CAPÍTULO 6: LA PETICIÓN DE LA DIOSA

Saori y los caballeros esperaron a que Perséfone subiera hasta el templo de Atena. La joven diosa iba acompañada de Radamanthys, quien miraba celosamente a los caballeros, como si en cualquier momento fueran a atacar a su Señora. Y no estaba muy alejado de la realidad: algunos caballeros, resentidos, miraban a la joven diosa muy enfadados. Después de todo, ella había provocado muchos problemas. Saori, sin embargo, no lo hizo: tenía en mente la recomendación que Mnemes le había mandado a través de las Musas: 'no seas muy dura con ella'...

Cuando Perséfone llegó frente a Saori, se quitó la capucha de su capa con una mano. Por primera vez, los caballeros miraron a la reina del mundo de los muertos sin ser sombras, y comprendieron porqué hubo tanto litigio por ella aún entre los dioses: era muy hermosa. Su belleza no estaba ligada a un cuerpo humano, como el de Saori, sino aun cuerpo puramente divino, como el de Hades. Sus hermosos cabellos negros, y sus ojos azules, que atraían la mirada de cualquiera. A pesar de ello, Perséfone tenía una mirada triste, que a pesar de ello, era la mirada más hermosa que habían visto en su vida.

-Atena- dijo Radamanthys, inclinándose desganado- mi señora quiere hablar con usted-

Saori asintió. Algo nerviosa, Perséfone cerró los ojos y suspiró. Luego los abrió y se dirigió a Saori.

-Atena- dijo Perséfone- quise venir a... disculparme por los problemas que te causé-

Radamanthys hizo una mueca. No le agradaba para nada que su reina se disculpara, y aún menos con Atena, la diosa que había matado a su señor.

-No te preocupes- dijo Saori, mostrándole una sonrisa- pero estoy segura de que eso no es lo único que has venido a hacer aquí-

-No, tienes razón- dijo Perséfone- he venido a hacerte dos peticiones... –

-Nómbralas- dijo Saori- y, si están en mis manos, trataré de complacerte...-

-Primero- dijo Perséfone, sin mirar a Saori a los ojos- quisiera... pedirte...- suspiró, y levantó la vista- quisiera pedirte que me devuelvas a mi esposo...-

Los caballeros se sorprendieron de esta petición. ¿Cómo podría creer que Saori resucitaría a Hades solo porque ella se lo pedía, sobre todo cuando éste intentó destruir al mundo y a la misma Saori? Al parecer, la joven diosa comprendió su propio atrevimiento, porque bajó la vista y luego cerro los ojos, como esperando un golpe.

-Perséfone- dijo Saori en el tono más dulce que pudo encontrar- lo siento, pero no puedo concederte eso...- suspiró- tu esposo quería destruir al mundo, no puedo...- pero se interrumpió.

Perséfone se arrodilló, con lágrimas en los ojos, y con una mano sobre el corazón, como si le doliera.

-¡Señora!- dijo Radamanthys, sorprendido por la actitud de la diosa, pero Perséfone lo ignoró.

-Te lo suplico, Atena...-

-No puedo- dijo Saori, mirándola aún con compasión y tristeza.

Perséfone lloró unos segundos, pero luego se limpió las lágrimas con el dorso de su mano y se levantó.

-Entonces, ¿puedo pedirte otra cosa?- preguntó ella. Saori asintió. Perséfone, como respuesta, desenvainó la espada de Hades. Los caballeros se colocaron junto a Saori, como reflejo, para protegerla. Radamanthys también se acercó aún más a su Señora.

Pero Perséfone no tenía intención de pelear. Tomó la espada por la hoja y le ofreció el mango a Saori, quien lo tomó sorprendida.

-Esta es la espada de mi señor Hades- dijo Perséfone- quiero pedirte que... que me atravieses con ella...-

-¿Qué?- dijo Saori, sorprendida. Radamanthys también hizo un gesto de asombro.

-Tú eres la única que puede hacerlo- dijo Perséfone.

