¡¡Hemos vuelto!!! Disfrutad del capítulo, y sed indulgentes jejej
CAPÍTULO 16. EL DEL DESCUBRIMIENTO DE McGONAGALL
- Pase señorita Granger – dijo Malfoy aguantándole la puerta del aula de pociones.
- Claro, claro, menos cuentos, engreído, ya estás pasando delante mío que no me fío de ti ni un pelo.
- Tranquila, Hermione, que ya no muerde, ¿verdad, Draquete? – dijo Ron sonriente pellizcándole la mejilla a Malfoy.
- Claro que no señor Weasley – contestó éste con rabia en su voz.
Harry y Ron entraron a la clase, seguidos por Hermione que miraba a Draco incrédula.
- ¿Qué está pasando aquí chicos? – les preguntó la chica en voz baja. Harry y Ron sonrieron enigmáticos.
- Pasa que sabemos algo humillante de Malfoy y está comprando nuestro silencio – contestó Harry.
- ¿Le estáis chantajeando?
- A ver, chantaje lo que se dice chantaje... pues sí – dijo sonriente Ron.
- ¡¿Os habéis vuelto locos?!
- Ssssh... no grites, ¿o quieres que se enteren todos? – pidió Harry.
- ¿Pero no os dais cuenta de la tontería que estáis haciendo? No creo que haya sido una buena idea, chicos, chantajear a Malfoy parece peligroso, sabéis que tarde o temprano se vengará.
- Sí, seguramente lo hará, pero vamos a disfrutar del momento.
- Como tú digas, Ron, ¿y con qué le estáis chantajeando?
- Lo siento pero no te lo podemos decir, Hermione.
- Venga ya, no me toméis más el pelo ¿qué es? – insistió la chica.
- En serio, no podemos, no es que no confiemos en ti, es que simplemente no debemos decírselo a nadie.
- Os dije que no quería que nuestra amistad se viese afectada por lo que pasó ayer, pero era demasiado pedir ¿verdad? – dijo Hermione triste y enfurecida a la vez. Cogió sus cosas y se fue a sentar en una mesa alejada de Harry y Ron.
La puerta de la clase se abrió violentamente y Snape entró.
- Cierren los libros y saquen sus plumas, examen sorpresa.
- ¿Qué es eso? – preguntó Neville.
- No sé, pero parece que a la profesora McGonagall no le hace demasiada gracia – contestó Hermione.
Era la hora de comer y como de costumbre el salón estaba lleno. McGonagall acababa de entrar y caminaba por el pasillo central en dirección hacia la mesa de los profesores. Llevaba el brazo extendido hacia delante cogiendo con la punta de la varita lo que parecía un trozo de tela viejo.
El comedor se fue quedando en silencio a medida que la profesora McGonagall avanzaba. Dumbledore levantó la vista de su plato y se quedó mirando fijamente el trozo de tela.
- ¡Hola chicos! – saludó Ginny sentándose al lado de Hermione – Dichoso trabajo de Hechizos, por culpa de acabarlo casi me quedo sin poder venir a comer.
- Ssssh... calla un momento – contestó Ron.
- ¿Porqué me tengo que callar? ¿Y qué lleva la profesora McGonagall en la varita?
- ¡Silencio! – dijo la profesora McGonagall alzando la voz – Debo informarles que ha sido hallada esta pieza de ropa en los jardines del colegio.
El comedor se llenó de murmullos y risas por lo bajo.
- No le veo la gracia, jóvenes alumnos. Alguien ha perdido, supuestamente, esta prenda en lo alto de un árbol y estamos muy interesados en averiguar las circunstancias en las que se ha sufrido esta pérdida. ¿Nadie ha echado en falta alguna pieza de ropa?
Los alumnos se miraban confundidos y cuchicheaban. Hermione miró a su alrededor, los chicos de Gryffindor estaban extrañamente callados.
"Claro, ellos saben que Dean perdió sus calzoncillos, deben pensar que se trata de eso, pero no parece que lo sean" pensó Hermione.
