No soy dueña de Kenshin, ni de Kaoru, ni de Sano, ni de Megumi ni de todos los otros etcéterás.
Hola, tanto tiempo. Les cuento que hace una semana volví de Jujuy, provincia bien al norte de Argentina, donde pasé una semana en una escuelita rural a la que los chicos van a desayunar, almuerzan y bueno, estudian, claro. Algo que me llamó mucho la atención es que a pesar de la pobreza, a pesar de que muchos, la mayoría de los chicos tienen que trabajar desde muy chiquitos, a pesar de caminar varios kilómetros para ir a la escuela, a pesar de tener las zapatillas rotas y de comer lo que puedan o lo que les den, a pesar de tener los pantalones agugereados, a pesar de que esperan todo un año para que los visiten los pedrinos de Buenos Aires (yo fui en ese contingente), perdura en ellos una sorprendente capacidad de soñar, unas ganas locas de reír, una emoción impresionante cada vez que miran a las estrellas…
Que sus sueños no queden enterrados en el olvido.
________
Capítulo 12_ Cuenta regresiva
Mientras Kenshin buscaba dinero para Tanabata, las mujeres del dojo se reunieron en la cocina, por casualidad, pero hablando de una cosa y otra una de ellas terminó recordando que mañana sería Tanabata.
"¿Tanabata? Ah, si… suele ser un día muy bonito, los artificios son llamativos…" dijo Kaoru sin mucho entusiasmo.
"No te noto muy interesada Kaoru, ¿tiene que ver con que el año pasado no tuviste un muy buen día?" dijo Megumi.
"No se, simplemente prefiero no entusiasmarme"
"¿No pensaste que probablemente Kenhin sí te ofresca matrimonio mañana?" preguntó Misao.
"A decir verdad… no."
"Kaoru, amiga querida, eres una estúpida. De nosotras tres, eres la única que tiene el matrimonio asegurado, ¿por qué no te lo metes en la cabeza de una vez?" cuestionó Megumi muy segura de lo que afirmaba.
"En realidad no creo que tengas razón, tú y Sano, sin ir más lejos, empezaron su relación bastante antes que Kenshin y yo…"
"¿Ehh? Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, Kaoru, ¿estás ahí adentro?" preguntó Megumi señalando su cabeza" ¡Es Sano de quién estamos hablando! ¡El matrimonio es algo demasiado serio y comprometido para él"
Justamente Sano pasaba cerca de la cocina y al escuchar su nombre se acercó a la puerta para escuchar. '¡Oye! Parece que no piensas bien de mi todavía Megumi.'
"Pero empezó a trabajar por ti, ¿no ves que ha empezado a cambiar?" insistió Kaoru.
'Hey, no creí que Kaoru me defensiera así, debo recordar hacerle un buen regalo algún día' pensó Sano.
"Aún así el matrimonio es una cadena demasiado fuerte para él, dudo que siquiera lo piense, al menos por ahora"
"Pues yo no creo que Kenshin se decida fácilmente, ya sabemos lo imposible que es cuando se trata de su vida privada"
"Yo no entiendo de qué se quejan tanto, al fin y al cabo al menos tienen dos novios que las aman, ¿qué importa el matrimonio? Yo no puedo debatir sobre eso puesto que ni siquiera tengo pretendiente" dijo Misao cabisbaja, se levantó y salió de la cocina, chocándose con Sano. Cuando las tres vieron al intruso empezaron a tirarle objetos contundentes.
"¡¡Hey hey, esperen, solo quería un poco de sake, no se qué les pasa pero yo acabo de venir!!"
"Eso espero cabeza de escoba" respondió Megumi de mal humor.
"¿Qué pasa contigo? Ya sé, creo que no pasaste suficiente tiempo conmigo hoy" dijo Sano abrazándola. Misao salió y Kaoru y Megumi quedaron profundamente pensativas.
Sano abrazaba a su novia mientras pensaba en lo que había escuchado; si ellas ya no creían en Tanabata era culpa de ellos, y eso lo hacía sentir bastante mal. Pero por otro lado les daba la posibilidad de actuar sin que se dieran cuenta de nada. De cualquier modo esperaba que la sorpresa las pusiera contentas.
'Me gustaría hacer algo por Megumi, no quiero que siga pensando que no me importa lo suficiente como para hacer lo que sea por ella… aunque voy a demostrárselo mañana… no, no puedo esperar a mañana para decirle que la amo con toda mi alma, mañana le daré el anillo, pero eso no quita que podamos tener una velada romántica hoy…'
"¿Megumi?" llamó él en un susurro, la chica aún en sus brazos, preocupada por su amiga.
"¿Mmmm?"
"¿Por qué luego no vamos a tu casa? Yo cocino, tu me admiras"
Megumi sonrió, no pudiendo evitarlo frente al comentario.
"Bien, pero luego de estar mirándote mientras cocinas, ¿tendré un premio a la resistencia?"
"¿A la resistencia de la urgencia de tenerme más cerca de ti que de la cocina?"
