SE BUSCA: HOMBRE MAYOR Y SOLTERO PARA COMPAÑERO DE CUARTO.

Autora: Goldenpaw

Traductoras: Alima21

Advertencia : SLASH

Capítulo 11: Dos Semanas, Después la Graduación

Las siguientes dos semanas le fueron bien a Harry. Durante la semana que presentó los EXTASIs, pasó cada noche estudiando y pensando sobre sus opciones de carrera. Decidió que le gustaría ser criador y domesticador de serpientes y todo lo que ello implicara. No tendría que seguir estudiando, excepto quizás lo relacionado con las serpientes, y tendría la posibilidad de viajar y la presión que involucraba era casi insignificante.

La semana que siguió a los exámenes fue casi anticlimática. Harry, por supuesto, ahora que había elegido carrera, no necesitaba saber el resultado de los exámenes. Todo lo contrario ocurría con Ron y Hermione. Esos dos seguían pensando y enfrascándose en cada detalle de sus pruebas, tratando de determinar sus notas.

Trató de apoyarlos al máximo, con la esperanza de que manejaran su obsesión antes de que se convirtiera en manía. Esto no surtió efecto, así que los días que se salían de control, Harry escapaba al campo de Quidditch para volar y hacer ejercicio o a las mazmorras a visitar a Severus.

Además, durante la última semana, todos los alumnos de séptimo se dedicaron a practicar sus habilidades en Aparición a objeto de obtener su licencia antes de graduarse. Harry descubrió que aparecerse era mucho más fácil y agradable que viajar por traslador. Aún tres años más tarde, seguía estando paranoico y receloso respecto a ellos.

La Profesora McGonagall enseñaba a los Gryffindors mientras el resto de los Cabezas de Casas enseñaba a sus respectivos alumnos. En las noches, sin embargo, Harry pasaba algún tiempo practicando con Severus, encontrando que la tranquilizante presencia del otro hombre lo ayudaba a enfocarse. Antes que la última semana de clase hubiera terminado, los Jefes de Casa acompañaron a los estudiantes al Ministerio vía traslador, con el objetivo de que obtuvieran su licencia. Harry pasó sin ningún problema y una vez que todos hubieron terminado, se aparecieron de regreso en Hogsmeade, felices de que, aparentemente, hubiera mejorado su capacidad de movimiento.

El último día en Hogwarts fue realmente emotivo. Era domingo y la fiesta de despedida había sido la noche anterior. Los otros hablaban sobre regresar a Londres en el Expreso de Hogwarts esa misma tarde, mientras Harry se quedaría una noche más y partiría con Severus al día siguiente, rumbo a Stone Mason. Todos prometieron que permanecerían en contacto mientras decidían qué hacer en sus nuevas vidas. Las lágrimas no se hicieron esperar en casi todas las chicas e incluso unos cuantos chicos y los abrazos fueron compartidos por todos.

Aunque había sentido a Hogwarts como su hogar durante los últimos siete años, Harry estaba listo para seguir adelante. Sabía que podría visitar la escuela con frecuencia, especialmente para ver a Hagrid y a los profesores Dumbledor y McGonagall, si así lo quería. Pero ahora tenía un nuevo lugar al que llamar hogar y esperaba con ansias que llegara el día de mañana.

Después de visitar a Severus en las mazmorras, fantaseó con su vida en su nueva casa. Se imaginaba a si mismo o a Severus preparando la cena para dos en la cómoda cocina, o simplemente haciendo un poco de todo, o en la noche leyendo un libro sentados frente a un acogedor fuego.

Todas las noches de las pasadas dos semanas, Harry había soñado con la dicha hogareña.....aunque no siempre el sueño era el mismo. Muchas de esas noches, despertaba después de haber tenido el más delicioso y erótico sueño de Severus y él mismo haciendo el amor, en su cama tamaño King. Desafortunadamente, hasta ahora sólo era imaginación, así que en privado añoraba experiencia de primera mano con Severus siendo el único que suministrara las manos

Harry se encontraba solo en su dormitorio, empacando, cuando Dobby sorpresivamente apareció ante él. Sorprendido, levantó su varita en actitud defensiva.

-¡Dobby, no hagas eso! Casi te lanzó un hechizo 'Stupefy'- exclamó el chico.

-Lo siento, Harry Potter, señor. Dobby no quiere hacerle daño. De hecho, Dobby se presenta ante usted para hacerle una proposición de negocios, señor- dijo el elfo con los ojos abiertos y excitados.

-¿Qué clase de proposición de negocios?- preguntó Harry con cautela.

-Dobby quiere irse con el gran Harry Potter, señor. ¿Puedo ir a trabajar con usted?- el elfo sacudía la cabeza con ansiedad.

-Necesitaría consultarlo con el Profesor Snape, Dobby. Sin embargo, si él está de acuerdo, ¿cuánto esperarías cobrar? ¿Cuánto te paga Dumbledore por trabajar aquí?

