Contestación reviews al final ^^
Todos los personajes son de Rowling XD Ninguno es mío que quede claro. :P
Ahora A LEER!!! =D
Mi amargo pensadero
Capítulo 5
Esa noche Ron no pudo dormir tranquilo sabiendo lo que le esperaba al día siguiente.
Era tan difícil.
Aunque Hermione y Harry fueran sus mejores amigos le costaba abrirse a ellos. Le costaba y lo avergonzaba, al mismo tiempo, porque aunque él no conociera casi nada del mundo muggle no le era difícil diferenciar entre una familia adinerada y otra que no lo era. Y por lo que había visto sus dos amigos nunca carecieron de nada. No como él.
Entre pensamiento y pensamiento el pelirrojo no podía conciliar el sueño. Cuando por fin logró dormirse habían pasado horas y el viento susurraba en la ventana.
**************************************************************************** *
Cuando despertó a la mañana siguiente con la inquietud impregnada en el rostro, no había nadie en la habitación más que él, sin embargo, escuchaba agua correr en el baño. Se puso de pie y fue hacia la puerta, tocó dos veces y habló:
- ¿Harry?
Efectivamente era Harry quién estaba allí.
- Ya salgo, Ron. Me quedé dormido. (n/a: A kien no le gustaría esta en ese baño!!!!!!!!! jeje *n*)
- Está bien- contestó sin ganas.
Lo que le faltaba: llegar tarde a clases aquel día.
**************************************************************************** *
Harry dejaba caer el agua caliente sobre su rostro, lo que lo relajaba mucho. Eealmente era lo que necesitaba.
Esos días habían sido duros para Hermione y él y hoy lo serían también para Ron. Habían revivido momentos dolorosos, era casi como experimentarlos de nuevo, y, la verdad... no era fácil.
Se detuvo en el nombre de su amiga, y desde ese momento no pudo dejar de pensar en lo que había presenciado el día anterior. Hermione se había sincerado ante ellos como él mismo lo había hecho días atrás. Y, verdaderamente, nunca había pensado, ni se había imaginado, ni había tratado de averiguar cómo había sido la infancia de ella.
De pronto se sintió culpable. Eso era lo que hacían los amigos, ¿no?
Salió de la ducha y siguió pensando en ello, sin tomar en cuenta en cómo avanzaba peligrosamente el reloj y que se le hacía cada vez más tarde.
Comenzó a vestirse y su mente le hizo rememorar la situación ocurrida la noche anterior. Hermione llorando en sus brazos... Y ver todos esos recuerdos que, a pesar de que no eran tan graves ni traumáticos como los suyos, la hacían realmente susceptible.
En aquel minuto cuando la tuvo entre sus brazos, sintió como si la pequeña Hermione que había estado durmiendo en la habitación del piso de arriba, se hubiera trasladado y hubiera llegado a recibir ese cálido abrazo que le habían ofrecido. La sintió tan inocente y vulnerable que pensó que podría abrazarla así para siempre, que la protegería siempre de aquellos momentos del pasado que habían vuelto a atormentarla esa noche.
Se encontró recordando la sensación que tuvo al sentir a Hermione sobre su cuerpo y sacudió la cabeza en un intento de sacar esos pensamientos de su mente. No podía estar pensando eso de ella.
- Quizás te afectó verla tan débil en ese momento- se dijo, aunque no se convenció del todo.
Su mente se había echado a volar y no había asimilado lo que estaba pensando. Eso era todo.
Salió del baño completamente vestido y con el cabello húmedo. Ron lo miró con cara de pocos amigos.
- Creí que ya no saldrías hasta el año que viene- y se metió de inmediato al baño.
- Lo siento- se disculpó Harry gritando a través de la puerta.
Cuando Ron estuvo listo bajaron de inmediato las escaleras y corrieron hasta el Gran Salón para corroborar si quedaba algún resto de desayuno, pero por la hora que era, quizás lo intentaban en vano.
Cuando iban cruzando el vestíbulo una voz femenina los llamó. Hermione estaba en el borde de la escalera de mármol, con cara de impaciencia y con un bulto en las manos.
Subieron rápidamente hacia donde se encontraba.
- Bueno, nos quedamos sin desayuno...- se resignó Harry.
- No estés tan seguro- señaló Hermione entregándoles el paquete.
- ¡Tostadas!- gritó Ron emocionado- ¡Gracias, Herm!
Después de saciar el hambre, Harry y Ron se dirigieron con Hermione al aula.
Primera clase: Encantamientos.
Llegaron al aula de Flitwick y se sentaron, esperando que llegara el pequeño profesor.
Ninguno de los tres amigos puso mucha atención a la clase, sus mentes vagaban por los rincones de sus pensamientos, recordando cómo había ocurrido todo aquello... cómo había llegado la idea del pensadero a ellos.
Hermione aún se sentía triste y aunque trataba de no recordar, las imágenes de su infancia llegaban a su mente. Más bien, llegaban a ella las sensaciones, aún más que las imágenes... podía sentir de nuevo esa angustia en el alma de la pequeña niña que había sido. Pero además de eso... otra situación la tenía desorientada... intrigada y preocupada. Resumiendo en una palabra: Harry.
Sus amigos se percataron de la poca atención que Hermione ponía a la clase... y había que admitir que eso pasaba muy pocas veces.
Cuando la clase acabó salieron en silencio. Sabían que las cosas estaban cambiando entre ellos. Su amistad se fortalecía, pero a cambio de un doloroso precio.
- Herm... ¿te encuentras bien?- preguntó de pronto Ron mirando a su cabizbaja amiga mientras se dirigían a las afueras del castillo.
- ¿Eh? ¿Qué?... ¡Oh! Lo siento... ando algo... distraída... ¿Qué habías dicho?
- Te preguntó si te encontrabas bien- recalcó Harry con un dejo de preocupación.
- Sí... por supuesto... yo estoy... bien...
Harry y Ron por supuesto no creyeron ni una palabra. Se miraron preocupados.
- Oigan... ¡no se miren así! No ocurre nada... sólo... ¿es que no puedo tener un momento de angustia? No siempre estoy feliz, ¿saben?