"A la resistencia de dormirme, que será difícil ya que siempre tardas al menos tres horas cocinando"
"Bueno, veremos, en el momento evaluaré si mereces o no un premio. Ahora estaré afuera esperando que llegue Kenshin para humillarlo cuando llegue sin pescado"
"Sano, ¿cómo sabes que llegará sin pescado?" preguntó Kaoru.
"Ehhh, tu sabes, siempre llega con las manos vacías" dijo Sano saliendo del apuro.
"Jeje, es verdad." 'Creo que es una de las cosas por las que lo amo tanto' pensó Kaoru contenta.
Al rato llegó Kenshin, contento con el giro de la situación: ya tenía dinero y un lugar a donde llevar a Kaoru, había callado a Sahíto y a la vuelta, pasando por el río, un viejo pescador conocido le había ofrecido algunos pescados como muestra de simpatía, ya que Kenshin siempre escuchaba sus historias.
"¡Hey Kenshin! ¿Qué te pasó? ¿Pasaste por el mercado a comprar pescados?"
"Jeje, Sano, a decir verdad estos son míos 'no tiene por qué saber la verdad', los pesqué luego de resolver un par de suntos" dijo Kenshin guiñándole el ojo.
"¿Qué par de asuntos?" preguntó Kaoru saliendo de la cocina. "¡Oh, no puedo creerlo, trajiste un bote lleno de pescados!"
"Veo que aquí nadie me tiene confianza… En fin, ya está anocheciendo, mejor voy a la cocina"
"Espera Kenshin, no me respondiste" insistió Kaoru "¿qué par de asuntos?".
Sano tragó saliva. Aoshi, que observaba desde arriba del árbol, carraspeó.
"Oh, nada fuera de lo normal Kaoru, solo seguir a un muchacho que había robado la cartera de una señora, luego acompañarla a hablar con la policía. Por cierto, nos invitó a ir mañana a su tienda después de cenar, dice que sirve té y pastel. Estaba muy agradecida." respondió Kenshin muy contento de no tener que mentirle a la mujer que ama.
"¡Mi Kenshin!" exclamó Kaoru abrazándolo "Siempre eres tan servicial, otra de las cosas por las que te quiero" y dándole un beso lo acompañó a la cocina.
Al rato Megumi y Sano se habían ido y Kenshin y Kaoru estaban en la cocina preparando la cena. Yahiko había llegado cansado de trabajar en el Akebeko y tomaba un baño. Misao estaba sentada en el jardín observando las estrellas, Aoshi no había bajado del árbol. Misao se recostó sobre el porche, su mirada nunca dejando el cielo.
Melancolía. Misao estaba triste y Aoshi lo sabía perfectamente.
De pronto un impulso lo obligó a bajar del árbol y sentarse junto a ella.
"¿Aoshi-sama?"
Aoshi no respondió, pero hizo un movimiento de la cabeza que significaba que estaba escuchando.
"¿Nunca se siente triste?"
Ahora sí que la miró fijamente.
"No importa cómo esté yo sino aquellos que me rodean, Misao"
"Pero, ¿no siente que le falta algo para poder disfrutar de lo demás, algo que necesita para estar bien?"
Aoshi miró hacia delante y pensó por un momento. No podía seguir ignorándola, sabía lo que le pasaba así que no podía tampoco preguntar.
"Tal vez te preocupas demasiado por lo que te falta Misao" dijo pausadamente, como es costumbre en él "En cambio tienen varios amigos, estás rodeada de gente que te aprecia y haría cualquier cosa por verte feliz"
"¿Cualquier cosa?"
"Kaoru y Megumi, por ejemplo, no dejan de preocuparse cuando te ven decaída. Deberías concentrarte en las cosas buenas, al menos esa es la Misao que yo conocí siempre, por eso a todos les afecta tanto verte de esta manera"
"Mmm, quizá tenga razón Aoshi-sama… pero es muy difícil reír cuando uno está tan triste"
"No es difícil para la Misao que yo conozco"
Misao lo miró de reojo y sonrió; Aoshi, su Aoshi-sama estaba preocupado por ella.
"¿Cuánto tiempo vamos a quedarnos, Aoshi-sama?" preguntó cambiando de tema, bastante más animada.
"No lo se, depende del giro que tomen las cosas"
Misao no entendió bien el significado de eso.
"¿De qué está hablando Aoshi-sama? ¿Qué giro?"
"Nada Misao. Nada. Nos iremos cuando lo creamos apropiado"
'¿Qué es lo que me impide terminar de acercarme a Misao? ¿Qué es lo que siento cada vez que estoy junto a ella? ¿Por qué me siento tan culpable pensando que voy a proponerle matrimonio?'
Una nueva noche se imponía. Al día siguiente sería 7 de julio, el día de Tanabata.
------------------------------------------------------
Bien, el próximo capítulo no se cuándo lo voy a escribir, pero ya pueden estar seguros de que va a ser interesante.
Un beso gigante a todos, gracias por los reviews de ánimo, si pueden dejen alguno más.
Hasta la próxima.
Ailin
