-¿Me creerías que siento tristeza por Vegeta? –Ten Shin Han se acercó a
Yamcha.
-Sí, esto a sido un golpe muy duro para él –la noche ya cubría el cielo.
-¿Quién es Vegeta? –preguntó Bora.
-Pues verás, es algo más que el amigo de Gokú –Upa abre los ojos sorprendido.
-O sea que él y Gokú –Yamcha siente.
-Y Vegeta lo adora –ambos guerreros asintieron.
-Y esas expresiones de "El imbécil de Kakarotto" eran puro cuento –los dos ríen.
-Pero me da rabia de que se haya quedado con él –Yamcha apretó el volante.
-¿Acaso sentías algo por...? –Ten y Yamcha hablaban en voz baja.
-¿Gokú? Claro, es tan tierno, noble y muy puro, nada que ver con Bulma –Mientras ellos dos hablaban, Bora y Upa veían por al ventana.
-¿Y desde cuándo te gusta? –seguían platicando.
-Desde el torneo en que venció a Ma junior. Pero lo que más me gusta de él. Es su forma de ser y sus ojos –Ten Shin Han suspiró.
-Bueno, yo lo quiero muchísimo. No me gusta, te aclaro, pero no negarás que su sonrisa es hermosa –Yamcha asiente.
-Disculpen –Upa se les acercó -¿A dónde iremos? –Ten Shin Han se gira a verlo.
-Al norte por Suno, y después iremos con Gokú –le explican.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-
La desesperación de Vegeta iba en aumento, y Gokú aún no despertaba.
-Ánimo –Bulma le rodeó los hombros con su brazo, para reconfrontarlo.
-¿Cómo puedes pedirme eso? –vio hacia la cama donde está Gokú –Sé que es el tercer día, pero no quiero ni imaginarme las demás –se puso de pie.
-El destino nos manda muchísimas pruebas difíciles –también ella camino hacia la cama.
-Te juro que yo deseo con toda la fuerza de mi alma, ser el que este en esa cama debatiéndose entre la vida y la muerte –le da una cucharada de jarabe a Gokú.
-Cualquiera de nosotros desea eso, pero no hay que perder las esperanzas –le pasa a Vegeta unas píldoras.
-¿Para qué le das esas medicinas? –le preguntó Taurus, quien llegó en ese momento.
-Son vitaminas y complementos alimenticios –le dice.
-Vengo a que me expliques algo –Taurus se sentó en una silla –Y que no puedo creer –vio directamente a Vegeta a los ojos.
-¿Qué me casé ya con Kakarotto?, es cierto, Broly no te ha mentido –eso hizo que Taurus se fijara en las manos izquierdas de Vegeta y su hermano y vio los anillos.
-Ya veo –se recarga en la pared.
-¡Vegeta! ¿Por qué no me lo dijiste? –Bulma le dijo entre triste y dolida.
-Lo lamento, pero esta situación me hizo olvidar decírtelo –ahora se voltea hacia Taurus –Sé que te molestó esto, pero fue una emergencia y mi padre supo descifrarla –se sienta en otra silla.
-¿Puedo ver el documento? –Bulma se lo pidió y Vegeta le enseñó el papel.
-Así que esta es el acta –Taurus también la leyó.
-Sí, pero dijo el anciano Bell que si Kakarotto se recupera, haremos una fiesta en grande –sonrió irónicamente –Como si eso fuera posible –le acarició a Gokú la cabeza.
-Y lo será –Bulma seguía mirando el acta –Que curioso, Gokú firmó como Kakarotto, y sí no fuera por al letra que se parece a la suya, creería que tu la firmaste por él.
-Pues no, yo no firmé por él –Vegeta guardó el acta.
-Claro que te creo. Las patas de araña de Gokú son más entendibles que tus azotadores –Bulma y Taurus rieron de buena gana.
-Hmmm –oyeron a Gokú quejarse y lo vieron moverse un poco en la ca, cuando de pronto -¡Me duele! –comenzó a gritar.
-¡Kakarotto! –los tres se giraron a verlo.
-¿Algún calmante? –Taurus buscaba en el buró.
-No puedo darle nada, si no lo podría matar –Vegeta le pone en la frente un pañuelo húmedo.
-Aguanta Gokú –Bulma tenía lágrimas en los ojos.
Pero al situación había empeorado, Gokú sacaba ahora una mayor cantidad de sangre por al boca y respiraba más que agitadamente.
-Pobrecito –Taurus le dio unos Kleenex a Vegeta, para que le retirará a Gokú la sangre.
-Debe de dolerle muchísimo –Bulma pudo ver que Gokú lloraba muy silenciosamente por el dolor, pero no despertaba.
-Bueno, yo me retiro –Taurus se puso de pie –Tengo que ir a supervisar a los meseros –se va volando.
-Yo también me marcho, vendré mañana a verlo –Vegeta acompaña a Bulma hasta al puerta.
-Cuídate –la abraza.
-Tú también –sube a su coche.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Continuará...
