Rurouni Kenshin no me pertenece. Y decir eso me resulta cada vez más estúpido.
¡Por fin! ¡El capítulo que todos estábamos esperando! Espero que todos hayan tenido un lindo año nuevo, y que el 2004 nos traiga mejor vida, más plata, ¡y yo pueda terminar mis fics!
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Capítulo 15_ Kenshin y Kaoru
"La cena estuvo deliciosa Kenshin, ¡es una suerte que tú cocinaras en vez de la FEA!"
"¡Maldito chiquillo!" Gritó Kaoru poniéndose de pie de un salto, a punto de golpear al chico.
Kenshin se sobresaltó con el exabrupto de la muchacha terminando en su rostro los granos de arooz que estaba por llevarse a la boca.
"Maa, maam Kaoru" dijo suavemente apoyando las manos en sus hombros para hacerla sentar "tranquilízate, debes aprender a no tomarte tan seriamente las bormas de Yahiko"
"¡Claro fea! de todas maneras no podrás cambiar el hecho de que eres una vieja bruja.
El rostro de Kaoru pasó de rabioso a enfurecido en un instante, pero Kenshin una vez más hizo uso de sus poderes especiales con la chica y le dijo que ya podían salir. Kaoru, por supuesto, tuvo que ir a cambiarse en un kimono más formal, dejando a Kenshin un tiempo para lavar los platos, misntras Yahiko yacía aun sentao sosteniéndose la panza.
"¡Ahhh! ¡Estoy muy lleno!" exclamó
"No deberías haber comido tanto Yahiko, ahora tendrás un gran dolor de estómago, y Kaoru no estará aquí para cuidarte hasta bastante tarde"
"¡¿A qué hora piensan volver?!… Báh, no me importa; ¿quién necesita a la fea después de todo?"
"No pensabas eso la última vez que estuviste enfermo, ¿recuerdas? Tenías fiebre y Kaoru estuvo despierta toda la noche cuidando de ti" comentó el pelirrojo sonriendo.
"N-no se de qué hablas" respondió Yahiko sonrojado "Me voy a dormir, que se diviertan" se depidió y salió de la cocina.
Kenshin terminó de lavar los platos, los secó y se dirigió a su cuarto para cambiar su Yukata, ya que Kaoru tardaba tanto. Pero antes de entrar escuchó un murmullo en el cuarto de Yahiko y se acercó.
"Aquí" susurró el chico.
"Mmm, esto te pasa por tragar las cosas sin masticar" dijo Kaoru "Si yo cocinara al menos tardarías mucho en comer y no te pasarían estas cosas" agregó riendo.
"No, pero moriría intoxicado" se oyó un golpe "ouch!!"
"Ahora cállate y bebe esto , pronto pasará el dolor".
Kenshin del otro lado sonreía por la escena.
"Trata de dormir, ¿quieres que me quede aquí? Kenshin y yo podemos salir otro día…"
Del otro lado de la pared Kenshin ya no sonreía.
"¡No! No sería lo mismo" dijo Yahiko.
"¿Eh?" dijo Kaoru confundida.
"Nada nada, solo ve y diviértete con Kenshin, yo estaré bien"
"¿Estás seguro?"
"¡Perfectamente! Ahora lárgate, tu fealdad va a darme pesadillas.
Ante lo último Kaoru no pudo enojarse esta vez… Al salir encontró a Kenshin esperándola, se había cambiado de ropa en un instante.
"¿Crees que debamos dejarlo en ese estado?"
"Maa, no es tan grave" respondió Kenshin tirándola de la mano.
"¿Eres tú Kenshin Himura? ¿Qué pasó con el hombre preocupado y cariñoso que no dejaría a un amigo en necesidad de ayuda?"
"Se dio cuenta de que esta es una noche para enamorados"
"Ahhh… ¿Y de quién está enamorado, si se puede saber?" preguntó Kaoru juguetona.
"Eso no es ningún secreto. Tengo entendido (por muy buenas fuentes) que está perdido por la muchacha más hermosa de la ciudad, una Kendoka morocha que, según dicen, lo hace olvidar el mundo cada vez que lo mira con esos ojos azules..."
"Kenshin…" susurró ella antes de besarlo con ternura.
