Y LA MUERTE VINO HACIA MÍ
Caminaba victorioso, dándome ínfulas del mejor pegador, del tipo más rudo de mi escuela. - Los había molidos a todos – pensaba mientras pateaba una piedra en el camino. Yo solo contra 6 chicos más altos, más rudos, más fuertes; tipos que vivían peor que yo, en barrios donde la miseria era el único pan que comían. Y allí estaba yo, caminando por sus calles, escupiendo en sus aceras, salpicándolo todo con mi bravura y mi saliva. – soy un tipo duro – me repetía mientras dirigía miradas furtivas hacia unas niñas que jugaban con su cabello. Esa era la única batalla que no había podido ganar. Las mujeres eran tan buenas pegadoras como Tyson, pero no te daban con sus puños, ni te mordían una oreja; ellas aplastaban tu cabeza con coqueteos ocasionales y te aturdían con su aroma primaveral. Eran unas criaturas bastante malignas. - Creo que dios las tiene aquí para jodernos – pensé mientras levantaba mi mirada de sus faldas. Entonces oí una voz poco familiar. Giré sobre mis pies y una sombra de la nada me atrapó en sus brazos. No conseguía ver bien quien era, un chico del colegio, un ladrón de menores, un proxeneta. Podía ser cualquiera. Entonces la extraña sombra me dio un beso. Era suave, tierno, cálido; me sentía bien así. Cuando aquella misteriosa sombra se separó de mí, conseguí ver su rostro. Era algo espectral, parco, pálido. Era la muerte que me había venido a buscar.
FIN
Este cuento se lo he adjudicado a Hanamichi. Sentía que era mi deber darle algo de crédito al pelirrojo, pues sin él faltaría la contraparte que sería el complemento en la historia. Espero que hayan gozado con estos cuentitos que serán abrebocas de la próxima entrega en lo relacionado con Fan fics. Hasta entonces se despide... LoRd |aEdE.
Caminaba victorioso, dándome ínfulas del mejor pegador, del tipo más rudo de mi escuela. - Los había molidos a todos – pensaba mientras pateaba una piedra en el camino. Yo solo contra 6 chicos más altos, más rudos, más fuertes; tipos que vivían peor que yo, en barrios donde la miseria era el único pan que comían. Y allí estaba yo, caminando por sus calles, escupiendo en sus aceras, salpicándolo todo con mi bravura y mi saliva. – soy un tipo duro – me repetía mientras dirigía miradas furtivas hacia unas niñas que jugaban con su cabello. Esa era la única batalla que no había podido ganar. Las mujeres eran tan buenas pegadoras como Tyson, pero no te daban con sus puños, ni te mordían una oreja; ellas aplastaban tu cabeza con coqueteos ocasionales y te aturdían con su aroma primaveral. Eran unas criaturas bastante malignas. - Creo que dios las tiene aquí para jodernos – pensé mientras levantaba mi mirada de sus faldas. Entonces oí una voz poco familiar. Giré sobre mis pies y una sombra de la nada me atrapó en sus brazos. No conseguía ver bien quien era, un chico del colegio, un ladrón de menores, un proxeneta. Podía ser cualquiera. Entonces la extraña sombra me dio un beso. Era suave, tierno, cálido; me sentía bien así. Cuando aquella misteriosa sombra se separó de mí, conseguí ver su rostro. Era algo espectral, parco, pálido. Era la muerte que me había venido a buscar.
FIN
Este cuento se lo he adjudicado a Hanamichi. Sentía que era mi deber darle algo de crédito al pelirrojo, pues sin él faltaría la contraparte que sería el complemento en la historia. Espero que hayan gozado con estos cuentitos que serán abrebocas de la próxima entrega en lo relacionado con Fan fics. Hasta entonces se despide... LoRd |aEdE.
