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~Prelude to A War~

PART TWO: De galletas, sangre y guerra

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Por Ceres Vesta

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Traducido por Draco girl (y Caro)

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* * * Estaba soñando.

Siempre había tenido una extraña obsesión con las guerras. La sangre que se derramaba por las briznas de hierba del suelo, los gritos y sollozos de magos antes de su ultimo aliento, mujeres que pedían misericordia para sus almas mientras que un niño lloraba en una esquina a la vez que su casa se cubria en llamas. Sangre y guerra. Sí, esa era su pasión. Siempre había idealizado y envidiado a su padre por formar parte en la Gran Guerra, pero no podía haber sido de otra manera siendo el mortifago que él era. Deseaba tanto acompañarle y acabar con todos aquellos que defendian El lado de la Luz. No le importaba acabar con algunas cicatrices. Los gruesos rastros de sangre escarlata y el dolor eran mucho más que un obstáculo para él.

Pero no era lo suficientemente mayor para ser un mortifago aun y su padre le prohibió que fuera con él. "Quedate en casa y protege a tu madre y a tu hermana. El Señor Tenebroso nos premiará después de la guerra y todo será perfecto de nuevo". * * *

Y así obedeció las órdenes de su padre, y la Gran Guerra, con sus luces rojas y azules emitidas por los centenares de varitas, se volvió un fragmento de su imaginación, oculto en las profundidades de su mente

Su padre había puesto una docena de encantamientos protectores alrededor de su casa, así como un par de conjuros de magia negra para asegurarse que su madre, hermana y él permanecerían a salvo. Pero él se aburria en casa. (No tan grande como La Mansión) Acababa de dejar su varita sobre la antigua mesa del comedor cuando tres mortífagos entraron repentinamente en su casa, el olor a sudor y sangre perduraba en su mente, y después todo se volvió negro.

-¡Una niña pequeña! Solo era una sangre sucia ¿y lo único que pudisteis hacer fue matar a su inútil padre? ¡Golpearles de nuevo!

Su sueño avanzo una hora en el futuro. El eco de la voz de Voldemort resonó en sus oídos a la vez que una luz azulada le golpeaba y, un dolor insoportable e inimaginable recorrió su cuerpo. Volvía a sentir la maldición Cruciatus. Escucho gritos, y se deleito en ellos antes de comprender que provenian de él.

- ¡Mi Señor! ¡se lo suplico! - Rogaba su padre detrás de él. Estaba inmovilizado, sus pies pegados a la tierra y sus manos a ambos costados. Pero era doloroso al contrario de lo que parecía. Cada vez que el receptor de este hechizo intentaba moverse, sentía como si cien agujas diminutas se clavaran en su espalda. Literalmente. Podía ver como su padre queria moverse desesperadamente debido a la sangre que goteaba a través de sus túnicas blancas. (Sus colegas le privaron sus ropajes de mortígrafo anteriormente)

- Por favor mi Señor, no volvera a pasar!- El dolor todavía era insufrible, pero se obligo a mirar al hombre al lado de su padre. Lucius Malfoy resistia el sufrimiento del mismo hechizo, pero su túnica negra no mostraron ninguna señal de sangre- Le doy mi palabra, Hermione Granger morirá en sus manos la próxima vez que la capturemos

- ¿Piensas que habrá una próxima vez aquí? -Voldemort maldijo a la vez que un jarrón cerca de él se rompía en mil pedazos. La gorda figura de Colagusano saltó nerviosa - ¿Cuántas veces he intentado meter en vuestras patéticas mentes que Harry Potter sólo se rendirá ante nosotros cuándo tengamos en nuestras manos a las personas que quiere?

La cara de Lucius se contrajo con la mencion del nombre de Potter mientras que su padre solo miraba a su familia y se preguntaba que les sucedería

- ¡ Dos de mis mejores magos, para la tarea de matar a una sangre sucia, y me traeis nada!- una ventana polvorienta en la parte de atrás se rompió en pedazos. - Debes agradecerme que no haya incluido a tu familia en esto, Lucius- refunfuñó Voldemort mientras continuaba paseando alrededor de la plataforma. Las piernas de Lucius se doblaron un poco mas cuando hizo una reverencia, y su cara no mostró el dolor que sentia a la vez que la sangre resbalaba por su espalda

- ¡Entonces se lo suplico, perdone a mi familia! - Su padre le rogaba de nuevo pero Voldemort sólo se rió

- No Adán - Miro abajo hacia dónde él estaba de pie - Éste es el resultado de tu conducta. Sienna puede ser preciosa, pero no le tengo tanto cariño a tu esposa como se lo tengo a Narcissa.

