Esta vez les escribe la autora, y les digo que van a haber sorpresas. Es el cumpleaños de Harry, y él recibirá dos regalos muy especiales...

Los días que siguieron fueron fríos en Hogwarts, pero fabulosos. Era increíble tener todo el castillo para ellos, podían ir adonde querían cuando querían sin que Filch los molestara. Fueron a conocer la sala común de Slytherin, adonde había un cuadro de un viejo señor en una taberna con una pistola, y cuando los niños llegaron les preguntó de mala gana:
- ¿contraseña?
- No, no la sabemos, no somos de Slytherin -dijo Harry
- Entonces fuera, ustedes no pertenecen a este lugar -refunfuñó el retrato.
El día del cumpleaños de Harry, él sentía una euforia que nunca había sentido antes por la llegada de ese día. Apenas se despertó, vio a los pies de su cama una pila muy alta de regalos, como no podía esperar, se sentó sobre su cama a abrirlos muy feliz.
El primero era de Ron, una caja gigante de chocolates que Harry nunca había visto, y supuso que se los habría comprado algún día en Hogsmeade. El otro regalo era muy grande, y era de Hermione, estaba envuelto en un papel muy feo, lleno de elfos sonrientes que se movían de un lado a otro del envoltorio. Harry lo desenvolvió, y resultó ser un elfo doméstico que le sonreía y le guiñaba el ojo diciendo: "eres especial, feliz cumpleaños". A la carta del otro regalo Harry le reconoció la letra de Hagrid, la abrió y decía:

Harry:
Esto es para ti. Espero que te guste ya que lo hice con mucho esfuerzo.
¡Feliz cumpleaños!
Hagrid.

Harry desenvolvió el regalo, y se sorprendió al ver un aparato muy raro, parecía un tomate, con dos especie de antenas que le salían de la parte superior, y un espejo en un costado. Junto al objeto había un papel que decía:

Detector de ocultamiento:
Este aparato permite reconocer con sus antenas lugares en los que se esconden objetos, personas o cualquier otra cosa.
No exponer al calor ni al frío extremo. No dejar en lugares muy sucios ni cerca de pociones.

El otro regalo era de Dobby, el elfo doméstico, con una carta que decía: "Te deseo un cumpleaños harryfeliz". El regalo era otro par de medias, una de ellas era azul con un león similar al de Gryffindor, y la otra era amarilla con unas letras mal tejidas que decían "Harry Potter".
Bajo el regalo de Dobby había una carta sin regalo que decía:

El regalo te lo doy personalmente.
Dumbledore.

El último regalo, y a Harry le dio un vuelco el corazón al leer el remitente, era de Luna. Era un libro llamado "El niño que sobrevivi" y un ejemplar de El Quisquilloso.
Harry abrió la carta de ella muy nervioso y la leyó rápidamente:

Harry:
¡Feliz cumpleaños! Eres una persona muy especial para mi, no puedo decirtelo por carta asique cuando llegue a Hogwarts hablaremos.
Nunca te olvidaré.
Luna

Harry estaba tan feliz por lo que acababa de leer que se puso a saltar por toda la habitación y a gritar "¡¡Sí, sí, sí!!
- ¡Harry! ¿Qué te pasa? -le preguntó Ron que acababa de entrar a la habitación.
- Ejem, ejem, nada, nada! ¿Porqué? -dijo Harry cesando inmediatamente con los saltos y gritos haciéndose el disimulado.
- Vamos Harry, te acabo de ver saltando y gritando como un loco!
- No sé de qué me estás hablando Ron, ejem, ejem -dijo Harry sin mirar a los ojos a Ron.
- Si no me cuentas me enojaré contigo -dijo Ron amenazadoramente.
- Mmmm.. Está bien, pero promete no burlarte.
- Lo prometo
- Bueno, bueno, ejem, ejem, creo que... que... que me gusta Luna. Ahora ríete si quieres -dijo Harry.
- ¿¿¿¿De verdad????, No, no me voy a reir, pero..., no sé, es muy raro. ¿Luna? ¿A ti no te gustaba Cho? -le dijo Ron muy desconcertado.
- Sí, sí, me gustaba, pero ahora no sé, estoy confundido -contestó Harry.
- Bueno, pero, ¿porqué saltabas? -preguntó Ron
- Bueno, porqueee, Luna me escribió una carta que decía que era muy especial para ella y que me tenía que decir algo cuando llegara a Hogwarts -dijo Harry lo más rápido que pudo. Comenzó a sentir el calor que salía de su cara, asique intentó relajarse.
- ¡¡Vaya!! Es fantástico! -le dijo Ron.
- Niños, ya está el almuerzo -dijo Tonks mientras entraba en la habitación y los interrumpía.
- Está bien, ya vamos -dijo Harry con la excusa perfecta para dejar de hablar de Luna.
A la tarde, Dumbledore lo llevó hasta su despacho y le dijo:
- Bueno, este es mi regalo -le dijo Dumbledore sin preámbulos.
Le dio un sobre que no era más que una carta, estaba muy sucia y vieja, parecía de hacía unos 13 años.
- Tu padre y tu madre la escribieron cuando Lily estaba embarazada. Tenían miedo por sus vidas, y sabían que algo malo podría pasar perteneciendo a la Orden del Fénix, asique la escribieron y me pidieron que te la diera si a ellos les pasaba algo. Toma -dijo Dumbledore muy serio.
Harry desenvolvió la carta con el corazón latiéndole más rápido que nunca.

Harry:
Sabemos que si estás leyendo esta carta es porque hemos muerto, pero confiamos en que tú sepas que nosotros estamos contigo, viendo todo lo que haces y apoyándote incondicionalmente.
Tu padrino Sirius es el encargado de cuidarte, y él se va a convertir en un padre para ti, asique sabemos que estás en buenas manos con Sirius y Dumbledore.
Tu padre y yo queremos decirte que pase lo que pase siempre estaremos contigo. Nunca te olvidaremos y esperamos que tú tampoco.
Te amamos, hijito.
Papá y mamá.

Las lágrimas caían una tras otra por las mejillas de Harry, pero él no se molestó en secarse o en disimular. No le importaba lo que pudiera pensar Dumbledore, sólo necesitaba llorar.
Corrió hacia Dumbledore y lo abrazó muy fuerte, llorando fuertemente, mientras el director le devolvía el abrazo y le decía:

-Llora si quieres hijo, pero sé fuerte y sigue adelante.

- Gracias, profesor Dumbledore -dijo Harry soltando por fin a Dumbledore y secándose el rostro.
Salió del despacho y fue rápidamente hacia su habitación. Harry estuvo todo el día y la noche llorando y pensando en esa carta, ni siquiera fue a cenar.

Despertó con los ojos rojos e hinchados, pero se sentía muy bien, esa carta le habían dado fuerza para seguir adelante y luchar contra lo que sea, incluso Voldemort.
Se levantó, se cambió y salió de la habitación. Apenas cruzó por el retrato de la dama gorda, alguien se le abalanzó tal como había hecho Hermione, y le dijo:

-¡¡Harry!! No sabes cuánto me alegro de verte. Te extrañé mucho. Dumbledore me dijo que viniera, que estaba invitada. ¡Feliz cumpleaños! ¡No lo puedo creer! Necesito hablar contigo Harry.
Cuando se recuperó del abrazo, pudo ver quién era la persona que lo había abrazado, y al hacerlo su corazón se retorció y dio un vuelco.
Era Luna.

Holas! Miles les habla de nuevo, espero que en el prox. Cap. Pau hable un poco más y le voy a decir que empieze a contestar reviews.

Byes

R

E

V

I

E

W

S