-No- dijo Saori- no puedo hacer algo así...-

-Te lo suplico- dijo Perséfone- solo... si no quieres, solo sostenla, y yo haré el resto...-

-¿Por qué?- dijo Saori- ¿por qué quieres morir, tú que tienes vida para siempre?-

-¿Y de que me sirve eso?- dijo Perséfone- mi vida ya no es más que más que como un barco perdido en el mar. ¿Para qué seguir viviendo, ahora que mi esposo está muerto?- suspiró- no... Hades murió por mi culpa, y yo no puedo seguir así...-

-No, Perséfone- dijo Saori- y estoy segura de que a Hades no le hubiera gustado que murieras así...-

Perséfone agachó la cabeza. Radamanthys suspiró aliviado. Por un momento, en realidad creyó que Saori iba a matar a su reina.

La joven diosa lloró amargamente. No podía recuperar a su esposo y tampoco podía morir para ir a reunirse con él. Saori sintió verdadera compasión por ella. Pero no podía revivir a Hades. Tampoco podía matarla.

En ese momento, Saori distinguió una sombra blanca detrás de la otra diosa. Parpadeó, y la sombra desapareció.

Perséfone, por su parte, recordó lo que Mnemes le había dicho: 'abre la caja negra cuando Atena te niegue la muerte'. Tal vez se refería a eso. Se limpió las lágrimas y la tomó en sus manos. Cuando la diosa levantó la tapa, una sombra negra salió de la caja y entró en su cuerpo. Perséfone cerró los ojos y se desvaneció.

-¡Mi señora!- exclamó Radamanthys, sorprendido, evitando que la diosa cayera al suelo.

-¿Qué sucedió?- dijo Seiya, mirando incrédulo lo que acababa de suceder.

-Es el espíritu del Sueño- dijo Shun con voz ronca- es mi más grande secreto. Ustedes los mortales no lo entienden. El Sueño me es muy querido porque quita el dolor...-

-¡Shun!- dijo Seiya, sorprendido- ¿qué te sucede?-

Radamanthys, al escuchar la voz de Shun, murmuró algo como 'mi señor' y se arrodilló delante del caballero.

-No es Shun- dijo Saori- eres Hades, ¿verdad?-

-Así es, Atena- dijo Hades, hablando por medio de Shun- y, por lo que veo, no has tratado bien a mi reina, porque ha tenido que llegar a esto...- la mira con tristeza.

-¿Cómo puedes decir eso?- dijo Saori- si ella ha venido a pedirme que le quite la vida...-

-Lo sé- dijo Hades con tristeza- y me parte el alma verla sufrir así...-

-Ella dijo que moriste por su culpa. ¿Qué sucedió?- preguntó Seiya.

-Como ustedes saben, ella volvía conmigo en invierno y con su madre en primavera- dijo Hades- Deméter me prometió que no la obligaría a volver si me adueñaba de la tierra. Yo se lo propuse pero ella siempre se negó. No quería que pelee contra ustedes, Atena. Y yo aproveché que pasaría el verano con su madre para llevar a cabo mi plan... pero fallé... le fallé...-

-Deméter mandó a Eris a matarla, señor- dijo Radamanthys.

-Yo sé todo eso- dijo Hades- Atena, yo quiero pedirte lo mismo que Perséfone te pidió. Sé que no lo merezco, pero te pido que permitas que mi alma regrese a mi cuerpo...- Saori dudó, y Hades insistió- mira, Atena- dijo poniéndose de rodillas también ante ella- mi reina y yo hemos venido sumisos y de rodillas ante ti, y ambos te lo hemos suplicado...-

-No puedo, Hades- dijo Saori- no puedo devolverte la vida y arriesgar de nuevo al mundo...-

Hades hizo una mueca.

-No tenía muchas esperanzas de que accedieras, Atena- dijo Hades con tristeza- entonces, antes de dejar el cuerpo de tu caballero...- se acercó a Perséfone y le dio un beso tierno en la mejilla- adiós, mi cielo- murmuró, y una sombra blanca salió del cuerpo de Shun.