Asiéndose en el dolor, sus ojos vagaron a su madre que estaba en el suelo, su brillante pelo negro en desorden, apenas respirando. Su hermanita Lobelia estaba cantando una canción silenciosamente. Él le había enseñado a no llorar a la edad de nueve, la había enseñado a que era demasiado mayor para llorar. Recordó a su padre diciendole que tenía un talento por volverse invisible. Las personas no lo notarían entrar en un cuarto, o abandonarlo. Estaba bendecido con el don de pasar Inadvertido.

Agonizante, se arrastro hasta las sombras en la esquina del cuarto. Una ventana quedaba sola y sin vigilar. Era bastante fácil. Todo lo que tenía que hacer era hacer el menor ruido posible, y moverse furtivamente. Supo que su madre no aguantaria mas, pero todavía podría salvar a Lobelia.

* * * - . . .y el joven Draco vale mucho mas que tu hijo – Una risa gutural escapo de los labios de Voldemort- El dragon aun sigue durmiendo en su interior, y no falta mucho para que la oscuridad lo despierte de su sueño.

Lucius fruncio el ceño ante la revelación del destino de su heredero

- Mi hijo. . .

- Lastima que estes muerto antes de poder contemplar la gloria de tu hijo- dijo Voldemor, malicia en sus ojos- ¡Crabbe! ¡Goyle!- Llamo a los dos hombres con identica barba yde gruesa constitución- Vosotros dos series mis segundos a partir de ahora. Para el resto- se dirigio a las personas cuya faz permanecia oculta por capuchas- Matarlos a todos

Los ojos de Lucius y Adam reflejaron alarma, pero fue Cola Gusano quien grito.

- ¡Mi Señor! ¡Por favor, reconsiderarlo!- su pequeña figura miro con temor a Voldemort- No estais muy bien de salud en estos momentos y Dumbledore tiene mas colaboradores de los que imaginabamos. Con Lucius y Adam muertos, sustituidos por estos dos- centro su atención en Crabbe y Goyle que se daban palmaditas en la espalda mutuamente- bufones, ¿Qué sera de nosotros?

Lobelia era muy joven y por lo tanto demasiado lenta para agarrar su mano a tiempo. Aun estaba dolorida, y sus cabellos como ala de acuerdo al igual que los de su hermano, se pegaban a su rostro consecuencia del sudor. Solo quería estar con su hermano, en la oscuridad. . .

Los ojos color sangre de Voldemort brillaron con rabia bajo su capucha

– Soy perfectamente capaz de ganar esta guerra, Colagusano- siseo- La proxima vez que pienses de manera similar seras castigado

Peter Pettigrew gimoteo.

Voldemort miro a sus siervos

- ¿A que estais esperando? * * *

Lobelia intentando alcanzar su mano fue la ultima imagen que tuvo de ella. Voces recitando las mismas palabras: "Avada Kedavra", un flash de brillante luz verde, y su sueño cambio de nuevo.

* * * Caminaba por la calle, pensando en sus padres y su hermana, en la venganza contra los Malfoy tras la reciente perdida del Señor Tenebroso, sin embargo el ultimo recuerdo de su mente era el de su padre prometiendole que todo sería perfecto otra vez

- Después de la guerra. . .- se decía a si mismo

Su sueño volvio a cambiar, esta vez Healers le encontraron durmiendo en una acera, murmurando cuatro palabras: Despues de la guerra

Y entonces se encontró en el Hospital de St. Mungo. Fue llevado a la cuarta planta, donde pudo leer un cartel: "Daños magicos". Y despues hasta su celda, todo era blanco. El sol iluminaba la habitacion, la blanca cama, las paredes blancas. . .la luz le cego, le estaba volviendo loco. Quería oscuridad, y por eso permanecia siempre con la cabeza agachada, su pelo negro tapandole los ojos. Soledad. . .

El Medimago le hablo antes de cerrar las ventanas y atrancar la puerta.

