entrenamiento de Anna y de hacer las compras para la cena. Estaban pasando por el parque cuando Manta se detuvo de golpe.

--Eh,  ¿que pasa Manta?—preguntó Yoh

Manta señaló a una niña como de su edad, delgadita y de cabello negro, dormida en una banca del parque.

--¿Qué puede estar haciendo una niña aquí?—preguntó Manta al aire.

Yoh se acercó mucho a la cara de la niña y dijo:

--No lo sé, pero si se queda aquí le dará frío.

Manta sonrió, aunque una gota apareció al lado de su cabeza.  "Ay, en que cosas piensa este muchacho", pensó.  La niña se movió ligeramente y abrió los ojos para encontrarse frente a frente con la cara de Yoh.  Por un segundo la niña no se movió de su posición; de pronto se hizo para atrás bruscamente, hasta quedar sentada sobre el respaldo de la banca. Yoh también retrocedió, pero él de manera calmada, sin mostrar ninguna emoción.  Ambos se quedaron ahí sin moverse o bajar la mirada, el suficiente tiempo para que Manta pudiera observar a la chica detenidamente. 

Su cabello era negro azabache y corto, apenas arriba de los hombros, y lo llevaba suelto excepto por un broche en forma de flor tropical.  En realidad todo su atuendo se entendía tropical: los pescadores de color azul marino, las sandalias de playa, la blusa azul con blanco que parecía ser mas bien la parte superior de un traje de dos piezas, y por supuesto la guirnalda de flores en tonos durazno que colgaba de su cuello.  Su cara era delgada y sus ojos oscuros (que no se habían apartado de Yoh) gritaban sus emociones.  Aun así, Manta no podía adivinarlas; ¿era miedo o desafío lo que veía en ellos?

Yoh se acercó a ella, solo un paso.  La niña se tensó y frunció el ceño.  A Manta le pareció que la niña literalmente explotaría de los nervios.

--¡No voy a permitírtelo!—gritó de golpe ("permitir qué, de qué habla esta niña" pensó Manta).  La chica levantó el brazo- ¡Logan! ¡Entrégame tu alma!

La silueta sobrenatural de un hombre se formó detrás de ella.  Entonces la chica era shamán también, concluyó Manta. ¿Pero por qué había reaccionado de esa manera? El espíritu ya había tomado su forma Hitodama*

--¡Posesiona este lei**!—El espíritu se introdujo a la guirnalda, que ahora ya estaba en la mano de la chica.  Ella se puso en posición defensiva.

--Bueno, si eso es lo que deseas—fue la única respuesta de Yoh antes de que él mismo hiciera su posesión de almas.

El Yoh poseído tomó una larga rama que estaba tirada en el suelo.

--Es demasiado confiado—  se dijo a si misma la chica, mostrándose impresionada de su rival—pero no me vencerá.

En menos de lo que manta pudo darse cuenta ambos estaban enfrascados en su lucha. La niña utilizaba la guirnalda (lei lo había llamado ella) como un arma con la cual era bastante diestra.  Ninguno de los dos parecía tener la delantera en la pelea. Si Yoh atacaba, la chica lo bloqueaba o lo esquivaba y viceversa.  Ambos luchaban con ferocidad, pero Manta se dio cuenta de que ninguna de los estaba buscando dar golpes de muerte, mas bien buscaban desarmar a su oponente.  En las pocas peleas entre shamanes que Manta había observado, esto no sucedía.

La chica salió volando después de un golpe certero de Yoh.

Manta creyó que todo terminaría ahí, pero la chica cayó de pie, y aunque estaba claramente lastimada por el golpe, no parecía dar señales de darse por vencida.

--Amo Yoh—Amidamaru se dirigió al joven de quien estaba utilizando su cuerpo—no podremos vencerla si no utilizamos una técnica más poderosa.

--Eso lo se, pero no deseo hacerle daño.

--Pero Amo Yoh ...

--No me preguntes la razón, Amidamaru, pero quisiera saber por qué nos ataca

La chica se abalanzó hacia él e Yoh hizo lo mismo, quizás más por instinto de Amidamaru que por propia decisión.  Ella enredó el lei en la vara que usaban Yoh y Amidamaru como espada en ese momento.  Ambos trataban de forzar a su oponente a soltar su arma, pero ninguno de los dos lograba obtener una fuerza superior a la del otro.

--¿Por qué luchas contra mi?—Yoh aprovechó la cercanía con la chica para preguntar.

--Vine desde muy lejos como para permitir que acabe así—ninguno de los dos bajaba la guardia—¡Si piensas que voy a rendirme así como así para que me mates estas muy equivocado!

--Pero ... yo no quiero matarte

La chica se desconcentró por un segundo, lo suficiente para que Yoh le arrebatara con fuerza la guirnalda de las manos.  Ella se quedó frente a Yoh en posición defensiva, sus puños cerrados, dispuesta (a Manta le pareció) a pelear con Yoh sin ayuda de su posesión si era necesario.

