Contestación reviews al final ^^
Todos los personajes son de Rowling XD Ninguno es mío que quede claro. :P
Ahora A LEER!!! =D
Mi amargo pensadero
Capítulo 4
Un haz de luz entró por la ventana de la habitación dándole en el rostro a quien dormía tranquilamente en una de las camas. Allí estaba, con los ojos cerrados, sin anteojos. Un brazo arriba de su cabeza y otro sobre su plano abdomen.
Fue abriendo los ojos lentamente y los cerró de nuevo por la molestia de la luz en ellos. Bostezó abiertamente y se levantó. No había nadie en la habitación, todos habían bajado ya a desayunar. Hasta Ron.
"Extraño" pensó Harry sonriendo.
Se dio una ducha. Pudo tomarse todo el tiempo que quiso, pues era fin de semana. Mientras tomaba la toalla no pudo evitar recordar lo que había visto el día anterior. La verdad sentía como si todo lo que había en el pensadero lo hubiera vivido nuevamente. Una puntada de tristeza en el pecho desvaneció el buen humor con el que se había levantado.
Cuando terminó de asearse bajó al Gran Comedor. Allí, sentados, hablando, estaban Ron y Hermione. Se acercó a ellos.
- Buenos días, chicos.
- Buenos días- lo saludó Hermione la cual se puso de pie y le dio un beso en la mejilla.
- Hola, Harry- lo saludó Ron esta vez.
Como lo habían hecho la vez anterior, no comentaron nada sobre los recuerdos de Harry. El desayuno transcurrió normalmente. Luego, en la tarde, salieron a caminar por las afueras del castillo.
El día estaba perfecto. Ni muy caluroso, ni muy frío. Pasearon sin hablar, hasta que Hermione rompió el silencio.
- Y bien... ¿Esta noche vamos a...?
- Sí- contestó Harry sabiendo a qué se refería.
- Pues...- continuó Ron- ¿Quién de los dos, Herm, va a ser el primero?
- Yo- contestó con decisión sonriéndole a su amigo con pecas.
- Está bien- aceptó él.
Silencio otra vez.
- Harry...- susurró Hermione.
- ¿Sí?- contestó desviando la vista hacia sus ojos.
Hermione calló por un momento, pensando.
- Nada- dijo finalmente.
Harry se encongió de hombros, mientras Hermione le pasaba un brazo por la cintura al chico de anteojos. Él le pasó el brazo por los hombros, sonriendo, pero sin dejar de notar el cosquilleo que sentía en el estómago.
- ¡Hey! ¡Yo también quiero abrazos!- dijo Ron riendo.
Y así los tres caminaron hacia el castillo abrazados como buenos amigos que eran.
**************************************************************************** *
Aquella noche Hermione no pudo dejar de sentir nerviosismo por lo que iba a hacer momentos después. La que menos había hablado de su vida y sus padres, era ella. Quizás por el hecho de que eran muggles, y no encajarían muy bien en sus conversaciones. Quién sabe. Ahora sus dos mejores amigos la conocerían bien, sabrían cómo había sido realmente su vida.
Fue hacia el baño de la habitación y se mojó la cara para relajarse un poco.
- Son tus mejores amigos, tranquilízate- se dijo a sí misma. Pero las palabras no sirvieron de nada.
Horas antes Harry y Ron la habían dejado sola para que pusiera sus recuerdos en el pensadero. Lo había llevado a la habitación de las chicas y esa tarde se dedicó a rememorar eventos pasados de su vida.
Vio la hora. Faltaban cinco minutos para la medianoche. Los dos chicos debían de estar esperándola ya. Tomó el pensadero y bajó las escaleras. Efectivamente allí estaban, sentados, conversando animadamente, pero en silencio. Si algún otro prefecto descubría que estaban despiertos, no se librarían de alguna detención.
- Hola- dijo ella simplemente para llamar su atención.
Ellos sólo sonrieron.
- ¿Lista?- preguntó Ron.
- Sí, eso creo.
- Bueno, debo admitir que tengo curiosidad- confesó Harry.
- Pues, entonces no perdamos tiempo- le contestó ella.
- Está bien.
Ella dejó el posillo de piedra sobre la mesa. Los tres se acercaron a él.
- Herm, ¿estás segura?- dijo Harry de repente- Si no quieres...
- Sí quiero Harry. Son mis amigos, debo confiar en ustedes, ¿no es cierto?
Él asintió.
- Ok, entonces... vamos- apuró Ron.
Después de realizar el procedimiento que habían hecho la noche anterior, el trío llegó a un lugar poco conocido para Harry y Ron. La casa de Hermione.
Era muy linda, la verdad. Había muchos cuadros sobre las paredes, los cuales adornaban y le daban un estilo único al lugar.
Había muebles de madera brillante y oscura y el comedor era bastante grande. La mesa tenía un gran florero con girasoles en medio de ella. Era una hermosa y acogedora casa muggle.
Los chicos recorrieron la casa con curiosidad (sobretodo Ron), pero Hermione no se molestó en hacerlo. Conocía demasiado bien aquel lugar como para explorarlo una vez más. Aunque las cosas estuvieran distintas, seguía siendo el mismo hogar de siempre.
- ¿Esta... eres tú?- interrumpió sus pensamientos Ron, quien sostenía en sus manos un marco de foto.
Harry se acercó a su amigo, vio la foto y sonrió.
Una niña de unos 5 años con el cabello largo y lleno de dóciles rizos, estaba sentada en el jardín de la misma casa. Tenía una muñeca y la miraba ensimismada con sus enormes ojos color avellana.
- Eras muy linda...- dijo Harry sin pensar, luego analizó lo dicho-Es decir... yo... no quise decir que no seas linda ahora, sino que... yo... es decir, no quise...
- Está bien, Harry. Comprendo- dijo ella divertida.
Ella se acercó donde sus amigos y al ser más pequeña que ellos, se puso en puntitas de pie para observarse a sí misma en la fotografía.
- Era mi primera muñeca. La adoraba.
- ¿Qué edad tenías?- preguntó el pelirrojo.
- Estaba a punto de cumplir los cinco. Lo recuerdo bien, porque aquel día mis padres me dijeron que me darían el regalo de cumpleaños por adelantado.
Unos pasos interrumpieron la conversación.
- Está bien - una mujer de unos 28 años apareció por las escaleras. Por sus facciones y su cabello, supieron de inmediato que era la madre de Hermione- Hoy llegaremos tarde. No nos esperes y hazla dormir antes de las nueve, ¿está bien?