Gothen va al restaurante y se entera de la enfermedad de su papá.
-Sí, esto a sido un golpe muy duro para él –la noche ya cubría el cielo.
-¿Quién es Vegeta? –preguntó Bora.
-Pues verás, es algo más que el amigo de Gokú –Upa abre los ojos sorprendido.
-O sea que él y Gokú –Yamcha siente.
-Y Vegeta lo adora –ambos guerreros asintieron.
-Y esas expresiones de "El imbécil de Kakarotto" eran puro cuento –los dos ríen.
-Pero me da rabia de que se haya quedado con él –Yamcha apretó el volante.
-¿Acaso sentías algo por...? –Ten y Yamcha hablaban en voz baja.
-¿Gokú? Claro, es tan tierno, noble y muy puro, nada que ver con Bulma –Mientras ellos dos hablaban, Bora y Upa veían por al ventana.
-¿Y desde cuándo te gusta? –seguían platicando.
-Desde el torneo en que venció a Ma junior. Pero lo que más me gusta de él. Es su forma de ser y sus ojos –Ten Shin Han suspiró.
-Bueno, yo lo quiero muchísimo. No me gusta, te aclaro, pero no negarás que su sonrisa es hermosa –Yamcha asiente.
-Disculpen –Upa se les acercó -¿A dónde iremos? –Ten Shin Han se gira a verlo.
-Al norte por Suno, y después iremos con Gokú –le explican.
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La desesperación de Vegeta iba en aumento, y Gokú aún no despertaba.
-Ánimo –Bulma le rodeó los hombros con su brazo, para reconfrontarlo.
-¿Cómo puedes pedirme eso? –vio hacia la cama donde está Gokú –Sé que es el tercer día, pero no quiero ni imaginarme las demás –se puso de pie.
-El destino nos manda muchísimas pruebas difíciles –también ella camino hacia la cama.
-Te juro que yo deseo con toda la fuerza de mi alma, ser el que este en esa cama debatiéndose entre la vida y la muerte –le da una cucharada de jarabe a Gokú.
-Cualquiera de nosotros desea eso, pero no hay que perder las esperanzas –le pasa a Vegeta unas píldoras.
-¿Para qué le das esas medicinas? –le preguntó Taurus, quien llegó en ese momento.
-Son vitaminas y complementos alimenticios –le dice.
-Vengo a que me expliques algo –Taurus se sentó en una silla –Y que no puedo creer –vio directamente a Vegeta a los ojos.
-¿Qué me casé ya con Kakarotto?, es cierto, Broly no te ha mentido –eso hizo que Taurus se fijara en las manos izquierdas de Vegeta y su hermano y vio los anillos.
-Ya veo –se recarga en la pared.
-¡Vegeta! ¿Por qué no me lo dijiste? –Bulma le dijo entre triste y dolida.
-Lo lamento, pero esta situación me hizo olvidar decírtelo –ahora se voltea hacia Taurus –Sé que te molestó esto, pero fue una emergencia y mi padre supo descifrarla –se sienta en otra silla.
-¿Puedo ver el documento? –Bulma se lo pidió y Vegeta le enseñó el papel.
-Así que esta es el acta –Taurus también la leyó.
-Sí, pero dijo el anciano Bell que si Kakarotto se recupera, haremos una fiesta en grande –sonrió irónicamente –Como si eso fuera posible –le acarició a Gokú la cabeza.
-Y lo será –Bulma seguía mirando el acta –Que curioso, Gokú firmó como Kakarotto, y sí no fuera por al letra que se parece a la suya, creería que tu la firmaste por él.
-Pues no, yo no firmé por él –Vegeta guardó el acta.
-Claro que te creo. Las patas de araña de Gokú son más entendibles que tus azotadores –Bulma y Taurus rieron de buena gana.
-Hmmm –oyeron a Gokú quejarse y lo vieron moverse un poco en la ca, cuando de pronto -¡Me duele! –comenzó a gritar.
-¡Kakarotto! –los tres se giraron a verlo.
-¿Algún calmante? –Taurus buscaba en el buró.
-No puedo darle nada, si no lo podría matar –Vegeta le pone en la frente un pañuelo húmedo.
-Aguanta Gokú –Bulma tenía lágrimas en los ojos.
Pero al situación había empeorado, Gokú sacaba ahora una mayor cantidad de sangre por al boca y respiraba más que agitadamente.
-Pobrecito –Taurus le dio unos Kleenex a Vegeta, para que le retirará a Gokú la sangre.
-Debe de dolerle muchísimo –Bulma pudo ver que Gokú lloraba muy silenciosamente por el dolor, pero no despertaba.
-Bueno, yo me retiro –Taurus se puso de pie –Tengo que ir a supervisar a los meseros –se va volando.
-Yo también me marcho, vendré mañana a verlo –Vegeta acompaña a Bulma hasta al puerta.
-Cuídate –la abraza.
-Tú también –sube a su coche.
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Continuará...
Gothen va al restaurante y se entera de la enfermedad de su papá.
