No soy dueña de Kenshin, ni de Kaoru, ni de Sano, ni de Megumi ni de todos los otros etcéterás.
Para todos los que vivan en Buenos Aires, el sábado 8 y domingo 9 de noviembre, de 2 de la tarde a 10 de la noche, en Agustín Álvarez 1431, Vicente López, hay un congreso de Animé. La entrada vale 1 peso y un alimento no perecedero, y yo voy a estar vendiendo torta con unos compañeros para recaudar fondos para "Escuelitas de Frontera", que ya expliqué lo que es antes. Cualquier duda, ya saben mi mail: ailin_86@yahoo.com.
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Capítulo 13_ Sanosuke y Megumi
Los rayos de sol traspasaron la ventana del cuarto, cayendo sobre los ojos de Sanosuke, que comenzó a despertar. Respiró profundamente, aún sin abrir los ojos, y un perfume intenso y deseable embriagó sus sentidos. Movió un poco sus brazos y sintió toda la calidez de otra piel sobre la suya. Sonrió.
Megumi empezó a desperezarse, suspiró suavemente, se acomodó un poco, pero no dio muestras de despertar.
Con esa mujer entre sus brazos Sano no podía levantarse… pero debía ir a trabajar, si se hacía tarde le sería descontada la mitad del dinero del día…
'Vamos, tienes que levantarte Sagara' decía su mente, pero su cuerpo no respondía, sus ojos no dejaban de ver la dulce cara de la doctora dormida contra sí.
Cuando juntó suficiente voluntad y empezó a levantarse…
"Sano" Megumi despertó y lo tomó del brazo.
"Shhh… Vuelve a dormir" susurró él dándole un beso en la frente "Tengo que ir al puerto"
"Pero… no, no vallas… quédate" dijo Megumi acostándolo y acomodándose contra él.
Contra su voluntas, Sano volvió a levantarse.
"No van a volver a perdonarme un llegada tarde, Meg, y me despedirán si falto… " explicó suavemente.
"Pero no tengo que ir a la clínica hoy… quiero pasar el día contigo…" murmuró ella semidormida acurrucándose contra el brazo de Sano, que no soltaba.
Sanosuke suspiró.
"Haré lo pueda por salir cuanto antes del puerto y te pasaré a buscar por donde tú quieras, luego tendremos todo el tiempo para nosotros"
"…Mmmmmestá bien, estaré esperandote aquí… adiós…" murmuró Megumi volviendo a dormirse.
Sanosuke salió lentamente de la casa y se dirigió hacia el puerto. 'Hoy es 7 de junio' pensó.
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Unas horas más tarde Megumi, ya bien despierta, levantada y desayunada, se ató el cabello en una cola alta y salió al mercado. El día estaba precioso, había pocas nubes y algo en el aire, un no sé qué de alegría que venía más de la gente. Megumi también estaba de buen humor, y se daba cuenta 'creo que hacía años que no me encontraba tan contenta en mi vida'.
Tae la vio pasar desde el Akebeko y le grito
"¡Buenos días Megumi! ¡Veo que has dormido muy bien anoche!"
Megumi se sonrojó sin darse cuenta y sonrió.
Entonces se dio cuenta.
'Amo a Sanosuke Sagara más de lo que nunca pensé que podría llegar a amar a alguien' pensó. Y de pronto surgieron en su pecho unas ganas locas de decírselo, no es que nunca antes se lo hubiera dicho, pero hoy era diferente, hoy se había dado cuenta de que su amor era mucho más fuerte.
"¡Megumi!" gritó Tae "¿Por qué no vienes un rato? Podemos tomar un café, no tengo muchos clientes todavía"
"¡No puedo Tae, muchas gracias! ¡Tengo que dejar la casa lista para cuando llegue Sanosuke! ¡Adiós! ¡Y que tengas un buen día!" gritó alejándose al trote.
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Snosuke terminó de cargar las bolsas al barco para Yokohama a las 3 de la tarde, y su horario de salida eran las 6. 'Tres horas más en este infierno, maldita sea… Si no fuera porque Megumi estará esperándome…'
"¡Atención!" gritó un capatáz "El jefe dice que se terminó el trabajo por hoy, la carga para Nagasaki llegará mañana, ya pueden irse"
'¡¡¡¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿QQuuueeeeeeeeeeee????????!!!'
"¡¡¡Yeah!!! ¡¡Whoa!! ¡Bien!" todos sus compañeros festejaban. Pero Sano no podía perder el tiempo, tomó su camisa de donde la había dejado y se apresuró a salir.
