¡Hola!
Aquí estoy con el segundo capítulo.
Como es muy largo no les doy mucha lata.
Simbología: () Acotaciones dentro del fiction; [] acotaciones fuera del fiction; *** Cambio del presente al pasado; */*/*/ Cambio de escena en el pasado.
La columna
Segunda Parte: Recuerdos
Inuyasha me miro un poco descolgado. [Perdido, aturdido.] Se inclino hasta el suelo, sin ponerse de pie del taburete donde estaba sentado.
Por una momento pensé que la tercer copa de whisky le había hecho efecto. Pero inmediatamente se incorporo y saco una agenda negra. Abrió el cierre y saco dos papeles.
Ahí ten.- me dijo.- Son las dos únicas fotos que tengo a mano.-
Me las paso sobre la barra y yo las acerque a mí para verlas mejor.
En efecto, una era la foto que había visto Miroku. El pequeño Inuyasha no debería tener más de nueve años. Ella aparentaba unos siete.
Esa es del día que cumplí ocho.- señalo el cartón que tenía en la mano.
Y la otra la tome una semana después de que se reencontraran.- señalo Miroku.
En la otra imagen ambos tendrían 25, 24 años. Inuyasha no había cambiado en casi nada; ni siquiera en la expresión de fastidio, que se esforzaba por ocultar su alegría y orgullo. Kagóme le sonría a la cámara, abrazada al cuello de Inuyasha. No había cambiado aparentemente en nada; sus rasgos seguían siendo los mismos: parecía una versión crecida de la niña.
Se veían tan alegres... Eran tan felices... - dijo con melancolía Miroku.
El otro, sentado a su lado, afirmo con la cabeza y se tomo otro trago de whisky.
¿Por qué?- dude por un momento, preguntándome si estaría bien preguntar, o no.- ¿Por qué hablan como si todo hubiera terminado?-
Pareció que ambos ignoraron mi pregunta, quizás no querían apurar el momento del final. De cualquier modo, Miroku vacío su cuarta copa de coñac y pidió otra.
Yo fui muy feliz en el pasado. Mucho.- dijo de pronto el rubio.- Nunca volveré a ser igual de feliz, daría lo que fuera por volver a ese tiempo. Era muy feliz en la ignorancia, Sheila.-
Que me nombrara me sorprendió. La mayoría de su relato lo hacía como si no hubiera nadie en concreto a quién le interesara.
Tú al menos fuiste feliz, amigo. Aunque más no fuera en una época de tu vida. Yo en cambio... mi felicidad duro solo una noche... solo una mísera y oscura noche... - dijo con tristeza el de ojos azules.
Se deslizo hasta recargarse en la barra, escondió la cara entre los brazos y lo oímos pedir:
Tráeme un poco de licor, Ken.-
Inuyasha lo miro preocupado, le hizo un gesto negativo al mozo y luego se dirigió a mí.
Para contarte la causa de mi dolor, quizá sea conveniente que sepas la causa de mi felicidad.-
Yo asentí y le levante el volumen a la grabadora, porque el bar comenzaba a llenarse.
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Un hombre de cabello blanquecino, de tan rubio, y ojos pardos toco el timbre de la casa Ryu.
Inuyasha compórtate.- le dijo a un pequeño de tres años, que llevaba tomado de la mano.- Y lo mismo para ti, Sesshomarú, sé amable.- le gruño a su hijo mayor, de cuatro años.
El rumor de pasos se acerco al otro lado de la puerta cerrada y una mujer de unos veintipico de años, de cabello y ojos café la abrió.
Buenas tardes.- se apresuro a saludar el hombre, Inutaisho.- Yo soy su vecino. Bueno, de sus padres... me entere de que se acaban de mudar y... -
La mujer tenía los ojos enrojecidos y la tristeza en cada rasgo. Sin embargo sonrió y se hizo a un lado.