- Este es tu hogar ahora, Blaise * * *

Entonces se desperto

Tardo un momento recordar que le había pasado. Granger le había desmayado, y su estupido gato le había arañado la cara. Se paso la mano por el corte. Pudo sentir tres lineas sangrientas bajo sus ojos, por lo demas estaba perfectamente.

Se rió y despues se irguio hasta sentarse. Los sueños eran crueles al recordarle su pasado. Pero no importaba. Todo volvería a su lugar, y él se encargaria de darle su merecido a cada uno. Sabía que iba a divertirse. Un trozo de pergamino había caido al suelo, lo escudriño y pudo leer: Gryffindor Contraseña del Mes. . .

Sus labios formaron una fría sonrisa mientras lo enrrollaba y se lo guardaba en un bolsillo, lentamente se puso de pie.

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En la mansión, el gran reloj indicaba a los habitantes que ya eran las siete de la tarde. Todos los cuartos estaban silenciosos aún, y los elfos domesticos comían el pan añejo y el queso abajo en las mazmorras. Por encima de las mazmorras se situaba el comedor, en donde una extensa mesa de caoba dominaba la sala, alineada con velas y minúsculas flores en los laterales. Un cuadro de caballos colgaba de la pared, y el cuarto había sido encantado como cálido y acogedor. En el exterior, la nieve caía, podía verse desde las ventanas, y un silencio mortal reinaba en la habitación.

Narcissa Malfoy amaba a su único hijo más que cualquier cosa en el mundo. Ella siempre deseó lo mejor para él; los mejores juguetes, las mejores ropas, la mejor escuela. Lucius decía que había hecho de Draco un caprichoso, pero ya no importaba lo que pensara Lucius. Nunca más. Cada verano Draco llegaba a casa con excelentes notas y contusiones debidas a su puesto de buscador para la casa de Slytherin. Draco Malfoy siempre había hecho sentirse orgullosa a su madre.

Pero ella había amado tambien a su marido, no había ninguna duda sobre eso. En el pasado, Lucius había sido la cosa más dulce de Hogwarts. Sí, él era arrogante y consentido, jactandose de su abundancia tan a menudo como podía. Había sido un cuento de hadas hasta que Lucius se perdió para el lado oscuro.

Pero ella lo amaba tanto que no pudo dejarlo. Y permaneció con él cuando se hizo frío y distante, rogó por él a los dioses cuando él entró en la batalla, y estuvo de luto cuando él la dejo. Sus años de ser una Malfoy la habían enseñado a ocultar bien sus emociones. Ahora, Narcissa era dueña de todo lo que Lucius había poseído, a excepción de las lagrimas que derramaba por su marido cada noche.

Levantó la cabeza y miró al otro extremo de la mesa. Su hijo estaba sentado en la silla que su padre usó en su día, comiendo silenciosamente su cena. Draco había estado terriblemente callado desde que había entrado en la sala, y la curiosidad de Narcisa aumentaba por minutos. Finalmente él sintió su mirada fija, y levantó sus ojos de plata para encontrarse con los orbes violetas de su madre.

- ¿Estas pensando en ella otra vez, Draco?

Su cara se crispó levemente pero continuó mirando a su madre. "¿De qué estaba hablando?, ¿Lo sabía?" Eventualmente, dejo el tenedor sobre la mesa y se reclinó en su silla. Dudo si mentirla, sabía que su madre tenía un talento para mirar dentro del alma de las personas.

- ¿Como lo supiste madre?

Narcissa sonrio a su hijo.

- Tu abuela Layla se lo conto a todos los retratos de la casa esta mañana. Dijo que te habías enamorado de una sangre suc. . .muggle, por lo que he oido

Sonrió satisfecho.

- Si, es una sangre sucia- dijo, apartando sus ojos hacia el suave candor de la vela -Y no pienso dejar de sentir lo que siento por ella- fijó de nuevo su mirada en ella y su voz se convirtió en un susurro.- Nada de lo que tu o cualquiera intente, se interpondra en nuestro camino

Narcissa sonrio secretamente al escucharle. Lucius le había dicho las mismas palabras a su hermano mayor en el pasado

- Aunque soy tu madre Draco, no tengo ningun derecho a decirte que hacer con tu los asuntos de tu corazon- Se inclino hacia delante y sus ojos violeta brillaron por el fulgor de las llamas - Solo espero que seas feliz con la decision que has tomado

No se había movido ni un centimetro pero las emociones reflejadas en su mirada habían cambiado de contento a confusión.