'MegumiMegumiMegumi' repetía su cabeza. En un momento miró sus manos y se dio cuenta de que estaba extremadamente sucio. 'Claro que estás sucio. Y tu ropa. Cabeza de pollo, todos los días quedas así después de trabajar en el puerto'. Para cuando terminó de pensar eso ya había llegado a la puerta de Megumi. No quería que empezaran la tarde con una fea impresión de él, así que dio media vuelta para ir a bañarse, probablemente al dojo, cuando la puerta se abrió.
"¿Sano?" preguntó la voz que había sonado en la cabeza de Sanosuke durante todo el día.
'Oh no, no quiero que me vea así' pensó él, pero ya no tenía escapatoria.
"Sr. Sagara, ¿estaba escapándose de mí?" preguntó Megumi tomándole la mano para hacerlo entrar. Cuando Sano se volvió a mirarla ella quedó sorprendida con la cantidad de polvo y hollín que había en la cara de Sano, y en su ropa, cuando lo miró mejor.
"¡Sano! ¿Todos los días vuelves así?"
Sano bajó la vista "Nos dejaron salir antes, estaba tan ansioso por llegar que olvidé ir a bañarme primero… No quería que me vieras así… Por eso estaba por irme cuando abrieras la puerta…"
Megumi lo miró con dulzura, después tiró suavemente de su mano para hacerlo entrar. Una vez adentro, aislados de las miradas inquisidoras de la gente, lo obligó a mirarla tomando su rostro entre sus manos, sonrió con dulcemente al observar sus ojos tristes, y lo besó con ternura.
"No importa que trabajes en un puerto, que vuelvas sucio, y que olvides bañarte. Te amo por quien eres aquí, Sanosuke Sagara" dijo poniendo su mano sobre el corazón del muchacho.
Apoyando su frente contra la de ella y rodeando su cintura con sus brazos fuertes Sanosuke la besó con pasión, y al mirarla a los ojos pudo ver un brillo nuevo en sus pupilas.
"¿Por qué estás tan contenta hoy? Incluso para decirme lo más hermoso que me has dicho desde que nos conocimos…"
"Creo que desperté más alegre que de costumbre, nada más" respondió ella con simpleza "¡Ah! Y me di cuenta de que te amo mucho más de lo que creí." agregó como al pasar.
Sano rió con fuerza, y ya no le dio importancia al hollín, que ahora manchaba a Megumi por el contacto entre los dos, para besarla y abrazarla con intensidad por el resto de la hora.
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"Nunca te había visto el cabello de esa manera"
"¿No te gusta?"
"Me quita el aliento"
Megumi rió ante el comentario 'Nunca pensé que me quedaría bien el cabello atado, sin embargo estando con Sano ya no necesito fijarme en eso, siempre me dice que estoy hermosa'
"En realidad siempre me quita el aliento tu cabello" Agregó Sano.
'Parece que me leyera el pensamiento' pensó la doctora.
"Tu cabello, y tu cintura, y tus labios, y tus manos, y tus ojos" siguió él.
"¿Por eso te pones colorado cada vez que me ves? ¿Por falta de aire?"
"Bueno, eso y el aumento de la temperatura" respondió él acercándose para besarla. "Vamos" dijo repentinamente.
"¿Eh? ¿A dónde?"
"Vamos, confía en mí, te llevaré a dar un paseo"
"Pero iba a hacer la comida… ¿no quieres cenar?"
"Báh, cenaremos cuando volvamos… O mejor aún, cenaremos allá"
"Pero ¿puedes decirme dónde es 'allá'?"
"No" respondió Sano rotundamente "Ahora preparemos algo sencillo. Un poco de pan, queso.." Sano agarraba las cosas mientras hablaba, y Megumi lo miraba confundida desde su lugar "Perfecto, ya está, ¿salimos?" dijo él una vez que estuvo preparado.
Los dos salieron y caminaron de la mano por las calles, luego salieron de la ciudad y se internaron por uno de los caminos del bosque, hasta llegar al claro sobre la colina que Sano había elegido.
"¡La luna está preciosa! Es un lugar precioso"
"Lo se" respondió Sano abazándola por la cintura, mientras los dos miraban a la luna. "Tengo un juego para ti"
"¿Un juego? ¿Qué estás planeando?"
"Ya lo verás… Ahora busca entre las hojas de los árboles una que te recuerde a la luna y tómala"
"Pero, ¿qué…"
"Solo hazlo, no seas quejosa" dijo él sonriendo y besándola rápidamente.
Megumi empezó a buscar entre los árboles cercanos. De a ratos miraba a Sanosuke, pero él solo la observaba sonriente comiendo un poco de pan y queso, no parecía dispuesto a ayudarla.
Cuando ya se estaba aburriendo enormemente visualizó, en una rama baja, una hoja diferente a los demás, más clara y alargada, como una luna menguante.
