Capítulo 2 Los yankees.
El primer día de su estadía en Bora Bora, Harry tuvo tiempo de investigar el lugar donde se quedaban, era un edificio amplio, por dentro, por fuera parecía una casa en la que sólo podrían vivir dos personas, estaba encantado para que los muggles no lo pudieran encontrar, y en caso de acercarse demasiado, recordarían que tenían algo que hacer en otro lado y se irían, justo como en los mundiales de quidittch hacía ya 3 años, también la playa privada de la posada tenía ese encantamiento, lo que permitía a los magos y brujas relajarse sin tener que cuidarse, lo que los muggles verían al acercarse lo suficiente, serían letreros que dirían "zona de tiburones, peligro" era entonces, un lugar seguro.
La mañana siguiente después de que hubo tomado un buen desayuno con Ron, fueron los 2 a la playa, era muy bella, la arena era blanca y el agua era entre azul y verde, Harry estaba extasiado, al ver el mar por primera vez Harry se asustó, era inmenso, después de que Ron y los gemelos lo hubieron lanzado un par de veces al mar el miedo se fue, se recostó después de haberse puesto suficiente bronceador (estaba demasiado pálido, necesitaba color), se recostó boca arriba y cerró los ojos, en su sueño vió que unos ojos azules, lo observaban, pero no le daba miedo, eran unos ojos que inspiraban calma, quiso saber de quien eran y en ese momento un golpe en el abdomen lo despertó, -Disculpa, de verdad, que pena, no la pude alcanzar- a su lado, estaba la chica más bella que Harry hubiera visto jamás, ni siquiera Hermione era tan bella, eso ya era algo bastante fuera de lo común, la chica tenía unos ojos tan azules como el cielo, y un cabello que le llegaba a la mitad de la espalda negro, negro azabache, como la noche, tenía unos reflejos azules que lo hacían mas brillante, su piel era como miel, no muy morena, pero tampoco tan blanca, y lucía un bikini azul que le hacía resaltar su bien dotado cuerpo y en el ombligo lo que parecía un anillo, Harry había visto como los muggles se hacían perforaciones y de verdad que no les veía sentido a hacerse orificios que aparte, dolían, pero en esa chica, le encontró todo el sentido del mundo a su piercing, como se le llamaba en el mundo muggle, ella era, bellísima en realidad. -Oye, de verdad lo siento- la chica lo miró desconcertada – Estás bien?? – le preguntó, a lo que Harry pudo responder con un leve – Ehh... a sí, tu pelota – se la dio Harry con un tono como atontado, la chica lo miró con interés y Harry sintió como su mirada se quedaba justo en su cicatriz- - Harry Potter, cierto?? – preguntó la chica como si nada, ni siquiera una pequeña pizca de sorpresa como solía hacer la gente, - Hola, me llamo Trinity, Trinity Summers - le extendió la mano, y Harry respondió, todavía no salía de su asombro.- Hogwarts cierto??- preguntó otra vez -Eehh.... sí y tu?? - preguntó Harry levantándose ya que era muy vergonzoso que ella estuviera parada y él sentado. -Academia de Magia y Hechicería Salem, en América tu sabes soy una yankee- respondió la chica con una sonrisa que reveló una dentadura perfecta. -Mucho gusto- dijo Harry, recordaba que en los mundiales, al momento de pasear por las tiendas vió una tienda de aquella escuela de magia, pero era todo.