-¿Quieres decir que apruebas todo esto? Pero, Padre siempre decía. . .

- Tu padre ya no esta aqui Draco –replico friamente- Deja las cosas como estan

- Perdon –dijo rapidamente. Poco a poco su mueca se convirtio en una autentica sonrisa, el tipo de sonrisa que Narcissa no había visto en mucho tiempo- Asi que me estas diciendo que. . . – se rió. No se esperaba nada de eso. No encontraba palabras para expresar la felicidad que sentía.

- Si Draco, te lo estoy diciendo- asintio con la cabeza y se rio suavemente- ¿Que vas a comprarle por Navidad?

- ¿Navidad? - repitio. Meneo la cabeza incredulo. Esto no era real. Antes había estado callado, pensando como le diria a su madre sus sentimientos por Granger. Sabía que su madre tenía un corazon amable, pero esperaba enfrentarse a mil demonios cuando le comentara que era una sangre sucia. En su lugar, allí estaba ella, frente a él, preguntandole si le había comprado un regalo a Granger.

- Si, cariño - replico Narcissa- Solo porque nosotros no la celebremos, no significa que el resto del mundo no lo haga.

Draco fruncio el ceño. Había pasado bastante tiempo desde su ultima Navidad de verdad. Apenas tenía trece años por entonces y su padre supo que Voldemort se hacía cada vez mas fuerte, desde entonces nunca mas se hablo de la Navidad.

- No, madre- dijo- Aun no he pensado en nada

Narcissa se sentó en silencio durante un momento y Draco se dio cuenta de que estaba perdida en sus pensamientos. Finalmente se levanto de su silla satisfecha de si misma, a Draco le recordo a Hermione cada vez que le entregaba un examen a McGonagall.

- Creo que tengo el regalo perfecto. Sigueme- le dijo a su hijo

Draco miro a su madre

- Pero Dimsy no me ha dado mis galletas de mantequilla todavia – No se estaba quejando, estaba declarando un hecho. La cena nunca se acababa hasta que Dimsy le servía las galletas de Dinamarca que le gustaban tanto, incluso desde niño. Su mas oscuro y profundo secreto.

- Hare que te sirvan las galletas arriba en mi habitación- dijo impacientemente

- Pero. . – Draco intento discutir.

- Sigueme- Era ese tono otra vez. El mismo tono que Narcissa siempre usaba cada vez que iba a salirse con la suya, o la obedecian.

Asi que Draco puso los ojos en blanco y se levanto. Los dos eran testarudos, pero su madre tenia la mano ganadora. Sus galletas de mantequilla tendrían que esperar.

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Negro y Plata. Esos eran los colores de la habitación de sus padres, y también los colores que Draco recordaba cada vez que tenía pesadillas cuando era pequeño. Salía de su habitación y corría por el pasillo hasta donde su madre y su padre dormían, despues se subía en la cama y se apretujaba entre los dos, encontrando un huequecito para él. Por la mañana, Lucius le daría a su hijo una charla sobre como tenía que controlar sus sueños, pero durante la noche, Draco se había sentido a salvo.

Sin embargo no había señales de Lucius ahora. Su mesa de estudio (donde él solia trabajar hasta tarde) permanecía limpia y sin tocar, y su armario de madera estaba vacio. . .su contenido reducido a cenizas. Narcisa señalo la cama y Draco se sento obediente, sus pies pateando la alfombra impacientemente.

Un viejo elfo domestico que vestía una sucia funda de almohada entro en la habitación con una bandeja de plata entre sus diminutas manos

- Las galletas del joven amo- susurro suavemente. Su cabeza gacha durante todo ese tiempo

- Muy bien Dimsy, daselas a Draco – murmuro Narcissa mientras había uno de los cajones de su escritorio. Dimsy hizo lo que se le ordenaba y Draco retiro la bandeja de sus estropeadas manos teniendo mucho cuidado de no tocarlas- Eso sera todo

Dimsy se agacho hasta que su nariz rozo el suelo, y entonces abandono la estancia inmediatamente

Draco estaba disfrutando de lo lindo engullendo las elegantes figuras de galleta (aunque tuvo mucho cuidado de no demostrarlo) cuando de repente Narcisa cogió una cajita negra de su mesa y se sento a su lado

- Este fue el primer regalo que me hizo tu padre, justo antes de que nos casaramos

Se limpio las migajas y trago.