- ¿No deberían respetar los horarios los pacientes?- dijo una mujer bastante mayor con el cabello blanco y rizado que bajó tras ella- Ya pasó tu hora de trabajo. Hermione debe ver a su madre de vez en cuando, ¿no?
- Mamá, es una emergencia. Tú sabes.
La mujer mayor asintió a regañadientes.
- Entonces, no hagas esperar a tu marido.
- Gracias, mamá- dijo dándole un beso en la mejilla, poniéndose una chaqueta y saliendo por la puerta. (N/A: por donde mas podria salir? XD)
- Una emergencia...- suspiró la mujer antes de subir nuevamente.
Hermione le señaló a Harry y Ron que la siguieran, así que los tres subieron las escaleras viendo cómo la mujer entraba a la habitación de la derecha. Ellos entraron a la habitación contraria, la de la izquierda.
- Es mi abuela- dijo Hermione a sus amigos cuando cerraron la puerta del cuarto- Bueno... era mi abuela.
Silencio.
-¿Murió?- preguntó Harry cuidadosamente.
- Sí- contestó Hermione mirando al piso, luego levantó la cabeza- Bueno... eso demuestra que no me conocen nada- dijo ahora sonriendo.
- Bueno... nunca nos contaste nada- se defendió Ron.
- Y ustedes nunca se interesaron en que les contara- le respondió a Ron- Es igual, sólo...
Hermione se detuvo al ver que Harry ya no estaba a su lado, así que se volteó.
Él estaba de espaldas. Se había acercado a la cama de la habitación y miraba a quien se encontraba en ella. Ron y Hermione fueron a su lado. Allí, durmiendo profundamente, estaba la pequeña Hermione.
- Herm... eres tú...- le dijo Ron.
- No me digas Ron- bromeó ella.
Ron sólo negó con la cabeza y continuó mirando a la hermosa niña que descansaba frente a él.
- Cada vez que mi madre tenía una emergencia, le advertía a mi abuela que me durmiera antes de las nueve, pero cuando ella se iba generalmente ya estaba dormida.
- ¿Es que no se despedía de ti?- preguntó el pelirrojo.
- No que yo recuerde. Salía demasiado apresurada.
- ¿Y tu padre?
- Él llegaba mucho más tarde, se encargaba de la Clínica Odontológica. Así que debía dejar todo en orden antes de venir a casa.
- Oh...
- Bueno... ¿les parece si bajamos? Creo que hasta que mi "otro yo" no despierte nada ocurrirá. ¿Les parece bien?
- Sí- dijo Ron.
- ¿Harry?
Pero Harry no contestaba.
- ¿Harry? Haryyyyy...
Estaba ensimismado mirando a la pequeña Hermione. Era hermosa. Sus rizos se extendían sobre la suave almohada. Sus mejillas sonrosadas lucían bajo la tenue luz de la habitación. Su pecho subía y bajaba lentamente. Se preguntó si Hermione seguiría siendo tan hermosa al dormir.
- ¡Harry!
- ¿Ah? ¿Qué?- preguntó reaccionando- ¿Por qué gritas, Hermione?
- No contestabas...
- Ah... ehh... lo siento...
- Le decía a Ron por qué no bajábamos un momento hasta...
Pero la pequeña comenzó a despertar interrumpiendo las palabras de la chica. Abrió los ojos y buscó a su muñeca rápidamente. Cuando la encontró la abrazó.
- ¡Mamá!- gritó, no muy fuerte- ¡Mamá!
Alguien abrió la puerta. Era la abuela de Hermione.
- Hermione, mamá no está. Tuvo una emergencia.
- ¿Otra emergencia?
- Sí- dijo ella sentándose en su cama- Pero yo estoy aquí, ¿necesitas algo, linda?
- No abuela, gracias. Sólo... sólo quería... estar con mi mamá. Es todo.
- Oh... bueno, en ese caso, te dejo... que duermas bien.
La mujer le besó la frente y salió cerrando despacio la puerta. La pequeña suspiró.
- Otra emergencia... ¡otra más! Malditos pacientes...
Harry y Ron no podía creer que Hermione estuviera maldiciendo a los 5 años. Hermione lo notó.
- Era... algo precoz...- dijo ella.
- Ya veo...- dijo Ron algo divertido.
- ¿Por qué mi mamá no está aquí, conmigo? Si yo también tengo una emergencia ella no va a poder ayudarme...- decía la pequeña inocentemente.
La diversión de Ron se había terminado. La niña había comenzado a llorar. Le hacía falta su madre.
La puerta se abrió nuevamente, pero esta vez de golpe.
- ¿Qué pasa, Hermione? ¿Qué tienes?
- Abuela... extraño... a mi... mamá- decía entre sollozos.
- Lo sé, cariño. Lo sé...- decía ella acariciándole la cabeza.
- ¿Y dónde esta papá?
- Con tu madre...
- Lo sabía- dijo la pequeña amargamente.
La mujer abrazó a su nieta y ella lloró en sus brazos...
Un golpe detrás de ellos los distrajo de la escena. Hermione había salido de la habitación rápidamente. Ron y Harry salieron tras ella.
- Herm... ve más despacio.
Pero ella ya había salido al jardín trasero de su casa. La noche estaba estrellada y la Luna menguaba. Estaba hermosa.
Pudieron ver que Hermione se había detenido y se había sentado sobre el pasto. Harry y Ron se sentaron también, cada uno a su lado.
- Ya no podía seguir viendo eso...- dijo ella de pronto. Estaba llorando silenciosamente, sin embargo, su voz no la delataba.
- Hermione...- susurró Harry- Yo...- no sabía qué decir ni cómo consolarla.
Sólo se quedó mirando su rostro mientras Ron la abrazaba. Él hizo lo mismo. Esa era la mejor cura para su llanto.
- Herm... si quieres podemos...- comenzó Ron esta vez, después del abrazo.
- No- dijo tajante- Sabía que sería difícil, y además no sé por qué lloro. Otra personas han sufrido más que yo.
Miró a Harry.
- Es mejor no tener nunca padres que perderlos cuando ya los tuviste... Supongo que eso te ocurrió, ¿no?- dijo él en un tono casi inaudible.
- Sí- dijo Hermione- Recuerdo cuando me ponían atención, yo era... importante... yo...
- Creo que será mejor que sigamos- dijo Harry interrumpiendo. Sentía, de alguna forma, que a Hermione le incomodaba hablar del tema. Ella lo miró agradecida.
- Vamos...
El próximo recuerdo se situaba en la misma habitación de momentos atrás. El cuarto de Hermione estaba ahora decorado con libros... muchos libros que llenaban el escritorio que se encontraba a un lado de su cama. Sentada en él, estaba la muchacha, leyendo atentamente un libro que, por lo que pudieron notar, tenía más de 500 páginas.