Buenas tardes, pasen.-
Inuyasha se soltó de la mano de su padre. (- Después de todo, pasaba más tiempo en aquella casa que en la mía.- Me dijo.- Los señores Ryu fueron como los abuelos que jamás tuve.-) Y entro corriendo en la casa, atravesó un pasillo y estiro sus bracitos frente a la abuela Ryu. [Ryu es, según yo, el apellido de la madre de Kagóme.] La anciana lo sentó en su falda y el pequeño la abrazo.
¡Hola pequeño!- le dijo alegremente la anciana.- ¿Sabes qué? A partir de hoy vas a tener una compañerita de juegos, mi nieta Kagóme.- apunto la mujer.- Ella esta en el patio, jugando. ¿No quieres ir?-
El pequeño se deslizo de la falda de la mujer y encamino sus pasos al hermoso jardín trasero.
Inuyasha.- lo llamo el Sr. Ryu.- Lleva esto para ti y para Kagóme.- le dio dos porciones de torta. [Pastel.]
El pequeño tomo la comida y salió al patio.
La pequeña estaba sentada contra un árbol. No dio señales de notar la presencia de Inuyasha.
Tu abuedo te envía esto.- dijo el chico, sentandosé frente a ella y extendiéndole una porción.
La niña no se digno siquiera mirar lo que le ofrecía. Permaneció callada e impasible.
Finalmente levanto la vista y miro a Inuyasha.
¿Quin eres?- pregunto dificultosamente la pequeña.
Soi Inuyasha.- respondió el chico.
Inu-chan.- afirmo Kagóme.
¡Inu- chan no!- exclamo el chico.- ¡Inuyasha!- el enojo se le esfumo.- ¿Qué haces atí?- pregunto de pronto.
No te. Domire aquí hoy.- respondió la niña.
¿La tenora goven es tu mami?- pregunto el niño.
Ajá.- confirmo la niña.
¿Y tu papá?-
La expresión de Kagóme cambio abruptamente. Volvió a su cerrada melancolía y respondió, con el entrecejo fruncido.
No te. Fe fue.-
(- Me di cuenta que la moleste.- señalo al llegar a este punto.- Cuando era pequeño tenía más tacto.-)
El pequeño se limito a obligarla a tomar la porción de torta y no dijo nada más.
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Esta vez la escena, siempre adelante en el tiempo, mostraba a Inuyasha de cinco años. Kagóme de cuatro apenas. Estaba haciendo figuras en el suelo, dibujando con una ramita en barro blando.
Vamos Kagóme.- suplico una vez más el niño.- Juega a la pelota conmigo.-
Kagóme lo miro con reproche y volvió su atención a los dibujos.
El mutismo inicial de Kagóme se había vuelto costumbre. La separación de sus padres había ocurrido exactamente en el momento en que ella aprendía a hablar. Y aquel acontecimiento se había vuelto la causa de su mutismo. La niña contaba cuatro años y no hablaba.
Por favor.- volvió a decir el niño.
Ella negó con la cabeza. Con el pie borro sus dibujos anteriores y empezó de nuevo.
Solo un poquito.- insistió Inuyasha.
Kagóme, finalmente, perdió la paciencia. Se puso de pie y le quito la pelota roja de las manos a su vecino y la arrojo del otro lado de la cerca. Es decir, esta se enredó en los rosales del jardín de Inutaisho.
El pequeño la miro, furioso y le soltó:
¡Qué mala eres!- exclamo.- Iré a buscar mi pelota y no volveré a jugar contigo ¡Nunca! - el niño se dio vuelta y comenzó a caminar hacia la barda.
Inu- chan... - llamo Kagóme.- Inu- chan, no te enojes... -
_* No me gusta que me llamen Inu... - se giro sorprendido.- ¡Hablaste!-
No te enojes conmigo, Inu- chan.- volvió a decir la niña.- Yo iré por tu pelota y jugare contigo hasta que mi mamá venga por mí... Pero no te enojes, Inu- chan. Por favor.-
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Kagóme.- grito alegremente Inuyasha.- Mi papá me dijo que me voy a quedar aquí toda la tarde. Y luego vendrá Kouga.- el niño disminuyo el paso hasta arrodillarse frente a su pequeña amiga.