- ¿Que es? – pregunto antes de abrir la caja. Su madre le sonrio mientras Draco descubria un reluciente colgante acomodado sobre una suave base blanca de saten. Draco sabía que debío ser muy caro, pero era muy sencillo, bonito y, perfecto. Alzo la cadena entre sus dedos para apreciarla de cerca y pudo ver que tenía unas palabras inscritas. Latin, no podía entenderlo pero si distinguir dos nombres: Lucius y Narcisa. Busco respuestas en la cara de su madre

- Los nombres cambiaran cariño, confia en mi- dijo con voz melodiosa Narcisa- Amor certum haud confinium. El amor no sabe de ataduras. A mi familia no les gustaba mucho tu padre, especialmente a mi hermano mayor. Nos estaba separando continuamente, pero Lucius y yo sabiamos que no pasaría mucho tiempo para que pudieramos estar juntos de nuevo. Nos casamos sin el consentimiento de mi familia

- ¡Pero tu eres de una familia se sangre pura!- dijo Draco sorprendido. Nunca supo la historia de sus padres.

- Las líneas de sangre no es lo unico que aparta a dos personas - replico Narcisa- El destino, las tradiciones. . . mi familia me dijo que tenía que alejarme de Lucius, pues él provenia de una familia de Magos Oscuros. . .pero antes él era de todo menos eso- contemplo el colgante de plata que su hijo tenia entre los dedos- Prometeme que no seras como tu padre

Draco miro a su madre

- Lo juro

- Bien- Narcisa sonrio- ¿Cual era su nombre?

Comprendio que ella no quería hablar nada mas sobre el pasado. Así que coloco el colgante dentro de la cajita negra y tomo otra galleta de mantequilla

- Es Gran. . .quiero decir "Hermione". Su nombre es Hermione Granger

Lentamente Narcisa cabeceo aprobadora

- Un nombre tan muggle

- Ella es mucho mas que una muggle, madre- contesto Draco entre mordiscos- Hay tantas cosas que te gustaran de ella

Narcisa le dedico una sonrisa. Se había sorprendido al escuchar a Layla Malfoy hablando con los otros retratos, pero al oir el nombre de Hermione Granger supo que su hijo había elegido sabiamente. Los Malfoy siempre tuvieron un gran gusto en cuanto a mujeres, Draco había heredado eso de su padre. Pero Narcisa también se acordaba de un verano en el que Draco se estuvo quejando durante todas sus vacaciones en Paris sobre cierta sangre sucia Granger que era la favorita de los profesores en Hogwarts. La chica era inteligente, aunque también recordo que era la mejor amiga del enemigo de su hijo. Estaba preocupada por esta chica, siendo el hijo de su padre, la oscuridad en Draco era impredecible

- ¿Sabe Blaise lo de Hermione?- pregunto Narcisa, apartando sus pensamientos hacia otro tema

- Si- respondio Draco humedeciendose los labios. Las galletas de mantequilla se habían terminado y estaba luchando el impulso de convocar a Dimsy otra vez- No tengo secretos para Blaise

- Ya veo. ¿Y Vincent y Gregory?

- ¿Te refieres a Crabbe y Goyle?- sonrio burlon- Aun siguen en la guarderia. Dudo de que comprendieran algo como esto

Narcisa se rió

- Blaise es un buen amigo. Estoy segura

- Le confiaria mi vida

- ¿Tu mejor amigo?

- Supongo

- ¿Estas comodo Draco?

- Si ¿por que?- enarco una ceja. Su estomago quería mas galletas de mantequilla, pero se las apañaria

Narcisa tomo aire

- Iba a esperar hasta despues de Navidades, pero supongo que otro descubrimiento no te hara daño- una vez mas Draco no tenía ni idea. Los ojos de su madre vagaron por la habitación- ¿Recuerdas las Gran Guerra, Draco?

Su hijo resopló

"Como olvidarlo" penso para si.

