CAPÍTULO 4: UN DULCE RECUERDO

Perséfone obedeció a Mnemes. Es lo que Hades hubiera querido. La joven diosa abrió la cajita blanca, y un dulce sueño la envolvió, trayendo los recuerdos a su mente. Mnemes sonrió y se sentó junto a la diosa mientras se desarrollaba la memoria.

*********FLASHBACK***********

Había un jardín muy hermoso. Tenía fuentes y árboles grandes. Perséfone estaba sentada en una roca, sonriendo. Nueve ninfas corrían y jugeteaban. Pero la joven diosa y sus nueve ninfas no estaban solas: un dios también estaba ahí, invisible.

Día tras día, Hades acudía al jardín a admirar la hermosura de Perséfone. Nunca había sentido nada parecido, ni siquiera por la diosa de la belleza.

Un día, Perséfone se separó de sus ninfas. La sonrisa había desaparecido de su rostro. Con sus hermosos ojos azules cargados de tristeza, la joven diosa se escondió entre unos arbustos. Se sentó, abrazando sus rodillas y escondiendo su rostro entre sus brazos. Cerca de ahí se escuchaban las risas de las nueve ninfas. Dejó que sus lágrimas corrieran con libertad. A Hades le conmovió sobremanera esto y, aprovechando su soledad, se acercó a ella, invisible.

Perséfone sintió que alguien tomó su mano. Sorprendida, detuvo su llanto y miró a su alrededor. No había nadie y, sin embargo, sentía el roce de otra mano, como si un ser invisible estuviera frente a ella.

La mano extraña jaló la de la diosa ligeramente, y ésta se levanto. Luego, se dejó guiar por ella hasta un lugar muy apartado de donde estaban las ninfas... un lugar al que Perséfone nunca había ido, semioculto entre tantos arbustos. Las manos invisibles recorrieron las mejillas de la diosa, secándo sus lágrimas.

-Bella Perséfone- dijo una voz masculina- ¿porqué lloras así? ¿acaso no sabes que me parte el corazón verte llorar?-

-Lo...lo lamento- dijo Perséfone, apenada- yo... mi madre me hará casarme con Apolo, pero yo... yo no lo amo...-

-Ya no llores- dijo la voz- no permitiré que te casen con él si tú no quieres- y la diosa sintió un cálido abrazo. Podía sentir el corazón de la persona que estaba ahí, invisible. Luego, sobre sus labios, sintió un beso lleno de ternura.

-¿Quién eres?- preguntó Perséfone- déjame verte, por favor-

Hades se quitó su casco que lo hacía invisible, apareciendo para Perséfone. La diosa sonrió al verlo. Con sus manos blancas, recorrió el rostro del dios con una sonrisa, mientras Hades hacía lo mismo.

-No sabes quien soy, ¿cierto?- dijo Hades en un tono melancólico.

-No- dijo ella- sé que eres un dios, pero nunca antes te he visto en el Olimpo...-

-Es que no voy muy seguido- dijo Hades- mi nombre es Hades...-

Como Hades lo esperaba, Perséfone dio un paso atrás, sorprendida. Por cierto que no se esperaba que un dios tan apuesto y gentil fuera el rey de los Muertos. Hades bajó la mirada, triste. Parecía que su amada diosa no lo aceptaría. Pero no fue así, porque Perséfone sonrió de nuevo y se refugió entre los brazos de Hades.

-Perséfone- dijo Hades, estrechando su abrazo- desde hace mucho tiempo he estado siguiéndote y observándote... Quisiera que vinieras conmigo al Infamundo... quiero que tú seas mi esposa...-

-Yo...-dijo Perséfone sorprendida. Miró a Hades con adoración- sí, quiero ir contigo...-

Pero alguien vino a interrumpir este momento...

-Así que aquí estás, Perséfone- gritó Deméter de mal humor. Al ver a Hades, la diosa realmente se enfureció- ¡Hades! ¿cómo te atreves? ¡Suelta a mi hija en este instante!-

-No, madre- dijo Perséfone- yo quiero ir con él...-

-Tú no irás a ningún lado- dijo Deméter. Perséfone la ignoró, y Hades la abrazó con mayor fuerza- Hades, ¡suéltala en este instante o te las verás conmigo!-

-No me gusta pelear, Deméter- dijo Hades- Perséfone ha aceptado ser mi esposa, e irá conmigo...-

-¿A tu mundo oscuro?- dijo Deméter- no seas tonto, Hades, la chica se asqueará de él de solo verlo...-

Pero Hades ya no estaba dispuesto a seguir con esa conversación. Tomó a Perséfone por la cintura y se internó junto con ella en la tierra, desapareciendo ambos por completo.

Cuando llegaron al Inframundo, Perséfone miraba a su alrededor muy interesada. Hades estaba sorprendido: su oscuro y monótono reino le parecía fascinante. El dios miró su reino.