Harry miró el piso... ese era otro indicio de la poca preocupación que Ron y él habían tenido por su mejor amiga. Quizás ni siquiera la conocieran como ellos creían.
- Hey... ya basta conmigo. No se pongan así. No quiero que seamos el trío depresivo, ¿está bien?
Harry sintió cómo la suave mano de Hermione tocaba su barbilla para levantarle el rostro. Pudo ver que, a su lado, Ron había adoptado una posición similar a la suya. Era probable que también lo mismo hubiera cruzado por la mente del pelirrojo.
- Lo siento- se disculpó Harry. Y como si Hermione supiera de pies a cabeza de lo que estaba hablando, asintió con una comprensiva sonrisa.
Ese día los tres amigos no hablaron nada sobre el tema principal que los aquejaba. Esa sería la última noche del pensadero y habían tratado de omitir cualquier comentario sobre ello, sin saber siquiera por qué lo hacían.
**************************************************************************** *
Era pasada la medianoche.
Mientras Ron se encontraba solo en la habitación plasmando sus recuerdos en el pensadero, Harry y Hermione se encontraban completamente solos en la sala común esperándolo.
El silencio era sepulcral. El par sólo se miraba a momentos y se lanzaba sonrisas nerviosas. Pero una duda en común pasaba por sus aturdidas mentes. ¿Por qué después de tantos años haciendo lo mismo, sentándose en quizás los mismos sillones de la sala común, y estando solos como a menudo hacían, se sentían extremadamente nerviosos?
Después de unos segundos más de tensión Ron apareció por las escaleras con el pensadero entre sus manos.
- Ya he terminado- dijo con un lúgubre tono de voz.
Harry dio gracias porque su amigo había finalizado su tarea ya.
El pelirrojo se acercó a ellos sin un atisbo de sonrisa en su rostro, y luego dejó el instrumento en la mesa.
- ¿Estás listo?- preguntó Hermione con delicadeza.
Ron suspiró como intentando convencerse.
- Sí, lo estoy.
- Entonces... hagámoslo- susurró Harry.
Los tres, ya acostumbrados a lo que venía después de aquellas palabras se acercaron al pensadero sigilosamente.
Sin embargo, tenían un leve miedo. Hermione no deseaba ver cosas tan horribles como las que había visto en los recuerdos de su amigo de ojos verdes, y no sabía si en los pensamientos de Ron las habrían.
Harry, por otra parte, sabía cómo debía de sentirse Ron con todo esto. Sabía lo avergonzado que estaría que vieran cómo había sido su vida. Y aunque a él le importara en lo más mínimo, sabía que odiaba que vieran lo pobre que era.
Y Ron... Ron ya no pensaba en nada, sólo quería que aquello terminara rápido. Que todo volviera a ser como era antes... Aunque sabía bien que no sería así.
Y sin esperar ni un segundo más, desaparecieron de la sala común de Gryffindor.
**************************************************************************** *
- ¡Auch!- exclamó Harry al caer bruscamente en el suelo de madera de aquella casa que conocía tan bien.
Levantó la mirada y la vio por completo: la querida Madriguera.
Ron le tendió una mano para que pudiera ponerse de pie y él la cogió. La mayor parte de la vitalidad de su amigo había desaparecido. Lo notó de inmediato.
Hermione estaba a un lado de Ron mirando con expresión neutra su entorno. Esperando a que pasara algo.
Y Harry vio, ahora bien, la situación de la casa de los Weasley. Casi todo era igual, la posición de las cosas en la casa no había variado en absoluto. Sin embargo, una de las nueve sillas de la cocina de la familia era una silla de bebé.
La sala de estar estaba cubierta por mantas de bebé, biberones, coloridos juguetes. Todo daba la impresión de que en aquella casa abundaban los niños.
Harry miró todo por algunos segundos. Luego unos fuertes pasos que bajaban por la destartalada escalera lo sacaron de sus pensamientos.
- ¡Arthur! ¡ARTHUR!
Esa potente voz femenina era inconfundible.
- ¡¡¡¡¡¡ARTHUR!!!!!!- gritó nuevamente con más fuerza.
- ¡Ya voy, querida! ¡Ya voy!- esta vez la voz era más grave y masculina y provenía desde el segundo piso.
La imagen de una mujer de contextura normal, cabello pelirrojo y delantal apareció a los pies de la escalera.
Harry no podía creer lo joven que se veía la señora Weasley. Realmente era una linda mujer.
De pronto se percató de que traía algo en brazos. Un bulto envuelto en una frazada... un bulto que de un momento a otro comenzó a llorar.
- Ya, bebé... tranquila mi preciosa... tranquila.-la calmaba la señora Weasley.
- Esa es Ginny- comentó Ron interrumpiendo la escena. Hermione y Harry lo miraron y no pudieron evitar sonreír.
Ron miraba de forma soñadora la situación. Luego se puso de pie y se dirigió al lado de su joven madre.
La pequeña bebé comenzaba a calmarse de a poco.
Los dos amigos siguieron a Ron y se instalaron uno a cada lado, mirando al mismo tiempo lo que la señora Weasley traía en los brazos.
Una bebé de escasos cabellos rojizos comenzaba a quedarse dormida. Sus mejillas sonrosadas sobre su blanquecina piel le daban un aspecto de muñeca de porcelana.
- No recordaba lo hermosa que era mi hermana- dijo Ron inconscientemente mirando embelesado a la bebé. (N/A: K TERNURA!!!!! ^O^)
Luego, sacando a Ron de su trance, su padre, Arthur Weasley, bajó agitadamente las mismas escaleras por las que había bajado su esposa.
- Aquí... estoy...
Al parecer el señor Weasley no se quedaba atrás en cuanto a juventud. No estaba calvo, un abundante cabello rojo le cubría la cabeza y sus facciones eran mucho más jóvenes.
- Arthur, necesito que cuides de Ginny. Voy al Callejón Diagon a comprar sus cosas...
- Pero,¿no habías ido la semana pasada, cariño?
- Bueno... la semana pasada no me había alcanzado el dinero para comprarlo todo. Ahí estaba. El primer indicio de pobreza. Ron bajó su cabeza y miró el piso.