Kagóme tenía oculta la cara entre las manos, encogida sobre si misma, sollozaba.
No llores.- pidió el pequeño, apartándole las manos del rostro.- Sé que no he venido en mucho tiempo.- dijo suavemente.- Pero ustedes los de primer grado no saben todo el trabajo que nos dan a nosotros, los de segundo.- La niña lo miro un momento y luego renovó sus sollozos, quizá con más fuerza. (Inuyasha no lo recordaba bien.)
Sé que Sesshomarú es muy molesto.- intento con otro argumento el chico, sin saber que causaba el llanto de la niña.- Pero él no vino. Él esta con mi papá.-
Kagóme lo miro un momento, como pensando algo, luego se paso las mangas de su abrigo por los ojos y la nariz.
No estoy... llorando por eso.- dijo con dificulta, mientras hipaba.- Sino porque mi abuela... -
¿Qué le paso a la abuela?- preguntó inmediatamente el niño.
Se... ¡Se murió!- grito la pequeña, rompiendo a llorar de nuevo.- Sabes que mi abuela estaba muy enfermita ¿No? Y ya no está. Mi mamá dijo que ella esta con Kami, porque fue muy buena y era un alma hermosa. Que ella esta en un lugar mejor y ya no sufre. Pero, dime Inu- chan, ¿Dónde puede estar mejor que con nosotros? ¿Quién la querrá más que nosotros? Sé que aveces no me porto del todo bien ¿Pero tenía qué abandonarme? ¿Y si solo me castigaba y ya? ¿No era suficiente con eso? Ya no quiero estar aquí ¡No quiero! ¡Quiero irme con ella!- exclamo finalmente, llorando con más fuerza.
No, no.- se apresuro a responder Inuyasha, mientras la abrazaba.- Mi mamá también se murió. Y al principio yo me quería ir con ella. Pero mi papá me dijo que algún día yo la volvería a ver. Y hasta ese entonces tenía que hacerla sentir orgullosa de mí. Pero eso no fue lo que me convenció. ¿Sabes que fue?-
La niña se separo del hombro de Inuyasha y se limpio los ojos. Parpadeo y lo miro a la casa.
No.- respondió.
Tú.-
¿Yo?-
Sí. Yo quería irme con mi mamá porque me había dejado solito. Pero si yo me iba te dejaría sola a ti, y no quería. ¿Me vas a dejar solito e irte con la abuela y mi mamá? Porque ellas dos están juntas, haciendosé compañía. Y recuerda que las tenemos que hacer sentir orgullosas.- finalizo Inuyasha.
Gracias, Inu... Yasha.- le sonrío la pequeña, abrazándolo.- Eres el mejor amigo que puedo tener.-
De acuerdo, puedes decirme Inu- chan... Cuando no te oiga nadie.-
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[Disculpenmé por la situación en que pondré a Sessh- chan a continuación. ¡De verdad lo siento! No quiero amenazas de fans de Sessh- chan. Ya bastante tengo conmigo misma ;_;]
Kagóme sonrío estúpidamente. Estaba escuchando a su flamante novio, Sesshomarú. (¡Sí el hermano mayor de Inuyasha!) Explicarle geometría. En realidad no lo escuchaba, con sus apenas trece años estaba totalmente embelesada con el muchacho.
Y la verdad es que todas las chicas de la escuela le envidiaban la suerte al verla salir del salón de primer año, tomada de la mano de un chico de cuarto. [Recordé la escena que las amigas de Kagóme le dicen que Hojo sale con una de primer año.]
Valga la aclaración, no de cualquier chico, sino de Sesshomarú. A pesar de tener fama de frío e insensible, todas las chicas se morían por salir con él. ¿Dije todas las chicas? Lo siento, grave error. No todas. Las que no estaban atrás de su hermano menor, es decir Inuyasha.