***
Tomados de la mano, caminaron bajo las estrellas hasta llegar a la sala de te de la anciana. El lugar no era muy grande y las luces tenues le daban un aspecto romántico y acogedor.
"¡Al fin llegaron! Y qué muchacha tan bonita trae por acompañante…" La anciana los recibió apenas los vio entrar, y poniéndose entre los dos los guió hasta una de las mesas. "Aquí estarán cómodos, ¿cuál es el nombre de la señorita?"
"Kaoru, Kamiya Kaoru, señora, ¿cuál es el suyo?"
"Pueden llamarme Maki. ¿No eres la responsable del dojo Kamiya?"
"¡Así es! ¿Dónde escuchó de mi?"
"Bueno, sabes que estamos en una ciudad donde la gente tiene la lengua muy larga. Pero además porque mi hijo solía asistir a las clases de tu padre, hace ya muchos años. Luego llegó el furor por América y… en fin, nunca se me conoció por una madre estricta, así que lo dejé ir…"
"Debe haber sentido mucho la ausencia de su hijo" dijo Kenshin para mostrarle su comprensión.
"Si, pero si eso lo hacía feliz… ¡Je je! Tu padre nunca estuvo de acuerdo. Años después mi hijo volvió con una familia formada, pero no se atrevió a regresar al dojo temiendo que él no lo hubiera perdonado. Pero estuvo ahí en sus funerales."
"Había muchas personas que yo no conocía…"Comentó Kaoru.
"Supongo que estás dando clases" dijo la anciana.
"Sí… o al menos eso intento, no hay muchos alumnos actualmente…" 'En realidad solo uno ¡y ni siquiera paga!'
"¡Ah pero eso pronto cambiará! Mi hijo me dio unos nietos maravillosos y quieren aprender Kendo, así que les diré que vallan a hablar contigo.
"¡Oh muchas gracias!" respondió Kaoru con alegría.
"Eres una muchacha muy agradable. Ahora veo por qué a este chico le brillan los ojos de esa manera…" Kenshin sonrió y tomó las manos de Kaoru "En un momento les traeré dos tazas de te y dos porciones de mi pastel especial de Tanabata. Ahora voy a dejarlos solos"
Al escuchar 'Tanabata' Kaoru se sonrojó pensando que Kenshin no lo recordaba. Él la vio pero pretendió no notarlo.
"Por fin tendrás nuevos alumnos" dijo.
"Si. Gracias Kenshin"
"¿Cómo? Yo no tuve nada que ver con eso, todo es por ti Kaoru, la gente confía en ti"
"No hablo solo de hoy. Desde que te conocí mi vida parece estar completa, y cada vez se completa más. Primero tú, Yahiko, Sano. Luego Megumi, Misao y los del Aoisha. También los viajes en los que conocimos tantos amigos…"
"Y tantos enemigos que pudieron hacerte mucho daño" Agregó Kenshin bajando la cabeza.
Kaoru lo miró con ternura y posó su mano sobre la mejilla herida del pelirrojo. "Pero eso no importaba porque tú estabas conmigo Kenshin. Te quiero, y no importa donde esté siempre que sea a tu lado"
Los dos se miraron sonriendo y se acercaron despacio cuando, a punto de besarse, apareció Maki con el té.
"Bueno, bueno, lamento la interrupción" Kenshin y Kaoru estaban colorados como tomates.
"Aquí tienen todo, cualquier cosa que deseen no duden en llamarme, la casa invita" dijo la anciana antes de retirarse.
La sala estaba completa con varias parejas y ambientada por un músico que tocaba suavemente para llenar el silencio apenas interrumpido por murmullos enamorados.
"Este lugar es muy agradable" comentó Kaoru "¡Y el pastel es delicioso!" agregó comiendo el último pedazo.
"Ahá" kenshin se acercó por encima de la mesa y la sorprendió con un pequeño beso.
Kaoru, sonrojada, solo sonrió. Después de un rato de manos unidas, miradas cariñosas y sonrisas constantes los dos se levantaron para irse.
Al salir saludaron a Maki, que los invitó a volver cuando lo desearan.
"¡Que tengan una buena noche!" saludó 'Y la tendrán, con el te que les di ¡de seguro se divertirán!' pensó sonriendo con picardía.
