Capítulo 11

El jardín lleno de hermosos colores ,que aunque fuera de noche, lucían perfectamente, invitaba a sentarse y más con la persona que más deseaba.

No podía creer lo que estaba viendo... ella, esperando un baile sencillo, uno como cualquier otro, pero no... siendo novia de Harry eso era imposible.

No había nadie más dulce que él en el mundo, nadie más romántico y Hermione se sentía feliz de tenerlo, amaba eso de él...

Harry por su lado sabía que debía conversar seriamente ahora con ella sobre lo que le preocupaba.

Hermione...- Harry la sacó de su ensimismamiento.

¿Si?

Bueno... yo quería preguntarte algo...

Dime Harry

Qué... qué es lo que en verdad sientes por mí?

Harry...

Asombrada por la pregunta lo miró fijamente a los ojos.

No sabes cuánto te amo... No lo sabes- le aseguró ella.

Es que ese es el caso, no lo se, me preocupa que algún día me digas que ya no me amas, estoy tan feliz junto a ti... que no me gustaría que te fueras de mi lado por alguna razón.

Harry, compréndelo. Mientras yo tenga en mis manos esa decisión no te preocupes. Estoy enamorada de ti. Tú lo sabes bien.

La verdad es que yo... estoy confundido, en realidad, preocupado por algunas cosas. Por eso te lo pregunto, se que no viene al caso, pero en este momento todo me preocupa.

¿A que viene esta conversación?- preguntó ella intrigada.

Hermione....Tengo... miedo- dijo con esfuerzo, no le gustaba admitir eso.

"¿Miedo? ¿Miedo de qué?" Hermione estaba empezando a preocuparse.

Pero... ¿Por qué? De qué?

Miedo de... perderte. Eres lo que más quiero en esta vida y si llegara a perderte me muero.

¿Por qué podrías perderme?

Voldemort

Oh- dijo suavemente cayendo en cuenta. Conociéndolo sabe todo lo que esta pasando en este momento. Mis sentimientos...todo. Nunca me siento tranquilo, siento que me observa, que me conoce totalmente... que regula cada centímetro de mis movimientos como si eso lo ayudara a derrotarme.

Pero...

¡No! Déjame seguir... ¡No soportaría que él, sabiendo que te amo, te hiciera daño, te juro que no lo soportaría! No me siento tranquilo y eso me molesta, me da miedo, me carcome los pensamientos... ¡Oh! ¡Dios! - dijo Harry mirando a un lado y tocándose el cabello.

Hubo un minuto de silencio en el que Hermione veía a Harry, sus movimientos nerviosos, torpes... tratando de tranquilizarse.

Tranquilo, no por eso vas a estar así- dijo por fin.

Hermione tomó su cara entre sus manos obligándolo a mirarla.

Pase lo que pase, SIEMPRE... escucha... SIEMPRE vamos a estar juntos, ni él ni nadie nos va a separar. Todo lo enfrentaremos juntos, como sea.... JUNTOS.

Hermione, no sé qué haría sin ti.

Harry la abrazó fuertemente, era su mundo... era su todo. La amaba.

Olvida eso, Harry. No lo pienses más, te hace mal y a mí me preocupa verte así.

Lo sé.... Y lo siento, no quería ponerte en esta situación tan incómoda. Es que no pude evitarlo.

Está bien amor, te comprendo. Siempre te comprenderé.

Un tierno beso siguió a eso. Lleno de comprensión. Y como siempre de eterno amor.

Después de este largo beso, Harry dejó los labios de Hermione para bajar a su cuello, solo unos pocos segundos se quedó ahí, besándolo. Después la volvió a abrazar despegando sus labios de los de ella. Se hundió en su hombro, quería olvidar todo lo que lo afectaba en ese momento, todo su temor y tenerla solo a ella.

Se relajó en el delicioso aroma de cabello y su piel... La tela de la túnica de ella le acariciaba la cara y una lágrima solitaria cayó por su rostro al pensar en no tenerla, en perderla ; esa sería su propia muerte... La preocupación no era fácil de olvidar... no ahora.

Pero no quería llorar, no debía... eso demostraba debilidad y él no era débil.

Se limpió la lágrima cuidando de no soltar mucho a Hermione, pero su cara se mojó mas con otra lágrima fugitiva que bajaba hasta su barbilla.

" ¡No, Harry! No debes llorar..." Pero su mente no le obedecía, lágrimas silenciosas caían seguidas unas de otras... Sin poder detenerlas.

Se sentía tan feliz de tenerla a su lado, que lo apenaba pensar en lo que le podría ocurrir.

Sin poder evitarlo, gimió, su llanto no seguía callado, su cuerpo le pedía expresarse, ya no más silencio...

Hermione al escucharlo lo miró a la cara. Él, avergonzado, giró su cabeza a otro lugar...

¡Harry! ¿qué te ocurre?

Le secó las lágrimas de su rostro y le acarició la mejilla. No podía verlo sufrir así, no podía. Era tan triste verlo con su cara llena de lágrimas, su rostro acongojado... su fuerte actitud reducida por la pena. Generalmente él la consolaba a ella, pero ahora era su turno y verlo así le producía una infinita ternura. Su Harry... débil... temeroso... avergonzado de llorar...

Hermione- habló por fin Harry- ¿alguna vez has tenido esa sensación... esa sensación espantosa que da cuando estás tan feliz, cuando tienes toda la alegría que pudieras pedir, pero se siente que por algún mínimo detalle esa felicidad podría esfumarse sin que nadie pudiera devolvértela?

Sí, amor- contestó preocupada.

Eso es lo que siento...

Mi amor...- Hermione cerró los ojos y lo atrajo hacia ella, Lo abrazo, como a un pequeño niño en los brazos de su madre- Debes estar tranquilo, cariño. No tengas miedo, estoy aquí.

Te amo, Hermione-Dijo escondido en el hombro de Hermione entre sus fuertes gemidos de llanto- Te amo...

Yo también te amo, Harry- le respondió con una voz impregnada de ternura- Como no he amado a nadie...

Que avergonzado estaba de llorar así en frente de ella... Él no debía llorar... no, debía ser fuerte, después de todo lo que le había pasado en su vida no podía llorar ahora, no debía.

Hermione sintió, sin saber cómo, que estaba cohibido...

Te avergüenza llorar?

La verdad... sí.

Pues que no te avergüence nunca, Harry. Menos delante de mí, puedes tener toda la confianza que quieras conmigo. También tienes derecho a llorar como todos- le dijo suavemente ahora mirándolo a los ojos.

Está bien...- le dijo esbozando una pequeña sonrisa.

Hermione volvió a limpiarle las lágrimas.

Además tu sabes que te quiero como sea...-le dijo ella riendo- llorón o no...

Al ver a Harry sonreír así, Hermione no pudo evitar besarlo. Adoraba verlo feliz...

Está bien... ahora vamos al Gran Salón, deben estar buscándonos. Como quieras, princesa...

Y se dirigieron al lugar mientras ambos pensaban que una mayor confianza comparada con la de siempre, había nacido entre los dos...