- ¿Esos colores no te suenan de algo? – le preguntó en voz baja Ginny señalando la pieza de ropa.
- Pues sí, estaba pensando si no serían los calzoncillos...
- ¡¡de Dean, claro!! – gritó Ginny señalándole, emocionada por haberlo adivinado.
Se hizo el silencio en el comedor. Instintivamente todos los alumnos miraron hacia Dean, McGonagall también. Él miraba fijamente su plato.
- ¿Porqué me miras así, Ron? – preguntó Ginny.
- No te estoy mirando de ninguna manera – se defendió el pelirrojo.
- Claro que sí, y no sé qué estás pensando, pero deja de mirarme ahora mismo.
Ron volvió a mirar a McGonagall.
- Ginny, ¿porqué has tenido que gritar? – le susurró Hermione enfadada.
- No sé, pensaba que esto era un concurso de preguntas y respuestas – dijo sonriendo inocentemente mientras Hermione la miraba todavía enfadada – Está bien, lo siento, se me ha escapado, pero no tienes que ponerte así, al fin y al cabo ni te va ni te viene.
- Te olvidas de que si esto está pasando es por mi culpa, un momento – una luz apareció en su mente y sonrió – la culpa es tuya.
- ¿Mía?
- Sí, tú fuiste la que tiraste los calzoncillos por la ventana.
- Ah, claro, ¿y cómo llegaron a mi, eh? ¿Quién los trajo? ¿Acaso fui yo? ¡No! ¡Tú los robaste!
Hermione bajó la mirada, Ginny tenía razón: era todo culpa suya, y eso la hacía sentir muy mal, pobre Dean.
- Lo siento, Hermione, no quería decir eso. No es culpa de nadie y a Dean no le va a pasar nada.
Una voz las sacó de su conversación.
- ¿Estos... llamémosle... calzoncillos... son suyos? – dijo McGonagall que había avanzado hasta colocarse delante de Dean.
- No, profesora, yo no he perdido ninguna pieza de ropa – contestó sonrojado evitando encontrarse con los ojos de nadie.
- ¿Está usted seguro? – insistió McGonagall. Dean asintió con la cabeza – está bien, entonces los llevaré a la lavandería a ver qué pueden hacer con ellos. Supongo que como trapos pueden valer.
Dean se movió un poco en su asiento, y volvió a mirar fijamente su plato. McGonagall salió del comedor y todo volvió a la normalidad, pero los remordimientos de Hermione no disminuyeron.
Hermione y Ginny se encontraban en la sala común, hacía un rato que habían subido después de comer y estaban aburridas haciendo tiempo hasta que llegase la hora de irse a clase, así que pasaban los minutos intentando adivinar quien entraba por la puerta.
- Aspirina efervescente – oyeron que decían desde el otro lado del cuadro de la señora gorda.
- ¡Por la voz diría que es Neville! – dijo Ginny.
- ¡Ésta vez no aciertas, seguro que es Colin! – apostó Hermione.
La puerta se abrió y apareció Angelina.
- Hola chicas – las saludó.
- Hola.
- ¿Qué te pasa en la voz? – preguntó Hermione.
- ¿Te has fumado el campo de Quidditch? – añadió Ginny.
- Muy graciosas, me he acatarrado, creo que no me sienta del todo bien salir de noche por...
- ¡Hola Denis! – gritó Hermione. Denis acababa de aparecer bajando por la escalera de los cuartos de los chicos y las otras chicas no le podían ver ya que estaban de espaldas - ¿Cómo estás?
- Hola, estaba bien, pero ahora estoy mejor todavía, ¿de qué hablabais?
- Oh, nada importante – se apresuró a disimular Ginny.
- ¿Y donde está mi hermano? Me ha parecido oír su voz. Tengo que hablar con él.
- No, Colin, has debido confundirte, lo que pasa es que Angelina está acatarrada, ¿verdad Angelina?
- Pues sí, bueno, os dejo, que tengo que ir a buscar mis libros – dijo Angelina subiendo hacia su cuarto.