-¿Qué sucede?- murmuró el caballero, una vez libre de Hades- ¿qué pasó?-

Nadie respondió. Todos se habían conmovido. Radamanthys tomó a Perséfone en brazos y se la llevó de vuelta al Inframundo en silencio.

*****************

-¡Maestro!- dijo Silver al ver a Radamanthys volver al reino de los Muertos. Al escucharla, Pandora salió para ver llegar al juez.

-Silver- dijo Radamanthys- trae a Minos y Aikos, por favor...-

Mientras, Pandora abrió la puerta de la habitación de Perséfone para que Radamanthys la colocara en la cama. Mientras esperaba que Silver y los otros dos jueces llegaran, Pandora acomodó con tristeza los cabellos de su cuñada, quien seguía sumida en un profundo sueño. Después de unos minutos, Silver volvió junto con Minos y Aikos.

-¿Pero que sucedió?- preguntó Aikos.

-¿Atena le hizo daño? Porque si fue así...- dijo Minos, apretando los puños.

-No- dijo Radamanthys, y el juez les contó el propósito de la visita de Perséfone a Atena y todo lo que había sucedido en el Santuario. Pandora no se pudo contener más las lágrimas al escucharlo y rompió a llorar.

-Ahora- dijo Radamanthys- nosotros estamos a cargo de este reino... hasta que el señor Hades regrese, o la reina Perséfone despierte...-

-¿Y cuánto falta para eso?- preguntó Pandora.

-Varios cientos de años, a menos de que Atena cambie de opinión...- contestó Aikos con tristeza.

-Lo dudo mucho que así sea- dijo Radamanthys- porque Atena no confía en el señor Hades, ni siquiera cuando...-

-El señor Hades no debió humillarse frente a Atena- interrumpió Silver algo indignada.

-Lo hizo por amor a la reina Perséfone- contestó Radamanthys- pero aún así, no consiguió nada...-

-¿Qué podemos hacer?- preguntó Pandora.

-Solo dos cosas- contestó Radamanthys- esperar y tener confianza...-

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En el Santuario, todo había vuelto a la normalidad al poco tiempo. Sin embargo, pasaron los días y todos los caballeros tenían un cierto aire de tristeza.

Saori también lo sintió. Ella también estaba algo triste y melancólica, pero aún no lograba entender porque. Suspirando, entró de nuevo en el Templo y transportó su cosmo al Olimpo, ante Zeus y Hera.

-¿Qué sucedió ahora, Atena?- preguntó Zeus al verla llegar- has ganado, has recuperado a tus caballeros y hasta los reyes del Inframundo se han humillado ante ti. ¿Porqué estás tan triste?-

-No lo sé, padre- dijo Saori.

-Ah, tal vez- dijo una voz femenina y alegre- la visita de Perséfone tuvo algo que ver, ¿o me equivoco?- una diosa entró a la habitación.

-¡Mnemes!- exclamó Saori, sorprendida de ver a la diosa de la memoria de nuevo- ¿qué haces aquí?-

-Yo vivo aquí, ¿no lo recuerdas?- dijo Mnemes.

-Entonces...- dijo Saori- ¿es cierto lo que me dijo Hades? ¿es cierto que todo lo que hizo fue por Perséfone?-

-No lo sé- dijo Zeus

-Pero yo no lo dudaría...- dijo Hera- Hades amaba a Perséfone mucho más que a su propia existencia...-

-Lo sé... ya lo he visto...- dijo Saori.

Zeus, Hera y Mnemes miraban a Saori con interés, como si quisieran que llegara a una conclusión por sí sola.

-Está bien- dijo Saori- si Hades promete no intentar destruir al mundo de nuevo, permitiré que vuelva...-

Y, como si hubieran estado esperando esa respuesta, los tres dioses sonrieron. Otros dioses entraron a la habitación. Entre ellos estaban Iris y Hermes, los mensajeros, y Deméter.

-¡Zeus!- dijo Deméter- ¡no puedes permitir eso...!-

-¿Y porqué no, Deméter?- preguntó Zeus borrando su sonrisa.