- La diferencia entre ambos reinos es más difícil de establecer...- leía en voz alta la niña que ahora debía tener unos 8 o 9 años-... cuando se trata de seres de estructura muy sencilla. Una tercera opinión que hoy cuenta con muchos adherentes... ¿adherentes?
- Creo que ya sé la causa de tu forma de ser, Hermione- dijo Ron riendo.
- Adherentes... adherentes- la niña buscaba en el diccionario la palabra- ¡Adherente! Aquí está...
- ¿Hermione?- un hombre había entrado por la puerta tras ella.
Era alto, con el pelo castaño y los ojos azules.
- ¿Sí, papá?
- ¿Necesitas algo? Si quieres puedes descansar un momento...
- ¡Nick!- una voz femenina se escuchó tras él, la madre de Hermione- ¡Nick! Deja a Hermione estudiar en paz. Debe estar aplicada para entrar a esa escuela. El examen es la próxima semana.
- Pero, Lucy...
- Nada de peros. Es la mejor escuela del país y no desperdiciaremos una oportunidad como esta.
- Oh... está bien...
Los dos se fueron de la habitación dejando a Hermione sola otra vez. Ella suspiró, miró por la ventana un momento y siguió leyendo.
- Siempre tuve miedo de la reacción que podría tener mi madre si fallaba en algo- dijo la Hermione real a sus amigos- Recuerdo que ni siquiera me pidió mi opinión sobre entrar a esa escuela.
- Pues, no es del todo malo, ¿no es así?- dijo Ron- Quiero decir que... eso te hizo ser más responsable, más...
- Creo que de todos modos lo habría sido. Mi padre también es un hombre responsable, inteligente, sacaba las mejores notas en la escuela, pero... como pudieron ver, él nunca me obligó a nada. No importaba que no fuera la mejor, no importaba que no estudiara todo el día o que no entrara a la mejor escuela del país. Él siempre me querría. En cambio, mi madre...
- Lo sabemos, Herm- dijo Harry- Lo vimos... Lo... lo siento mucho- fue lo que atinó a decir.
Ella le sonrió.
De pronto una fuerza los tomó por completo, el pensadero hacía su trabajo. Después de unas cuantas vueltas viendo formas y colores poco nítidos (cosa que los mareó), llegaron a un lugar completamente distinto a los anteriores.
Era una enorme sala vacía, sin muebles ni sillas. No había nada de nada. Tenía unos grandes ventanales que le daban paso a la hermosa luz de la mañana que alumbraba y hacía brillar el piso de madera.
La pared contraria a los ventanales estaba hecha de un inmenso espejo que la cubría por completo. Parecía una sala de baile, o algo así.
- Una sala de ballet- aclaró Hermione.
- ¿Ballet?- preguntó Ron.
- Sí... la verdad este pensamiento no es muy antiguo.
- ¿Ballet?- preguntó el pelirrojo nuevamente sin poderlo creer.
- Sí, Ron...
- Herm, ¿practicas ballet?- le preguntó Harry esta vez.
- Exacto.
De pronto una chica de 15 años entro por una puerta en la esquina del cuarto. Era Hermione misma. Estaba igual que la Hermione real. Pero aunque fuera así, Harry no pudo dejar de mirar lo hermosa que se veía con lo que llevaba. Estaba vestida como todas las bailarinas de ballet, excepto por el tutú, en vez de él sólo traía puesto una especie de falda con trozos de tela colgando, los cuales flotaban tras ella cuando se movía. (N/A: espero haberlo explicado bien =p) Estaba vestida completamente de blanco y llevaba el cabello recogido en un moño parecido al que llevaba en el baile de cuarto curso. También llevaba zapatos de ballet.
- Te ves muy linda, Herm- le dijo Ron sonrojado- Quiero decir... te veías. Esto ya pasó, ¿no? Me refiero a que estabas más linda de lo normal.
- Es cierto- dijo Harry sin dejar de mirar a la Hermione del pensadero.
La muchacha se había puesto de pie delante del espejo y se miró de arriba a abajo. Luego levantó los brazos lentamente, los mantuvo arriba unos segundos, y luego los bajó con delicadeza.
- Espero lograrlo hoy- dijo en voz baja, pero el trío pudo escucharla bien.
De pronto otra puerta, distinta a la puerta por la que había entrado Hermione, se abrió.
Una mujer de unos 35 años, delgada, también con el pelo recogido, entró a la sala y saludó a Hermione alegremente. Dejó su bolso en una esquina y se dirigió a su alumna.
- ¿Ya calentaste?
- Aún no. Lo siento...
- No te preocupes, sé que llegaste hace poco.
Hermione sonrió.
- Bueno, entonces... ¡qué estamos esperando!- dijo la mujer alegre- ¡A trabajar!
Hermione se dirigió a la barra que abarcaba toda la sala y que se encontraba bajo la ventana. Puso un pie sobre ella con la pierna completamente estirada y bajó su cuerpo hasta agarrar por completo su pie con las manos. Tenía una elongación increíble. Luego hizo lo mismo con el otro pie.
Después de ese ejercicio se apegó más a la barra, tocándola con su estómago y puso el pie sobre ella nuevamente, pero esta vez de lado. Ladeó su cuerpo, hacia un lado tocando su pie y luego hacia otro.
- Recuerda, mantén las rodillas rectas.
Luego de un rato de hacer el mismo ejercicio, la profesora habló:
- Bueno, es hora de que empecemos con el ensayo, ¿te parece, Hermione?
- Por supuesto.
La mujer se dirigió a su bolso y empezó a buscar algo, mientras la chica se apoyaba en la barra.
- ¿Eres su única alumna?- preguntó Ron de pronto a la Hermione junto a él.
- Bueno... sí. A mí me hace clases personales. Mi madre...
Pero no pudo continuar porque la profesora habló:
- ¿Cuál es tu canción Hermione? Lo siento, la olvidé.
- "Para Elisa" de Beethoven, profesora.
- Ah, sí. Ya recuerdo.
La mujer sacó un CD y lo puso en un equipo de sonido que estaba en un rincón de la habitación.
- ¿Qué es esa cosa?- le preguntó Ron a Harry. No tenía idea que era un CD y menos un equipo de sonido.
- Cosas muggles. Después te explico.
La verdad Harry no quería perderse ninguno de los movimientos que la Hermione del pensadero iba a realizar.
La música comenzó a sonar y la profesora se dirigió a Hermione para indicarle todo.