- Tu hermano creo que está todavía en el comedor, si vas pronto le alcanzas – sugirió Hermione.
- Es igual, prefiero quedarme aquí con vosotras – contestó sonriente.
- Como quieras, - dijo Ginny - pero no estamos haciendo nada divertido, te lo ad...
- Aspirina efervescente – se oyó otra vez fuera.
- Este es el desempate, ¿eh? – dijo Hermione.
- ¡Harry! – sugirió Ginny.
- ¡Ron! – dijo Hermione.
- ¿A qué jugáis? – preguntó Denis.
La puerta se abrió. Dean entró con cara de pocos amigos y pasó por su lado sin mirarlas apenas.
- Bueno, nos quedaremos en empate – dijo Ginny.
Pero la puerta no se cerró y entró Ron.
- ¡Sí! ¡¡He ganado!! ¿Quién es la mejor, eh? ¡Dilo Ginny! ¿Quién es la mejor?
- Tú, Hermione – dijo Denis.
Hermione se quedó paralizada, no debía decirlo él, sino Ginny. Otra persona apareció en la puerta...
- ¡¡Harry!! – gritó Ginny corriendo a abrazarle - ¡gracias por venir, te necesitaba!
Harry la miró asombrado, pero le devolvió el abrazo.
- Que efusividad, Ginny, ¿te encuentras bien? – preguntó el chico.
- Claro que sí, pensaba que lo había perdido para siempre, pero me has salvado.
- ¿De qué hablas?
- Del galeón que nos hemos apostado – le informó Hermione.
- ¿Habeis hecho una apuesta? – preguntó Harry mientras Ginny le soltaba - ¿De qué?
- Ejem ejem – Ron tosió.
- Nada, una tontería – dijo Ginny.
- EJEM EJEM – volvió a toser Ron.
- No me vais a dejar con la intriga, ¿qué era?
- EEJEEEEM EJEEEEEEM – gritó Ron.
- ¿Te pasa algo? – preguntó Hermione.
- No se, no, sí, está bien, ¿Ginny puedo hablar contigo a solas un momento? – dijo Ron en un tono más de afirmación que de pregunta.
- ¿Tiene que ser ahora?
Ron no contestó, simplemente la miró fijamente.
- Está bien, está bien, hablaremos ahora, vamos – se resignó la pelirroja, y los dos salieron por el retrato de la dama gorda.
- ¿Se puede saber qué le pasa ahora a Ron? – preguntó Hermione.
- Ni idea, pero está muy raro – dijo Harry – Bueno, yo subo a mi cuarto a preparar los libros. Hasta luego.
Hermione se quedó mirando la escalera de los chicos mientras los pasos de Harry se oían cada vez menos, hasta que oyó la puerta y la sala quedó en silencio.
- Bonita estrategia – dijo Denis sacándola de su ensimismamiento – y ahora por fin estamos solos.
Por fin está aquí el nuevo capítulo (resuenan los 'aleluyas' en mi cabeza), lamento mucho el retraso, como ya dije, pero aquí lo tenéis. Que sepáis que ya tenemos el final, pero tranquil@s, todavía nos quedan 10 o 15 capítulos ;)
En fin, muchas gracias por vuestros reviews (después del bajón si no hubiera sido porque sé que hay gente que nos lee, no sé cuanto más hubiera tardado en escribirlo) y próximamente un nuevo capítulo (esperamos ser más rápidas, volver al capítulo semanal o algo así) con el punto de vista de los chicos.
Un abrazo muuuy grande :D
Por cierto, hemos inaugurado un Web-loG muy chulo (si no lo decimos nosotras, ¿Quién lo dirá?) si quereis visitarlo o dejar un mensajillo, está en es.geocities.com/noechanterewin
Gracias otra vez por vuestro apoyo ;)
DOMINIC CHRISTMAS AND A BILLY NEW YEAR!!!
Que traducido a lenguaje normal debe ser algo como:
¡¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!!!