Esto quiere decir que Kagóme era doblemente odiada. Primero por ser la novia de Sesshomarú. Y después por ser la mejor amiga de Inuyasha, la chica a la que Inuyasha seguí a donde lo llevará y tomaba en cuenta antes que cualquier otro de sus amigos. Claro, aclaro este pequeño detalle, nadie tenía en su mente nada más que eran amigos. Después de todo, se conocían desde pequeños.
Todo comenzó normalmente. Sesshomarú y la chica empezaron con tiernos besos, entre ejercicio y ejercicio. Hasta que el libro quedo olvidado y comenzaron a besar apasionadamente y con ganas.
Al principio Kagóme no puso reparos, excepto quizás (- Ten en cuenta que esto me lo contó ella luego.- señalo el hombre-) el de respirar cada tanto. Sesshomarú le encantaba, tenía apenas trece años, y ninguna idea de las intenciones de su novio.
Luego de un rato Seshhomarú comenzó a hacer ademanes muy... del estilo de Miroku.
Cuando se separaron para respirar, Kagóme murmuro:
Sesshomarú, creo que yo no... -
Pero el chico la ignoro y la beso de nuevo, abrazándola aún más fuerte.
Basta Sessh... - dijo por tercera vez la chica, ya sintiéndose un poco "alarmada", unas silenciosas lágrimas de rabia comenzaron a correr por su mejilla.
¿Qué? ¿No la oíste?- dijo alguien que se interpuso entre los dos.- Dijo que basta.- A continuación Sesshomarú sintió un puñetazo en su mandíbula.
¡Eres un idiota!- le grito con odio Inuyasha, quién abrazaba a una temblorosa Kagóme.- ¡Aprende a respetarla! ¡Pídele disculpas!- luego se volvió a Kagóme.- ¿Estás bien? Como puedo tener un hermano tan estúpido.-
La chica, quién creyó que no iba a poder estar tranquila cerca de ningún chico nunca más, [Creo que es un poco exagerado ^_^u] se sorprendió reconfortada en los brazos de Inuyasha.
Oye tú, mocoso.- respondió finalmente el otro.- ¡Ella es mi novia! ¡Tu no tienes derecho a decirme nada! ¡No te metas!-
Es cierto, Inuyasha.- dijo Kagóme, al tiempo que se separaba de él y se secaba los ojos.- ¡Pero yo sí!- le grito a Sesshomarú.- ¡Terminamos, idiota!-
Sesshomarú la miro sorprendido ¿Una chica lo estaba terminando a él? Pero no estaba ni la mitad de sorprendido, cuando la chica le propino un cachetazo con todas sus fuerzas, del otro lado del rostro y dejando los cinco dedos perfectamente marcados.
¡Sal de mi casa!- le grito con rabia.- ¡Vete! ¡Desaparece! ¡No quiero verte de nuevo!-
Sesshomarú retrocedió, sin dejar de mirarlos, salto la valla y se perdió entre las flores.
Entonces la fortaleza de Kagóme se derrumbo, cayo de rodillas en el césped y se largo a llorar con amargura, maldiciendo en voz baja.
Maldita sea... - murmuro Inuyasha, arrodillandosé junto a ella.- Ese tarado no merece... -
¿Qué paso aquí?- pregunto el Sr. Ryu, acercandosé a su nieta, acababa de llegar.- ¿Por qué llora?- pregunto al chico.
Es que mi hermano... - empezó Inuyasha, sabía que el Sr. Ryu era capaz de matar al chico, pero no le importaba.
Él me hablo de su abuela.- interrumpió Kagóme, respirando profundamente.- Y yo recordé a la mía, la extraño tanto, abuelo.-
Sí, yo también querida. Pero no llores así. Vengan les haré un té.-
El hombre se dio vuelta y entro a la casa.
Guardame el secreto.- le susurro la chica, antes de empujarlo para que caminara.