Narcisa no espero una respuesta

- Adam Zabini escribio un testamento diciendo que si algo les ocurria a él o a su esposa, quería que Lucius se ocupara de sus hijos. Desgraciadamente, su hija mas pequeña, Lobelia también murio cuando los Zabini fueron asesinados, y Blaise fue retenido en algun lugar donde estuviera a salvo hasta que se recuperase del trauma

Repentinamente Draco sintio sus labios secos. Se había olvidado totalmente de los Zabini, mas que nada porque Blaise nunca menciono el tema cuando hablaban de la Gran Guerra.

- ¿Dónde vivio durante ese tiempo?

- No importa donde estuviera en el pasado- replico Narcisa buscando la mano de Draco para apretarla suavemente- lo que importa es. . .tu padre y yo somos los guardianes legales de Blaise y. . – Se mordio el labio intentando encontrar las palabras para decirselo a su

- Simplemente dilo madre- le apremio Draco sin atreverse a apartar sus ojos de la mirada violeta de su madre

- Draco- aspiro hondo- Le he adoptado. Blaise y tu vais a ser hermanos

"¿Hermanos?" Sus dedos encontraron la negra cajita que su madre le había entregado y la sujeto con fuerzas. Ahora si que necesitaba mas galletas

***************** "Eres asquerosa, pero preciosa."

"¡Te pasas el día echandote esas miraditas con Malfoy!"

"¿Sabes? No estaba mintiendo, me he enamorado de ti."

" ¡Estamos hablando de Malfoy!"

"Un leon y una serpiente no suelen juntarse. . ."

"¡No te vayas!"

"¿Pensaste que creeria en la palabra de un Gryffindor? Te oí allí afuera, te ignoro"

- Te echo de menos, Hermione

Después de tener la cena mas miserable de su vida en el Gran Comedor, Harry y Ron se negaron a dejar que Hermione durmiera sola en la torre de los premios anuales. La acompañaron hasta alla solo para ayudarla a empaquetar sus cosas y asegurarse de que Blaise no rondaba por allí. A Ron no le hubiera importado, de haberse encontrado a Blaise le habría matado con sus manos desnudas. A eso de las diez Hermione cayo dormida al lado de Harry en la Torre Gryffindor, tras haber ordenador a todos los de septimo que volvieran a sus habitaciones. Y asi descanso, apoyada en Harry, soñando con Malfoy mientras su amigo roncaba suavemente, protegiendola incluso en sueños

Todo estaba oscuro. No había imagenes en su sueño solo voces que parecian susurrarle al oido. Hermione se preguntaba que hora sería para levantarse temprano par air a Transformaciones, había olvidado que eran las vacaciones de Navidad, y fue entonces cuando le sintió.

El sueño cambio. Las voces se esfumaron, y fueron remplazadas por las mas suaves caricias que uno pueda imaginar. Manos. En todos sitios. ¿Era Malfoy? Deseaba que fuera él. Hermione no podía ver, todo estaba oscuro, pero fuera quien fuera la hizo gemir en sus sueños. Entonces, de repente, desaparecio.

Silencio. Los grillos fuera en la noche. El sonido de las cortinas contra el viento. ¿O eran ropajes? Y entonces el sonido mas aterrador que una garganta humana logre articular

- ¡Neville! ¡¿Que ha pasado?!

- ¡Intento matarme!

Los ojos de Hermione se abrieron repentinamente. No estaba soñando

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- No pude ver quien era. . .el pelo le tapaba la cara. . .

Era medianoche y todos los Gryffindors estaban despiertos por el alarido de Neville, que les hizo correr inmediatamente a su dormitorio, querian saber la razon por la que sus sueños fueron interrumpidos. Tanta prisa tenía que olvidaron encender las luces, sin embargo no importo, la misma luna y las estrellas eran mas que suficientes.

Harry y Ron fueron los primeros en ir a ayudar a Neville, pero el intruso ya se había ido. Había un rastro de sangre proveniente del brazo de Neville; Hermione intentaba curarle con la poca luz. No era muy profundo, pero si lo suficiente horrible para alguien con miedo a la sangre. Parvati se mantuvo lo mas alejada de él que pudo

- ¿Quien querría hacerte daño Neville? –pregunto meneando la cabeza

- ¿Hacerme daño?- Neville winced - ¡el desgraciado estaba intentando asesinarme!