-¡oye Trini, no regresarás a jugar!!!!- gritó a lo lejos una chica rubia que Harry supuso era la chica que había lanzado la pelota antes. -Bueno me tengo que ir...., oye quieres venir con nosotras, venimos varias amigas y amigos de paseo, sería divertido- preguntó la chica. -Ehh.... – dijo Harry no sabía que hacer, "donde demonios está Ron cuando se le necesita, seré yo en un grupo de gente extranjera" – Está bien, al parecer mi amigo Ron y sus hermanos han decidido dar un paseo y dejarme.- Siguió a la chica hasta la sombrilla donde había al menos 10 chicos y chicas, todos divirtiéndose a su manera. Hey, todo el mundo, les presento a Harry Potter!!!- Gritó Trinity, algunos cuantos voltearon, otros se quedaron como estaban pero todos gritaron al mismo tiempo, - ¡Hola Harry !!!! - el simple hecho de que nadie se sorprendiera al escuchar su nombre hizo que Harry se sintiera más en confianza, era reconfortante que no lo tomaran tan en serio como lo había hecho, hasta ahora, todo el mundo. Después la chica lo llevó con la chica rubia que le llamó antes- Ella es mi mejor amiga, Britany - la señaló- él es Harry Potter- le dijo a Britany. -Harry?? Ahh claro!!!!, Harry Potter, mucho gusto - dijo la chica en un tono de total coquetería que a Harry le agradó – gustas tomar algo??, tenemos cerveza, agua, agua, mmm... creo que también agua, jajajaja - la chica rió y con ella Trinity , Harry no pudo evitar una sonrisa, en verdad los yankees eran agradables. Después Trinity lo llevó con un grupo de chicos, uno de ellos se paró, y Trinity dijo- Harry te presento a William, es mi amigo mas cercano- el chico le extendió la mano así como no queriendo la cosa, le dijo "mucho gusto Harry, todo un placer" y se fue. Harry pensó que ese chico no le daba tan buena espina, en fin, se adaptó rápidamente al grupo y se quedó allí un buen rato, a disfrutar de una fiesta improvisada, música muggle que Harry había escuchado antes, en fin, disfrutó como nunca había disfrutado en su vida, vió lo que se sentía ser un chico normal, y le gustó, le gustó no tener preocupaciones, ni que todo el mundo se admirara de su apellido, de sus aventuras, o de su cicatriz, de verdad que le gustó. Regresó en la tarde y le platicó a Ron que había pasado una tarde magnífica, Ron se interesó, dijo que él también había conocido gente nueva, que le gustaría conocer a los nuevos amigos de Harry y a éste los de Ron. En definitiva, los yankees eran personas agradables.
El primer día de su estadía en Bora Bora, Harry tuvo tiempo de investigar el lugar donde se quedaban, era un edificio amplio, por dentro, por fuera parecía una casa en la que sólo podrían vivir dos personas, estaba encantado para que los muggles no lo pudieran encontrar, y en caso de acercarse demasiado, recordarían que tenían algo que hacer en otro lado y se irían, justo como en los mundiales de quidittch hacía ya 3 años, también la playa privada de la posada tenía ese encantamiento, lo que permitía a los magos y brujas relajarse sin tener que cuidarse, lo que los muggles verían al acercarse lo suficiente, serían letreros que dirían "zona de tiburones, peligro" era entonces, un lugar seguro.
La mañana siguiente después de que hubo tomado un buen desayuno con Ron, fueron los 2 a la playa, era muy bella, la arena era blanca y el agua era entre azul y verde, Harry estaba extasiado, al ver el mar por primera vez Harry se asustó, era inmenso, después de que Ron y los gemelos lo hubieron lanzado un par de veces al mar el miedo se fue, se recostó después de haberse puesto suficiente bronceador (estaba demasiado pálido, necesitaba color), se recostó boca arriba y cerró los ojos, en su sueño vió que unos ojos azules, lo observaban, pero no le daba miedo, eran unos ojos que inspiraban calma, quiso saber de quien eran y en ese momento un golpe en el abdomen lo despertó, -Disculpa, de verdad, que pena, no la pude alcanzar- a su lado, estaba la chica más bella que Harry hubiera visto jamás, ni siquiera Hermione era tan bella, eso ya era algo bastante fuera de lo común, la chica tenía unos ojos