La muchacha comenzó a moverse con una delicadeza increíble. Realmente parecía una ángel, según la opinión de Harry. La luz del sol entraba por los ventanales y le daba por completo en el cuerpo, lo que la hacía ver más hermosa aún.
Levantó su pierna y casi llegó a tocar su cabeza con ella.
- Practico ballet desde los 6- le dijo Hermione al oído a Harry.
La mujer rodeaba a Hermione viendo sus movimientos y tratando de ayudarla en sus equivocaciones.
- ¡Más arriba! ¡Tú sabes que puedes!- la animaba- Ahora viene el giro, concéntrate...
Hermione cerró los ojos y los apretó con fuerza. Hizo un estupendo giro, pero al final...
- ¡Auch!- exclamó ella desde el suelo.
- Hermione, ¿estás bien?- preguntó la mujer, acercándose a su alumna, la cual se había caído justo al final del giro.
- Me duele el tobillo- dijo ella con los ojos apretados por el dolor.
- Bueno, tu giro está mejorando, pero... a ver... déjame ver...- dijo la mujer viendo el pie de la chica.
Le desató la pequeña zapatilla de ballet y se la sacó. Tomó el pie de Hermione y lo examinó.
- Muévelo en círculos- le ordenó.
- ¡Ay! ¡Me duele mucho!
- Creo que te lo dislocaste... Lo dejamos hasta aquí por hoy, ¿está bien?
- Pero...- la profesora la miró con un dejo de severidad en los ojos- está bien.
- Espero que te recuperes pronto. Sé que podrás hacer el giro cuando vuelvas a clases - la profesora le guiñó un ojo y se retiró.
Hermione se quedó sola allí, en medio del salón. Tocó su tobillo. Le dolía muchísimo. Se puso de pie con dificultad y se dirigió a la puerta por la que había entrado desde un principio, pero alguien entró repentinamente a la sala.
- ¡Hermione!- la voz de la madre de Hermione hizo eco en la gran habitación.
Hermione se volteó lentamente, con un dejo de miedo en el rostro.
- ¿Por qué estabas asustada?- le preguntó Harry a la Hermione junto a él.
Ella le hizo una seña de silencio y le indicó seguir escuchando.
- ¡Cómo que te dislocaste el tobillo! ¡Pero si....!
- Sí, mamá me disloqué el tobillo- dijo la chica tranquilamente, le costaba mantenerse en pie- Creo que...
- No me digas que no vas a participar en la presentación. ¡Debías conseguir el papel principal, hija! Yo...
- ¿Tú qué, mamá?- dijo Hermione esta vez levantando la voz- ¿Alguna vez TÚ te has preguntado si YO quería conseguir ese papel?
- Pero, Hermione...
- No tienes excusa, mamá...¡Estoy harta de hacer todo lo que tú quieres que haga! ¡Tengo 15 años! ¿No crees que ya puedo tomar mis propias decisiones?
Hermione parecía cada vez más enojada con su madre.
- Hija...- murmuró sorprendida.
- ¡Se acabó, mamá! ¡Ya no lo soporto más! ¡La hija perfecta se esfumó!
La mujer se adelantó para abrazarla.
- ¡Suéltame!- gritó Hermione safándose de los brazos de su madre.
Eso fue la gota que colmó el vaso.
- ¡Sólo quiero lo mejor para ti! ¡Nada más que eso! ¡Hermione, escúchame!
Hermione ya salía de la habitación a paso rápido, con dificultad por el pie herido. Harry y Ron jamás habían visto a Hermione en tal arranque de ira.
- ¡Eres mi hija y me debes respeto!
- Pues creo que el respeto debería ser mutuo... Si quieres lo mejor para mí, entonces... ¡aléjate!
Esa había sido su última palabra. La chica cerró la puerta de golpe. La madre de Hermione se quedó de pie allí, sola. Suspiró y se sentó un momento.
- Creo que tiene razón...- suspiró la mujer.
El trío se dirigió hacia la puerta en busca de la Hermione que había salido hecha una furia.
Se encontraron en los vestuarios con ella, estaba llorando...
- Ya no la soporto... - decía mientras las lágrimas caían por sus mejillas...
- Creo que ya no quiero ver esto, chicos- dijo de pronto la Hermione real- ¿Podemos...?
- Claro- contestó Harry, aunque sentía curiosidad por ver lo que seguía.
Ron asintió y los recuerdos quedaron atrás dejando paso a la realidad de la sala común de Gryffindor.
- Uff...- Ron se sentó de golpe en uno de los sillones- Estoy cansado...
- ¿Cansado?- le preguntó Harry- ¿De qué?
- No lo sé- contestó bostezando- Hey, Hermione. La verdad, nunca imaginé que bailabas ballet...
- Ni yo- comentó Harry- Pero bailas... muy... bien...
- Gracias- dijo ella cabizbaja.
- ¿Estás bien, Herm?
Harry se sentó a su lado.
- Creo que ver todo eso en una noche fue... quizás muy... muy...
- No te preocupes- Harry la aprisionó en sus fuertes brazos y le besó la mejilla.
- Creo que ya saben por qué siempre deseo ser la mejor en todo... Es sólo que yo...
- ¿Qué paso después, Herm?- preguntó Ron.
- Bueno... no hablé con mi madre por semanas. Aún siento rencor hacia ella...
- Me imagino- declaró Ron asintiendo.
- Creo que es mejor ir a dormir.
- Sí...
Y los tres se dirigieron a sus habitaciones lentamente, mientras un pelirrojo no podía dejar de pensar...
"Mañana es mi turno..."
**************************************************************************** *
Lo se!!! El final es un asco!!!!!!!! Aunque ocupe 19 páginas (es mucho para lo que yo escribo que son como 9 paginas generalmente) T.T Sorry! Siento que pude haberlo hecho mejor... ojala no los haya defraudado con esta continuación.. =(
Bueno, espero que les haya gustado, después de todo =D
Ahora, A CONTESTAR REVIEWS! ^^
LUNA PAOLA MALFOY: Muchas gracias, realmente me alegra que te guste. Y me halagas ^^ ... Gracias por tus comentarios, realmente me suben el animo ^^. Si que son malos sus tios, cierto? U.U Mueran los dursley!!!! XDDDD Que bien que te este gustando, gracias por leer el fic... espero que este cap. Tb te guste ^^ muchos besos...