- Pero conseguiste que se asustara- dijo Harry, intentando ser racional

- Seguro que fue ese Draco Malfoy - Ivan Sternmack hablo desde una esquina en penumbras. Era un chico alto, de pelo rizado y nariz larga – Todos sabeis lo mucho que nos odia. Seguro que estaba esperando el momento adecuado, y ahora sin ningun profesor. . .

- Te equivocas- dijo Hermione repentinamente y terminando de curar a Neville –Él no le haría daño

- Por que estes acostandote con el enemigo no quiere decir que este de buenas con nosotros

Hermione se quedo anonadada y se hubiera avalanzado sobre Ivan si no fuera por Harry que la detuvo.

– Es suficiente- elevo la voz- Malfoy no tiene nada que ver con esto. Su madre le necesitaba de vuelta en la Mansion- clavo su mirada en los ojos de – Vuelve a hablarle asi a Hermione y tendras que vertelas conmigo

- Y conmigo- añadio Ron, levantandose de la cama. Ivan estaba visiblemente intimidado por su tamaño y rapidamente se quedo callado

- Bueno ¡ha tenido que ser un Slytherin!- lloro Jasmine Herbert, una capota cubria su pelo rubio. Los otros le dieron la razon- Los Hufflepuffs no tocarian a una mosca y los Ravenclaws lo creerian innecesario

- ¿Puedes acordarte de algo Neville?- pregunto Hermione amable

Lavender resoplo. Pedirle a Neville que se acordara de algo era como pedirle a una de las feas criaturas de Hagrid que plantara margaritas

- Espera un segundo. . . – dijo Neville frunciendo el ceño mientras trataba de recordar lo que había pasado hace solo unos minutos – Me acuerdo de. . .una, una serpiente, ¡una serpiente! En su pec- -

- HEY! Algo gotea sobre mi camisa! -Stephen Winkle pego un salto al lado de la cama de Dean

- ¡No te muevas!- Dean estabilizó a su amigo- Lumus... Mierda Steve! Estas sangrando!

Hermione giro su cabeza bruscamente en su direction, curiosidad y confusión mezcladas en dosis iguales en su mente. Uno por uno cada alumno de septimo murmuro un suave "Lumus" para ver que había pasado. Pero mientras la pálida luz iba iluminando el dormitorio, una terrible visión les recibía. Lavender y Parvati chillaron, un alarido entre el asombro y el miedo. Seamus avanzo tambaleandose para poder ver mejor. La mayoria de los de septimo estaban congelados en su sitio, mientras, la respiración de Hermione se hacía mas rapida y desigual, y la joven aferraba con fuerzas el brazo de Harry

Escrito en lo que parecia ser sangre (seguramente era un encantamiento o eso suponia Hermione) las palabras MORIR GRYFFINDORS cubrian por completo los muros del dormitorio

- Sip – Despacio, Ron asintio con la cabeza- Esta bien, fue un Slytherin

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Harry había tenido suficiente de toda esa mierda de Gryffindor-Slytherin.

No sabía cual era su problema, nunca les habían dado ningun motivo para que les odiaran tanto. Habían tenido su oportunidad para rectificar, pero los Slytherin conservaron su orgullo, y esta vez habian ido demasiado lejos. Harry tenía un par de razones en las que coincidia con Neville, los Slytherin querian algo mas que herirle.

¿Acaso no sabían de lo que él era capaz de hacerles? Había derrotado a Voldemort, bueno, con montones de ayuda, pero aun asi. ¿Quién sabe lo que podia hacerles a esos Slytherins? Quiza lo descubririan pronto. Esa era la gota que colmaba el vaso

Caminaba hasta las Mazmorras, su corazon latia furioso y dolorosamente en su pecho, en sincronización con sus pisadas. Ron iba a su lado, apretando los puños, y Hermione les acompañaba mientras se cubria con la tunica para ocultar el camison. Hacía lo que podía para evitar que Harry cometiera cualquier plan seguramente violento que tuviera en mente, pero sus palabras caían en oidos sordos. Ni siquiera le importaba si acababa metido en una pelea llevando puesto solo el pijama

"De todas formas" penso mientras miraba hacia atras y veía a otros estudiantes detras de él "Todos los Gryffindor estan conmigo"

Sin embargo cuando volvio a mirar al frente, el antes vacio pasillo estaba lleno de slytherins de septimo año con sonrisas maliciosas dibujadas en sus faces. Damien lideraba el grupo, su oscura mirada clavada en él, su varita en la mano derecha, lista para matar. Pero Harry siguió caminando. ¿Iba a aturdirle, a hechizarle? Harry había jurado despues de la Gran Guerra que nunca volveria a matar, mas ahora estaba preparado para romper esa promesa. La distancia entre ellos iba desapareciendo. Doce pies. . .Cinco pies. . .