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[Ahora les pido disculpas a las admiradoras de Kouga. Estas si me pueden mandar amenazas, porque no tengo remordimiento por mi cuenta.]
Recién en su tercer año de secundario, Kagóme volvió a tener novio.
Como ven, ella no era una chica enamoradiza.
Su primer novio luego del "frío e insensible" fue un muchacho que era todo lo contrario, incluso Inuyasha se llevaba mejor con su hermano. (- Esto era así.- me explico el chico.- Porque Sesshomarú le había quitado una novia anterior, a Kouga. Creo que se llamaba Rin, la chica.- dijo pensativamente Inuyasha.- Pero todo eso esta tan lejos ahora.-)
Era morocho, con unos ojos azul verdoso increíbles, seguro de sí mismo y olvidadizo, para todo lo que no le interesara especialmente.
Ese día Kagóme había quedado de encontrarse con él en la cafetería del pueblo. Se arreglo y estaba muy feliz. Incluso comento con Inuyasha que iría a esa cita.
Así que cuando llego a la mesa donde la esperaba Kouga, ella sonrío (Aún más estúpidamente que a Sesshomarú.) Y se sentó con él, a la vista de todo los adolescentes del pueblo.
Y vaya que los vieron. Luego de tomar algo empezaron a besarse. Todas las chicas del pueblo la estaban fulminando con la mirada, después de todo Kouga no era nada despreciado, los muchachos también miraban con algo de envidia.
Pero fue entonces cuando paso lo grosso [Fuerte, importante.]
En medio del besuqueo, entro un grupito de chicos, con una chica entre ellos. Eran amigos de Kouga. Vieron a la "feliz parejita" y rompieron a reír en sonoras carcajadas.
En medio de aquel alboroto, Kagóme rompió el beso y los miro:
- ¿Qué puede ser tan gracioso y simple como para que los idiotas entiendan?- pregunto como si nada.
La única chica del grupo, le dirigió una sonrisa que pretendía fuera de compasión y comprensión.
Pobre Higurasyi... - Inuyasha entro sigilosamente al lugar, sin que nadie del grupo lo viera, ni siquiera su propio hermano, quién se ocupaba en fulminar a Kouga con la mirada.
¿Qué quieres decir Kykio?- preguntó Kagóme, con una mirada de la que salían chispas.
NO me digas que tu adorado Inuyasha no te aviso.- se sorprendió Kykio.
Yo pensé que era más hombre. Buen cobarde resulto.- apunto Naraku, otro chico del grupo.- ¿Así qué lo besaste de verdad, Kagóme?- pregunto burlonamente.
No sé que hablas.- respondió temblorosamente la chica, parandosé y mirándolo directamente. (- Kouga parecía querer esfumarse.- me acoto Inuyasha.) Todo el bar se había quedado en silencio.
Yo sí.- dijo de pronto Inuyasha, apareciendo en escena.- Una maldita y sucia apuesta. Kouga apostó que te besaría y serías su novia. Lo siento Kagóme, me entere recién. Venía a avisarte y se me adelantaron. De todos modos.- levanto la voz.- Es mejor que todo el barrio [Vecindad, pueblo. Es decir, las cuadras más cercanas a tu casa.] se entere de la clase de canallas sin vergüenza que hay por aquí.-
El silencio se espeso más. Incluso los que reían dejaron de hacerlo.
Kagóme no grito, no lloro, no insulto. Su rostro permaneció impasible y frío.
Un escalofrío recorrió el bar, nadie supo porque. Se podía sentir toda la energía y rabia de la chica.
Kagóme no... - se adelanto Inuyasha, que era el único (A parte de Sango, su prima.) Que la conocía y sabía a que podía llegar en ese estado.
Déjame.- le gruño, casi dispuesta a morderlo.
El chico no insistió y se hizo a un lado, casi disfrutaría de lo que hiciera la chica.
Se acerco hasta quedar a un metro de distancia del grupo y les soltó.