***
Kenshin y Kaoru pasearon tomados de la mano por la ciudad, entre la muchedumbre, mirando algunos de los espectáculos, y antes de los fuegos artificiales Kenshin aceleró el paso llevando consigo a Kaoru lejos del ruido, hasta llegar al claro en el bosque en el que tiempo atrás ambos se declararon su amor.
"¡Oh Kenshin! ¡Es nuestro lugar!" Exclamó Kaoru acercándose al borde desde el que se veía la ciudad. Kesnhin se acercó por detrás y justo cuando estaba por pasar sus manos por la cintura de la chica para unirlas con las de ella delante de su abdomen sintió algo extraño en el estómago. Pensando que quizás el pastel le había caído pesado olvidó el asunto y siguió adelante, posando la barbilla en el espacio entre el cuello y el hombro izquierdo de Kaoru, que parecía especialmente diseñado para él.
""Te amo Kaoru" susurró al oído de la chica.
En el momento en que iba a responder, Kaoru tuvo una rara sensación en la panza. Ignorándola, dio media vuelta para estar frente al pelirrojo y le dijo:
"Y yo te adoro, eres lo mejor que me ha pasado en la vida".
En ese instante se oyó movimiento entre unos arbustos. Sacados a la fuerza de su momento romántica los dos miraron en esa dirección. Crujieron algunas ramas secas y escucharon susurros seguidos por risitas.
Enseguida entendieron lo que pasaba a unos pasos de ellos y empezaron a caminar apresuradamente, tomados de las manos, ROJOS. Kenshin llevaba a Kaoru por entre los árboles. Los dos volvieron a tener esa rara sensación en el estómago, esta vez más perdurable. La caminata se parecía más a carrera a cada segundo, perdiendo la razón por la que había comenzado. Los dos empezaron a reír, corriendo libres entre los árboles. Hasta que , exhaustos, pararon, sin aliento y riendo a carcajadas. Aún agitados pero algo más tranquilos empezaron a mirar a sus alrededores.
"¿Dónde estamos?" preguntó Kaoru.
"No lo se" respondió el pelirrojo.
Sus miradas se encontraron y quedaron repentinamente extasiados el uno en el otro. El primer juego de luces se vio en cielo, pero ni Kenshin ni Kaoru lo notaron. Estaban tan ocupados hundiéndose en los ojos del otro que ni siquiera notaron el último aviso de sus estómagos, que ahora era un suave cosquilleo. Algo sucedía muy dentro de ellos, un fuego con el ardor de todas las fogatas parecía surgir desde sus corazones hasta el último milímetro de piel.
Comenzaron a besarse con desesperación, como si fuera la última vez, movidos por una pasión desenfrenada. Kaoru se dejó llevar por las caricias que Kenshin daba primero en sus brazos, luego en su espalda, bajando a su cadera, con suavidad, dejando sus manos una sensación ardiente que solo la hacía más y más ansiosa por los labios de él. Pero no pudo detenerse ahí. Las manos suaves de Kaoru también comenzaron a moverse, bajando por el cuello de Kenshin, pasando por los músculos de sus brazos, luego por su pecho, dónde marcaron con intensidad todos los surcos de su musculatura. Pronto Kenshin dejó los labios de la kendoka y descendió sus besos por su mentón, su cuello, internándose en su pecho, y antes de llegar a sus bustos levantó nuevamente la cabeza y volvió a mirarla a los ojos. Los ojos de Kaoru mostraron una pequeña chispa de temor que se apagó al ver los de Kenshin que tenían el más intenso púrpura esa noche, transmitiendo toda su pasión, pero también ternura y comprensión. Con ese último permiso Kenshin abrazó a Kaoru por la cintura y empezó a hacerla descender con suavidad hasta que, en el suelo, sus dedos se movieron con agilidad soltando las prendas de la chica y las suyas. Los besos se hicieron cada vez más intensos, las caricias más apasionadas, y la piel más encendida, ingresando los dos en un juego de amor inesperado pero bienvenido, que los sumió en el más intenso placer en una noche para enamorados.
***
Los primeros rayos del sol hicieron cosquillas en el rostro de Kaoru despertándola. Pestañeó un poco y alcanzó a ver algo colorado a pesar de que su vista aún no enfocaba bien.
"Kenshin" murmuró sonriendo.