- Ahora compraré las cosas que faltan. Por favor... que los gemelos no hagan ninguna travesura, cariño. Y haz que no molesten a Ron, ¿sí? No quiero que llegue de nuevo a acusarlos con las orejas de un conejo. Aquí está el biberón.
- Molly... no puedo prometerte nada.
La señora Weasley lo miró significativamente.
- Pero los mantendré en su lugar, no te preocupes- completó evitando hacerla enojar.
- Está bien. Nos vemos.
Le pasó a la bebé y retirando la lista de las compras que había sobre una mesa cercana, tomó un puñado de Polvos Flu, los echó al fuego y después de gritar su destino, despareció.
El señor Weasley se quedó allí hasta que su esposa ya no era mas que un montón de llamas vacilantes y algunas cenizas.
- ¿Lo ves, Ginny?- se dirigió a la pequeña aunque más parecía que se hablaba a sí mismo- Tú eres la única que calma a tu madre. Esta etapa post- parto le da un genio de los mil demonios- dijo divertido.
Hermione, Harry y Ron rieron. Por lo menos hasta ahora nada muy malo había ocurrido.
- ¡¡¡MAMÁ!!!- gritó una voz aguda desde arriba junto con unos sonidos como de cosas estrellándose con el piso.
Ginny comenzó a llorar de nuevo. Arthur cerró los ojos tratando de calmarse y trató de dormir de nuevo a la niña, pero un nuevo grito se lo impidió.
- ¡¡¡NO!!! ¡¡¡GEORGE, DÉJAME!!!
- ¡NIÑOS! ¡SILENCIO! ¡TRATO DE DORMIR A GINNY!
- ¡¡¡MAMAAAAAÁ!!!- gritó otra vez.
El señor Weasley se dio por vencido. Tomó su varita, hizo un encantamiento silenciador para que Ginny no despertara y se dirigió a paso rápido por las escaleras, dejando a la bebé bien arropada y asegurada con unos cojines en el sillón. Eso tranquilizó a la pequeña.
- Vamos- les indicó Ron a Harry y Hermione.
Los tres subieron las escaleras tras el señor Weasley.
Harry notó que las escaleras bajo sus pies crujían mucho menos que de costumbre...
El señor Weasley murmuraba cosas incomprensibles, pero Harry pudo distinguir las palabras: "niños" y "travesuras", mientras lo seguían a paso rápido.
Llegaron al último rellano de escaleras y entraron en lo que desde siempre, al parecer, había sido la habitación de Ron.
Sin embargo no había ni rastro de los Chuddley Cannons. La decoración era sencilla. La habitación estaba vacía excepto por tres cabezas pelirrojas. Una de ellas atrapada entre las otras dos pequeñas personas, la cual parecía a punto de llorar.
- ¡Fred! ¡George! ¡Dejen a su hermano en paz! ¡AHORA!-gritó el señor Weasley poniendo orden.
- ¡Pero nos robó nuestras escobas de juguete!- lloriquearon falsamente los gemelos.
- ¡Yo no les robé nada!- dijo el pequeño Ron saliendo desde detrás de sus hermanos, con lágrimas corriendo por sus enrojecidas y pecosas mejillas.
Su cabello no había cambiado para nada, seguían tan encendido como siempre, pero las pecas se distinguían más que nunca en su rostro.
- Ven aquí, Ron- dijo su padre. Cuando se acercó lo tomó entre sus brazos y lo consoló.
Harry sintió una puntada de celos en el estómago. Si tan sólo él hubiera recibido esos abrazos y mimos cuando tenía aquella edad...
El señor Weasley regañó una vez más a los gemelos (quienes hicieron muecas de estúpidos dirigidas a Ron cuando se volteó) y bajó con el pequeño en sus brazos.
- Papá...- preguntó Ron con su tierna voz- ¿Puedo yo tener una escoba como la de ellos algún día? Así nunca más dirán que yo les robe las suyas porque...
- Ya veremos Ron. Debemos esperar a que asciendan a papi, ¿eh?
Ron soltó un bufido e intentó safarse de los brazos de su padre. La respuesta no le había gustado en lo absoluto.
Arthur lo dejó en el suelo, no obstante, Ron lo siguió casi corriendo hasta llegar donde había dejado a Ginny y se acostó sobre el sillón, con el estómago hacia abajo y su cabeza apoyada entre sus manos observando a su hermana.
- Es linda, ¿no papi?
- Hermosa.
- Pero, ¿por qué es distinta a nosotros? Tiene una cosa extraña allí abajo. (N/A: xDDDDD!!!!) ¿Crees que olvidaron ponerle...?
Pero el señor Weasley no lo dejó terminar porque soltó una sonora carcajada, para luego dirigirse a su hijo.
El Ron de 15 años estaba sonrojado hasta las orejas mientras observaba la embarazosa situación.
Harry y Hermione sólo sonreían.
- Ella es una niña, Ron. (N/A: Típica conversación. Lo siento, no pude evitarlo xD!)-explicaba el señor Weasley- Ella no tiene lo que tú y tus hermanos tienen porque ustedes son niños. Son distintos. Así se diferencian.
- ¿Y cómo puedo saber que Fred y George no son niñas?
- Ya te lo dije, Ron- continuó el señor Weasley comenzando a impacientarse- Tú eres...
Pero justo en aquel momento apareció la Señora Weasley frente a la chimenea cubierta de hollín y cargada de bolsas.
- Estoy aquí- exclamó apoyando las bolsas sobre la mesa de la cocina.
- ¡Qué rapidez!-comentó el señor Weasley.
- Si demoraba más quién sabe que más habrían hecho los gemelos.
- Bueno, solamente golpearon a Ron.
- ¿Estás bien, cielo?- Preguntó la señora Weasley acercándose a su hijo varón más pequeño.
- Sí, mami, pero le decía a papi si me compraba una escoba de juguete, Fred y George tienen y a mí me gustan y quiero tener una también- concluyó vigorosamente.
- Ya veremos, Ron.
- Pero...
- ¿Por qué no vas a jugar, Ron?
- No quiero. Fred y George me golpearán otra vez.
- Si te golpean los castigamos, cariño- afirmó la señora Weasley.