CRISTAL MELODY: jeje, lo siento n.n', pero el no esperar fue bueno no? Creo que todos tenemos un instinto asesino por los dursley jaja. Y la verdad.... no te habias preguntado que hacia harry cuando de enfermaba?? Bueno, :P yo sip, por eso puse esa situación... no se aun si habran mas recuerdos de harry... pero aki puse de herm... espero que te haya gustado, jeje ok un besote ^^
Todos los personajes son de Rowling XD Ninguno es mío que quede claro. :P
Ahora A LEER!!! =D
Mi amargo pensadero
Capítulo 4
Un haz de luz entró por la ventana de la habitación dándole en el rostro a quien dormía tranquilamente en una de las camas. Allí estaba, con los ojos cerrados, sin anteojos. Un brazo arriba de su cabeza y otro sobre su plano abdomen.
Fue abriendo los ojos lentamente y los cerró de nuevo por la molestia de la luz en ellos. Bostezó abiertamente y se levantó. No había nadie en la habitación, todos habían bajado ya a desayunar. Hasta Ron.
"Extraño" pensó Harry sonriendo.
Se dio una ducha. Pudo tomarse todo el tiempo que quiso, pues era fin de semana. Mientras tomaba la toalla no pudo evitar recordar lo que había visto el día anterior. La verdad sentía como si todo lo que había en el pensadero lo hubiera vivido nuevamente. Una puntada de tristeza en el pecho desvaneció el buen humor con el que se había levantado.
Cuando terminó de asearse bajó al Gran Comedor. Allí, sentados, hablando, estaban Ron y Hermione. Se acercó a ellos.
- Buenos días, chicos.
- Buenos días- lo saludó Hermione la cual se puso de pie y le dio un beso en la mejilla.
- Hola, Harry- lo saludó Ron esta vez.
Como lo habían hecho la vez anterior, no comentaron nada sobre los recuerdos de Harry. El desayuno transcurrió normalmente. Luego, en la tarde, salieron a caminar por las afueras del castillo.
El día estaba perfecto. Ni muy caluroso, ni muy frío. Pasearon sin hablar, hasta que Hermione rompió el silencio.
- Y bien... ¿Esta noche vamos a...?
- Sí- contestó Harry sabiendo a qué se refería.
- Pues...- continuó Ron- ¿Quién de los dos, Herm, va a ser el primero?
- Yo- contestó con decisión sonriéndole a su amigo con pecas.
- Está bien- aceptó él.
Silencio otra vez.
- Harry...- susurró Hermione.
- ¿Sí?- contestó desviando la vista hacia sus ojos.
Hermione calló por un momento, pensando.
- Nada- dijo finalmente.
Harry se encongió de hombros, mientras Hermione le pasaba un brazo por la cintura al chico de anteojos. Él le pasó el brazo por los hombros, sonriendo, pero sin dejar de notar el cosquilleo que sentía en el estómago.
- ¡Hey! ¡Yo también quiero abrazos!- dijo Ron riendo.
Y así los tres caminaron hacia el castillo abrazados como buenos amigos que eran.
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Aquella noche Hermione no pudo dejar de sentir nerviosismo por lo que iba a hacer momentos después. La que menos había hablado de su vida y sus padres, era ella. Quizás por el hecho de que eran muggles, y no encajarían muy bien en sus conversaciones. Quién sabe. Ahora sus dos mejores amigos la conocerían bien, sabrían cómo había sido realmente su vida.
Fue hacia el baño de la habitación y se mojó la cara para relajarse un poco.
- Son tus mejores amigos, tranquilízate- se dijo a sí misma. Pero las palabras no sirvieron de nada.
Horas antes Harry y Ron la habían dejado sola para que pusiera sus recuerdos en el pensadero. Lo había llevado a la habitación de las chicas y esa tarde se dedicó a rememorar eventos pasados de su vida.
Vio la hora. Faltaban cinco minutos para la medianoche. Los dos chicos debían de estar esperándola ya. Tomó el pensadero y bajó las escaleras. Efectivamente allí estaban, sentados, conversando animadamente, pero en silencio. Si algún otro prefecto descubría que estaban despiertos, no se librarían de alguna detención.
- Hola- dijo ella simplemente para llamar su atención.
Ellos sólo sonrieron.
- ¿Lista?- preguntó Ron.
- Sí, eso creo.
- Bueno, debo admitir que tengo curiosidad- confesó Harry.
- Pues, entonces no perdamos tiempo- le contestó ella.
- Está bien.
Ella dejó el posillo de piedra sobre la mesa. Los tres se acercaron a él.
- Herm, ¿estás segura?- dijo Harry de repente- Si no quieres...
- Sí quiero Harry. Son mis amigos, debo confiar en ustedes, ¿no es cierto?
Él asintió.
- Ok, entonces... vamos- apuró Ron.
Después de realizar el procedimiento que habían hecho la noche anterior, el trío llegó a un lugar poco conocido para Harry y Ron. La casa de Hermione.
Era muy linda, la verdad. Había muchos cuadros sobre las paredes, los cuales adornaban y le daban un estilo único al lugar.
Había muebles de madera brillante y oscura y el comedor era bastante grande. La mesa tenía un gran florero con girasoles en medio de ella. Era una hermosa y acogedora casa muggle.
Los chicos recorrieron la casa con curiosidad (sobretodo Ron), pero Hermione no se molestó en hacerlo. Conocía demasiado bien aquel lugar como para explorarlo una vez más. Aunque las cosas estuvieran distintas, seguía siendo el mismo hogar de siempre.
- ¿Esta... eres tú?- interrumpió sus pensamientos Ron, quien sostenía en sus manos un marco de foto.
Harry se acercó a su amigo, vio la foto y sonrió.
Una niña de unos 5 años con el cabello largo y lleno de dóciles rizos, estaba sentada en el jardín de la misma casa. Tenía una muñeca y la miraba ensimismada con sus enormes ojos color avellana.
- Eras muy linda...- dijo Harry sin pensar, luego analizó lo dicho-Es decir... yo... no quise decir que no seas linda ahora, sino que... yo... es decir, no quise...
- Está bien, Harry. Comprendo- dijo ella divertida.
Ella se acercó donde sus amigos y al ser más pequeña que ellos, se puso en puntitas de pie para observarse a sí misma en la fotografía.
- Era mi primera muñeca. La adoraba.
- ¿Qué edad tenías?- preguntó el pelirrojo.
- Estaba a punto de cumplir los cinco. Lo recuerdo bien, porque aquel día mis padres me dijeron que me darían el regalo de cumpleaños por adelantado.
Unos pasos interrumpieron la conversación.
- Está bien - una mujer de unos 28 años apareció por las escaleras. Por sus facciones y su cabello, supieron de inmediato que era la madre de Hermione- Hoy llegaremos tarde. No nos esperes y hazla dormir antes de las nueve, ¿está bien?
- ¿No deberían respetar los horarios los pacientes?- dijo una mujer bastante mayor con el cabello blanco y rizado que bajó tras ella- Ya pasó tu hora de trabajo. Hermione debe ver a su madre de vez en cuando, ¿no?