-Mira, Perséfone- dijo Hades- éste es mi reino, y ahora tú eres la reina y señora de él. Todo cuanto ordenes te será hecho...-

-Mi señor Hades- dijo un espectro, inclinándose ante él, y mirando que Hades llevaba a una joven de la mano.

-Levántate, Radamanthys- dijo Hades- esta joven es la diosa Perséfone. Desde hoy, es mi esposa y mi reina. Todos los espectros la obedecerán y la protegerán con sus vidas...-

-Sí, mi señor- dijo Radamanthys, inclinándose de nuevo y dejando sola a la pareja.

-Perséfone- dijo Hades- ¿estás segura de que quieres ser mi esposa?-

-Hades- contestó la diosa- yo quiero estar contigo para siempre- Hades sonrió.

-Entonces, desde este momento eres mi esposa...- puso un anillo en el dedo de la diosa y la besó- porque tú eres la paz que yo tanto amo...-

******TERMINA EL FLASHBACK**********

Perséfone despertó con los ojos bañados de lágrimas.

-¿Qué recuerdas?- preguntó Mnemes.

-Recuerdo... lo recuerdo a él...- dijo Perséfone- recuerdo que me amaba de verdad... que sonreía cuando me veía llegar el primer día de otoño y lloraba el último día del invierno... recuerdo que él odiaba las peleas y amaba la paz...-

-Lo sé, Perséfone-dijo Mnemes- ahora dime, ¿qué es lo que estás haciendo? Mandaste a todos los espectros a atacar a Atena, contra la voluntad de tu esposo. Además, dejaste el castillo y todo en Inframundo sin ninguna protección, más que un par de espectros vigilando a las rehenes y a una joven en la entrada de tu habitación... a Hades no le hubiera gustado que te sucediera algo malo...-

-No...-

-Si de verdad quieres a tu esposo de vuelta, haz lo posible. Ve a hablar con Atena y pídeselo...-

-¿Que le devuelva la vida a mi esposo?- preguntó ella- es imposible...-

-Recuérdalo...- dijo Mnemes, sin responder a la pregunta de Perséfone- tu esposo te amaba, y no quería que sufrieras...-

-Yo...-dijo Perséfone- está bien, ordenaré a los espectros que se detengan...-

-Sabia decisión, Perséfone- dijo Mnemes- espero que tus próximas decisiones sean igual de acertadas- y salió.

Pandora y Silver entraron al salir Mnemes.

-Silver, necesito pedirte algo- dijo Perséfone.

-Sí, mi señora-

-Deseo que vayas al Santuario y les digas a los espectros que les ordeno detener el ataque-

-Inmediatamente, mi señora- Silver se inclinó, pero Perséfone la detuvo.

-Espera- dijo la diosa- olvidas algo. Tu maestro consideró que ya estabas lista para tu Sapuri...-

Silver no pudo evitar sonreir.

**************

-¡Llegamos!- gritó Seiya, derribando a un montón de espectros de Hades con uno de sus cometas.

-Ya era hora- dijo Shaina de mal humor- corran hacia el templo de Atena...-

-¡Los espectros ya han llegado hasta la casa de Acuario!- dijo Marín.

-Ya vamos- dijo Seiya.

Los caballeros de bronce corrían hacia la casa de Aries, cuando una sombra pasó sobre ellos. Se detuvieron. Los cinco miraron hacia el cielo, donde la luna era la única luz de la noche.

-Que extraño- murmuró Shun- me pareció que era la sombra de un espectro-

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-Estás perdido, Mu- dijo Myu con una sonrisa maligna.

-Ni lo sueñes- dijo Mu, encendiendo su cosmo.

Ambos estaban a punto de atacarse mutuamente de nuevo, cuando otro espectro se interpuso entre ambos. El caballero no lo reconoció pero Myu sí.

-¿Qué pasa, Silver?- preguntó Myu.

-La reina Perséfone ordena que detengan el ataque inmediatamente y que regresen...-

-Pero...-

El espectro no escuchó este reclamo, y rápidamente desapareció en el camino que separaba las casas de Aries y Tauro. Myu suspiró.

-Tienes suerte, Mu- dijo el espectro, retirándose del Santuario.

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Silver pasó por el Santuario de casa en casa ordenando la retirada de los Espectros.

En la casa de Escorpión, Radamanthys se había quedado a combatir contra Milo. El caballero dorado quería vengarse de la última vez en el castillo de Hades. Ambos iban a usar sus poderes para atacarse, cuando Silver llegó y se colocó junto a Radamanthys.

-Maestro- dijo ella- la reina Perséfone ordena que regresemos...-

-Bien- dijo Radamanthys, aunque algo decepcionado- Zeros está aún en la casa de Acuario, y...- pero se interrumpió, porque en ese momento llegó rodando Zeros hasta la casa de Escorpión, totalmente encerrado en un bloque de hielo.