Ron miró a sus padres y hermana y subió las escaleras de mala gana.
- Síganme- dijo Ron a Harry y Hermione- subamos.
Los tres adolescentes subieron las escaleras, tras el pequeño pelirrojo que murmuraba por lo bajo.
- Ya veremos... ya veremos... siempre es lo mismo.
Ron no dijo nada. Harry y Hermione sólo lo seguían omitiendo cualquier comentario.
Cuando el pequeño llegó a su habitación los gemelos aún seguían ahí. Se encontraban sentados en el piso con sus juguetes.
- Lo sentimos, Ron. Ya las encontramos- dijo al parecer, George señalando las escobas que se encontraban a unos metros de ellos.
- Mamá y papá no quieren comprarme una como esas- comentó el pequeño Ron.
- Ron... no sabemos por qué, pero ellos no pueden comprarnos más juguetes por ahora- dijo ahora Fred- El otro día los escuchamos decirlo.
- ¡Pero yo quiero una escoba!
- ¡Y nosotros queremos varitas! Pero no decimos nada, ¿eh?
Ron se quedó callado cruzando sus pequeños brazos en su pecho.
- No tienen dinero- dijo Fred.
- Esa es la razón- añadió George.
- ¿Por qué siempre todos hablan de esa cosa? ¿Qué tiene de importante el "nidero"?- reclamó Ron.
- No sé... parece que si se lo das a alguien te regala cosas lindas.
- ¿Y por eso no tenemos cosas lindas? ¿Porque no tenemos "nidero"?
- Supongo que sí.
El Ron de quince años no miraba a nadie. Se estaba arrepintiendo de todo. Ya no quería que sus amigos vieran eso. Lo avergonzaba demasiado. Sin embargo, lo hecho, hecho está, y eso ya no podía ser detenido.
De pronto un niño, pelirrojo como todos los miembros de la familia, con anteojos, algo mayor que los gemelos, entró en la habitación con un libro en los brazos.
- ¿Podrían guardar silencio? Trato de leer mi libro de cuentos...
- Cállate Percy- espetó George.
- Sí, eso. Cállate- añadió Fred, sonriendo.
Percy les lanzó una mirada asesina, pero no se fue. Dejó el libro en una mesa y se sentó en la cama de Ron.
- ¿De qué hablaban?
- ¿Por qué quieres saber?- esta vez fue Ron quien lo enfrentó.
Percy se encogió de hombros.
- Mamá y papá están discutiendo allá abajo. Papá dice que mamá compró muchas cosas innecesarias.
- ¿En serio?- dijo Fred emocionado- ¡Pues vamos a ver!
- ¡No!- exclamó el mayor- No es un espectáculo.
Los gemelos se miraron unos segundos.
- ¡El último en llegar es un muggle mugriento!- gritó George.
Y ambos corrieron escaleras abajo a observar la "emocionante" discusión que había abajo.
- Percy... – murmuró Ron- Iba a preguntarle algo a los gemelos. ¿Por qué no tenemos "nidero"?
- ¿"Nidero"? Dinero, Ron.
- Ah, sí, eso. "Direno"
- ¡Dinero!
- ¡Lo que sea! ¿Por qué no tenemos?
- No lo sé- le espetó algo malhumorado (como siempre) Percy y salió dando un portazo.
Ron se quedó sentado en su cama. Bostezó. Se acostó sobre la colcha, agarró su osito de felpa y cerró los ojos, tratando de dormir un rato.
De un momento a otro Harry, Ron y Hermione fueron empujados, sin poder evitarlo, a otro recuerdo del pelirrojo, el cual no quería rememorar nada más.
**************************************************************************** *
Ojala les haya gustado este cap. nuevo de "Mi amargo pensadero" y perdonen la demora .!!!! TT.TT me gusto como quedo este en especial jeje. Para los que deseaban ver la escena en que los gemelos convierten en araña el osito de peluche de ron, no desesperen!!! K ya viene!!!! ;) =D muchos besos y gracias por leer.
Contestación reviews!!!!!!!!
CRISTAL MELODY: Hey friend!! Como estas??! Gracias por dejar review!! Espero que no te haya molestado demasiado la demora. Jeje de to2 modos la infancia de herm es triste (aunk sea un pokito :p) EN todo caso fue el cap, k menos me gusto. :P lo del peluche lo pondre en capitulos mas adelante. El Herm/Harry va de a poco es k hay k tener paciencia jeje =D besitos y gracias. Bye!
ISA: k bueno k te guste el fic y muchas gracias por el cumplido... weno aki tan los recuerdos de ron, ojala te gusten mucho. Lo del peluche viene mas adelante jeje (a petición del publico XD) besitos, bye!
MARLA: espero que te haya gustado el fic... muchas gracias por el review, besos.
AMMYRS: harry es un primor no es asi??? *n* jeje gracias por leer y muchos besos. Oye, cuando continuas tu fic?? Jeje ojala pronto, bye!! Y cariños.
SAGUI: Jje.. algo habia k ponerle a herm no? K bueno k te gusto k bailara, y tienes razon... el final no me gusto, pero vendran otros mejores, ojala este te haya gustado mas. Besitos.
ADY_CHAN: k feliz estoy de que te haya gustado!!! Muchas gracias por el review y espero k este cap, te guste tanto como los otros. Eso es muy cierto. Hay que conocer bien antes de juzgar verdad? ;) ya actualice "pk no te vi antes?" asi k leelo please y me das tu opinión ;) besitos y abrazos. Bye.
ALBA1:jeje , si lo se fui muy cruel (buaaaaaa k mala soy!!! TT.TT) jeje todas deseariamos poder consolar al hermoso de harryto ;) la verdad no se me ocurrio poner eso de los "amigos" de la infancia de herm, kizas haga algo mas adelante pero no es seguro, solo una idea. Aki estan los recuerdos de ron!! Espero que te hayan gustado! ;) besitos.
PAME-LITA: jeje por fin actualice no?? Después de tanto tiempo, pero aki estoy.... ojala te haya gustado el cap. Besos.
ANYT* GRANDCHESTER: eso trato XD....