- Mamá, es una emergencia. Tú sabes.
La mujer mayor asintió a regañadientes.
- Entonces, no hagas esperar a tu marido.
- Gracias, mamá- dijo dándole un beso en la mejilla, poniéndose una chaqueta y saliendo por la puerta. (N/A: por donde mas podria salir? XD)
- Una emergencia...- suspiró la mujer antes de subir nuevamente.
Hermione le señaló a Harry y Ron que la siguieran, así que los tres subieron las escaleras viendo cómo la mujer entraba a la habitación de la derecha. Ellos entraron a la habitación contraria, la de la izquierda.
- Es mi abuela- dijo Hermione a sus amigos cuando cerraron la puerta del cuarto- Bueno... era mi abuela.
Silencio.
-¿Murió?- preguntó Harry cuidadosamente.
- Sí- contestó Hermione mirando al piso, luego levantó la cabeza- Bueno... eso demuestra que no me conocen nada- dijo ahora sonriendo.
- Bueno... nunca nos contaste nada- se defendió Ron.
- Y ustedes nunca se interesaron en que les contara- le respondió a Ron- Es igual, sólo...
Hermione se detuvo al ver que Harry ya no estaba a su lado, así que se volteó.
Él estaba de espaldas. Se había acercado a la cama de la habitación y miraba a quien se encontraba en ella. Ron y Hermione fueron a su lado. Allí, durmiendo profundamente, estaba la pequeña Hermione.
- Herm... eres tú...- le dijo Ron.
- No me digas Ron- bromeó ella.
Ron sólo negó con la cabeza y continuó mirando a la hermosa niña que descansaba frente a él.
- Cada vez que mi madre tenía una emergencia, le advertía a mi abuela que me durmiera antes de las nueve, pero cuando ella se iba generalmente ya estaba dormida.
- ¿Es que no se despedía de ti?- preguntó el pelirrojo.
- No que yo recuerde. Salía demasiado apresurada.
- ¿Y tu padre?
- Él llegaba mucho más tarde, se encargaba de la Clínica Odontológica. Así que debía dejar todo en orden antes de venir a casa.
- Oh...
- Bueno... ¿les parece si bajamos? Creo que hasta que mi "otro yo" no despierte nada ocurrirá. ¿Les parece bien?
- Sí- dijo Ron.
- ¿Harry?
Pero Harry no contestaba.
- ¿Harry? Haryyyyy...
Estaba ensimismado mirando a la pequeña Hermione. Era hermosa. Sus rizos se extendían sobre la suave almohada. Sus mejillas sonrosadas lucían bajo la tenue luz de la habitación. Su pecho subía y bajaba lentamente. Se preguntó si Hermione seguiría siendo tan hermosa al dormir.
- ¡Harry!
- ¿Ah? ¿Qué?- preguntó reaccionando- ¿Por qué gritas, Hermione?
- No contestabas...
- Ah... ehh... lo siento...
- Le decía a Ron por qué no bajábamos un momento hasta...
Pero la pequeña comenzó a despertar interrumpiendo las palabras de la chica. Abrió los ojos y buscó a su muñeca rápidamente. Cuando la encontró la abrazó.
- ¡Mamá!- gritó, no muy fuerte- ¡Mamá!
Alguien abrió la puerta. Era la abuela de Hermione.
- Hermione, mamá no está. Tuvo una emergencia.
- ¿Otra emergencia?
- Sí- dijo ella sentándose en su cama- Pero yo estoy aquí, ¿necesitas algo, linda?
- No abuela, gracias. Sólo... sólo quería... estar con mi mamá. Es todo.
- Oh... bueno, en ese caso, te dejo... que duermas bien.
La mujer le besó la frente y salió cerrando despacio la puerta. La pequeña suspiró.
- Otra emergencia... ¡otra más! Malditos pacientes...
Harry y Ron no podía creer que Hermione estuviera maldiciendo a los 5 años. Hermione lo notó.
- Era... algo precoz...- dijo ella.
- Ya veo...- dijo Ron algo divertido.
- ¿Por qué mi mamá no está aquí, conmigo? Si yo también tengo una emergencia ella no va a poder ayudarme...- decía la pequeña inocentemente.
La diversión de Ron se había terminado. La niña había comenzado a llorar. Le hacía falta su madre.
La puerta se abrió nuevamente, pero esta vez de golpe.
- ¿Qué pasa, Hermione? ¿Qué tienes?
- Abuela... extraño... a mi... mamá- decía entre sollozos.
- Lo sé, cariño. Lo sé...- decía ella acariciándole la cabeza.
- ¿Y dónde esta papá?
- Con tu madre...
- Lo sabía- dijo la pequeña amargamente.
La mujer abrazó a su nieta y ella lloró en sus brazos...
Un golpe detrás de ellos los distrajo de la escena. Hermione había salido de la habitación rápidamente. Ron y Harry salieron tras ella.
- Herm... ve más despacio.
Pero ella ya había salido al jardín trasero de su casa. La noche estaba estrellada y la Luna menguaba. Estaba hermosa.
Pudieron ver que Hermione se había detenido y se había sentado sobre el pasto. Harry y Ron se sentaron también, cada uno a su lado.
- Ya no podía seguir viendo eso...- dijo ella de pronto. Estaba llorando silenciosamente, sin embargo, su voz no la delataba.
- Hermione...- susurró Harry- Yo...- no sabía qué decir ni cómo consolarla.
Sólo se quedó mirando su rostro mientras Ron la abrazaba. Él hizo lo mismo. Esa era la mejor cura para su llanto.
- Herm... si quieres podemos...- comenzó Ron esta vez, después del abrazo.
- No- dijo tajante- Sabía que sería difícil, y además no sé por qué lloro. Otra personas han sufrido más que yo.
Miró a Harry.
- Es mejor no tener nunca padres que perderlos cuando ya los tuviste... Supongo que eso te ocurrió, ¿no?- dijo él en un tono casi inaudible.
- Sí- dijo Hermione- Recuerdo cuando me ponían atención, yo era... importante... yo...
- Creo que será mejor que sigamos- dijo Harry interrumpiendo. Sentía, de alguna forma, que a Hermione le incomodaba hablar del tema. Ella lo miró agradecida.
- Vamos...
El próximo recuerdo se situaba en la misma habitación de momentos atrás. El cuarto de Hermione estaba ahora decorado con libros... muchos libros que llenaban el escritorio que se encontraba a un lado de su cama. Sentada en él, estaba la muchacha, leyendo atentamente un libro que, por lo que pudieron notar, tenía más de 500 páginas.