Aunque son unos buenos hijos de... - [Insertar insulto.]- No dudo que sé quienes son los principales responsables ¿Verdad Kykio, Naraku, queridos?-
Las sonrisas de ambos vacilaron. Sin embargo Kagóme los miro sobradoramente.
No pienso tomar venganza, sería demasiado bajo. Y mi abuelo ya tiene bastantes problemas.- Miro los relucientes, caros y hermosos zapatos de ambos.- Con esto bastara.- Y les escupió sendos escupitajos [¿Qué más?] En ellos.
En cuanto a ti Kouga.- dijo con una voz peligrosamente dulce, se acerco al él y le vacío el café en sus pantalones, luego le volcó el resto de la botella de cerveza encima.- Disculpa, se me cayo.- cruzo el bar y se paro en la puerta.- ¿No vienes, Inuyasha?-
Solo una cosa más.- respondió su amigo. Se encamino a la barra y pido una botella de cerveza.
¿Desde cuando tomas cerveza?- pregunto la chica.
No hace mucho.- dijo destapándola.- Pero no la voy a tomar.-
¿Y qué harás Inu- chan?- se burlo Kouga.- ¿Dársela a tu amiga para que olvide las penas?-
No exactamente.- respondió con tranquilidad el chico, se paro junto a é y se la vació encima a Kouga.
¿Qué demonios...?- farfullo, chorreando bebida.
Y no te preocupes.- agrego Inuyasha, antes de salir.- Pedí de las más baratas. No será mucho lo que tendrás que pagar.-
(- O sea, que lo dejaste pagando.- [Es decir con rabia.]Reí de buena gana yo.- Bueno, sí.- dijo él sin encontrarle gracia.)
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Como ya los estoy aburriendo de recuerdos, queridos lectores, contare solo uno más.
Inuyasha salto la barda. (- Llevaba 15 años haciendo eso.-) El chico ya contaba 18 años, casi 19. Había terminado la escuela el año anterior y trabajaba en el único cine existente por ahí.
Se encontró con Kagóme, encogida bajo el árbol, con una expresión de tristeza infinita y sumida en un mutismo absoluto. Le recordó al día que la conoció, y como no había cambiado a grandes rasgos, por un momento tuvo la idea de que habían vuelto a tener dos y tres años. Que se había mudado recién y que sus padres se acababan de separar.
Pero cuando ella levanto la cabeza y le hablo, se dio cuenta que tenía 17 años.
No pensé que vendrías... tan pronto Inu- chan. Pensé que estabas con Kykio.-
Inuyasha hacia un año que salía con Kykio. Era cierto, tenían una cita pautada para ese día, pero él no quiso decirle a Kagóme que la había encontrado besándose con Naraku. Le pareció que la chica ya estaba bastante mal.
Sí, pero no importa. Mi padre dijo que te veías terrible ¿Qué pasa?- pregunto su amigo.
Es... - el rostro de Kagóme se entristeció más, se paro frente a Inuyasha.- Es... mi padre.- susurró.
Inuyasha de pronto sintió un renovado acceso de ira contra el Sr. Higurasyi. (- Él se había vuelto a casar, y tuvo un hijo que es seis años menor que Kagóme.- agrego Inuyasha.)
Había visto llorar a Kagóme cuando su padre no vino a su primer cumpleaños en aquel lugar. (- Con el tiempo se acostumbro.-) La había visto llorar con amargura cuando él falto a su primer día de clases, a los actos de la escuela, a su cumpleaños de 16 y a su graduación. (- Claro que luego del primer de clases ya no lloro más.- me dijo.- Pero la rabia se le notaba en la mirada.-)
Así que cuando la chica lo menciono, se pregunto que habría pasado.