AKANE WAKASHIMATSU: jeje k bueno k te guste.... es k el H/H tiene algo especial... jaja
Todos los personajes son de Rowling XD Ninguno es mío que quede claro. :P
Ahora A LEER!!! =D
Mi amargo pensadero
Capítulo 5
Esa noche Ron no pudo dormir tranquilo sabiendo lo que le esperaba al día siguiente.
Era tan difícil.
Aunque Hermione y Harry fueran sus mejores amigos le costaba abrirse a ellos. Le costaba y lo avergonzaba, al mismo tiempo, porque aunque él no conociera casi nada del mundo muggle no le era difícil diferenciar entre una familia adinerada y otra que no lo era. Y por lo que había visto sus dos amigos nunca carecieron de nada. No como él.
Entre pensamiento y pensamiento el pelirrojo no podía conciliar el sueño. Cuando por fin logró dormirse habían pasado horas y el viento susurraba en la ventana.
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Cuando despertó a la mañana siguiente con la inquietud impregnada en el rostro, no había nadie en la habitación más que él, sin embargo, escuchaba agua correr en el baño. Se puso de pie y fue hacia la puerta, tocó dos veces y habló:
- ¿Harry?
Efectivamente era Harry quién estaba allí.
- Ya salgo, Ron. Me quedé dormido. (n/a: A kien no le gustaría esta en ese baño!!!!!!!!! jeje *n*)
- Está bien- contestó sin ganas.
Lo que le faltaba: llegar tarde a clases aquel día.
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Harry dejaba caer el agua caliente sobre su rostro, lo que lo relajaba mucho. Eealmente era lo que necesitaba.
Esos días habían sido duros para Hermione y él y hoy lo serían también para Ron. Habían revivido momentos dolorosos, era casi como experimentarlos de nuevo, y, la verdad... no era fácil.
Se detuvo en el nombre de su amiga, y desde ese momento no pudo dejar de pensar en lo que había presenciado el día anterior. Hermione se había sincerado ante ellos como él mismo lo había hecho días atrás. Y, verdaderamente, nunca había pensado, ni se había imaginado, ni había tratado de averiguar cómo había sido la infancia de ella.
De pronto se sintió culpable. Eso era lo que hacían los amigos, ¿no?
Salió de la ducha y siguió pensando en ello, sin tomar en cuenta en cómo avanzaba peligrosamente el reloj y que se le hacía cada vez más tarde.
Comenzó a vestirse y su mente le hizo rememorar la situación ocurrida la noche anterior. Hermione llorando en sus brazos... Y ver todos esos recuerdos que, a pesar de que no eran tan graves ni traumáticos como los suyos, la hacían realmente susceptible.
En aquel minuto cuando la tuvo entre sus brazos, sintió como si la pequeña Hermione que había estado durmiendo en la habitación del piso de arriba, se hubiera trasladado y hubiera llegado a recibir ese cálido abrazo que le habían ofrecido. La sintió tan inocente y vulnerable que pensó que podría abrazarla así para siempre, que la protegería siempre de aquellos momentos del pasado que habían vuelto a atormentarla esa noche.
Se encontró recordando la sensación que tuvo al sentir a Hermione sobre su cuerpo y sacudió la cabeza en un intento de sacar esos pensamientos de su mente. No podía estar pensando eso de ella.
- Quizás te afectó verla tan débil en ese momento- se dijo, aunque no se convenció del todo.
Su mente se había echado a volar y no había asimilado lo que estaba pensando. Eso era todo.
Salió del baño completamente vestido y con el cabello húmedo. Ron lo miró con cara de pocos amigos.
- Creí que ya no saldrías hasta el año que viene- y se metió de inmediato al baño.
- Lo siento- se disculpó Harry gritando a través de la puerta.
Cuando Ron estuvo listo bajaron de inmediato las escaleras y corrieron hasta el Gran Salón para corroborar si quedaba algún resto de desayuno, pero por la hora que era, quizás lo intentaban en vano.
Cuando iban cruzando el vestíbulo una voz femenina los llamó. Hermione estaba en el borde de la escalera de mármol, con cara de impaciencia y con un bulto en las manos.
Subieron rápidamente hacia donde se encontraba.
- Bueno, nos quedamos sin desayuno...- se resignó Harry.
- No estés tan seguro- señaló Hermione entregándoles el paquete.
- ¡Tostadas!- gritó Ron emocionado- ¡Gracias, Herm!
Después de saciar el hambre, Harry y Ron se dirigieron con Hermione al aula.
Primera clase: Encantamientos.
Llegaron al aula de Flitwick y se sentaron, esperando que llegara el pequeño profesor.
Ninguno de los tres amigos puso mucha atención a la clase, sus mentes vagaban por los rincones de sus pensamientos, recordando cómo había ocurrido todo aquello... cómo había llegado la idea del pensadero a ellos.
Hermione aún se sentía triste y aunque trataba de no recordar, las imágenes de su infancia llegaban a su mente. Más bien, llegaban a ella las sensaciones, aún más que las imágenes... podía sentir de nuevo esa angustia en el alma de la pequeña niña que había sido. Pero además de eso... otra situación la tenía desorientada... intrigada y preocupada. Resumiendo en una palabra: Harry.
Sus amigos se percataron de la poca atención que Hermione ponía a la clase... y había que admitir que eso pasaba muy pocas veces.
Cuando la clase acabó salieron en silencio. Sabían que las cosas estaban cambiando entre ellos. Su amistad se fortalecía, pero a cambio de un doloroso precio.
- Herm... ¿te encuentras bien?- preguntó de pronto Ron mirando a su cabizbaja amiga mientras se dirigían a las afueras del castillo.
- ¿Eh? ¿Qué?... ¡Oh! Lo siento... ando algo... distraída... ¿Qué habías dicho?
- Te preguntó si te encontrabas bien- recalcó Harry con un dejo de preocupación.
- Sí... por supuesto... yo estoy... bien...
Harry y Ron por supuesto no creyeron ni una palabra. Se miraron preocupados.
- Oigan... ¡no se miren así! No ocurre nada... sólo... ¿es que no puedo tener un momento de angustia? No siempre estoy feliz, ¿saben?