- La diferencia entre ambos reinos es más difícil de establecer...- leía en voz alta la niña que ahora debía tener unos 8 o 9 años-... cuando se trata de seres de estructura muy sencilla. Una tercera opinión que hoy cuenta con muchos adherentes... ¿adherentes?
- Creo que ya sé la causa de tu forma de ser, Hermione- dijo Ron riendo.
- Adherentes... adherentes- la niña buscaba en el diccionario la palabra- ¡Adherente! Aquí está...
- ¿Hermione?- un hombre había entrado por la puerta tras ella.
Era alto, con el pelo castaño y los ojos azules.
- ¿Sí, papá?
- ¿Necesitas algo? Si quieres puedes descansar un momento...
- ¡Nick!- una voz femenina se escuchó tras él, la madre de Hermione- ¡Nick! Deja a Hermione estudiar en paz. Debe estar aplicada para entrar a esa escuela. El examen es la próxima semana.
- Pero, Lucy...
- Nada de peros. Es la mejor escuela del país y no desperdiciaremos una oportunidad como esta.
- Oh... está bien...
Los dos se fueron de la habitación dejando a Hermione sola otra vez. Ella suspiró, miró por la ventana un momento y siguió leyendo.
- Siempre tuve miedo de la reacción que podría tener mi madre si fallaba en algo- dijo la Hermione real a sus amigos- Recuerdo que ni siquiera me pidió mi opinión sobre entrar a esa escuela.
- Pues, no es del todo malo, ¿no es así?- dijo Ron- Quiero decir que... eso te hizo ser más responsable, más...
- Creo que de todos modos lo habría sido. Mi padre también es un hombre responsable, inteligente, sacaba las mejores notas en la escuela, pero... como pudieron ver, él nunca me obligó a nada. No importaba que no fuera la mejor, no importaba que no estudiara todo el día o que no entrara a la mejor escuela del país. Él siempre me querría. En cambio, mi madre...
- Lo sabemos, Herm- dijo Harry- Lo vimos... Lo... lo siento mucho- fue lo que atinó a decir.
Ella le sonrió.
De pronto una fuerza los tomó por completo, el pensadero hacía su trabajo. Después de unas cuantas vueltas viendo formas y colores poco nítidos (cosa que los mareó), llegaron a un lugar completamente distinto a los anteriores.
Era una enorme sala vacía, sin muebles ni sillas. No había nada de nada. Tenía unos grandes ventanales que le daban paso a la hermosa luz de la mañana que alumbraba y hacía brillar el piso de madera.
La pared contraria a los ventanales estaba hecha de un inmenso espejo que la cubría por completo. Parecía una sala de baile, o algo así.
- Una sala de ballet- aclaró Hermione.
- ¿Ballet?- preguntó Ron.
- Sí... la verdad este pensamiento no es muy antiguo.
- ¿Ballet?- preguntó el pelirrojo nuevamente sin poderlo creer.
- Sí, Ron...
- Herm, ¿practicas ballet?- le preguntó Harry esta vez.
- Exacto.
De pronto una chica de 15 años entro por una puerta en la esquina del cuarto. Era Hermione misma. Estaba igual que la Hermione real. Pero aunque fuera así, Harry no pudo dejar de mirar lo hermosa que se veía con lo que llevaba. Estaba vestida como todas las bailarinas de ballet, excepto por el tutú, en vez de él sólo traía puesto una especie de falda con trozos de tela colgando, los cuales flotaban tras ella cuando se movía. (N/A: espero haberlo explicado bien =p) Estaba vestida completamente de blanco y llevaba el cabello recogido en un moño parecido al que llevaba en el baile de cuarto curso. También llevaba zapatos de ballet.
- Te ves muy linda, Herm- le dijo Ron sonrojado- Quiero decir... te veías. Esto ya pasó, ¿no? Me refiero a que estabas más linda de lo normal.
- Es cierto- dijo Harry sin dejar de mirar a la Hermione del pensadero.
La muchacha se había puesto de pie delante del espejo y se miró de arriba a abajo. Luego levantó los brazos lentamente, los mantuvo arriba unos segundos, y luego los bajó con delicadeza.
- Espero lograrlo hoy- dijo en voz baja, pero el trío pudo escucharla bien.
De pronto otra puerta, distinta a la puerta por la que había entrado Hermione, se abrió.
Una mujer de unos 35 años, delgada, también con el pelo recogido, entró a la sala y saludó a Hermione alegremente. Dejó su bolso en una esquina y se dirigió a su alumna.
- ¿Ya calentaste?
- Aún no. Lo siento...
- No te preocupes, sé que llegaste hace poco.
Hermione sonrió.
- Bueno, entonces... ¡qué estamos esperando!- dijo la mujer alegre- ¡A trabajar!
Hermione se dirigió a la barra que abarcaba toda la sala y que se encontraba bajo la ventana. Puso un pie sobre ella con la pierna completamente estirada y bajó su cuerpo hasta agarrar por completo su pie con las manos. Tenía una elongación increíble. Luego hizo lo mismo con el otro pie.
Después de ese ejercicio se apegó más a la barra, tocándola con su estómago y puso el pie sobre ella nuevamente, pero esta vez de lado. Ladeó su cuerpo, hacia un lado tocando su pie y luego hacia otro.
- Recuerda, mantén las rodillas rectas.
Luego de un rato de hacer el mismo ejercicio, la profesora habló:
- Bueno, es hora de que empecemos con el ensayo, ¿te parece, Hermione?
- Por supuesto.
La mujer se dirigió a su bolso y empezó a buscar algo, mientras la chica se apoyaba en la barra.
- ¿Eres su única alumna?- preguntó Ron de pronto a la Hermione junto a él.
- Bueno... sí. A mí me hace clases personales. Mi madre...
Pero no pudo continuar porque la profesora habló:
- ¿Cuál es tu canción Hermione? Lo siento, la olvidé.
- "Para Elisa" de Beethoven, profesora.
- Ah, sí. Ya recuerdo.
La mujer sacó un CD y lo puso en un equipo de sonido que estaba en un rincón de la habitación.
- ¿Qué es esa cosa?- le preguntó Ron a Harry. No tenía idea que era un CD y menos un equipo de sonido.
- Cosas muggles. Después te explico.
La verdad Harry no quería perderse ninguno de los movimientos que la Hermione del pensadero iba a realizar.
La música comenzó a sonar y la profesora se dirigió a Hermione para indicarle todo.
La muchacha comenzó a moverse con una delicadeza increíble. Realmente parecía una ángel, según la opinión de Harry. La luz del sol entraba por los ventanales y le daba por completo en el cuerpo, lo que la hacía ver más hermosa aún.