--¿Tu no me quieres matar?

-No—Yoh le extendió la mano con la que sostenía el lei.  Ella se relajó finalmente y lo tomó, aliviada—Mi nombre es Yoh Asakura, ese de allá es mi amigo Manta Oyamada y él es mi espíritu Amidamaru.

--Yo soy Kalani Hona—En un gesto muy poco japonés, la chica extendió su mano hacia Yoh, quien la tomó amablemente—y él es mi espíritu, Logan Kahanamoku.

La forma de un hombre joven de piel bronceada y cabello negro les sonrió e hizo un gesto de saludo.

--¿Por qué me atacaste?—volvió a preguntar Yoh.

--Bueno, yo...—la chica estaba abiertamente apenada—creí que querías matarme.  Lo siento.

--Qué te hizo creer que Yoh te quería matar—esta vez fue Manta quien pregunt

--¡¡Pues porque me despierto y me lo encuentro a mi cara, POR QUÉ MÁS!!—Su voz ahora casi un grito.  Ambos muchachos la miraron, una enorme gota en la parte trasera de su cabeza.—Ustedes también estarían paranoicos si los hubieran tratado de matar dos veces en menos de una semana.

Los chicos se quedaron en Shock.  Kalani se dejó caer abatida en la banca.

--Supongo que es así por lo cerca que está el torneo.  Muchos shamanes quieren asegurarse un buen lugar en él y hacen lo que sea, incluso tratar de matar al desprevenido, para lograrlo.

--Debe de haberte asustado despertar y verme así de cerca—Dijo Yoh, lanzando una de sus famosas risitas al final del enunciado.

La niña lo miró con extrañeza.  Ella había atacado a alguien que no quería hacerle daño por culpa de su paranoia. E Yoh Asakura en lugar de odiarla por eso, la justificaba.

--Sí, la verdad es que me asustaste—respondió Kalani, sonrojada de la vergüenza ^////^--pero no debí haberte atacado sin antes saber tus intenciones.

--¡Oye! Es verdad—Manta agregó, recordando de pronto algo--¿Por qué estabas durmiendo en el parque?

--Lo que pasa es que Tokio es una ciudad muy grande—la naturalidad de Kalani al dar una respuesta tan críptica desfasó a Manta ("Qué todos los shamanes tienen que ser asi!?!?" pensó)—Y el día en que llegué me trataron de asaltar.  Por supuesto que no me dejé, digo, no por nada soy shamán, pero en el forcejeo perdí la dirección de los tíos con los que iba a quedarme.  Entonces ando rondando como turista perdida en la ciudad, tratándome de acordar de la dirección T-T—ríos de lágrimas corrian por sus mejillas.

--¡Eso es tan horrible!—Yoh se unió a la pena de Kalani.

--¿Y por qué no le llamas a alguien que sepa la dirección y te la dé?

Yoh miró a Kalani asintiendo con la cabeza en señal de apoyo a la sugerencia de Manta.

--Pues porque también perdí mi tarjeta de teléfonos y no traigo suficiente dinero para pagar la larga distancia.  Aparte,. No quiero preocupar a mis padres y tengo que...—el estómago de la chica rugió interrumpiéndola a la mitad de la frase.

--¡Tienes hambre!—bromearon Manta e Yoh al unísono.

--¡Ay no!—gritó Yoh--¡LA CENA! Anna nos matará por dejarla sin comer.

Ambos muchachos se levantaron de la banca y salieron corriendo con la bolsa de la compra en las manos. Yoh regresó y tomó del brazo a Kalani, quien se había quedado sentada.

--Ven con nosotros a cenar

Kalani fue prácticamente arrastrada, ya que Yoh no esperó su respuesta de lo apurado que estaba.  Cuando alcanzó a Manta, la chica ya había tomado el paso veloz de sus más nuevos amigos.  Los tres chicos corrieron juntos rumbo a la casa Asakura, dos espíritus flotando tras ellos y una sonrisa pintada en los labios de la más nueva adición al grupo de amigos que ahora Yoh estaba forjando.

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Notas finales: *forma Hitodama: es el nombre japonés para la forma de bolita chibi de los espíritus.

**Lei: en Hawaiano, son las guirnaldas que pueden ser de flores, de conchas, de semillas, de hojas, etc.  La de Kalani es la típica de flores.

Eh llegaron hasta aquí, espero que les haya gustado, pronto tendré el siguiente capítulo.  No sean malitos, déjenme reviews, son como el caldo de pollo para el alma del escritor (ah que cursi sonó eso).  Pero de veras dejen reviews, aunque sea una línea de "Me gustó tu fic sigue así" si no tienen tiempo para escribir más, y si no les gustó pues también díganme (claro que si no les gustó entonces sí digan qué fue lo que no les gustó).  Mahalo