Harry miró el piso... ese era otro indicio de la poca preocupación que Ron y él habían tenido por su mejor amiga. Quizás ni siquiera la conocieran como ellos creían.
- Hey... ya basta conmigo. No se pongan así. No quiero que seamos el trío depresivo, ¿está bien?
Harry sintió cómo la suave mano de Hermione tocaba su barbilla para levantarle el rostro. Pudo ver que, a su lado, Ron había adoptado una posición similar a la suya. Era probable que también lo mismo hubiera cruzado por la mente del pelirrojo.
- Lo siento- se disculpó Harry. Y como si Hermione supiera de pies a cabeza de lo que estaba hablando, asintió con una comprensiva sonrisa.
Ese día los tres amigos no hablaron nada sobre el tema principal que los aquejaba. Esa sería la última noche del pensadero y habían tratado de omitir cualquier comentario sobre ello, sin saber siquiera por qué lo hacían.
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Era pasada la medianoche.
Mientras Ron se encontraba solo en la habitación plasmando sus recuerdos en el pensadero, Harry y Hermione se encontraban completamente solos en la sala común esperándolo.
El silencio era sepulcral. El par sólo se miraba a momentos y se lanzaba sonrisas nerviosas. Pero una duda en común pasaba por sus aturdidas mentes. ¿Por qué después de tantos años haciendo lo mismo, sentándose en quizás los mismos sillones de la sala común, y estando solos como a menudo hacían, se sentían extremadamente nerviosos?
Después de unos segundos más de tensión Ron apareció por las escaleras con el pensadero entre sus manos.
- Ya he terminado- dijo con un lúgubre tono de voz.
Harry dio gracias porque su amigo había finalizado su tarea ya.
El pelirrojo se acercó a ellos sin un atisbo de sonrisa en su rostro, y luego dejó el instrumento en la mesa.
- ¿Estás listo?- preguntó Hermione con delicadeza.
Ron suspiró como intentando convencerse.
- Sí, lo estoy.
- Entonces... hagámoslo- susurró Harry.
Los tres, ya acostumbrados a lo que venía después de aquellas palabras se acercaron al pensadero sigilosamente.
Sin embargo, tenían un leve miedo. Hermione no deseaba ver cosas tan horribles como las que había visto en los recuerdos de su amigo de ojos verdes, y no sabía si en los pensamientos de Ron las habrían.
Harry, por otra parte, sabía cómo debía de sentirse Ron con todo esto. Sabía lo avergonzado que estaría que vieran cómo había sido su vida. Y aunque a él le importara en lo más mínimo, sabía que odiaba que vieran lo pobre que era.
Y Ron... Ron ya no pensaba en nada, sólo quería que aquello terminara rápido. Que todo volviera a ser como era antes... Aunque sabía bien que no sería así.
Y sin esperar ni un segundo más, desaparecieron de la sala común de Gryffindor.
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- ¡Auch!- exclamó Harry al caer bruscamente en el suelo de madera de aquella casa que conocía tan bien.
Levantó la mirada y la vio por completo: la querida Madriguera.
Ron le tendió una mano para que pudiera ponerse de pie y él la cogió. La mayor parte de la vitalidad de su amigo había desaparecido. Lo notó de inmediato.
Hermione estaba a un lado de Ron mirando con expresión neutra su entorno. Esperando a que pasara algo.
Y Harry vio, ahora bien, la situación de la casa de los Weasley. Casi todo era igual, la posición de las cosas en la casa no había variado en absoluto. Sin embargo, una de las nueve sillas de la cocina de la familia era una silla de bebé.
La sala de estar estaba cubierta por mantas de bebé, biberones, coloridos juguetes. Todo daba la impresión de que en aquella casa abundaban los niños.
Harry miró todo por algunos segundos. Luego unos fuertes pasos que bajaban por la destartalada escalera lo sacaron de sus pensamientos.
- ¡Arthur! ¡ARTHUR!
Esa potente voz femenina era inconfundible.
- ¡¡¡¡¡¡ARTHUR!!!!!!- gritó nuevamente con más fuerza.
- ¡Ya voy, querida! ¡Ya voy!- esta vez la voz era más grave y masculina y provenía desde el segundo piso.
La imagen de una mujer de contextura normal, cabello pelirrojo y delantal apareció a los pies de la escalera.
Harry no podía creer lo joven que se veía la señora Weasley. Realmente era una linda mujer.
De pronto se percató de que traía algo en brazos. Un bulto envuelto en una frazada... un bulto que de un momento a otro comenzó a llorar.
- Ya, bebé... tranquila mi preciosa... tranquila.-la calmaba la señora Weasley.
- Esa es Ginny- comentó Ron interrumpiendo la escena. Hermione y Harry lo miraron y no pudieron evitar sonreír.
Ron miraba de forma soñadora la situación. Luego se puso de pie y se dirigió al lado de su joven madre.
La pequeña bebé comenzaba a calmarse de a poco.
Los dos amigos siguieron a Ron y se instalaron uno a cada lado, mirando al mismo tiempo lo que la señora Weasley traía en los brazos.
Una bebé de escasos cabellos rojizos comenzaba a quedarse dormida. Sus mejillas sonrosadas sobre su blanquecina piel le daban un aspecto de muñeca de porcelana.
- No recordaba lo hermosa que era mi hermana- dijo Ron inconscientemente mirando embelesado a la bebé. (N/A: K TERNURA!!!!! ^O^)
Luego, sacando a Ron de su trance, su padre, Arthur Weasley, bajó agitadamente las mismas escaleras por las que había bajado su esposa.
- Aquí... estoy...
Al parecer el señor Weasley no se quedaba atrás en cuanto a juventud. No estaba calvo, un abundante cabello rojo le cubría la cabeza y sus facciones eran mucho más jóvenes.
- Arthur, necesito que cuides de Ginny. Voy al Callejón Diagon a comprar sus cosas...
- Pero,¿no habías ido la semana pasada, cariño?
- Bueno... la semana pasada no me había alcanzado el dinero para comprarlo todo. Ahí estaba. El primer indicio de pobreza. Ron bajó su cabeza y miró el piso.