¿Qué... qué pasa?- tartamudeo.- ¡Dime, por Kami!-
Es que... Sabes que él vive en Tokio y ya me gradúe de la preparatoria... Es punto es Inuyasha... Que quiere que me vaya a vivir con él... Dice que haya tendrá mejores oportunidades y hasta me consiguió un trabajo... -
El mundo se deslizo de bajo los pies del chico. Por un instante la rabia bulló dentro de él, pero enseguida se apago hasta dejar amargura.
Eso no era justo. Su padre lo quería, pero era un poco... anticuado, le costaba mostrar sus sentimientos. Su hermano (- Medio hermano.- señalo) lo odiaba, no menos que la ex esposa de su padre. La Sra. Ryu había muerto, su madre había muerto. Su novia no lo quería. (- Pero yo tampoco a ella.- puntualizo.) Y le quitaban a su mejor amiga, la única persona que siempre había estado allí para él, que siempre lo había escuchado. ¡Maldita sea!
Pero no puede ser... No puedes... - balbuceo el chico.
Lo sé. Créeme que no quiero irme... - Kagóme se esforzó en no llorar.- Pero... mi padre hablo con mi mamá... Y ya sabes que ella lo sigue amando... Y la convenció... ¡Pero no quiero irme! ¡No quiero dejarlos!- grito.- Inutaisho fue lo más cercano que tuve a un padre. Mi abuelo, mi madre, tú... fueron los únicos que me dieron cariño. No quiero... -
Se deslizo hasta el suelo y quedo con expresión ensimismada.
No tienes que irte... - dijo con desesperación Inuyasha.- Hablaremos con el Sr. Higurasyi, lo convenceré... ¡No puedes irte! Mira, mañana a primera hora... -
No.- negó suavemente la joven.- ¿No lo entiendes? No hay nada que hacer, Inu- chan. Me voy mañana, ya esta decidido. ¡Oh, ojalás no hubieras venido nunca!-
¿Cómo que te vas mañana? ¿Por qué esperaste hasta hoy para decírmelo?-
Porque sabía que te pondrías así.- respondió la chica.- Discúlpame.- le acaricio suavemente el rostro al chico y se puso de pie.- ¿Sabes? Mi único consuelo es que volveré a ver a Sango... -
Te voy a encontrar.- dijo Inuyasha, de pronto.- No importa cuantos años pasen, lo haré. Y seremos felices.-
Kagóme, que estaba en el vano de la puerta, se giro y lo miro.
No lo dudo, Inu-chan.- se hizo un silencio.- Adiós, Inuyasha.-
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[Acá es en la oficina.]
Nunca hubiera tirado esa foto.- respondió Inuyasha.
Pero si me encontraste al final.- dijo alegremente la mujer, abrazándolo y ¿¿Besándolo??
Inuyasha no se sorprendió en absoluto. Fue como si esos siete años hubieran estado esperando ese momento, finalmente el encanto se rompió y se separaron, aunque el chico la abrazo con fuerza.
Gracias por esperarme, Inu- chan.- se puso en puntas de pie y lo beso suavemente.
CONTINUARÁ...
Si ustedes creyeron que este capítulo es dramático, esperen al próximo.
[Antes de matarme miren el género.]
Disculpen la extensión de este capítulo, no pensé que se alargaría.
El próximo será más corto.
RESPONDIENDO REWIENS
Magdalia- Sayo: Bueno, ese capítulo es horrible. Este no tanto ^_^ [Espero.] La verdad yo no sé que te llamo la atención del este AU. Lo único que tiene de original [Sin ánimos de insultar a quienes escriben de esos.] Es que no son estudiantes de secundaria. Espero que te hayas levantado de la locura ¡Gracias por el Rewiens!
Yashi: Bueno, no creo que esto [Ni siquiera es una historia.] Supero a lo tuyo. En segundo lugar, no pretendo expandir el lunfardo, solo que si se supone que soy una periodista tengo que hablar "común" Espero ir la llevando bien ¡Gracias por la felicitación!
Miles: Gracias por el comentario.
Kei- Kugodgy: Lo continúe.
Ya saben como hacer su buena acción.