-Dumbledore paga a Dobby cuatro knuts al mes, mas un par de calcetines por Navidad, Harry Potter, señor.

-Supongo que suena razonable, pero ya no estarías al cuidado de una escuela llena de estudiantes. Somos sólo dos y no creo que te tengamos demasiado ocupado. Si te contratamos, tendrás un montón de tiempo libre- Harry pensó por un momento-. Bien, a ver que te parece esto; si el Profesor Snape está de acuerdo, te pagaremos dos knuts y un par de calcetines nuevos cada mes, y una túnica nueva en Navidad.

Dobby salto al escucharlo.

-Dobby es extremadamente feliz con esa oferta. Espero que el Profesor Snape esté de acuerdo. ¿Le dirá a Dobby más tarde, si va a ser contratado?

-Sí, Dobby. Le preguntaré al profesor en cuanto termine de empacar. Entonces te lo haré saber, ¿bien?

Dobby asintió y chilló con deleite y luego desapareció tan repentinamente como había aparecido.

Harry bajó la vista hacia la ropa que había estado doblando durante la conversación con el elfo doméstico y suspiró. Continuó doblando las prendas y colocándolas dentro del baúl. Luego de media hora había acabado. Dejó la torre y se encaminó hacia las mazmorras para discutir con Severus la contratación de Dobby

***

Para Severus, las últimas dos semanas llegaron y se fueron prácticamente en la misma forma que lo habían hecho en la pasada década. Administró exámenes, terminó de calificar ensayos, pociones y cosas así. La única excepción fueron las visitas de Harry y su embalaje para partir en forma definitiva. Las pocas cosas que había empacado para llevarse a su nuevo hogar eran ropas, sus preciados libros de pociones y su caldero personal.

El resto del tiempo, se la pasó tratando de eludir, en lo posible, al resto de los miembros del profesorado, con la idea de evitar despedidas sentimentales. Sin embargo, esa noche había sido imposible. Lo habían arrinconado momentos antes del Festín de Despedida y lo habían lanzado en una fiesta.

Le habían dado una colección de ingredientes raros para elaborar pociones que lo hicieron, literalmente, babear. Él les agradeció sin su habitual máscara de cinismo y desprecio y les dijo que 'podría' llegar a extrañarlos. También les dijo que, por supuesto, tendría que esperar a ver si eso pasaba.

Los otros sonrieron, sabiendo que esa era la 'manera' de Severus de decirles que de hecho los extrañaría, especialmente las batallas que habían entablado juntos contra el diluvio de estudiantes que atendieron en Hogwarts

Todas las noches, durante esas dos semanas, Severus se sentaba frente a la chimenea y soñaba despierto con Harry. No tenía un concepto real de convivencia, así que sus sueños se centraban en Harry ayudándolo a elaborar pociones o viajando juntos a lugares lejanos para hacer investigaciones sobre las serpientes. Cuando dormía, todos sus sueños se inundaban con ardientes y apasionados besos y un Harry desnudo acostado boca arriba es esa maravillosa y enorme cama. Soñaba que corría sus manos sobre la tersa y suave piel, los muslos musculosos y el firme abdomen, antes de anclarse en sus caderas.

Desafortunadamente para Severus, siempre despertaba justo cuando el sueño se tornaba verdaderamente prometedor. Asumía que era la manera en que su conciencia, pronunciadamente moral, evitaba que tomara ventaja de un estudiante y un amigo, aunque fuera en sueños.

Encontró que se volvía cada vez más difícil mantener su aire de amistosa y tranquila indiferencia cada vez que el objeto de sus sueños llegaba a él. Cada vez que Harry lo visitaba en su oficina, deseaba deslizar sus dedos por su sedosa melena negra o inclinase muy cerca y aspirar la esencia única que era Harry.

Otras veces, su mente vagaba peligrosamente cerca del límite y se veía a si mismo deslizando sus labios a lo largo de la delgada columna del cuello de Harry y dejando visibles marcas evidenciando su posesión. Quería reclamarlo como suyo y que todo el mundo lo supiera.

Esta necesidad por Harry lo confinaba en un reino desconocido para él, que lo estaba consumiendo. Incluso había eclipsado la intensidad de su deseo anterior, de acabar con el reinado de terror del Señor Oscuro.

Había terminado de empacar y estaba sentado en sus aposentos esperando pacientemente que llegara el día siguiente. Sus pensamientos derivaban una vez más hacia Harry cuando fueron interrumpidos por un toque en la puerta. Invitó al visitante a entrar y se alejó lentamente del ardiente fuego para hacer frente a la entrada.

El objeto de todos sus pensamientos estaba parado frente a él y lo miraba con bastante seriedad.

-¿Pasa algo malo, Harry?- preguntó preocupado.

-No, nada malo. Yo, uh, bajé porque cierto elfo doméstico me interceptó hace un rato y me hizo una proposición de negocios.

-Oh. ¿Y que quería tu pequeño amigo Dobby?- inquirió Severus con curiosidad.