- Ahora compraré las cosas que faltan. Por favor... que los gemelos no hagan ninguna travesura, cariño. Y haz que no molesten a Ron, ¿sí? No quiero que llegue de nuevo a acusarlos con las orejas de un conejo. Aquí está el biberón.
- Molly... no puedo prometerte nada.
La señora Weasley lo miró significativamente.
- Pero los mantendré en su lugar, no te preocupes- completó evitando hacerla enojar.
- Está bien. Nos vemos.
Le pasó a la bebé y retirando la lista de las compras que había sobre una mesa cercana, tomó un puñado de Polvos Flu, los echó al fuego y después de gritar su destino, despareció.
El señor Weasley se quedó allí hasta que su esposa ya no era mas que un montón de llamas vacilantes y algunas cenizas.
- ¿Lo ves, Ginny?- se dirigió a la pequeña aunque más parecía que se hablaba a sí mismo- Tú eres la única que calma a tu madre. Esta etapa post- parto le da un genio de los mil demonios- dijo divertido.
Hermione, Harry y Ron rieron. Por lo menos hasta ahora nada muy malo había ocurrido.
- ¡¡¡MAMÁ!!!- gritó una voz aguda desde arriba junto con unos sonidos como de cosas estrellándose con el piso.
Ginny comenzó a llorar de nuevo. Arthur cerró los ojos tratando de calmarse y trató de dormir de nuevo a la niña, pero un nuevo grito se lo impidió.
- ¡¡¡NO!!! ¡¡¡GEORGE, DÉJAME!!!
- ¡NIÑOS! ¡SILENCIO! ¡TRATO DE DORMIR A GINNY!
- ¡¡¡MAMAAAAAÁ!!!- gritó otra vez.
El señor Weasley se dio por vencido. Tomó su varita, hizo un encantamiento silenciador para que Ginny no despertara y se dirigió a paso rápido por las escaleras, dejando a la bebé bien arropada y asegurada con unos cojines en el sillón. Eso tranquilizó a la pequeña.
- Vamos- les indicó Ron a Harry y Hermione.
Los tres subieron las escaleras tras el señor Weasley.
Harry notó que las escaleras bajo sus pies crujían mucho menos que de costumbre...
El señor Weasley murmuraba cosas incomprensibles, pero Harry pudo distinguir las palabras: "niños" y "travesuras", mientras lo seguían a paso rápido.
Llegaron al último rellano de escaleras y entraron en lo que desde siempre, al parecer, había sido la habitación de Ron.
Sin embargo no había ni rastro de los Chuddley Cannons. La decoración era sencilla. La habitación estaba vacía excepto por tres cabezas pelirrojas. Una de ellas atrapada entre las otras dos pequeñas personas, la cual parecía a punto de llorar.
- ¡Fred! ¡George! ¡Dejen a su hermano en paz! ¡AHORA!-gritó el señor Weasley poniendo orden.
- ¡Pero nos robó nuestras escobas de juguete!- lloriquearon falsamente los gemelos.
- ¡Yo no les robé nada!- dijo el pequeño Ron saliendo desde detrás de sus hermanos, con lágrimas corriendo por sus enrojecidas y pecosas mejillas.
Su cabello no había cambiado para nada, seguían tan encendido como siempre, pero las pecas se distinguían más que nunca en su rostro.
- Ven aquí, Ron- dijo su padre. Cuando se acercó lo tomó entre sus brazos y lo consoló.
Harry sintió una puntada de celos en el estómago. Si tan sólo él hubiera recibido esos abrazos y mimos cuando tenía aquella edad...
El señor Weasley regañó una vez más a los gemelos (quienes hicieron muecas de estúpidos dirigidas a Ron cuando se volteó) y bajó con el pequeño en sus brazos.
- Papá...- preguntó Ron con su tierna voz- ¿Puedo yo tener una escoba como la de ellos algún día? Así nunca más dirán que yo les robe las suyas porque...
- Ya veremos Ron. Debemos esperar a que asciendan a papi, ¿eh?
Ron soltó un bufido e intentó safarse de los brazos de su padre. La respuesta no le había gustado en lo absoluto.
Arthur lo dejó en el suelo, no obstante, Ron lo siguió casi corriendo hasta llegar donde había dejado a Ginny y se acostó sobre el sillón, con el estómago hacia abajo y su cabeza apoyada entre sus manos observando a su hermana.
- Es linda, ¿no papi?
- Hermosa.
- Pero, ¿por qué es distinta a nosotros? Tiene una cosa extraña allí abajo. (N/A: xDDDDD!!!!) ¿Crees que olvidaron ponerle...?
Pero el señor Weasley no lo dejó terminar porque soltó una sonora carcajada, para luego dirigirse a su hijo.
El Ron de 15 años estaba sonrojado hasta las orejas mientras observaba la embarazosa situación.
Harry y Hermione sólo sonreían.
- Ella es una niña, Ron. (N/A: Típica conversación. Lo siento, no pude evitarlo xD!)-explicaba el señor Weasley- Ella no tiene lo que tú y tus hermanos tienen porque ustedes son niños. Son distintos. Así se diferencian.
- ¿Y cómo puedo saber que Fred y George no son niñas?
- Ya te lo dije, Ron- continuó el señor Weasley comenzando a impacientarse- Tú eres...
Pero justo en aquel momento apareció la Señora Weasley frente a la chimenea cubierta de hollín y cargada de bolsas.
- Estoy aquí- exclamó apoyando las bolsas sobre la mesa de la cocina.
- ¡Qué rapidez!-comentó el señor Weasley.
- Si demoraba más quién sabe que más habrían hecho los gemelos.
- Bueno, solamente golpearon a Ron.
- ¿Estás bien, cielo?- Preguntó la señora Weasley acercándose a su hijo varón más pequeño.
- Sí, mami, pero le decía a papi si me compraba una escoba de juguete, Fred y George tienen y a mí me gustan y quiero tener una también- concluyó vigorosamente.
- Ya veremos, Ron.
- Pero...
- ¿Por qué no vas a jugar, Ron?
- No quiero. Fred y George me golpearán otra vez.
- Si te golpean los castigamos, cariño- afirmó la señora Weasley.