Kenshin se acercó y le dio un beso en los labios. "Buenos días".
El pelirrojo estaba de costado al lado de la chica, apoyado sobre su codo izquierdo, sonriendo, y ¡semidesnudo!
"¡¡¡¿¿KENSHIN??!!!" gritó Kaoru abriendo los ojos como platos y retrocediendo con rapidez sin lograr levantarse "¡¡¿Q-qué fue lo que pasó?!!"
La sonrisa de Kenshin desapareció "¡Oro! Y-yo… Ssssessha… P-pensé que…" Balbuceó sin encontrar las palabras.
Kaoru se quedó pensativa hasta que su memoria volvió a funcionar.
"Ahora recuerdo" susurró poniéndose colorada y sin atreverse a levantar la mirada. Kenshin, sintiéndose culpable, se levantó y comenzó a ponerse la Yukata. Al verlo, Kaoru comprendió lo que él pensaba y se levantó con rapidez -olvidando que estaba desnuda- y apoyó una mano sobre el pecho del muchacho.
"No Kenshin, lo siento, había olvidado todo pero ahora lo recuerdo muy bien" dijo sin poder controlar su rubor "Y… y no te sientas mal porque… porque yo también lo permití" lo miró a los ojos pero el aún no la miraba "Kenshin, te amo" Kenshin levantó la vista del piso y se hundió, ahora sí, en las pupilas de SU Kaoru. Ella lo besó y entonces, confusión arreglada, él la abrazó, notando, claro, su… falta de ropa.
"¡Oro, debes tener frío!" exclamó sacándose la Yukata y poniéndosela a ella, nuevamente sonrojada de manera furiosa.
El sol estaba por la mitad en el horizonte y solo entonces el pelirrojo lo recordó: ¡El anillo! ¡Debía entregarlo la noche de Tanabata!
'Bueno, tengo tiempo hasta que termine de amanecer… Lo que significa unos 2 minutos'
Apresuradamente tomó las manos de la chica y tiró hacia abajo obligándola a sentarse en el suelo.
"Kaoru, no queda mucho tiempo, se que debí hacer esto anoche pero… en fin… tú sabes" los dos volvieron a sonrojarse por unos instantes "Ehh, bueno, lo cierto es que te amo con toda mi alma y deseo pasar el resto de mi vida a tu lado" dijo cada vez más apresuradamente.
Tomó la mano de la chica y metió la mano en el bolsillo de su Yukata buscando el anillo…
"¡¡¡¡Oooooorrrooooo!!!!" gritó al no encontrarlo donde esperaba.
Kenshin empezó a buscar frenéticamente por el pasto, debajo del árbol más cercano, cerca de unos arbustos, y cuando ya no sabía dónde revisar, y el sol estaba casi totalmente arriba del horizonte sintió algo en la axila derecha.
"¡Aquí está!" exclamó en tono triunfal. Kaoru estaba extremadamente confundida y quiso preguntar algo, pero sin darle tiempo a articular palabra Kenshin vovió a toda velocidad a su lado, sacó al anillo de su cajita y se lo puso en el dedo anular diciendo:
"Cásate conmigo"
Al instante la última porción de sol se elevaba: era un nuevo día y Kaoru tenía su anillo de Tanabata.
La muchacha miró el anillo perpleja; se sentía tan bien en su mano, parecía hecho especialmente para ella. Una gran emoción brotó por su garganta y trató de sofocar un sollozo, liberando una lágrima.
"¿Kaoru?" preguntó Kenshin en un murmullo, preocupado por la reacción de ella.
"¡¡Si quiero Kenshin!!" gritó Kaoru explotando en risas "¡Quiero casarme contigo y pasar toda mi vida a tu lado y hacerte feliz!" dijo abrazándolo con fuerza.
Kenshin respondió el abrazo y acarició su cabello.
"Ya me haces feliz, Kaoru. Te amo."
Finalmente los dos se hundieron en el más profundo beso que jamás habían compartido, y el mundo volvió a desaparecer, porque ellos eran los únicos que importaban, y tenían su propio mundo. Un mundo feliz.
Y lleno de amor.
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AAAAAAAaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy pero qué cursi.
Espero que les halla gustado.
Besos
Ailin
PD: No es el último capítulo, tranquilos.
¡Review!