-Quiere trabajar para mí, buen, mejor dicho, para nosotros. Quiere ser nuestro elfo doméstico. Le dije que antes de aceptarlo tú deberías estar de acuerdo- le informó Harry con una interrogante en los ojos.

-Está bien. De hecho, sería lo mejor. Especialmente una vez que ambos comencemos nuestras carreras. Dudo que cualquiera de nosotros tenga demasiado tiempo para ocuparse de la casa cuando eso pase. ¿Cuánto le vas a pagar?

-Le ofrecí dos knuts y un par de calcetines por mes, y una túnica nueva para Navidad, además de mucho tiempo libre. Parecía bastante feliz con los términos. ¿Suena bien para ti? Nunca he pensado demasiado en el dinero y no sé cuánto acostumbra a pagar la gente- se veía en cierta medida avergonzado de su ignorancia sobre el mundo laboral.

Severus pensó que Harry se veía divino, así tan tímido; luego sacudió esos pensamientos de su cabeza. Rió entre dientes mientras recordaba el asunto en discusión.

-Es propio de la edad. La mayoría de los magos y brujas jóvenes que recién entran en el mundo laboral mágico, no tienen un concepto real de costos y finanzas. Personalmente, me sorprende que Hogwarts no ofrezca un curso básico sobre ese tema para los estudiantes de séptimo, o quizás podrían incorporarlo a las clases de Estudios Muggles.

De hecho, antes de irnos deberíamos mencionárselo a Albus. Podría encontrar la idea lo suficientemente loca como para incluirla en las clases. El último curso que se incorporó al pensum fue Estudios Muggles, hace ya quince años.

Harry sonrió mientras imaginaba la complacida mirada del Director al poder ofrecer otra 'clase sin sentido' ante el Consejo Superior, y lograr que lo aprobaran, pues su astucia y locura era mayor que la de ellos

Verdaderamente extrañaría al viejo mago y los caramelos de limón que siempre le ofrecía.

-Sabes, tan pronto como nos establezcamos, deberíamos hacer una reunión para inaugurar la casa e invitar al Profesor Dumbledore, la Profesora McGonagall, Hagrid y los otros profesores, excepto, quizás, Trelawney. Por supuesto los Weasley, Hermione, Remus y algunos de los otros miembros- sugirió Harry.

Severus se encogió ligeramente ante la idea de esa invitación, pero al ver la ansiosa expresión en el rostro de Harry, no tuvo corazón para negarse.

-Bien, pero lo limitaremos a un almuerzo, para que la gente no esté inclinada a quedarse un tiempo terriblemente largo. Disfruto mis noches, y las prefiero tranquilas y relativamente libres de gente.

Harry sabía que las 'condiciones' de Severus eran definitivas y sonrió mostrándose de acuerdo.

-Bien, ¿entonces los invitamos para que vengan el sábado?- preguntó extasiado.

Severus suspiró como si sintiera un gran dolor y asintió indicando que estaba de acuerdo. Harry estuvo casi tentado a lanzar los brazos alrededor del muy sufrido mago para mostrarle su agradecimiento y confortarlo. Se contuvo una vez más. La necesidad de estar físicamente cerca de Severus llegaba a ser dolorosa, pero la sufriría alegremente mientras el hombre le diera su amistad. Sería feliz sólo con eso, o al menos esperaba poder ser feliz sólo con eso. Únicamente el tiempo lo diría.

-Bien. Mejor voy a decirle a Dobby que vendrá con nosotros cuando nos vayamos mañana. Que pases una buena noche y nos encontraremos en el Gran Comedor para desayunar- se despidió agitando la mano antes de salir.

-Buenas noches, Harry. Que duermas bien- contesto Severus antes que la puerta se cerrara-, y dulces sueños.

Continuará..........

Bueno gente linda, hasta aquí este capítulo. Y no se preocupen, Sliver va a aparecer en el próximo capítulo para hacer de las suyas y estos dos van a......bueno, mejor será que lo lean. Ya verán. Besitos mil

Gala Snape: Bueno, como verás te obedecieron y mañana se van a vivir juntitos. Besitos

Lanthir: Pues ya esos dos están a punto de caramelo jeje y Sliver regresa en el próximo capítulo con una intervención muyyyy interesante. Tan bella esa serpiente. Besos

Ana: Prepara el equipaje que la mudanza es mañana y con fiesta el próximo sábado. Es que Sevie por complacer a Harry.......Y esos dos siguen imaginando cosas malas....¿o serás buenas? Cuídate y besitos.

Azalea: Pues se va a dedicar a domesticar serpientes y sobre viajar, pues como que Sevie esta pensando incluirse en el paquete viajero jeje. Y tranquila, muyyy pronto probarán el colchón king. Besoss

Luzy Snape: Tranquila que está por caer no te digo veinte sino cuarenta. Esperamos te siga dejando ansiosa (incluir dos sonrisas maquiavélicas) Besos