"¡Es esa!" exclamó corriendo a agarrarla. Cuando la tomó entre sus dedos vio que atrás tenía algo pegado… una nota…
'Si crees que el juego terminó, estás equivocada. Busca la flor más hermosa, quedarás maravillada'
"Este poema es muy feo Sano, pero valoro mucho tu esfuerzo por hacer que las palabras rimen" dijo riendo.
"¡Hey! No puedo pensar en todo" respondió él sin moverse de su lugar. "Ahora a buscar entre la flores"
"Pero no hay flores…"
"Yo estoy viendo una ahora"
Megumi siguió su mirada, pero él estaba mirándola a ella. '¿Qué significa eso?' pensó. Se miró a sí misma de arriba abajo, y debajo de sus pies vió algo de color que le llamó la atención. Lo recigió. Era un papel de color.
'Por si no te diste cuenta, tu eres esa flor. Ahora busca debajo de tus raíces, y dime que piensas aunque te de calor'.
"Este otro es mucho peor que el anterior"
"Lo se"
Megumi miró debajo de sus pies y notó que no había pasto, como si alguien hubiera echado la tierra hace poco, dejándola bastante suelta, lo que le permitió cavar con las manos sin ensuciarse mucho. Instantes después (ya que Sano no la había enterrado muy profundo) encontró una cajita negra.
Se acercó a Sano y se sentó a su lado, algo nerviosa. Había olvidado que hoy era Tanabata, y esa pequeña cajita la llenaba de espectativas. Sano la miró a los ojos con intensidad y habló suavemente, casi en un susurro.
"¿No quieres abrirla?"
Megumi le dio un beso suave sobre los labios y volvió su atención a la caja. Nerviosa, inquieta, empezó a abrirla muy despacio. Y la abrió.
Y no supo si creer lo que veía. Hasta que un par de manos fuertes tomaron las de ella y la obligaron a mirar a los ojos al hombre que ya no podía esperar.
"Te amo, Megumi, más que a mí mismo" susurró Sano "Por eso quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, escuchando tus retos, besándote, abrazándote, amándote. ¿Quieres casarte conmigo?"
…
Megumi había enmudecido.
"¿Meg?" Sano no esperaba esa falta de reacción "…Supongo que debí saberlo… Lo siento" dijo mirando para otro lado, pesando que el silencio de Megumi era como una negativa.
De pronto dos manos finísimas y delicadas se deslizaron sobre su pecho y lo empujaron hacia atrás, y el cuerpo de Megumi se abalanzó sobre el de él para besarlo con pasión en la boca, el cuello, los labios nuevamente. Sanosuke al principio no reaccionó, pero luego se dejó llevar por el fuego que le transmitía Megumi, besándola cada vez con más intensidad, hasta que empezaron a calmarse y fueron separándose.
"Sanosuke, desde anoche no dejé de sentirme inmensamente feliz ni por un instante, y todo te lo debo a ti. Ha sido el día más feliz, más especial y más romántico de mi vida, tú me completas. Por supuesto que quiero casarme cotigo, y retarte, besartee, abrazarte, amarte… No me imagino un vida más perfecta" dijo con lágrimas de alegría en los ojos. Los dos se abrazaron con fuerza.
"¿Estás llorando?" preguntó Sano al mirarla a los ojos.
"…no… Bueno, sí…. Es la emoción… ¡También tu están llorando Sanosuke Sagara!"
"¡No es verdad!"
"¡Claro que si! ¡Estoy viendo tus ojos!"
"Estas delirando zorrita, creo que la emoción te hace ver cosas"
"¡¡¿Zorrita?!! ¡Ahora verás cabeza de escoba gastada!" Megumi estaba a punto de golpearlo (suevemente, claro) pero él la atrapó entre sus brazos y empezó a besarla.
"Todavía falta algo" dijo Sano tomando la mano de ella y abriendo la caja. con delicadeza tomó el anillo entre sus dedos y se lo colocó a su ahora prometida.
"Te amo"
"También yo"
Y la noche siguió adelante, ocultando en su regazo a dos amantes que por esa vez ya no se fijaron en el tiempo, ni el espacio, si no simplemente el uno en el otro.
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¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!! ¡¡Qué capítulo cursi!!
¿De dónde salí?
En fin, espero que les haya gustado, yo no me animo a releerlo porque debe ser un desastre.
Por favor los que sean de Buenos Aires, acuérdense de lo que dije al principio, es muy importante para ayudar a nuestras escuelitas de frontera, y va a estar muy bueno.
Los quiero mucho, déjenme algún review, por lo menos para criticarme.
Besos.
Ai