tan azules como el cielo, y un cabello que le llegaba a la mitad de la espalda negro, negro azabache, como la noche, tenía unos reflejos azules que lo hacían mas brillante, su piel era como miel, no muy morena, pero tampoco tan blanca, y lucía un bikini azul que le hacía resaltar su bien dotado cuerpo y en el ombligo lo que parecía un anillo, Harry había visto como los muggles se hacían perforaciones y de verdad que no les veía sentido a hacerse orificios que aparte, dolían, pero en esa chica, le encontró todo el sentido del mundo a su piercing, como se le llamaba en el mundo muggle, ella era, bellísima en realidad. -Oye, de verdad lo siento- la chica lo miró desconcertada – Estás bien?? – le preguntó, a lo que Harry pudo responder con un leve – Ehh... a sí, tu pelota – se la dio Harry con un tono como atontado, la chica lo miró con interés y Harry sintió como su mirada se quedaba justo en su cicatriz- - Harry Potter, cierto?? – preguntó la chica como si nada, ni siquiera una pequeña pizca de sorpresa como solía hacer la gente, - Hola, me llamo Trinity, Trinity Summers - le extendió la mano, y Harry respondió, todavía no salía de su asombro.- Hogwarts cierto??- preguntó otra vez -Eehh.... sí y tu?? - preguntó Harry levantándose ya que era muy vergonzoso que ella estuviera parada y él sentado. -Academia de Magia y Hechicería Salem, en América tu sabes soy una yankee- respondió la chica con una sonrisa que reveló una dentadura perfecta. -Mucho gusto- dijo Harry, recordaba que en los mundiales, al momento de pasear por las tiendas vió una tienda de aquella escuela de magia, pero era todo.
-¡oye Trini, no regresarás a jugar!!!!- gritó a lo lejos una chica rubia que Harry supuso era la chica que había lanzado la pelota antes. -Bueno me tengo que ir...., oye quieres venir con nosotras, venimos varias amigas y amigos de paseo, sería divertido- preguntó la chica. -Ehh.... – dijo Harry no sabía que hacer, "donde demonios está Ron cuando se le necesita, seré yo en un grupo de gente extranjera" – Está bien, al parecer mi amigo Ron y sus hermanos han decidido dar un paseo y dejarme.- Siguió a la chica hasta la sombrilla donde había al menos 10 chicos y chicas, todos divirtiéndose a su manera. Hey, todo el mundo, les presento a Harry Potter!!!- Gritó Trinity, algunos cuantos voltearon, otros se quedaron como estaban pero todos gritaron al mismo tiempo, - ¡Hola Harry !!!! - el simple hecho de que nadie se sorprendiera al escuchar su nombre hizo que Harry se sintiera más en confianza, era reconfortante que no lo tomaran tan en serio como lo había hecho, hasta ahora, todo el mundo. Después la chica lo llevó con la chica rubia que le llamó antes- Ella es mi mejor amiga, Britany - la señaló- él es Harry Potter- le dijo a Britany. -Harry?? Ahh claro!!!!, Harry Potter, mucho gusto - dijo la chica en un tono de total coquetería que a Harry le agradó – gustas tomar algo??, tenemos cerveza, agua, agua, mmm... creo que también agua, jajajaja - la chica rió y con ella Trinity , Harry no pudo evitar una sonrisa, en verdad los yankees eran agradables. Después Trinity lo llevó con un grupo de chicos, uno de ellos se paró, y Trinity dijo- Harry te presento a William, es mi amigo mas cercano- el chico le extendió la mano así como no queriendo la cosa, le dijo "mucho gusto Harry, todo un placer" y se fue. Harry pensó que ese chico no le daba tan buena espina, en fin, se adaptó rápidamente al grupo y se quedó allí un buen rato, a disfrutar de una fiesta improvisada, música muggle que Harry había escuchado antes, en fin, disfrutó como nunca había disfrutado en su vida, vió lo que se sentía ser un chico normal, y le gustó, le gustó no tener preocupaciones, ni que todo el mundo se admirara de su apellido, de sus aventuras, o de su cicatriz, de verdad que le gustó. Regresó en la tarde y le platicó a Ron que había pasado una tarde magnífica, Ron se interesó, dijo que él también había conocido gente nueva, que le gustaría conocer a los nuevos amigos de Harry y a éste los de Ron. En definitiva, los yankees eran personas agradables.