Ron miró a sus padres y hermana y subió las escaleras de mala gana.
- Síganme- dijo Ron a Harry y Hermione- subamos.
Los tres adolescentes subieron las escaleras, tras el pequeño pelirrojo que murmuraba por lo bajo.
- Ya veremos... ya veremos... siempre es lo mismo.
Ron no dijo nada. Harry y Hermione sólo lo seguían omitiendo cualquier comentario.
Cuando el pequeño llegó a su habitación los gemelos aún seguían ahí. Se encontraban sentados en el piso con sus juguetes.
- Lo sentimos, Ron. Ya las encontramos- dijo al parecer, George señalando las escobas que se encontraban a unos metros de ellos.
- Mamá y papá no quieren comprarme una como esas- comentó el pequeño Ron.
- Ron... no sabemos por qué, pero ellos no pueden comprarnos más juguetes por ahora- dijo ahora Fred- El otro día los escuchamos decirlo.
- ¡Pero yo quiero una escoba!
- ¡Y nosotros queremos varitas! Pero no decimos nada, ¿eh?
Ron se quedó callado cruzando sus pequeños brazos en su pecho.
- No tienen dinero- dijo Fred.
- Esa es la razón- añadió George.
- ¿Por qué siempre todos hablan de esa cosa? ¿Qué tiene de importante el "nidero"?- reclamó Ron.
- No sé... parece que si se lo das a alguien te regala cosas lindas.
- ¿Y por eso no tenemos cosas lindas? ¿Porque no tenemos "nidero"?
- Supongo que sí.
El Ron de quince años no miraba a nadie. Se estaba arrepintiendo de todo. Ya no quería que sus amigos vieran eso. Lo avergonzaba demasiado. Sin embargo, lo hecho, hecho está, y eso ya no podía ser detenido.
De pronto un niño, pelirrojo como todos los miembros de la familia, con anteojos, algo mayor que los gemelos, entró en la habitación con un libro en los brazos.
- ¿Podrían guardar silencio? Trato de leer mi libro de cuentos...
- Cállate Percy- espetó George.
- Sí, eso. Cállate- añadió Fred, sonriendo.
Percy les lanzó una mirada asesina, pero no se fue. Dejó el libro en una mesa y se sentó en la cama de Ron.
- ¿De qué hablaban?
- ¿Por qué quieres saber?- esta vez fue Ron quien lo enfrentó.
Percy se encogió de hombros.
- Mamá y papá están discutiendo allá abajo. Papá dice que mamá compró muchas cosas innecesarias.
- ¿En serio?- dijo Fred emocionado- ¡Pues vamos a ver!
- ¡No!- exclamó el mayor- No es un espectáculo.
Los gemelos se miraron unos segundos.
- ¡El último en llegar es un muggle mugriento!- gritó George.
Y ambos corrieron escaleras abajo a observar la "emocionante" discusión que había abajo.
- Percy... – murmuró Ron- Iba a preguntarle algo a los gemelos. ¿Por qué no tenemos "nidero"?
- ¿"Nidero"? Dinero, Ron.
- Ah, sí, eso. "Direno"
- ¡Dinero!
- ¡Lo que sea! ¿Por qué no tenemos?
- No lo sé- le espetó algo malhumorado (como siempre) Percy y salió dando un portazo.
Ron se quedó sentado en su cama. Bostezó. Se acostó sobre la colcha, agarró su osito de felpa y cerró los ojos, tratando de dormir un rato.
De un momento a otro Harry, Ron y Hermione fueron empujados, sin poder evitarlo, a otro recuerdo del pelirrojo, el cual no quería rememorar nada más.
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Ojala les haya gustado este cap. nuevo de "Mi amargo pensadero" y perdonen la demora .!!!! TT.TT me gusto como quedo este en especial jeje. Para los que deseaban ver la escena en que los gemelos convierten en araña el osito de peluche de ron, no desesperen!!! K ya viene!!!! ;) =D muchos besos y gracias por leer.
Contestación reviews!!!!!!!!
CRISTAL MELODY: Hey friend!! Como estas??! Gracias por dejar review!! Espero que no te haya molestado demasiado la demora. Jeje de to2 modos la infancia de herm es triste (aunk sea un pokito :p) EN todo caso fue el cap, k menos me gusto. :P lo del peluche lo pondre en capitulos mas adelante. El Herm/Harry va de a poco es k hay k tener paciencia jeje =D besitos y gracias. Bye!
ISA: k bueno k te guste el fic y muchas gracias por el cumplido... weno aki tan los recuerdos de ron, ojala te gusten mucho. Lo del peluche viene mas adelante jeje (a petición del publico XD) besitos, bye!
MARLA: espero que te haya gustado el fic... muchas gracias por el review, besos.
AMMYRS: harry es un primor no es asi??? *n* jeje gracias por leer y muchos besos. Oye, cuando continuas tu fic?? Jeje ojala pronto, bye!! Y cariños.
SAGUI: Jje.. algo habia k ponerle a herm no? K bueno k te gusto k bailara, y tienes razon... el final no me gusto, pero vendran otros mejores, ojala este te haya gustado mas. Besitos.
ADY_CHAN: k feliz estoy de que te haya gustado!!! Muchas gracias por el review y espero k este cap, te guste tanto como los otros. Eso es muy cierto. Hay que conocer bien antes de juzgar verdad? ;) ya actualice "pk no te vi antes?" asi k leelo please y me das tu opinión ;) besitos y abrazos. Bye.
ALBA1:jeje , si lo se fui muy cruel (buaaaaaa k mala soy!!! TT.TT) jeje todas deseariamos poder consolar al hermoso de harryto ;) la verdad no se me ocurrio poner eso de los "amigos" de la infancia de herm, kizas haga algo mas adelante pero no es seguro, solo una idea. Aki estan los recuerdos de ron!! Espero que te hayan gustado! ;) besitos.
PAME-LITA: jeje por fin actualice no?? Después de tanto tiempo, pero aki estoy.... ojala te haya gustado el cap. Besos.
ANYT* GRANDCHESTER: eso trato XD....
AKANE WAKASHIMATSU: jeje k bueno k te guste.... es k el H/H tiene algo especial... jaja