- ¿Donde coño esta nuestro trofeo Potter?- Damien empujo bruscamente a Harry en el pecho cuando estuvieron cara a cara

Inmediatamente recupero el equilibrio

- ¡Lo tienes en el culo, Damien! – siseo Harry- ¿Quien de vosotros intento matar a Neville?

Una risa gutural escapo de los labios de Damien.

- ¡Maldicion! ¿Quieres decir que aun sigue vivo?

- ¡Deja de jugar Bagerbath! – gruño Harry– ¡Uno de vosotros de alguna manera sabía nuestra contraseña y escribio esas estupidas palabras en las paredes de nuestro dormitorio! ¡No importa quien fuera, vais a pagar todos por ello!

- ¡Harry basta! – chilló Hermione. Estaba agradecida de que Harry tuviera la sangre fría para hablar ya que retener a Ron era más difícil. El pelirrojo estaba listo para echarse encima de uno de los Slytherins en cualquier momento.

- ¡Mira quien habla!- grito Pansy Parkinson- ¡Vosotros robasteis nuestro trofeo y escribisteis MORIR SLYTHERINS en las mazmorras!

- Bueno, ni siquiera os mereciais ese trofeo!- grito Lavender entre los Gryffindors. Por entonces estudiantes de las otras casas se habían despertado debido a los gritos en el pasillo, y empezaban a entender las palabras que Slytherins y Gryffindors se decian los unos a los otros.

- ¡Intentasteis matar a uno de los nuestros! ¿Lo negais?- chillo Harry, sus brillantes ojos verdes encendidos con ira

- ¡Nosotros no matamos a nadie!- exclamo Puchnik detras de Damián- ¡Vosotros nos quitasteis el trofeo, admitirlo!

- ¡Ni siquiera sabemos vuestra maldita contraseña estupido!- La cara de Ron estaba roja por la furia, rivalizando con el color de su pelo.

- Bueno, nunca resolveremos nada si ninguno confiesa

Una voz profunda y ronca de repente habló detrás de los Slytherins y la multitud se quedo silenciosa. Despacio la muchedumbre de serpientes se separó y revelo a Blaise Zabini, una mueca de burla le cruzaba el rostro, en el cual se notaban las cicatrices de las garras de Crookshanks

Inmediatamente Harry alcanzo a Hermione y se puso delante de ella –Cabron- Harry rechino sus dientes- Como te atreves a aparecer

- Cuida tu lenguaje Potter- Zabini arrastro las palabras - No creo que tu amiga quiera hablar de eso aqui

Apreto el brazo de Harry cada vez con mas fuerza a la vez que Ron se acercaba para ocultar a Hermione de Blaise. Los otros Gryffindors y Slytherins no tenían ni idea de lo que hablaban, pero no importaba. Independientemente de lo que pasaba ahora mismo, todos sabían como iba a terminar

Zabini se rió disimuladamente ante las miradas del Trío de oro. Harían cualquier cosa en el nombre de su amiga, y en el nombre de su casa. Él miró hacia atrás y notó que los Slytherins no se echaban atrás. Estaban listos.

- Bueno, intentamos matar a uno de los vuestros, y vosotros robasteis nuestro trofeo. ¿Estas contento Potter?

- ¡Estoy de ti hasta aqui Zabini!- replico Harry, marcando con la mano por encima de su cabeza

- Pues entonces te reto a una guerra. Acabemos con esto de una vez por todas. Slytherins contra Gryfindors

La respiración de Harry se hizo desigual. Otra guerra. Lo veía venir. Torció su cabeza para ver si sus compañeros tenian miedo, pero ellos eran Gryffindors, valientes y de corazón noble, nada iba a pararlos ahora. Los años de odio y aborreciendo del uno contra el otro iban a terminarse finalmente

- Mañana. Al atardecer- dijo Harry arrastrando las palabras- Sera mejor que te prepares Zabini. Las cosas se van a poner feas