-Es una vergüenza que sea un espectro...- murmuró Silver, quitándose el casco del Sapuri.

-Estoy de acuerdo- dijo Radamanthys de mal humor, bajando por las escaleras que daban hacia la casa de Libra. Silver iba a hacer lo mismo, cuando Milo cruzó los brazos, arrogante.

-Mujeres...-

-¿Disculpa?- dijo Silver, volviendo sus ojos rojos hacia el caballero.

-Veo que la muerte de Hades le afectó mucho...- dijo Milo en un tono sarcástico.

Silver sacó su látigo.

-¿Cómo te atreves a insultar a mi señora?- dijo ella en tono amenazante- serás castigado...-

-Quiero ver a un espectro de Hades intentar algo...-

-Basta- dijo ella, blandiendo su látigo- verás de lo que soy capaz...-

-No te dejaré- dijo Milo- ¡la restricción!-

-Buen intento, caballero- dijo Silver- pero tu ataque se basa en el miedo del oponente, y yo no lo tengo... ahora verás ¡Gran Precaución!-

Hubo una explosión en la casa de Escorpión. El ataque de Silver golpeó a Milo de lleno y lo dejó en el suelo, herido, boca abajo. La joven espectro se acercó al caballero y le levantó la barbilla con el mango de su látigo.

-No vuelvas a insultar a mi señora, caballero- dijo Silver- o será lo último que hagas...- y salió orgullosa de la casa de Escorpión.

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-¿Qué demonios sucedió?- murmuró Deméter, enfadada.

-Parece que detuvo el ataque-

-¡Maldición!- rugió Deméter.

-No te preocupes... aún hay una posibilidad- dijo la otra diosa- Pero antes, dime, ¿qué tanto lo odias?-

Deméter meditó un momento.

-Lo odio tanto- dijo ella- que prefiero que ella muera a verla de nuevo con él...-

-Es lo que quería saber- dijo la otra diosa- entonces envía a las sirenas al Santuario, a destruir a Atena, y mientras yo me encargaré del resto...-

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-¿Qué rayos te pasó?- dijo Seiya ahogando una carcajada. Milo lo miró de mal humor.

-Cierra la boca si sabes lo que te conviene, pony con alas-

-¿Qué te pasa, bicho?- dijo Camus- ¿te levantaste del lado equivocado de la cama o...?-

-¿...o una chica te derribó hoy?- dijo Ikki maliciosamente.

Definitivamente, esto no mejoró el humor de Milo.

-Largo de aquí, o los dejaré llenos de hoyos!!!!- bramó.

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De vuelta en el Inframundo, Silver reía para sí misma. Algunos espectros la felicitaban por haber obtenido su Sapuri. La joven caminaba feliz por los pasillos, algo distraída, cuando chocó levemente contra alguien. Levantó la vista y se dio cuenta de que era Pandora.

-Discúlpeme, mi señora- dijo Silver, apenada.

Pandora no respondió. Ni siquiera le dirigió una mirada. Caminaba con una expresión demasiado fría en el rostro, aún para Pandora. Silver la miró alejarse.

-Así no es mi señora Pandora... esto no me gusta... esto no me gusta nada...- murmuró ella para sí misma, y siguió a Pandora.

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-¿Dices que la escuchaste decir que Perséfone les ordenó que detuvieran el ataque?- preguntó Saori.

-Sí- respondió Mu.

-No entiendo- dijo Seiya.

-Típico de ti- dijo Ikki.

-No es tu culpa, Seiya- dijo Milo- nunca intentes entender a una mujer...-

Saori le echó una mirada asesina, pero Camus se echó a reir.

-Cuidado, Milo- dijo el caballero de Acuario- no vaya hacer que esa chica espectro te escuche y te haga picadillo de nuevo...-

Esta vez Milo fue quien lanzó la mirada asesina. Saori, por su parte, estaba casi segura de que Mnemes había visitado a Perséfone y había influido en su decisión.

-¿Qué es eso?- preguntó Seiya de pronto, señalando al cielo. Saori miró, al igual que los caballeros.

-Ay, no- dijo Milo- no me digas que esa diosa loca volvió a cambiar de opinión y siempre sí nos va a atacar...-

-No- dijo Saori, señalando a las nueve figuras aladas que sobrevolaban el Santuario- esas son las nueve sirenas... ellas están bajo las órdenes de la diosa Deméter-

-¿Deméter?- preguntó Seiya.

-Sí- dijo Saori- y creo que Perséfone está en peligro, pero nosotros también, porque he escuchado que las sirenas son muy poderosas... ¡prepárense!-

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CONTINUARÁ....

Okas, chicos, sigan mandando reviews... ya mero acabo...

Como publiqué en mi otro fic, no voy a actualizar hasta el 11 de abril porque salgo de la ciudad... ¡felices vacaciones!!! Cuídense y hablamos luego...

Abby L.