-Porque los espectros de Hades han roto el trato: aún es verano y Perséfone está en el Inframundo...-

-Ella fue por su propia voluntad- dijo Iris- Hermes y yo somos testigos- Hermes asintió.

-Aún así, cuando mande por ella, los espectros se negaron a dejarla regresar- dijo Deméter- y mataron a Eris...-

-No es verdad- dijo Saori- tú mandaste a Eris a asesinarla. Pero tu plan tuvo una falla: Hades ya había previsto eso y protegió a Perséfone...-

Deméter estaba ahora furiosa.

-¡Eres una tonta, Atena!- dijo Deméter- ¿cómo puedes confiar en Hades cuando trató de matarte y de destruir al mundo tantas veces?-

-Por tu culpa- dijo Saori- tú le dijiste que si me derrotaba, dejarías del obligar a Perséfone a regresar contigo-

-Ya hace tiempo- dijo Zeus, interrumpiendo la conversación- he sospechado que me mientes, hermana. Ahora, gracias a una memoria que Mnemes me mostró, me di cuenta de que Hades nunca obligó a Perséfone a nada. Y tenía razón. Desde ahora, Perséfone puede quedarse donde ella quiera-

-Tengo cosas que hacer- dijo Saori- así que me disculparán...- se inclinó levemente y desapareció.

A una señal de Zeus, el resto de los dioses se fueron retirando uno por uno, hasta dejar al rey de los dioses solo con Deméter.

-Te lo advierto, Zeus- dijo Deméter- si Perséfone no vuelve conmigo, no haré nunca más mi trabajo, nada crecerá en la tierra y los hombres morirán...-

-No te preocupes, hermana- dijo Zeus asomando una sonrisa burlona- si no lo haces, estoy seguro de que Perséfone lo hará desde el Inframundo, pues ella también tiene ese poder. Escúchame bien, Deméter- agregó el rey de los dioses, oscureciendo su semblante- te lo advierto: deja en paz a Hades y Perséfone. Si desobedeces, yo me encargaré de que sufras el mismo destino que deseabas para Hades-

****************

-¡Saori! ¿Estás segura?- preguntó Seiya.

-Absolutamente-

-Pero...-

-Seiya- dijo Shiryu- yo creo que Saori tiene razón-

-Es bueno perdonar- dijo Mu- yo estoy de acuerdo...-

-Y yo también- dijo Milo.

-¿Porqué estás de acuerdo, Milo?- preguntó Camus, extrañado.

-Cuando vi a la diosa Perséfone- dijo Milo- tan hermosa y, a la vez, tan triste, me di cuenta de que estaba equivocado con respecto a ella...-

-No me digas...- dijo Camus.

-Ahora- dijo Saori, volviendo a la conversación inicial- necesito que Shun venga conmigo-

-¿Bromeas?- dijo Seiya- nosotros también iremos contigo-

-Seiya...- dijo Saori.

-Solo como precaución, Saori- dijo Hyoga.

-Está bien- dijo Saori- pero estoy segura de que no será necesario...-

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-¡Señor Radamanthys!-

-¿Qué sucede, Giganto?-

-Señor, Atena y cinco de sus caballeros vienen hacia acá. Creo que quieren hablar con ustedes. ¿Qué hacemos?-

-¿Qué no es obvio?- dijo Radamanthys- el señor Hades prometió paz a Atena. Déjalos venir-

Minutos después, Saori y los caballeros de bronce se presentaron ante Pandora y los tres jueces del Inframundo.

-¿A qué has venido, Atena?- preguntó Pandora.

-Es necesario que hable con Hades- dijo Saori. Pandora parpadeó, incrédula.

-¿Y se puede saber para qué?- preguntó Minos.

-Tengo que preguntarle algo que solo él puede contestar...- dijo Saori.

CONTINUARÁ...

Chicos!!! Espero que les esté gustando... Ya mero se acaba... Sigan mandando reviews!!! El próximo capítulo es el final...

Abby L.