Levantó su pierna y casi llegó a tocar su cabeza con ella.
- Practico ballet desde los 6- le dijo Hermione al oído a Harry.
La mujer rodeaba a Hermione viendo sus movimientos y tratando de ayudarla en sus equivocaciones.
- ¡Más arriba! ¡Tú sabes que puedes!- la animaba- Ahora viene el giro, concéntrate...
Hermione cerró los ojos y los apretó con fuerza. Hizo un estupendo giro, pero al final...
- ¡Auch!- exclamó ella desde el suelo.
- Hermione, ¿estás bien?- preguntó la mujer, acercándose a su alumna, la cual se había caído justo al final del giro.
- Me duele el tobillo- dijo ella con los ojos apretados por el dolor.
- Bueno, tu giro está mejorando, pero... a ver... déjame ver...- dijo la mujer viendo el pie de la chica.
Le desató la pequeña zapatilla de ballet y se la sacó. Tomó el pie de Hermione y lo examinó.
- Muévelo en círculos- le ordenó.
- ¡Ay! ¡Me duele mucho!
- Creo que te lo dislocaste... Lo dejamos hasta aquí por hoy, ¿está bien?
- Pero...- la profesora la miró con un dejo de severidad en los ojos- está bien.
- Espero que te recuperes pronto. Sé que podrás hacer el giro cuando vuelvas a clases - la profesora le guiñó un ojo y se retiró.
Hermione se quedó sola allí, en medio del salón. Tocó su tobillo. Le dolía muchísimo. Se puso de pie con dificultad y se dirigió a la puerta por la que había entrado desde un principio, pero alguien entró repentinamente a la sala.
- ¡Hermione!- la voz de la madre de Hermione hizo eco en la gran habitación.
Hermione se volteó lentamente, con un dejo de miedo en el rostro.
- ¿Por qué estabas asustada?- le preguntó Harry a la Hermione junto a él.
Ella le hizo una seña de silencio y le indicó seguir escuchando.
- ¡Cómo que te dislocaste el tobillo! ¡Pero si....!
- Sí, mamá me disloqué el tobillo- dijo la chica tranquilamente, le costaba mantenerse en pie- Creo que...
- No me digas que no vas a participar en la presentación. ¡Debías conseguir el papel principal, hija! Yo...
- ¿Tú qué, mamá?- dijo Hermione esta vez levantando la voz- ¿Alguna vez TÚ te has preguntado si YO quería conseguir ese papel?
- Pero, Hermione...
- No tienes excusa, mamá...¡Estoy harta de hacer todo lo que tú quieres que haga! ¡Tengo 15 años! ¿No crees que ya puedo tomar mis propias decisiones?
Hermione parecía cada vez más enojada con su madre.
- Hija...- murmuró sorprendida.
- ¡Se acabó, mamá! ¡Ya no lo soporto más! ¡La hija perfecta se esfumó!
La mujer se adelantó para abrazarla.
- ¡Suéltame!- gritó Hermione safándose de los brazos de su madre.
Eso fue la gota que colmó el vaso.
- ¡Sólo quiero lo mejor para ti! ¡Nada más que eso! ¡Hermione, escúchame!
Hermione ya salía de la habitación a paso rápido, con dificultad por el pie herido. Harry y Ron jamás habían visto a Hermione en tal arranque de ira.
- ¡Eres mi hija y me debes respeto!
- Pues creo que el respeto debería ser mutuo... Si quieres lo mejor para mí, entonces... ¡aléjate!
Esa había sido su última palabra. La chica cerró la puerta de golpe. La madre de Hermione se quedó de pie allí, sola. Suspiró y se sentó un momento.
- Creo que tiene razón...- suspiró la mujer.
El trío se dirigió hacia la puerta en busca de la Hermione que había salido hecha una furia.
Se encontraron en los vestuarios con ella, estaba llorando...
- Ya no la soporto... - decía mientras las lágrimas caían por sus mejillas...
- Creo que ya no quiero ver esto, chicos- dijo de pronto la Hermione real- ¿Podemos...?
- Claro- contestó Harry, aunque sentía curiosidad por ver lo que seguía.
Ron asintió y los recuerdos quedaron atrás dejando paso a la realidad de la sala común de Gryffindor.
- Uff...- Ron se sentó de golpe en uno de los sillones- Estoy cansado...
- ¿Cansado?- le preguntó Harry- ¿De qué?
- No lo sé- contestó bostezando- Hey, Hermione. La verdad, nunca imaginé que bailabas ballet...
- Ni yo- comentó Harry- Pero bailas... muy... bien...
- Gracias- dijo ella cabizbaja.
- ¿Estás bien, Herm?
Harry se sentó a su lado.
- Creo que ver todo eso en una noche fue... quizás muy... muy...
- No te preocupes- Harry la aprisionó en sus fuertes brazos y le besó la mejilla.
- Creo que ya saben por qué siempre deseo ser la mejor en todo... Es sólo que yo...
- ¿Qué paso después, Herm?- preguntó Ron.
- Bueno... no hablé con mi madre por semanas. Aún siento rencor hacia ella...
- Me imagino- declaró Ron asintiendo.
- Creo que es mejor ir a dormir.
- Sí...
Y los tres se dirigieron a sus habitaciones lentamente, mientras un pelirrojo no podía dejar de pensar...
"Mañana es mi turno..."
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Lo se!!! El final es un asco!!!!!!!! Aunque ocupe 19 páginas (es mucho para lo que yo escribo que son como 9 paginas generalmente) T.T Sorry! Siento que pude haberlo hecho mejor... ojala no los haya defraudado con esta continuación.. =(
Bueno, espero que les haya gustado, después de todo =D
Ahora, A CONTESTAR REVIEWS! ^^
LUNA PAOLA MALFOY: Muchas gracias, realmente me alegra que te guste. Y me halagas ^^ ... Gracias por tus comentarios, realmente me suben el animo ^^. Si que son malos sus tios, cierto? U.U Mueran los dursley!!!! XDDDD Que bien que te este gustando, gracias por leer el fic... espero que este cap. Tb te guste ^^ muchos besos...
CRISTAL MELODY: jeje, lo siento n.n', pero el no esperar fue bueno no? Creo que todos tenemos un instinto asesino por los dursley jaja. Y la verdad.... no te habias preguntado que hacia harry cuando de enfermaba?? Bueno, :P yo sip, por eso puse esa situación... no se aun si habran mas recuerdos de harry... pero aki puse de herm... espero que te haya gustado, jeje ok un besote ^^
